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lunes, 27 de abril de 2020

Capitanía General de Canarias

Los hermanos Juan y Pedro Medina Sanabria son fuente de inspiración e información para este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.

El Blog de Pedro Medina Sanabria | Memoria e Historia de Canarias hace un trabajo constante de difusión, por lo que merece la pena bucear un rato por sus páginas.

Juan Medina Sanabria, a su vez, es autor de varias publicaciones. Destaca el trabajo Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración. En él, le dedica todo un capítulo a los 150 del campo de concentración del viejo lazareto de Gando, y presenta una relación de penados y sentencias. Os compartimos un extracto del mismo:
Declarado el Estado de Guerra en Canarias en el inicio del Alzamiento Militar, todos los detenidos por los incidentes acaecidos en la Guinea Española, ya sean de tipo político durante la etapa republicana como los habidos para que no se integraran estos territorios al Gobierno de Burgos, por razón de su jurisdicción, dependían de la Capitanía General de Canarias con sede en la isla de Tenerife, que a través del Gobierno Militar de Las Palmas de Gran Canaria, procede a la designación de los Jueces militares correspondientes. Para llevar a cabo lo previsto en el Código de Justicia Militar y celebrar los consejos de guerras, se hace preciso el traslado de todos los detenidos a Gran Canaria, hecho que se realiza de dos veces.
La primera mayor expedición de prisioneros llega a través del buque de la CIA. Trasmediterránea "Ciudad de Ibiza", transformado en crucero auxiliar, que llega al puerto de La Luz el Sábado 27 Febrero 1937 con 104 detenidos. Todos son ingresados el mismo día en el Campo de Concentración deGando, excepto las mujeres que pasan a la Prisión Provincial.
La situación de estos detenidos era la siguiente:
45 individuos estaban procesados por distintos Jueces, 20 tripulantes del buque "Fernando Poó" procesados. 34 tripulantes del buque "Fernando Poó" en libertad provisional (todos son liberados en la primera semana de Marzo 1937). 3 individuos a disposición del Auditor de Guerra de Canarias 2 individuos expulsados de la Guinea.
La segunda expedición sale de la Guinea Española a primeros de Junio 1937, siendo ingresados en el Lazareto de Gando, once detenidos el día 14 Junio 1937, a disposición de los Juzgados Militares de la Plaza de Las Palmas. 
En relación con los hechos acaecidos en estos Territorios, se ha logrado acceder a certificados de las sentencias de las causas militares que a continuación se indican: 
- Causa 338/36 y 568/36.- Se instruye por Rebelión contra Esteban Sánchez Navarro.
- Causa 393/36.- Por el presunto delito de excitación a la rebelión, contra el paisano, Valentín Redondo Abad. La instruye el Teniente de Infantería José Ramírez Bethencourt por haber prestado el citado individuo servicio con armas como miliciano y haber realizado manifestaciones tendenciosas a la llegada del "Ciudad de Mahón" a Bata. Se efectúa el consejo de guerra el 17 Marzo 1937, en el salón de actos del RIC-39 y se le condena por el delito de auxilio a la rebelión a 16 años de reclusión temporal [y destierro]. La sentencia es aprobada por la Autoridad Judicial el 24 Marzo 1937, siendo puesto en libertad el 15 Septiembre 1940.
- Causa 514/36. Contra el paisano Carlos Márquez Aceituno, por tenencia ilícita de  armas. Tenía una pistola "Lusitania 7,65" en el bolsillo, sin licencia para su uso.
- Causa 515/36. Contra el paisano Abelardo González Alonso, por tenencia ilícita de armas.
- Causa 516/36. Contra el paisano Ginés Pérez Ballesta, por tenencia ilícita de armas.
- Causa 518/36 Contra el paisano José Serrano Roldán, por tenencia ilícita de arma, al acreditarse que una pistola encontrada en un bosque, con la numeración raspada, era de su propiedad.
- Causa 519/36. Juez Instructor Alférez de Artillería Pedro González Rodríguez, por el presunto delito de ofensa a centinela, contra el paisano Andrés López Varona. Se trata en esta causa al citado individuo, dado que estando en prisión en Santa Isabel de Fernando Poó, estaba de centinela el miliciano nacionalista Luis Arzuaga Gimón y le falta de palabra a su madre. Tiene lugar el consejo de guerra el día 16 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial el 24 Marzo 1937.
- Causa 521 /36 Juez Instructor Capitán Infantería Fortunato López Chávez, por el presunto delito de rebelión, contra el paisano Jaime Gay Compte y veintidós individuos más. Se enjuicia a todo el Comité del Frente Popular en Fernando Poó, por reuniones clandestinas tendenciosas desde el 18 Julio/19 Septiembre siguiente (estaba ya el F.P. suspendido en la isla), por los contactos con el Gobierno de Madrid y Bata y sus actuaciones con los subalternos y marinería del crucero "Méndez Núñez", implicándoseles en la destitución de la oficialidad del buque, etc. Tiene lugar el consejo de guerra el 27 Septiembre 1937 en el hogar del soldado del Cuartel del Grupo Autónomo Mixto de Ingenieros nº. 4, sito en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial el 16 Octubre 1937.
- Causa 537/36. Juez Instructor Comandante Infantería Diego Figueroa Manrara, por el presunto delito de rebelión, contra los componentes de la Guardia Colonial, Brigada Sebastián Nacarino Romero, Sargento Joaquín Irles Pérez y Guardia indígena Simón N'Ganye Camerún y los paisanos José Serra Company, Jaime Andrés Sánchez, Martín Illeras Silbano y Ernesto Gómez García. El consejo de guerra se celebra el 4 Junio 1938, en el salón de actos del RIC-39 en La Isleta, y se efectúa para fallar dicha causa, sobre las actuaciones de dichos encausados en la Guinea Continental, donde actuaron como componentes del Frente Popular, haciendo servicios con armas dentro del territorio, destituciones con violencia y detenciones, administrar locales, etc. La sentencia es aprobada por la Autoridad Judicial con fecha 22 Junio 1938, destacando la absolución del Sargento Irles por falta de pruebas y el guardia Simón N'Ganye, por la circunstancia eximente de "obediencia debida" (le ordenaron desarmar a un Oficial que hizo ademán de defenderse antes de su detención, poniéndole el fusil en el pecho).
- Causas nº.537/36 y 538/36 (pieza separada de estas causas). Juez Instructor Comandante de Artillería Antonio Lucena Gómez, por el delito de auxilio a la rebelión, contra el Brigada de la Guardia Civil Eugenio Domingo Espinar y paisanos Vicente Moreno Cancho, Gabriel Martorell Mezquida, Juan-R. Bernal Estrada, Esteban Sánchez Navarro, José Cazorrán Gracia, Gregorio Álvarez Alonso, Generoso Rey Gracia, Ricardo Sáez García y Francisco Diez Arcelus. Se instruye para enjuiciar a los anteriormente citados, Directivos del Movimiento rebelde rojo F.P.y ejecutores de actos de violencia en la Guinea Continental, realizadores de incautación del armamento y municiones a los europeos, asaltos a mano armada, apoderándose de vehículos privados, detención de los Misioneros y Religiosas, disparando en la playa contra el buque "Ciudad de Mahón" y las lanchas de expedicionarios que intentaban desembarcar en Bata, etc. El consejo de guerra se celebra el 3 Noviembre 1938, en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, donde se condena a muerte a cuatro de los implicados, así como otras penas menores a los restantes, siendo aprobada esta sentencia por el Capitán General Vicente Valderrama, con fecha 23 Noviembre 1938. Dada cuenta la sentencia al Cuartel General del Jefe del Estado, con fecha 3 Octubre 1939, la misma es conmutada por la inferior en grado, pasando las penas de muerte a la de reclusión perpetúa.
- Causa nº. 589/36 Juez Instructor Alférez Pedro González Rodríguez, por el delito de rebelión Militar, contra el Sargento de la Guardia Civil retirado, Onofre Mañas Cortés. Según el atestado efectuado en Bata, unido a esta causa, el inculpado perteneció a la milicia de manera voluntaria, efectuando diversos servicios con armas. Al llegar el "Ciudad de Mahón" y oir los cañonazos bajó a la playa; se refugia en el edificio de Aduanas, donde ese visto disparando un fusil, contra las lanchas. El consejo de guerra se celebra el 7 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial del Archipiélago, el 24 Marzo 1937.
- Causa nº.24/37 Instruida por el Teniente José Ramírez Bethencourt por el presunto delito de rebelión, contra el paisano, Capitán de la Marina Mercante Antonio Pasajes Respeto y diecinueve individuos más. Se enjuicia el viaje y las actuaciones extremistas del "comité rojo" en el buque "Fernando Poó" desde Barcelona y en Bata, donde es hecho prisionero por la m/n."Ciudad de Mahón", al que trató de embestirle dado su mayor tonelaje, poniendo en marcha acelerada las máquinas interviniendo en este atentado además algunos tripulantes del buque ya fallecidos y otros en situación de rebeldía. El consejo de guerra se celebra en la salón de actos del Grupo Mixto Autónomo de Zapadores y Telégrafos nº. 4, sito en La Isleta, el 28 Septiembre 1937, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial del Archipiélago Capitán General de Canarias Vicente Valderrama el 18 Octubre 1937.
- Causa nº .26/37 Juez Instructor Capitán de Infantería Bartolomé Martín Ortega por el presunto delito de auxilio a la rebelión, contra el paisano, Enrique Brutinel Ridaura. Se encausa un delito de auxilio a la rebelión, dado que el implicado es uno de los firmantes de un escrito dirigido al Subgobernador del Territorio en solicitud de crear las Milicias Coloniales donde presta servicios como miliciano armado, llevando a cabo diversas detenciones hasta la llegada del "Ciudad de Mahón". Se celebra el consejo de guerra el 20 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, y la sentencia aprobada por la Autoridad Judicial del Archipiélago el 27 Marzo 1937.
- Causa nº.57/37 Juez Instructor Comandante Julio Crespo Colomer, por el presunto delito de excitación a la rebelión, contra el paisano Miguel RiestraMon. Se instruye para enjuiciar la actitud de este funcionario de la Administración de Santa Isabel, que en cierta ocasión después de haberse ocupado la colonia, había manifestado que "si ganaban los nacionales no habría paz en España, y que ponía en duda la Justicia del Movimiento". Se celebra el consejo de guerra el 17 Junio 1937, siendo calificados los hechos como "injurias al Ejército". Es aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial con fecha 26 Junio 1937.
- Causa nº.299/37 Juez Instructor Alférez Manuel Palenzuela Curbelo por el presunto delito de injurias al Ejército (incitación a la rebelión), contra los paisanos, Francisco Longueira Seijo y Ginés José Sáez.Se trata de manifestaciones verbales e intento de recogida de firmas para patentizar la legitimidad del Gobierno de la República sobre los alzados en armas. El juicio se celebra en el Cuartel de San Francisco, el 17 Noviembre 1937 y la sentencia aprobada por el Comandante General de Canarias Vicente Valderrama con fecha 2 Diciembre 1937.
Los dos individuos expulsados del territorio fueron:
1.-Antonio Costa Roca (único dato obtenido), [Secretario de la Cámara Agrícola, masón y condenado por el TRP a la pérdida total de sus bienes en la colonia y seis años de destierro].
2.-Abelardo Lloret Peralt, de profesión Médico, Director de Sanidad en la Guinea. Se ha obtenido sobre su persona la siguiente información: Fue detenido en Santa Isabel el 19 Septiembre 1936 (fecha del Alzamiento Militar en esta zona), quedando a disposición del Auditor de Guerra de Canarias, que ordena su libertad el 4 Marzo 1937. El 26 Abril 1937 reingresa a disposición del Gobernador Militar de Las Palmas, siendo liberado definitivamente el 2 Julio 1937, de orden del Comandante General de Canarias, por nuevo examen de los antecedentes enviados por el Gobernador General de la Guinea Española. Después de ser puesto en libertad, desempeña durante muchos años su profesión en el municipio de Valleseco de Gran Canaria.

