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miércoles, 30 de octubre de 2019

El último gobernador republicano

Hay datos que pasan desapercibidos en el anecdotario de la guerra civil...:

Así, no se recuerda que -tras la caída de los territorios del norte de África, Canarias, Fernando Poo y Río Muni- el último territorio africano fiel al Gobierno de la República será la isla de Annobón.

Igualmente tampoco se guarda memoria del nombre del último gobernador republicano en África. Se trata del abogado Rafael Masiello Guerrero, vinculado familiarmente a la Unión Patriótica, que sería -según la retórica de La Guinea Española- el administrador territorial "accidental" de Ebibeyin:

Cuenta la crónica franquista, que tras la caída de Bata se dio una estampida entre los pobladores de origen europeo, se da incluso «la fuga de Furundarena, administrador territorial de Ebibeyin, que abandona su puesto y se refugia en el territorio francés del Camerón (..). La calma queda rota y el Subgobernador y sus auxiliares empiezan a perder la tranquilidad. Al administrador fugitivo le sustituye un hombre incondicional: Rafael Masiello». Así, cuando se da el repliegue de los republicanos, «en Ebibeyin sale a recibirlos el administrador territorial, Rafael Masiello, nombrado por el Comité del Frente Popular para sustituir a Furundarena: consigo tiene los destacamentos de la Guardia colonial del poblado de Alén y de Mongomo. Está dispuesto a la resistencia».
El subgobernador Porcel resuelve cruzar la frontera en dirección a Yaundé, mientras el último grupo de republicanos se organiza al mando de Fontanet para defenderse en el área y -en asamblea- reconoce al administrador Masiello como último y máximo representante del gobierno, asumiendo éste de modo efímero las funciones de Gobernador General del territorio.

Al final, como sabemos, la posición resultaría indefendible y -tras sufrir bajas- se verán obligados a cruzar la frontera.

En Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte, Pozanco deja constancia de su exilio temporal y posterior repatriación con su familia: «En el vapor Brassa, zarparon con rumbo a Dakar y de allí a España, lo siguientes: José Lizcano Barco, Emilio Fontanet Monfort, Rafael Masiello Guerrero y familia y Luis Martínez y familia».

En enero de 1937, el gobierno de la República readmite en puesto y derechos a varios funcionarios coloniales, incluyendo en la declaración a «D. Rafael Masiello Guerrero, Administrador territorial de Guinea Continental». El 2 de abril, se reiterará en La Gaceta su condición de «afecto al Gobierno legítimo de la República».

A partir de ahí, resulta complicado seguir la pista del último Gobernador republicano. Si bien hay constancia de un Rafael Masiello Guerrero, que igualmente era abogado y nacido en Madrid. Éste, había sido nombrado el 7 de abril de 1937 -por el gobierno republicano en Valencia- presidente del Jurado de Urgencia de Cuenca, para lo que previamente se le había nombrado Juez de Primera Instancia e  Instrucción interino. 

Mientras el Gobierno republicano le rehabilita, por su parte el Gobierno de Burgos le incluirá en la requisitoria del 12 de diciembre de 1937 (II Año Triunfal) en la que se informa de la acusación de «delito de rebelión» y «se ruega y encarga a todas las Autoridades y Agentes de la Policía Judicial de la Nación, procedan á la busca y captura de dicho procesado, el que de ser habido será puesto a la disposición de este Juzgado». Y el 23 de marzo de 1939 -casi tres años después del triunfo del golpe de Estado en el territorio ecuatoguineano-, formará parte de la Causa 630 de 1936 de Fernando Poo.

Probablemente, por los orígenes de Masiello en la Unión Patriótica, tras la caída de Bata clamaba La Guinea Española contra «Los anfibios, acomodaticios (...) como aquellos que en tiempos de la Dictadura se hicieron de la Unión Patriótica y al cabo de unos meses, los vimos en las filas del socialismo. (...) ¡ojo! nada de contemplaciones, que de esa cantera han salido los traidores. Los dudosos no deben ocupar puesto alguno en la administración, de la que se debe separar todo lo que sea podrido».

Finalmente, el 25 de abril de 1940 será condenado a «tres años y un día de destierro y la multa de dos mil quinientas pesetas» por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel. Y «requerimiento de pago en forma a dicho encartado, cuyo actual paradero se ignora» en junio de 1941.


