Todos no somos iguales
Los tristemente célebres sucesos que se han producido en España desde el 17 de julio, han puesto otra vez en plano de actualidad a los catalanes, para ofrecerlos como un caso único en la historia de España. Los catalanes de Fernando Poo, si no todos, una mayoría condenamos todos los movimientos revolucionarios que partiendo de Cataluña o de otras regiones, contribuyan a arruinar a nuestra Patria Española. No es culpa nuestra haber nacido allí, ni es tampoco culpa nuestra que nuestros padres nos hayan enseñado a hablar catalán. En las filas nacionalistas figurarán sin ninguna duda, miles y miles de catalanes que lucharán como Prim luchó en Castillejos en defensa de España y de la Fe. El día que las camisas azules desborden el Ebro y pisen tierras catalanas, ya verán como de cualquier rincón de aquella región, saldrán catalanes a luchar por España, pero en las actuales circunstancias se comprende que estén sometidos lo mismo que lo están en Málaga, en Bilbao y en Madrid. No quedaron atrás Gerona ni el Bruch en la defensa de la patria contra el francés enemigo, por eso hay que esperar un poco con la seguridad de que los verdaderos catalanes se pasarán a las filas nacionalistas tan pronto tengan ocasión. Los quinientos mil forasteros que hay en Cataluña, son seguramente los que en su mayoría luchan en las filas rojas, nosotros los catalanes sabemos que la destrucción y el odio, no es propio de ningún buen catalán.
Un español catalán.
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Autoodi a la Guinea de 1936: "no es culpa nuestra haber nacido allí". |
Forma parte de una historia por contar... .
En el 2016, con motivo de la exposición "Ikunde. Barcelona, metròpoli colonial", surgen reflexiones inusuales del tipo de «"A diferencia de lo que la gente se imagina, la auténtica metrópoli de Guinea colonial no fue Madrid sino Barcelona", asegura Josep Fornés, director del Etnològic y del Museu de les Cultures del Món».
Con tanta presencia catalana en la colonia es normal, pues, que los grandes propagandistas de la colonia salieran de Barcelona, como Juan Bravo Carbonell o el periodista Josep Vilaró, y que la literatura colonialista de temática guineana fuera dominada por autores catalanes en lengua castellana: Josep Maria Vilà, Liberata Masoliver y, sobre todo, el tremendamente racista Bartolomé Soler. A pesar de todo, Guinea, una colonia poco extensa y poco poblada, no está muy representada en el nomenclátor barcelonés (tan solo hay una calle dedicada a Fernando Poo, otra al explorador Iradier y una tercera al geógrafo Beltrán y Rózpide, propagandista del colonialismo).
En el 2016, con motivo de la exposición "Ikunde. Barcelona, metròpoli colonial", surgen reflexiones inusuales del tipo de «"A diferencia de lo que la gente se imagina, la auténtica metrópoli de Guinea colonial no fue Madrid sino Barcelona", asegura Josep Fornés, director del Etnològic y del Museu de les Cultures del Món».
«La exposición no deja títere con cabeza. Apunta a los políticos franquistas, a los misioneros claretianos que se cargaron las costumbres de las tribus y a los empresarios catalanes que se enriquecieron en esa Guinea colonial con mano de obra tan barata, entre ellos el padre de Fèlix Millet, saqueador confeso del Palau de la Música, que envió a su hijo a que adquiriera experiencia de joven en sus plantaciones africanas, propiedad de la Compañía Agrícola Industrial de Fernando Poo, que él presidía. Tampoco se salvan el ayuntamiento, el zoo ni el propio Museu de Etnologia, que luce en sus vitrinas algunos tesoros de la cultura fang. "Lo que hizo Barcelona en esa colonia africana fue un expolio y un saqueo. Se llevaron dinero a capazos sin ningún tipo de escrúpulo", critica Antebi.»Esta particular relación de la burguesía catalana con Guinea, es descrita por Gustau Nerín en Nuestra Guinea: «Guinea Española fue, en gran parte, una colonia catalana. A partir del momento en que se empezó a difundir el cultivo del cacao, hacia 1884, los inversores catalanes se hicieron presentes en la élite finquera (plantadora y exportadora de cacao). Con el tiempo, coparían la cúpula de algunas de las grandes empresas presentes en Guinea, como la Compañía Trasatlántica, LEZNA o Frapejo. Los catalanes también tuvieron un papel importante en la dominación colonial de los guineanos. Como el Gobierno español no tenía escuela colonial y, por lo tanto, no disponía de funcionarios especializados en tareas coloniales, confió la transformación de las poblaciones autóctonas a las congregaciones de los claretianos y de las concepcionistas, que tenían una amplia presencia catalana. La evangelización de Guinea se planificó desde Vic y desde Barcelona.
En ese tiempo de grandes intercambios económicos entre Cataluña y Guinea, Barcelona se convirtió en la segunda casa de la élite fernandina, la burguesía negra de la isla de Fernando Poo. Así, en el barrio de las Tres Torres establecerían su segunda residencia familias acomodadas guineanas como los Collins, los Jones o los Dougan. Y al llegar la independencia de Guinea, y establecerse allí la dictadura de Macías, Barcelona se convirtió, automáticamente, en tierra de refugio para muchos guineanos, una tierra un tanto inhóspita, que no siempre los acogió fraternalmente. Algunos sufrieron mucho: añoranza, discriminación, explotación... Otros se integraron bastante bien».Tanta influencia como para que por ej. Abilio Balboa Arkins, el 1er alcalde negro de Santa Isabel (y procurador en las cortes franquistas por 2 legislaturas), naciera y fuera educado en Barcelona... dónde también falleció. No fue una casualidad... y ni un caso aislado. pic.twitter.com/4eVUrvuSpe
— Calle 19 de Septiembre (@CalleSeptiembre) August 23, 2020
- Si quieres saber más sobre la presencia catalana en el África ecuatorial, consulta #catalanes en Calle 19 de Septiembre.
Si te interesa saber más sobre la presencia catalana en la Guinea Española, disfrutarás del documental "Els catalans de Guinea": https://t.co/MZCeScbyvM— Calle 19 de Septiembre (@CalleSeptiembre) August 15, 2019
Jo porto anys investigant els colons catalans que van anar a Guinea entre 1890 i 1936. Poca gent sap que van ser majoria...
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