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jueves, 30 de enero de 2025

La poesía bajo sospecha

En "Cuadros del penal: memorias de un tiempo de confusión", Juan Rodríguez Doreste (senador y alcalde de Las Palmas) comparte su vivencia de confinamiento en el campo de concentración del viejo Lazareto de Gando. 
Recoge también la llegada de los represaliados de África: «Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora. (...) Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu».

Los presos, eran repartidos por afinidades, como una forma de hacer que el insalubre confinamiento y los maltratos tuvieran una mínima válvula de escape:

«Evoco el grupo de los coloniales, como les llamábamos, con particular simpatía. Compartí el alojamiento, primero, con Gonzalo Carrillo, abogado, pintor y caricaturista, y después, con Francisco Hinestrosa, alto funcionario de Hacienda, que era también excelente retratista. Los tres nos reunimos hasta nuestra liberación en el memorable cuarto de la pintura que en el último año de nuestra odisea fue algo así como la Academia del Penal, en estricto sentido ateniense».

Poco a poco, conformaban aulas/celdas que aglutinaban a los abogados, pintores, escritores...

Así que si veis que en la Guinea Ecuatorial actual, las autoridades van coleccionado escritores en las celdas, recordad que no es un invento nuevo: Franco ya lo hacía en el campo de concentración del viejo Lazareto de Gando. 

CC BY-SA 2.0
La poesía bajo sospecha


Se llama Hermelindo León Laurel, escritor, dramaturgo y empleado público de la biblioteca de la Embajada de España en Malabo, adscrita a la española Red de Bibliotecas de la Administración General del Estado-BAGE.


Recientemente, el colombiano Panorama Cultural recordaba refiriéndose a Guinea Ecuatorial que "Hay países en los que llegar a la cárcel, puede ser lo más parecido a una lotería nefasta. Una concatenación de situaciones incomprensibles, injustas, sin sentido y sin justificación".

Esta vez le ha tocado a Hermelindo, Dino para los amigos, tal y como recogía este fin de semana el digital Radio Macuto:
"El escritor Hermelindo León Laurel fue detenido de manera ilegal y sometido a torturas en la isla de Annobón, Guinea Ecuatorial, en lo que parece ser un nuevo capítulo de la represión sistemática contra los annoboneses por parte del régimen de Teodoro Obiang".


Se suma así al medio centenar acumulado en medio año desde que la población de la isla de Annobón envió una carta al Defensor del Pueblo ecuatoguineano pidiendo respeto medioambiental.

Entre éstos, el también escritor y empleado de la Embajada, Francisco Ballovera, privado de libertad desde que se acercó a la comisaría a entregarles agua y alimentos, y que sigue en prisión sin ningún motivo.

viernes, 24 de enero de 2025

Que me muera de tétano...

Hace unos meses publicábamos sobre un poeta de Santa Isabel que acabó en un campo de concentración... Hoy le toca a otro.

El portal Africanidad, nos recuerda el texto "Prisión" de Paco, en el artículo "Francisco Ballovera sigue en prisión sin motivo alguno":

«Hoy he sentido. He sentido en el fondo de mi alma la esencia de mi existencia en este mundo. He sentido y he visto que mi presencia en este mundo es una melancolía. Brutal y áspero para las flores de mayo y octubre. Dogma y sutil de Dios que vela por el espíritu que en mí prospera. He visto asimismo anidar búhos y murciélagos en los ojos y en la chaqueta del déspota. ¡Tírame!, tirano, de la lengua que me muera de tétano».
https://www.africanidad.com/2025/01/francisco-ballovera-sigue-en-prision.html



El texto es el siguiente:


Pero falta el relato de su propia vida: En diciembre la introducía la revista digital colombiana Panorama Cultural con un «La aterradora historia de Francisco Ballovera, un escritor que no sabe por qué está encarcelado en Guinea Ecuatorial Si ésta es la historia de un escritor, no hay mejor forma para ejemplarizarla que una novela: La vivencia de Francisco Ballovera Estrada es -cuando menos- kafkiana. En “El Proceso” de Franz Kafka, Josef K. es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Así, el protagonista se ve inmerso en una pesadilla para defenderse de algo que nunca se sabe qué es y con argumentos aún menos concretos, experimentando en sus propias carnes la inaccesibilidad a la 'justicia' y a la 'ley'.

En el caso del escritor Francisco Ballovera, que es originario de la isla de Annobón, aunque ha pasado la mayor parte de su vida en la isla de Bioko; éste se acercó el pasado 22 de julio a la Comisaría Central de Malabo, conocida como Guantánamo, a llevar comida y agua a sus paisanos. Terminada la visita, sin previo aviso fue retenido en la salida y está preso desde entonces.

No es extraño que se acercara a la comisaria, ya que se tratan de sus vecinos y familiares, y como recuerda Daniel Janse -seguimos con la literatura- en su novela “Black Beach”, la comisaría de «Guantánamo está cerca de la ciudad, es fácil para los familiares y amigos de los prisioneros visitarla, trayendo comida, agua y cigarrillos».

Pero ¿Guantánamo? El nombre es una referencia popularmente asentada. Así, un año antes, elDiario.es publicaba cómo «la escritora y activista Trifonia Melibea Obono fue detenida por la policía de Guinea Ecuatorial (…), pero nadie se dio cuenta de ello. La ingresaron en la sede del Ministerio de Seguridad, un sitio con tan pocas garantías que allí todo el mundo la llama Guantánamo».

Son múltiples los relatos. El escritor y cooperante Alberto Quintana cuenta cómo al ir a indagar a finales del 2017 por la situación del dibujante Ramón Esono que había sido detenido arbitrariamente la tarde previa: «Cuando a la mañana siguiente regresamos a Guantánamo, como era fácil de prever, no nos permitieron verlo. Solo pudo pasar un momento su hermana para entregarle algo de comida. En el cuarto donde esperamos había un policía tumbado y vi pasar una rata grande. Después me preguntaron si no me había fijado en las manchas de la pared. Parece que eran de sangre, pero yo no reparé».

Sea por el infausto recuerdo de su homónimo cubano, sea por castiza aliteración sonora vinculado el nombre a la arraigada costumbre guineoecuatoriana de decir ‘aguantando’ cuando de salud quebrantada se trata… la sabiduría popular se refiere a la Comisaría Central como ‘Guantánamo’.

Pero como fuera, en el descenso a los infiernos hacia el viejo presidio colonial de Black Beach, el primer paso es hacer unas noches… en Guantánamo.

¿Seguimos con el kafkiano proceso de Francisco Ballovera? «Oh soledad, soledad… tan trágica y tremenda soledad» publicaba Francisco Ballovera en la revista chilena “Mal de Ojo” hace unos años. Pero lamentablemente, Ballovera no está solo:

Con su inesperada privación de libertad se suma al confinamiento de los annoboneses que, por firmar una nota solicitando el respeto medioambiental en las obras de la isla de Annobón, habían sido detenidos unos días antes. Precisamente a ellos es que había llevado agua y comida momentos antes de su detención.

Francisco Ballovera, además de escritor, es sindicalista de la española Unión General de Trabajadores, ya que es empleado de la Oficina de la Cooperación de la Embajada de España en Malabo. Es miembro también de Somos Más, un colectivo dedicado a generar conciencia ciudadana cuya movilización más significativa fue la organización de donaciones de alimentos durante el confinamiento en la pasada pandemia. Y, desde hace años, es igualmente responsable del área de Cultura e Integración Étnica en el partido opositor Convergencia para la Democracia Social. Pero sobre todo es un poeta enamorado de su isla, a la que evoca en gran parte de su obra, y que se define a sí mismo como artista de la palabra: «soy un poeta que libera su alma prisionera mediante infinitos vuelos y cantos».

