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martes, 19 de septiembre de 2023

El relato de Doreste

Las memorias Cuadros del penal: (memorias de un tiempo de confusión) de Juan Rodríguez Doreste recogen su vivencia en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando.
Éste texto, es citado recurrentemente en este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel, ya que es un relato de primera mano conocer del sufrimiento de los 150 presos coloniales y tripulación del Fernando Poo en ese penal de Las Palmas.

Igualmente incluye una narración del proceso histórico:

Los funcionarios y la guarnición militar del continente, reducida ésta prácticamente a unas milicias que tenían más carácter de gendarmería civil que de unidad castrense, se mantuvieron fieles al gobierno legítimo por espacio, poco más o menos, de tres meses. Suspendido el contacto y la comunicación regular con la Península, en espera de una inminente sofocación del levantamiento, en la que todos confiaban al no triunfar en los primeros días la vasta conjuración, aquellas gentes decidieron aguardar pacientemente el que estimaban cercano desenlace. El único acto que pudiera tildarse de rebeldía, aunque realmente no lo fuera en sus especiales circunstancias, fue la decisión unánime de los tripulantes del "Fernando Poo" de negarse a zarpar con rumbo a Europa, dejando el barco fondeado en aguas de Bata, en la Guinea continental, hasta que el horizonte político se aclarara. Su pecado mayor, tan ingenuo como contraproducente, fue detener a unos cuantos misioneros, que estaban esparcidos por el interior, y concentrarlos en el "Fernando Poo", convertido en parcial prisión militar, bastante diferente por comodidades y trato al inmundo pontón en que fueron encerrados los presos políticos de Tenerife hasta que se trasladaron a la prisión de Fyffes. El gobierno nacionalista decidió, por razones de prestigio exterior, rescatar aquellos territorios y encomendó la misión al Gobierno militar de nuestra provincia. Se requisó y se artilló conveniente mente el vapor "Ciudad de Mahón", que prestaba servicios entre las islas, se reclutó un batallón que se llamó de voluntarios canarios, en el que se inscribieron hombres jóvenes y maduros a quienes no agradaba la adhesión directa al falangismo, y en los primeros días de octubre la expedición puso proa aventura. Se rumoreó entonces que la partida se estuvo difiriendo hasta comprobar que el Blas de Lezo, unidad de guerra naval fiel al gobierno republicano, abandonaba las aguas guineanas donde estaba apostado.

 

En la crónica histórica, que la prensa local relató a través de literatura tan ditirámbica como altisonante, fueron presentadas la conquista y la ocupación como una epopeya heroica. En realidad hubiera podido ser calificada de episodio de opereta —más de seiscientos hombres, entre los cuales figuraba un Tabor moro de Tiradores de Ifni, un batallón de voluntarios uniformados, artilleros, médicos, etc. para reducir a un puñado de aparentes rebeldes que no disponían ni de una sola ametralladora— si no hubiese costado a los vencidos el tributo de numerosas vidas, y a los expedicionarios cinco desaparecidos en el mar, al ladearse inesperadamente el casco del buque "Fernando Poo", cuando ya se encontraban a bordo numerosos voluntarios que lo creían definitiva mente estabilizado. De los tripulantes que perecieron, unos se ahogaron al tratar de ganar la orilla a nado, otros fueron ametrallados en la lancha en que huían desde una falúa que el Ciudad de Mahón desplazó para perseguirlos. Pocos pudieron escapar alcanzando, a través de los bosques, la frontera del Camerún. El navío artillado conminó a rendirse al "Fernando Poo". Al no acceder la tripulación, le disparó varios cañonazos, uno de los cuales abrió un boquete en la banda de estribor. El barco se escoró y quedó totalmente acostado.

El resto de la epopeya fué un sencillo y marcial paseo. Ingresaron en la prisión todos los funcionarios en activo, los supervivientes del barco hundido, y unas cuantas personas más, caracterizadas en la colonia por un republicanismo más o menos tibio, pero desde luego nunca muy extremado y ardoroso.

Lo que sí resultó ardoroso fue el largo encierro. Amontonados en unos barracones, en condiciones climáticas tan desfavorables, con servicios higiénicos y sanitarios apenas elementales, desprovistos de ejercicio y de adecuada alimentación, la salud de los presos comenzó a quebrantarse, su estado físico a descaecer visiblemente. Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu. Venían funcionarios caracterizados: el tesorero de Hacienda, el jefe de Correos, el jefe de la Policía gubernativa, el comisario López García, pintoresco personaje, realmente detenido por error, pues no era ni chicha ni limonada, dependientes de la Curaduría, algunos profesionales, cultivadores y finqueros, escritores, un excelente poeta, etc. y la totalidad de la tripulación [del Fernando Póo].

(...) Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora.

lunes, 6 de febrero de 2023

De Palma a Las Palmas

No es un secreto: tanto la pasada Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, como la actual Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, carecen de sensibilidad al pasado colonial español o a que las fronteras españolas han cambiado en las últimas décadas, dejando por fuera de la aplicación de estas leyes a ciudadanía y territorios que vivieron en primera persona la guerra civil y sus consecuencias. En este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel, ya hemos incluido varios ejemplos como la presencia de Juan Fontán y Lobé en el callejero de Las Palmas o la del gobernador Faustino Ruiz en San Fernando.

Así quedaba recogido también por Adzubenam Villullas en el artículo La desconocida calle dedicada a Juan Fontán en Schamann publicado hace dos años en La Provincia-Diario de Las Palmas.

A finales del año pasado, el mismo periódico publicaba que Las Palmas de Gran Canaria se resiste a eliminar los restos de símbolos y vías franquistas: «El Consejo Asesor de la Memoria Histórica propuso eliminar diez calles: Batalla de Balaguer, Batalla de Teruel, Batalla de Brunete, Alejandro Mas de Gaminde, Juan del Río Ayala, Jesús Ferrer Jimeno, Alférez Provisional, Mario César, Juan Saraza Ortíz, María Paz Saez Tejera, Sargento Provisional, Francisco García Escámez y la plaza del comandante Ramón Franco. En esta lista no se incluyó, seguramente por un despiste, a Juan Fontán, criminal franquista que fue gobernador de Guinea entre 1937 y 1942».

Precisamente la edición de hoy, del Diario de Mallorca informa de la petición del senador Carles Mulet: «En las Palmas de Gran Canaria pervive la calle dedicada a Juan Fontán, golpista en las Palmas, "libertador" de la ciudad de Bata, gobernador de la Guinea Española, Jefe Provincial de FET y de las JONS y procurador en Cortes, lo cual vulnera el artículo 35 de la Ley de Memoria Democrática. Por ello se solicita al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, copia de las actas de las reuniones de sus órganos de Gobierno en los cuales se acuerda cumplir con esta ley y eliminar este símbolo»:

La polémica en Canarias por una calle al golpista mallorquín Juan Fontán llega al Senado
El militar atacó Guinea Ecuatorial en la Guerra Civil

El senador valenciano Carles Mulet ha realizado un requerimiento a la Cámara Alta sobre la existencia de una calle dedicada al golpista mallorquín Juan Fontán y Lobé (Palma, 1894- Madrid, 1944) en Las Palmas de Gran Canaria. La vía se encuentra en el barrio capitalino de Schamann, en la colonia diseñada en la década de 1940 durante los años más represivos de la dictadura. Fontán, capitán de artillería al inicio de la Guerra Civil, dirigió el ataque a la ciudad de Bata -Guinea Ecuatorial-, fue gobernador de la colonia del 37 al 42, jefe provincial de FET y de las JONS, procurador en las primeras Cortes franquistas y llegó a crear una milicia callejera en la capital grancanaria durante la II República.

Mulet, senador por designación autonómica de las Cortes Valencianas, remitió al Gobierno central en enero un requerimiento para recabar a la administración competente un informe sobre la existencia de dicha calle al vulnerar el artículo 35 de la ley de Memoria Democrática. «Por ello, se solicita al ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria copia de las actas de las reuniones de sus órganos de Gobierno en los cuales se acuerda cumplir con esta ley y eliminar este símbolo», según refleja la petición.

