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miércoles, 25 de abril de 2018

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 25 de abril de 1940

En el Boletín Oficial del Estado del 27 de octubre de 1941, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica las siguientes sentencias «con motivo de su oposición al triunfo del Glorioso Movimiento Nacional»:

CONDENA


1Francisco Padrón Melián (Agricultor)quince años de destierro de es tos territorios y la pérdida total de bienes que posea en la Colonia.
2Rafael Masiello Guerrero (Empleado)tres años y un día de destierro y la multa de dos mil quinientas pesetas
3Constante González Rodríguez (Carpintero)quinientas pesetas de multa y a dos años de destierro, durante los cuales podrá volver a estos territorios
4José E. Barráu (empleado de la Compañía Alena de Bata)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro
5José Ga­rrido Sánchez (Capataz de obras públicas)tres años de destierro de estos territorios y ja económica de pago al Estado de mil pesetas
6José Lizcano Barcodoce años de destierro de estos territorios y la pérdida total de sus bienes que posee el mismo en la Colonia
7Higinio Mazorra Septiénquince años de destierre de estos territorios y la pérdida total, de sus bienes en esta Colonia
8Jesús Mazorra Septiénexento de responsabilidad política
9Enrique Gil Soucomontedos años de destierro y mil quinientas pesetas de multa
10Antonio Costa Roca (Secretario de la Cámara Agrícola)pérdida total de sus bienes en la Colonia y a seis años de destierro
11Angel García Villalba Molins (ingeniero agrónomo)pérdida total de sus bienes e inhabilitación durante el tiempo de doce años para, el ejercicio de desempeño de cargos públicos y ocho años y un día de destierro de estos territorios
12Gerardo de Las Heras Ríos (Agricultor)tres años de destierro y el pago al Estado de la multa de tres mil pesetas
13Luis Mazo Muñoz  (auxiliar mecanógrafo en la Secretaría del Subgobierno de Bata)tres años de destierro de estos territorios y al pago de la multa de mil pesetas
14Luis Martínez Morenodoce años de destierro de estos territorios y a la pérdida total de bienes que posee en la Colonia
15Eduardo Ruiz Gardyn, o Garín (Funcionario colonial)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver a estos territorios
16Luis Correa Alvarez (Carpintero)cinco mil pesetas .de multa y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver por estos territorios
17Martín Amestoy Nombela (industrial)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver a estos territorios
15Alejandro Torres García (Agricultor)cinco mil pesetas de multa
16José Lozano Alonso (Maestro nacional)inhabilitación especial para el cargo do maestro y seis años de destierro de estos territorios y al pago de la multa de dos mil quinientas pesetas
17Ernesto Ruiz (Comerciante)destierro de dos años de estos territorios y al pago de la multa al Estado de veinte mil pesetas
15José Cazorrán García (Carpintero)multa dos mil pesetas

sábado, 14 de abril de 2018

Subasta de bienes de José Serrano Roldán

Ébano: semanario de la Guinea Española, en su edición del 14 de abril de 1940, incluye el anuncio de subasta de los bienes del republicano José Serrano Roldán.

En su día el fiscal había pedido la prisión perpetua para Serrano por delito de rebelión. Según Juan Medina Sanabria, en Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración, se instruyó la Causa 518/36 «Contra el paisano José Serrano Roldán, por tenencia ilícita de arma, al acreditarse que una pistola encontrada en un bosque, con la numeración raspada, era de su propiedad».
Histórico frentepopulista de Fernando Poo, forma parte del colectivo que hizo pública su satisfacción por la investigación de la "denuncia Nombela" o "caso Tayá" que acabó provocando la caída del gobierno de derechas y la consiguiente victoria del Frente Popular.
La historiografía franquista se referirá él como «un contratista de Obras, José Serrano Roldán, aventurero procedente de Tánger, que había creado en la isla una logia llamada "Fernandina número 17", filial de otras de Valencia y Barcelona».

Tiene, además, la falta imperdonable de ser uno de los públicos (y de mayor cuantía) contribuyentes a la donación de las 10.353,65 pesetas para la República, conforme a la Gaceta de Madrid del 5 Noviembre 1936.