¿Seguimos? La lista de detenidos se incrementó los días siguientes, empezando por Paysa Eló Ayeto, cabeza visible de Somos Más y Ángel Obama Obiang Eseng, el abogado de ambos. No se trata de la primera visita de Ayeto a Guantánamo… Alberto Quintana lo recuerda igualmente en su libro, citándole: «la primera vez que me torturaron, (…) me preguntaron sobre ‘el atentado de Obiang’. Me llevaron a la Brigada Judicial, conocida como Guantánamo y en el sótano me colgaron de un andamio con unas cuerdas y empezaron a golpearme con todo lo que tenían a mano».

En esta ocasión, Human Rights Watch reportaba cómo «Al día siguiente, la policía detuvo por 48 horas, sin presentar cargos, al abogado de Ayeto, Ángel Obama Obiang Eseng, líder del partido opositor CPDS. Eseng también es el abogado del poeta detenido Francisco Ballovera Estrada y de varios ciudadanos detenidos por asistir a protestas en la provincia de Annobón».

Quien conoce el carácter bonachón y colaborativo del escritor Ballovera, no puede evitar personalizar su situación, especialmente por lo incomprensible que hubiera sido someter a castigos al buen samaritano cuando socorre al apaleado. Pero siendo un mal de muchos, las protestas -tibias por la incertidumbre- saltan de uno a otro, o se diluyen en la anónima masa de detenidos.

Así, el 24 de julio Human Rights Watch pedía «la liberación inmediata de Francisco Ballovera Estrada y de todos los ciudadanos detenidos arbitrariamente en relación con las protestas pacíficas en la isla de Annobón». A su vez, los escritores aglutinados en PEN América retomaban ese reclamo; «PEN América se une a Human Rights Watch (HRW) para pedir a las autoridades de Guinea Ecuatorial que liberen inmediatamente al poeta Francisco Ballovera Estrada, detenido arbitrariamente y sin cargos hace más de una semana».

Igualmente, desde -la no siempre segura- lejanía de España, diferentes facciones de opositores o el autoproclamado gobierno annobonés en el exilio hacían sus públicas denuncias. En la isla de Bioko, el opositor Convergencia para la Democracia Social y el colectivo Somos Más también levantaron la voz… con el resultado de la detención de Ángel Obama Obiang Eseng y de Paysa Eló Ayeto.

En el caso del escritor Ballovera esa cautelosa apatía choca con su anterior experiencia con los tribunales; ésta se remonta a 2017, por participar en una huelga general del Servicio Exterior español (no hay que olvidar que Francisco es ¿o era? empleado público de la Cooperación Española) para pedir la actualización de sus salarios congelados desde la crisis del 2008. Pese a ser aquella una huelga legal, Ballovera junto a otros compañeros fue duramente sancionado por las autoridades españolas. Finalmente, sendas juezas españolas resolvieron que esas sanciones eran improcedentes, y que -además de improcedentes- habían sido «asombrosamente desproporcionadas». Cerraron sus sentencias recalcando los «exiguos salarios» de los empleados de la Administración pública española en Guinea Ecuatorial. Tras las sentencias, se sucedieron preguntas parlamentarias por Francisco y sus compañeros y las tres principales centrales sindicales (UGT, CCOO y CSIF) en la administración española exigieron el cese del entonces Director de la Cooperación Española en Madrid… que casualmente poco después pasó a ocupar un puesto en una cómoda embajada española del norte de Europa.

Tal vez algún día, Francisco Ballovera cuente ese incidente en un poema. Y por cierto, lo de los «exiguos salarios» no ha cambiado. Pero sorprende que, si en aquella ocasión toda una maquinaria se puso en marcha para corregir una injusticia, cómo es que en ésta permanece muda.

No solo faltan reclamos, también escasea la información: ¿dónde están los presos? ¿dónde está el poeta Ballovera? La familia intuye que a 400km de su hogar, con un océano de por medio. El dibujante Ramón Esono, que en su febril productividad está elaborando también un cómic que incluye a Ballovera, cuenta en una viñeta que «inicialmente lo enviaron a la prisión de Black Beach, en Malabo, (...) a inicios de AGOSTO a la prisión de Oveng Azem, en la ciudad de Mongomo, donde permanece en detención en espera». Coincide con Amnistía Internacional que recogía en el correspondiente llamado a ‘acción urgente’ cómo a su colega Joaquín Elo Ayeto «inicialmente lo enviaron a la prisión de Black Beach, en Malabo, antes de trasladarlo el 13 de agosto a la prisión de Oveng Azem, en la ciudad oriental de Mongomo, donde permanece en detención en espera de juicio.»

Sin juicio, ni sentencia, “The Guardian” recordaba hace un mes que «Once cautivos están recluidos en la prisión de Black Beach en Malabo, una instalación notoria con reputación de abandono sistemático y brutalidad con los reclusos. Otras veintiséis personas, entre ellas el poeta y opositor Francisco Ballovera Estrada, están recluidas en otra prisión de la ciudad oriental de Mongomo, dijeron dos fuentes, y según un activista se les ha negado el acceso a sus familiares y a sus abogados».

No es de extrañar: Alberto Quintana contaba refiriéndose a la experiencia del pintor Esono que «Para ser sincero, yo nunca creí que lo que fuera al final a liberar a Ramón fuese el procedimiento jurídico. ¿Cómo confiar en procedimiento jurídico en un Estado donde la justicia es una ficción legal y la única ley válida “lo que diga El Jefe”?». Premonitoriamente, en abril de 2010 Francisco Ballovera publicó “Prisión” en el primer número de la revista “Atanga” editada por la dupla de Centros Culturales de España en Guinea Ecuatorial:

«Hoy he sentido. He sentido en el fondo de mi alma la esencia de mi existencia en este mundo. He sentido y he visto que mi presencia en este mundo es una melancolía. Brutal y áspero para las flores de mayo y octubre. Dogma y sutil de Dios que vela por el espíritu que en mí prospera. He visto asimismo anidar búhos y murciélagos en los ojos y en la chaqueta del déspota. ¡Tírame!, tirano, de la lengua que me muera de tétano».

O tal vez no era profético… y tan sólo reproducía su vivencia personal en lo que Ramón Esono llamó «la cárcel más grande» al quedar en libertad tras medio año en la prisión de Black Beach.

sábado, 28 de diciembre de 2024

La aterradora historia

Hace unos meses publicábamos sobre un poeta de Santa Isabel que acabó en un campo de concentración...

Hoy le toca a otro, y su relato nos llega desde Colombia, con "La aterradora historia de Francisco Ballovera, un escritor que no sabe por qué está encarcelado en Guinea Ecuatorial" por Johari Gautier Carmona en Panorama Cultural:

La célebre obra “El proceso”, de Franz Kafka, se queda pequeña ante el caso de este autor africano. La realidad del país tropical no tiene compasión con sus ciudadanos, ni siquiera para los que propugnan el amor a las letras y hablan desde las ideas. Tampoco les ofrece una tregua para creer en algo mejor y esperanzador.


El relato es el siguiente:

Hay países en los que llegar a la cárcel, puede ser lo más parecido a una lotería nefasta. Una concatenación de situaciones incomprensibles, injustas, sin sentido y sin justificación. Guinea Ecuatorial podría ser un buen ejemplo y el escritor Francisco Ballovera el hombre desafortunado (y desoído) de esta historia. 

La célebre obra “El proceso”, de Frantz Kafka, se queda pequeña ante el caso de este autor africano. La realidad del país tropical no tiene compasión con sus ciudadanos, ni siquiera para los que propugnan el amor a las letras y hablan desde las ideas. Tampoco les ofrece una tregua para creer en algo mejor y esperanzador. La dictadura en la que está inmersa Guinea Ecuatorial es ciega, desalmada y terriblemente longeva.

El arresto de Francisco Ballovera Estrada se produjo el 22 de julio del 2024, cuando el poeta acudió a la Comisaría Central de Malabo –también conocida localmente como “Guantánamo”– para llevar comida y agua a unos protestantes encarcelados que habían firmado una carta en la que rechazaban explícitamente el uso de dinamita por parte de la empresa SOMAGEC en la isla de Annobón (para la construcción de una carretera a la cual se han opuesto numerosos habitantes debido al deterioro que han sufrido sus viviendas).

Francisco Ballovera realizó su visita en el periodo estipulado, sin ir en contra de las reglas de la institución, pero el escritor fue detenido ese mismo día por la Gendarmería Nacional sin que se aportaran mayores explicaciones. Enseguida, voces disidentes apuntaron al perfil sindicalista o político del arrestado. Ballovera es, efectivamente, miembro del Ejecutivo Nacional del partido “Convergencia para la Democracia Social” (CPDS), sindicalista de la organización española Unión General de Trabajadores, y empleado de la Oficina de la Cooperación de la Embajada de España en Malabo. Pero otras voces enfatizaron también su origen annobonés como motivo de su arresto. Es el caso reciente de la escritora Trifonia Melibea quien escribió el 15 de noviembre en sus redes sociales –coincidiendo con el Día Internacional del Escritor en Prisión (Writers Prison Day)–, que el escritor Francisco Ballovera “está encarcelado por ser annobonés (minoría étnica) y guineoecuatoriano consciente”.

La idea de una supuesta independencia de Annobón, promovida desde distintos círculos, ha sido motivo de tensión entre el gobierno central en Malabo y la isla de Annobón. Evidentemente, en un régimen como el de Guinea Ecuatorial, en donde la libertad de expresión es casi inexistente (según los informes de Amnesty International y Reporteros sin fronteras, Guinea Ecuatorial ocupa el puesto 120 de 180 países en temas de libre expresión), cualquier crítica o denuncia procedentes de territorios periféricos, como Annobón, pueden ser etiquetados como subversivos o malintencionados.

A nivel local, muchas detenciones pasan desapercibidas o se ven silenciadas por el miedo persistente y tenaz. Pocas se ven respaldadas a nivel internacional, como sucedió con el dibujante Ramón Esono en 2017 quien se benefició -en palabras de Amnistía Internacional[1]- de una “coalición mundial” compuesta por cientos de artistas, activistas y organizaciones dedicadas a proteger la libertad artística, la libertad de expresión y otros derechos humanos. 

En el caso de Francisco Ballovera, el ruido de su encarcelación llegó a mediatizarse gracias al pronunciamiento de Human Rights Watch que pedía «la liberación inmediata de Francisco Ballovera Estrada y de todos los ciudadanos detenidos arbitrariamente en relación con las protestas pacíficas en la isla de Annobón». Poco después, los escritores reunidos en PEN América retomaron ese reclamo y solicitaron su liberación: «PEN América se une a Human Rights Watch (HRW) para pedir a las autoridades de Guinea Ecuatorial que liberen inmediatamente al poeta Francisco Ballovera Estrada, detenido arbitrariamente y sin cargos hace más de una semana». Y, sin embargo, el silencio volvió a imponerse después de manera estruendosa.  

Preguntado acerca de estas últimas encarcelaciones del régimen de Guinea Ecuatorial, el escritor ecuatoguineano Donato Ndongo nos respondió con términos contundentes. “Por desgracia, no son únicos ni excepcionales los casos de Ramón Esono y Francisco Balloverra. El régimen no tolera ninguna discrepancia, por nimia o comedida que sea, sobre todo si proviene de los que ellos consideran "intelectuales". Como he recordado a menudo, el actual es mera continuación del régimen represor instalado en Guinea Ecuatorial desde la independencia en 1968. No olvidemos que Teodoro Obiang Nguema era, de hecho, el número dos del Francisco de Francisco Macías, su brazo ejecutor de cuantos crímenes se cometieron en la isla de Bioco. Los detalles están en mi libro Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial.” 

Donato Ndongo, autor de obras literarias imprescindibles para conocer la Guinea Ecuatorial actual, ésa que nació con las independencias africanas y cayó en una deriva autoritaria que todavía sigue sin resolver, vive exiliado en España desde el año 1994 debido a su oposición al gobierno de Teodoro Obiang. Desde su llegada a la Península Ibérica, nunca ha dejado de denunciar la tiranía de un país que exporta forzosamente a quienes piensan diferente. “Yo mismo tuve que salir de mi país porque me amenazaron de muerte –explica Donato–. No se atrevieron a encarcelarme por ser más conocido internacionalmente y porque, en aquel momento, era delegado de la Agencia EFE. Desde la independencia, son incontables los casos de personas como Ramón y Paco, encarceladas o asesinadas injustamente: abogados, médicos, artistas, profesores, maestros... Desde el filólogo Manuel Castillo Barril (annobonés como Paco Ballovera) a médicos como Elías Maho Sicachá”.

Cinco meses después de su encarcelación, el ruido entorno al escritor Francisco Ballovera ha decrecido notablemente. La atención se ha difuminado. Y ese olvido también es sinónimo de sufrimiento. Sabemos gracias a las respuestas de unos allegados –que mantienen el anonimato bajo el nombre de “Colectivo Biafra”– que Francisco Ballovera ha pasado por tres instituciones carcelarias: la Comisaría central de Malabo en donde estuvo retenido durante un mes, luego, fue trasladado a la prisión colonial de Black Beach, y finalmente, llegó a la prisión Oveng Azem, donde permanece todavía hoy. Ese recorrido sin sentido, ambiguo e insensible, es el método que emplea el gobierno para mantener a los detenidos fuera de la atención pública, pero también con el fin de mantenerlo sumergido en un proceso inentendible, sin juicio al horizonte: al igual que “El proceso” de Kafka. Nadie sabe claramente por qué Ballovera está detenido. Ni siquiera él mismo, y esto se produce porque las autoridades saben jugar dolorosamente con los escenarios, los tiempos y los silencios.

Ninguno de los lugares mencionados nos permite augurar un buen trato. La Comisaría central de Guinea Ecuatorial se ha ganado el apodo de “Guantánamo” por el maltrato dado a los detenidos. En un informe de Amnistía Internacional del año 2021[2], se describe la prisión de Black Beach (o Playa Negra) en Guinea Ecuatorial como un “escondite” o “un agujero” en el que la humedad causada por la proximidad del mar hace que los prisioneros vivan en condiciones infrahumanas. Además, el hacinamiento y las torturas frecuentes la convierten en un auténtico infierno. El centro penitenciario Oveng Azem es el más reciente de los tres. Fue inaugurado con bombos y platillos en 2018[3], como si de una catedral o biblioteca nacional se tratara, para reforzar la imagen de un régimen inquebrantable. El jefe de Estado, Obiang Nguema, acudió a la ceremonia junto a su esposa y, en aquel entonces, la prisión construida por la empresa Blue Skies Word fue descrita como el centro penitenciario más moderno del mundo. A fecha de hoy, la modernidad de las instalaciones no se cuestiona, pero sí los tratos a los recluidos. Una de las más recientes denuncias de torturas y excesos que involucra a la cárcel de Oveng Azem se produjo en enero del 2023 con la muerte del opositor Julio Obama Mefuman[4], de 61 años, quien había sido secuestrado en 2019 junto a otros tres opositores en Sudán del Sur y llevado a la fuerza hasta Guinea Ecuatorial donde se denunciaron reiteradas torturas antes de su condena a prisión de por vida bajo la acusación de intento de golpe de estado y terrorismo. Se llegó a confirmar que un hijo del jefe de Estado estaba involucrado en la tortura[5].

