CB

Mostrando entradas con la etiqueta ALENA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ALENA. Mostrar todas las entradas

martes, 28 de septiembre de 2021

El granero en la retaguardia (II)

En 1963, NUESTRA BANDERA revista teórica y política del Partido Comunista de España, recogía el artículo "Maniobras del franquismo en el frente colonial" de Fernando Claudin.

Rescatamos el siguiente párrafo en relación a entradas anteriores del tipo de:
«(...) los intereses del capitalismo español (en particular del capital catalán) en las "provincias ecuatoriales", son importantes. En las empresas explotadoras, como la Cia. Nacional de Colonización Africana (ALENA), la Cia. Anónima de Productos Africanos (CAPA), la Industrial y Agrícola Africana S.A., y otras muchas, el capital financiero tiene importantes intereses. No pocos jerarcas del régimen, como el general Diaz de Villegas, director general de las plazas de soberanía, y el mismo Carrero Blanco, están directamente interesados en la explotación colonial en esas "provincias". En realidad esta explotación ha comenzado en gran escala sólo después de nuestra guerra civil. El desarrollo acelerado del capitalismo monopolista español, utilizando la palanca del Estado franquista, se tradujo también en la explotación rapaz de las posesiones del golfo de Guinea. La producción de cacao, que en 1940 era de 8.870 toneladas, llegó en 1960 a 27.900, más del triple; la de café pasó en el mismo período de 1.848 toneladas -a 9.400, cinco veces más; la exportación de madera, que en 1940 era de unas 60.000 toneladas, llegó en 1961 a 237.000; la de aceite de palma pasó de 256 a 3.100 toneladas, Estas cifras muestran elocuentemente la intensificación de la explotación colonial de la Guinea española. Si se tiene en cuenta de qué manera ha procedido nuestra oligarquía monopolista con los obreros y campesinos de la metrópoli, pueden suponerse los métodos que habrá utilizado con la población africana de Guinea, pero ha puesto especial cuidado en que los datos concretos no trasciendan al exterior y en los últimos años ha propagado activamente una leyenda rosa sobre las condiciones de vida en dichos territorios. 

Algo se ha filtrado, sin embargo. Según datos proporcionados por los trabajadores del Camerún y de Nigeria que estuvieron trabajando en Fernando Póo y Río Muni, hasta 1961 recibían como salario poco más de 70 pts a la semana, un camastro y una ración compuesta de aceite de palma, pan y pescado seco. La jornada de trabajo era de sol a sol. En diciembre de 1960 los trabajadores nigerianos de Fernando Poo se declararon en huelga exigiendo mejores condiciones de vida. La represión fue brutal, pero en 1961 Nigeria accedió a la independencia y los colonialistas franquistas se vieron obligados a hacer algunas concesiones: el salario mensual llegó a ser algo más de 500 pts. Las condiciones de trabajo de los nativos han sido siempre peores. A medida que se extendían las concesiones por decenas de miles de hectáreas, de las autoridades franquistas a las sociedades anónimas, se despojaba a las comunidades indígenas de las tierras que cultivaban secularmente, y las familias se veían obligadas a vender su fuerza de trabajo. La discriminación racial impera en toda la línea. Los habitantes están clasificados en tres categorías: emancipados, semiemancipados y no emancipados. La inmensa mayoría pertenece a esta última categoría, que implica no tener derecho a la propiedad privada de la tierra, ni a realizar transacciones comerciales por un monto superior a 2.000 pts y otras limitaciones jurídicas (...)».

lunes, 26 de abril de 2021

Elena en Barna

La Compañía Española de Colonización Africana-ALENA fue uno de los grandes poderes fácticos del territorio, y sin embargo apenas tiene presencia en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel. De hecho, no son pocos los que analizan que la materia reservada que imperó por años en los asuntos ecuatoguineanos estaban vinculados a los intereses económicos de los accionistas de ALENA, Carrero Blanco incluido.

Así, su presencia se toca tan sólo tangencialmente cuando hablamos de la Bata republicana: Está en la lista de donantes de las 10.353,65 pesetas para la República, y su sede en Bata fue el alojamiento intermedio para los 17 religiosos confinados en el correo Fernando Poo. Igualmente está documentado el procesamiento de José E. Barráu, empleado de Casa Alena por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel, y su condena a dos años de destierro y abonar una multa de 500 pesetas (cantidad que coincide con la donación realizada por la empresa). Poco más.

Curiosamente, Ángel Miguel Pozanco, recoge en Guinea mártir que ALENA asumió los activos guineanos de la Trasatlántica, otra gran empresa vinculada históricamente al territorio: «La ALENA, cuya iniciación fue el mayor bluff imaginable, era en Bata un poder más fuerte que la propia Administración. La ALENA era amiga de los frailes. Hasta entonces había sido intocable. A la larga, mediante cualquier procedimiento, hubiera sido la dueña de la mayor parte de Guinea».

De hecho, Fernando Ballano en Aquel negrito del Africa tropical relata que «en 1925, tras el fallecimiento de Claudio López Bru en abril de ese año, la Trasatlántica vende sus activos guineanos a la Compañía Colonial de África. posteriormente, en 1929, el Banco Hispano Colonial y el Banco de Cataluña crean la Compañía Española de Colonización Africana (ALENA) que se hará cargo de los activos de la C.C.A. y va a seguir ampliando negocios de todo tipo (madereros, agrícolas, comerciales, etc.) en la colonia. Posteriormente veremos que varios historiadores como Liniger, Pelissier y Rafael Fernández; y políticos como García-Trevijano y Macías harán referencia a la fuerte participación accionarial en la empresa de Carrero Blanco y otros gerifaltes del franquismo. No olvidemos que Carrero conocía bien la región pues uno de sus primeros destinos como oficial fue cartografiar la desembocadura del Muni por lo que sabía las posibilidades económicas de la zona. En otras fuentes se dice que la creación de ALENA fue en 1926, con financiación del Banco Exterior de España y con Carrero Blanco como accionista principal. En 1968, en el momento de la independencia, la ALENA, la empresa sucesora de la Trasatlántica poseía 3.000 hectáreas en Guinea. (...) En 1971 -concluye Ballano-, ALENA decide el cese total de sus actividades en Guinea».

Una vez más, nos topamos con la dificulta de obtener información.De haberla, ésta es de difícil acceso. Pero si saber sobre ALENA en el territorio ecuatorial es difícil... ¿por qué no conocer un poco más de la empresa es España?

Pere López Sánchez le dedica un capítulo a la ALENA (o la Elena en el habla popular de los vecinos de las Casas Baratas de Can Tunis, Barcelona) en Rastros de rostros en un prado rojo (y negro):

«No fueron hechos aislados y en el barrio no estuvieron al margen. De los más sonados, por su repercusión no sólo entre los vecinos sino en la ciudad entera, fue lo ocurrido por el conflicto de la fábrica Alena. (...)

La Compañía Nacional de Colonización Africana (la ALENA) era de reciente creación. El Banco Hispano Colonial, con el apoyo del Banco de Cataluña, y unos cuantos prohombres no dejaron escapar la oportunidad de hacer más negocio si aprovechaban las concesiones que les brindó la dictadura de Primo de Rivera para expoliar, sin contemplaciones, los bosques de la Guinea Ecuatorial —entonces— española. Allá explotaban, sin ningún escrúpulo, a los esclavos negros; acá, en la fábrica de tableros contrachapeados que habían montado en la carretera del Port número 395, pretendían hacer lo mismo con los esclavos blancos: los peones cobraban entre cuatro y cinco pesetas por jornal y el despotismo se ejercía como en un presidio. Los primeros pasos para negociar unas bases de trabajo los dio el gerente de la empresa, despidiendo al delegado de los obreros. Sin embargo, por el plante de los compañeros tuvieron que readmitirlo, aunque al poco y alegando la necesidad de montar unas nuevas máquinas, los despidieron a todos hasta nuevo aviso. La reapertura llegó en junio, pero con una condición: la empresa sólo admitiría a los obreros que ella precisara en cuantía y con el perfil requerido. Los que pertenecían a la CNT no entraban en aquellos requisitos y unos recién afiliados a la UGT -estuvieran antes o no trabajando en la casa ALENA- fueron contratados. 

El miércoles 10 de junio la prensa daba cuenta de la sangrienta colisión entre obreros a las puertas de la fábrica y recogía las declaraciones del entonces gobernador Companys: se ha acabado el matonismo, «allí donde se pida fuerza para garantizar el orden y la libertad del trabajo, será enviada». Por lo que contaron los vecinos —en una carta que suscribieron unos trescientos y en las declaraciones de otros ante el juez instructor—, los que arbitrariamente fueron despedidos se apostaron en los accesos a la fábrica; luego vendrían los disparos que procedían de la taberna de enfrente, donde estaban algunos de los recién contratados que lucían ahora el carnet de la UGT, pero que hasta hacía poco ostentaban el de los Sindicatos Libres. El saldo del desigual combate que se libró —unos con pistolas, los otros con mazas y garrotes— fue de trece heridos, cuatro de gravedad. La peor parte se la llevaron los de la CNT. 

El informe de la Cámara ya lo recogía: los obreros persisten en hacer valer sus bolsas de trabajo. Nada mejor, entonces, que hacer pasar como colisión entre obreros lo que era, en el fondo, litigio abierto entre clases. La libertad del trabajo, para los partidarios del orden, consiste en la libertad de contratación y de despido que erradique la conflictividad. En aquellas circunstancias, eso representaba amansar o borrar del mapa a la CNT valiéndose de otras formaciones sindicales. Al cabo de una semana, una asamblea del ramo de la Madera recogió el guante. Sabedores de que no era el momento de llorar ni de lamentaciones, plantearon el boicot total a la empresa y reclamaron la solidaridad del Sindicato del Transporte —en especial de los portuarios— para que no descargasen ninguna madera de la ALENA, mientras ellos se encargaban de no manipularla en sus talleres y de que no funcionasen las máquinas en la carretera del Port. La empresa, en su memoria del año siguiente, reconoció el enorme quebranto que le provocó aquel boicot: se estropearon casi 3.000 toneladas de madera en troncos que tenían en existencia y tuvieron que desviar los cargamentos flotantes hacia el puerto de Hamburgo. De poco sirvió que se intentara recurrir a borrar el nombre de ALENA de los tableros que se pretendían distribuir o que algún avispado lo sustituyera por el de Susex. El Sindicato reaccionó poniendo en práctica aquel ingenio del label: procederían ellos a marcar con su sello —un triángulo con la inscripción CNT-Ramo de la Madera-Label— los únicos tableros que se podrían emplear para la fabricación de muebles u otros objetos. 

Mediado el mes de agosto, el conflicto y el boicot se dio por zanjado. Aquella compañía todopoderosa —de negreros, decían los obreros— firmó las bases del arreglo donde reconocía al Sindicato, readmitía a todos los obreros, abonaba tres semanas íntegras de jornal atrasado, se comprometía a abonar los gastos de curación y clínica derivados de aquella colisión sangrienta y al delegado —que quedó imposibilitado físicamente tras las graves heridas de aquel día— le daría un trabajo adecuado y se encargaría de cubrir su convalecencia. En la memoria de 1932, no en vano, se recogerá que, tras aquellos tropiezos, "actualmente ALENA está en excelentes relaciones con todas las agrupaciones obreras y aun podemos afirmar que llegan a ser cordiales, resolviéndose amistosamente cualquier dificultad que se presenta". Bueno, era un decir, porque en junio del 36 los obreros protagonizaron otra enconada huelga que volvieron a ganar: los horarios se redujeron y los jornales se incrementaron considerablemente».

Iniciada la guerra, fue colectivizada, y tras caer Barcelona fueron depurados tanto los trabajadores vinculados a movimientos sindicales -identificados por los directivos de la empresa- como los que participaron en el proceso de colectivización: «Entre ellos estaban Andrés Navarro, Cristóbal Alcón, José Martínez, Antonio Cantó y José Valcárcel, que cargaron con un consejo de guerra entre cuyas acusaciones constaba su impronta relevante en los trastornos que sacudieron a los amos y directivos de "la guineana" ALENA».

Vista aérea de ALENA, Etembue

viernes, 19 de marzo de 2021

El relato de Fernando "El Africano"

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Fernando García Gimeno, El Africano, nos cuenta en su blog el HUNDIMIENTO DEL FERNANDO POO EN BATA (1936):

Atravesando Río Benito
En Santa Isabel el levantamiento de una parte de España contra la República, el llamado Alzamiento Nacional de julio de 1936, hizo que viendo su consolidación el 18 de septiembre de ese mismo año, destituyen al Gobernador y se proclaman del bando Nacional, no así en Bata donde se constituye Un Comité a lo Frente Popular de España, lo primero que hicieron fue reducir a obediencia y adueñarse de la Guardia Colonial y del armamento de la misma depositado y declarar un bando en estado de guerra en la población. Ese comité presionaba al jefe de las fuerzas militares señor Fontanet para detener entre otros a todos los misioneros.
Organizaron levas para proteger y vigilar las playas de Utonde y del Ekuku, por sin desembarcaban tropas procedentes de Santa Isabel. Bien provistos se lanzaron a mano armada a la caza de cuantos no comulgaban con sus ideas, entre ellos los administradores del interior como los capitanes Roncaño, Aguilar y don Antonio del Valle y Furundarena.
En eso llegó a Bata la motonave Fernando Poo. El día 1 de octubre llegó a la Misión el practicante del hospital y destacado comunista, señor Paco Diez, y dado que era amigo desde la infancia del padre Bruno, les dijo con toda reserva , que si querían salvarse¡ debían salir y esconderse inmediatamente, fuera donde fuese, ya que aquella noche los vendrían a buscar los del Comité del Fernando Poo, para llevarlos a las bodegas del barco.
El padre Superior convocó a la Comunidad y les notificó la gravedad de su situación. Oír lo que decía el padre Larraya y marchar todos a sus cuartos para dejar las sotanas y cambiarlas por chaquetas y americanas que a buen recaudo cada uno guardaba en su maleta. Todos salieron de la Misión salvo el hermano Isidoro Gil que se quedó como guardián de la casa.
Al final todos cayeron en manos de los milicianos y trasladados a las dependencias de la Alena, donde permanecieron encerrados, salvo los de Kogo que huyeron a Libreville y dos de Nkue que se fueron al Camerún el día 13 de octubre a las cinco de la mañana, fueron trasladados a las bodegas del Fernando Poo, con ánimo de desentenderse de todos ellos hasta el día que se les antojara.
Los primeros de la Comunidad de Bata en caer en manos de sus perseguidores fueron los padres Egusquiza y Boixadera, iban nuestros padres camino de Movó, por detrás del cementerio de la Misión, cuando al llegar encima de la loma les avistaron algunos indígenas, los cuales al verlos con indumentaria peregrina y con sendos bultos en la mano, creyendo que eran unos señores que escapaban de los milicianos con armas sustraídas a los mismos, dieron parte. Las armas eran los paraguas que llevaban en las manos. Así fueron cayendo uno a uno.
Serían, en efecto, sobe las ocho y media de la mañana del día siguiente que nuestros hermanos llegaron al Fernando Poo, cuando en la lejanía y entre brumas empezó a perfilarse la silueta de una motonave que a todo meter intentaba colarse en el puerto de Bata (en la ensenada, no había puerto en Bata entonces)Sorprendida con semejante aparición la oficialidad del Fernando Poo, enfilaron todos sus prismáticos hacia la misma por ver si lograban distinguir la nación y matrícula que se correspondía a aquel navío.
Mientras tanto, la motonave, asegurada de que se hallaba ya cerca del puerto a cuyas aguas se dirigía, adelantaba cada vez más, cuando al cabo de media hora escasa, retumbaron en el espacio, con horrísono estruendo, dos cañonazos, disparados con tan certera puntería, que ambos dieron al Fernando Poo, inutilizándolo por completo para navegar. Tras estos dos disparos vinieron otros contra la población y caserío de Bata, con lo que ya nadie dudó que la motonave que con tanta certera puntería así disparaba, no podía ser otra que algún navío que hubieran artillado para el caso las fuerzas nacionalistas de Franco, enviándolo a Bata para libertarla del yugo comunista que tan villanamente la oprimía.

Así era en efecto: la motonave era el vapor Ciudad de Mahón, salido de Canarias hacia unos diez días con unos ochocientos voluntarios y uno o dos tabores de Ifni y la conveniente oficialidad. La partida se había liquidado, quedando la victoria para las tropas de nuestra España nacional.
Las bajas: dos misioneros muertos por el disparo de popa, el padre Acacio Ferraz y el hermano Angel Roig, más un paisano de la casa Abascal y cuatro heridos más, todos hermanos nuestros, alguno de ellos con tanta gravedad, como el hermano Isidoro Gil, que a los pocos días fallecía en el Hospital de Santa Isabel.
La oficialidad del Fernando Poo y los milicianos, al grito de sálvese quien pueda, a nado algunos y otros con botes, corrieron como locos a escapar de la llegada del Mahón. Llegados a tierra buscaron vehículos para huir al Camerún, tanto es así que los voluntarios canarios, en una batida que organizaron por las poblaciones cercanas a Bata, no capturaron a ninguno.
El barco a todo esto empezó a escorarse, por lo que todo el mundo lo abandonó, salvo algunos que no se dieron cuenta a tiempo y fallecieron al hundirse parte del barco.
NOTA MÍA [de Fernando]: En ese Fernando Poo viajaba mi abuela Polonia y unos primos míos, según me contaron.

martes, 8 de mayo de 2018

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 8 de mayo de 1940

En el Boletín Oficial del Estado del 8 de mayo de 1940, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica sus sentencias:

CONDENA

1Gabriel Martorell Mezquida (Agricultor)Absuelto
2Antonio Costa Roca (Secretario de la Cámara Agrícola)Pérdida total de sus bienes en la colonia y seis años de destierro
3Constante González Rodríguez (Carpintero)500 pesetas de multa y dos años de destierro
4Joaquín Irles PérezAbsuelto
5MiguelRiestra Mon (Funcionario colonial)Absuelto
6Alejandro Torres García (Agricultor)5.000 pesetas de multa
7Luis Mazo Muñoz (Auxiliar mecanógrafo que en la Secretaría del Subgobierno de Bata)1.000 pesetas de multa y tres años de destierro
8Ángel García-Villalba Molins (Ingeniero Agrónomo)Pérdida total de sus bienes, inhabilitación por  doce años para el ejercicio de cargos públicos y ocho años y un día de destierro
9Atanagildo Francisco Alaiz y Ruiz (Perito Agrícola)Absuelto
10José Lozano Alonso (Maestro nacional)2.500 pesetas de multa, inhabilitación para el cargo de maestro, seis años de destierro
11José Garrido Sánchez (Capataz de obras públicas)1000 pesetas de multa y tres años de destierro
12Luis Correa Álvarez (Carnicero)5000 pesetas de multa y dos años de destierro
13Eduardo Ruiz Gardín o Garín (Funcionario colonial)500 pesetas de multa y dos años de destierro
14José E. Barrau (Empleado de la Compañía Alena de Bata)500 pesetas de multa y dos años de destierro
15Julián Ayala Larrazabal (exCapitán del Ejército y agricultor)300.000 pesetas de multa y tres años y un día de destierro

miércoles, 25 de abril de 2018

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 25 de abril de 1940

En el Boletín Oficial del Estado del 27 de octubre de 1941, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica las siguientes sentencias «con motivo de su oposición al triunfo del Glorioso Movimiento Nacional»:

CONDENA


1Francisco Padrón Melián (Agricultor)quince años de destierro de es tos territorios y la pérdida total de bienes que posea en la Colonia.
2Rafael Masiello Guerrero (Empleado)tres años y un día de destierro y la multa de dos mil quinientas pesetas
3Constante González Rodríguez (Carpintero)quinientas pesetas de multa y a dos años de destierro, durante los cuales podrá volver a estos territorios
4José E. Barráu (empleado de la Compañía Alena de Bata)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro
5José Ga­rrido Sánchez (Capataz de obras públicas)tres años de destierro de estos territorios y ja económica de pago al Estado de mil pesetas
6José Lizcano Barcodoce años de destierro de estos territorios y la pérdida total de sus bienes que posee el mismo en la Colonia
7Higinio Mazorra Septiénquince años de destierre de estos territorios y la pérdida total, de sus bienes en esta Colonia
8Jesús Mazorra Septiénexento de responsabilidad política
9Enrique Gil Soucomontedos años de destierro y mil quinientas pesetas de multa
10Antonio Costa Roca (Secretario de la Cámara Agrícola)pérdida total de sus bienes en la Colonia y a seis años de destierro
11Angel García Villalba Molins (ingeniero agrónomo)pérdida total de sus bienes e inhabilitación durante el tiempo de doce años para, el ejercicio de desempeño de cargos públicos y ocho años y un día de destierro de estos territorios
12Gerardo de Las Heras Ríos (Agricultor)tres años de destierro y el pago al Estado de la multa de tres mil pesetas
13Luis Mazo Muñoz  (auxiliar mecanógrafo en la Secretaría del Subgobierno de Bata)tres años de destierro de estos territorios y al pago de la multa de mil pesetas
14Luis Martínez Morenodoce años de destierro de estos territorios y a la pérdida total de bienes que posee en la Colonia
15Eduardo Ruiz Gardyn, o Garín (Funcionario colonial)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver a estos territorios
16Luis Correa Alvarez (Carpintero)cinco mil pesetas .de multa y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver por estos territorios
17Martín Amestoy Nombela (industrial)multa de quinientas pesetas y a dos años de destierro, durante los cuales no podrá volver a estos territorios
15Alejandro Torres García (Agricultor)cinco mil pesetas de multa
16José Lozano Alonso (Maestro nacional)inhabilitación especial para el cargo do maestro y seis años de destierro de estos territorios y al pago de la multa de dos mil quinientas pesetas
17Ernesto Ruiz (Comerciante)destierro de dos años de estos territorios y al pago de la multa al Estado de veinte mil pesetas
15José Cazorrán García (Carpintero)multa dos mil pesetas

viernes, 5 de mayo de 2017

Requerimiento del 4 de mayo de 1937

En el Boletín Oficial del Estado del 7 de abril de 1937, podemos encontrar el siguiente requerimiento:
  • Fontanet Monfot, Emilio, hijo de Elías y Magdalena, de 41 años de edad, natural de Cortes de Arenoso, de estado casado, de profesión Brigada de la Guardia Colonial. 
  • Domingo Espinar, Eugenio, bajo de Andrés y María, de 42 años, de edad, natural de Sotosalvos, estado soltero, brigada de la Guardia Colonial. 
  • Cantor Andrés, Francisco, hijo de Hilario y María, de 38 años de edad natural de Beniale, de estado, soltero Sargento de la Guardia Colonial. 
  • Alonso Rodríguez, Andrés, hijo de Enrique y Carmen, de 35 años de edad, natural de Mota del Marqués de estado soltero, Cabo de la Guardia Colonial. 
  • Bande Barbezán, Antonio, hijo de Manuel y María, de 41 años de edad, natural de Madrid, de estado casado, Cabo de la Guardia Colonial. 
  • López Sánchez, Antonio, hijo de Ramón y Cándida; de 41 años, de edad, natural de Ecija, de estado soltero, Cabo de la Guardia Colonial. 
  • Del Arca Ruiz, Emilio, hijo de Juan y Josefa, de 33 años de edad natural de Murcia, de estado casado, Cabo de la Guardia Colonial. 
Domiciliados últimamente en Bata, (Guinea Española Continental), procesados por el delito de rebelión, comparecerán en el término de treinta (30) días, ante el Instructor, Alférez de Infantería don Ismael Sánchez Rodríguez, con destino en la Primera. Compañía del Batallón de Voluntarios Patriotas de Las Palmas, que presta su servicios en la Guinea Española.
Santa Isabel de Fernando Poó, el cuatro de Mayo de mil novecientos treinta y siete-.— Ismael Sánchez.

Este requerimiento, es igualmente un exhorto de adhesión al golpe de Estado, y conlleva posibles sanciones, incluyendo la pérdida de salarios, lo cual genera a su vez el procedimiento equivalente en el Gobierno Republicano, implícito en esta resolución de recuperación haberes:
El estado de anormalidad por que atraviesan las posesiones -españolas del Golfo de Guinea, Cabo Juby, Ifni y el Protectorado de España en Marruecos, ha dado lugar a que los funcionarios de dicha procedencia que se -encuentran en España y han probado su lealtad al régimen estén percibiendo sus haberes por la Dirección general de Marruecos y Colonias. Con el fin de lograr que tales funcionarios presten un servicio positivo a la causa y de descargar en lo posible el presupuesto de la Dirección general de Marruecos y Colonias, se hace preciso dictar unas normas que regulen la situación administrativa y forma de acreditar haberes de aquellos funcionarios que no han podido ser utilizados por dicha Dirección general....


Fernando Ballano, en "Aquel negrito del África tropical: el colonialismo español en Guinea" recoge que:
Para los funcionarios que se quedaron, el 20 de octubre, por orden del Gobierno general se establece la obligación, para poder seguir cobrando el sueldo, de firmar una declaración jurada que rezaba: «X, español, funcionario del Estado, declara bajo palabra de honor y jura ante Dios no haber hecho armas contra el Movimiento salvador de España, al que ha servido fielmente y sin interrupción desde su iniciación en estos territorios, ofreciendo al nuevo régimen establecido su adhesión incondicional, prometiendo por su honor y jurando ante Dios su fidelidad más absoluta y leal al mismo».