La nueva ley de Memoria Democrática insta a retirar todos aquellos elementos que hagan referencias en callejeros, centros públicos o topónimos «de la sublevación militar y de la dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que la sustentaron, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial». En base a la ley anterior, Mulet requirió en 2020 a Puertos del Estado el cambio de denominación del Muelle Primo de Rivera del Puerto de Las Palmas; finalmente, el dique pasó a llamarse Pérez Galdós ese mismo año.

El senador del grupo parlamentario Izquierda confederal realizó el requerimiento tras conocer la existencia de dicha calle a través del colectivo Biafra, una asociación de Guinea Ecuatorial que se dedica a mantener viva la memoria histórica de la Guerra Civil y la dictadura franquista en la antigua colonial española -cuya independencia se produjo en 1968-. Ya en 2020 denunciaron dicha anomalía en el callejero de la capital grancanaria por vulnerar la anterior ley de memoria histórica.

A diferencia de lo que ocurre en la capital grancanaria, Juan Fontán no tiene ninguna calle en Palma, su ciudad natal. Este personaje ha pasado desapercibido y ha logrado sobrevivir en el callejero a las distintas revisiones de la nomenclatura franquista que se han realizado desde el primer ayuntamiento democrático.

Tampoco aparece en la última relación de calles que confeccionó una comisión de expertos en la pasada legislatura. Maxi Paiser señaló hace dos años que les faltó tiempo para conformar el listado. Por su parte, el historiador y exconcejal en esa etapa, Sergio Millares, indicó entonces que «desconocía» la existencia de una vía dedicada a Juan Fontán, pero que en cualquier caso considera que debería salir del callejero, «fue un criminal, vinculado a la represión de la guerra y la dictadura».

La relación de Fontán con la capital comienza tras la Guerra del Rif (1911-1926). Durante la II República fue presidente en la provincia de Las Palmas del partido Acción Popular, perteneciente a la CEDA. Organizó unas milicias callejeras y tras el golpe de Estado del 18 de julio se adhiere al bando sublevado. A los pocos meses fue designado como capitán para dirigir el ataque a la isla de Fernando Poo y la zona continental de Guinea Ecuatorial.

La expedición partió del Puerto de Las Palmas el 4 de octubre de 1936 con entre 500 y 800 hombres en el buque Ciudad de Mahón. Este se camufló, por lo que logró entrar en la bahía de Bata sin problemas y bombardear el Fernando Poo, embarcación que defendía la legalidad republicana en la antigua capital de la Guinea Ecuatorial. Muchos de los prisioneros que hicieron acabaron en el campo de concentración creado en Gando.

En 1937 es designado gobernador de la entonces Guinea española, puesto que ostenta hasta 1942. Pasa a convertirse en Director General de Marruecos y Colonias y procurador en las primeras cortes franquistas nominado directamente por el dictador. Muere en 1944. Precisamente, el colectivo Biafra achaca a su temprana muerte y el hecho de estar relacionado con la antigua colonia que su nombre haya pasado desapercibido hasta ahora en las calles de la capital grancanaria.


El artículo responde a otro previo desde Las Palmas publicado por La Provincia, con información similar, que se completaba con que «el senador de Compromís realizó otro requerimiento en diciembre para conocer cuándo sería retirado el escudo franquista de la portada de la Base Naval de Las Palmas. Defensa respondió que «desarrolla las actuaciones necesarias para cumplir de manera efectiva con la legalidad vigente en materia de memoria democrática». Carles Mulet considera "tremendamente grave que se burlen de esta manera de las Cortes puesto que la pregunta es bien concreta, ¿Por qué pervive este escudo? y ¿Qué medidas va a adoptar el Gobierno para retirarlo y en qué plazo?". "Sabemos que a la Ministra le parece muy bien su pervivencia, pero mantenerlo es ilegal", indica Mulet; el escudo inflige así las leyes de 2007 y 2022».

  • «En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial...». Si te interesa este tema, no te pierdas "Memoria y frontera...", de María del Mar Fernández Pérez.

jueves, 26 de enero de 2023

La no tan desconocida calle...

¿Recordáis el artículo La desconocida calle dedicada a Juan Fontán en Schamann de Adzubenam Villullas publicado en La Provincia-Diario de Las Palmas

Incluso en el sindicador de noticas de ASODEGUE-Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatoria se hicieron eco de la publicación.

El origen de la misma es una de nuestras etapas a lo largo del paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel, en la que tratábamos la presencia de Juan Fontán y Lobé en el callejero de Las Palmas.

No será el único caso, ya que tanto la pasada Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, como la actual Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática, no son sensibles al pasado colonial español o a que las fronteras españolas han cambiado en las últimas décadas, dejando por fuera de la aplicación de estas leyes a ciudadanía y territorios que vivieron en primera persona la guerra civil y sus consecuencias.

Así lo hemos publicitado recurrentemente en nuestras redes sociales.



Poco a poco.... se va difundiendo, e incluso herramientas de divulgación colaborativa como la app Vestigios de la Guerra Civil, han georreferenciado esta calle (y otros muchos hitos, también ecuatoguineanos):


Es importante contarlo, ya que si en la historiografía consolidada se desconoce el bombardeo a la ciudad de Bata, es improbable que se sepa que el responsable de la "liberación" de la ciudad cuenta con una calle en Las Palmas de Gran Canaria. Sorprendente, si tenemos en cuenta que la represión en Guinea, durante la primera década tras el 19 de septiembre de 1936, pasa necesariamente por la trama canaria...: Sometimiento armado, nuevas autoridades, purgas, juicios, prisión y fusilamientos tendrán a Canarias como núcleo irradiador.


Se trata, en definitiva de un tema que la lejanía, la censura/autocensura de la postguerra, y el pacto de silencio unido a la posterior independencia han invisibilizado:


Así, que perseveramos...


Recientemente, publicaba La Provincia-Diario de Las Palmas en Las Palmas de Gran Canaria se resiste a eliminar los restos de símbolos y vías franquistas: «El Consejo Asesor de la Memoria Histórica propuso eliminar diez calles: Batalla de Balaguer, Batalla de Teruel, Batalla de Brunete, Alejandro Mas de Gaminde, Juan del Río Ayala, Jesús Ferrer Jimeno, Alférez Provisional, Mario César, Juan Saraza Ortiz, María Paz Sáez Tejera, Sargento Provisional, Francisco García Escámez y la plaza del comandante Ramón Franco. En esta lista no se incluyó, seguramente por un despiste, a Juan Fontán, criminal franquista que fue gobernador de Guinea entre 1937 y 1942».

Y hoy, nos ha llegado una inesperada respuesta:



Resulta un momento interesante, especialmente por que Juan Fontán es sólo un ejemplo: hay más, como el que señalábamos en El callejero y la memoria histórica deslocalizada referente a la calle dedicada al gobernador Faustino Ruiz en San Fernando.

Veamos en qué queda el requerimiento.

Por cierto, desde la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel resulta difícil precisar cuándo se aprobó el nombre de esa calle en Las Palmas. Pero tenemos nuestra hipótesis: la parcelación inicial de la finca familiar que inició en los años 30 Alfredo Schamann en la meseta alta de Las Rehoyas del desaparecido Ayuntamiento de San Lorenzo quedó truncada con la guerra. Al final de la primera mitad de los años cuarenta, después de la creación del Mando Económico de Canarias, la familia Schamann se anticipa a los propósitos de expropiación de suelo ofertándolo al ayuntamiento. Se inicia así el proceso de consolidación del barrio con la construcción pública de las primeras 56 viviendas unifamiliares del llamado grupo Generalísimo Franco que se entregarían en 1944. A veces olvidamos que el golpe de Estado de 1936, respondió también a lealtades personales, camaraderías cuartelarias, intereses económicos y vínculos familiares. Por ejemplo, el Capitán de complemento de artillería y abogado Francisco Hernández González (Franito): fue golpista, combatiente en la guerra civil... y cuñado de Juan Fontán Lobé. Fue Consejero del Cabildo entre 1936 y 1937, poco después de su cese, la Guinea Española recoge un viaje del gobernador Fontán con su esposa, acompañados por «el abogado don Francisco Hernández González, secretario particular del señor Fontán». Desde los 40 ejercerá como Concejal y Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Las Palmas («el alcalde accidental de la ciudad, camarada Hernández González», dirán los periódicos de la época) y en 1945 será nombrado Alcalde, cargo que ocupará hasta 1953. Eso ya nos da una horquilla temporal.
Dos notas curiosas sobre el cuñado de Fontán: el imprescindible blog "Memoria e Historia de Canarias" de Pedro Medina Sanabria reproduce algunas de actas de consejos de guerra en los que se involucra Hernández González (incluyendo el juicio al teniente Ayala). Éste cuenta también -como ilustre regidor- con su propia calle alcalde Francisco Hernández González en Las Palmas desde 1981.

