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jueves, 3 de julio de 2025

Ganarse el cielo

Es cierto, el cooperante ha venido al mundo para sufrir, o como decían las abuelas «a ganarse el cielo».

Por eso, no nos extraña que a mediados del año pasado, un medio digital diera cuenta de las penurias económicas del veterano Donato Ndongo-Bidyogo y añadía el propio entrevistado que «no hablemos ya de la cuantía, porque debería tener una pensión más elevada, pero la Agencia de Cooperación Internacional, la institución encargada de financiar al Centro Cultural Hispano-Guineano de Malabo y a la Agencia EFE, no cotizó a la seguridad social los 10 años que estuve trabajando en ambas instituciones. La Seguridad Social me envió una carta donde me decía que, sin una sentencia judicial firme, no me pueden reconocer esos años de trabajo...».

El Diario.es lo había adelantado unos días antes: «El opositor ecuatoguineano reside en la Región desde 1995 y denuncia que las presiones de la dictadura de su país en España lo han llevado a ser desahuciado de su casa».

Es una historia muy común; en el aluvión de cooperantes ochenteros iniciado por el Ministerio de Exteriores durante la administración Suárez -previo a la creación de una agencia de cooperación y preludio a lo que se llamó en el mundo académico como la cooperación de sustitución- se dejaron sin realizar aportes a la seguridad social del personal expatriado y del personal local durante década y media. 

En esa época, en la que eran jóvenes, tal vez no se le dio importancia. Pero si tenemos en cuenta que durante un largo periodo la cooperación española, que asumía funciones de Estado en una multitud de sectores básicos, fue la principal fuente de empleo del país... la tragedia está garantizada. 

Así, son recurrentes las experiencias de profesionales con historia ecuatoguineana que cuando tienen que hacer cálculos para su jubilación descubren un vacío vital en su vida laboral y se ven obligados a recurrir a la justicia (con resultados aleatorios y arbitrarios) o a demorar el ganado descanso para arañar unos años y mejorar la pensión.

Son historias comunes.. Tan sólo un ejemplo: «En la demanda se manifiesta que la actora [una desconocida Doña Esperanza] ingresó en el Cuerpo General Auxiliar de la Administración del Estado el 1 julio 1975, cesando el 31 diciembre 1980 que pasó a la excedencia voluntaria. Estando en excedencia fue contratada el 30 octubre 1989 por el Embajador de España en Guinea Ecuatorial para prestar servicios como profesora en el Colegio Español de Bata, en el Programa de Cooperación Española en Guinea Ecuatorial. Ese contrato fue de carácter temporal y local, con una duración determinada hasta el 30 junio 1990. Ese trabajo se realizaba con cargo a los Presupuestos del Programa de Cooperación. Finalizado ese contrato temporal, la actora suscribió otro contrato laboral de igual naturaleza y con idéntico clausulado el 12 octubre 1992 hasta el 30 junio 1993. Previamente a estos contratos había prestado servicios en Guinea como Maestra durante tres periodos de tiempo, un total de 4 años 9 meses y 13 días, periodo de tiempo certificado como de servicios en el Cuerpo de Maestros. Durante el periodo de tiempo que estuvo contratada en bata, la Administración española no le dio de alta ni cotizó en la Seguridad Social española, quedando al descubierto durante ese periodo de tiempo mencionado...».

Ayer publicaba The Objective: «El prestigioso historiador guineano Donato Ndongo, al borde del desahucio en Murcia (...) La amenaza de desahucio que hoy pende sobre su familia sería no sólo una muestra de desprecio hacia el propio Ndongo, sino un ejemplo más del abandono por parte de España a Guinea Ecuatorial. La sociedad democrática española debería movilizarse ahora a favor de Ndongo, como una forma de mostrar también solidaridad con la democracia en Guinea Ecuatorial».

Las redes sociales arden de solidaridad y contradicciones; desde quienes lamentan la desgracia del máximo responsable africano de las letras en español y eterno candidato al Princesa de Asturias de las letras, hasta quienes como Abuy Nfubea recuerdan cómo fue utilizado para eliminar al notario Antonio García Trevijano del tablero político español en beneficio de Felipe González. 

Alberto Quintana, antiguo coordinador general de la cooperación española en Malabo lo recordaba en El despropósito Ecuatorial, citando al propio Donato Ndongo: «¿Podemos permitir que la persona que está asesorando a Macías -que mata a nuestros familiares y compatriotas y nos hace estar en el exilio- sea mañana el que mande en España? Y la respuesta fue clara: tenemos que decir quién es en realidad este señor. Y eso hicimos. El dossier Trevijano lo elaboré yo en mi casa con informaciones que me dieron muchos compatriotas y compañeros de lucha, algunos ya muertos. García-Trevijano anda diciendo que el PSOE me pagó un millón de pesetas y eso no es verdad, además de que en 1976 el partido socialista no tenía ese dinero. 

El dossier se lo entregué yo personalmente a todos los partidos integrantes de la Platajunta. Lo dejé en el despacho de Gil-Robles, a su hijo porque él no estaba; en mano a Don Joaquín Ruiz Jiménez; se lo di a Ramón Tamames; también a Enrique Múgica y a Luis Yáñez, del PSOE. Los de este partido fueron los únicos que reaccionaron, por eso se llevaron el protagonismo en ese momento, no porque me pagaran a mí. 

Efectivamente, la democracia y la libertad de la que disfruta España ahora se nos debe en parte a nosotros, no quiero personalizar. Fue un trabajo que hicimos un grupo de demócratas guineanos a los cuales se nos prometió que, cuando llegase la democracia a España, esos mismos políticos se ocuparían del tema de Guinea. Y aún sigo esperando».


Donato Ndongo, entregando un recuerdo (escultura de Leandro Mbomío) a Cristina Almeida, tras una Tertulia en el Colegio Mayor Universitario “Nuestra Señora de África”. Madrid, 1983.


En este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel, valoramos también cómo su empeño por investigar y documentar la conexión guineana de la Gürtel del gobierno de derechas de la II República, con un desconocido A. Lerroux a la cabeza, permite entender el quiebre institucional de 1936 con las derechas acusando de ilegítimo al gobierno frankenstein del Frente Popular, dando finalmente un golpe de Estado en julio.

Con o sin viejas historias, el caso es que el desalojo de la vivienda EJH 72/16 es más que probable que se vea practicado por una Comisión Judicial el 7 de Julio DEL 2025 a las 10:30H HORAS.

Diferentes colectivos como Espacio Afro han hecho público cuentas bancarias para recibir apoyos económicos. 

Espacio Afro recalca en su comunicado: «Aunque el proceso administrativo del desahucio es inminente e imparable, es fundamental ofrecer a Donato y su familia una solución habitacional digna. Se trata de ayuda de emergencia por lo que, de momento, la solución más inmediata es recoger recursos con el objetivo de que puedan alquilar una vivienda. No obstante, a fin de solventar a largo plazo su situación, lo idóneo sería que tantos sus saberes como su trabajo se reconocieran y pudiera ser contratado en algún lugar donde le valoren como se merece.

Esta iniciativa surge desde una posición de reconocimiento del abandono institucional que Donato Ndongo ha sufrido durante años, un proceso de invisibilización y maltrato institucional con una enorme carga de violencia histórica».

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No es nuestra especialidad, pero sobre la dignificación profesional de los cooperantes en Guinea Ecuatorial tenemos una que otra entrada:

En recuerdo de los cooperantes fallecidos o en Que me muera de tétano.



domingo, 8 de septiembre de 2024

Día de las Personas Cooperantes

El año pasado tuvimos un emotivo recuerdo por los cooperantes fallecidos.

Pero en esta ocasión, os compartimos la perspectiva del enfant terrible de Ramón Esono.
¿Intentamos descifrar esta viñeta de "La pesadilla de Obi"?



[NOTA: El vehículo de UNICEF y la ubicación de los cooperante en el "Bistró", la terraza del Instituto Cultural de Expresión Francesa-ICEF, no es inocua... . Tal vez por eso, en la versión impresa de "La pesadilla...", éstos ya no están en esa terraza.]

Por cierto, hablando de cooperantes: ¿alguien sabe dónde está el escritor Francisco Ballovera Estrada, empleado de la Cooperación Española?

jueves, 23 de noviembre de 2023

Los azules de Bioko

Recuerda Ignacio Ruiz-Quintano en su artículo de ABC Los azules

«A la muerte del general, Rosón, admirador de Lina Morgan, gran ‘vedette’ de ‘Celeste… no es un color’ en La Latina, dio salida al ‘stock’ de camisas falangistas sin estrenar enviándolas, en concepto de ayuda, a Guinea Ecuatorial, que ya disfrutaba de una Carta Otorgada (obra de Herrero de Miñón, compañero de Rosón, asesorado por Condomines)...».

Es un llamativo comentario... pero no es improbable, si -como veíamos en La Sección Femenina- «llegada la independencia, el 12 de octubre de 1968, el mismo día en que Manuel Fraga Iribarne -rigurosamente vestido con la guerrera blanca del uniforme de jerarca de Falange- firmaba en la vieja Santa Isabel el acta por el que nacía una república, se firmaron varios acuerdos. Y un año después, el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial, el cual en su artículo 10º establecía que "el Gobierno español prestará al Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial toda la ayuda posible para la enseñanza y la práctica de la educación física y deportiva, a través de la Organización Juvenil, la Sección Femenina, la Delegación de Deportes u otras organizaciones similares"».

En el caso de la Sección Femenina, ésta se mantuvo en Guinea Ecuatorial hasta finales de 1969 y el gobierno español sostuvo -en aplicación de dicho convenio cultural- prácticamente hasta su disolución en España el financiamiento a la asignatura de “labores del hogar” en los colegios ecuatoguineanos (el 1 de abril de 1977 el Real Decreto Ley 23/1977 suprimió la Sección Femenina), con mandos locales como Marina Alene Mbá, generando así una suerte de Falange Exterior.

O como recoge Gustau Nerín en "Francisco Macías: Nuevo Estado, Nuevo Ritual":  «Las estructuras dictatoriales del franquismo fueron aprovechadas por Macías. La ultraderechista asignatura Formación del Espíritu Nacional fue mantenida en vigor en las escuelas de la Guinea independiente hasta 1975, cuando fue sustituida por una imitación, la Formación Política de Guinea Ecuatorial. Las estructuras guineanas de la Sección Femenina de la Falange española fueron usadas para el enaltecimiento del dictador. Y se creó un nuevo organismo juvenil masculino, las “Juventudes Azules”, cuyo color, no por casualidad, coincidía con el empleado por la Falange Española. Sus cantos favoritos eran reelaboraciones de himnos falangistas, como “Prietas las filas” o “Isabel y Fernando” (transformado en “De Macías Nguema / el espíritu impera / moriremos besando / la sagrada bandera”». Sin olvidar la ya clásica adaptación de “Montañas Nevadas” en “Selvas Tropicales”, que sobrevivió a la independencia como la canción preferida de la organización "Juventudes en marcha por Macías".

viernes, 8 de septiembre de 2023

En recuerdo de los cooperantes fallecidos

Hace un tiempo, le dedicábamos dos entradas al potencial turístico del territorio ecuatorial:
En ambas se recogían diferentes experiencias que reflejaban las limitaciones con las que se puede encontrar un viajero.

Por ejemplo, la de Manuel Gutiérrez Aragón:
«La autopista es de fácil circulación, entre otras cosas porque apenas hay automóviles, pero de vez en cuando aparece una improvisada barrera de latas y troncos con un trapo colgando. Son los abundantes controles policiales, en los que normalmente un uniformado harapiento pide papeles y salvoconductos. No contento con esto, termina diciendo: "¿Y qué hay para mí?". Este tipo de controles -sobre todo en la parte continental del país- puede revestir un carácter conminatorio y amenazador. Así se recuerda a la población que solo se mueve por un favor especial de la autoridad».
Hoy, día en que España conmemora su Día de las Personas Cooperantes, resulta inevitable realizar una asociación de ideas (aunque no necesariamente por lo turístico):
En el verano del 2003, una noticia vinculada a Guinea Ecuatorial abría los telediarios. Contaba Europa Press que una cooperante, «Ana Isabel Sánchez Torralba, de 22 años, murió el 1 de julio de 2003 por un disparo debido a que el autobús en que viajaba no se detuvo en un control, colocado en Mbon Ecua, en Mongomo (región continental)».
Tres años después, se publicaba que «a petición de la Embajada española, el presidente Obiang Nguema condenó este hecho. El 2 de septiembre de ese año, un consejo de guerra celebrado en Bata, capital de la región continental, condenó a Jesús Crispín Engonga Ona a 30 años de cárcel. (…) figura entre las 42 personas indultadas el pasado 4 de junio por el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, con motivo de su cumpleaños (…)».

Una historia lamentable, que apenas se recuerda, y que tiene como mudo testimonio una calle dedicada en Ocaña, Toledo.

No será la primera ni tampoco la última cooperante fallecida en Guinea Ecuatorial a lo largo de estas décadas de colaboración binacional. 

Aprovechemos ese primer recuerdo de Ana Isabel Sánchez Torralba para rememorar algunos de ellos.

Tal vez éste fue el incidente más dramático:
El día 2 de enero de 1987 fue una fecha especialmente trágica pues un Aviocar se estrellaba en Bata, perdiendo la vida el capitán Rafael Salcedo Aguilar, capitán Joaquín Castro Rodrigo y el subteniente Evaristo Álvarez Cires (tripulación del Ala nº 35) y los 19 pasajeros que transportaba, 11 españoles y 11 ecuatoguineanos.



Entre otros, los cooperantes españoles: 
− Don Miguel Ruiz Muelas, médico. 
− Doña Carmen Gañán García, religiosa. 
− Doña Angustias López Chamorro, religiosa. 
− Doña Nieves Domínguez, religiosa. 
− Doña Juana Alonso, religiosa. 
− Doña Araceli Moreno, religiosa. 
− Don Rafael Ballesteros, salesiano y profesor en la Escuela de Magisterio de Bata. 
− Doña Rufina Ballesteros, hermana del anterior.
 
Así como los cooperantes ecuatoguineanos: 
− Doña Cristina Ondo Abegue, esposa del ministro de Industria y Comercio del Gobierno de Guinea. 
− Don Fortunato Nzambi Machinde. 
− Don Antonio Esomo, director general de Cooperación Militar. 
− Don Daniel Asumu Mongo, policía de escolta. 
− Doña María Úrsula Bosara, religiosa salesiana. 
− Don Pascual Pobama. 
− Don Justo Mba Aye. 
− Doña María Mangue Esini.


Juan María Calvo, en Guinea Ecuatorial, la ocasión perdida, añadía que «aquel suceso cerró un año especialmente trágico para los cooperantes españoles, plagado de enfermedades, accidentes y muertes, como la del religioso José Antonio Fernández Bolaños, ahogado cuando intentaba rescatar a una monja que no podía regresar a la playa por la fuerza de la resaca».

También en los 80 se produjo el asesinato de Carmen Samaranch Kirner (o Ana Llopart, en Noticia de un amanecer fugaz de Luis de la Rasilla). Ésta había nacido en Barcelona en el seno de una familia acomodada. Tenía 56 años. A los 26, cuando profesó sus votos religiosos, ya había finalizado dos licenciaturas universitarias: Física y Matemáticas. En 1963 se incorporó a su primer destino en Santa Isabel, capital de la provincia de Fernando Poo en la entonces Guinea Ecuatorial Española, donde aún permaneció algunos meses tras la independencia del país en el 69. 

Alberto Quintana, exCoordinador General de la Cooperación Española en Guinea Ecuatorial, recordará en su libro Un despropósito Ecuatorial que «Carmen había trabajado ya en Guinea durante la etapa colonial. Fue de las monjas que tuvieron que salir del país por orden de Macías. 
Otro de los religiosos que compartió aquella experiencia de expulsión fue un jovencísimo Pedro Casaldáliga.»

Destinada a la población gabonesa de Oyem, compartió tareas educativas, sanitarias y pastorales con otras cuatro religiosas: la gallega Josefa Ribeiro, la portuguesa Inés de Sousa y las francesas Marie de Vischer y Brigitte Piaf a las que, a mediados de 1973, se les uniría la joven hermana bordelesa Élise d’Alesme. A principios de agosto del 79, tras el llamado Golpe de Libertad de Teodoro Obiang, retornó a Guinea como miembro del nuevo equipo de cooperantes españoles de la Federación de Religiosos de la Enseñanza. Su principal tarea fue reconstruir la misión católica abandonada de Ebebiyin: un enclave situado en la meseta de Kie-Ntem, un vértice fronterizo con Gabón y Camerún.
«...El viernes dos de septiembre de 1983 Radio Malabo informó de un suceso trágico: una monja catalana acababa de ser asesinada en Ebebiyin. Todos los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia. El diario El País del sábado titulaba en portada: “Una misionera barcelonesa estrangulada en Guinea Ecuatorial”. “La religiosa española apareció estrangulada ayer en la misión de Ebebiyin, en Guinea Ecuatorial, donde trabajaba desde hace cuatro años como cooperante en tareas de educación y sanidad, informó el Ministerio de Asuntos Exteriores...”».
El Informe De la Rasilla al Congreso de los Diputados sobre el Funcionamiento de la Cooperación Española en Guinea Ecuatorial afirmaba:
«...hoy, casi cinco años después, se constata que el asunto ha sido oficialmente olvidado por el Gobierno de Guinea, que jamás abrió ninguna investigación seria (¿podía haberlo hecho?), y por el español que, obviamente, al conocer el trasfondo, optó por el silencio. Tampoco la FERE (Federación Española de Religiosos de la Enseñanza), suponemos que por unas muy calculadas razones, ha querido remover un asunto que dio por zanjado con una nueva mártir. Sin embargo hay evidencias más que razonables para considerar que el asesinato de la Hermana Ana Llopart tuvo un móvil concreto: silenciar a quien a todas luces conocía perfectamente la corrupción que presidía todo lo referente a la abundante ayuda alimenticia internacional regularmente desviada de sus fines... Por todo lo anterior la falta de interés del Gobierno español en aclarar este lamentable asunto no sólo constituye un evidente desprecio a sus ciudadanos, sino, tal vez, un gravísimo acto de complicidad que merecería la máxima atención de esa Comisión parlamentaria».

Y aunque esa pérdida ocurrió tempranamente, al inicio de los programas de cooperación, todavía con motivo del Día del Cooperante de 2016, Javier Poveda incluía un recuerdo a Carmen en su emotivo comunicado como Director del Departamento de Cooperación de Escuelas Católicas.

Unos años después (1995), fallecerá de malaria la sanitaria vitoriana Lourdes Lejarreta Arroyo, mientras se desempeñaba en el Hospital de Kogo con la Asociación Africanista Manuel Iradier. 

Quintana también recogerá un testimonio sobre su fallecimiento en su libro: «...la chica vinculada a la fundación Iradier que mataron en Kogo. La envenenaron. Debió de ser en el 96 o 97. La fundación tenía financiación del país vasco y pusieron 70 millones para el hospital. (...) Lo de la chica de Kogo no fue cosa política sino del administrador.  Debía llevar como medio año o así. Era una persona muy recta y parece que descubrió un desfalco. Los familiares tampoco quisieron reivindicar nada».

Y si a Ana Isabel su ayuntamiento le dedicó una calle, a Lourdes el ayuntamiento de Vitoria le dedicó una escuela de educación infantil y su ONGD otorgó un premio especial en su memoria.

¿Seguimos con el conteo?


«Un hombre -dirá Ciriaco Bokesa en El Patio- de pelo al raso, mirada de quien ve, busca o pone algo detrás de cada cosa que le sale al paso, labios de sonrisa de quien no debe nada a nadie», el Dr Xavier Llobell (papá Pipa) llegó por primera vez a Guinea Ecuatorial en 1965. Volcó su vocación en la población africana, dedicando cerca de cuatro décadas a la guineoecuatoriana. Se jubiló ejerciendo en su consultorio del barrio de Ela Nguema de Malabo, en donde finalmente falleció en 2017.

Con la reducción de los programas de cooperación se reducirán igualmente las incidencias... hasta la irrupción del COVID-19. Probablemente el primer caso -por lo menos entre los cooperantes ecuatoguineanos- será el de Carlos Nvó Obama, trabajador del programa de cultura y desarrollo de la Cooperación española y que falleció en plena campaña de #YoMeQuedoEnCasa.



Carlos Nvó encabeza un extenso listado de 10 cooperantes fallecidos ya fuera por efectos del COVID-19... o por los daños colaterales de la pandemia:

− Doña Anastasia Binohari Meleo
− Don Carlos Nvó Obama
− Doña Dorotea Medico Matomba
− Don Eulogio Villahuete Pelayo
− Don Jerónimo Medina Manresa
− Don Jesús-Gaspar Duana Bayo
− Don Julio Moto Epitie
− Don Rocky Marciano Bueriberi Echuaka
− Don Telesforo Lisso Villalba

En su caso, a falta de calles y monumentos, las publicaciones de la Cooperación Española en el país han incluido una escueta nota de recuerdo.

No serán los únicos, ya que en ese periodo -al cierre del 2021- también se registró el fallecimiento de José Álvaro Fernández Oyarzabal, Albaro, cooperante en Guinea Ecuatorial durante una década de la mano de Berpiztu Elkartea. 
Suya fue -entre otras- la iniciativa de crear un Banco de Alimentos.

El 2021, también falleció en el Hospital de Sampaka Armando Ligero Torres: tercera generación vinculada al territorio ecuatorial (su abuelo, Armando Ligero y García de Araoz, llegó a Guinea en 1906 y obtuvo por su trayectoria la Encomienda de la Orden de África. Y su padre Armando Ligero Morote fue etnógrafo especializado en la cultura bubi, y experto en medicina tropical). Armando nació en Basakato del Oeste y a los diecisiete años se trasladó a la Península. Impulsado por la añoranza, regresó brevemente en 2008. Y en años posteriores -apostando por el potencial de crecimiento del país- se arraigó en Bioko, en donde se le apodaba cariñosamente como "el último bubi blanco". Participaba igualmente de los trabajos de desarrollo social de la ONG Macoelanba.

Pero seguramente se nos olvidan algunos testimonios de entrega y dedicación. No será por falta de cariño, sino por mero desconocimiento. 

¡Un recuerdo!



Y terminado este inciso... volvemos a nuestro habitual paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel.