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jueves, 30 de septiembre de 2021

Música clandestina

Dibujo de Felo Monzón
(Rafael Monzón Grau-Bassas)
realizado en el campo de concentración
Cuenta Guillermo Martínez en La música clandestina en las prisiones franquistas: esperanza, muerte, picaresca y el sueño de libertad que «Modificar la letra del “Cara al sol”, enfrentarse a las autoridades cada vez que intentaban que una partitura saliera de la cárcel y entonar diferentes canciones sobre su propia realidad es lo que hacían decenas de presos encarcelados durante la dictadura franquista (...) Romper el silencio en las cárceles franquistas no fue algo baladí. Decenas de presos políticos se vieron inmersos en bandas y orquestas de estos centros penitenciarios pensados para el castigo y la muerte, la reeducación del régimen. Entre ellos, decenas de músicos profesionales que no dejaron de entonar sus partituras y composiciones entre barrotes, a veces obligados por las autoridades de la dictadura, otras tantas, por la libertad añorada, la familia lejana, los deseos de escapar. La lírica caló en fragmentos de papel higiénico, en giros irónicos de un Cara al Sol quemado, en la protesta política: su crimen».

No es una sorpresa: habíamos visto ya en la celda de los pintores o el aficionado a los toros de Santa Isabel cómo los confinados buscan estrategias que les permitan hacer más llevadera la prisión o incluso generar espacios para la resistencia. Así surgen casos como los voluntarios a Guinea en el penal de Burgos.

En esa búsqueda los presos se inspirarán en diferentes temas, tantos como emociones:

«Asimismo, el protagonismo también recayó en las mujeres que sustentaban al preso: "La figura de la madre, la esposa y la hermana es muy recurrente porque son quienes les llevaban comida y de algún modo ellas estaban tan presas como ellos", especifica Calero. Aun así, la libertad era el tótem central al que dedicaban sus versos. Así ocurre cuando salen de prisión, o bien por su excarcelación o porque se tratara de un traslado. "Cuando ya sea libre te volveré a ver", decían las presas de Durango "desreferenciadas de su propio sitio, sin un lugar al que regresar", apunta la investigadora. Más allá de las mujeres, tan presentes en el pensamiento y recuerdo de los presos, éstos también dedicaban sus obras musicales a los más pequeños de la familia. Lo mismo sucedía con otras composiciones de contenido sexual, dada la carencia del mismo. "Cuando uno se las encuentra puede sorprender, pero no deja de ser una necesidad física y emocional", señala Calero. Ella misma finaliza al afirmar que, en estos casos, las letras sí tienen cierto contenido humorístico y se retrotraen a los ritmos latinos que ya habían penetrado en España en los años 20, donde todo es más sugerente y hablan del sexo hasta donde pueden, entendiéndolo como un juego».

Entre los testimonios recopilados está La Rumba de Ánxel Jóhan, compuesta en 1940 mientras cumplía condena en la Prisión de las Palmas de Gran Canaria.

Danza en el cálido son 

del bongó.

Rumba de selva

en Fernando Póo.

Baile del vientre

con tetas al sol.

Danza, que danza, que danza

la gripa se escurre llena de sudor.

Lujuria del muslo

crispada la mano

y abierto el bongó.

Trenza el calabó, bó, bó

trenza en tu ombligo

las nipas de N’fork [sic, por N’sork].

Sonido, verso y color

para la negra, negra de Cennobón [sic, por Annobón]

Sobre el autor, recogen en El Silencio Roto que Ánxel Jóhan (nacido como Ángel Juan González López, Lugo, 1901-Madrid 1965) fue:

Poeta, escritor y dibujante lucense. En 1929 se trasladó a Las Palmas de Gran canaria donde colaboró con la revista Yunque. Tras la sublevación militar escribió al gobierno de la república informando de la presencia de Franco en la isla, razón por la cual fue detenido en 1937 y condenado a treinta años de reclusión, de los cuales cumplió cuatro en el Penal de las Palmas. Allí retrató a varios de sus compañeros de presidio, colaboró en la revista clandestina Surcos y escribió diversos poemas y canciones, entre estas las de motivo infantil Dos canciones y la erótica Rumba.

En 1938, el Ministerio del Orden Público declara su separación del servicio del Cuerpo de Telégrafos, al que nunca más volverá a pertenecer.

En 1941 fue excarcelado, siendo entonces cuando publicó sus primeros libros: Redondel sin salida (1944), Alba esencial (1944), Muerte siempre (1945), La agonía junta (1946) y Antología cercada (1947). En 1948 regresó a Lugo, donde se dedicó a diversas actividades docentes.

Finalmente falleció en Madrid en 1965.

 

La canción tiene la evidente influencia de alguno de los 150 presos coloniales en Gando.

De todo modos, Ánxel Jóhan cultivará diversos procesos creativos (pintura, poesía... y otro tipo de canciones) en prisión.