viernes, 4 de noviembre de 2022

En Guinea, la mili y hasta loros

Recuerda Domingo Rodríguez en Pellagofio, edición de noviembre de 2013 de La Provincia que «En la escuela de nuestra infancia aprendíamos que, además de Ifni y el Sáhara, España poseía en África las denominadas provincias de Fernando Poo y Río Muni, colonias que con el paso del tiempo pasarían a denominarse Guinea Ecuatorial. Y de allí, de la Guinea, llegaban maderas. Y cacao. Y café. Y aceite de palma. Y plátanos, cocos y piñas "porque son dos provincias de suelo fertilísimo"; nos decían los maestros. Y así lo señalaba, además, la Enciclopedia de Grado Medio, único libro de texto que utilizábamos en el grupo escolar (además del Catecismo, claro). Llegaban también muchos loros susceptibles de ser malcriados por chiquillos mataperros, capaces de enseñarles palabrotas y otras ordinarieces. No era raro observar cómo de un balcón o azotea salían los sonidos inconfundibles de los papagayos, adquiridos a cambulloneros, traídos como regalo o como recuerdo de la estancia en la colonia africana de muchos canarios que hicieron el servicio militar en aquella plaza. Como quienes aparecen en esta foto, entre los que se encuentra Tomás Pérez Sánchez, canario del Carrizal de Ingenio que cumplió parte de sus siete años de servicio militar en la antigua colonia española, viviendo el desarrollo de la guerra civil desde aquel lugar tan alejado del campo de batalla peninsular, donde fue testigo directo del hundimiento de la motonave Fernando Poo».


sábado, 25 de junio de 2022

El Ciudad de Mahón causa baja en la flota

Recoge La Vanguardia en su edición de 25 de junio de 1974:


Después de cuarenta y tres años de ininterrumpidos servicios, ha causado baja en la flota de la compañía Trasmediterránea la motonave «Ciudad de Mahón», veterana y constante visitante de nuestro puerto, especialmente en los años en que sirvió las líneas Barcelona-Matón y Barcelona-lbiza.
En los últimos tiempos de la Monarquía, la compañía. Trasmediterránea estaba —igual que ahora— lanzada a la realización de un plan de renovación de la flota, y a los astilleros gaditanos de Echevarrieta y Larrinaga encargó dos motonaves de 1.550 toneladas de registro y 2.150 de desplazamiento que se botaron en 1931 y recibieron los nombres de «General Berenguer» y «General Jordana». Poco después del lanzamiento de tales buques se proclamó la República en nuestro país y los citados nombres de los dos nuevos buques fueron trocados por «Ciudad de Mahón» y «Ciudad de Málaga», respectivamente. En enero de 1936, el segundo resultó hundido saliendo de Las Palmas al ser abordado por un mercante inglés.

Participación en la guerra civil

En sus primeros años de actividad el «Ciudad de Mahón» cubrió la línea Palma-Alicante-Mahón. En julio de 1936 se hallaba el buque en las Islas Canarias y en septiembre del mismo año fue incautado por las fuerzas nacionales para llevar a cabo una misión de la que, por cierto, apenas se ha hablado en las múltiples referencias históricas, oficiales y oficiosas, publicadas sobre el tema de nuestra guerra civil: la ocupación del territorio e islas de la entonces llamada Guinea española. En efecto, armado con una  pieza de 102 mm. y otra de 47 mm., el «Ciudad de Mahón» embarcó en Las Palmas una fuerza  expedicionaria compuesta por menos de 500 hombres que contaban con una batería de artillería de campaña y una sección de ametralladora. A mediados de octubre el «Ciudad de Mahón» apareció ante Bata en cuya bahía se encontraba el vapor «Fernando Poo» con un contingente de milicianos. Al negarse éstos a rendirse según la intimidación lanzada desde el «Ciudad de Mahón», entró en acción la pieza de 102 mm. que abrió amplio boquete en la flotación del «Fernando Poo». A bordo de éste se declaró un incendio que acabó con el navío, hundiéndose en la rada de Bata. Las tropas embarcadas en el «Ciudad de Mahón» tomaron rápidamente la colonia que quedó ya, desde entonces, bajo el control de la España nacional.

Servicio regular Barcelona-Palma

El «Ciudad de Mahón» quedó adscrito a la Armada como crucero auxiliar y en marzo de 1939, recién liberada Barcelona y no terminada todavía la guerra, nuestro buque reanudó el servicio marítimo regular Barcelona-Palma. Después, las necesidades del tráfico y de acuerdo con el material disponible en la diezmada flota de la Trasmediterránea, le llevaron a servir en varias de las líneas Península-Baleares.
Ahora, como todo barco viejo y poco menos que inútil, el «Ciudad de Mahón» ha causado baja en la flota para ser vendido «en pública subasta como un montón de chatarra.

martes, 29 de marzo de 2022

El caso del sargento retirado

El 18 de marzo de 1937, el diario canario Falange publicaba la petición del fiscal en los recientes consejos de guerra, solicitando -entre otros- «para el sargento de la Guardia civil retirado Onofre Mañas, pena de reclusión perpetua y accesorias, por el delito de rebelión militar».

Onofre Mañas, sargento de la guardia civil adscrito a la guardia colonia, había pasado a situación de retiro unos años antes, el 1 de octubre de 1931.

Juan Medina Sanabria, comenta en Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración: «Causa nº. 589/36 Juez Instructor Alférez Pedro González Rodríguez, por el delito de rebelión Militar, contra el Sargento de la Guardia Civil retirado, Onofre Mañas Cortés. Según el atestado efectuado en Bata, unido a esta causa, el inculpado perteneció a la milicia de manera voluntaria, efectuando diversos servicios con armas. Al llegar el Ciudad de Mahón y oir los cañonazos bajó a la playa; se refugia en el edificio de Aduanas, donde es visto disparando un fusil, contra las lanchas. El consejo de guerra se celebra el 7 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial del Archipiélago, el 24 Marzo 1937».

Precisamente en La huida, recogemos la carta que desde Camerún remite Rodrigo Miralles el 19 de octubre al Diario de Almería, en la que se se relata el suceso: «sin previo aviso, y con la bandera francesa enarbolada, disparó [el Ciudad de Mahón, pintado de negro,] dos cañonazos sobre dicha motonave, destruyendo el puente de mando de la mismas y parte de la popa; seguidamente, y al mismo tiempo que arriaba la bandera francesa e izaba la monárquica española abrió un nutrido fuego de ametralladoras sobre los españoles que tripulaban la motonave y sobre los indígenas que trabajaban en la carga y descarga. Debido a la sorpresa y a que en la motonave no se contaba con más que con seis fusiles, el pánico fue enorme y la desmoralización completa. (...) Los habitantes de Bata, al darnos cuenta de la traición, nos reunimos en la playa, y con los pocos fusiles que contábamos rompimos fuego protegiendo a los tripulantes que venían a nado y que eran ametrallados sin compasión por el Ciudad de Mahón; nada pudimos hacer para salvar el barco; al poco rato ardía por los cuatro costados. Se dio orden de que las mujeres y los niños salieran de Bata y se trasladaran lo más cerca posible de a la frontera: contábamos con poquísimas armas, pero decidimos vengar salvajismo tan grande y los que teníamos fusiles nos parapetamos en la playa decididos a evitar todo intento de desembarco a pesar de que las ametralladoras del barco lanzaban una lluvia de balas sobre nosotros.
Después de bombardear el barco, el Ciudad de Mahón empezó adisparar sobre Bata, sin tener en cuenta que es una población indígena y que los negros están al margen de toda lucha entre nosotros. Poco podríamos hacer con nuestro medio centenar escaso de roñosos mosquetones contra los cañones y ametralladoras...».

