CB

lunes, 25 de abril de 2022

La familia Cabanellas

¿Recordáis El exilio de Guillermo Cabanellas de Torres?

Reconocido jurista y escritor, en algún momento de su ejercicio profesional -durante la Segunda República- fue secretario del Gobierno General de la Guinea Española. Por lo que se trataría de uno de los ejemplos que dábamos en 80 años del exilio republicano español:
Es cierto que, al estar el territorio ecuatorial administrado por el Estado español, el mismo no pudo ser receptor de exiliados, como sí lo fue el territorio francés, mexicano o argentino, por ejemplo.
Se dan, sin embargo, diferentes situaciones: (...) Funcionarios que pasaron en algún momento por la administración colonial, y acabaron inhabilitados para el cargo público y se vieron forzados al exilio. Son casos como el del doctor Juan Bote, León Felipe, boticario y administrador del hospital de Elobey que falleció en el exilio en México, Joaquín Mallo, presidente del Consejo de Vecinos de Santa Isabel que falleció en el exilio en Francia, o Guillermo Cabanellas de Torres, exSecretario del Gobierno General de la Guinea Española que falleció en el exilio en Argentina. (...)
El general Miguel Cabanellas
inaugurando un busto del general Sanjurjo
tras su muerte, julio de 1936.
«Guillermo, el hijo díscolo del general golpista, antes de ser secretario de Gustavo de Sostoa había participado en la sublevación de Jaca, con Fermín Galán, Ramón Acín, Rafael Sánchez Ventura».... y Rafael Rodríguez Delgado.

Es cierto; si de ampliar conocimientos sobre la guerra civil y sus consecuencias se trata, el apellido "Cabanellas" no nos resultará desconocido...

Al fin y a cabo, el general Miguel Cabanellas fue el padre de Guillermo Cabanellas, y es recordado por ser uno de los cabecillas del golpe de Estado de 1936.
Fue de hecho uno de los militares de más alto rango que se sumaron a los golpistas, por lo que presidió el Directorio militar tras la muerte del general Sanjurjo.

De convicciones republicanas (era miembro de la masonería y había sido incluso diputado por el Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux) pronto fue considerado un estorbo por Franco y su entorno, y reacomodado en puestos secundarios. 

Es célebre la frase premonitoria pronunciada por Cabanellas cuando Franco logró imponerse al resto de militares: «Ustedes no saben lo que han hecho, porque no le conocen como yo, que le tuve a mis órdenes en el ejército de África [...]. Si, como quieren, va a dársele en estos momentos España, va a creerse que es suya y no dejará que nadie le sustituya en la guerra ni después de ella, hasta su muerte».

El general no sólo llama nuestra atención en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel por ser el padre de Guillermo Cabanellas, ya que en los primero días del golpe de Estado, Miguel Cabanellas participa en El caso del viejo Gobernador que murió descalzo.

Confiando precisamente en sus antecedentes republicanos y la pertenencia a la masonería, el exgobernador Núñez de Prado voló a Zaragoza en los días siguientes al golpe de Estado, para persuadir al general Cabanellas al mando de la V División Orgánica para que no se uniera a los sublevados. Fue retenido varios días, hasta que fue trasladado a Pamplona. Hacia el 23 o 24 de julio de 1936 fue encarcelado en el fuerte de San Cristóbal (Pamplona) y fusilado poco después por órdenes de Mola. 

¿Cómo sería la fallida negociación de Núñez de Prado con Cabanellas o con Mola?
Su asesinato fue ocultado durante años, imposibilitando a su viuda tramitar pensión y herencia, por lo que no hay forma de reconstruir sus últimos días.
En cualquier caso, la conversación no sería muy diferente de la que sostuvo el comandante de la Guardia Civil, José Rodríguez-Medel con Mola una semana antes:
R-M.: La Guardia Civil seguirá al lado del Gobierno. Ahora y siempre defenderé al Gobierno de la República como poder constitucional. Ésa es mi postura.
M.: Entonces ¿no le importa nada la salvación de España?…¿Qué haría si se implantase, dentro de unos días, el comunismo en nuestra patria?
R-M.: Cumpliría con mi deber.
M.: ¿Y cual es su deber?
R-M.: Obedecer las órdenes del poder constituido.
M.: Si, pues aténgase a las consecuencias.
A Rodríguez-Medel le dispararon por la espalda, y Núñez de Prado -recuerdan los testimonios recopilados- fue fusilado y enterrado descalzo tras haberle robado el calzado, acto que daba nombre a la correspondiente entrada del blog.


lunes, 18 de abril de 2022

León Felipe guineo y boticario

Farmacia del Hospital de San Carlos
 (actual Luba), en 1929.
El 29 de septiembre de 1922, La Guinea Española informa de la llegada de varios pasajeros en el vapor correo Ciudad de Cádiz. Entre los llegados está Felipe Camino Galicia, el poeta conocido como León Felipe.
Hacía unos meses había sido nombrado administrador y farmacéutico del Hospital de San Carlos (en los territorios de la Guinea Ecuatorial española, actual Luba), aunque a petición del jefe de Sanidad el gobernador general decidió reubicarle en la isla de Elobey.

En ambos puestos fue precedido por Rafael Matamala, acompañante de este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel. Y, al igual que Matamala, como administrador le correspondió la dirección del centro de salud de Elobey y -eventualmente- la subgobernación de la isla.

Poco sabemos del paso de León Felipe por el territorio ecuatorial. Nos queda, eso sí, su poesía:
...He dormido muchas noches, años, en el África Central,
allá, en el Golfo de Guinea,
en la desembocadura del Muni,
acordando el ritmo de mi sangre
con el golpe seco, monótono y tenaz
del tambor prehistórico africano
de tribus indomables.
He visto a un negro desnudo
recibir cien azotes con correas de plomo
por haber robado un viejo sombrero de copa
en la factoría del Holandés.
Vi parir a una mujer
y vi parir a una gata.
y parió mejor la gata;
vi morir a un asno
y vi morir a un capitán.
y el asno murió mejor que el capitán.
Y ese niño,
¿por qué ha llorado toda la noche ese niño?
No es un niño, es un mono —me dijeron.
Y todos se rieron de mí.
Yo fui a comprobarlo
y era un mono pequeño en efecto,
pero lloraba igual que un niño,
más desgarrada, más dolorosamente que todos los niños
que yo había oído llorar en el mundo.
El Sargento me explicó:
—Anoche en el bosque matamos al padre y a la madre,
y nos trajimos al monito.
¡Cómo lloraba el monito!
(...) 
Se trata de un fragmento de “Escuela” del libro ¡Oh este viejo y roto violín!.
En el mismo deja testimonio de la situación de la población local, y la dureza del trato, no dejándole indiferente.

Cuenta Gustau Nerín en Un guardia civil en la selva: «el poeta León Felipe explicaba que, cuando llegó a la colonia como farmacéutico, detectó que hasta entonces habían estado desviándose las partidas presupuestarias destinadas a sanidad. En vez de continuar con las prácticas corruptas de sus predecesores, denunció los hechos ante Barrera, que quedó tan impresionado por la honradez del poeta farmacéutico que le impuso una condecoración. Le aseguró que era el primer funcionario honrado que llegaba a la colonia en muchos años».

Allí permanece tres años para volver a España, haciéndose efectivo su cese en septiembre de 1923.  Al poco tiempo, parte hacia América, invirtiendo todo lo ahorrado en Guinea, quinientas pesetas, en adquirir un pasaje de tercera, en la bodega, entre los más humildes emigrantes.

Al estallar la guerra civil española en 1936 vuelve a su tierra, totalmente identificado con el gobierno republicano y constitucional amenazado entonces por el levantamiento militar del general Franco. Su experiencia es desgarradora. En 1938 huye del bando nacional y se exilia definitivamente en México. Es cuando escribe "Español del éxodo y del llanto":
¡España, España!
todos pensaban
-el hombre, la Historia y la fábula-,
todos pensaban
que ibas a terminar en una llama...
y has terminado en una charca.
Después de una larga vida enfrentándose a la injusticia a través de su verbo, fallece exiliado en México en 1968.

León Felipe es uno de los ejemplos que dábamos en 80 años del exilio republicano español:
Es cierto que, al estar el territorio ecuatorial administrado por el Estado español, el mismo no pudo ser receptor de exiliados, como sí lo fue el territorio francés, mexicano o argentino, por ejemplo.
Se dan, sin embargo, diferentes situaciones: (...) Funcionarios que pasaron en algún momento por la administración colonial, y acabaron inhabilitados para el cargo público y se vieron forzados al exilio. Son casos como el del doctor Juan Bote, León Felipe, boticario y administrador del hospital de Elobey que falleció en el exilio en México, Joaquín Mallo, presidente del Consejo de Vecinos de Santa Isabel que falleció en el exilio en Francia, o Guillermo Cabanellas de Torres, exSecretario del Gobierno General de la Guinea Española que falleció en el exilio en Argentina. (...)


Esa es la historia de quien llamaba Gerardo Diego: "León Felipe, guineo y boticario".
Si quieres saber más, no dudes en consultar León Felipe, en Guinea Ecuatorial de Vicente Granados.


viernes, 1 de abril de 2022

España en paz

En los XXV años de conmemoración de la victoria de los franquistas una junta interministerial elaboró programas de festejos, actividades y publicaciones (sellos incluidos) o rebautizar al viejo estadio municipal de Santa Isabel como "La Paz".

Cada diputación provincial de España aportó incluso un tomo de la serie "España en paz", y el correspondiente a la recién estrenada "región ecuatorial", con prólogo institucional a cargo de José Cervera Pery, no tenía desperdicio:

El conflicto derivado del golpe de Estado del 36 se convertía en un recuerdo bucólico y se dedicaba a ensalzar los XXV años de progreso bajo la paz de Franco.

«Mucho, muchísimo podría hablarse de Fernando Poo a través de estos veinticinco años de hondas y progresivas superaciones. Su progreso económico y social tan a la vista está de todos que sería empresa inútil querer hacer del mismo una exhaustiva recapitulación. En cualquier da los campos de actividad que fijemos nuestra atención tendremos siempre ante los ojos la realidad incontrovertible de un cuarto de siglo fértil en realizaciones y ubérrimos en resultados. Veinticinco años de progreso y bienestar social bajo la paz de Franco».




¿Paz?

Entonces, ¿no hubo guerra civil en territorio ecuatoguineano?
Lo cierto es que sí: el territorio y sus pobladores no fueron ajenos ni al conflicto, ni a sus consecuencias.

Un 18 septiembre, la Guinea Española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.

En este blog, te facilitamos algunas piezas para que puedas armar tu propio puzzle.

Acompáñanos en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.