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lunes, 19 de septiembre de 2022

El caso de Horacio Pérez Cruz

Veíamos en Sombreros de Copa en Fernando Poo, las dificultades por las que pasaron algunos francmasones en el territorio.

Horacio Pérez Cruz, como a al resto de la población canaria, le ocurrió como a Matías López Morales: es de sobra sabido, que Canarias con el "Manifiesto de Las Palmas" se adelantó al resto de España en el golpe de Estado del 36, Franco como comandante militar de Canarias dejó a sus primos Francisco Franco Salgado-Araujo (Pacón) y Juan Fontán y Lobé al mando mientras él volaba en el dragón rapide al continente africano. Canarias no pasó, por tanto, por la experiencia de la guerra, pero sí por la de la represión de la retaguardia. Así, Horacio o Matías se vieron inicialmente reclutados para integrar el ejército golpista, y posteriormente depurados y sancionados en función a supuestas lealtades o actividades previas al quiebre institucional. 

En el caso de Horacio Pérez Cruz, en octubre de 1936, una declaración anónima marcada como "Notas de Zaragoza" le incluye entre los militares canarios pertenecientes a la masonería, en su caso como sargento de complemente en infantería. Fue depurado y apartado del servicio. Años después (2008), en la esquela de su hermano, Julio, se aludirá a ese proceso derivado de «sus preocupaciones sociales, su trato fraternal y su sentida defensa de la libertad y la igualdad, que compartió desde su infancia con su padre, Julio Pérez Cabrera, y su hermano Horacio, que fueron internados en Fyffes y perseguidos por defender ideales democráticos en los inicios de la dictadura franquista».

Al igual que otros, se desplazó (1938-1942) al territorio ecuatorial como vía para distanciarse de las persecuciones y buscar la subsistencia económica. En su caso, la estrategia no funcionó.


DON HORACIO PEREZ CABRERA (sic)
Nació en 1910, soltero, Comisionista, natural y domiciliado en Santa Cruz de Tenerife, calle de Eduardo Cobián número 19. (Hotel Continental).
Masón grado cuarto. Nombre simbólico “Sabinosa”.
Ingresó en Infantería cuando fue llamada su reemplazo, con la categoría de Sargento de complemento, se retiró cuando fue licenciado el remplazo que le correspondía, no siguiendo como voluntario. Mas tarde ingresó de voluntario con las aspiraciones de ser Oficial de complemento, pero al realizarse una información en la que resultaba haber sido anarquista y más tarde socialista, muy propagandista, los Jefes acordaron desmovilización e impedirle fuera aprobado para alférez.
Situación económica mal.
Con un motivo de un conato de insurrección que se iniciaba en Infantería, estuvo en los primeros meses del Movimiento detenido en la Prisión Militar de la Costa.

Hay una confusión en su apellido, ya que "[Julio] Pérez Cabrera" era su padre.

Cuenta Manuel de Paz en Masones en el Atlántico la historia de Horacio Pérez Cruz, conocido por el nombre de Sabinosa:
Santa Cruz de Tenerife, 5 de octubre de 1910. Estudiante, comisionista y sargento de complemento de Infantería. Casado. Hijo de un miembro del taller, resultó iniciado (1-07-1929) en la logia Añaza, nº 1 (GLC-GLE), de la capital tinerfeña, en la que fue exaltado a los grados 2º y 3º, obteniendo además el grado 4º (1933) en el plano capitular, con lo que entró a formar parte del SCRC Añaza de su ciudad de nacimiento. Redactó un trabajo de grado sobre su experiencia masónica. Principal promotor de la revista masónica Lux, de la que salieron dos números, según carta del 12-03-1934 entabló relaciones comerciales con don Luis Gertsch respecto a la representación de firmas cinematográficas y otros asuntos. Secretario (1932-1936) del taller, resultó elegido también para representarlo ante la obediencia regional. Fundador de la Juventud Socialista en la capital tinerfeña, según manifestó en la plancha mencionada, se había «dado de baja» para aquellas fechas. Ocupó también el cargo de gran orador (1934-1935) de la GLC, aunque esta obediencia había salido muy mal parada de la escisión del taller santacrucero a raíz de la proclamación de la República. Firmó (22-05-1936), como secretario de su logia, una plancha dirigida a Martínez Barrio, al objeto de evitar el traslado del inspector de Hacienda y cofrade Manuel Guisado Durán, por presiones de «nuestros enemigos».
Al producirse el Alzamiento fue movilizado y, en 1937, se le separó por su relación con la masonería. Según informes policiales (18-01-1939) había sido «propagandista del partido comunista y últimamente de los de izquierdas» y, en aquellas fechas, se encontraba en Fernando Poo, a donde había marchado en 1938.
Previamente, según otros informes complementarios, había estado detenido en la prisión militar de la Costa Sur y, según se afirmó, su vocación militar se había visto truncada, con anterioridad a la contienda, por su ideario inicialmente anarquista, que luego evolucionó hacia el socialismo. En 1942, según manifestó más tarde, regresó a Santa Cruz de Tenerife desde Guinea, por lo que no pudo presentar la declaración-retractación conforme a la Ley de 1-03-1940. El juzgado nº 3 del TERMC le instruyó el sumario 534/1943, por lo que compareció en Madrid, donde reconoció su intensa vinculación con la Orden, abjuró ante las autoridades eclesiásticas y, realizados los trámites oportunos, el Tribunal dictó (17-12-1943) sentencia condenándole a doce años y un día de reclusión menor y accesorias. Recluido por esta causa en la prisión provincial de Madrid, presentó recurso de alzada ante el Consejo de Ministros y, tras diecinueve meses de prisión, el Gobierno le conmutó (28-05-1945) la pena impuesta por la de seis años y un día de prisión mayor y accesorias. El TERMC decretó (31-05-1945) prisión atenuada en su domicilio, pero poco después falleció (30- 06-1945), en su lugar de nacimiento (Libro 111, fol. 91v, nº 541), sin hijos (AGGCE, 113-A-3, 364-A-5; TERMC, nº 7231).

En Historia de la francmasonería en Canarias (1739-1936), Manuel de Paz incluirá también que Horacio Pérez fue editor en 1931 de la efímera revista literario-masónica ¡Luz!.
La editorial del primer número decía:
Hoy más que nunca, en que los eternos principios de la fraternidad se vulneran, en que los hombres se acometen bajo banderías egoístas y las naciones se resquebrajan por haber atropellado los sentimientos básicos sobre los cuales se cimenta el bien colectivo; en que la moralidad está ausente de toda actividad, se precisa instaurar nuevamente el credo triple y unitivo de «Libertad, Igualdad, Fraternidad». [...] Las islas necesitan de puertos esperanzados en los que atraquen los barcos de las inquietudes puras. [...] Las ideologías no deben ser barrotes entre los que se debate y acongoja la alegría esencial del ser. No deben estar sujetas a otro mandato que al interior-individual.

lunes, 6 de junio de 2022

Donación y castigo

La Gaceta de Madrid del 5 Noviembre 1936 publica la Relación de donantes y donativos correspondientes a la cantidad de 10.353,65 pesetas que figura anteriormente por el Gobernador del Golfo de Guinea

Y Ángel Miguel Pozanco lo recoge también en “Guinea Mártir”: «La guerra de la metrópoli determinó de manera comprensible que el servicio de vapores correos para la línea de Guinea se hallase irregularizado. A pesar de las dificultades que representaba, en el mes de agosto fondeó en la bahía de Bata, tras un largo recorrido, el Ciudad de Ibiza, pequeño barco que transportaba productos alimenticios, medicamentos y correspondencia. Ese mismo barco, en su viaje de regreso, llevaba destinadas al Gobierno diez mil pesetas que se recaudaron en el continente para las fuerzas leales que luchaban en los frentes».