Todavía en 1947 en La Guinea Española se referían a él como «el Abogado Sr. Masiello, [administrador territorial de Ebibeyin] durante el mes de revolución».

Con respecto al Masiello destinado en Cuenca, tras la victoria golpista en la provincia, será denunciado por la Falange y condenado a muerte por el procedimiento sumarísimo de urgencia en Consejo de Guerra el día 31 de marzo de 1939, por un delito de adhesión a la rebelión.
Fue fusilado en Cuenca el 2 de abril de 1939, y sus bienes expropiados.
En septiembre de 1940, por resolución del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Albacete, será condenado a una multa 1.000 pesetas que deberían pagar sus herederos cuyo paradero se desconocía:
Orden Señor Juez Especial de Sentencias de la Auditoría de Guerra de la 5ª Región Militar. Heridas por arma de fuego (5:30 horas) Sus dos hijos y su mujer, Joaquina Quintero Ramos Izquierdo, emigraron a Venezuela en los años 50 por las dificultades que entrañaba su vida en España.
Al poco común apellido traído de Calabria a España por su abuelo Pascual Masiello, se suma una razonable coincidencia de fechas (rehabilitación e incorporación a la función pública en la zona republicana), profesión y la edad. De ser la misma persona (y todo apunta que así es), tendríamos un nuevo republicano de la Guinea Española fusilado tras Luis González Peña (†1937), a los que se podrían sumar los de Fulgencio Rosique Maya (†1936) y Restituto Castilla González (†1940).
Así, junto con Miguel Núñez del Prado (†1936), serían dos los antiguos gobernadores fusilados.

Y en su caso -algo inusual entre los coloniales, ya que la mayoría la obtuvo después cumplir condena o incluso haber fallecido- no pareciera tampoco haber un expediente de indulto (lo hay de 1957 a nombre de Rafael Manzielle Guerrero), aunque sí tiene ficha en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.

Su nombre está incluido en la lápida de homenaje en el Cementerio Municipal de Cuenca dedicada a los 500 represaliados.



miércoles, 23 de octubre de 2019

El libro como artículo de lujo


No es sólo porque lo diga Juan Tomás Ávila Laurel, el libro ha sido siempre un artículo de lujo en la tierra ecuatorial.

Escribía Miguel de Unamuno (Salamanca 1920) en el prólogo a El país de los bubis de José Más que:
«nos cuenta casos y cosas de países salvajes, un largo pasaje sobre la primera caja de libros que llegó, para la venta, a Fernando Poo, pasaje que más de una vez tendremos que recordar. Los anteriores colonos de la isla tropical africana no tenían libros; "nos aburre la lectura", le decían a José Más, pero éste, a quien fué la lectura la que le lanzó a los doce años a su vida aventurera, deseaba libros para alimentar su fuente de acción. Porque él vivía y los otros se dejaban vivir, él era un emigrado, los otros emigran- tes. Escribió a su casa pidiendo libros y le enviaron unas cuantas novelas de Julio Verne y del capitán Mayne Reid.
"¡Oh, cómo gocé -exclama- con aquellos cuadernos de portada azul; con aquellas hojas agarbanzadas, a dos columnas, de letra menuda; con aquellos ingenuos grabados en madera, donde adquirían vida real los personajes y las descripciones!"
Recordamos nuestra edad de los doce años, cuando, Quijotes casi infantiles, eran esas mismas novelas de Julio Verne y Mayne Reid nuestros libros de caballerías. Y aquel amigo que trastornado por su lectura estudió náutica y se embarcó de piloto para experimentar un naufragio. Y por cierto lo experimentó y no quiso volver a embarcarse. Lo que nos sugirió el primer pareado de unas aleluyas que escribimos por entonces, y que decía : "Le gusta naufragar, y se hace una vez al mar"».
«No, no olvidaré nunca aquel momento -escribió José Más-. Excuso decir que entre Pedro Gay y mi insignificante persona quedaron repartidos casi todos los libros. Sólo se pusieron a la venta los que venían repetidos. La compra de libros me costó el sueldo de un mes. Pero ¿qué importaba? ¡Si yo hubiera dado por ellos toda mi fortuna!».

