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martes, 3 de noviembre de 2020

Las maestras auxiliares

¿Recordáis la entrada La Sección Femenina?

Fue una narración memorable en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.

Uno de los resultados de esa opción africana de la Sección Femenina es el surgimiento de una generación de maestras auxiliares. De hecho, ellas garantizarán la supervivencia del movimiento tras la salida de los cuadros españoles en 1969.

«Franco y Carmen Polo de Franco con las maestras auxiliares 
de Guinea Española» dirá el archivo.

Hay interesantes registros fotográficos de sus formaciones y desplazamientos a la península, pero de todas ellas -aunque tenga menor valor documental- nos quedamos con ésta de Franco y Carmen Polo recibiéndolas.

sábado, 29 de febrero de 2020

El Servicio Social de la Mujer

¿Recordáis dos de nuestras míticas entradas?:
En el territorio ecuatorial, al igual que en la península las mujeres participaron en el Servio Social de la Mujer. Y si bien en Fernando Poo y Río Muni, la presión era menor, el no realizarlo suponía -por ejemplo- la exclusión en determinados estudios o trabajos, especialmente en caso de dejar Guinea. Así, no era extraño que las jóvenes europeas y africanas estuvieran durante meses prestando servicio en la Radio Santa Isabel (EAJ-205), la biblioteca pública, el hospital, las escuelas o la propia Sección Femenina.

Recoge J. Ramírez Copeiro en Objetivo África-Crónica de la Guinea Española en la II Guerra Mundial el testimonio de Delfina Aparicio, «yo entré en la emisora porque tenía que realizar el Servicio Social obligatorio y de las tres opciones que teníamos las jóvenes: la radio, el Gobierno general y la biblioteca de la Misión Católica, elegí la primera de ellas. Empecé a trabajar en la radio en 1946, recién llegada de la Península. La emisora estaba situada en el edificio de la Jefatura de Falange, en la tercera planta y su director era el falangista Ángel García-Margallo, con un cargo también en e Patronato de Indígenas. Radio Santa Isabel EAJ2 emitía en horario de 1 a 3 del mediodía y de 6 a 9 de la noche, abriendo la programación con el himno de los voluntarios de la Legión. Seguía a continuación música variada, noticias, anuncios comerciales y peticiones del oyente. Junto a otras compañeras como Carmencita Perelló y Clarita Riobó -continúa Delfina Aparicio- preparamos un archivo de los discos disponibles y sus fichas correspondientes. Lo cierto es que disponíamos de una amplia y variada discoteca. Más adelante llegamos incluso a estrenar una obra de teatro por la radio...».

Un servicio obligatorio que se perpetuó hasta 1968 en Guinea Ecuatorial, desapareciendo finalmente la Sección Femenina en 1977 (tanto en España como en la joven República).




Por eso, esta noticia tiene también interés para las ecuatoguineanas:

El Supremo reconoce el derecho de las mujeres a computar el "servicio social" franquista para la jubilación anticipada

El Tribunal Supremo ha reconocido el derecho de una mujer a que el periodo que pasó en el "Servicio Social de la Mujer" franquista compute para acceder a la jubilación anticipada. Equipara así la situación a los hombres, para los que el servicio militar obligatorio o la prestación social sustitutoria ya contaba a estos efectos. Al menos dos sentencias de tribunales superiores ya reconocían este derecho a las mujeres, pero ahora es el Supremo el que constata esta interpretación.

La Sala de lo Social aplica la perspectiva de género al interpretar el artículo de la Ley de Seguridad Social que contempla que para acceder a la jubilación anticipada podrá acreditarse el periodo dedicado al servicio militar obligatorio o la prestación social que lo sustituía como máximo durante un año. No hacerlo, dice la sentencia, e interpretar la norma de manera literal supondría violar el principio de igualdad de la Constitución e incurrir en una discriminación por razón de sexo.

A la mujer que inició el proceso judicial le faltaban solo unos días para tener el periodo cotizado necesario para acceder a la jubilación anticipada. Recurrió a los tribunales para hacer valer su periodo en el servicio social franquista y un tribunal de primera instancia le dio la razón. El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, sin embargo, echó para atrás esta decisión.

El Supremo resuelve en esta sentencia la contradicción entre esta decisión y otros dos fallos de dos tribunales superiores (el de País Vasco y el de Extremadura) que sí habían reconocido el servicio social femenino como periodo a tener en cuenta para la jubilación anticipada. La ponente, María Luisa Segoviano, recuerda que la Ley de Igualdad insta a integrar el principio de igualdad entre mujeres y hombres también en el ordenamiento jurídico. "Ha de aplicarse la ponderación que supone examinar cuál de las soluciones posibles hace más efectivo el principio de igualdad", señala.

La sentencia reconoce que la norma no considera el tiempo dedicado al "Servicio Social de la Mujer" como periodo que compute para la jubilación, pero subraya que el principio de igualdad es de obligado cumplimiento. Puesto que el servicio militar solo lo realizaban los hombres, razona, la norma solo está reconociendo derechos a los hombres, mientras que a las mujeres se les exigía igualmente ejercer ese "servicio social" pero ese periodo no se les reconoce para la jubilación. Ambos servicios eran obligatorios pero solo uno da derechos de cara a la jubilación anticipada, según la redacción literal de la norma.


Pero esa interpretación al pie de la letra es lo que rechaza el Supremo. "La interpretación literal conduciría a violar el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en materia de Seguridad Social, proclamado en la normativa europea", explica.

"Únicamente mediante la aplicación de la perspectiva de género en la interpretación y aplicación del precepto (...) se alcanza la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, ya que la aplicación literal del mismo conduciría a una violación de dicho principio pues supondría un trato discriminatorio de las mujeres respecto a los hombres", concluye el Supremo.


Certificaciones del Servicio Social

La persona interesada en obtener una certificación de cumplimiento de prestación del Servicio Social dependiente de la antigua Sección Femenina debe dirigir su solicitud por escrito (acompañando copia de DNI y de cualquier otra documentación justificativa) ante la Subdirección General de Asuntos Generales y Coordinación del Ministerio de Política Territorial y Función Pública.

Esta Subdirección es la única unidad competente para la instrucción y expedición de certificados válidos ante la Seguridad Social relativos a los servicios prestados en organismos extintos o suprimidos.

La solicitud debe dirigirse a la siguiente dirección:

Subdirección General de Asuntos Generales y Coordinación

Subsecretaría de Política Territorial y Función Pública

Ministerio de Política Territorial y Función Pública

C/ José Marañón, 12

28010 MADRID

La persona interesada puede presentar su solicitud a través de los siguientes medios:

Si presenta su solicitud mediante registro electrónico, la aplicación le solicitará que indique el órgano, centro o unidad administrativa al que debe dirigirse y su correspondiente código de identificación.

Para ello, le facilitamos el código de identificación de la Subdirección General de Asuntos Generales y Coordinación del Ministerio de Política Territorial y Función Pública:

  • Código Unidad/Entidad: EA0020713
  • Denominación Unidad/Entidad: SUBDIRECCIÓN GENERAL DE ASUNTOS GENERALES Y COORDINACIÓN

lunes, 17 de febrero de 2020

La Falange Exterior en Guinea Ecuatorial

Decíamos en Falangistas morenos que meses antes del 18 de Julio existían milicias de Falange en Santa Isabel, organizadas por Luis Ayuso Sánchez-Molero, capitán de la Guardia Civil (ocupará la Jefatura de Milicias Nacionales de Santa Isabel hasta su asignación al Tercio a inicios de 1937), las cuales apenas declarado el estado de guerra se presentaron correctamente uniformadas y equipadas.

Tras el decreto de unificación, el nuevo gobernador General, Juan Fontán y Lobé, que era presidente del partido Acción Popular (integrado en la CEDA) en Canarias, pasa a ser Jefe Provincial de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. en los Territorios Españoles del Golfo de Guinea.

Milicia de Falange desfilando
un 18 de julio en Bata.

