CB

viernes, 25 de noviembre de 2022

El exilio de José Poveda

¿Recordáis las entradas sobre el destierro en Guinea aplicable a las supuestas disidencias (externas o internas)?
Un castigo pensado para forzar al exilio al penado y arropar jurídicamente las incautaciones de bienes...

La Universidad de Alicante ha elaborado una base de datos de La represión franquista en la provincia de Alicante, y entre la biografías recopiladas se encuentra la de José Poveda Vila, hijo del también condenado al destierro en Guinea Antonio Poveda Sanjuán:

Natural y vecino de Onil, nacido el 25-XI-1903. Se ganaba la vida como comerciante panadero, por lo que se le conocía popularmente como "Paneque". 

Miembro del Sindicato de Artes Blancas (UGT) y afiliado a la Agrupación Socialista de Onil (Alicante). Su padre, Antonio Poveda Sanjuán, era presidente de la UGT y destacado dirigente de izquierdas.

Durante la guerra civil fue concejal y responsable de Abastos. En marzo de 1939, con 35 años, marchó al exilio en el African Trader, se estableció en Sidi Safi (Argelia), acompañado por su padre de 69 años.

Antonio y José Poveda.

En septiembre de 1941 fue enviado a los campos de concentración de Colomb Béchar y Kenadza. En 1943 estuvo cuarenta días preso en Colomb Béchar y tras la liberación del norte de África por las tropas aliadas estuvo en Argel y Orán. Posteriormente regresó a Sidi Safi, donde estableció una panadería y fue miembro de la UGT y del PSOE. Residió en Sidi Safi hasta la independencia de Argelia, fecha en que se trasladó a Francia estableciéndose en Lyon (Francia), donde murió en 1975.

Antes de su muerte visitó Onil en dos ocasiones.

Acusado en la Causa General de haber participado en un asesinato y en la detención del jefe de las derechas de la localidad, que murió en la cárcel, y de otros tres vecinos, que fueron condenados a muerte y fusilados. También fue acusado de tomar parte en el saqueo de varios edificios religiosos. En diciembre de 1939 el alcalde franquista lo incluyó en una lista de vecinos a los que se debía aplicar la LRP: «concejal, directivo de la Casa del Pueblo, inductor de crímenes y asesinatos, hombre de acción, huido al extranjero». 

El JM de Jijona ordena, en julio de 1940, su busca y captura. La Comisión Dictaminadora de la repatriación de exiliados políticos pide informes suyos, en diciembre de 1962: según la Comandancia de la Guardia Civil, estaba exiliado en Orán, antes del GMN era del PSOE, interviniendo en todos sus actos, y actuaba como lugarteniente de su padre, presidente de la UGT y destacadísimo dirigente de izquierdas. Durante el GMN fue elemento de acción, propagandista, intervino en detenciones y en el saqueo de Iglesias y ermitas. «No se puede comprobar de ningún modo interviniese directamente en los asesinatos cometido por los rojos en dicha época, ni tampoco indirectamente se puede probar nada sobre estos crímenes; a título de sospecha y desde un plano muy oscuro se supone participase indirectamente en los planes de alguno de los asesinados, pero nadie hasta la fecha puede probar nada de estos, ni incluso tampoco aparece acusado en las diligencias que fueron instruidas a la liberación».




El alcalde habla de sus pésimos antecedentes y conducta, dirigía a las masas que controlaba su padre como jefe de un “grupo de revoltosos” de la UGT, se le considera inductor de los asesinatos, pues durante el GMN (sic, Glorioso Movimiento NAcional) “se le veía participar en todas partes” colaborando con el Comité y el Ayuntamiento, aunque nunca ocupó ningún cargo en ellos; se trasladó a Argelia y no se sabe si marchó luego a Francia. “Sería repugnante su presencia aquí”, es peligroso para el orden público, ya que “existen aún elementos de los que eran seguidores del mismo (que) hoy no se mueven, no hay cabeza directora, no se les ve contacto; su presencia podría resultar peligrosa en este aspecto”. Se le aplicó la LRP: en agosto de 1940 el JRP le cita para leerle los cargos, estaba en paradero desconocido: se le condenó a inhabilitación y extrañamiento en la Guinea durante 15 años y a la pérdida total de sus bienes. 

Antonio, al igual que su padre, falleció en el exilio... sin llegar nunca al territorio ecuatorial.

(Fuente: Causa General - AHPA. Legajo 3461 - Gaceta de Alicante, 6-VII-1940 - BOP, 15 y 22-VIII-1940 y 12-VIII y 3-XI-1941 – Fundación Pablo Iglesias).
                 

lunes, 21 de noviembre de 2022

Trotski y Guinea Ecuatorial

En El santoral ecuatoguineano narrábamos las dificultades del viaje al territorio y el lucro que generaba esa precarización del transporte. Resultan ilustrativos Los negros negocios del beato Marqués de Comillas, o el conveniente hundimiento en punta Europa del Crucero Isla de Panay, conocido como el Barco de la Muerte: «Allí debe de estar aún, junto a la conciencia del señor marqués».

Crucero Isla de Panay. Conocido como el Barco de la Muerte, fue usado para transportar hacinadas a las tropas españolas asignadas a la guerra hispanoamericana en Cuba. Terminada la guerra fue reasignado por la Trasmediterránea al golfo de Guinea hasta su hundimiento, para cobrar el seguro.

Para tener un informante más, recomendamos la lectura de Mis peripecias en España de León Trotski. Expulsado de Francia por germanófilo, éste vino a España en 1916. 

José Manuel Pedrosa razona en Trotski y el vapor de Fernando Poo (1916) que «de aquella breve y accidentada estancia (en la que lo mejor que le pasó a Trotski fueron sus visitas al Museo del Prado) dejó el revolucionario ruso unos apuntes autobiográficos que fueron traducidos al español y publicados en 1929 (con prólogo hecho para aquella edición por el propio Trotski) por Andrés (o Andreu) Nin, un dirigente comunista que años después, en 1937, en plena Guerra Civil, sería asesinado por agentes de Stalin. Entre sus notas hay algunas que tienen cierto interés para los interesados en la historia de Guinea Ecuatorial, ya que se refieren al vapor Cataluña, que en aquel agitado año de 1916 estaba cubriendo la ruta de Cádiz a Fernando Poo (por entonces, Póo solía escribirse con acento), que era como se conocía a la actual isla de Bioko».

Así, en el capítulo Fiestas y espectáculos: Trotski recoge sus apreciaciones sobre el transporte a Fernando Poo:

«Llegó de Fernando Poo (litoral occidental de África, este resto de las colonias españolas) el vapor Cataluña. Durante el viaje fallecieron cinco personas (¡muertos al agua!), atacadas de fiebre amarilla, quedando 42 enfermos a bordo. El barco parece, más que otra cosa, un hospital. En Fernando Poo hay ahora muchos alemanes de los Camarones. La población ha pasado de 7000 a 10.000 habitantes. El lugar es insalubre; hay fiebre. Los soldados y los empleados reciben haberes dobles.

Las epidemias se ceban en los navíos, que ahora no se desinfectan. El tiempo es oro: es algo más preciado que los barcos. No solamente no se practican inspecciones sanitarias, sino que ni siquiera técnicas. Hundióse ayer cerca de Canarias un gran buque mercante de la Compañía Penidión. Salváronse 18 personas de la tripulación, y el resto -20 hombres- pereció sin novedad. La Compañía recibe el costo del barco -¡asegurado!-, y el personal y las mercancías son facturados con reserva. La guerra simplifica las relaciones y… las cuentas».

viernes, 4 de noviembre de 2022

En Guinea, la mili y hasta loros

Recuerda Domingo Rodríguez en Pellagofio, edición de noviembre de 2013 de La Provincia que «En la escuela de nuestra infancia aprendíamos que, además de Ifni y el Sáhara, España poseía en África las denominadas provincias de Fernando Poo y Río Muni, colonias que con el paso del tiempo pasarían a denominarse Guinea Ecuatorial. Y de allí, de la Guinea, llegaban maderas. Y cacao. Y café. Y aceite de palma. Y plátanos, cocos y piñas "porque son dos provincias de suelo fertilísimo"; nos decían los maestros. Y así lo señalaba, además, la Enciclopedia de Grado Medio, único libro de texto que utilizábamos en el grupo escolar (además del Catecismo, claro). Llegaban también muchos loros susceptibles de ser malcriados por chiquillos mataperros, capaces de enseñarles palabrotas y otras ordinarieces. No era raro observar cómo de un balcón o azotea salían los sonidos inconfundibles de los papagayos, adquiridos a cambulloneros, traídos como regalo o como recuerdo de la estancia en la colonia africana de muchos canarios que hicieron el servicio militar en aquella plaza. Como quienes aparecen en esta foto, entre los que se encuentra Tomás Pérez Sánchez, canario del Carrizal de Ingenio que cumplió parte de sus siete años de servicio militar en la antigua colonia española, viviendo el desarrollo de la guerra civil desde aquel lugar tan alejado del campo de batalla peninsular, donde fue testigo directo del hundimiento de la motonave Fernando Poo».