Será condenado a 30 años de prisión, y el Boletín Oficial del gobierno de Burgos publicará que «a propuesta del Negociado de Justicia, causa baja en la Guardia Civil, el Sargento de este Instituto D. Onofre Mañas Cortés, condenado por un Consejo de Guerra a la pena de treinta años de reclusión mayor, con las accesorias de inhabilitación absoluta e interdicción civil durante la condena. Burgos 14 de junio de 1937, =EI General Jefe, Germán Gil Yuste».

En los años cuarenta se beneficiará de los beneficios de conmutación de penas, y será puesto en libertad el 17 julio de 1941.

lunes, 7 de marzo de 2022

El barco hundido

Entre los interesantes Relatos breves de Esteban Calderón queremos señalaros El barco hundido (¡gracias Esteban!):

El "Fernando Poo (foto de la Cª Transmediterránea),
visto desde la amura de babor y su famoso mástil en primer término.
Desde la playa de Bata se podía divisar perfectamente el mástil de un barco cuando se producía la bajamar, que en aquellas latitudes es máxima, hasta el punto de dejar dos centenares de metros de arena al descubierto y poder circular por aquella improvisada pista de arena con un Land Rover. De noche era un espectáculo contemplar con las luces del coche el pulular de millares de cangrejos blancos que hormigueaban deslumbrados por la arena. En Bata estaba también destinado un tío segundo mío y justamente delante de su casa se podía observar aquel mástil mejor que desde cualquier otro sitio de la pequeña ciudad. Un buen día me contó la historia.

Nos remontamos a julio de 1936. La motonave “Fernando Poo” había sido botada en 1934, unía la Península con la colonia africana y era uno de los buques más modernos de la Compañía Transmediterránea. En los confusos momentos iniciales del Alzamiento la Isla y el Continente se situaron en bandos opuestos: Fernando Poo se alzó contra la República, mientras que Río Muni permaneció leal al régimen. El “Fernando Poo”, que se hallaba en el puerto de Barcelona, embarcó tropas y se dirigió a Guinea, pero al tener conocimiento del levantamiento en la Isla, se desvió hacia Bata y fondeó frente a la ciudad, puesto que en esta no había puerto por la escasa profundidad de su costa. Allí fue usado como prisión flotante, ingresando en sus bodegas aquellas personas sospechosas o declaradas desafectas a la República. El 14 de octubre se presentó frente a Bata el “Ciudad de Mahón”, también buque de la Compañía Transmediterránea, procedente de Las Palmas, con tropas rebeldes a bordo y artillado con un cañón a proa y otro a popa. A poco más de una milla el “Ciudad de Mahón” abrió fuego contra su compañero de flota, provocando un importante impacto en la línea de flotación. La dotación se puso a salvo, pero los prisioneros, entre ellos tres misioneros claretianos, se hundieron con la nave en aquellas aguas someras. Hasta 1951 se hicieron esfuerzos por reflotar el buque, pero las dificultades técnicas, el clima agotador y el constante peligro a que los buzos se veían sometidos por los tiburones obligaron a olvidar la empresa.

Pero aquel mástil, que con insistencia y rigurosa puntualidad surgía de entre las aguas con la bajamar, nos incitaba a hacer una incursión. Mi tío Luis era persona muy aventurera, aviador, hombre avezado en el bosque por su afición a la caza y con muchas horas de pesca submarina; además, para esta última afición poseía una lancha, que era el instrumento imprescindible para acercarnos a la tumba del “Fernando Poo”. Así fue como una buena mañana dispusimos todo lo necesario mi tío, una prima mía, Mariemi, y yo. Mariemi era una chica muy inteligente --actualmente enseña matemáticas en la Complutense-- y siempre me pareció muy guapa; habíamos pasado la infancia juntos, con mucha complicidad, en Cartagena y ahora nuestras vidas se volvían a encontrar en el corazón de África. Como el buque se hallaba en aguas poco profundas, la inmersión era a pulmón libre y no hacía falta botella de oxígeno, solamente gafas de buceo y tubo.

Con esta sana intención nos dirigimos en unos minutos al lugar del naufragio y echamos el ancla a unos veinte metros de distancia. En aquellas aguas tranquilas y sumamente limpias se divisaba claramente la estructura del “Fernando Poo” desde la superficie. Pero fue al introducirnos en el mar y comenzar la aproximación cuando un estremecimiento recorrió mi cuerpo de pies a cabeza: la visión cuasi fantasmal del pecio hundido era un espectáculo que ya no podría olvidar jamás. Aquellos 150 metros de eslora y 9.000 toneladas de obra muerta estaban ligeramente recostados sobre la amura de babor en un fondo arenoso y en sus bodegas aún se hallaban los cadáveres de los prisioneros que con él se fueron a pique. A su alrededor un nutrido coro de peces tropicales de diversas especies y tamaños parecían danzar lenta y acompasadamente con un ritmo difícil de descifrar; los más atrevidos entraban y salían por cualquier orificio de la nave. Los ojos de buey, por donde en otro tiempo los pasajeros reconocían el exterior, permanecían oscuros, inertes, sin vida. Realizamos un recorrido a todo lo largo del buque, interesándonos especialmente por la cubierta y lo que fuera el puente de mando, ahora con el cristal roto y los peces nadando por su interior; delante, el famoso mástil que se oteaba desde la playa. De vez en cuando subíamos a respirar aire sin el tubo y despojarnos por unos instantes de las gafas de buceo y lo hacíamos apoyando nuestros pies en la barandilla del navío, que quedaba casi en la superficie. En la última inmersión nos acercamos por la amura de estribor a la que fuera cubierta de paseo del barco, lugar por el que tantos pasajeros pasearon sus ilusiones, sus esperanzas en una nueva vida en la colonia o, por el contrario, donde contaban los días que faltaban para llegar al destino en la Península y poder abrazar a sus seres queridos.

De manera abrupta, repentina y casi sin percatarnos, la presencia de un tiburón martillo, que empezó a curiosear y a interesarse por nuestra presencia, puso fin a la inmersión. De manera lenta, aunque sin pausa, nos fuimos alejando del “Fernando Poo” y dejando que el escualo ejerciese su reinado sobre aquellas aguas. Antes de subir a la lancha eché una última mirada a aquel fascinante pecio gigante, que en su día fuera el orgullo de la Compañía Transmediterránea, construido para flotar, y que con menos de dos años de navegación yacía sumergido para siempre en el fondo de la costa africana.

lunes, 25 de octubre de 2021

Violaciones del acuerdo de no intervención

Las distancias y dificultades en la comunicación, generan este tipo de noticias en ORIENTACIÓN SOCIAL, ÓRGANO DEL FRENTE ARAGONÉS, editado en Barbastro el 25 de Octubre de 1936.
En ella, se hace eco de la cobertura alemana al Ciudad de Mahón, que se hizo pasar por el Ciudad de Macao con pabellón alemán... precedido por la llegada del cónsul alemán a la ciudad de Bata con la noticia del regreso de los colonos alemanes al territorio.