La sección local de la Falange mantuvo, eso sí, sus señas de identidad pese a las directrices del Secretario General FET y de las JONS, Muñoz Grandes, de evitar a toda costa pretextos para la diversidad -como el salacot-, ya que "la boina roja y la camisa azul son prendas empapadas de la sangre de nuestros héroes y de nuestros mártires y que nadie, sin llevar su merecido puede menospreciar."

En su entorno hubo desde el primer día tanto grupos juveniles como un colectivo de mujeres, si bien éste no se institucionalizará como Sección Femenina hasta décadas después.

Así, mientras Guinea Ecuatorial fue «tan territorio español como la provincia de Cuenca» -son palabras de Luis Carrero Blanco-, la Falange contó con colegios, centros de formación, milicias, un precario sindicato vertical, y medios de comunicación en el territorio ecuatorial.

Sin embargo, el 12 de octubre de 1968, Manuel Fraga Iribarne -rigurosamente vestido con la guerrera blanca del uniforme de jerarca de Falange- firmó el acta de independencia.

Fraga luciendo su guerrera blanca de jerarca de FET y de las JONS.


Se genera en ese momento una situación paradójica, que el -entonces- Ministro de Asuntos Exteriores Fernando Maria Castiella, como exDelegado Nacional del Servicio Exterior de Falange (1942-1943), no podría desconocer. Describe Francisco Blanco en Del final de la guerra civil (1939) a la desaparición de la Delegación Nacional del Servicio Exterior (1945):
Acabada la guerra mundial el régimen del general Franco era arrinconado en el concierto internacional. Si el cambio de decorado se hacía necesario, era preciso sacrificar al Servicio Exterior [de Falange]. El 10 de Diciembre de 1945 el Vicesecretario General, Rodrigo Vivar, en funciones de Secretario General comunicaba la supresión del Servicio y de todas sus dependencias conforme al deseo expresado poco antes por el General Franco. Sin embargo, llama la atención el sentido de tarea cumplida que rezumaba el oficio del Vicesecretario: «Superadas las circunstancias que aconsejaron la creación del Servicio Exterior de la FET». Aquel párrafo suponía un desafortunado epitafio. Si en el 37 el Servicio Exterior basó su fundación en la ayuda al nuevo Estado, nunca más que ahora ese nuevo Estado precisaba de apoyos exteriores aunque por supuesto el Servicio Exterior de la Falange no se los podía dar.
Es decir, que aunque el Servicio Exterior de Falange se disolvió en 1945 con Castiella como su penúltimo Delegado Nacional (realmente fue el último funcional), tras la independencia de las provincias de Fernando Poo y Río Muni, la estructura de Falange en el territorio se mantendrá operativa durante años y financiada hasta 1977 por el gobierno Español. Se dará así, de la mano de Pilar Primo de Rivera, una suerte de cripto Falange Exterior.

Te contamos el proceso, documentado por Amalia Morales Villena y Soledad Vieitez Cerdeño en "La Sección Femenina en la «llamada de África»: Saharauis y guineanas en el declive del colonialismo español":
Cercano el momento de la independencia de Guinea Ecuatorial, la Sección Femenina estuvo convencida de su posible continuidad en el país, al menos hasta dar el relevo a esa minoría de mujeres preparadas, aún en formación. Para argumentar tanto su labor como su potencial de futuro, la Delegada Nacional, Pilar Primo de Rivera, presentó diversos informes en los que ponía de manifiesto la firme convicción de que el desempeño de Sección Femenina no había consistido exclusivamente en una mera replica de los servicios existentes en España, sino en la creación de formulas particulares que además atendían a la diferencia cultural del país. Así lo recogen las póstumas Crónicas oficiales de la organización: «procuramos en todo momento respetar la idiosincrasia y tradiciones de la mujer guineana, no pretendiendo trasplantar simplemente instituciones que funcionaban en España, sino crear formas nuevas». Al igual que ocurriera en España, el colectivo de Sección Femenina creyó firmemente que podía ser una institución útil después de la independencia y, tras la muerte de Franco, a tenor de lo que había hecho hasta entonces y junto con las camaradas «nativas», formadas para tal fin. Ello requería ampliar el plan de formación para constituir una minoría o elite de mujeres preparadas, plan que se frustró con la llegada al poder de Francisco Macías Nguema, Presidente de la nueva República, quien «con colaboraciones marxistas eficientes, trató de devolver a la selva en el plazo más breve posible» al país.
Meses después de la independencia de Guinea Ecuatorial, Rafael de Mendizábal describía en "Misión en África: La descolonización en Guinea Ecuatorial (1968-1969)":
En los días frenéticos inmediatamente posteriores al "golpe de Estado" [del 5 de marzo de 1969] con las "juventudes" desbocadas por las calles de Bata asesinando a los suyos, saqueando tiendas y violando mujeres, las Jefas de la Sección Femenina de Falange se portaron ejemplarmente, con sencillez y coraje, tanto en Bata como en Santa Isabel, permaneciendo con sus pequeñas alumnas negras en los Colegios que regentaban, sin acceder a refugiarse en los campamentos de la Guardia Móvil como todos les aconsejaban.
Concluye Pilar Primo de Rivera en en sus memorias “Recuerdos de una vida”: «Evidentemente, retiramos de allí las camaradas, aunque Macías nos instó varias veces a que las dejáramos, asegurando que él las protegería y ayudaría. Así terminó todo, y muchas de nuestras antiguas alumnas murieron asesinadas». 

Curso de cocina en la Escuela Hogar de la Sección Femenina.

Llegado el primer aniversario de la independencia, el 12 de octubre de 1969, se firmaron igualmente varios acuerdos.
Y en concreto, el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial, en su artículo 10º establecía que «el Gobierno español prestará al Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial toda la ayuda posible para la enseñanza y la práctica de la educación física y deportiva, a través de la Organización Juvenil, la Sección Femenina, la Delegación de Deportes u otras organizaciones similares».

La organización falangista se mantuvo en Guinea Ecuatorial con oficiales expatriadas hasta finales de 1969 y el gobierno español sostuvo prácticamente hasta su disolución en España el financiamiento de su estructura y de la asignatura de “labores del hogar” en los colegios ecuatoguineanos (el 1 de abril de 1977 el Real Decreto Ley 23/1977 suprimió la Sección Femenina) apoyándose en cuadros locales de la Sección Femenina como Marina Alena Mbá.
Con todo -completamos citando a Amalia Morales Villena-, tras la salida de Sección Femenina, quedaron unas débiles estructuras, herederas de su labor y estilo organizativo. Tal fue el caso de las líderes guineanas de la Sección Femenina, reconvertidas en el ala femenina del Partido Unificado Nacional de Trabajadores, sección que como indica el investigador Gustau Nerín «a partir de la dictadura de Macías siguió haciendo lo mismo que había hecho la organización falangista. Esto sí, cada vez se actuaba con menos recursos y de forma más precaria». La formación recibida por estas mujeres, no obstante, las situó en una posición privilegiada ante el nuevo contexto político, lo que les permitió ocupar puestos de responsabilidad educativa, social e incluso política...
Y así terminó la Falange Exterior.

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sábado, 1 de julio de 2017

La Sección Femenina

Aunque en los "27 Puntos Doctrinales" de Falange Española de las JONS no había referencia al africanismo, la Falange tenía presencia en el territorio de la Guinea Española.
Meses antes del 18 de Julio existían milicias de Falange en Santa Isabel, organizadas por Luis Ayuso Sánchez-Molero, capitán de la Guardia Civil, las cuales apenas declarado el
estado de guerra se presentaron correctamente uniformadas y equipadas en la forma que puede apreciarse en la figura.

Pero ¿y las mujeres?, Es cierto; también llegó la Sección Femenina al golfo de Guinea...

Como "Falange Femenina", tuvo presencia a la par de la milicia integrada por varones: «En Santa Isabel y en Bata funciona ya -de modo admirable- la Falange Femenina, que tiene allí una tarea dura y de prueba, que cumple con gran espíritu de sacrificio y abnegación», dirá el gobernador Juan Fontán en 1937, pero la Sección Femenina se hizo esperar.

No será hasta 1954 que lo grupos de coros y danzas de la Sección Femenina incluirán el territorio ecuatorial en sus giras. Y una década después generarán una estructura estable.

Portada de ABC (24 de julio de 1957): BAILES ANDALUCES EN FERNANDO POO Las muchachas de los Coros y Danzas de la Sección Femenina de Cádiz, durante uno de sus actuaciones en el patio del colegio de las Madres Concepcionistas de Bavilé [Basilé], en Santa Isabel de Fernando Póo.
La propia Pilar Primo de Rivera le dedica un par de páginas a la implantación africana de la Sección Femenina en sus memorias “Recuerdos de una vida”:
También acudimos, porque se nos necesitaba, al África Ecuatorial. Todo lo que fuera incrementar allí la influencia de España y ayudar a la mujer a ocupar su puesto y a hacer valer sus derechos, nos parecía una de nuestras primeras obligaciones; por esto, cuando recibí, a través del Ministerio, una petición para que se enviase profesorado de la Sección Femenina a los Institutos creados por el Gobierno en la región ecuatorial de Fernando Poo y Río Muni, empezamos a pensar en la gran obra que se podía hacer; en el 63, las autoridades nativas vinieron personalmente a pedirme que enviara profesoras. Recuerdo que vino Federico Ngomo (después atrozmente asesinado por Macías en el momento de la independencia) con el comisario general de Río Muni, general Díaz de Villegas. (…)
Accediendo a los deseos expresados por las autoridades nativas, se organizó en Río Muni una escuela de hogar permanente. Después se establecieron dos colegios menores, uno en Santa Isabel y otro en Río Muni. Todos los gastos estaban pagados por las autoridades nativas, es decir, por el presidente de la Diputación de cada una de estas provincias. En Río Muni, en la escuela, además de las enseñanzas de hogar, se daban clases de bachillerato, y había una escuela de Magisterio. Todo ello, reconocido oficialmente por el Ministerio. Se organizó también un colegio menor y equipos de cátedras ambulantes, para internarse en los poblados de las provincias, y se preparó a monjitas nativas para que hicieran la labor en la selva. Se llevaron a la Península alumnas de nuestros centros a un albergue primero, y luego a un recorrido por España. Más adelante varias vinieron aquí para estudiar en colegios menores, y algunas siguieron carreras. En la Almudena se formaron varias ATS. Dos de ellas fueron más tarde directoras de un hospital en su país. Para que las alumnas pudiesen seguir el bachillerato se habían enviado allí algunas maestras.
Curso de divulgadoras sanitarias en Castellón de la Plana.

Amalia Morales Villena y Soledad Vieitez Cerdeño lo documentan en "La Sección Femenina en la «llamada de África»: Saharauis y guineanas en el declive del colonialismo español":
La Sección Femenina de la Falange Española y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) recibió el encargo («misión», como ellas lo entendían) del gobierno de Franco de establecerse en un nuevo territorio al que expandir la experiencia de nuestro país en la gestión de las políticas sobre y para con las mujeres españolas. Varias generaciones de españolas recibieron sus enseñanzas y doctrinas en el intento de moldear las mentes y los cuerpos de las futuras madres de la Patria. Desde finales de la década de los años cincuenta en adelante, el régimen se plantea ampliar el ámbito de acción de Sección Femenina a las colonias saharauis y guineanas, como reconocimiento de su identidad nacional española y como estrategia para mostrar las bondades del régimen en cuanto a las colonias. Desde sus servicios y programas lograrían inculcar en estas mujeres la política de género del régimen en su etapa final, una política que constataba su fracaso para con las mujeres de la metrópoli, aún así contribuyendo a la españolización de las colonias. Durante catorce años hasta la disolución del Movimiento Nacional y, con él, la organización falangista de Sección Femenina fue estableciendo delegaciones e implantando servicios en las denominadas provincias españolas en África. La primera intervención de la Sección Femenina se llevó a cabo en el Sahara y un año después, a tenor del «éxito alcanzado» en la Guinea ecuatorial colonial, donde permanecieron hasta su independencia y, consecuentemente, hasta la salida de todas las instituciones franquistas de los territorios coloniales por entonces.
La Sección Femenina en Guinea
El proyecto africano significaba para Sección Femenina la gestión de un nuevo ámbito de servicios que les garantizaba a sí mismas (y, de paso, al resto de las mujeres) un espacio pequeño (aunque exclusivo) de poder que, contando con el beneplácito del régimen, legitimaba su labor; contentas así mismo de que el régimen siguiera contando con ellas hasta el punto de que le sobrevivieron en el tiempo. Más allá de estas razones coyunturales, sin embargo, los mandos de Sección Femenina argumentaron esa entrada en escena, basándose en una explícita (aunque aparentemente cándida) preocupación, «al conocer la situación de la mujer nativa […] [y] considerando que, al ser provincias de España, también ella era española». Ampliaban así el marco de actuación muy considerablemente, aún siendo conscientes de que se trataría de mujeres «difíciles» y problemáticas, con una mentalidad totalmente diferente a la de las mujeres nacionales. Con todo, el reiterado uso del genérico y singular «mujer» en el discurso de la organización rezuma un esencialismo que niega, como ya lo hiciera con las mujeres españolas, esa diversidad cultural, religiosa, étnica, etaria, generacional y/o de clase de las mujeres saharauis y guineanas, ubicadas por otro lado en regiones tan dispares del ya considerablemente diverso y complejo continente africano.
Noticia de ABC referente a la inauguración
de E'Waiso Ipola en enero de 1967

Sección Femenina en Guinea Ecuatorial 
La intervención de Sección Femenina en Guinea se hizo poco después que en el Sahara, en este caso a demanda del Procurador a Cortes y Presidente de la Diputación Provincial de Río Muni, Federico Ngomo. Se establecieron dos delegaciones de la organización femenina, una en Río Muni y otra en la isla de Fernando Poo (hoy Bioko), siempre atendiendo al «contenido étnico diferente» y la «idiosincrasia» de las comunidades «tribales» de las dos provincias y, en especial, de sus mujeres.

La primera Delegada Provincial de Río Muni fue Pilar Santalices y, al poco tiempo, Carmen Obón, quien permaneció allí hasta la independencia, acontecida cinco años después del Referéndum celebrado el 15 de diciembre de 1963. En la isla de Fernando Poo, Concha Tentor ejerció como Delegada Provincial de Sección Femenina. Según sus propios informes y testimonios, la mujer guineana (a diferencia de la saharaui) presentaba mayor interés por formarse, «aunque su carácter era difícil en todos los sentidos: apático, mentiroso, etc. ». Sin embargo, las niñas guineanas acudieron con celeridad a las escuelas de hogar que comenzaban a funcionar en las ciudades de Bata y de Santa Isabel (esta última hoy denominada Malabo, capital del país).
La labor de las Cátedras Ambulantes en Guinea [Las Cátedras Ambulantes se llevaron a cabo en las ciudades guineanas de Sevilla del Niefang (hoy simplemente Niefang) y de Valladolid de los Bimbeles (Añisok, hoy día).] arrancó con mayor intensidad que en el Sahara, debido a que las dificultades geográficas y la dispersión dificultaban el desempeño de Sección Femenina en el caso saharaui. Se constituyeron cinco equipos que instruían a las jóvenes y a las madres cuidadoras, organizadoras del hogar, así como a las familias en técnicas de administración del hogar, industrias rurales, higiene, además de clases de educación física y formación familiar y cívica; labores que se llevaron a cabo sin tener en consideración los intereses de estas mujeres y niñas africanas. Ya en 1965 funcionaban los Círculos de Juventudes y un Colegio Menor en Bata, habiéndose incorporado profesoras de Sección Femenina en los institutos de las dos capitales de provincia, Bata y Santa Isabel, para impartir las enseñanzas de hogar, educación física y formación política.
Segundo turno albergue de Benicasim.
 En el contexto guineano es preciso destacar la colaboración de Sección Femenina con algunas organizaciones religiosas, en especial las Hermanas de la Misión Católica de Nkué y las Oblatas, conformadas en su mayor parte por mujeres guineanas que trabajaron para el progreso de sus comunidades. La Sección Femenina se encargó de ampliar la formación de estas religiosas, capacitándolas como maestras, lo que contribuyó a fortalecer estos vínculos sin duda alguna. A diferencia de lo que ocurría en Sahara, la Sección Femenina encontró en los representantes políticos guineanos locales mayor apoyo y reconocimiento a su desempeño, algo que también se tradujo en el diverso despliegue de facilidades y recursos. Por otro lado, la religión y el idioma les parecieron más accesibles en este caso y, por lo tanto, las condiciones para expandir la política y los servicios de Sección Femenina fueron percibidas como más favorables, aún cuando la inversión en infraestructuras y servicios fue realmente mínima. La prensa española de la época también recogía la opinión pública estadounidense, respecto a la importancia de generar una sociedad euro-africana en Río Muni [Titular «España está forjando una sociedad euro-africana en Río Muni. Allí prevalecen la paz y la amistad, dice el New York Times» (ABC Domingo, 16 de abril de 1961, pg. 36].

"Enseñanza de trabajos de cestería. Apréciese la presencia de una joven guineana de las muchas que siguieron estudios en escuelas de la Sección Femenina", señala Pilar Primo de Rivera en sus memorias.
No podemos obviar el carácter de «provincia española» [El 14 de noviembre de 1963 las Cortes franquistas otorgaron a Guinea el estatuto de provincia española lo que implicaba contar con representación en dichas Cortes], otorgado por el régimen a Guinea Ecuatorial en 1959. Ello explica en buena medida que la formación y la capacitación de afiliadas «nativas» con el fin de desempeñar cargos profesionales o políticos se iniciara con prontitud, entre otras cuestiones, por el creciente trabajo que se realizaba en las dos provincias y para capacitarlas de cara al relevo, una vez llegada la independencia del país. Un importante número de jóvenes guineanas, un total de 44 alumnas, se formaron en los centros de Las Navas, La Mota, Onésimo Redondo, La Almudena… obteniendo titulación un importante número de ellas [Obtuvieron las siguientes titulaciones: 7 ayudante técnico sanitario (ATS), 4 matronas, 2 profesoras de Hogar, 1 de Educación Física, 2 elementales de Educación Física, 4 Instructoras rurales, 2 maestras, 8 profesoras de Corte y Confección, 2 de peluquería y cosmética, 2 divulgadoras sanitario-sociales]. Desde 1967, se incorporaron a la labor de las instituciones falangistas, hecho que el régimen se encargó de proyectar para mostrar su preocupación, así como el interés por la integración de las colonias. Como era de esperar por la construcción imperante de las relaciones y los roles género, las especialidades fueron adecuadas a las mujeres: puericultoras, enfermeras, matronas o modistas y también en cada una de las especialidades propias de la Sección Femenina (educadoras físicas, divulgadoras, instructoras rurales…).
Mientras la Falange centralizaba su sede y la imprenta del Semanario Ébano en el viejo edificio de la familia Jones, la Sección Femenina se dotó de un nuevo edificio. Conocido como E'Waiso Ipola, expresión bubi que significa “¡oye, mujer, levántate!”, fue posteriormente usado para dar cobijo a la guardia cubana de Macías. Tras su derrocamiento, el edificio fue dedicado definitivamente a funciones docentes y actualmente alberga a un colegio de salesianas.
En la fotografía de La Guinea Española (edición de enero/febrero de 1967) se recoge la llegada de Pilar Primo de Rivera y María Nieves Sunyer al aeropuerto de Santa Isabel para inaugurar la sede de la Sección Femenina y Colegio Menor de E'Waiso Ipola. La Escuela-Hogar de Bata en el complejo de la sede de la Diputación Provincial de Río Muni había sido inaugurada con anterioridad, recibiendo ésta la visita de Manuel Fraga Iribarne en enero de 1966.
Cercano el momento de la independencia de Guinea Ecuatorial, la Sección Femenina estuvo convencida de su posible continuidad en el país, al menos hasta dar el relevo a esa minoría de mujeres preparadas, aún en formación. Para argumentar tanto su labor como su potencial de futuro, la Delegada Nacional, Pilar Primo de Rivera, presentó diversos informes en los que ponía de manifiesto la firme convicción de que el desempeño de Sección Femenina no había consistido exclusivamente en una mera replica de los servicios existentes en España, sino en la creación de formulas particulares que además atendían a la diferencia cultural del país. Así lo recogen las póstumas Crónicas oficiales de la organización: «procuramos en todo momento respetar la idiosincrasia y tradiciones de la mujer guineana, no pretendiendo trasplantar simplemente instituciones que funcionaban en España, sino crear formas nuevas». Al igual que ocurriera en España, el colectivo de Sección Femenina creyó firmemente que podía ser una institución útil después de la independencia y, tras la muerte de Franco, a tenor de lo que había hecho hasta entonces y junto con las camaradas «nativas», formadas para tal fin. Ello requería ampliar el plan de formación para constituir una minoría o elite de mujeres preparadas, plan que se frustró con la llegada al poder de Francisco Macías Nguema, Presidente de la nueva República, quien «con colaboraciones marxistas eficientes, trató de devolver a la selva en el plazo más breve posible» al país.
Llegada la independencia, el 12 de octubre de 1968, el mismo día en que Manuel Fraga Iribarne -rigurosamente vestido con la guerrera blanca del uniforme de jerarca de Falange- firmaba en la vieja Santa Isabel el acta por el que nacía una república, se firmaron varios acuerdos. Y un año después, el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial, el cual en su artículo 10º establecía que "el Gobierno español prestará al Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial toda la ayuda posible para la enseñanza y la práctica de la educación física y deportiva, a través de la Organización Juvenil, la Sección Femenina, la Delegación de Deportes u otras organizaciones similares".

Sección Femenina y OJE, en el acto de despedida ante la Diputación Provincial de Fernando Poo, previo a salir de viaje hacia España.

Meses después de la independencia de Guinea Ecuatorial, Rafael de Mendizábal describía en "Misión en África: La descolonización en Guinea Ecuatorial (1968-1969)":
En los días frenéticos inmediatamente posteriores al «golpe de Estado» [del 5 de marzo de 1969] con las «juventudes» desbocadas por las calles de Bata asesinando a los suyos, saqueando tiendas y violando mujeres, las Jefas de la Sección Femenina de Falange se portaron ejemplarmente, con sencillez y coraje, tanto en Bata como en Santa Isabel, permaneciendo con sus pequeñas alumnas negras en los Colegios que regentaban, sin acceder a refugiarse en los campamentos de la Guardia Móvil como todos les aconsejaban.
Concluye Pilar Primo de Rivera: “Evidentemente, retiramos de allí las camaradas, aunque Macías nos instó varias veces a que las dejáramos, asegurando que él las protegería y ayudaría. Así terminó todo, y muchas de nuestras antiguas alumnas murieron asesinadas.”
La organización se mantuvo en Guinea Ecuatorial hasta finales de 1969 y el gobierno español sostuvo -en aplicación el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial- prácticamente hasta su disolución en España el financiamiento a la asignatura de “labores del hogar” en los colegios ecuatoguineanos (el 1 de abril de 1977 el Real Decreto Ley 23/1977 suprimió la Sección Femenina), con mandos locales como Marina Alene Mbá, generando así una suerte de Falange Exterior:
Con todo -completamos citando a Amalia Morales Villena-, tras la salida de Sección Femenina, quedaron unas débiles estructuras, herederas de su labor y estilo organizativo. Tal fue el caso de las líderes guineanas de la Sección Femenina, reconvertidas en el ala femenina del Partido Unificado Nacional de Trabajadores, sección que como indica el investigador Gustau Nerín «a partir de la dictadura de Macías siguió haciendo lo mismo que había hecho la organización falangista. Esto sí, cada vez se actuaba con menos recursos y de forma más precaria». La formación recibida por estas mujeres, no obstante, las situó en una posición privilegiada ante el nuevo contexto político, lo que les permitió ocupar puestos de responsabilidad educativa, social e incluso política...
Joanna Allan trata igualmente este tema en "Mujeres políticas silenciosas. Formas de resistencia de las mujeres ecuatoguineanas frente al colonialismo" dentro del V Seminario Internacional del CEAH: 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial:

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