No es algo tan inusual... Gustau Nerín ya recogía en el clásico Blanco bueno busca Negro pobre, que «Durante el franquismo, en España era muy popular la campaña anual del Domund, en que se recaudaba dinero para las misiones católicas. En el año 1953, la diócesis de España que más dinero por habitante aportó fue la de la Guinea Española. Los blancos y los negros de Guinea dieron mucho más para los "negritos" que los españoles de la metrópolis: los habitantes de la colonia dieron 2,61 pesetas de medía, en tanto que los de Barcelona dieron solo 0,80. Pero hay más: los que daban más para los negros eran los mismos negros, pero estos también daban mucho para los blancos. Los guineanos colaboraron intensamente en las recaudaciones proValencia de 1957 y pro-Barcelona de 1962, destinadas a recoger fondos para paliar la devastación causada por los temporales de Valencia y del Vallés. De esta forma, los campesinos africanos ayudaron en aquella ocasión a los "pobres" valencianos y a los "pobres" catalanes». Y no sólo en 1953, año tras año, campaña tras campaña, la diócesis que más aportaba era ecuatoguineana...

Colecta para negritos de África en Chamberí, 1955


Pero volviendo a nuestro tema: Durante la guerra civil, se hicieron diferentes campañas apelando a la solidaridad de la ciudadanía. 

En el caso del territorio ecuatorial, la historiografía franquista narrará que «el jefe de Correos, Isidro Álvarez Martínez, inició una suscripción para las “fuerzas leales que luchan en los frentes”. Porcel la encabezó con quinientas pesetas y llegaron a recaudarse unas diez mil, que se entregaron al comité del control del barco para que las pusiese en manos del Jefe de Gobierno. También empezaron a cargarse en el correo frutos del país donados para los milicianos por los agricultores coaccionados (sic) por el Subgobernador». A su vez, La Guinea Española lo contará así: «Suplicado. Por iniciativa de varios funcionarios públicos que han acordado ceder un día de sus haberes totales para la suscripción abierta por el Gobierno de Madrid, para la Junta Nacional de Socorros, se advierte a cuantos funcionarios y particulares deseen engrosar dicha suscripción, que en la Secretaría General del Gobierno, se recibirán las cantidades que se aporten hasta el día antes de la salida para la Península del primer correo. [Penúltimo párrafo] Santa Isabel, 1.º de septiembre de 1936. [Pie del escrito] El Gobernador General».
Todavía una semana después reiteraría: «Abierta por el Gobierno de la República una suscripción encaminada al socorro de las víctimas de la tragedia que se está desarrollando en la Península, este Gobierno General es para de todos los que, lejos de ella, sienten angustia en su corazón de españoles, que acudan a engrosarla prescindiendo de toda clase de sentimientos que no sean los humanitarios que se invocan; extendiéndose el llamamiento a los extranjeros residentes en la Colonia que desarrollan en ella su industria o su comercio y que sienten exaltados sus anhelos de fraternidad internacional».

Pero en el contexto del triunfo del golpe de Estado, ese listado de donantes se convirtió en probatorio de auxilio al gobierno de la República, por lo que los aportantes fueron cuestionados y depurados.

Obsérvese que -pese a que se ha sostenido que la población local permaneció indiferente al conflicto,  entre los donantes no son extraños los apellidos de orígen africano y fernandino, como Barleycorns, Roku, Muañache, N'guema, N'sé, Obiang, Esono, Estrada, Modipo, Boneke, Otanga, Bolopá, Eyeme, Eyanga, Ebute, Noula, Upolo... así como otros que ya han recorrido con nosotros la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel: Francisco Hinestrosa, Gonzalo Carrillo, Emilio Fontanet, Raimundo del Pozo, Manuel Aláiz, Luis Buelta, José Lozano, Sebastián Nacarino, Joaquín Mallo (hijo)... . Surgen los nombres de muchos de los que acabaron en el campo de concentración del lazareto de Gando, o que sufrieron destierro, o simplemente desaparecieron..., al fin y al cabo, tirar de la manta, nunca fue tan fácil como leer el BOE. Esta lista publicada con posterioridad a la caída de Bata será decisiva para la incoación de expedientes y la aplicación de sanciones.


Así, tampoco es de extrañar que poco después del triunfo de los golpistas, la Cámara Agrícola diera una donación ejemplar del 20% de la producción.
"Voluntaria", dirán algunos, aunque trabajos como los de Donato Ndongo han demostrado de ésta fue inducida, y dictada su reglamentación desde la Gobernación General... pero discrepada en la intimidad. En parte, para evitar lo que Vila-San Juan definía como la desconfianza hacia los coloniales profranquistas, que -pese a haber triunfado- «los que se habían sublevado (la gente de orden), eran tratados casi como "nacionales de 2ª clase" o "semirrojos"».
En total -nos recuerda Bokung Ondo Akum- «durante la Guerra Civil Española, la Guinea Colonial aportó 61.500.000 de pesetas anuales a la causa franquista», sin contar materias primas.





lunes, 7 de febrero de 2022

El Taiwán ibérico (IV) y el oro de Moscú

Yate Vita
En este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel hemos recopilado anteriormente
varios momentos históricos en los que las dos islas Formosa (Bioko y Taiwan) estuvieron a punto de correr procesos en paralelo.

Básicamente se trataba de facilitar la reconstitución del gobierno republicano en el exilio en un territorio no europeo y -con el apoyo internacional- forzar un cambio en el resto del territorio español.
Un proceso fallido que necesariamente recuerda al del la isla de Taiwán.
La última experiencia que incluiremos la relata Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonizaciónde Guinea Ecuatorial(1968-1969). Conforme al magistrado, tras la guerra mundial «había comenzado a fermentar un sentimiento nacionalista de baja intensidad y sin brotes graves de violencia, salvo el ataque el año 1962 en las cercanías de Ebebiyin a dos Guardias Civiles que, heridos, repelieron la agresión matando a cuatro de sus atacantes nativos. Ese fermento fue fomentado por los republicanos españoles exiliados en Méjico que pusieron a disposición de los descontentos 200 millones de pesetas del tesoro del yate Vita, cifra fabulosa en aquella época, con el fin de desestabilizar el Régimen, colocándole en una situación semejante a la del Portugal de Salazar, enzarzado en guerras coloniales, pequeño gran país siempre bravo, pero equivocado en aquella coyuntura».

Es una especie de leyenda urbana, conforme a la cual el yate Vita, habría partido al exilio mexicano al
final de la guerra civil, por instrucciones del gobierno español. En su bodega estaría almacenado parte del conocido como "oro de Moscú" (incluyendo el de las arcas de la Generalitat) y diversos bienes patrimoniales. Este "tesoro" sería por años un elemento de discordia entre los exiliados, incluyendo el Gobierno Vasco en el exilio a través de la tripulación vasca del yate.
Según algunas fuentes, el "tesoro" se usó para financiar los trabajos del Gobierno Republicano en el Exilio, agotándose finalmente en las primeras elecciones tras la muerte de Franco.

La información de PARES difiere con esa información, ya que el "tesoro" -tras un pulso inicial con el Gobierno de Negrín- fue administrado por la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), «organización creada por la Diputación Permanente de las Cortes Republicanas en el exilio a instancias del socialista Indalecio Prieto, para asisitir a los refugiados españoles en el exilio. Su finalidad era la de "administrar cuantos recursos y bienes pueda y deban destinarse al auxilio de quienes emigran de España por defender las instituciones democráticas de nuestro país" (...). Entre los años 1940 y 1942, la JARE desarrollando su actividad en Francia bajo la cobertura de la delegación del gobierno mexicano de Ávila Camacho. En diciembre de 1942, Ávila Camacho incautó los bienes de la JARE, cuya administración pasó a manos del estado mexicano, creando la comisión CAFARE para administrarlos. Con el objetivo de escolarizar a los hijos de los refugiados la JARE creo en México la Academia Hispano-Mexicana y el Instituto Hispano-Mexicano Ruiz de Alarcón».