El Embajador de España entrega al Foreing Office una nota denunciando otras violaciones del acuerdo de no intervención

Londres.—La Embajada de España ha entregado al Foreing Office dos notas señalando algunas violaciones del pacto de no intervención cometidas por Alemania y Portugal. En la primera nota se explica que el acorazado alemán «Neutchiand», al dirigirse a Málaga y Valencia, recibió órdenes y el correo destinado a un hidroavión alemán que está al servicio de los insurrectos. El mismo documento demuestra que la noche del ro del corriente, quince submarinos alemanes atravesaron el Estrecho y que el día 8 de octubre r6o jóvenes alemanes, indudablemente soldados especializados, llevando doce cañones antiaéreos, llegaron a Sevilla a bordo de un buque alemán y partieron inmediatamente can destino a los frentes insurrectos. En la segunda nota se cita un telegrama entregado por el ministro de Negocios extranjeros francés a la Embajada de España en París. Dicho telegrama había sido entregado al ministro francés por el comisario francés en el Camerón, a petición del subgobernador de Bata (Guinea española). Según dicho telegrama, el buque portugués «Ciudad Macao» disparó cuatro cañonazos contra el navío «Fernando Póo», que enarbolaba la bandera republicana. Dicho buque se incendió y hundió con los 40 hombres de la tripulación y el Capitán. El «Ciudad de Macao» disparó cuatro obuses más contra la residencia del subgobernador. Después se acercaron a la costa cuatro canoas automóviles equipadas con ametralladoras, obligando a los ocupantes de la residencia a retirarse a Ebayen, donde se hallan actualmente todos los europeos, los guardias coloniales y milicianos,—Fabra,

viernes, 19 de marzo de 2021

El relato de Fernando "El Africano"

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Fernando García Gimeno, El Africano, nos cuenta en su blog el HUNDIMIENTO DEL FERNANDO POO EN BATA (1936):

Atravesando Río Benito
En Santa Isabel el levantamiento de una parte de España contra la República, el llamado Alzamiento Nacional de julio de 1936, hizo que viendo su consolidación el 18 de septiembre de ese mismo año, destituyen al Gobernador y se proclaman del bando Nacional, no así en Bata donde se constituye Un Comité a lo Frente Popular de España, lo primero que hicieron fue reducir a obediencia y adueñarse de la Guardia Colonial y del armamento de la misma depositado y declarar un bando en estado de guerra en la población. Ese comité presionaba al jefe de las fuerzas militares señor Fontanet para detener entre otros a todos los misioneros.
Organizaron levas para proteger y vigilar las playas de Utonde y del Ekuku, por sin desembarcaban tropas procedentes de Santa Isabel. Bien provistos se lanzaron a mano armada a la caza de cuantos no comulgaban con sus ideas, entre ellos los administradores del interior como los capitanes Roncaño, Aguilar y don Antonio del Valle y Furundarena.
En eso llegó a Bata la motonave Fernando Poo. El día 1 de octubre llegó a la Misión el practicante del hospital y destacado comunista, señor Paco Diez, y dado que era amigo desde la infancia del padre Bruno, les dijo con toda reserva , que si querían salvarse¡ debían salir y esconderse inmediatamente, fuera donde fuese, ya que aquella noche los vendrían a buscar los del Comité del Fernando Poo, para llevarlos a las bodegas del barco.
El padre Superior convocó a la Comunidad y les notificó la gravedad de su situación. Oír lo que decía el padre Larraya y marchar todos a sus cuartos para dejar las sotanas y cambiarlas por chaquetas y americanas que a buen recaudo cada uno guardaba en su maleta. Todos salieron de la Misión salvo el hermano Isidoro Gil que se quedó como guardián de la casa.
Al final todos cayeron en manos de los milicianos y trasladados a las dependencias de la Alena, donde permanecieron encerrados, salvo los de Kogo que huyeron a Libreville y dos de Nkue que se fueron al Camerún el día 13 de octubre a las cinco de la mañana, fueron trasladados a las bodegas del Fernando Poo, con ánimo de desentenderse de todos ellos hasta el día que se les antojara.
Los primeros de la Comunidad de Bata en caer en manos de sus perseguidores fueron los padres Egusquiza y Boixadera, iban nuestros padres camino de Movó, por detrás del cementerio de la Misión, cuando al llegar encima de la loma les avistaron algunos indígenas, los cuales al verlos con indumentaria peregrina y con sendos bultos en la mano, creyendo que eran unos señores que escapaban de los milicianos con armas sustraídas a los mismos, dieron parte. Las armas eran los paraguas que llevaban en las manos. Así fueron cayendo uno a uno.
Serían, en efecto, sobe las ocho y media de la mañana del día siguiente que nuestros hermanos llegaron al Fernando Poo, cuando en la lejanía y entre brumas empezó a perfilarse la silueta de una motonave que a todo meter intentaba colarse en el puerto de Bata (en la ensenada, no había puerto en Bata entonces)Sorprendida con semejante aparición la oficialidad del Fernando Poo, enfilaron todos sus prismáticos hacia la misma por ver si lograban distinguir la nación y matrícula que se correspondía a aquel navío.
Mientras tanto, la motonave, asegurada de que se hallaba ya cerca del puerto a cuyas aguas se dirigía, adelantaba cada vez más, cuando al cabo de media hora escasa, retumbaron en el espacio, con horrísono estruendo, dos cañonazos, disparados con tan certera puntería, que ambos dieron al Fernando Poo, inutilizándolo por completo para navegar. Tras estos dos disparos vinieron otros contra la población y caserío de Bata, con lo que ya nadie dudó que la motonave que con tanta certera puntería así disparaba, no podía ser otra que algún navío que hubieran artillado para el caso las fuerzas nacionalistas de Franco, enviándolo a Bata para libertarla del yugo comunista que tan villanamente la oprimía.

Así era en efecto: la motonave era el vapor Ciudad de Mahón, salido de Canarias hacia unos diez días con unos ochocientos voluntarios y uno o dos tabores de Ifni y la conveniente oficialidad. La partida se había liquidado, quedando la victoria para las tropas de nuestra España nacional.
Las bajas: dos misioneros muertos por el disparo de popa, el padre Acacio Ferraz y el hermano Angel Roig, más un paisano de la casa Abascal y cuatro heridos más, todos hermanos nuestros, alguno de ellos con tanta gravedad, como el hermano Isidoro Gil, que a los pocos días fallecía en el Hospital de Santa Isabel.
La oficialidad del Fernando Poo y los milicianos, al grito de sálvese quien pueda, a nado algunos y otros con botes, corrieron como locos a escapar de la llegada del Mahón. Llegados a tierra buscaron vehículos para huir al Camerún, tanto es así que los voluntarios canarios, en una batida que organizaron por las poblaciones cercanas a Bata, no capturaron a ninguno.
El barco a todo esto empezó a escorarse, por lo que todo el mundo lo abandonó, salvo algunos que no se dieron cuenta a tiempo y fallecieron al hundirse parte del barco.
NOTA MÍA [de Fernando]: En ese Fernando Poo viajaba mi abuela Polonia y unos primos míos, según me contaron.

domingo, 29 de noviembre de 2020

El exilio del farmacéutico de Bata

Lo cuenta su hijo Gonzalo Matamala en su blog Memorias:
[...]
Por aquellos tiempos España había entrado en guerra consigo misma , al haberse producido el día 18 de julio el alzamiento franquista contra el gobierno de la República , en Guinea las cosas se polarizaron de la siguiente manera: la Isla de Fernando Poo se puso a favor de los sublevados mientras que en el continente se siguió fiel al gobierno legitimo; ello motivó que en ambos territorios de la colonia solo surgiese algún incidente sin importancia de ser destacado hasta que desde Santa Isabel decidieron someter a la parte del Muni, para lo que recurrieron al engaño y a la traición como demuestra el hecho de que se presentara un barco de pasajeros armado con un cañón bajo bandera legal, luego una vez en la bahía de Bata arriaron esta bandera e izaron la bandera de los rebeldes (la actual) y sin previo aviso comenzaron a bombardear la ciudad y en especial muchos de los cañonazos fueron dirigidos hacía nuestra casa, ya que al parecer la confundieron con un centro oficial como la sede del Subgobierno, esta confusión se debió a que en días anteriores se había celebrado en nuestra casa un recepción para celebrar el aniversario de la instauración de la república, y por ello habían puesto frente a la misma banderas y gallardetes; al parecer el hecho de que este evento de celebrase en nuestra casa era el haber sido elegida por ser uno de los pocos edificios edificados de ladrillos al igual que las casas de Europa, también por se la única que en aquel tiempo tenía un salón lo suficiente amplio (el hall de la farmacia) con aforo suficiente para la celebración de estos eventos, puesto que la sede del subgobierno carecía de un local que reuniera las condiciones para ello.
Ese día sobre las seis de la mañana comenzaron a bombardear como antes he expuesto por lo que salimos de casa con apenas lo puesto y siguiendo los consejos de mi padre nos reunimos una cantidad de personas y salimos en coche camino del Camerún con el fin de no caer en manos de aquellos que querían adueñarse de la ciudad y que según mi madre no habrían dudado en matar a todos aquellos que no fueran adictos al gobierno dictatorial Fascista por lo que huimos a la mencionada colonia francesa después de toda una noche por la selva y caminos prácticamente meras sendas llegamos a Duala y de allí fuimos a Yaundé, donde se nos unió nuestro padre que se había quedado en Bata haciendo frente al desembarco de tropas en la playa y el con otros siete españoles impidieron que este se llevara acabo durante tres días con apenas armas ya que solo disponían de una ametralladora, desde Yaundé nos trasladamos al Gabón dirigiéndonos a Libreville donde tomamos un barco francés llamado Asia , desde el que comenzamos un nuevo periplo.
Cuando llegamos al Camerún sin apenas tener nada por que como he dicho salimos precipitadamente de nuestra casa sin tiempo siquiera para recoger nuestras pertenencias mas imprescindible fuimos atendidos por las autoridades francesas no así por la misión católica la cuál decía a los negros de ese país les dijeron que éramos demonios que queríamos matar a los cristianos, en cambio no fue así por parte de los protestantes que en verdad nos ayudaron en todo cuanto pudieron.