Imagen del campo de concentración del Lazareto de Gando en Gran Canaria
(Cortesía de Fernando Caballero Guimerá).
En "Los campos de concentración de Franco" de Carlos Hernández de Miguel.

Quedan por recopilar los juicios de los ciudadanos que se reincorporaron a la zona republicana tras un exilio temporal huyendo del bombardeo de Bata, y que fueron juzgados allí donde fueron apresados, o la población nativa que estaba sometida al Patronato Indígena.

Caso aparte son los desaparecidos que fueron represaliados sin ni siquiera molestarse en armar un atrezo jurídico-administrativo. O los que no pasaron por tribunales y fueron inhabilitados directamente para el ejercicio de la función pública, así como los que sufrieron el rigor arbitrario de los tribunales de responsabilidades políticas (predomina el de Santa Isabel, pero no es extraño que se le sumaran sanciones desde el tribunal de su provincia de orígen). En cualquier caso, todas estas vía punitivas eran acumulables entre sí, incluso respondiendo en ocasiones a lógicas contradictorias.

miércoles, 22 de abril de 2020

La Navaja de Ockham ecuatorial

Razonaba Patricio Nbe en su viejo blog que «nunca se ha hablado entre los colonos de las ejecuciones de blancos peninsulares y españoles por parte de sus homónimos que parece ser que hubo en los primeros días de la guerra, ni siquiera de las batallas de la guerra civil en Guinea».

Surgen así dudas de qué fue -por ejemplo- del cabo Núñez, del hombre del chiringuito, el exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós...
Son cuentas aisladas de un rosario sin nombres, y -por diferentes motivos- resulta difícil documentar su desaparición. No abundan los registros, y éstos no siempre son completos o accesibles, pero -en principio- éstos y otros muchos no constan entre la relación de huidos, ni entre los procesados. Tampoco se encuentran entre los depurados por los golpistas ni entre los que se incorporaron al ejército republicano....

Para el académico Max Liniger-Goumaz en su Diccionario Histórico de Guinea Ecuatorial,
 no habría duda: sí hubo ejecuciones tras el triunfo de los golpistas.

En el discutido diccionario biográfico de la Real Academia de Historia, Cecilio Yusta Viñas reflexiona sobre la "desaparición" del exgobernador Núñez de Prado:
El viernes día 24 de julio de 1936, el Heraldo de Aragón publicó en primera página la noticia del ingreso del general Núñez de Prado en la prisión de Pamplona y decía luego (pág. 4): «Pamplona, 22 (por teléfono). El general Núñez de Prado ingresa en la prisión de San Cristóbal de Pamplona. A las siete y media de la tarde ha llegado a esta ciudad en automóvil, procedente de Zaragoza, el General Núñez de Prado, acompañado por cuatro oficiales que le escoltaban. En calidad de prisionero ha ingresado en la ciudadela a disposición del general militar».
La mera publicación, en aquellos momentos y en una prensa sometida a la férrea censura militar, de que un jefe del Ejército se encontraba encarcelado en Pamplona, que era la sede del cerebro de la sublevación —el general Mola— que había difundido unas contundentes instrucciones de eliminar sin miramientos a los tibios que no estuvieran dispuestos a apoyar la sublevación, equivalía a una sentencia de muerte. Sin embargo, al ser la noticia periodística la última información que existe sobre el general Núñez de Prado y no haber aflorado prueba documental alguna que permita verificar su paradero vivo o su defunción, éste sólo puede ser declarado oficialmente en estado de desaparecido. Pero, si el general no fue objeto de abducción ni sometido a un proceso de sublimación y desaparición espontánea.
Supuesto que en el viaje por carretera de Zaragoza a Pamplona no sufrió daño irreparable y fue depositado en San Cristóbal, cabría esperar que fuera sometido a juicio sumarísimo y fusilado, procedimiento que, por su naturaleza, siempre deja algún rastro documental, como son las actas de la sentencia y fusilamiento. Pero esta vía de investigación está cegada porque, como se ha comprobado, no se localiza en los archivos militares indicio alguno de ello, aunque no se puede descartar que el juicio se celebrara y se ocultara o se hiciera desaparecer la documentación relativa a la causa, una maniobra que tampoco sorprendería a nadie.
Es difícil imaginar, tanto que le dejaran escapar como que el general consiguiera evadirse y que, a salvo en algún lugar seguro, no hubiera dado señales de vida. Es también posible que enfermara y muriese, o que se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal y tampoco se puede descartar que se suicidara, pero su fallecimiento en estas circunstancias seguramente no hubiera sido silenciado. Analizadas todas las posibilidades, sólo quedan dos: que entregado a alguna cuadrilla de no tan incontrolados asesinos fuera “paseado”, o que fuera sometido a un suicidio asistido en la cárcel, ambos actos, por supuesto, discretamente realizados y oportunamente silenciados.
El principio de la navaja de Ockham establece que «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable», por lo que conforme a la reflexión de Yusta, si en ausencia de una instrucción o sentencia que explique la desaparición del sargento Núñez, del hombre del chiringuito, del exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós -entre otros-, y si resulta improbable que ésta se explique porque alguno de ellos «se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal», lo más probable es que fueran represaliados sin ni siquiera molestarse en armar un atrezo jurídico-administrativo.

viernes, 17 de abril de 2020

Patrimonio en cuarentena

¿Recordáis el artículo Patrimonio en llamas? La restauración de la Catedral, al igual que otras urgencias, han quedado eclipsadas por la pandemia del COVID-19.

¿Y si unimos ambas inquietudes?

«El mejor templo levantado a la gloria de Dios en la costa occidental de África» había sido inaugurado en 1916, completándose las torres mellizas conocidas como Alfonsa y Claudia, así como la fachada en los años posteriores.

Si bien la construcción del tempo y palacio episcopal fue sufragado colectivamente, el gran financiador de la adaptación de la fachada había sido el marqués de Comillas.

En 1919, sin haber completado estas últimas obras, fallecieron enfermos de gripe varios familiares del marqués. Es probable, que fueran víctimas tardías de la conocida como gripe española.

Sabiéndose de los fallecimientos en la isla, se organizó un solemne funeral como solidario agradecimiento a uno de los principales mecenas de la construcción de la Catedral, así como vínculo personal con el arquitecto Antonio Gaudí cuya revisión de planos viabilizó la propuesta empírica del Padre Sagarra.

Por cierto, si en la entrada El #YoMeQuedoEnCasa de 1921 esbozábamos la repercusión de la gripe española en Fernando Póo, os completamos la información con la anécdota de que «el paño de lágrimas y consuelo de todos durante esta epidemia, lo ha sido el Rdº O. Superior, P. Luis Sagarra, el cual, a pesar de estar también él contagiado, ha tenido que visitar a los del pueblo [Batete] y a los de las fincas, saliendo a veces por la noche y teniendo que caminar por senderos ásperos y tortuosos…».

En cualquier caso, no olvidéis que estamos en pleno periodo de #YoMeQuedoEnCasa

Si te interesa este tema, le hemos dedicado alguna entrada más en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel:

martes, 14 de abril de 2020

Una isla en cuarentena

En enero de 1959, La Guinea Española recogía la epidemia de gripe entre la población annobonesa, habiendo enfermado 300 de los dos mil habitantes de isla de "gripe asiática", llegada en esta ocasión al territorio continental a través de la frontera terrestre con Gabón.
Tan sólo unos meses antes casi el 50% de los pobladores había sufrido también la enfermedad. 

«Como todos los males, según creencia de estos naturales, vienen a la Isla con los barcos…» concluía el artículo.

Recuerda, en este periodo marcado por el COVID-19 #YoMeQuedoEnCasa
No lo dudes, en tiempos de pandemia, #EsteVirusLoParamosUnidos




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jueves, 9 de abril de 2020

La memoria histórica deslocalizada


Ésta es una situación curiosa:

La "Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura", conocida como Ley de Memoria Histórica, obvia que hay territorios en los que imperó el franquismo y sus normas durante décadas… y que hoy en día quedan por fuera de las fronteras españolas.

Precisamente en "Memoria y frontera...", de María del Mar Fernández Pérez, se analiza:
En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

Si te interesa este tema, puedes consultar por ejemplo:


Por cierto:

lunes, 6 de abril de 2020

El #YoMeQuedoEnCasa de 1921

El verano de 1921 la gripe asoló la isla, anulándose ese año los festejos patronales dedicados a Santiago en Baney. Fue general en casi todos los pueblos, y -todavía en 1949- en Bakake recordaban cómo los vecinos «se desparramaron por sus fincas, dejando abandonado el pueblo y la capilla. Al interrogar al jefe Boriesía por los fallecidos, puso ante mis ojos una cuerda con 38 nudos. Después de mucho bregar se volvieron a unir en un lugar cercano donde se hizo nueva capilla». El nuevo Bakake de 1922 y el abandonado en 1921 son lo que actualmente se conoce como los dos Bakake, Grande (Uake-ote) situado junto al río Soka y Pequeño (Uake-ekonno) junto al río Botoó.

Esa situación de pánico y necesidad de buscar la distancia social ante la expansión de la enfermedad, no sólo desarticuló asentamientos organizados: también fue el origen de otros nuevos como el caso de Bososo. «De entre los bubis de Bososo murió el catequista, Vicente Biepa con todos los sacramentos y muchos infieles cuyo número hacía subir a 150 el jefe Ekobo» (...) Además de fallecer Biepa, el maestro-catequista, del que «corrió la voz que alguno de los hechiceros le habían puesto enfermo», falleció también de gripe en esas fechas Pilar Miria, natural de Basinóka, que se encargaba de enseñar a las niñas. «El pánico fue tan general que una vieja, al verse sola con su nietecita, se arrojó al mar. Otros fueron buscando desde Barépara un lugar más ventilado y sano. La situación entonces no agradó a todos los bubis, pero con el tiempo se fueron convenciendo que aquel paraje, por estar relativamente cercano al río y ofrecer buena ventilación y vista, era muy apto para establecerse definitivamente y así quedó constituido Bososo», asentándose los habitantes de la antigua Barépara y Basinoca en un pequeño repecho que hoy ha quedado entre la carreta del Esta de la isla y el mar.

La gripe española, había llegado con retraso a la isla: «Con el trote de una verdadera invasión hemos sentido llegarse a ésta, aunque en formas benignas, la famosa afección gripal, que tantos estragos hizo en días no lejanos en todo el mundo: nosotros hasta ahora éramos una excepción y no sabemos por dónde se nos ha colado de tal manera el atrevido huésped que apenas si hay casa en la población que no cuente con varios atacados; ha sido cuestión de días, por no decir horas, su toma de posesión. (…) Al aparecer una manifestación gripal debe aislarse al enfermo y ponerlo a cuidadosa cura (…). La Directiva de la Cámara ha pasado una Circular solicitando la cooperación de todos para hacer una limpieza estraordinaria en la Población». Pese a todos los cuidados, hubo numerosos fallecidos, tanto entre los europeos como entre los africanos (población autóctona y braceros inmigrantes). «Si bien es cierto que la gripe no ha revestido los caracteres de gravedad que hicieron histórica la enfermedad en Europa. Con todo no ha sido tan inofensiva entre nosotros, registrándose numerosas defunciones entre los elementos de color sobre todo», concluirá La Guinea Española.

Años después, el mismo diario recordará que visitando la zona continental «don Ángel Barrera y al Sr Loygorri, al adentrarse muchos kilómetros al interior cuando, al a travesar ellos cierta zona, se hallaban todavía los cadáveres insepultos de tantos como la gripe y la viruela habían consumido».

En cualquier caso, tampoco el periódico quedó ajeno a la epidemia: a inicios de agosto, La Guinea Española publicaba un editorial disculpándose por la ausencia de la edición anterior, la cual «obedeció a una verdadera necesidad. Al declararse la gripe no creíamos en un principio fuera tan extensa y teníamos los originales en la imprenta; pero es el caso que desde los primeros principios invadió de tal manera nuestros talleres que fue necesario suspender todo trabajo de imprenta y cerrar más tarde todas las Oficinas de Banapá, pues era imposible continuar los trabajos a causa de la invasión gripal, afección que gracias a Dios no ha revestido gravedad, pero que ha sido lo suficientemente para introducir este desbarajuste…»


Así que los claretianos en 1921 ya lo tenían claro: #YoMeQuedoEnCasa
No lo dudes, en tiempos del COVID-19, #EsteVirusLoParamosUnidos

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domingo, 5 de abril de 2020

El catarro de Fernando Póo

En este inusual periodo de confinamiento con el #YoMeQuedoEnCasa es muy sugerente hurgar en los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de España. Surge así esta curiosidad en la Colección de coplas escritas y cantadas por el actor a cuyo cargo estaba encomendado el desempeño del papel de Tiburón en la zarzuela bufa en tres actos Robinson, durante la temporada cómica de 1872 en el Teatro de Lope de Rueda en Sevilla:

«Tengo un catarro que no me deja ni hablar, y no lo vendo que lo voy á regalar; En el tren mixto que salga para Madrid, á un ministro se lo voy á remitir. Porque es seguro como lo vea el señor, con la cartera se embarca á Fernando Póo; Si en el camino se le vuelve pulmonar, se dará el caso de un ministro reventar.
Zonzin, zonzin - debéis venir,- y otros caribes veréis allí».

Fin de la copla

Y no lo dudes, en tiempos del COVID-19, #EsteVirusLoParamosUnidos

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miércoles, 1 de abril de 2020

Un relato más...

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha
escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

En la edición de diciembre de 2005 de la Revista de Historia Militar, Luis de Sequera Martínez publica el artículo "La guarnición del Ejército de Tierra en los territorios españoles de Guinea".

Reproducimos el fragmento de interés para este paso por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel:
La Guerra Civil Española. La Guardia Colonial de los Territorios Españoles de Guinea. Fuerzas del Tabor de Tiradores de Ifni; Grupo Mixto de Canarias; Regimiento de Infantería Las Palmas y Voluntarios canarios (Batallón de Patriotas) (1936-1939)
Por entonces la situación en el Territorio era tensa, encontrándose los europeos divididos por sus ideas. Estaba de Gobernador Luis Sánchez Guerra, un republicano moderado, débil de carácter, que se deja llevar de los consejos de su secretario Vázquez, decidido republicano de izquierdas. Pronto favorece ciertas ideas revolucionarias, y autoriza la constitución de un «Comité del Frente Popular». También cierra las capillas existentes en los poblados del Continente, declara el estado de excepción el 5 de junio, y solicita del Gobierno de Madrid el envío de un barco de guerra que garantice el poder gubernamental, para el que se designa al crucero Méndez Núñez. Con el Alzamiento del 18 de julio de 1936 y el ordenamiento fundamental del Nuevo Régimen, se pretendía sentar nuevas bases y dar una nueva visión del Territorio, sobre el que continuaba teniendo amplios poderes el Gobernador General. Las noticias de la Sublevación, si llegan, lo son con retraso, o en su caso, deformadas, en especial en los destacamentos de la Guardia del interior del Continente, en los que predomina el sentimiento de permanecer fieles al Gobierno de la Nación, aceptando el triunfo del Frente Popular. La situación en la Isla es similar, encontrándose la población, al decir de las izquierdas, dividida en laicos y clericales, es decir, los pertenecientes al Frente Popular y los «terratenientes del Casino». Las primeras alteraciones se producen en la Isla, donde la Guardia Colonial dispone de 90 guardias, de ellos 40 en la capital, siendo detenidos los oficiales del crucero Méndez Núñez, que logran huir al vecino puerto de Victoria. Pocos días después, la mañana del 19 de septiembre, los mandos de la Guardia de Santa Isabel, dirigidos por su Jefe, el teniente coronel de Ingenieros Luis Serrano Maranges, declaran el estado de guerra e izan la bandera bicolor. 
Buenaventura Durruti
y algunos de sus compañeros
de deportación africana.
La ciudad ha quedado en manos de los alzados. La adhesión al Alzamiento Nacional se extiende al Continente con parte de la Guardia Colonial de Bata, al mando del capitán de Artillería Román Morales Fernández, y del interior del País, sin que tengan tanto éxito, iniciándose la detención del personal no leal, y proclamándose el estado de guerra en Bata. Ante esta actitud quedan la Isla y la mayor parte del Continente separados ideológicamente. El bando republicano refuerza su situación, pues, aparte de ya estar la ciudad en su manos, el día 30 reciben el apoyo moral y material de la tripulación de la motonave Fernando Póo, que, había sido desviada a Bata. Mientras, los destacamentos de la Guardia de Río Benito y Cogo, solidarios con el levantamiento de la Isla, organizan una marcha hacia Bata con ánimo de liberarla, produciéndose el choque entre guardias coloniales de ambos bandos. Como anécdota citar que este año había sido deportado a Guinea, Buenaventura Durruti Dumange un famoso dirigente anarquista fundador de grupos terroristas, y acusado de promover la insurrección, que más tarde con el triunfo del Frente Popular quedaría en libertad. También fueron deportados a Bata, en el vapor Buenos Aires, cientoventiun sindicalistas barceloneses.
Desde las islas Canarias se habían enviado fuerzas para reforzar y liberar, o someter y ocupar, según opinión de cada bando, el incierto territorio de Guinea, compuestas por un tabor de Tiradores de Ifni, al mando del capitán Claudio Arpón; una batería del Grupo Mixto de Canarias, mandada por el teniente José González García; media sección de ametralladoras del regimiento de Infantería Las Palmas, con el teniente Pedro Baena Martínez; y dos compañías de voluntarios canarios, del batallón de Patriotas, mandadas por los capitanes Juan Fontán Lobé y Edmundo Hernández, que se trasladan a la Isla, y luego a Bata. Llegan en la motonave Ciudad de Mahón, que viene armada con dos piezas de artillería, y transporta una columna de desembarco de 700 hombres, con el comandante de Infantería Gonzalo Gómez Abad, de los que deja 200 en el Continente. Antes de fondear sostiene un cañoneo con el Fernando Póo al que primeramente incendia, y luego asalta. Desembarcada una compañía de tropas moras, mandada por el capitán Francisco Pérez Barrueco, se inicia la reconquista del territorio continental, obligando a las fuerzas republicanas, a pasar las fronteras más próximas, internándose en los países vecinos de Gabón y el Camerún, quedando abandonada, sin dirección, ni cometido la tropa indígena, que pasa a unirse a las tropas victoriosas. Con ello quedaban finalizadas las operaciones en el Territorio, y la situación normalizada a finales de octubre con el triunfo del bando nacional.
Es un relato que obvia muertos, heridos, Consejos de Guerra y otras consecuencias pero que nos permite conocer a grandes rasgos el desarrollo de esos meses cruciales.