Las circunstancias de este rapto siguen investigándose. Familiares de los otros secuestrados que acompañaban a Julio Obama y que siguen en vida, permanecen a la espera de noticias. De hecho, el periódico El País publicó un documental[6] en diciembre del 2024 que revela los métodos y engaños empleados por el régimen ecuatoguineano para acabar con los opositores. Los periodistas no dudaron en tildar esta persecución de “cacería criminal” orquestada por el dictador de Guinea Ecuatorial.

La situación carcelaria en Guinea Ecuatorial es explosiva y preocupante. En realidad, Guinea se ha convertido en una gran cárcel a cielo abierto. A modo de ilustración, la jurista y activista guineana Luzmila Ondo Bise explicó en una entrevista reciente que el uso desmedido de la represión afectaba particularmente a los hombres y era una clara forma de silenciar a familias y poblados enteros. Llegó incluso a expresar que: “Casi la mitad de la población masculina de Guinea Ecuatorial está encarcelada o ha tenido que huir del país”[7], como resultado de una política sistemática de silenciamiento.   

En este contexto, y dado el tiempo transcurrido, sólo podemos desear que el silencio se rompa y que el poeta Ballovera, al igual que los demás arrestados, puedan expresarse, contactar a sus seres queridos y defenderse. A Francisco Ballovera no le han dicho por qué permanece encerrado, aunque él intuye que fue por llevar comida y agua a sus paisanos presos. Pero entonces, ¿quién llevará comida y agua al propio Paco? ¿Quién se atreverá, en ese régimen del miedo, a preguntar por los motivos de su arresto?

Y también: ¿Cómo aportarle humanidad a este eterno “Proceso” que vive Guinea Ecuatorial?

 

Johari Gautier Carmona  

@JohariGautier

 

Nota del autor: En 2021, el escritor ecuatoguineano Francisco Ballovera publicó los cuentos “La rana camuflaje y la abuela Mémvè De Ôkêtê” y “La niña que soñaba con los ángeles” en PanoramaCultural.com.co. Tres años más tarde, en agosto y octubre 2024, el colectivo Biafra se puso en contacto con la redacción del periódico en busca de apoyo solidario. El correo recibido transmitía el desespero del autor encarcelado. A raíz de estos estos contactos, y viendo que la situación no parecía resolverse, realicé algunas entrevistas y una investigación que concluyeron con este reportaje.

 

Referencias: 


[1] Amnistía Internacional. “Guinea ecuatorial: Ramón Esono, excarcelado”. 8 de marzo del 2018. https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/noticias/noticia/articulo/guinea-ecuatorial-ramon-esono-excarcelado/

[2] Aministía Internacional. “El infierno viviente de los prisioneros desaparecidos de Guinea Ecuatorial y sus familias”. 23 de junio del 2021. Ver: https://www.amnesty.org/en/latest/campaigns/2021/06/the-living-hell-of-equatorial-guinea-missing-prisoners/ 

[3] PDGE. “El presidente inaugura el centro penitenciario de Oveng Ansem”. Guinea Ecuatorial. Julio 2018. Ver: https://www.pdge-guineaecuatorial.com/carcel-inauguracion-obiang-nguema-mbasogo/

[4] Euronews.com. “Guinea Ecuatorial | Muere en prisión un opositor español a la dictadura de Obiang” . Enero del 2023. Enlace directo: https://es.euronews.com/2023/01/16/guinea-ecuatorial-muere-en-prision-un-opositor-espanol-a-la-dictadura-de-obiang

[5] El País. “Muere uno de los opositores españoles a Obiang preso en una cárcel de Guinea Ecuatorial “. Madrid, España. Enero del 2023. Enlace directo: https://elpais.com/espana/2023-01-15/muere-uno-de-los-opositores-espanoles-a-obiang-preso-en-una-carcel-de-guinea-ecuatorial.html  

[6] El País. “OBIANG: La cacería criminal del dictador de Guinea Ecuatorial | Documental EL PAÍS”. Madrid, España. Diciembre del 2024. Enlace directo: https://www.youtube.com/watch?v=fJcL-7snWgA  

[7] Real Politik. “Luzmila Ondo Bise: "La mitad de la población masculina de Guinea Ecuatorial está encarcelada"”. Argentina. Diciembre del 2024. Enlace directo: https://realpolitik.com.ar/nota/62354/luzmila-ondo-bise-la-mitad-de-la-poblacion-masculina-de-guinea-ecuatorial-esta-encarcelada/

jueves, 19 de diciembre de 2024

Vamos a por medio año de prisión del escritor Francisco Ballovera...

Hace unos meses publicábamos sobre un poeta de Santa Isabel que acabó en un campo de concentración... Hoy le toca a otro:


Desde Chile, la revista "Mal de Ojo" publicaba meses atrás

Hace unos días nos llegó la noticia de que uno de nuestros colaboradores de Guinea Ecuatorial fue apresado cuando llevaba agua y comida sus paisanos detenidos en la Comisaría Central (conocida popularmente como Guantánamo) en Malabo.

 


Desde Colombia, difunden "La aterradora historia de Francisco Ballovera, un escritor que no sabe por qué está encarcelado en Guinea Ecuatorial" por Johari Gautier Carmona en Panorama Cultural:

La célebre obra “El proceso”, de Franz Kafka, se queda pequeña ante el caso de este autor africano. La realidad del país tropical no tiene compasión con sus ciudadanos, ni siquiera para los que propugnan el amor a las letras y hablan desde las ideas. Tampoco les ofrece una tregua para creer en algo mejor y esperanzador.

 

Rebelión,org, enfatizaba:

Hay países en los que llegar a la cárcel, puede ser lo más parecido a una lotería nefasta. Una concatenación de situaciones incomprensibles, injustas, sin sentido y sin justificación. Guinea Ecuatorial podría ser un buen ejemplo y el escritor Francisco Ballovera el hombre desafortunado (y desoído) de esta historia.

 

Incluso -tímidamente- Radio Macuto se atrevía a publicar desde su exilio: 

(...)

Ballovera, Paysa, Jeronimo, Andony mi GrandFrend, Anacleto y todos los de Annobon… Occidente indiferente

(...).


A su vez, el portal Africanidad, nos recuerda el texto "Prisión" de Paco, en el artículo "Francisco Ballovera sigue en prisión sin motivo alguno":

Hoy he sentido. He sentido en el fondo de mi alma la esencia de mi existencia en este mundo. He sentido y he visto que mi presencia en este mundo es una melancolía. Brutal y áspero para las flores de mayo y octubre. Dogma y sutil de Dios que vela por el espíritu que en mí prospera. He visto asimismo anidar búhos y murciélagos en los ojos y en la chaqueta del déspota. ¡Tírame!, tirano, de la lengua que me muera de tétano.

