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lunes, 22 de abril de 2024

¿Hace una ronda de saludos?

Cuenta Enrique Martino Martín en Corrupción y contrabando:funcionarios españoles y traficantes nigerianos en la economía de Fernando Poo (1936-1968), «Durante esos años, desde el balcón de su oficina, junto al palacio del gobernador y la catedral, el vicecónsul británico veía cómo los "obreros nigerianos" recién desembarcados y contratados marchaban hacia las fincas "obligándoles a hacer el saludo fascista"».

Resulta un dato sorprendente, pero no tanto. Al fin y al cabo, el DECRETO de 17 de julio de 1942 por el que se refunden las disposiciones vigentes en lo que respecta el Himno Nacional, Cantos Nacionales y Saludos, incluía en su artículo tercero que «se establece como Saludo Nacional el constituido por el brazo derecho extendido en dirección al frente, con la mano en prolongación del mismo, abierta, sus dedos unidos y algo más altos que la cabeza».

Es decir, en el nuevo Estado había himno y bandera oficial, pero también un saludo.

La fotografía histórica ha dejado un curioso rastro que vamos a seguir en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel:


«La población local realiza el Saluto Romano en un minuto de silencio»  ante el monumento a los caídos en la fachada de la catedra de Santa Isabel, documentaba el diplomático alemán Günter Wolff durante su viaje de investigación a la Guinea española (1939/1940).

Precisamente Ébano, en la edición conmemorativa del Día de la Victoria de 1940, recogía el discurso de Joaquín Robles, jefe provincial de propaganda, que concluía con un «quiero que hoy como todos los días desde hace un año oigáis con reverencia la Conmemoración de los Caídos, brazo en alto, como tantos cayeron Cara al Sol, por España y por Dios».

Ébano y La Guinea Española tienen recurrentes alusiones a pobladores, europeos y autóctonos, adultos y escolares recibiendo a las autoridades brazo en alto.



En esta otra imagen, podemos apreciar a niños cantando el Cara al Sol -brazo en alto- con el maestro antes de entrar en la escuela, conforme a «la ordenanza del 28 de septiembre que determinó que la enseñanza en la colonia debía responder “a las conveniencias nacionales”; los juegos infantiles, obligatorios, tenderían “a la exaltación del patriotismo sano y entusiasta de la España nueva”» recordaba Donato Ndongo Bidyogo en la ponencia "La proyección del fascismo en el Golfo de Guinea (1936-1945)" realizada dentro del III Seminario Internacional sobre Guinea Ecuatorial del Centro de Estudios Afro-hispánicos de la UNED.


Ésta ya es un clásico, con el saludo de rigor a la apertura del partido de futbol. «Manuel Hernández Sanjuán recuerda como en la Guinea Colonial de aquellos años cuarenta había una gran afición al futbol. Imagen de la presentación de los equipos en el partido que se celebró con motivo de la inauguración oficial del nuevo estadio de Santa Isabel», el Estadio Municipal La Paz.


Sorprende un poco más el registro de los ecuatoguineanos trabajadores del Pabellón de Guinea en la XX Feria Oficial e Internacional de Muestras de Valencia (1942), saludando brazo en alto a las autoridades de visita.


Y como detectaba el cónsul británico, los trabajadores de las fincas se plegaban a las costumbres españolas, como los de esta finca en Kogo, que reciben con el saludo fascista a la compañía Hermic Films, de Manuel Hernández Sanjuán. 

Todavía en diciembre de 1946, cuando la derrota alemana exigía mitigar las formas y las expresiones, La Guinea Española recogía la noticia de que: «La Colonia ha vivido días de intensa emoción: noticias patrióticas, de condena de la actitud de la ONU con respecto a España. (...) partía del Consejo de Vecinos una nutrida manifestación en la que figuraban no solamente los elementos Oficiales, sino lo más selecto de la ciudad en las múltiples manifestaciones culturales y económicas, presididos por el presidente del Consejo, Sr. Ibars. Los Oficiales y Marinos del Dato, robustecieron con su presencia las nutridas filas de coloniales. Rompía la marcha los alumnos de las Escuelas de los Misioneros, presididos por su Director R. P Boixadera y a los acordes de sus cornetas y tambores y con los gritos ¡FRANCO! ¡FRANCO! ¡FRANCO! ¡levaron el entusiasmo a otros muchos que se sumaron espontáneamente al grupo de manifestantes. Seguían las banderas de Falange Nacional y del Requeté y en pos de ella los europeos en apretado haz, con un gran cartel en el que se leía "Incondicionalmente, a las órdenes de nuestro Caudillo". (...) los manifestantes, brazo en alto, entonaron el Cara al Sol, desfilando marcialmente, recorriendo las calles hasta llegar de nuevo, ante el edificio del Consejo, desde cuyo balcón, leyó D. Manuel G. Maicas, con entusiasmo y fervor patriótico, el discurso del Caudillo».

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