Al final, la propuesta de prisión perpetua quedo en una condena de 10 años. Durante ese periodo, en julio de 1938, participó en la fuga más espectacular del campo de concentración de Gando: «En una de las salidas fuera del campo para recoger leña, entraron los penados con un brigada a tomar café en una tienda de la zona; en un descuido de éste le introdujeron un producto que lo dejó dormido instantáneamente. Inmediatamente se dirigieron a una playa de las cercanías; se apropiaron de una barca y, después de comprar algunas provisiones, se hicieron a la mar. Contando con los conocimientos de navegación de Araneta, pretendieron llegar a la cercana costa africana. Fracasaron en el intento y tuvieron que dar media vuelta para recalar en la playa de Mogán, donde fueron detenidos por la Guardia Civil y devueltos al campo. Todos, sin excepción, serían sometidos a fuertes castigos y a pasar algunos días encerrados a pan y agua, aunque el resto de los penados les hacía llegar algunos alimentos a escondidas. Rodríguez nos dice: “Apenas metidos en el sótano abrimos un hueco en el techo de madera por donde recibían diariamente las mejores provisiones de que disponíamos (…)”». Pero esa es otra historia...

A la privación de libertad, habría que incluir el destierro e incautación de bienes acostumbrado por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel, que acabaría con esta subasta pública de sus propiedades.

Consta igualmente con expediente de conmutación de penas.

domingo, 8 de abril de 2018

El fusilamiento de Restituto Castilla

Restituto Castillla (de uniforme),
en la Audiencia de Las Palmas, en 1934.
El caso de Restituto Castilla González es muy particular: huérfano, entró muy joven en la Guardia Civil, en donde ascendió rápidamente. Fue destinado a Annobon, en donde tenía funciones de subgobernador. Comprometido políticamente, con la llegada de la República apuesta por la transformación social de la isla, y durante una visita del gobernador general Gustavo Sostoa (el primer gobernador no militar de los territorios) en la que venía presumiblemente a destituirle, le asesina.

Cuenta Luis Leante (Premio Alfaguara en 2007) referente a su novela histórica Annobon:

«Él era un guardia civil de izquierdas que se afilió al Partido Comunista, de convicciones profundamente republicanas y tremendamente culto, lo cual no era frecuente en la época. Parece ser que tenía una inteligencia superior. Lo describían los psiquiatras como un hombre muy inteligente con brotes de locura, y estos se desatan en esta historia, cuando se marcha a la isla de Annabón, donde estaba casi aislado. Allí había mil habitantes y él era el único europeo. Esa tensión le lleva a comenzar a tener delirios de grandeza. Trata de crear una especie de república independiente, construye una ciudad... Pero la población no lo respondía. Probablemente su propia inteligencia fue la que le terminó devorando y, en una de estas, le cortó el cuello al gobernador." Al grito de "¡Ni reyes, ni tiranos!».

Boletín Oficial de los Territorios Españoles
del Golfo de Guinea, 15 de noviembre de 1932.

Telegrama dirigido al Presidente del Tribunal Supremo



La instrucción recoge diferentes expresiones del tipo de «¡Yo que me creía merecedor del collar de Isabel la Católica» o «Estoy yo, que no soy yo», «¡Annaboneses a mí!».

Finalmente es condenado, pese a que la defensa intenta argumentar trastorno mental transitoria: «Se practica la prueba pericial, interviniendo los doctores Valle, O'Shanahann.y Siever, coincidiendo en que se trata de un individuo tarado por herencia, neuro y psicopático, revelándose desde su infancia estos antecedentes. Su constitución es paranoide. Su reacción psicopática fué producida por la causa inmediata y evidente del medio en que se desenvolvía, únicos factores determinantes de la reacción.», y alude igualmente a diferentes antecedentes de enfermedades en su familia. 

Precisamente valorando estos atenuantes, la sentencia quedará tan sólo en 8 años y un día de prisión por el crimen (incluyendo suspensión de cargo y de sufragio y una indemnización de 50.000 pesetas) frente a los 30 años que pedía la fiscalía.