Por ejemplo, dibujos y caricaturas:
Retratos de los presos Eustaquio Almeida Ojeda, Félix Montesdeoca Pérez, Domingo Suárez Morales, Juan Trujillo Pérez, Javier Muñoz Pastor y José Fiol Santana realizados en la prisión de Fyffes.



martes, 29 de septiembre de 2020

La quinta de mujeres

Éste es un documento curioso.

El portal Riojarchivo, que recoge el patrimonio inmaterial de La Rioja, registra la grabación de "La quinta de mujeres":

Muchos de los soldados del bando franquista que lucharon en la guerra civil, al terminar la contienda continuaron sirviendo al ejército otros tres años más. Penosa situación para una juventud que vio cómo sus congéneres de uno y otro bando morían en el frente y no siendo esto suficiente añadieron más años perdidos a su vida, licenciándose muchos en el año 1942.

Sin embargo, su ardor juvenil inspiraba canciones alegres que cantadas al unísono en sus pocos ratos de asueto hacían más llevadera una realidad cruda. En la guerra y durante los tres años siguientes de obligado servicio militar esos jóvenes varones que no veían a las chicas ni en pintura soñaban, al menos, que un día pudieran, como ellos, hacer la mili y juntarse con ellas. Esta fue la propuesta del anónimo compositor de esta canción.

Entre los quintos de España se puso de moda esta canción y en años sucesivos siguió cantándose este asunto, cambiando y añadiendo nuevos destinos a las quintas según su edad, color del pelo, lugar de procedencia, tamaño y figura, gustos personales, etcétera.

Título: Título: La quinta de mujeres
Clasificación: Cancionero
Localidad: Lagunilla de Jubera
Informante: Regino Oliván Ruiz (9-4-1933)
Recopiladores: Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana
Lugar y fecha de recogida: Ventas Blancas, 29 de septiembre de 2016


Una quinta de mujeres dicen que van a llamar,
con este feliz acuerdo la guerra terminará.
Prepararse las mujeres, que a la guerra vais a ir,
por orden del general se repartirán así:
En la plaza de Melilla las destinarán a cuerpo,
cada una cuidará de limpiar sus armamentos,
las pequeñas y gordetas a trompetas y tambores
y las que gasten buen culo esas van a zapadores,
las que todas las mañanas se van tempranico a misa,
esas van a pontoneros, que hay que hacer puentes a prisa,
las que sepan saltar bien, con soltura y gallardía,
esas irán destinadas al cuerpo Caballería,
las morenas serán cabos, las rubias serán sargentos
y las que gasten bigote, alférez de complemento.
Las que tengan por costumbre decir al novio que no,
esas irán destinadas para San Fernando Poo,
las que antes de la guerra se iban con los italianos,
esas irán destinadas a tirar bombas de mano,
las que tengan por costumbre el ir mucho a la piscina,
como están acostumbradas, esas van a la marina,
las morenas serán cabos, las rubias serán sargentos
y las que gasten bigote, alférez de complemento.
Las que tengan buenos pechos y poca formalidad
esas van a retaguardia con subsidio familiar,
las que gasten buen sostén y no se ocupen de las bragas
es que están echando instancia para policía armada
y también las jorobadas, tuertas y malos andares,
esas irán destinadas pa servicios auxiliares.

Se trata -en cualquier caso- de una adaptación de una canción de quintas documentada ya en el S. XIX:





jueves, 30 de julio de 2020

Yo soy moreno de la Guinea

La entrada Falangistas morenos es un clásico en este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel. 

Hemos recopilado amarillos recortes de periódico y fotografías en blanco y negro. Pero es todavía más interesante si te lo cuentan los protagonistas.


En este fragmento, el matrimonio Trinidad Morgades y Samuel Ebuka (ambos ya fallecidos) compartían su vivencia de los "flechas morenos":
Yo soy moreno de la Guinea
que por España voy a luchar
contra los rojos que la mancillan
y que la tratan de destrozar.
(...) 
Puedes ver aquí el documental completo Guinea Ecuatorial: la última colonia española.

Y no te pierdas:

domingo, 5 de abril de 2020

El catarro de Fernando Póo

En este inusual periodo de confinamiento con el #YoMeQuedoEnCasa es muy sugerente hurgar en los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de España. Surge así esta curiosidad en la Colección de coplas escritas y cantadas por el actor a cuyo cargo estaba encomendado el desempeño del papel de Tiburón en la zarzuela bufa en tres actos Robinson, durante la temporada cómica de 1872 en el Teatro de Lope de Rueda en Sevilla:

«Tengo un catarro que no me deja ni hablar, y no lo vendo que lo voy á regalar; En el tren mixto que salga para Madrid, á un ministro se lo voy á remitir. Porque es seguro como lo vea el señor, con la cartera se embarca á Fernando Póo; Si en el camino se le vuelve pulmonar, se dará el caso de un ministro reventar.
Zonzin, zonzin - debéis venir,- y otros caribes veréis allí».

Fin de la copla

Y no lo dudes, en tiempos del COVID-19, #EsteVirusLoParamosUnidos

Si te interesa este tema, le hemos dedicado alguna entrada más en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel: