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viernes, 21 de junio de 2019

La casa del padre de Raquel Ilombe

Pocos días después de la caída de Bata, La Guinea Española narraba que «la toma de Bata fue una jornada feliz; se abordó al [buque de pasaje y carga] "Fernando Poo", que al resistir fue echado a pique pereciendo el Comité Comunista y bastante tripulación; se bombardeó el centro de Bata, la Casa del Sr. Del Pozo de donde partían agresiones y fue maltrecha: después de cuatro horas, Bata estaba en paz. (...) Hermosa jornada de ese día que libró a nuestro Continente de la tiranía de unos cuantos malvados coloniales y de la fiereza de unos soviéticos que se anidaban en el Fernando Poo».

La "casa del Sr. Del Pozo" antes del bombardeo.
Fotografía de 1940, en segundo plano la casa del "Sr. Del Pozo", y en el mar -a su derecha- se distinguen los restos del buque Fernando Poo.

Es una descripción escueta, al igual que la que remite Rodrigo Miralles al Diario de Almería desde su exilio en Camerún: «Después de bombardear el barco, el "Ciudad de Mahón" empezó a disparar sobre Bata, sin tener en cuenta que es una población indígena y que los negros están al margen de toda lucha entre nosotros. Poco podíamos hacer con nuestro medio centenar escaso de roñosos mosquetones contra los cañones y ametralladoras del "Ciudad de Mahón"...». 
Juan Cuesta, nieto de Juan Cuesta Milvain, capitán de la Trasmediterrénea abordo del Ciudad de Mahón concreta que «como no se rindieron, dieron un cañonazo de aviso a la chimenea que pasó por alto abriendo un boquete en un edificio, respondieron con fusiles, bajaron el tiro y el segundo cañonazo dió en la linea de flotación hundiendolo...».

Y así, como daño colateral de un disparo de advertencia al  buque "Fernando Poo",  inició el bombardeo a Bata.

Lo cuenta también Gonzalo Matamala, el hijo del farmacéutico de Bata, en la entrada "Recuerdos de mi primera infancia" de su blog Memorias: «una vez en la bahía de Bata arriaron esta bandera [francesa] e izaron la bandera de los rebeldes (la actual) y sin previo aviso comenzaron a bombardear la ciudad y en especial muchos de los cañonazos fueron dirigidos hacía nuestra casa, ya que al parecer la confundieron con un centro oficial como la sede del Subgobierno, esta confusión se debió a que en días anteriores se había celebrado en nuestra casa un recepción para celebrar el aniversario de la instauración de la república, y por ello habían puesto frente a la misma banderas y gallardetes; al parecer el hecho de que este evento se celebrase en nuestra casa era el haber sido elegida por ser uno de los pocos edificios edificados de ladrillos al igual que las casas de Europa, también por ser la única que en aquel tiempo tenía un salón lo suficiente amplio (el hall de la farmacia) con aforo suficiente para la celebración de estos eventos, puesto que la sede del subgobierno carecía de un local que reuniera las condiciones para ello.

Ese día sobre las seis de la mañana comenzaron a bombardear como antes he expuesto por lo que salimos de casa con apenas lo puesto y siguiendo los consejos de mi padre nos reunimos una cantidad de personas y salimos en coche camino del Camerún con el fin de no caer en manos de aquellos que querían adueñarse de la ciudad y que según mi madre no habrían dudado en matar a todos aquellos que no fueran adictos al gobierno dictatorial fascista por lo que huimos a la mencionada colonia francesa después de toda una noche por la selva y caminos prácticamente meras sendas llegamos a Duala y de allí fuimos a Yaundé,...». Gustau Nerín documenta la huida de los republicanos ante el bombardeo y desembarco en Bata, los cuales «se iban a pie, en condiciones extremas, porque habían abandonado sus hogares lo más rápido posible. Según algunos guineanos, testigos de la huida, había incluso niños blancos desnudos».

El vice-consul británico en Santa Isabel, reportó que el Ciudad de Mahón «pasó a bombear dos edificios en el pueblo donde se estaba haciendo resistencia. Estos edificios fueron de las oficinas de la "compañia Trasmediterranea" y las oficinas del "Banco Exterior de España". Se reporta que ambos edificios están muy dañados». Si bien en otra nota añadirá días después que «el daño sufrido por el edificio del Banco en Bata no ha sido tan grande como se reportó anteriormente». Rodrigo Miralles desde Camerún remitirá al Diario de Almería una carta narrando la situación que han vivido, señalando que «cinco fueron los cañonazos que dispararon sobre el Banco Exterior de España, próximo a la playa, en el momento que estábamos sacando el dinero el cajero del Banco y yo».

Ángel Miguel Pozanco, secretario del Subgobierno de Bata, concluye que «con dos cañonazos destruyó el Fernando Poo y atacó la sede del Subgobierno. En el ataque al Fernando Poo también murieron varios tripulantes y otros fueron hechos prisioneros. Soldados marroquíes bien armados, que fueron desembarcados en Bata, no respetaron nada ni a nadie». 


La "casa del Sr. Del Pozo" tras sufrir varios impactos.
Imágenes gentileza de Crónicas de la Guinea Ecuatorial

«...los cañoncitos del siete y medio que artillaban al Ciudad de Mahón también iniciaron un diálogo con la ciudad aún roja. El edificio del Banco Exterior de España, edificio éste el de mayores dimensiones de Bata, apuntó el blanco. En su mismo centro, un pepinazo abrió una gran boca negra. Un erupto de humo y polvo prologó el silencio de aquella casa, donde hasta hacía unos segundos, asomaban fusiles por las ventanas».

En la consiguiente desbandada, Pozanco describirá cómo «…Preparase asimismo el salvamento de la documentación oficial del Sub-gobierno. En una camioneta que iba a corta distancia del coche oficial, con el Subgobernador y familiares y una señora y un niño que aquel recogió. Al pasar por la playa, frente al edificio del Banco Exterior de España, una bomba destruyó la camioneta y su contenido…».


Pero... ¿quién era el Sr. Del Pozo del que el redactor de La Guinea Española hace mención expresa?

Por los prólogos de Benita Sampedro y Baltasar Fra a la edición póstuma de Ceiba II de Raquel Ilombe, sabemos que se trata de Raimundo del Pozo Ariznavarreta, riojano llegado a los territorios españoles del Golfo de Guinea el 2 de marzo de 1918, a bordo del vapor San Carlos: «adquirió tierras y bienes inmuebles en Guinea, y en especial una casa que resultaría emblemática, hasta que la Guerra Civil española lo sorprendió en la ciudad de Bata. Sus simpatías republicanas hicieron que tuviera que huir hacia Camerún, cruzando la frontera desde su finca en el distrito de Nkimi (Río Muni). Sancionado por responsabilidades políticas tras la guerra civil con expulsión de la colonia, obtuvo permiso para una última estancia de cuatro meses en Guinea, entre junio y octubre de 1944, tras lo cual, enfermo de filariosis, se instaló definitivamente en Madrid, (…) hasta su muerte en 1945».

En la primera estrofa del poema El triángulo de Raquel Ilombe su ausencia queda recogida con un:
Padre, te fuiste
como se marcha el río,
ruido de remolinos
fueron tus últimos suspiros.

Raquel Ilombe comparte igualmente en su poema a su hermano Víctor el impacto que le produce ver el estado de la casa cuando, décadas después, regresa a Guinea Ecuatorial y recupera las propiedades familiares:

Cómo he llorado,
hermano mío.
Cuánto daño me ha hecho
ver deshecho
el interior de mi casa.
La fachada está sucia y despintada,
las ventanas arrancadas,
los cristales que quedan
asemejan cuchillos y espadas
recordando la tragedia
de estos años pasados.


Raimundo del Pozo Ariznavarreta al lado del río que rodea su finca, situada en el distrito de Nkimi, Río Muni.

Vista desde el mar en la década de los 70, de la casa construida en 1929 por Raimundo del Pozo Ariznavarreta.

En Los mundos de Papá Luis, Almudena González-Vigil nos aporta más información a través de la biografía del pintor Luis Royo del Pozo, Papá Luis, quien «pinta en un marco incomparable: un amplio y luminoso estudio con un enorme balcón, siempre abierto, que se despliega al Atlántico, con vistas hasta Río Campo (la frontera guineo-camerunesa). Entre estos muros, cargados de pinturas, no sólo se respira arte, sino también historia. Su señorial casa, de planta baja y tres pisos -hasta hace poco la más alta de la ciudad de Bata- perteneció a su abuelo materno, Raimundo del Pozo Ariznavarreta, un conocido republicano español de cuya relación con una mujer de Corisco, Esperanza Epita Bianbuja, nació la poeta Ilombe, madre de Luis.

"Imagenes de mi terraza sobre el paseo marítimo de Bata"
(apunte del natural) de Papá Luis.

Al comienzo de la Guerra Civil española, en 1936, la casa albergaba el Subgobierno colonial de Río Muni, por lo que recibió algunos cañonazos del buque artillado Ciudad de Mahón, enviado por el General Franco para conquistar la ciudad.

Desfile de Falange un 18 de julio de los años 50,
frente a la subdelegación del Gobierno en Bata.

Más tarde, la planta del edificio fue ocupada por la Factoría Dumbo, donde muchos guineanos recuerdan haber comprado sus primeros libros y sus primeros discos».

Construida en 1929, con vistas al mar, la "casa del Sr Del Pozo" es actualmente uno de los escasos edificios centenarios que se conservan en Bata; está integrado en el paseo marítimo (antigua Avenida Calvo Sotelo), alberga el popular restaurante Casa Marcial y tiene a la par el Centro Cultural de la Embajada de España.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 9 de mayo de 1940

En el Boletín Oficial del Estado del 5 de octubre de 1940, el TRIBUNAL REGIONAL DE RESPONSABILIDADES POLÍTICAS DE LOS TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA publica las siguientes sentencias:

CONDENA


1Generoso Rey GarcíaPérdida total de sus bienes en la Colonia
2Rafael Mansielle Guerrero (Empleado)Tres años y un día de destierro y la multa de dos mil quinientas pesetas
3Miguel Bosch Ball LloseraUn año de destierro de estos Te rritorios y la sanción económica de cinco mil pesetas
4Miguel Hernández Porcel, ex Subgobernador de la Guinea Continental EspañolaQuince años de destierro de estos territorios, inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos y la pérdida total de bienes en la Colonia
5Francisco Padrón Millán (Agricultor)Quince años de destierro de estos Territorios y la pérdida total de los bienes que posea en la Colonia
6Esteban Sánchez NavarroPérdida total de bienes en la Colonia
7Raimundo del Pozo Ariznavarreta (Agricultor)Un año de destierro de estos Territorios y el pago de la sanción económica de trescientas mil pesetas
8Angel Miguel Pozanco Barranco (Oficial de Secretaría)Quince años de destierro de estos Territorios, inhabilitación especial
9Laureano Vives Bonet (Comerciante)Quince años de destierro de estos Territorios y la sanción económica de pérdida total de bienes en la Colonia
10Vicente Uriguen UrrutiaTres años de destierro de estos Territorios y la multa de quince mil pesetas
11Enrique Gil SuoncomonteDos años de destierro y mil quinientas pesetas de multa

domingo, 16 de octubre de 2016

La huida

Cuenta Gemma Mañá Delgado en "La voz de los náufragos: la narrativa republicana entre 1936 y 1939" respaldado con fragmentos de "Guinea Mártir - Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte" escrito por Ángel Miguel Pozanco que:

"Con intromisiones de ciudadanos alemanes, el 14 de octubre de 1936, llegó frente a Bata el vapor faccioso Ciudad de Mahón, pintado y camuflado como barco de una naviera alemana. Con dos cañonazos destruyó el Fernando Poo y atacó la sede del Subgobierno. En el ataque al Fernando Poo también murieron varios tripulantes y otros fueron hechos prisioneros. Soldados marroquíes bien armados, que fueron desembarcados en Bata, no respetaron nada ni a nadie.

Caparrós, del comité de a bordo, fue asesinado por los facciosos cuando el Ciudad de Mahón se dirigía a Santa Isabel:
Nos contaron la manera inhumana con que llevaron a efecto este asesinato los fascistas. Un moro, al conjuro de las palabras "éste, incomunicado", le segó la cabeza de un golpe de alfanje, después de haberle martirizado horrorosamente (p. 165).
Sin armas, el 14 de octubre de 1936, Hernández Porcel ordenó evacuar Bata hacia Ambán y Ebebeyín -en la frontera con el Camerún-. Otros republicanos huyeron a Gabón a través de la selva.
Los europeos leales a quienes sorprendió el desembarco sobre el sur continental y aún algunos rezagados involuntariamente por causa de enfermedad, hubieron de abandonar el territorio adentrándose en Gabón. El éxodo de éstos resultó algo inenarrable: a través del bosque desconocido e impenetrable, acechados por las fieras de la selva, alimentándose de comida indígena no siempre encontrada, pernoctando en poblados alejados poco frecuentados por europeos, con la constante amenaza de verse perseguidos, adquirió dramatismo que enerva el ánimo mejor templado. Así, tras un recorrido que consumió para algunos varias semanas, llegaron a Gabón los últimos; varios de ellos dando un largo rodeo se dirigieron al Camerún; unos y otros atacados por el paludismo, enfermos, a punto e pagar con la vida su inquebrantable voluntad de seguir denominándose españoles...
Algunos aún querían resistir sin armas, por lo que depusieron a Hernández Porcel.

El brigada Fontanet decidió resistir en Ebebiyin, último puesto antes de pasar a Camerún, produciéndose un enfrentamiento con la columna nacional, resultando con varias bajas los republicanos.

El 15 de octubre llegaron a Camerún en busca de asilo hasta que pudiesen regresar a zona republicana. Tras estos hechos, los sublevados aprovisionaron Guinea con material de guerra y especialistas alemanes. La nueva guardia marroquí controlaba todo y cometió toda clase de abusos incontrolados con los nativos, muchos de los cuales también migraron al Camerún. En Burgos, el subgobernador Hernández Porcel y Ángel Miguel Pozanco fueron condenados a muerte en ausencia."

El 19 de octubre, Rodrigo Miralles desde Camerún remite al Diario de Almería una carta narrando la situación que han vivido y en la que se encuentran:

Relación de españoles refugiados en el Cameroun
Emilio Fontanet, Ángel García Villalba, Eugenio Domingo, Rafael Maciello, su señora y dos hijos; Antonio López y su señora; Toribio Villalobos, Juan Antonio Ortiz, Luis del Caso, Juan Notario Notario y su señora; Rafael Matamala, señora y dos hijos, Gabriel López Cano, señora y dos hijos; José Cazorrán; José Cuervo y señora; señora de Garriga; Fidel Miralles; Juan Bernat; Antonio Tinoco; José Martínez y señora; José Navarro; Enrique Ghofre; Martin Rmestoy; Julián Cortés y señora; Francisco Camps; Miguel Riestra; Alejo Cuadra; Inocencio Ferro; Daniel Martínez; Catalino Gómez, su señora y dos hijos; Domingo González; José Garrido; Raimundo del Pozo; Rafael Bauchaud; señora de Molina, su madre y su hija; Luis Martínez, su señora y tres hijos; Arturo Lemus; Severino Carnaval; Rufino Martínez; Juan González; Francisco Ruiz; José González y un hijo; Vicente Urigen; Juan de la Iglesia; Andrés Artieda; Rodrigo Miralles; Francisco Azapiri y señora; Manuel Vázquez; Francisco Picó; Juan Manuel Vilella; José Correa; Isidro Álvarez; Anselmo Mínguez; Alejandro Blanco; José Lozano, su señora y su hija; Miguel Ruiz Ramírez; Diego Ruiz Gardyn; Eduardo Ruiz Gardyn; Luis Cruz; señora de Iranzo y su hija; señora de Sánchez; Luis Mazo; Antonio Martínez, su señora y un hijo; Ernesto Ruiz; Luis Santos; Enrique Méndez; Eugenio Martin; Marcelino Seuva; Jaime Menkara; Emilio del Arca, su señora, el padre y cinco hijos; Juan José López; Manuel Feneiro; Juan Ferreiro; Gerardo de las Herras; Narciso Colell; Luis Abaunza; Federico Guardón; Anselmo Herráiz; Pedro Emvid; Juan Munné, Higinio Mazorra. Además de los anteriormente citados, se han refugiado por la parte del Gabón y Kribi bastantes españoles, y se cree que casi todos estamos a salvo. Hay que lamentar la muerte y desaparición de muchos de los tripulantes del barco. La mayoría de ellos embarcarán dentro de unos días para España y se cree que hay algunos más, refugiados en los bosques. Hago constar que todas las familias que tenían parientes en Bata deben tener confianza hasta el último momento, porque los que se refugiaron en los bosques tardarán varios días en aparecer y no sabemos aún la lista y total de los refugiados en otras partes del Cameroun.



El mismo 15 de octubre se cesa, por rebeldía, a los funcionarios del continente que habían huido a Camerún y se incautan sus bienes.

La Vanguardia recoge esta nota en su edición del 28 de abril del 1937 referente a la llegada a Burdeos del funcionario.
El diario La Libertad de 4 de febrero de 1937 recoge la noticia "El paquebote «Asie» ha llegado a Burdeos, trayendo a bordo 53 españoles embarcados en Doala (Camerún). Estos pasajeros eran funcionarios republicanos o colonos de Bata. Entre ellos se encuentran Miguel Ruiz, Ramón Almirez, alcalde de Bata, y Rafael Iranzo Núñez, comandante del puerto. Los pasajeros han declarado que el día 14 de Octubre, el «Ciudad de Mahón», afecto a la flota de Franco, y procedente de Fernando Poo, disparó sobre Bata. Un buque con numerosos pasajeros, anclado en el puerto de Bata, fue hundido, pereciendo 17 personas. Los habitantes de Bata huyeron en automóvil hacia Gabón. Algunos se encuentran aún en Dousville. Otros se trasladaron al Camerún y los restantes embarcaron a bordo del paquebote «Asie»".
Fernando Ballano, en "Aquel negrito del África tropical: el colonialismo español en Guinea" recoge que:
Para los funcionarios que se quedaron, el 20 de octubre, por orden del Gobierno general se establece la obligación, para poder seguir cobrando el sueldo, de firmar una declaración jurada que rezaba: «X, español, funcionario del Estado, declara bajo palabra de honor y jura ante Dios no haber hecho armas contra el Movimiento salvador de España, al que ha servido fielmente y sin interrupción desde su iniciación en estos territorios, ofreciendo al nuevo régimen establecido su adhesión incondicional, prometiendo por su honor y jurando ante Dios su fidelidad más absoluta y leal al mismo».
Igualmente, documenta Donato Ndongo Bidyogo en la ponencia "Reivindicaciones de España. La proyección del fascismo en el Golfo de Guinea (1936-1945)" realizada dentro del III Seminario Internacional sobre Guinea Ecuatorial que:
No revistieron importancia militar las breves escaramuzas de la Guerra Civil en el golfo de Guinea. Aunque se confirmaría en octubre, con la llegada de las tropas de ocupación –integradas por marroquíes–, en septiembre estaba consolidada la situación a favor del bando franquista. Son de un marcado carácter represivo las primeras disposiciones de la cabeza visible del Nuevo Estado en la colonia, el teniente coronel Luis Serrano, jefe de la Guardia Colonial. Destaca la prohibición del abono de nóminas “sin la presencia del interesado”, orden destinada a suspender de empleo y sueldo a los empleados que hubiesen huido o estuviesen presos, y facilitar la localización de los escondidos; decretó la baja de cuantos funcionarios prestaran sus servicios en la Guinea continental “hasta tanto se depure individualmente su conducta”; el Gobierno General incautó todos los bienes de las “personas desafectas al Movimiento Salvador de España”, consideradas tales los detenidos por haberse opuesto directa o indirectamente a la sublevación. Desde el 20 de octubre, ningún funcionario podía percibir haberes con cargo a los presupuestos generales de la colonia o cualquier otro organismo público, semipúblico o que tuviese préstamos de entidades oficiales, sin antes adherirse al nuevo régimen mediante juramento solemne de “absoluta fidelidad y lealtad”, disposiciones que afectaban por igual a colonos y nativos.