 

Y desde España, el noticiero de ASODEGUE recordaba hace un tiempo:

Y, así, Francisco Ballovera, que además de poeta es empleado de la Cooperación Española en el país y sindicalista de la española Unión General de Trabajadores (UGT), lleva meses de prisión por llevar agua y comida a sus paisanos.. 





martes, 15 de octubre de 2024

Lectura contra la amnesia de la colonización

En Novelas contra la amnesia de la colonización, Lucía Hellín Nistal recomienda 3 (ó cuatro) lecturas imprescindibles contra la desmemoria colonial. Te compartimos el fragmento más vinculado a Guinea Ecuatorial, pero no dejes de leer el artículo completo con las «historias que recorren tres novelas y un ensayo que, desde distintos ángulos, inciden en las raíces colonialistas imperialistas españolas, tan borradas desde un presente con amnesia selectiva que sirve para justificar el expolio y la violencia del imperialismo actual. Cuatro textos y cuatro autores que merece la pena recorrer, especialmente en estos días que rodean la celebración patria del 12 de octubre que con himnos y banderas tapa ese origen sangriento y exige silencio mientras la Unión Europea -y el gobierno del Estado español- se arma hasta los dientes, protege e incentiva a sus empresas extractivistas por el mundo, militariza las fronteras y mantiene los pactos con el estado genocida de Israel»:

Los poderes de la tempestad

Donato Ndongo es uno de los escritores ecuatoguineanos más conocidos internacionalmente, impulsor del africanismo en España, periodista, historiador, antiguo director del Colegio Mayor África de Madrid o el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Murcia. Desde cada uno de estos ámbitos el centro de su trabajo ha estado en la denuncia del colonialismo español sobre Guinea Ecuatorial, y la relación de ese pasado con el difícil presente del país tras su independencia, precisamente un 12 de octubre, en 1968. Es este impulso el que dio vida a la novela Los poderes de la tempestad (Sequitur, 2022), publicada originalmente en 1997, reeditada en 2014 y de nuevo hace un par de años, con intacta vitalidad.

Se trata del segundo libro de una trilogía hasta que comenzó en 1987 con la conocidísima novela Las tinieblas de tu memoria negra (Sequitur, 2022). En Los poderes de la tempestad se relata el regreso a Guinea Ecuatorial de un joven tras pasar varios años formándose como abogado en España. El viaje, que realiza junto a su mujer española y su hija, se convierte pronto en una pesadilla expuesta a través de descripciones que no eluden la podredumbre más absoluta: “entre patas de mono sanguinolentas, bananas podridas y antílopes rebozados en un enjambre de moscas”; a la vez fotografía y metáfora de la decadencia y el dolor de los fusilamientos, la tortura y la cárcel que van apareciendo a lo largo de las páginas de la novela.

El propósito del protagonista era contribuir a la mejora de la situación del país, tomado por la dictadura de Macías tras un dudoso proceso de independencia de la España franquista. Pero el abogado se enfrenta nada más llegar a una distancia con una tierra de la que comenzó a ser alejado aún antes de abandonarla mediante una educación colonial católica, acrecentada durante sus años en Madrid, que ahora explota ante un país destrozado y extraño:

“Dios mío, ayúdame a sobrevivir en este mundo que es el mío pero que ya se me escapa como si no fuera el mío, tengo tanta confusión en mi alma como si me despertara de repente en una tierra ajena, mi mentalidad ha cambiado tanto que ya no me reconozco como negro, como bantú, como africano, como guineano nacido en la misma tribu, en el mismo clan, en el mismo poblado, entre la misma gente que el primo Mbo”.

La primera persona de la narración expresa esta distancia y también la sorpresa ante el cierre informativo: “¿No llegan a España noticias de Guinea? ¿No sabéis allí que esto se ha convertido en un infierno?”. Se mezcla, sin embargo, con el relato en segunda persona que parece dirigirse directamente al protagonista, o tal vez al lector, haciendo su sufrimiento nuestro y nuestra su obsesión por dar a conocer la historia de su tierra.

Y siguen sin llegar noticias, por eso tal vez no habrás leído que ahora mismo el presidente Obiang, en el cargo desde 1979, está dirigiendo una gran represión contra la provincia de Annobón, una pequeña isla donde se levantan contra la destrucción de sus tierras por parte de empresas y multinacionales con las que el dictador mantiene acuerdos.

domingo, 11 de agosto de 2024

Cuenta Nicolás Sesma...

¿Habéis leído Ni una, ni grande, ni libre de Nicolás Sesma?

Es interesante... y, para variar, el siempre ignorado territorio ecuatorial se cuela en algunos de sus párrafos:

Lejos, muy lejos de una neutralidad defendida a capa y espada, Franco y la dictadura llamaron por lo tanto insistentemente a las puertas de la beligerancia. Por añadidura, esta decisión generaba ya, al contrario que en el caso italiano, un consenso muy amplio entre la élite política y militar del régimen, cuya visión del conflicto había cambiado radicalmente con la debacle francesa. No en vano, el decreto que establecía el paso a la «no beligerancia» se presentó en el Boletín Oficial del Estado como fruto de un «acuerdo del Consejo de Ministros». Recogiendo el sentir de algunos altos mandos -como los generales Carlos Martínez Campos y Alfredo Kindelán, por entonces capitán general de Baleares- el único que continuó expresando sus reservas fue Salvador Moreno, titular de la decisiva cartera de Marina. Sin duda, por su experiencia en el crucero Canarias durante la contienda española, Moreno sabía que resultaba mucho más sencillo masacrar civiles indefensos en la carretera de Málaga a Almería, bien protegido por los acorazados y submarinos alemanes e italianos, que enfrentarse junto a ellos a la poderosa Marina Real Británica.

Los objetivos que se perseguían con una hipotética entrada en la guerra europea eran compartidos por el conjunto de la coalición nacionalista. La reclamación de «Gibraltar [...] la unión de Marruecos bajo su protectorado [...] el Oranesado; la ampliación del Sáhara español y la ampliación de sus posesiones del Golfo de Guinea» entroncaban perfectamente con las aspiraciones coloniales, tanto conservadoras como regeneracionistas, del primer tercio del siglo XX. Al mismo tiempo, esta ambición expansionista proporcionaba una vía de entendimiento y colaboración entre el Ejército como institución y FET-JONS como partido único, al fusionar el africanismo castrense con la voluntad de imperio del falangismo.

[...]

Apenas unas semanas después de Pearl Harbor, un incidente naval puso definitivamente en evidencia que la España franquista iba a permanecer, salvo que recibiera un ataque directo, fuera de la guerra. En enero de 1942, un comando británico llevaba a cabo en el puerto de Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo de la Guinea Española -en la actualidad, Malabo, Bioko y Guinea Ecuatorial-, una operación para hacerse con el control de dos barcos alemanes y uno italiano, allí anclados y sospechosos de participar en el abastecimiento de submarinos para el duelo en el Atlántico. Antecedente de las célebres acciones de sabotaje en Noruega y otros escenarios de la guerra, la audacia de los protagonistas, entre los que se contaban varios republicanos exiliados, hizo que Ian Fleming, por entonces asistente de la División de Inteligencia Naval, se inspirara en ellos para la creación del personaje de James Bond.

Menos entusiasmado con esta flagrante violación de la no beligerancia y la soberanía españolas se mostró, lógicamente, Serrano Suñer, que calificó lo sucedido, según las fuentes británicas, como un acto de piratería intolerable y advirtió que podrían ser las armas las que hablaran en respuesta. De hecho, en muchas otras ocasiones -como con el hundimiento del Maine y del transatlántico Lusitania- había sido precisamente un conflicto naval el desencadenante o la excusa que habían conducido a una declaración de guerra. Sin embargo, y a pesar de las protestas italianas y alemanas, las autoridades franquistas no pasaron de la gesticulación. Era una situación muy similar a la que se produjo durante la primera guerra mundial, cuando los barcos mercantes españoles eran atacados por los contendientes y el gobierno español amenazaba con la beligerancia, para a continuación reconocer que, sencillamente, carecía de los medios necesarios para ejercer represalias.

[...]

Del mismo modo, por su origen y praxis africanista y fascista, renunciar a sus escasas posesiones coloniales suponía admitir oficialmente la derrota definitiva de su «voluntad de Imperio», pero no hacerlo comprometía igualmente la veracidad de su discurso de la «tradicional amistad hispano-árabe» y la «hermandad hispano-marroquí». Y es que estos hermanos se habían también cansado de ser tutelados como menores de edad -literalmente en el caso de la Guinea Española, gracias a la doctrina del homo infantilis-, y reclamaban ahora su emancipación nacional.

[...]

Así las cosas, en las certeras palabras de Rosa Pardo, mediados los años cincuenta «la diplomacia española carecía de proyecto: era una madeja de iniciativas grandilocuentes, sobre un discurso de férreo anticomunismo como base, que se combinaban con bandazos estilo “Tercera Vía” (derivados del nacionalismo falangista y del resentimiento generado por el aislamiento), siempre sobre el cimiento de la confianza generada por los Pactos de 1953. Esta politique de grignotage (como la calificaba el servicio exterior francés) [...] no facilitaba el acercamiento a Europa Occidental». Carencias estratégicas y falta de coordinación con la otra metrópoli europea implicada, en este caso Francia, presidieron efectivamente el proceso de descolonización de Marruecos. En febrero de 1956, según lo dispuesto en la Carta de las Naciones Unidas, España fue oficialmente preguntada por Dag Hammarskjöld acerca de la existencia de territorios no autónomos que se encontraran bajo su administración. Sin que se tratara de un homenaje a la nacionalidad del secretario general, el régimen franquista optó por hacerse el sueco y ordenó a José Félix de Lequerica que tratara de ganar tiempo y dilatara al máximo su respuesta. De haberla preparado en tiempo y forma, el delegado español habría informado de que, en aquellos momentos, las colonias controladas desde Madrid se dividían en tres grandes áreas jurisdiccionales. En primer lugar, estaba la ya citada Guinea Española, que comprendía la isla de Fernando Poo y la zona continental de Río Muni. Unos territorios organizados para la sistemática extracción de sus recursos -productos forestales, bananos, café, cacao y aceite de palma- mediante el trabajo forzoso de la población nativa y de braceros nigerianos, gestionados según el clásico modelo hispánico de concesiones administrativas y delegación en la Iglesia católica, que había establecido un sistema segregado a través del llamado Patronato de Indígenas. La máxima autoridad recaía en el Gobernador General, cargo que durante este periodo fue ocupado sucesivamente por los almirantes Faustino Ruiz González y Francisco Núñez Rodríguez. Un reflejo de la importancia que tenía esta colonia para la Armada, ya que le permitía justificar el incremento de sus partidas en el presupuesto nacional.

[...]

la dictadura alternó nuevamente la realidad práctica con el deseo oficial. De esta forma, desde Exteriores se advirtió que el proceso de descolonización era inexorable, y que oponerse al mismo podía provocar una nueva marginación internacional, además de impedir que pudiera resolverse favorablemente la cuestión de Gibraltar, perfilada ya como una de las prioridades de Fernando M. Castiella. A pesar de ello, Presidencia siguió adelante con su política de «provincialización», en línea con lo intentado por Francia en Argelia y por el Portugal de Salazar en Angola, Mozambique y Guinea-Bisáu, que consistía en presentar las colonias como parte indisociable del territorio nacional, como trató de escenificar con el cambio de denominación de la Dirección General de Marruecos y Colonias, convertida en Plazas y Provincias Africanas desde agosto de 1956. 

En consecuencia, cuando ya no pudo retrasarse más la respuesta a la Secretaría General de la ONU, se ordenó a Lequerica que comunicara que España no administraba posesiones coloniales, al tiempo que se favorecían las posiciones galas y lusas en las votaciones de la Asamblea General. El propio Franco, que valoraba enormemente la conexión hispano-portuguesa, bendecía de hecho esta postura en sus intervenciones, como en el discurso pronunciado ante las Cortes con motivo de los veinticinco años de su acceso al poder, en el que se refería a la colonización como “una tarea civilizatoria de los más nobles cometidos [...] deberes de los pueblos que poseen un nivel cultural más elevado y disponen de medios suficientes [...]. La independencia ha de ser un fruto maduro, que se desprende sin violencias ni traumatismos llegada la mayoría de edad [...]. Y esto lo proclama una nación que ha dado vida a veinte naciones, que se desgajaron un día del árbol nacional [...]. Nuestra posición en este orden es bien clara. El separar ese proceso natural de mayoría de edad [...] de las alteraciones artificiales creadas de fuera a adentro, sostenidas por el comunismo”.

Sin embargo, en la práctica, por mucho que fuera a regañadientes, con amenazas y retrasándolo lo más posible, la dictadura franquista siempre dio su brazo a torcer, y nunca estuvo dispuesta a tensionar una situación hasta el punto de volver a provocar una nueva guerra. En ello jugaron otra vez un papel fundamental algunos miembros de la clase dirigente, que trabajaron en la dirección adecuada por iniciativa propia, incluso a costa de retorcer las indicaciones recibidas del mismo Consejo de Ministros. Tal fue el caso de José Félix de Lequerica, que, en contacto directo con Castiella, sobrepasó en varias ocasiones las instrucciones del gobierno y ganó tiempo y crédito político al proporcionar información bajo mano a la Secretaría General de la ONU, y todo ello siempre «en servicio de España y del Caudillo». Así las cosas, en 1960 se aceptó finalmente participar en la Comisión de la ONU para la Información sobre los Territorios no Autónomos, en 1962 Presidencia asumió una orientación basada en el reconocimiento del autogobierno, en 1963 se sometió a referéndum un régimen de autonomía para Guinea, en vigor desde el año siguiente y que sirvió como preludio a la independencia del país en octubre de 1968 -la dictadura de Francisco Macías Nguema se instauró pocos meses después-, mientras que en junio de 1969 se culminó la llamada «retrocesión» de Ifni al reino de Marruecos.

[...]


miércoles, 24 de julio de 2024

Buena cara

Apenas hace un par de días publicábamos sobre un poeta de Santa Isabel que acabó en un campo de concentración... 

Hoy le toca a otro:

Paco es una persona afable. Sólo le veréis apretar la quijada si percibe una injusticia. Incluso cuando vive un contratiempo en primera persona procura ser conciliador y con cierta resignación como el buenazo de Job.

Ayer, cuando llevaba comida y agua a sus paisanos y familiares annaboneses presos en Malabo, el gendarme de turno le retuvo y está detenido desde entonces. 

Peticiones de explicaciones, apelaciones a sus problemas de salud o las gestiones de su empleador (Paco trabaja para la Oficina de Cooperación de la Embajada de España) han sido infructuosas. 



¿Sabéis que Paco es escritor? Hace unos años escribía: «“…A mal tiempo buena cara…” ni leches y al que dijo eso, cariñosamente lo digo: que le jodan». No estaba pensando en la injusticia propia, sino en la ajena. Precisamente en la que lastra el crecimiento de las nuevas generaciones de Annobon.

Gutí-Fôgo Badjá Toib, que es el nombre de Francisco Ballovera Estrada en su lengua materna, está privado de libertad por dar de comer al hambriento. Veamos si le hacen un patético montaje como al dibujante Ramón Esono o le encierran sin cargos 365 días como a "Paysa", Joaquín Elo Ayeto, por contar un mal y escueto chiste en público... 