Así, esa caja sería el origen de la primera venta de libros en el país:

Diario La Libertad, 7 de mayo de 1935.
«Más nos cuenta cuál fué la primera carga de libros que llegó para la venta a Fernando Poo, casi todos novelas extranjeras en traducciones de la Casa Maucci -era la casa misma, en efecto, la que traducía, y son traducciones industríales-, y cómo el primer volumen que se vendió fué el que incluye El jugador y Las noches blancas, de Dostoyeuski, y lo compró un oficial de infantería de marina. ¡Leer Las noches blancas en una noche negra de Fernándo Poo, no lejos del Ecuador! O en una de aquellas noches de las que Más nos dice que "la luna era un sudario que se extiende sobre las olas muertas" y "es todo como una inmensa tumba donde hubieran sepultado al mar, al cielo y a la tierra"».
Un hito, lo suficientemente inusual como para que años después, en la Feria del Libro de 1935 en Madrid, José Más diera una conferencia sobre «cómo se vendió el primer libro en Fernando Poo».

Propuesta de 1871 para la creación de
bibliotecas populares en Puerto Rico y Fernando Poo.




Otra cosa sería el endeble sistema bibliotecario en el territorio... Por años el monopolio del saber estuvo en las órdenes religiosas, que custodiaban los escasos libros de la isla, como pudo constatar un bibliófilo empedernido como el gobernador Fontán.

Ya en una etapa temprana (1871), desde la gobernación se había solicitado infructuosamente la incorporación del África ecuatorial al modelo de bibliotecas populares desarrollado en las provincias peninsulares.

Pero no es hasta 1939, en que siguiendo el modelo de "Lecturas para el Soldado" se desarrolla el servicio de "Lecturas para el marino", disponiendo bibliotecas de a bordo instaladas en los buques en armarios portátiles y de bibliotecas depósito situadas en los puertos españoles y «cuya misión es ir canjeando los fondos de aquellas, a la llegada de los barcos». Seguro que la instruida tripulación de la Trasmediterránea disfrutó de amena lectura con el paternal apoyo de la empresa.

Sin embargo, es en 1942, cuando para conmemorar la Fiesta del Libro, el Ministerio de Educación Nacional crea la biblioteca municipal de Santa Isabel en el edificio del Instituto Cardenal Cisneros: «Es la Biblioteca un depósito de energías vitales, una cantera de renovación de los conocimientos y un hogar donde el lector encuentra los medios adecuados para la formación y perfeccionamiento de su cultura. Son estos medios los libros, que llevan con­sigo la memoria de los siglos, contie­nen y encierran las emociones y la ciencia de la humanidad y abarcan hasta limites que parecían inverosími­les el saber de los hombres.
Con su actividad, la Biblioteca in­fluye poderosamente en el desarrollo y transformación de la individualidad religiosa, política, social, literaria, ar­tística, científica o profesional de su público; y fomentar su difusión es una de las más trascendentales misiones que competen a este Ministerio».

Fue inaugurada en 1944 con una sucursal en Bata y dos bibliotecas circulantes en Annobón y San Carlos. En 1951 se proyecta extender el servicio bibliotecario a nuevos territorios, en Santa Isabel: la Biblioteca del Patronato de Indígenas, dedicada a éstos exclusivamente, y la Biblioteca del Hospital General. Y en Guinea continental: en Niefang Ebebiyin, Mikomeseng, Río y Kogo.

Reglamento de la biblioteca pública de 1944.
Pero eso... ya es historia vieja: realmente la primera biblioteca pública de Santa Isabel tuvo una vida efímera, y décadas después el panorama no es mucho mejor.

jueves, 17 de octubre de 2019

Tripulantes simpatizantes del fascio en el Fernando Poo

El blog "Memoria e Historia de Canarias" de Pedro Medina Sanabria recoge diferentes y variados
documentos. Merece la pena bucear un rato entre sus páginas.

Destaca, entre otros:

TRIPULANTES SIMPATIZANTES DEL FASCIO


U.4,917,993
3 3

Don Juan Fontán Lobé, Capitan de Artillería y Juez nombrado para el esclarecimiento de los hechos ocurridos en el vapor “Fernando Poo” el 14 de octubre de 1936.

CERTIFICO: Que a mi presencia y actuando como Secretario Alfonso Manrique de Lara Fierro, Sargento del Batallón de Voluntarios de Las Palmas, se presenta

Don Bartolomé Garcia Carrasco, Jefe del Campamento Nacionalista de Santa Isabel, que manifiesta lo siguiente:

Que en un viaje que realizó de España a Santa Isabel, en el buque “Fernando Poo”, comprobó que los tripulantes del mismo que pueden considerarse como simpatizantes del fascio son, el Electricista León Mercader Navarro, el Médico Antonio Fuertes Villavicencio, el 1º Oficial Rafael Muñoz García y el Capitán Antonio Pasajes Repeto.

Y en prueba de conformidad firma el presente con S.S. y yo el Secretario que doy fé, en Santa Isabel a 17 de Octubre de 1936.

[Firmas rubricadas de JUAN FONTÁN LOBÉ, BARTOLOMÉ GARCIA CARRASCO, y firma abreviada de ALFONSO MANRIQUE DE LARA FIERRO].

Cfr.: Archivo del Tribunal Militar Territorial 5.- 9342-297-21.- Causa 24 de 1937.- Folio 3.

lunes, 14 de octubre de 2019

Voluntarios del Ciudad de Mahón

Bandera del Batallón de Patriotas
Voluntarios de las Palmas (1936-1939).
Cuenta M. Lantigua en la edición del 8 de noviembre de 1936 del diario Acción:
En medio de un inmenso gentío que desde las primeras horas de la noche invadió el muelle de Santa Catalina, subimos a bordo del Ciudad de Mahón las compañías primera y tercera del Batallón de Voluntarios de la provincia de Las Palmas. Todo eran vivas, cantos patrióticos, entusiasmo delirante. Próximamente a las doce de la noche, suena la voz de mando de arrancada del barco con rumbo a Guinea española. Besos y abrazos, lágrimas que corren por las mejillas, adioses, abanar de pañuelos, vivas a España y todo en un confuso rumor, mientras  el barco va abandonando el suelo de nuestra ciudad. En la oscuridad de la noche. allá en la lejanía, las luces de la ciudad, semejaban una inmensa cinta rectilínea, que se extendía desde el faro de la Isleta hasta el barrio de San Cristóbal. Las luces de las barriadas de San José, San Juan, San Nicolás y más tarde las de Tafira, Telde, todas ellas y las de toda la islas que cada vez se alejaba más de nosotros, que parecían como luces de un gigantesco altar, en cuya cúspide se hallaba la Patrona de Canarias, la Santísima Virgen del Pino. En tanto, acá. en nuestro barco, en íntima camaradería, soldados, voluntarios y moros lo mismo que en las cruzadas de la Edad Media, íbamos unos y otros, envueltos en sueños de ilusiones y dispuestos a arrostrar todos los peligros. incluso el de la muerte. Ni fallaba tampoco quien lo expresara, cantando la estrofa: Juventud de la España florida a luchar por la España inmortal y a ofrendar si es preciso la vida en las aras de nuestro ideal. Un par de horas más en el mar y cuando al asomarnos por la borda del barco para otear en el horizonte la tierra lejana, esta se había esfumado ya ante nuestra vis ta. Aquí nos viene bien aquella estrofa, que reza: Del mar en la ancha vega, agua y cielo no más vé el navegante: la onda murmurante espumosa a la vista se despliega. Y así vamos este puñado de hombres con la fé en el alma y el valor en el corazón, arrostrando lodos los contratiempos de ’ a embarcación, sufriendo cuantas incomodidades se presentan, y con las miras puestas en el Fernando Póo, en la región del misterioso Muni, para reconquistarlo de nuevo para así ir formando el imperio de la España nueva, lo mismo que los caballeros de la España de Fernando e Isabel, se lanzaron en unas míseras caravelas a la conquista del nuevo mundo. Bien por este puñado de canarios valientes, que a tan alto nivel de patriotismo están poniendo a nuestras Islas ante la madre España y ante el mundo entero. ¡Viva el Batallón de Voluntarios! ¡Viva España! 
El portal TodoColeccion.net no sólo tiene la placa de agradecimiento de la ciudad de Bata al Ciudad de Mahón: también permite acceder a registros fotográficos de coleccionistas, incluyendo la tripulación y soldados del Ciudad de Mahón en octubre de 1936:




sábado, 12 de octubre de 2019

En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides ...