Aunque posteriormente se beneficia de un indulto general:

«En marzo de 1936, pocas semanas después de que el Frente Popular ganara las elecciones y promulgara la amnistía para delitos políticos y sociales, Restituto Castilla dirigió un carta al presidente de la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria en la que aseguraba que el crimen que cometió, y por el que debía cumplir condena hasta el seis de noviembre de 1940, fue por motivaciones políticas. Solicitó acogerse a los beneficios de la amnistía. Paradójicamente, el decreto por el que se le concedía la libertad estaba firmado por Niceto Alcalá Zamora, presidente de la República y amigo personal de Gustavo Sostoa y Sthamer, a cuyo entierro asistió muy afectado, según la prensa. La firma iba acompañada por la del presidente del Consejo de Ministros, Manuel Azaña Diaz». 

Reincorporado a la Guardia Civil se mantiene leal a la República.

Al comienzo de la guerra era alférez de la Guardia Civil, durante la contienda va ascendiendo hasta que en octubre del 36 accede a Teniente de la Guardia Nacional Republicana. Es destinado al 14º Tercio y después al Cuerpo de Seguridad y Asalto.

Acabará siendo juzgado por los golpistas y fusilado el 8 de abril de 1940 junto a las tapias del Cementerio del Este, en Madrid. «En 1º de septiembre de 1936 -dirá el fiscal Instructor Delegado en su resumen de la Causa General-, se creó por el Gobierno rojo, en sustitución de la Guardia Civil, la titulada Guardia Nacional Republicana. En la Inspección General de la misma se constituyó un COMITÉ CENTRAL formado por [entre otros] Restituto Castilla González, vocal. Todos ellos de la Guardia Civil».
Edad: 41
Sexo: Hombre
Estado civil: Casado/a
Residencia: Ciudad Real
Lugar de muerte o condena: Ciudad Real
Circunstancias: Fusilado
Sentencia: Fondo de Madrid, Sumario 8385 Legajo 5837
En El vínculo guineano del atentado a Franco (o tal vez no), recordábamos cómo «en febrero de 2018, la edición madrileña de ABC publicaba un listado con "los 335 chequistas a los que Carmena incluirá en el memorial del cementerio de La Almudena". Tras revisar el listado de nombres de fusilados del franquismo que se pretendería homenajear en el camposanto durante la pasada administración municipal, según el diario, Restituto Castilla estaría no sólo en el listado de fusilados homenajeados, sino que sería uno de los 335 chequistas».

jueves, 5 de abril de 2018

El Monumento a los Caídos en Guinea Ecuatorial


Cuenta La Guinea Española, con la retórica de la época, que a finales de 1938 en Kogo, «este Consejo de Vecinos ha mandado construir una cruz que está ya en su poder, mientras les llega otra pedida a España con su inscripción, para levantarla en esta localidad perpetua memoria de los que saliendo por los intereses de Dios y de la Patria, en esta lucha sin igual dieron por ellos generosamente su sangre y su vida».

Pero la vieja Santa Isabel no podía ser menos: el 4 de abril de 1940, Ébano - Semanario de la Guinea Española,  Órgano de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S.,  informaba de la realización de una ofrenda floral: «...representación de la Colonia alemana se trasladó hoy a la Cruz de los Caídos, en unión de la juventud Hitleriana de la Colonia...». Pero no sólo la juventud Hitleriana, ya que «fue nota muy simpática y educativa la que dieron los niños y niñas de todas las escuelas al desfilar ante la Cruz de los Caídos depositando al pie de ellas sus ramos de flores», recogía La Guinea Española en noviembre de 1939.

Semanario Ébano del 19 de octubre de 1940.
Día de los Caídos.


Si bien el callejero y los topónimos fueron depurados durante la iracunda administración de Macías (sobrevive en solitario la plaza y barrio E'Waiso Ipola de la Sección Femenina en Malabo o el  Estadio Municipal de Santa Isabel, rebautizado como La Paz, en memoria de la paz que trajo Franco), todavía es posible identificar elementos de exaltación del fascismo en los paisajes ecuatoguineanos.

Así, ajenos a la "Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura", conocida como Ley de Memoria Histórica, Guinea Ecuatorial cuenta todavía con monumentos y elementos franquistas, incluyendo la Cruz de los Caídos (con su «José Antonio Primo de Rivera- Presente!» de rigor) en la vieja Punta Fernanda, actual Punta de la Unidad Africana, en Malabo (Point William durante la administración Británica y brevemente -desde el 10 de enero de 1846- Punta Española o de las Ensenadas).