Desde Libreville comenzamos un periplo agotador ya que desde ese puesto nos partimos a Lagos y de allí fuimos a Fritao y Dakar y de allá fuimos a Burdeos , yo recuerdo que en el puerto de Libreville cuando comenzábamos a embarcar ví en la cubierta del barco a un niño que se llamaba Ferandito que también era refugiado, pues bien yo me empeñe en que quería ir donde aquel niño que era mayor que yo por lo que cogí una enorme rabieta a lo que mis padres se opusieron. Esta rabieta se me pasó una vez que embarcamos , también tengo algunos recuerdos de nuestra permanencia en el barco como del comedor así como de una tienda en la que mi padre me compró un juguete consistente en un pato de un material de pasta parecida al plástico y que flotaba en el agua, tampoco he podido olvidar como arrojaban los desperdicios al mar desde una de las cubiertas.
Cuando llegamos a Burdeos tomamos el tren con destino a España; todavía tengo en mi memoria la estación de ferrocarril que me parecía enorme y recuerdo que era metálica ese recuerdo lo tengo grabado en mi mente como si ayer hubiese ocurrido.

Poco después llegamos a España entrando por Port-Bou dirigiéndonos a Barcelona donde al ser refugiados nos internaron en el estadio de Montjuit...

La narración de su vivencia en ese exilio puedes leerla íntegra en la entrada de su blog Recuerdos de mi primera infancia.

Instrucción sobre la caída de Bata, recogiendo la declaración de Rafael Matamala.
Fotografía del twitter de su nieto D Matamala.

En el Boletín Oficial del Estado del 30 de julio de 1940, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica la siguiente sentencia:


Rafael Matamala Baeza (Droguero)Dos años de destierro de estos Territorios y la multa de dos mil pesetas
Una forma más de perseguir castigar al derrotado... ya que Rafael Matamala había fallecido tres años y medio antes, el 17 de diciembre de 1936, en acción de guerra en Teruel.

Después de años de ensañamiento, incluso tras su muerte, en 1957 se anota en su expediente que ha sido indultado.

lunes, 19 de octubre de 2020

Relatos de viajeros

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Comparte Moncho Núñez en los relatos de viajeros del Foro de Crónicas de la Guinea Ecuatorial, unas Breves Notas Históricas Guineanas:

19 de septiembre de 1936.- El Tte. Coronel Luís Serrano Maranges, Comandante Militar, firma en Santa Isabel, dos meses y un día después del 18 de julio, la adhesión de Gobierno General de Guinea al ejercito sublevado, declarando el estado de guerra, dando un plazo de cuatro horas para entregar todas las armas e indicando que todos los funcionarios que falten a sus obligaciones serán declarados reos de rebelión.
Firma por España y por la República.
Las autoridades de Bata permanecen leales al Gobierno de Madrid.
26 de septiembre.- A partir de esa fecha se empiezan a dar órdenes a los misioneros de reunirse en Niefang con la idea de trasladarlos al Cameroun. Tres días después se decide su traslado a Bata donde son alojados 17 religiosos en la casa Alena.
12 de octubre.- Desde el buque Fernando Poo, anclado en Bata, se cursa un telegrama a Santa Isabel ofreciendo el canje de los misioneros detenidos allí por los prisioneros republicanos detenidos en la isla.
13 de octubre.- Los misioneros son embarcados en el buque Fernando Poo.
14 de Octubre.- Son embarcados también en el Fernando Poo dos europeos, empleados de la casa Abascal.
Aparece en el horizonte el buque artillado Ciudad de Mahón, que venía desde Canarias a Guinea con fuerzas franquistas, y que al acercarse a la costa dispara por sorpresa tres cañonazos al vapor Fernando Poo, cuya tripulación estaba descargando sacos de arroz. Los disparos apuntan a la popa del buque, que era donde estaban los misioneros, y dan en la hélice y en el timón, ocasionando el comienzo de su hundimiento. Una cuarta granada disparada desde el Ciudad de Mahón entró por el ventanillo del camarote que ocupaban los misioneros causando la muerte instantánea del P. Acacio Ferraz, del Hº Angel Roig y del empleado de la Casa Abascal D. Félix del Hoyo, quedando heridos otros dos religiosos y el otro empleado de Abascal. Un trozo de metralla penetró en el camarote de enfrente e hirió a dos Hermanos en las piernas. Los heridos fueron el Hº Isidoro Gil, Hº Visctoriano Gutiérrez, y los Padres Pedro Iturriza y José Boixadera.
Los marineros del buque lanzaron una lancha al mar, disparando sus ametralladoras al Ciudad de Mahón y consiguieron llegar a la playa.
Al cesar los cañonazos subieron a cubierta los misioneros ilesos y vieron como se  acercaban las lanchas del Ciudad de Mahón con fuerzas a bordo.
El hundimiento del Fernando Poo significa el fin de la última resistencia de los republicanos de Guinea frente a los sublevados.
Los religiosos son embarcados en el Ciudad de Mahón para su traslado a Santa Isabel.
16 de Octubre.- Llega a Santa Isabel el Ciudad de Mahón procedente de Bata, donde había dejado un Destacamento de 200 Tiradores de Ifni. Venían a bordo unos 500 hombres.
19 de octubre.- Se celebran en la Catedral de Santa Isabel los funerales por las victimas del bombardeo realizado contra el Fernando Poo y el enfrentamiento posterior. Estos eran: Los voluntarios canarios Luís Rodríguez, sargento; Lorenzo Frías Cabrera; Juan M. Sánchez Martín; Fernando Santana Bautista y Antonio Suárez Navarro. Los Misioneros P. Acacio Ferraz, superior de Río Benito y el Hº Angel Roig y finalmente el Empleado de la Casa Abascal en Bata Sr. Félix del Hoyo.
21 de Octubre.- Muere en el Hospital de Santa Isabel el Hº Isidoro Gil, herido en Bata. 
Milicianos Voluntarios canarios del Ciudad de Mahón.

sábado, 18 de julio de 2020

La extraña guerra de Guinea

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Crónica de la Guerra Española de Codex (1966) es un texto de referencia al que se cita en diferentes entradas. Veamos el texto completo:

España poseía, como un último retazo de lo que fue su vasto imperio colonial de la Edad Moderna, un grupo de islas y un cuadrilátero de tierra continental en los aledaños del ecuador africano los territorios del Golfo de Guinea, hoy autónomos, cuya capitalidad reside en Santa Isabel, una bella ciudad anclada en el costado septentrional de la isla de Fernando Poo.

El alejamiento de la Península, la lentitud de los medios usuales de comunicación -un buque correo mensual que empleaba quince días de navegación desde Cádiz a Santa Isabel-, la especial configuración de su censo demográfico y las singularidades del modo de vivir colonial hacían de la Guinea española un mundo aparte en que parecía incongruente dar cabida a la pasión política. Los escasos 4.000 españoles que se repartían por su paisaje rabiosa y perennemente verde y soportaban los rigores de un clima de invernadero reconocidamente insalubre gozaban, por otra parte, de un standard de vida incompatible con cualquier reivindicación social. Establecido este cuadro, no es de extrañar que los españoles de Guinea permaneciesen durante los dos meses siguientes al 18 de julio en una actitud indefinida, ajenos realmente a la magnitud del drama que había empezado a desarrollarse en la Metrópoli, sin información clara de los hechos ni estímulos para tomar posiciones por sí mismos, y que solamente pequeñas minorías resueltas se decidieran, con evidente retraso, a entrar en acción.

Precisamente el hecho de que españoles de otras islas -las Canarias, apartadas por cierto del escenario de la guerra- interviniesen decisivamente en la toma final de posición de las colonias de Guinea ante el conflicto, así como la fecha en que esta definición empieza a producirse -el mismo día que se preparaba a salir de Mallorca la expedición nacional que iba a reconquistar Ibiza- justifican la inclusión en este capitulo de la crónica del curioso episodio ecuatorial de la guerra de España.

FERNANDO POO Y EL “MENDEZ NUÑEZ”

El ingeniero Luis Sánchez Guerra, gobernador general, asustado por el ambiente levantisco recién importado de la Metrópoli, declara el estado de excepción ya el 5 de junio de 1936 y pide
urgentemente un barco de guerra para calmar los ánimos. El 24 de junio llega a Santa Isabel el crucero Méndez Núñez.

La noticia de la sublevación fue comentada frívolamente el mismo 18 de julio en el bar “Chiringuito”, de Santa Isabel, donde los españoles residentes en la colonia solían reunirse a charlar ante unos vasos de whisky con soda.
El 21, Matres, comandante del Méndez Núñez, pide permiso a Madrid para efectuar, con el gobernador, un recorrido por las islas. Madrid ordena el regreso inmediato del crucero, cuya
marinería revuelta radia el día 23:

“UMRA vigilante. ¡Viva la República!”

El crucero hace escala en Lagos (Nigeria) el 25 de julio. Cuando reposta en Freetown (Sierra Leona) el 28, el comandante se encuentra con un telegrama de Canarias que le insta a incorporarse al alzamiento. El 5 de agosto, con el crucero en Dakar, Madrid se ha enterado de los planes de los oficiales y ordena la vuelta a Fernando Poo, donde se echan anclas el 14 de agosto.

Muy pronto se recibe la orden de entregar el barco a la marinería, que, ante un gobernador general fluctuante, elige como jefe al teniente de navío Bone, El resto de los oficiales son desembarcados y, el 30 de agosto, el barco emprende de nuevo el regreso a la Metrópoli.

Los oficiales desembarcados se fugan a Victoria (Camerún inglés) el 5 de septiembre, y al llegar a Las Palmas el 18, se encuentran allí con Bone, que se había escapado a nado del buque.
El 21 de septiembre, bajo el control de la marinería, el crucero atraca en Málaga y se incorpora a la flota del gobierno.

Mientras tanto, en la lejana colonia -islas y continente- reinaba la incertidumbre, pero no pasaba nada de particular. Por fin, ante la amenaza que suponía la llegada de Barcelona del vapor correo Fernando Poo con un cargamento de armas para el Frente Popular y una tripulación revolucionaria, el jefe de la Guardia Colonial, teniente coronel Luis Serrano, apoyado por un reducido grupo de conspiradores, declara el estado de guerra y se hace con la isla de Fernando Poo en la madrugada del 19 de septiembre.

En el muelle de Santa Isabel, en Fernando Poo, la colonia española en el África ecuatorial, una banda de música Interpreta el Himno de Riego, el himno oficial de la República. Pero la fuerza armada que desembarca y que al momento inicia el desfile no es gubernamental. Son voluntarios y soldados nacionales procedentes de Canarias, que acaban de Incorporar al alzamiento al territorio hermano de la Guinea continental española.

EN LA SELVA

En el territorio continental de la colonia la cosa no fue fácil. El subgobernador, del Frente Popular, se niega a unirse a los sublevados de la isla y el 22 de septiembre hay una escaramuza en plena selva entre los sublevados en Kogo, que avanzan sobre la capital, Bata, y un destacamento gubernamental que sale a su encuentro.
Son blancos contra blancos, ante los indígenas asombrados; pero los fusiles están también en manos de soldados negros. El 30 de septiembre llega a Bata el Fernando Poo, que ha eludido la habitual escala en la isla al ser advertido del triunfo del alzamiento en Santa Isabel. Su famoso envío de armas se reduce a seis fusiles y una pistola.
Pero el gobierno controla todavía la Guinea continental.

Inesperadamente, el 14 de octubre se presenta ante Bata el mercante nacional armado Ciudad de Mahón con una columna de desembarco integrada por 198 voluntarios de Canarias y fuerzas
de Tiradores de Ifni. Una “batalla naval" es necesaria para dominar al Fernando Poo, que, sin artillería, es incendiado y hundido por el Mahón. Y cuando el barco nacional, tras un breve
cañoneo sobre la capital, se disponía a poner rumbo a Santa Isabel, aparece una canoa, con una bandera enorme, desde la que un aragonés vitorea frenéticamente a la Virgen del Pilar. Las
noticias que trae sobre el abandono de la ciudad por los elementos gubernamentales deciden al mando de la columna, que desembarca y se apodera rápidamente de la colonia.

El 15 de octubre, el Ciudad de Mahón llega a la isla sublevada, que le recibe con evidente entusiasmo y con el Himno de Riego muy seriamente entonado.
Aunque no tardaron en surgir raros celos contra los expedicionarios de Canarias, algunos de los cuales acabaron por asentarse definitivamente en la colonia, los nacionales habían incorporado a su alzamiento los lejanos territorios de Guinea.

Salvo el incidente del Himno de Riego, todo sucede en Santa Isabel sin alteración de su calma habitual. Declarado el estado de guerra sin incidentes el 19 de septiembre, casi un mes más tarde la columna de voluntarios canarios que desfila ante el edificio del Gobierno General va a consolidar la alineación de la isla en favor del alzamiento, no sin despertar celos y suspicacias entre los residentes en Fernando Poo que la hablan sumado en su día a la causa nacional. 



domingo, 26 de enero de 2020

Procesando a la tripulación del Fernando Poo

El Capitán Emilio Ley Arata, directivo de la Trasmediterránea, afirmaba el 12 de noviembre de 1936 en un artículo de La Prensa: «Los oficiales del barco casi todos son rojos. El oficial que se exceptúa de haber estado de parte de los marxistas es el señor Devesa, casado con una joven de Las Palmas, de familia muy conocida. El Capitán del Fernando Póo, don Antonio Pasaje Respeto (sic), estaba también de parte de los rojos. Resultó muerto en el accidente del Fernando Poo el primer maquinista Eduardo Selma, marxista».

Así, en la entrada Inicio de causas contra los tripulantes del vapor "Fernando Poo" recogíamos el inicio de un proceso y en la Sentencia del Consejo de Guerra contra el personal del Fernando Poo, la resolución del Consejo de guerra que conduciría a la tripulación al campo de concentración del viejo Lazareto de Gando, en Canarias.

No se procesará a toda la tripulación, ya que aparte de «el primer maquinista Eduardo Selma, marxista» muerto en el hundimiento, hubo otros que se ahogaron en la bahía de Bata (o que se dice que desaparecieron como el barbero Caparrós) o como Manuel Pérez Teira que falleció en la prisión de Santa Isabel sin llegar a juicio.

El incansable Pedro Molina Sanabria ha rescatado el auto de procesamiento, y en su blog podrás leer igualmente las transcripciones de las declaraciones que tomó el capitán Fontán durante las instrucción inicial en Santa Isabel:

---

115
 A.0.026,761*
 AUTO DE PROCESAMIENTO
En Santa Isabel a veintiséis de Enero de mil novecientos treinta y siete.
RESULTANDO que el día catorce de Octubre del pasado año y con ocasión de encontrarse el barco rebelde “FERNANDO PÓO”, en aguas jurisdiccionales de Bata (Guinea continental) en poder de un “Comité Rojo”, formado por el Segundo radiotelegrafista Francisco Pérez Rodríguez, como Presidente; Secretario, el Cuarto Maquinista Vicente Filló Places; Vocales, Francisco Seguí Darder, Segundo Oficial; Domingo López Santos, engrasador; Antonio Tarí Quiles, Ayudante gambucero y Juan Calvo, marinero (estos dos últimos huidos durante la operación), así como también del Tercer Maquinista Manuel de dios y del Águila, que perteneció al Comité y estar de acuerdo en todo con el mismo, los que estaban erigidos en dueños del mencionado barco, hizo acto de presencia en dichas aguas la motonave “Ciudad de Mahón” transformada en Transporte de Guerra conduciendo fuerzas afectas al Movimiento del Glorioso General Franco al objeto de apresarle y sumar la Guinea al Movimiento Nacional, entonces en poder de los rojos, para lo cual se le disparó en señal de aviso para su entrega, contestándose del barco “Fernando Póo” con fuego de fusilería y pistola, poniéndose en movimiento y tratando de levar anclas para abordar al “Ciudad de Mahón”, el cual le bombardeó entonces para su defensa; así como también fue agredido un voluntario de Expedición el marinero Antonio Dieste Ojea que le dio un golpe con una botella. Está comprobado que el Capitán del barco Don Antonio Pasajes Repeto, tenía en su poder la clave de comunicación y hacía la traducción de los radios con el Segundo radiotelegrafista Francisco Pérez Rodríguez, Presidente del comité Rojo,  por imposición del Comité, pero pudo el Capitán haber desaparecido la clave, evitando así el que se comunicara el Comité con Madrid y recibiese la tripulación toda clase de noticias, consintiendo además el Capitán el que se remitiesen por la radio del barco los Radios del Subgobierno de Bata; también está comprobado que en el barco se hacían guardias armadas por la tripulación de vigilancia al barco y a los prisioneros de Bata que los habían trasladado al “Fernando Póo”, estas guardias las hicieron: los Camareros Manuel Tarí Quiles, Aristoteles Montolio Villalonga, Miguel Vivól Padró, Manuel Ferreiro Nieto, Juan Ruiz Sánchez, Antonio Pascual Pons; por el Marinero Antonio Dieste Ojea; por el ayudante lavandero Mariano Juan Más; por el Engrasador Adolfo Celis Mones, el encargado de tercera Francisco Cano Bravo, el Enfermero Manuel Diaz Diaz, el marmitón Claudio Hidalgo Quintanilla y por el Marinero Rafael Ginart Martín; y por último que el resto de la tripulación que se encuentra presente formada por el primer Oficial Rafael Muñoz García,; el Segundo Oficial Francisco Zamora Esclazans; el Tercer Oficial Jacinto Devesa Paredes; Primer radiotelegrafista Enrique López Astudillo; el Médico Antonio Fuertes Villavicencio; el practicante Francisco Aramendía Armendariz; el Cuarto Maquinista Vicente Filló Places; el Ayudante de Máquinas Pedro Bertran y García Barona; los Electricistas Jaime Tomás Romea, León Mercader Navarro, José Bo Ferráz; el Panadero Juan Munar Lladoz; el Gambucero Joaquin Bru Masip; el Ayudante Gambucero José Baches Uach; el grumete Juan Fernandez Hermo; el repostero Juan Timoteo Alemani; el lavandero Enrique López Bravo; el Jefe de cocina Antonio Petit Poriel; el segundo cocinero Fernando Barba Mercero; el Mayordomo José Fuster Tabaloyes; el ayudante de cocina Paulino Olivares Manzárraga; los engrasadores : Joaquin Barceló Chico y Leopoldo Martinez Ramos; el Marmitón Pedro Pereira Guerra; mozos de cubiertas: Antonio Hernández Sierro, Manuel Hidalgo Gálvez; los camareros: José Marín Verdejo,
Juan Ballesteros Palea, José Listán Posada; Antonio Reboul de Torres-Pardo; David Sanz López; Antonio Solabres Morales y las Camareras Virtudes Torres Subirats y Rosa Gran Espí, no se deduce responsabilidad alguna, en el hecho relatado, más que una cobardía colectiva.
CONSIDERANDO que los hechos relatados en el anterior resultando pueden calificarse a los solos efectos de instrucción, y sin perjuicio de la ulterior calificación que pudieran merecer, como Constitutivos de un delito de Rebelión Consumado, previsto en el Código de Justicia Militar en el artículo doscientos treinta y ocho del cual aparecen presuntos autores el Comité del barco; Presidente, Francisco Pérez Rodríguez, Secretario Vicente Filló Palces, Vocales Francisco Seguí Darder, Domingo López Santos, Antonio Taré Quiles y Juan Calvo (estos dos últimos ausentes y el ex – componentes del Comité Manuel de Dios y del Águila; como constitutivos de un delito consumado de Auxilio a la Rebelión previsto en el Código de Justicia Militar en el artículo doscientos cuarenta a Antonio Pasajes Repeto, Manuel Tarí Quiles, Antonio Dieste Ojea, Mariano Juan Más, Adolfo Celis Mones, Francisco Cano Bravo, Manuel Diaz Diaz, Aristoteles Montolio Villalonga, Miguel Vivól Padró, Manuel Ferreiro Nieto, Juan Ruiz Sánchez, Antonio Pascual Pons, Claudio Hidalgo Quintanilla y Rafael Ginart Martín; y como constitutivo de un delito de insulto de obra a fuerza armada previsto en el Código de Justicia Militar en el artículo doscientos cincuenta y tres a Antonio Dieste Ojea.
CONSIDERANDO que en atención en el anterior, es pertinente decretar el procesamiento de aquellos, de conformidad con lo prevenido en el artículo cuatrocientos veinte y uno del Código de Justicia Militar, en relación con el trescientos ochenta y cuatro de la Ley de enjuiciamiento Criminal.
CONSIDERANDO que dada la naturaleza del hecho y las penas que en su día pudieran corresponder por consecuencia de las figuras criminosas apuntadas, se está en el caso de decretar la prisión incondicional.
SE SECLARAN procesados por esta Causa a Francisco Pérez Rodríguez, Vicente Filló Palces, Francisco Seguí Darder, Domingo López Santos; Antonio Tarí Quiles, Juan Calvo, Manuel de Dios y del Aguila; Antonio Pasajes Repeto, Manuel Tarí Quiles, Antonio Dieste Ojea, Mariano Juan Más, Adolfo Celis Mones, Francisco Cano Bravo, Manuel Diaz Diaz, Aristoteles Montolio Villalonga, Miguel Vivól Padró, Manuel Ferreiro Nieto, Juan Ruiz Sánchez, Antonio Pascual Pons, Claudio Hidalgo Quintanilla y Rafael Ginart Martín, con los cuales se entiendan en forma las diligencias sucesivas, notifique este Auto a los encartados, instruyéndolos de los beneficios y recursos legales; recibansele declaración indagatoria, evacuando con urgencia las citas útiles que resulten y reclámense los antecedentes penales y la certificación de nacimiento librando los oficios necesarios.
SE ELEVA a prisión provisional la detención que sufren los procesados antes mencionados, librándose el correspondiente mandamiento para el Jefe de la Prisión en que se encuentran.
Así lo mandó y firma el Señor Capitán de Artillería Don José González Garcia, Juez Instructor, de lo que yo el Secretario doy fé.
[Firmas someramente rubricadas de JOSÉ GONZÁLEZ GARCÍA y LEON HERNÁNDEZ BENÍTEZ].
DILIGENCIA DEL JUEZ CAPITÁN GONZALEZ
En Santa Isabel a veintiséis de enero de mil novecientos treinta y siete.
No procede solicitar antecedentes penales y certificación de nacimiento de los procesados, por no existir comunicación con Madrid para los antecedentes penales y con las demás provincias de donde son los procesados.
Lo proveyó rubrica S.Sª; doy fé.
[Somera línea rubricadora de JOSÉ GONZÁLEZ GARCÍA y abreviada firma de LEON HERNÁNDEZ BENÍTEZ].
Cfr.: Archivo del Tribunal Militar Territorial 5.- 9342-297-21.- Causa 24 de 1937.- Folios 115 a 117.