Sello conmemorativo
de los XXV Años de Paz
Hoy se cumplen los 51 años de la joven república de Guinea Ecuatorial. Unos meses antes de la independencia, en pleno aniversario de golpe de Estado de 1936, Franco dirige un mensaje a los Guineanos, a través de Manuel Fraga Iribarne: "En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides de nuestro Movimiento en la vida española (...) Vosotros, mejor que nadie, sabéis hasta qué punto España ha procurado, en todo momento, desde que la paz volvió a nuestra Patria, atender a vuestras necesidades presentes y prever vuestro futuro. De las provincias guineanas España ha sabido hacer un territorio ejemplar, que se compara favorablemente, en el orbe africano en que se halla inscrito, por el nivel de vida, por el estado sanitario, por el número de alfabetizados, por tantos datos que acreditan su progreso. Pero, sobre todos esos bienes, el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz. En un continente convulsionado por las luchas raciales, tribales y sociales, en el que determinados pueblos han caído en ciertos momentos en niveles próximos a la anarquía, las provincias de Guinea han vivido en paz, en trabajo y en orden, en una línea constante de progreso y de confianza, sin los que todo intento de mejoramiento hubiese sido imposible".

¿Paz?

Entonces, ¿no hubo guerra civil en territorio ecuatoguineano?
Lo cierto es que sí: el territorio y sus pobladores no fueron ajenos ni al conflicto y ni a sus consecuencias.

Un 18 septiembre, la Guinea Española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.

En este blog, te facilitamos algunas piezas para que puedas armar tu propio puzzle.

Acompáñanos en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.

Franco, preparando su "mensaje para Guinea".

domingo, 6 de octubre de 2019

El primo africano de Winnie the Pooh

martes, 1 de octubre de 2019

Cómo regresó a España el Méndez Núñez

En plena guerra civil, Mundo Obrero publicó la siguiente Información:

El «Méndez Núñez» acaba de incorporarse a la Escuadra de la República. Durante varios días, la gente se preguntaba con inquietud por el destino de este barco, surto en Fernando Póo al estallar la sublevación, y fiel digno compañero de la gloriosa marinería leal al pueblo, al régimen y al Gobierno desde la primera coyuntura. Se la sabía navegante de mares distantes. Quizá los aviones de- Italia, que ametrallan la carne española, lo perseguían. Seguramente, un azar dramático detenía su marcha y su llegada. Pero el «Méndez Núñez» ya está aquí. Ya está, impaciente por probar su fuerza en las costas donde la facción mantiene el crimen. ¿Qué fue del «Méndez Núñez» en veinte y dos días de navegación? El camarada Sierra, del Comité que comanda el buque, nos ha contado escuetamente la aventura del navío guerrero. Las noticias de la traición militar llegó al gabinete de radiotelegrafía del «Méndez Núñez» en partes contradictorios. Los de las plazas robadas por el fascismo y las noticias del extranjero. Porque por el receptor de radio, estaciones diversas daban noticias de la rebelión. Fue la U.R.S.S., insensible a las maquinaciones de los facciosos, atenta a la información oficial, quien. dio a los marinos del «Méndez Núñez» la primera sensación verídica: una partida de militares, a sueldo de lo más soez y podrido da la reacción — el fascismo —, hablan declarado la guerra sangrienta al pueblo español. . Conviene aclarar una cosa: en el «Méndez Núñez» no estalló violentamente la sublevación de los oficiales. Pero no estalló porque aquellos Jefes dejasen de estar complicados — la documentación gubernamental tiene la palabra — o no tuvieran su simpatía y su apoyo moral por los facciosos, sino porque en el «Méndez Núñez los marineros eran de antiguo, no los autómatas de una voluntad y de un mando traidores, sino los servidores de un régimen con el asenso popular, los soldados de una Armada que tiene sus armas y su fuerza para defender al pueblo y a la Patria, no para entregarlos al botín y a la opresión del extranjero. Los marinos del «Méndez Núñez» tenían constituido su Comité de barco. Este Comité de barco era el pensamiento común antifascista de toda la dotación. La oficialidad del «Méndez Núñez» se sabía vigilada en sus intenciones ilícitas. Desde las primeras horas en que los rumores del golpe militar inquietaron la normalidad del buque, la marinería se constituyó en la guardia de los españoles. Las armas no saldrían fácilmente de allí. El Comité de barco dirigió varios radios al Gobierno. No era fácil comunicar. Por fin, la Dirección de Seguridad giró las órdenes de regresar a España, y entregar a las autoridades de Santa Isabel (el puerto donde se hallaba el «Méndez Núñez») a la oficialidad y su comandante. La confesión de su complicidad en la sublevación la dieron dos oficiales, que, presas del miedo, se arrojaron sin apelación al mar. El Comité de barco es el mando supremo de la dotación. El «Méndez Núñez» ha de volver a España, porque- sabe que sus cañones poderosos, que sus hombres arrojados, que sus máquinas, son necesarios a la República. Un entusiasmo creciente, un deseo titánico empuja la voluntad de los marinos. Aún no se sabe si el resto de la Escuadra permanece leal. Conocen que Cartagena, está en poder del Gobierno, que el «Jaime I» machaca a cañonazos las ciudades costeras de los traidores, que los marinos del «Sánchez Barcáiztegui» han tomado el mando del buque... Las radios facciosas pretenden sembrar la inquietud en los marineros del «Méndez Núñez»: «Málaga está en poder de las tropas «nacionalistas». El «Jaime I» ha sido hundido por nuestra — la de ellos y la de Hitler y Mussolini — aviación.» Y hay que avanzar. Hay que navegar por mares, de noche y dé acecho, avizoradas las baterías antiaéreas, porque los hidros del enemigo buscan el casco del «Méndez Núñez». Un día. en Lagos, necesitaban carbón. Trescientas toneladas de carbón. Las máquinas, sin sudor y sin sangre, no podían alentar. Era preciso fabricar carbón. Se toma una decisión rápida:

-Camaradas: Es imposible movemos de aquí si no disponemos de carbón. El carbón está en
nuestras manos si nos lo proponemos. Vamos a hacer carbón.

Clases, marineros, la dotación en pleno, empezaron la extracción laboriosa del mineral.
Horas y horas de trabajo incesante, doloroso, terrible, de plomo en los riñones y en las piernas.
El «Méndez Núñez» llenó sus calderas de carbón. Con un vítor de tributo reemprendió el
camino hacia las costes de España.
Durante veintitantos días, la preocupación de los puertos del, enemigo y de su aviación ha
sido el «Méndez Núñez». Sabían que se acercaban a España, sabían que esta puñado de marineros heroicos llegaban a Jugarse la fuerza y la vida por la independencia y la felicidad de su pueblo. El odio bajuno de la casta feudal sublevada se sume en los abismos más sórdidos cuando enjuicia la gesta da la Marina española.
Había, que pasar por Canarias. Las islas, donde el fascismo ha mejorado las marcas más horrendas de las barbaries -nos duele el asesinato vil de nuestro camarada el diputado comunista Suárez Morales-, constituían un ineludible peligro para el «Méndez Núñez». Las autoridades, sin
autoridad, de Canarias, dejaron sin luces el puerto, para que el «Méndez Núñez» se estrellara.
Un avión le buscaba en la noche. Las ametralladoras le tenían a raya y lo alejaron.
Orientaron la nave entre el riesgo y la oscuridad.
A tientas, si la frase pueda ser empleada, salvaron las islas, sin que ni un rasguño sufriera
el hierro qué la sirve al «Méndez Núñez» de piel.

—¿Conocíais exactamente la situación, el carácter de la lucha?
Sierra ha contestado negativamente;
—Exactamente, no. Sabíamos que los militares se habían sublevado, que el pueblo luchaba con
las armas en la mano; pero ignorábamos las verdaderas proporciones da la lucha. Hasta no
estábamos seguros de si el puerto donde nosotros fondeamos era leal o de los facciosos.
Nuestra entrada en él nos impresionó hondamente. Yo no he sentido nunca una emoción
igual. Las sirenas de los demás barcos silbaban la bienvenida. Un pueblo en masa, una muchedumbre incalculable, nos daba vítores estruendosos, apretaban el paño en alto; había caras y sonrisas de fiesta. Eramos ovacionados .incansablemente.
Ovacionados con delirio. Entonces, en aquellos momentos, tuvimos la sensación imborrable
de estar ante un pueblo aprestado a todas las luchas y a todos los heroísmos.



Es lógico este recibimiento, dispensado a los marinos del «Méndez Núñez». Ellos y todos los
demás que están luchando en la vanguardia de todas las vanguardias, que fueron los primeros
héroes de la epopeya significan lo que hay de mejor y más bravo entre lo bueno y lo valiente
del pueblo en armas y sus soldados leales.