1938. Pza. de Santa Isabel.
Misa de campaña por los muertos en la guerra.
Portada del Semanario Ébano del Día de los Caídos de 1940.
En Memoria y frontera, de María del Mar Fernández Pérez, se analiza la supervivencia de este tipo de elementos fuera de las fronteras actuales de España:

El marco físico, territorial, en el que actúan las normas es un tema clásico de la teoría política y la filosofía del derecho, intimamente vinculado con la soberanía del estado y
por lo tanto, del núcleo mismo del concepto de poder. Y a pesar de esto, salvo contadas excepciones (señaladamente, ciertas ramas del Derecho Penal) no suele discutirse el límite de aplicabilidad cuando se estudia una ley concreta: suelen aplicarse en el territorio español o a aquellos actos realizados en el extranjero con efectos en nuestro país. Por eso no es frecuente que los teóricos del derecho se interroguen sobre el límite físico (geográfico) al que alcanza la aplicación de una ley.
Una de las particularidades a este respecto de la llamada Ley de Memoria Histórica es que se aprueba con referencia a hechos producidos exclusivamente en un periodo histórico anterior. Y en este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial. 
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.
Artículo 15.1. Símbolos y monumentos públicos.

Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas.

En la fotografía, Cruz de los Caídos (con el clásico «José Antonio Primo de Rivera ¡PRESENTE!») en la vieja Punta Fernanda, actual Punta de la Unidad Africana, de Malabo.

Esa medida de «retirada de subvenciones o ayudas públicas» a las que alude el artículo 15.1 de la Ley, es noticia en los últimos años como por ejemplo en Los pueblos sin subvención por no renunciar a Franco o «Justicia pide a 656 Ayuntamientos que retiren vestigios franquistas: El Gobierno advierte que incumplir la ley de memoria puede suponer la retirada de subvenciones públicas».

¿Qué pasaría si la Cooperación Española incluyera ese criterio como elemento de ponderación o exclusión en sus convocatorias de subvenciones y AOD para Guinea Ecuatorial, Marruecos y alguna que otra república de Latinoamérica y Caribe?





martes, 3 de abril de 2018

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 3 de abril de 1940 (I)

En el Boletín Oficial del Estado del 30 de julio de 1940, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica las siguientes sentencias:

CONDENA

1Andrés Artieda Mentón o Metón (Industrial)Dos años de destierro de estos territorios y la multa de cinco mil pesetas
2José Lizcano Barco  (Oficial de correos)Doce años de destierro de estos Territorios v la pérdida total de bienes que posea el mismo en la Colonia
3Higinio Mazorra SeptiemQuince años de destierro de estos Territorios y la pérdida total de sus bienes en la Colonia
4Jesús Mazorra SeptiemExento de responsabilidades políticas
5José Manuel Vilella Sánchez (Comerciante)Tres años de destierro y al pago al Estado de la multa de setenta y cinco mil pesetas
6Ignacio García de Veas (Comerciante)Seis años de destierro de estos territorios y la multa de mil quinientas pesetas
7Luis González Peña (Practicante)Multa de cinco mil pesetas
8Manuel Alaiz PlazaDos años de destierro de estos Territorios y al pago de mil quinientas pesetas de multa
9Rafael Matamala Baeza (Droguero)Dos años de destierro de estos Territorios y la multa de dos mil pesetas

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 3 de abril de 1940 (II)

En el Boletín Oficial del Estado del 11 de octubre de 1941, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica las siguientes sentencias:

CONDENA

1Andrés Artieda Mentón o Metón (Industrial)dos años de destierro de estos territorios y la multa de cinco mil pesetas
2Rafael Matamala Baeza (Droguero)dos años de destierro de estos territorios y la multa de dos mil pesetas
3José Manuel Vilella Sánchez (Comerciante)tres años de destierro y el pago al Estado de la multa de setenta y cinco mil pesetas
4Luis González Peña (Practicante)multa, de cinco mil pesetas

lunes, 2 de abril de 2018

Prisionero 5124: Grey Molay, el republicano negro

Es cierto, hubo ecuatoguineanos que lucharon en la guerra civil, y uno de ellos sufrió exilio tras la derrota de la República y acabó confinado en un campo de concentración.

Lucía Mbomío lo cuenta en uno de sus artículos de Afroféminas, tras una cuidadosa investigación:

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Prisionero 5124: Grey Molay, el republicano negro

Una noche de vigilia, allá por 2008 o 2009, me pregunté si los que eran como yo, lxs negrxs, también habían formado parte de los acontecimientos que tuvieron lugar en Europa. Me dediqué a buscar por Internet y encontré el documental “Noirs aux camps nazis”  (Negros en los campos nazis) de Serge Bilé. Descubrí a José Carlos Greykey (cuyo nombre real, supe después y gracias a mi investigación, era José Carlos Grey Molay) y a partir de ahí, sentí la necesidad de contar su historia. Así  fue como me embarqué en la producción de un documental que jamás pude concluir, pero que me sirvió para dar con fotos y documentos valiosísimos (como su ficha de ingreso en Mauthausen), para conocer a su familia, a algunas de sus amistades y, en definitiva, para saber más acerca de esta figura tan interesante  que hoy quiero que conozcáis.


Aún recuerdo cuando entrevisté a José Alcubierre en Angouleme, Francia. Tenía 80 y pico años y nadie podría imaginar al verle, con su pinta de abuelo del montón,  que era un superviviente  de uno de los regímenes execrables que nos “regaló” el convulso s. XX, que su estómago, siendo todavía un niño,  había soportado un hambre inenarrable, que sus pies habían padecido calambres y que sus brazos sabían qué era el agotamiento extremo. Alcubierre había compartido confinamiento con José Carlos en Mauthausen y le llamaba Carlitos.

Me contó que lxs españolxs tenían bastante peso allí porque eran muchos y que, a pesar de ser reclusos, tenían cierta influencia. Un buen día les llamó otro compañero de encierro para avisarles del maltrato que estaba padeciendo uno de los suyos. Acudieron unos cuantos corriendo a una placita para defenderle y encontraron a varios nazis que, con un frío del que duele, le echaban agua constantemente “para ver si se volvía blanco”. Tardaron en caer en la cuenta que aquel hombre, también era español, un negro español y republicano, de los del triángulo azul, de los que se quedaron sin patria por no apoyar el alzamiento franquista. No tenían patria pero sí lugar de nacimiento y de vida y de recuerdos, hasta que todo se truncó. José Carlos nació en 1913 en Fernando Poo  (hoy, Isla de Bioko, Guinea Ecuatorial) , por aquel entonces, colonia española (aunque en el documento de ingreso en el campo pusiera Barcelona).

Oímos la historia de buena parte de las víctimas y de los verdugos, de los que ganaron y de los vencidos. Oímos testimonios de judíos, republicanos, y comunistas. Nos estremecimos, sufrimos por ellos.
Pero faltó algo.

En la primera mitad del s.XX,  Europa era un gigante artificial, abarcaba toda su superficie actual y, además, los territorios que tenía en África, Caribe y Asia. Por aquel entonces, el viejo continente se retorcía de dolor en luchas intestinas generadas por el auge del imperialismo del que el colonialismo no era sino otro síntoma (y consecuencia).

Durante la Gran Guerra, la mitad del mundo se partió la cara con la otra mitad. Se perdieron dinero, ciudades, monumentos, vidas… Se calcula que, entre 55 y 70 millones de personas, murieron en la primera contienda global. Entre ellas, había convencidos, reclutados por la fuerza, y africanos. Dentro de los africanos los había dispuestos y también obligados. La mayoría combatió en una guerra que no era la suya, en un lugar que no era el suyo (y que podía estar pisando por primera vez), en un clima que no era el suyo, por una causa que desconocía y por una patria que, aunque afirmara lo contrario, tampoco era la suya salvo porque así lo había estipulado la Conferencia de Berlín.

Me temo que ningún o casi ningún africano asistió a esa conferencia.

Cesó la guerra y nació el fascismo, bautizado con mil nombres (nacionalsocialismo, fascio, franquismo…) y con una sola cara: la del terror. Encontró una fervorosa acogida en una tierra lastimada, sembrada de desheredados y resentidos. Creció alimentado de la pasividad de la Sociedad de Naciones y alcanzó su mayoría de edad en España un 18 de Julio de 1936.

Erróneamente, en España, nos han transmitido que las últimas colonias se perdieron en 1898. Olvidan el enclave del IFNI, el norte de Marruecos, el malogrado Sáhara y Guinea Ecuatorial, que necesitaron más de 70 años para desligarse de la metrópolis. Así las cosas, los que, en esa época eran españoles, se alistaron (o no, pero entraron) en un bando u otro.

José Carlos Grey- Molay (1913 – 1982) estaba en Barcelona estudiando medicina cuando le sorprendió el inicio de la contienda. Había llegado a España 9 años antes, procedente de Guinea Ecuatorial para continuar sus estudios de Bachillerato. Se consideraba catalán y hablaba perfectamente la lengua de allí. Desde el principio, se posicionó del lado republicano, luchó con sus afines y, como ya sabemos, perdió. Perdieron.

De igual modo que otros tantos republicanos, fue a parar a Francia, lugar en el que poco después también arribó el fascismo. El mariscal Petain asumió la presidencia durante el Régimen de Vichy y Francia, que se había levantado contra las hordas hitlerianas, terminó por ser un nido de ellas… Algunos franceses formaron un sólido grupo de resistencia al que también se unieron refugiados españoles, Grey- Molay, por ejemplo.

Todo aquel que perteneciera al movimiento disidente y que fuera capturado, terminaba ejecutado o en un campo de concentración. El gobierno francés era fascista, el español, también. Los portadores de ideas diferentes no tenían lugar en ninguno de los dos países, de modo que ningún estado los reclamó.

Vagones repletos de seres humanos caminaban por columnas de hierro que atravesaban impávidas las fronteras que, en plena contienda parecían inexpugnables  … y sin embargo, es evidente, no lo eran si de lo que se trataba era de transportar seres humanos a los que se trataría sin ningún tipo de humanidad.  El destino final eran campos de esclavitud, de extenuación y hacinamiento, de experimentación, de muerte. De muerte.

– ¿Por qué eres negro? Le preguntaban a Carlos.
– Porque mi madre no me ha lavado bien. Contestaba una y otra vez a sabiendas de que esa respuesta podría costarle la vida.

Regidos por ignorantes salvajes y despiadados, lo mejor al llegar era no llamar la atención de las SS, pero, para un negro, rodeado de blancos, eso era, y es, imposible.

José Carlos fue capturado en el frente del Rhin e internado en Mauthausen en 1941. Era un extraño “ejemplar” para los nazis (pese a que en Alemania había negros procedentes de Namibia, Tanganika, Togo y Camerún) y para los propios españoles, hermanos de ideas, encierro y armas.
Los nazis veían el caso Grey-Molay como algo tan curioso, que terminaron por convertirle en asistente personal de ellos. Él era el que les abría las puertas, el que les servía la comida… Vestido con un uniforme del ejército yugoslavo, José Carlos, era una especie de botones, sin horarios. Eso le provocó que se salvara de trabajar en las duras canteras. Ahora bien, estaba a la merced de los impulsos asesinos de los oficiales para los que servía.

Juan de Diego, otro interno español, decía que para el resto de compatriotas, era uno más. Nunca vieron su color. Según él, la solidaridad entre la comunidad española era muy fuerte, más que en cualquier otra. Eso salvó a José Carlos cuando los nazis se cansaron de ver a un negro cerca de ellos.

En 1945, Grey Molay fue liberado. Como tantxs otrxs republicanxs, decidió no regresar a España sino que se fue a París, lugar en el que, según una de sus hijas, trabajó de bailarín en un cabarette, al principio, y de electricista después, formó una familia y siguió luchando por la libertad. Desde 1977 y hasta su muerte, en 1982, fue un activo miembro del ANRD (Alianza Nacional de Restauración Democrática) que se posicionó en contra del dictador ecuatoguineano Macías Nguema. Grey Molay volvió al origen aunque nunca regresara a la tierra que le vio nacer.

No se sabe cuántos negros perecieron durante la II Guerra Mundial ni en la Guerra Civil Española. Ni siquiera podríamos decir cuántos lucharon en un bando u otro o cuántos tuvieron la mala suerte de entrar en un campo de concentración. Sabemos que José Carlos Grey- Molay fue uno de ellos y, por eso, es importante que sepamos quién fue, merece que le recordemos.


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