No olvidemos tampoco la vivencia de "Jamín Dogg", Benjamín Ndong, quien fue detenido por dedicarle una canción a los taxistas en huelga; tuvo suerte, ya que su prisión fue breve y prácticamente no le torturaron.

Para ser un país sin librerías, parece que le tienen ganas a los escritores... y si no, que le pregunten a Trifonia Melibea Obono.

Pero si queréis saber más sobre Paco, podéis adquirir su última obra aquí.

domingo, 21 de julio de 2024

El cartero poeta

Contaba Juan Rodríguez Doreste en su vivencia de confinamiento en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando que «Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora. (...) Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu. Venían funcionarios caracterizados: el tesorero de Hacienda, el jefe de Correos, el jefe de la Policía gubernativa, el comisario López García, pintoresco personaje, realmente detenido por error, pues no era ni chicha ni limonada, dependientes de la Curaduría, algunos profesionales, cultivadores y finqueros, escritores, un excelente poeta, etc. y la totalidad de la tripulación del Fernando Poo».

Sobre los funcionarios de correos José Lizcano Barco e Isidro Álvarez Martínez, ya hemos desarrollado un par de paseos por este recorrido en la calle 19 de septiembre de Santa Isabel.

Pero sobre Luis Buelta Saura, el cartero destinado en Santa Isabel, apenas un párrafo:

...adscrito a la oficina de Correos en Santa Isabel, para el que el fiscal pedía cadena perpetua, pesó mucho su compromiso con el semanario El Defensor de Guinea. Como La Guinea Española relataba en su edición del 21 de mayo de 1939, «llegó afortunadamente en 19 de septiembre de 1936 el alzamiento nacional en esta isla, y los Sres. Buelta, Gay, Robles y demás comparsa del Frente Popular fueron retirados de la circulación; y por tanto, muerto y sepultado EL DEFENSOR DE GUINEA, y la imprenta del Sr. Robles incautada por el nuevo Estado...», por lo que finalmente fue condenado a 10 años de prisión.
 
Rodríguez Doreste sí le dedica algo de atención: «Otro sensible poeta, antiguo jefe de Correos de Guinea, Luis Buelta, nos leía también sus composiciones líricas. Los cinco vates de la prisión: Luis Buelta, Antonio Alfonso, Luis Gálvez, que estuvo preso en Tenerife, Rafael Rodríguez Delgado y José Antonio Rial,-que ha publicado en Venezuela sus memorias de la prisión de Fyffes bajo forma novelada- recogieron años después en un precioso tomito, cuidado y editado por Rafael con verdadero primor, algunos de sus poemas de presidiarios».

El cartero poeta, no era un desconocido en la isla. No podría ser de otra forma, si como razona M. López Vicario en En Guinea Ecuatorial, historiando sus venturas y desventuras, «¿Qué hubiera sido del maestro, del médico, del practicante, del religioso, del cabo, del empresario, o del ciudadano, sin el servicio de Correos? El cartero, en Guinea, fue introductor de cultura, especialmente entre los que no tenían relación con los centros religiosos, de sanidad o de cultura, naciendo un sentimiento de curiosidad y simpatía hacia el cartero, que un día acercaría al nativo del más recóndito poblado, hacia ese medio que le facilitaría alguna de esas pequeñas cosas, que el nativo tanto valoraba. Mientras el maestro, médico o religioso, inspiraban respeto, el cartero infundía confianza y simpatía».

En el caso concreto del cartero Luis Buelta, éste contaba con arraigo familiar de años en la isla, como atestiguan las sentidas expresiones de apoyo que generò el fallecimiento de su padre, Luis Buelta Pagés.

Sobre su vocación literaria aludida por Rodríguez Doreste, ésta era de sobra conocida (y reconocida) en Santa Isabel, ya que precisamente a él le tocó recitar unos poemas de su autoría en alabanza de los expedicionarios de la mítica  Patrulla Atlántida que realizó el primer vuelo por etapas entre Melilla y Guinea Ecuatorial en un remoto 1926: En la Escuela Oficial de Niñas, «la Música, la Poesía, la Literatura y la Declamación tuvieron muy dignos representantes. (...) La poesía rayó muy alto en las composiciones de D. Luis Buelta, bien conocido del mundo artístico de la Colonia; (...). La declamación debió quedar muy satisfecha, al oír recitar y declamar a D. Antonio Balanza la poesía del Sr. Buelta».


¿Seguimos con su historia? Hoy subir al pico Basilé, se realiza en una cómoda carretera (tal vez el único problema sea el control de acceso desde Laka/Sipopo). Pero en esa época el viaje requería armarse de valor para una dura ascensión. En 1925 ocurrió el hecho sorprendente de averiguarse que el que el pico Santa Isabel (el hoy conocido como pico Basilé), el más elevado de la isla, al que se atribuían hasta entonces 2,850 m, de altitud, tenía en realidad 4,710 m, es decir, 1,860 m, más de lo que se suponía y constaba en los mapas. Y con esa "redefinición" de la altura del pico, la expedición se consideró con autoridad para rebautizarlo como pico España. 
La ascensión que dió lugar a ese descubrimiento contó con un Luis Buelta Saura de 24 años como uno de sus promotores e integrantes... y su relator: «Dos móviles primordiales nos llevaron a intentar la ascensión a la cumbre más alta de Fernando Poo: uno patriótico y otro científico. Incorporar de hecho la montaña a nuestra isla, explorándola en su mayor extensión posible divulgando sus características entre nuestros compatriotas, y bajar con datos fidedignos acerca de su flora, climatología, altitud, situación, etc. Han sido contadísimas las expediciones que se han llevado a cabo para escalar el formidable macizo fernandino, y casi todas ellas lo fueron por extranjeros, singularmente por los soldados y oficiales alemanes, internados del Camerón durante la guerra europea, El inconveniente más grave que se tropieza para efectuar la ascensión es la falta de agua, elemento que desaparece por completo a unas cuatro horas de Santa Isabel. Y también la carencia absoluta de caminos, hasta el punto de que nuestro viaje se llevó a término abriéndonos paso violentamente durante casi todo el trayecto, a través del bosque virgen que, contra lo que esperábamos, y destruyendo nuestras previsiones, se hacia más compacto e impenetrable al ganar en altura, Previa la autorización del excelentísimo señor gobernador interino de estos territorios, don Carlos Tovar de Revilla, quien dió toda clase de facilidades y elementos para que nuestro proyecto fuese una realidad lo más rápidamente posible, salimos de Basilé, poblado sit, a 450 m, de altura y a 8 kms. de la capital, en la madrugada del domingo 25 de octubre».
Una gran historia para le época, pese a que se equivocaran en la medición (hoy se sabe que son realmente 3,011 m). En su relato del ascenso, Buelta tiene igualmente un cariñoso recuerdo por Antonio Copachito, de Zaragoza de Sampaka, y Guillermo Sipoto, de Botonó, los dos bubis que le acompañaron en el ascenso, pese al miedo por invadir las posesiones del dios Morimó.

Los periódicos españoles recibirán regularmente sus relatos no sólo de la ascensión al pico Basilé;  crónicas, novedades y relatos costumbristas de Santa Isabel están accesibles en las hemerotecas.

Por eso, no es de extrañar que -como escritor y cronista- fuera promotor el 1 de mayo de 1930 de "El Defensor de Guinea" junto a José Robles Diez, impresor de oficio. Desde "La Guinea Española" reconocerán que la iniciativa fue inducida y apoyada por el Superior Provincial de los claretianos en Banapá, ya que con esa nueva hoja bisemanal o diaria de noticias cubrirían sus promotores un servicio que ellos con su publicación misionera no podían ofertar. E incluso se les facilitó la imprenta monopol que Maximiliano C. Jones había comprado en 1924 a instancias del gobernador Barrera, y que tras pasar por diferentes dueños acababa de ser adquirida por los claretianos.

Fundador y Director: Luis Buelta,
dice la cabecera de "El Defensor de Guinea"


El nuevo periódico santaisabelino afirmaba ser  «ajeno a toda tendencia política y social» y su norma «la defensa de los intereses de nuestras colonias en el golfo de Guinea y cómo salvaguardar la acción colonizadora de España en estas posesiones». 

Todo parece indicar que durante los primeros años la alianza entre los dos periódicos funcionó, si bien se fue tensando al igual que el clima político en la península, hasta el 1 de mayo de 1936 (6º aniversario de la creación de "El Defensor de Guinea") en que se crea el Frente Popular de Fernando Póo. Lo crearán según la historiografía franquista «una docena de descontentos sin prestigio ni arraigo: un comerciante de Santa Isabel, don Jaime Gay Compte, hombre apasionado y violento; un contratista de Obras, José Serrano Roldán, aventurero procedente de Tánger, que había creado en la isla una logia llamada "Fernandina número 17", filial de otras de Valencia y Barcelona; un médico, Abelardo Lloret, y unos cuantos funcionarios de menor cuantía y colonos descalificados», estando los funcionarios de correos entre esos "funcionarios de menor cuantía".
En las sucesivas ediciones del bisemanal, se percibirá la sintonía entre el Frente Popular y "El Defensor de Guinea" por lo que con el triunfo del golpe de Estado en Santa Isabel, la imprenta será confiscada.

Como la propia revista "La Guinea Española" relataba en su edición del 21 de mayo de 1939, «llegó afortunadamente en 19 de septiembre de 1936 el alzamiento nacional en esta isla, y los Sres. Buelta, Gay, Robles y demás comparsa del Frente Popular fueron retirados de la circulación; y por tanto, muerto y sepultado EL DEFENSOR DE GUINEA, y la imprenta del Sr. Robles incautada por el nuevo Estado, que es la que ha salido a subasta como al principio dijimos ["motivo de la subasta de la imprenta del rojo y comunista Sr. Robles...", sic]. Era natural, que al que se llamaba pomposamente DEFENSOR DE GUINEA y que otros llaman OFENSOR DE GUINEA le sucediera un verdadero adalid de la Causa Nacional y así vio la primera luz EL NACIONALISTA, cuyos primeros números salieron de nuestra imprenta, mientras se organizaba la que fue del Sr. Robles; a ella se trasladó luego El NACIONALISTA, cambiando más tarde en EL FRENTE NACIONAL...», que se ha mantenido hasta el día de hoy como ÉBANO.

Se percibe un fuerte rencor hacia el periódico, que se razona por su postura durante lo que los clericales coloniales llamaban el "Tornado Antirreligioso": «A los pocos días de la instalación de la república en España, escribe Tomás L. Pujadas, el periódico santisabelino "El Defensor de Guinea" , que dirigía don Luis Buelta, publicaba un radio llegado de la Península, que decía textualmente: "Conviene que tanto ese periódico como la gente más principal de la capital hagan campaña en contra de los misioneros, para que inmediatamente sean sustituidos por sacerdotes seculares y se acabe así con sus intromisiones»....

Ah! y por supuesto, Buelta tenía la imperdonable falta de ser uno de los públicos contribuyentes a la donación de las 10.353,65 pesetas para la República, conforme a la Gaceta de Madrid del 5 Noviembre 1936. No podía ser de otra forma, si los impulsores de la campaña fueron precisamente los funcionarios de correos en Fernando Póo y Río Muni, a instancias de su colega de Bata, Isidro Álvarez Martínez.



El 7 de Octubre de 1936 se da inicio a la instrucción de la Causa 521/36 contra 23 paisanos por el delito de rebelión, incluyendo a Luis Buelta Saura.

Juan Medina Sanabria en Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración, resume la Causa: «juez instructor Capitán de Infantería Fortunato López Chávez, por el presunto delito de rebelión, contra el paisano Jaime Gay Compte y veintidós individuos más. Se enjuicia a todo el Comité del Frente Popular en Fernando Póo, por reuniones clandestinas tendenciosas desde el 18 Julio/19 Septiembre siguiente (estaba ya el Frente Popular suspendido en la isla), por los contactos con el Gobierno de Madrid y Bata y sus actuaciones con los subalternos y marinería del crucero "Méndez Núñez", implicándoseles en la destitución de la oficialidad del buque, etc. Tiene lugar el consejo de guerra el 27 Septiembre 1937 en el hogar del soldado del Cuartel del Grupo Autónomo Mixto de Ingenieros nº 4, sito en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial el 16 Octubre 1937».

Según La guerra civil en las colonias españolas del áfrica occidental, el consejo de guerra fue
«presidido por el coronel José de Roas Fernández, actuando como capitán jurídico Ángel Dolla y fiscal Ildefonso Salazar y del Hoyo, quien solicitó una pena de muerte y otras 17 de numerosos años de prisión. Empero la sentencia rebajaría notablemente estas peticiones (…).

 A las nueve de la mañana del lunes comenzó a celebrarse en el Hogar del Soldado, del Cuartel del Grupo Autónomo Mixto de Zapadores y Telégrafos número 4, el Consejo de Guerra Ordinario de Plaza, para ver y fallar la causa seguida contra Jaime Gay Compte y otros, acusados del delito de rebelión. 


El Ministerio Fiscal interesó las siguientes penas: 
  • De muerte, para Jaime Gay Compte
  • Reclusión perpetua para José Robles Díaz, Pedro Mantilla Hernández, Luis Buelta Saura, Gonzalo Carrillo Riera, Santiago Gil Filiberto, Casimiro Peralta García, Francisco Hiniestro Montes, Manuel Luque Vázquez. Fermín Fernández Ortes, Ginés Pérez Ballesta. José Serrano Roldan y José Trillo Toreguitar. 
  • Veinte años de reclusión temporal para José García Solves. Quince años, para Vicente Gil Filiberto y José  Mendoza Carreño. Doce años, para Enrique Pellicer Garay y José Pallares Rey. 
  • Y retiró la acusación contra los procesados Antonio Platas Calvete, José Bortes de la Torre y Segundo Sabio Dutroy.

A las cuatro y media de la tarde terminó de celebrarse dicho Consejo de Guerra, reuniéndose seguidamente el Tribunal para  deliberar y dictar sentencia, la que será dada a conocer una vez aprobada por la Superioridad. 

El Tribunal fué presidido por el coronel don José de Rozas Fernández y actuó de vocal ponente el capitán del Cuerpo Jurídico, don Ángel Doll Manera. La Ley Marcial estuvo representada por  el alférez del citado Cuerpo, don Ildefonso Salazar y del Hoyo.


Finalmente, pese a la propuesta de reclusión perpetua, a Luis Buelta Saura le caerán 10 años de prisión.

Poco después de la condena, sufrirá un expediente de depuración del Juzgado Especial de la Dirección General de Correos y Telecomunicación, resolviéndose su separación definitiva del servicio de Correos.

Años después de entrar en prisión se beneficiará de una conmutación de pena y el 08 de noviembre de 1941, el BOE publica su libertad condicional provisional con liberación definitiva del destierro, saliendo de la Prisión Provincial de Las Palmas de Gran Canaria.

Cuenta igualmente con un expediente de indulto generado en 1956, tras haber pasado por prisión e incautación de bienes.