Mendizabal, que fue asesor de Macías y -entre otros compromisos- Magistrado del Tribunal Constitucional, Presidente de Sala del Tribunal Supremo y Presidente de la Audiencia Nacional, es posible que tenga acceso a información privilegiada. Lo curioso de esta hipótesis, es que el propio Pío Moa alude al tesoro del Vita en su obra "Mitos del franquismo" pero no recoge que se utilizara en financiar a la disidencia o a los independentistas ecuatoguineanos.

Todavía en 2010, el argentino Bill Vidal desarrollaba un thriller histórico sobre el "Oro de Moscú" que derivaba en una trama ecuatoguineana: «En julio de 1936, el gobierno republicano decidió evacuar las reservas de oro españolas. Siete mil novecientas cajas llenas de oro partieron desde Cartagena rumbo a Odessa, pero sólo llegaron a destino 7.800. Así empezó el misterio del Oro de Moscú. En 2004, [Jack Hadley] un académico británico se propone escribir la biografía de El Azteca, un brigadista mexicano que intervino en la operación. Al hacerlo, se ve inmerso en una conspiración de primer orden. El CNI, el ICEX y Raúl Castro lo persiguen hasta lograr implicarlo en el golpe de estado de Severo Moto. España, América Latina, Guinea Ecuatorial... un nuevo eje sirve de marco a esta trepidante novela de acción en la que, más que nunca, nada es lo que parece».
Pero esa es otra historia....

martes, 28 de septiembre de 2021

El granero en la retaguardia (II)

En 1963, NUESTRA BANDERA revista teórica y política del Partido Comunista de España, recogía el artículo "Maniobras del franquismo en el frente colonial" de Fernando Claudin.

Rescatamos el siguiente párrafo en relación a entradas anteriores del tipo de:
«(...) los intereses del capitalismo español (en particular del capital catalán) en las "provincias ecuatoriales", son importantes. En las empresas explotadoras, como la Cia. Nacional de Colonización Africana (ALENA), la Cia. Anónima de Productos Africanos (CAPA), la Industrial y Agrícola Africana S.A., y otras muchas, el capital financiero tiene importantes intereses. No pocos jerarcas del régimen, como el general Diaz de Villegas, director general de las plazas de soberanía, y el mismo Carrero Blanco, están directamente interesados en la explotación colonial en esas "provincias". En realidad esta explotación ha comenzado en gran escala sólo después de nuestra guerra civil. El desarrollo acelerado del capitalismo monopolista español, utilizando la palanca del Estado franquista, se tradujo también en la explotación rapaz de las posesiones del golfo de Guinea. La producción de cacao, que en 1940 era de 8.870 toneladas, llegó en 1960 a 27.900, más del triple; la de café pasó en el mismo período de 1.848 toneladas -a 9.400, cinco veces más; la exportación de madera, que en 1940 era de unas 60.000 toneladas, llegó en 1961 a 237.000; la de aceite de palma pasó de 256 a 3.100 toneladas, Estas cifras muestran elocuentemente la intensificación de la explotación colonial de la Guinea española. Si se tiene en cuenta de qué manera ha procedido nuestra oligarquía monopolista con los obreros y campesinos de la metrópoli, pueden suponerse los métodos que habrá utilizado con la población africana de Guinea, pero ha puesto especial cuidado en que los datos concretos no trasciendan al exterior y en los últimos años ha propagado activamente una leyenda rosa sobre las condiciones de vida en dichos territorios. 

Algo se ha filtrado, sin embargo. Según datos proporcionados por los trabajadores del Camerún y de Nigeria que estuvieron trabajando en Fernando Póo y Río Muni, hasta 1961 recibían como salario poco más de 70 pts a la semana, un camastro y una ración compuesta de aceite de palma, pan y pescado seco. La jornada de trabajo era de sol a sol. En diciembre de 1960 los trabajadores nigerianos de Fernando Poo se declararon en huelga exigiendo mejores condiciones de vida. La represión fue brutal, pero en 1961 Nigeria accedió a la independencia y los colonialistas franquistas se vieron obligados a hacer algunas concesiones: el salario mensual llegó a ser algo más de 500 pts. Las condiciones de trabajo de los nativos han sido siempre peores. A medida que se extendían las concesiones por decenas de miles de hectáreas, de las autoridades franquistas a las sociedades anónimas, se despojaba a las comunidades indígenas de las tierras que cultivaban secularmente, y las familias se veían obligadas a vender su fuerza de trabajo. La discriminación racial impera en toda la línea. Los habitantes están clasificados en tres categorías: emancipados, semiemancipados y no emancipados. La inmensa mayoría pertenece a esta última categoría, que implica no tener derecho a la propiedad privada de la tierra, ni a realizar transacciones comerciales por un monto superior a 2.000 pts y otras limitaciones jurídicas (...)».

lunes, 12 de abril de 2021

El caso del médico

En la entrada Libre de toda sospecha exponíamos el ensañamiento con que se castigó la lealtad a la República o la tibieza en el apoyo a los golpistas dentro de la función pública.

En algunos casos, además de la inhabilitación perdieron bienes, fueron desterrados, estigmatizados socialmente o cumplieron prisión (o todas ellas combinadas). Y en algunos, como el del Luis González Peña -el practicante de Fernando Poo-, la persecución acabó en fusilamiento

Por su claridad, rescatamos el caso de José Villaverde de Beitia, médico separado del Servicio Sanitario Colonial el 31 de octubre de 1938. Fue separado de su cargo por estimar que "por su conducta había de considerárselo contrario al Movimiento Nacional, como consecuencia de una información sobre actividades de la Masonería en la Colonia, practicada por un Juez Militar, que dio lugar a la resolución del Gobernador General de Guinea de 19 de octubre de 1938".

El Boletín Oficial del Estado en su edición del 8 de abril de 1947 publicó la Orden de 15 de marzo de 1947 por la que se resuelve el recurso de agravios promovido por don José Villaverde de Beitia, contra resolución de la Dirección General de Marruecos y Colonias de 20 de octubre de 1944.
En la orden se desglosan la sucesión de recursos inadmitidos o denegados que el Dr Villaverde interpuso por años para ser reincorporado, "comunicándose al interesado que, teniendo en cuenta los antecedentes suyos existentes en la Colonia y el informe del Gobernador general de la misma, la Dirección General estimaba que no procedía su reingreso en el servicio colonial".


Falleció 8 años después (3 de marzo de 1955), como médico de Tramacastilla de Tena, Huesca, sin lograr la rehabilitación pese a que el 3 de noviembre de 1945 se le incluyó en la lista de personas sobre las cuales "se ha dictado auto de sobreseimiento en sus respectivos procesos, y que por lo tanto han quedado exentas de responsabilidad, quedando alzadas cuantas restricciones de todo orden se les hubiera impuesto".

martes, 26 de enero de 2021

La desconocida calle

¿Recordáis la entrada de El callejero y la memoria histórica?

El pasado 24 de enero, Adzubenam Villullas nos contaba en La Provincia – Diario de Las Palmas:



MEMORIA HISTÓRICA | LOS RESQUICIOS DE LA DICTADURA EN EL CALLEJERO

La capital [canaria] conserva una vía dedicada a Juan Fontán, quien fuera gobernador de la excolonia española de 1937 a 1942 | Participó en el bombardeo de la ciudad de Bata

El 4 de octubre de 1936 el buque Ciudad de Mahón partió del Puerto de La Luz y de Las Palmas con destino a Guinea Ecuatorial, a bordo iba un contingente de tropas que formaban parte del bando sublevado de la Guerra Civil. Diez días más tarde, la embarcación arribó frente a las costas de la excolonia española y tras un intenso bombardeo logró hundir el Fernando Poo, el cual defendía en aquellos territorios el gobierno de la República. El capitán de artillería Juan Fontán y Lobé (Palma de Mallorca, 1894-1944) fue uno de los militares que comandó el ataque. Con un destacado papel en la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura -entre otros cargos, fue gobernador de la Guinea colonial (1937-1942) y diputado en las primeras cortes del franquismo-, este mallorquín conserva una calle a su nombre en el barrio de Schamann de Las Palmas de Gran Canaria, un hecho que ha pasado desapercibido para las distintas corporaciones que han pasado por el Ayuntamiento capitalino.

“Al documentarnos para una de las entradas de nuestro blog empezaron a aparecer resultados en el buscador; una visita con Google Street View nos permitió confirmar que no era ningún error, en Las Palmas de Gran Canaria había una calle con el nombre de Juan Fontán”, señalan sorprendidos a este periódico los miembros del Colectivo Biafra, una asociación de Guinea Ecuatorial que se dedica a mantener viva la memoria histórica de la Guerra Civil española y la posterior dictadura franquista en el país africano -cuya independencia se produjo en 1968 tras siglos de colonización-.

Los del Colectivo Biafra siguieron investigando y descubrieron que el nombre de Juan Fontán seguía sin aparecer en la última revisión del callejero de la capital para borrar los últimos resquicios del franquismo. Maximiliano Paiser, uno de los miembros del Consejo Asesor de Memoria Histórica de Las Palmas de Gran Canaria que elaboró la lista de rótulos a modificar, ha reconocido a este periódico que desconocían “por completo” quién fue este militar mallorquín; “de haber sabido quien era lo habríamos incluido”, aclara.

El historiador Sergio Millares, concejal de Participación Ciudadana de la capital en la pasada legislatura, señala que “desconocía” la existencia de tal calle en la ciudad, pero en este caso sí conoce la figura del militar franquista. “Fue un criminal, vinculado a la represión de la guerra y la dictadura”, explica, “pero su nombre ha pasado desapercibido”, puntualiza. En opinión de Millares el rótulo de Juan Fontán debería incluirse en el listado de calles a ser modificadas. “Se trata de un ejercicio de oxigenación democrática, aquellos que tuvieron un papel directo en el aparato del franquismo, especialmente en su primera etapa, no tienen cabida en el callejero”, sentenció.

Bajo su mandato en la pasada legislatura (2015-2019) el Consejo de Cultura aprobó cambiar los rótulos de las calles Juan Saraza Ortiz -delegado del sindicato vertical en Las Palmas durante buena parte de la dictadura-, del Doctor García Castrillo, y del falangista Mario César; además de Sargento Provisional, Alférez Provisional, Calvo Sotelo y la plaza del General García Escámez. Esta última está situada muy cerca de la citada Juan Fontán, en Schamann. En cambio, aquellas que hacen alusión a batallas como la de Teruel, del Ebro o de Brunete decidieron mantenerlas, “pues allí lucharon y murieron personas de ambos bandos”, matiza Millares. 

Fuentes municipales de la concejalía de Cultura, que encabeza Encarna Galván, han asegurado a este periódico que la Mesa Técnica de Memoria y Patrimonio deberá “consensuar” la propuesta de retirada del nombre de Juan Fontán del callejero de la capital para después pasar al Consejo de Cultura, del que depende su aprobación definitiva. Este organismo municipal no se ha podido reunir en el último año por motivos de seguridad sanitaria por la pandemia; de hecho, todavía tienen pendiente ratificar la sustitución de Juan Saraza Ortíz, Doctor García Castrillo y Mario César por los nombres de la pintora Pilar de Lugo, la nadadora Pastora Martín-Fernández y la escritora Olivia Stone, respectivamente.

La pregunta para la mayoría de los capitalinos sería: ¿Quién fue realmente Juan Fontán? La ligazón de este mallorquín con Las Palmas de Gran Canaria comienza tras la Guerra del Rif (1911-1926), contienda en la que participó como teniente de artillería. Durante la II República fue presidente en la provincia de Las Palmas del partido Acción Popular, miembro integrante de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Fue propietario del periódico Acción, cuyo primer número salió a la calle en abril de 1935. Este rotativo se editaba desde la imprenta del Obispado de Canarias y tenía como “postulados fundamentales” la religión y la patria, según detalla el Archivo de Prensa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Fontán participó activamente de la política local durante la República, incluso, llegó a crear una milicia callejera para “oponerse a los desmanes de los que se llamaban republicanos”, según detalla el obituario que le dedicó el diario Falange a su muerte. Un artículo en el que destacaron de él su fidelidad al dictador. “Cuando se inició el Alzamiento nacional [golpe de Estado del 18 de julio] se incorporó inmediatamente”, precisa el texto. A los pocos meses de comenzar la guerra el mallorquín sería designado como capitán para dirigir la expedición a Fernando Poo (isla que forma parte de Guinea Ecuatorial), “con el objeto de que en aquellas posesiones no mandaran los rojos”, puntualiza el periódico falangista.

La travesía para atacar los territorios que conforman la actual Guinea Ecuatorial -por ese entonces única colonia española en el África subsahariana- partió el 4 de octubre de 1936. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuántas personas iban a bordo del buque Ciudad de Mahón; según los diferentes cálculos recogidos por el historiador de la Universidad de Huelva José Luis Bibang Ondo Eyang fueron entre 500 y 800 hombres.

“Los sublevados procuraron disfrazar la identificación del buque”, señala el doctorando Bibang Ondo Eyang en su artículo La Guerra Civil en la Guinea Española: un episodio quizá insignificante. Para ello le cambiaron el color y el nombre, pasando a llamarse Ciudad de Macao. Diez días más tarde de zarpar de Gran Canaria, el 14 de octubre, logró acercarse a la bahía de Bata, la capital de la Guinea española continental, todavía en manos republicanas. Su objetivo era el Fernando Poo, otro buque de Trasmediterránea convertido en cárcel para religiosos “y demás simpatizantes de los rebeldes”, indica el experto.

Debido al camuflaje, los republicanos creyeron que el barco estaba allí por otros motivos. “Tan pronto como se acercó el Ciudad de Mahón al Fernando Poo, disparó dos cañonazos contra este último”, señala el historiador. Estos causarían importantes daños en el casco del buque republicano, por lo que terminó por encallar y hundirse. Según los expertos que cita Bibang Ondo Eyang, el 90% de la población blanca de Bata huyó al Camerún francés al estar desarmados, por lo que los sublevados ocuparon así la ciudad.

Los restos del buque semihundido pudieron verse durante años en la bahía de Bata. En aquel ataque murieron nueve personas del bando sublevado y siete del republicano, según el historiador. Tras la toma de la zona, el Ciudad de Mahón zarpó para Santa Isabel -la actual Malabo, capital de Guinea Ecuatorial- con 50 prisioneros, destaca Bibang Ondo Eyang. Muchos de estos acabarían en el campo de concentración que los franquistas habían creado en el lazareto de Gando, junto al aeródromo de Gran Canaria.

Fontán permaneció en el país africano hasta mayo de 1937, momento en el que se incorporó al Cuartel del General Franco en la metrópolis colonial, donde prestó servicios hasta ser designado gobernador de la Guinea Ecuatorial, según subraya el obituario de Falange. Un cargo que ostentó hasta 1942. Pasa a ser nominado entonces Director General de Marruecos y Colonias y, por designación directa del dictador, procurador en las primeras Cortes franquistas. Finalmente, el militar falleció ejerciendo dicho cargo el 14 de julio de 1944. Durante su trayectoria llegó a escribir 13 obras sobre el continente africano y sus gentes, custodiadas ahora por la Biblioteca Nacional.

El Colectivo Biafra señala que “su temprana incursión a Guinea Ecuatorial y su fallecimiento a mediados de los 40 hace que se le haya olvidado”. Sin embargo, la asociación destaca que les resulta “extraño” que el Ayuntamiento de la capital grancanaria “haya mantenido la calle a un golpista que llegó a conformar una milicia en la ciudad durante la II República”.

“Nos faltó tiempo para seguir conformando el listado de calles a modificar”, subraya al respecto Maximiliano Paiser, miembro de la comisión que elaboró el último informe municipal. “Seguramente si analizamos en profundidad todo el callejero saldrán los nombres de este capitán y los de otros que no habíamos tenido en cuenta”, aclara.

Lo cierto es que en uno de los extremos de la calle Juan Fontán se encuentra el colegio Timplista José Antonio Ramos, centro que hasta 2013 se llamaba García Escámez, en recuerdo del general franquista jefe del Mando Económico de Canarias entre 1943 y 1946 y cuyas alusiones públicas están siendo borradas de la ciudad; de hecho, el Ayuntamiento ha anunciado que retirará el busto que hay en su memoria en la plaza homónima en Schamann.

El callejero de Las Palmas de Gran Canaria ha sido revisado en varias ocasiones. Con la llegada de la democracia, durante los primeros mandatos se cambiaron los nombres de las principales calles de la ciudad que hacían alusión a la Guerra Civil y la posterior dictadura. De esta manera, la calle General Franco pasó a ser la avenida Primero de Mayo, la plaza de la Victoria se convirtió en plaza de España, General Mola se rotuló como Mendizabal o la calle 18 de julio -fecha que conmemoraba el golpe de Estado- pasó a ser Quince de Noviembre; entre otras. Además, en 2017 bajo el mandato del socialista Augusto Hidalgo, la ciudad rindió homenaje a dos represaliados por el franquismo durante la contienda, el médico Manuel Monasterio Mendoza y el diputado Eduardo Suárez Morales, al rotular sendas plazas con sus nombres. Ambas están situadas en el Distrito Isleta Puerto Guanarteme. El Ayuntamiento también ha aprobado el cambio inminente de Juan Saraza Ortiz, Mario César y Doctor García Castrillo; en una segunda fase se modificarán otras como puede ser la plaza general García Escámez -cuyo busto situado allí también será retirado pronto-, para poder cumplir así con la vigente Ley de Memoria Histórica. | A. V.

Si te interesa este tema, puedes consultar por ejemplo:

domingo, 29 de noviembre de 2020

El exilio del farmacéutico de Bata

Lo cuenta su hijo Gonzalo Matamala en su blog Memorias:
[...]
Por aquellos tiempos España había entrado en guerra consigo misma , al haberse producido el día 18 de julio el alzamiento franquista contra el gobierno de la República , en Guinea las cosas se polarizaron de la siguiente manera: la Isla de Fernando Poo se puso a favor de los sublevados mientras que en el continente se siguió fiel al gobierno legitimo; ello motivó que en ambos territorios de la colonia solo surgiese algún incidente sin importancia de ser destacado hasta que desde Santa Isabel decidieron someter a la parte del Muni, para lo que recurrieron al engaño y a la traición como demuestra el hecho de que se presentara un barco de pasajeros armado con un cañón bajo bandera legal, luego una vez en la bahía de Bata arriaron esta bandera e izaron la bandera de los rebeldes (la actual) y sin previo aviso comenzaron a bombardear la ciudad y en especial muchos de los cañonazos fueron dirigidos hacía nuestra casa, ya que al parecer la confundieron con un centro oficial como la sede del Subgobierno, esta confusión se debió a que en días anteriores se había celebrado en nuestra casa un recepción para celebrar el aniversario de la instauración de la república, y por ello habían puesto frente a la misma banderas y gallardetes; al parecer el hecho de que este evento de celebrase en nuestra casa era el haber sido elegida por ser uno de los pocos edificios edificados de ladrillos al igual que las casas de Europa, también por se la única que en aquel tiempo tenía un salón lo suficiente amplio (el hall de la farmacia) con aforo suficiente para la celebración de estos eventos, puesto que la sede del subgobierno carecía de un local que reuniera las condiciones para ello.
Ese día sobre las seis de la mañana comenzaron a bombardear como antes he expuesto por lo que salimos de casa con apenas lo puesto y siguiendo los consejos de mi padre nos reunimos una cantidad de personas y salimos en coche camino del Camerún con el fin de no caer en manos de aquellos que querían adueñarse de la ciudad y que según mi madre no habrían dudado en matar a todos aquellos que no fueran adictos al gobierno dictatorial Fascista por lo que huimos a la mencionada colonia francesa después de toda una noche por la selva y caminos prácticamente meras sendas llegamos a Duala y de allí fuimos a Yaundé, donde se nos unió nuestro padre que se había quedado en Bata haciendo frente al desembarco de tropas en la playa y el con otros siete españoles impidieron que este se llevara acabo durante tres días con apenas armas ya que solo disponían de una ametralladora, desde Yaundé nos trasladamos al Gabón dirigiéndonos a Libreville donde tomamos un barco francés llamado Asia , desde el que comenzamos un nuevo periplo.
Cuando llegamos al Camerún sin apenas tener nada por que como he dicho salimos precipitadamente de nuestra casa sin tiempo siquiera para recoger nuestras pertenencias mas imprescindible fuimos atendidos por las autoridades francesas no así por la misión católica la cuál decía a los negros de ese país les dijeron que éramos demonios que queríamos matar a los cristianos, en cambio no fue así por parte de los protestantes que en verdad nos ayudaron en todo cuanto pudieron.

Desde Libreville comenzamos un periplo agotador ya que desde ese puesto nos partimos a Lagos y de allí fuimos a Fritao y Dakar y de allá fuimos a Burdeos , yo recuerdo que en el puerto de Libreville cuando comenzábamos a embarcar ví en la cubierta del barco a un niño que se llamaba Ferandito que también era refugiado, pues bien yo me empeñe en que quería ir donde aquel niño que era mayor que yo por lo que cogí una enorme rabieta a lo que mis padres se opusieron. Esta rabieta se me pasó una vez que embarcamos , también tengo algunos recuerdos de nuestra permanencia en el barco como del comedor así como de una tienda en la que mi padre me compró un juguete consistente en un pato de un material de pasta parecida al plástico y que flotaba en el agua, tampoco he podido olvidar como arrojaban los desperdicios al mar desde una de las cubiertas.
Cuando llegamos a Burdeos tomamos el tren con destino a España; todavía tengo en mi memoria la estación de ferrocarril que me parecía enorme y recuerdo que era metálica ese recuerdo lo tengo grabado en mi mente como si ayer hubiese ocurrido.

Poco después llegamos a España entrando por Port-Bou dirigiéndonos a Barcelona donde al ser refugiados nos internaron en el estadio de Montjuit...

La narración de su vivencia en ese exilio puedes leerla íntegra en la entrada de su blog Recuerdos de mi primera infancia.

Instrucción sobre la caída de Bata, recogiendo la declaración de Rafael Matamala.
Fotografía del twitter de su nieto D Matamala.

En el Boletín Oficial del Estado del 30 de julio de 1940, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica la siguiente sentencia:


Rafael Matamala Baeza (Droguero)Dos años de destierro de estos Territorios y la multa de dos mil pesetas
Una forma más de perseguir castigar al derrotado... ya que Rafael Matamala había fallecido tres años y medio antes, el 17 de diciembre de 1936, en acción de guerra en Teruel.

Después de años de ensañamiento, incluso tras su muerte, en 1957 se anota en su expediente que ha sido indultado.

jueves, 15 de octubre de 2020

Colonialismo suave

Recordábamos el pasado 12 la célebre frase de «Pero, sobre todos esos bienes, el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz».

Sobre este tema, resulta reveladora la entrevista El franquisme va intentar fer creure que el seu era un colonialisme suau a Celeste Muñoz que acaba de publicar Maria Mayayo Vallverdú en Ab Origine.

Merece la pena leerla con calma. Os incluimos tan sólo un párrafo:

Quina mena de càstigs s’aplicaven a Guinea durant el franquisme? Com diferia el codi penal de l’aplicat a la Península i quina era la seva duresa?

L’últim capítol de la tesi [de Celeste Muñoz] el dedico a fer un balanç punitiu d’aquest període. La sorpresa va ser que vaig poder trobar totes les dades estadístiques dels serveis de la policia governativa i de les presons, aspectes que no estaven tractats, i vaig elaborar una estadística sobre com havia augmentat la violència colonial en aquest període a partir de diversos indicadors: les detencions, la població penitenciària i els treballs forçats.

L’any 1941 hi hagué a Guinea 721 detencions; l’any 1955, catorze anys després, de mitjana n’hi va haver 5.495. Per tant, l’increment de les detencions al franquisme era constant. La població penitenciària entre el 1940 i el 1955 també es va multiplicar per quatre. Si es comparen les xifres de les detencions i de la població penitenciària de Guinea amb les del seu entorn geogràfic, s’observa que la mitjana d’empresonaments a la Guinea Espanyola és deu vegades superior a la mitjana africana i trenta vegades superior a la de l’illa. Com es dóna una resposta a aquesta dimensió punitiva que no té precedents en el seu context geogràfic malgrat partir de l’estesa idea que el colonialisme espanyol a Guinea era un colonialisme “light”? La principal hipòtesi que nosaltres estudiem és la de la relació entre els models de punició amb els models de producció. Què hi ha en aquest període que ens permeti explicar aquesta multiplicació tan elevada de les ràtios penitenciàries i de detencions? El franquisme, com ja se sap, tenia un model econòmic basat en l’autarquia. Fins llavors, com ja he assenyalat abans, no hi havia una centralitat econòmica de les colònies a l’economia espanyola; però des del moment en què el franquisme no tingué mercat exterior i depenia del mercat intern, hi hagué una gran inversió i intenció d’explotar al màxim els territoris colonials. Les exportacions de cacau o cafè de la Guinea Espanyola durant el franquisme es van multiplicar per quatre o per cinc. D’altra banda, la població colona tampoc va deixar de créixer i cada vegada hi havia més empreses. Per tant, hi hagué una gran explotació del territori perquè l’autarquia necessitava els seus territoris colonials, de la mateixa manera que necessitava la població del Marroc per consumir. El protectorat del Marroc absorvirà el 80% de les exportacions com a consumidor i Guinea en serà la principal productora.

Per crear tot aquest sistema extractivista va ser necessari crear un sistema de violència laboral, ja que aquest sistema no es creà d’un dia per l’altre. Aquí és on trobem l’explicació del perquè es passa d’una mitjana de 721 detencions anuals l’any 1941 a 5.495 l’any 1955. La mitjana de detencions i de població penitenciària de la colònia, com ja hem dit, era deu vegades superior a la resta de l’entorn geogràfic, però la de la regió de Río Muni realment era molt similar. És l’illa la que altera el panorama perquè té de mitjana 30 vegades més persones empresonades que no pas les colònies de l’entorn geogràfic. La ràtio diu que 5 de cada 100 habitants de l’illa estaven a la presó, sent aquesta una xifra molt elevada.

Aquests aspectes s’expliquen amb l’anàlisi del que ja havíem detectat en l’estudi de la justícia: gairebé tots els presos penals eren treballadors immigrants estrangers, els anomenats braceros. L’illa concentrava pràcticament totes les produccions i exportacions del territori però tenia poca població. Així doncs, hi havia una demanda constant de població nigeriana, la qual arribà a ser ⅔ parts de la població de l’illa. Per tant, els braceros, que no parlaven el castellà, superaven amb escreix la població local, patien una gran vulnerabilitat i exclusió. Evidentment, en l’emancipació i la punició hi havia un tema de classe; de la mateixa manera que no hi havia cap emancipado que fos bracero, gairebé totes les detencions i empresonaments eren contra els braceros. Aquesta població més subalterna, més exclosa socialment del sistema, formada per migrants estrangers que vivien en guetos, que no tenien cap empara legal (als seus països ni tan sols constaven en registres), etc. va ser sotmesa a una violència vinculada al sistema productiu. Podríem dir que la major part de la repressió centrada en les persones que els colons anomenaven españoles guineanos, de les ètnies locals, era una repressió molt més política i de caràcter cultural. Aquestes persones sí que interessava que es fessin ciutadanes espanyoles, motiu pel qual la seva assimilació violenta va ser molt gran en l’àmbit cultural.

Però pel que fa a la violència policial, penitenciària i laboral, fou la població estrangera la que patí una violència més extrema. Les migracions de nigerians a la Guinea espanyola suposen la migració africana més gran del període colonial entre dues potències que no estaven sota la mateixa sobirania: vora 60.000 persones van emigrar cap a la Guinea Espanyola. Així doncs, estem parlant d’una colònia que en el moment de màxima demografia tenia 190.000 persones, la major part de les quals vivien al continent. L’illa de Fernando Poo, per tant, tenia poca població i totes les persones migrants es dirigien cap a aquella regió.

Hem de tenir present que la majoria de condemnes de la colonial eren a treballs forçats. El braceros tenien un contracte laboral que, un cop finalitzat, els obligava a tornar al seu país. Aquests contractes, però, podien allargar-se una mica més, motiu pel qual la gent entrava en un circuit de reciclatge de mà d’obra a través del punitivisme: hi havia una estratègia basada en el fet que les persones, un cop acabaven el contracte, entressin a la presó per qualsevol delicte per, d’aquesta manera, optimitzar aquesta mà d’obra a partir dels treballs forçats. El col·lectiu migrant era, per tant, un col·lectiu molt castigat. També patia exclusió social i estigmes per part de la població local, que no els volia allà; la seva situació era molt delicada.

Cal destacar el camp de concentració d’Annobón, una illa de Guinea situada entre Sao Tomé i Príncipe. Era un territori apartat i sense infraestructures: el 1940 hi vivien 6 europeus en una població de menys de 1.000 persones, només hi arriba un vaixell cada tres mesos i no hi havia carreteres. En resum, era un lloc deixat de la mà de Déu. La relació dels europeus amb la població local també era diferent perquè hi tenien poc poder i poca capacitat d’intervenció. Durant la República es va intentar crear-hi un camp de concentració pensat per a europeus jutjats per la Ley de vagos y maleantes. Aquest projecte no s’arribà a desenvolupar mai però durant franquisme va reprendre’s, ja no per empresonar europeus sinó per allunyar del territori persones que eren reincidents al sistema penitenciari i que es consideraven perilloses, podent ser així agents d’aldarulls o d’agitacions socials. D’aquesta manera es va crear un camp de concentració amb brigades disciplinàries, treballs forçats… He recollit dades al respecte, com per exemple el tipus de tasques que s’hi realitzaven, els horaris, l’accés a missa, els freqüents serveis mèdics a causa dels elevats càstigs, testimonis sobre les tortures que s’hi aplicaven, etc. Aquestes eren realment dures; per exemple, feien dormir els presos lligats als cocoters després d’haver estat fuetejats, càstig que els provocava ferides que s’infectaven al passar la nit tocant l’arbre i amb els insectes que hi havia. Les taxes de mort per infecció eren molt altes. Pel que fa a les dones empresonades, les violacions eren sistemàtiques i, de fet, es registren diverses cartes de caps locals de la Guinea Espanyola que reclamaven que les dones que entraven a la presó deixessin de ser violades perquè sovint acabaven morint.
El camp d’Annobón és el que ha deixat més documentació d’aquestes tortures i violacions. L’ús polític d’aquest camp és important, ja que de la lluita antifranquista se n’ha exclòs els nacionalistes equatoguineans, que lluitaven contra el règim colonial, motiu pel qual no se’ls associa a la lluita antifranquista. Però aquestes persones van ser represaliades per les seves idees polítiques durant el franquisme i també hi van lluitar en contra encara que no se’l plantegessin com a tal sinó com el règim colonial en tot el seu conjunt. Van anar a la comissió dels Drets Humans de les Nacions Unides a denunciar el règim. Per exemple, un dels líders nacionalistes, Acacio Mañé, assassinat per la Guàrdia Civil tirant-lo al mar, no entra als còmputs de la repressió franquista tot i va patir repressió política del règim. Com ell, moltes persones foren assassinades i represaliades per les seves idees polítiques i són excloses de les víctimes del franquisme. S’ha de fer un exercici de memòria històrica. El camp d’Annobón servia per aprofundir en aquesta dimensió perquè moltes persones que van lluitar contra el règim colonial van ser deportades en aquest camp. Així doncs, aquest serví, parcialment, per a la reclusió de la dissidència política.

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martes, 29 de septiembre de 2020

La quinta de mujeres

Éste es un documento curioso.

El portal Riojarchivo, que recoge el patrimonio inmaterial de La Rioja, registra la grabación de "La quinta de mujeres":

Muchos de los soldados del bando franquista que lucharon en la guerra civil, al terminar la contienda continuaron sirviendo al ejército otros tres años más. Penosa situación para una juventud que vio cómo sus congéneres de uno y otro bando morían en el frente y no siendo esto suficiente añadieron más años perdidos a su vida, licenciándose muchos en el año 1942.

Sin embargo, su ardor juvenil inspiraba canciones alegres que cantadas al unísono en sus pocos ratos de asueto hacían más llevadera una realidad cruda. En la guerra y durante los tres años siguientes de obligado servicio militar esos jóvenes varones que no veían a las chicas ni en pintura soñaban, al menos, que un día pudieran, como ellos, hacer la mili y juntarse con ellas. Esta fue la propuesta del anónimo compositor de esta canción.

Entre los quintos de España se puso de moda esta canción y en años sucesivos siguió cantándose este asunto, cambiando y añadiendo nuevos destinos a las quintas según su edad, color del pelo, lugar de procedencia, tamaño y figura, gustos personales, etcétera.

Título: Título: La quinta de mujeres
Clasificación: Cancionero
Localidad: Lagunilla de Jubera
Informante: Regino Oliván Ruiz (9-4-1933)
Recopiladores: Javier Asensio García y Helena Ortiz Viana
Lugar y fecha de recogida: Ventas Blancas, 29 de septiembre de 2016


Una quinta de mujeres dicen que van a llamar,
con este feliz acuerdo la guerra terminará.
Prepararse las mujeres, que a la guerra vais a ir,
por orden del general se repartirán así:
En la plaza de Melilla las destinarán a cuerpo,
cada una cuidará de limpiar sus armamentos,
las pequeñas y gordetas a trompetas y tambores
y las que gasten buen culo esas van a zapadores,
las que todas las mañanas se van tempranico a misa,
esas van a pontoneros, que hay que hacer puentes a prisa,
las que sepan saltar bien, con soltura y gallardía,
esas irán destinadas al cuerpo Caballería,
las morenas serán cabos, las rubias serán sargentos
y las que gasten bigote, alférez de complemento.
Las que tengan por costumbre decir al novio que no,
esas irán destinadas para San Fernando Poo,
las que antes de la guerra se iban con los italianos,
esas irán destinadas a tirar bombas de mano,
las que tengan por costumbre el ir mucho a la piscina,
como están acostumbradas, esas van a la marina,
las morenas serán cabos, las rubias serán sargentos
y las que gasten bigote, alférez de complemento.
Las que tengan buenos pechos y poca formalidad
esas van a retaguardia con subsidio familiar,
las que gasten buen sostén y no se ocupen de las bragas
es que están echando instancia para policía armada
y también las jorobadas, tuertas y malos andares,
esas irán destinadas pa servicios auxiliares.

Se trata -en cualquier caso- de una adaptación de una canción de quintas documentada ya en el S. XIX:





viernes, 12 de junio de 2020

La discreta tierra ecuatorial

¿Recordáis la entrada sobre el Refugio ecuatorial?

Según Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonización de Guinea Ecuatorial (1968-1969), el territorio servía no solo como castigo (como señalábamos en Desterrado... en Guinea), sino también como «refugio más o menos solapado...» de disidentes, pero también de aquellos que necesitaban distanciarse de conflictos.

Así, aparece el poeta León Felipe como boticario en Elobey y el Cejas en Bata, o casos como por ejemplo el recogido en El fusilamiento de Matías López Morales, «cuyo padre -Matías López Rodríguez- se alistó a sus más de 50 años en el Batallón de Voluntarios enviado a Guinea en el Ciudad de Mahón, para evitar infructuosamente el fusilamiento de su hijo».

Surge, por tanto, un territorio ecuatorial como discreto retiro temporal para casos como el del coronel Félix Muedra Miñón, quien en la década de los cuarenta fue empleado por Teodomiro Avendaño, el sargento Paisa, como gerente de su empresa Bokoko (gestora de la finca Avendaño, antigua hacienda Jones):

«Muedra, había sido un militar republicano asignado al Estado Mayor del Grupo de Ejércitos de la Región Central sobre quien siempre cayó la sospecha de connivencia con los franquistas (se le señaló reiteradamente como saboteador y quintacolumnista en el frente de Madrid)».  
Así, con todo, las autoridades franquistas le condenaron a treinta años, pena que le fue conmutada inicialmente por la de seis años y un día, si bien en 1941, se decreta su libertad condicional de la prisión militar de Valencia, así como la concesión de la conmutación del destierro. En los años posteriores se le generará tanto incoación de nuevos expedientes (1943, Juzgado de Instrucción número 4 de Madrid), ejecutorias de embargos, como finalmente reconocimiento de haberes pasivos como comandante de infantería retirado (desde el 1 de diciembre de 1942) y sucesivos expedientes de indultos (1944 y 1958).

Tras la salida de prisión, vivió varios años en Fernando Poo con su familia, regresando con el tiempo a la península.

Pasado ese periodo de destierro voluntario, habría retornado a una vida discreta en España.
Como cuenta Michael Alpert en El ejército popular de la República , que «Otros profesionales de la milicia sufrieron la pérdida de sus carreras, largas penas de cárcel, a pesar de las diversas amnistías, y a menudo graves dificultades sociales y económicas. Matallana, por ejemplo, estuvo encarcelado y luego tuvo que mantener a su familia trabajando como capataz de la construcción. Bernal, que contaba ya 65 años de edad, falleció en la cárcel. Otros estuvieron diez o doce años encarcelados. A pesar de que muchos sospechaban de su aparente poca lealtad republicana, el coronel Muedra, destinado en el Estado Mayor del Ejército del Centro, tuvo que exiliarse a Guinea. En 1956, se encontraba en Madrid con "una tiendecita donde le encontré despachando jabón y lejía". Otros militares que ocuparon importantes cargos en el Ejército Popular durante la guerra, se encontraban después obligados a vivir con mucha modestia, dedicándose a hacer traducciones mal pagadas o dando clases particulares».

No tiene que ver con esta historia... pero os dejamos un bonus track en forma de carta de 1950 dirigida a Muedra en Vega y Avendaño, en el apartado postal 17 de San Carlos (Fernando Póo).





martes, 5 de mayo de 2020

Operación Gibraltar

Es probable que en 1968 las expectativas sobre Gibraltar condicionaran el proceso de Guinea Ecuatorial, pero lo que sí es seguro, es que en los años 40 el territorio ecuatorial fue una codiciada moneda de cambio.

Así lo pronosticaba Ángel Miguel Pozanco Barranco en El granero en la retaguardia o incluso ficciona Manuel Hurtado en el dialogo entre Eugenio Montes y el inglés en "La librería del callejón":
-Unfortunately, allí estará Serrano Suñer, el más proclive al acuerdo para que España entre en guerra, el hombre que oculta intencionadamente a su cuñado la información sobre las victorias aliadas y amplifica, tanto como puede, los triunfos nazis.
Marvin podía tener razón. Franco acababa de cambiar el estatus de neutralidad por el de no beligerancia tras la invasión de Francia por los alemanes, lo que se interpretaba como un acercamiento evidente a las posiciones nazis.
-Nuestros servicios secretos han averiguado que Hitler tiene intención de pedir a Franco la cesión de una de las islas Canarias, de una base naval en Mogador o Agadir y de la isla de Fernando Poo, y que el general, además de nuestra colonia de Gibraltar, quiere que el Führer le prometa la cesión de Orán, Marruecos y la Guinea del imperio colonial francés. Esos arrogantes esquizofrénicos pretenden repartirse el mundo como si fuesen sus amos.

Peter Harris en Operación Félix sostiene la misma narrativa:

Franco los recibió con una sonrisa impostada. La reunión con el Führer lo había dejado preocupado. Una de las veladas amenazas lanzadas por Hitler, caso de mantener la neutralidad, podría suponer que la Wehrmacht cruzara los Pirineos de forma hostil. El Führer no lo había dicho, pero podía deducirse de sus palabras.
-¿Qué tal han ido las cosas, mi general?
-Bien. Hitler no se ha llevado lo que venía buscando. -La voz de Franco sonaba aflautada-. No hay fecha para que entremos en la guerra.
-¿Quiere decir que la posibilidad de entrar en conflicto se mantiene?
-No he querido cerrar esa puerta. -Utilizó un tono que daba a entender que era él quien había controlado la situación-. Pero les aseguro, caballeros, que no ha sido una reunión fácil. Planteé al Führer nuestras propuestas, explicándoselas punto por punto, y me respondió con una serie de exigencias que incluían la entrega de la isla de Fernando Poo y una de las Canarias.
-¿Fernando Poo y una de las Canarias? -preguntó sorprendido uno de los generales.
-Quiere establecer bases militares desde las que controlar las rutas del Atlántico, dando por descontado el cierre del Mediterráneo a los ingleses.
-¿Se ha hablado de Gibraltar?
-La operación que han diseñado se llama Félix y la tienen ultimada hasta en sus menores detalles. Me ha dicho que las tropas de dicha operación están listas al otro lado de la frontera.
-¿Qué le ha respondido usted?
-Le he dado la única respuesta digna que cabía. -Franco paseó la mirada por quienes habían sido sus compañeros de armas y palpó la expectación con que esperaban sus palabras-. Gibraltar es asunto nuestro y seremos nosotros quienes nos las veamos, llegado el caso, con los ingleses.
-¡Bravo, mi general!
-¡Eso es lo que yo llamo poner los cojones encima de la mesa! -El general se atusó las guías de su mostacho.
Hubo quien aplaudió, y Franco le dedicó una sonrisa cortés.

Pero para que no haya dudas, un repaso a la documentación de Stohrer, el embajador alemán en España nos sacará de dudas:



Como condiciones previas para la entrada en la Guerra, España cita las siguientes:
1. Obtención de cierto número de ganancias territoriales : Gibraltar, el Marruecos francés, la parte de Argelia colonizada y poblada por un número prominente de españoles (Orán) y, además, el ensanchamiento de Río de Oro y de las colonias del Golfo de Guinea (...).
Peligros de la operación para España: [Inglaterra] podría además ocupar las Islas Canarias, Tánger y las colonias españolas, lo que seguro ocurrirá cuando empiece la campaña (...). 


miércoles, 22 de abril de 2020

La Navaja de Ockham ecuatorial

Razonaba Patricio Nbe en su viejo blog que «nunca se ha hablado entre los colonos de las ejecuciones de blancos peninsulares y españoles por parte de sus homónimos que parece ser que hubo en los primeros días de la guerra, ni siquiera de las batallas de la guerra civil en Guinea».

Surgen así dudas de qué fue -por ejemplo- del cabo Núñez, del hombre del chiringuito, el exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós...
Son cuentas aisladas de un rosario sin nombres, y -por diferentes motivos- resulta difícil documentar su desaparición. No abundan los registros, y éstos no siempre son completos o accesibles, pero -en principio- éstos y otros muchos no constan entre la relación de huidos, ni entre los procesados. Tampoco se encuentran entre los depurados por los golpistas ni entre los que se incorporaron al ejército republicano....

Para el académico Max Liniger-Goumaz en su Diccionario Histórico de Guinea Ecuatorial,
 no habría duda: sí hubo ejecuciones tras el triunfo de los golpistas.

En el discutido diccionario biográfico de la Real Academia de Historia, Cecilio Yusta Viñas reflexiona sobre la "desaparición" del exgobernador Núñez de Prado:
El viernes día 24 de julio de 1936, el Heraldo de Aragón publicó en primera página la noticia del ingreso del general Núñez de Prado en la prisión de Pamplona y decía luego (pág. 4): «Pamplona, 22 (por teléfono). El general Núñez de Prado ingresa en la prisión de San Cristóbal de Pamplona. A las siete y media de la tarde ha llegado a esta ciudad en automóvil, procedente de Zaragoza, el General Núñez de Prado, acompañado por cuatro oficiales que le escoltaban. En calidad de prisionero ha ingresado en la ciudadela a disposición del general militar».
La mera publicación, en aquellos momentos y en una prensa sometida a la férrea censura militar, de que un jefe del Ejército se encontraba encarcelado en Pamplona, que era la sede del cerebro de la sublevación —el general Mola— que había difundido unas contundentes instrucciones de eliminar sin miramientos a los tibios que no estuvieran dispuestos a apoyar la sublevación, equivalía a una sentencia de muerte. Sin embargo, al ser la noticia periodística la última información que existe sobre el general Núñez de Prado y no haber aflorado prueba documental alguna que permita verificar su paradero vivo o su defunción, éste sólo puede ser declarado oficialmente en estado de desaparecido. Pero, si el general no fue objeto de abducción ni sometido a un proceso de sublimación y desaparición espontánea.
Supuesto que en el viaje por carretera de Zaragoza a Pamplona no sufrió daño irreparable y fue depositado en San Cristóbal, cabría esperar que fuera sometido a juicio sumarísimo y fusilado, procedimiento que, por su naturaleza, siempre deja algún rastro documental, como son las actas de la sentencia y fusilamiento. Pero esta vía de investigación está cegada porque, como se ha comprobado, no se localiza en los archivos militares indicio alguno de ello, aunque no se puede descartar que el juicio se celebrara y se ocultara o se hiciera desaparecer la documentación relativa a la causa, una maniobra que tampoco sorprendería a nadie.
Es difícil imaginar, tanto que le dejaran escapar como que el general consiguiera evadirse y que, a salvo en algún lugar seguro, no hubiera dado señales de vida. Es también posible que enfermara y muriese, o que se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal y tampoco se puede descartar que se suicidara, pero su fallecimiento en estas circunstancias seguramente no hubiera sido silenciado. Analizadas todas las posibilidades, sólo quedan dos: que entregado a alguna cuadrilla de no tan incontrolados asesinos fuera “paseado”, o que fuera sometido a un suicidio asistido en la cárcel, ambos actos, por supuesto, discretamente realizados y oportunamente silenciados.
El principio de la navaja de Ockham establece que «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable», por lo que conforme a la reflexión de Yusta, si en ausencia de una instrucción o sentencia que explique la desaparición del sargento Núñez, del hombre del chiringuito, del exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós -entre otros-, y si resulta improbable que ésta se explique porque alguno de ellos «se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal», lo más probable es que fueran represaliados sin ni siquiera molestarse en armar un atrezo jurídico-administrativo.