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lunes, 16 de enero de 2017

Inicio de causas contra los tripulantes del vapor "Fernando Poo"

El Fernando Poo a su llegada 
por primera vez a Santa Isabel 
con el Obispo de Guinea Leoncio Fernández.
"La Gaceta de Tenerife: diario católico de información" en su edición del 16 de enero de 1937, 
    informa de inicio de CAUSAS contra los tripulantes del vapor "Fernando Poo", en la Guinea.

    Era previsible: conforme documenta Francisco Font Betanzos en La corta vida marinera del buque Fernando Poo de la Compañía Trasmediterránea, cuando se inicia el golpe de Estado del 18 de julio de 1936,  el Fernando Poo navegaba en aguas de Guinea. La tripulación remite un telegrama de aliento y adhesión al presidente de la República:
    En aguas Guinea tripulación buque Fernando Poo compuesta afiliados C.N.T. y U.G.T. protestan enérgicamente cobarde criminal levantamiento horda fascista, lamentando no estar Península para luchar unidos hermanos proletarios aplastar imperialismo. Doloridos por victimas reacción, nos ofrecemos Gobierno Frente Popular defender República.
    De hecho, el Capitán Emilio Ley Arata, director de la Trasmediterránea, afirmaba el 12 de noviembre de 1936 en un artículo de La Prensa: «Los oficiales del barco casi todos son rojos. El oficial que se exceptúa de haber estado de parte de los marxistas es el señor Devesa, casado con una joven de Las Palmas, de familia muy conocida. El Capitán del Fernando Póo, don Antonio Pasaje Respeto (sic), estaba también de parte de los rojos. Resultó muerto en el accidente del Fernando Poo el primer maquinista Eduardo Selma, marxista.»
    Se trata de viejas deudas contra la tripulación. Tan sólo unos meses antes, el 23 de junio de 1936, el diario Universal recogía la noticia de que «a última hora de la noche de ayer la Policía se personó a bordo del trasatlántico Fernando Poo cuya tripulación se declaró en huelga de brazos caídos, a consecuencia de unas diferencias con la Compañía. Los agentes practicaron la detención de los 80 tripulantes de la nave, que ingresaron detenidos en el  Juzgado de guardia, donde de madrugada continúa el interrogatorio»

    Meses después, «el 29 de agosto de 1936 el Fernando Poo, que había permanecido fiel a la República como hemos podido comprobar -precisa Francisco Font-, arribaba a Málaga procedente de Guinea con un importante cargamento. Mediante un radiograma el Gobierno le había ordenado que no hiciese escalas hasta el puerto malagueño. Pero el Gobierno de Burgos, que había captado el radio, ordenó que procediesen al puerto de Ceuta bajo amenaza de ser atacado por la aviación si no obedecían. El capitán desatendió esta última orden. Había realizado el viaje costeando con la intención de encallar el buque antes de entregarlo a un gobierno que estimaba ilegítimo. A la entrada del Estrecho un destructor leal le estuvo protegiendo hasta llegar al puerto de destino. A pesar de arribar a Málaga la descarga se efectuaría en el puerto de Valencia, para el que saldría cuando la superioridad lo ordenase. (...)».


    En su siguiente viaje, el 30 de septiembre arribó a Bata el Fernando Poo, prescindiendo de la escala habitual en Santa Isabel, al discernir que los golpistas se habían hecho con el poder en la misma. «El material bélico que portaba, contradiciendo todos los comentarios sensacionalistas, se reducía a seis fusiles y una pistola. La oficialidad de cubierta estaba integrada por el capitán, Antonio Pasaje Repeto; oficiales, Francisco Zamora Enclasaus, Francisco Seguí Darder y Jacinto Devesa Paredes. Alumno de Náutica, Juan Sintes. Médico, Víctor Ruiz Gallardón». Por cierto, que este médico era hermano de Alberto Ruíz Gallardón, el "Cejas".

    Igualmente se les acusó durante la indagatoria realizada por Juan Fontán y Lobe, juez nombrado para el esclarecimiento de los hechos ocurridos en el vapor “Fernando Poo” el 14 de octubre de 1936, del asesinato en su domicilio en Barcelona del padre Tomás Ribé, capellán del barco.

    Así, son varias las declaraciones del 1936 y 1937 en las que los encausados responden sobre el final del padre Ribé, a quien La Guinea Española recordaba en diciembre de 1936 como «aquel cura bajito, regordete, colorado, calvo, de andar y hablar pausado, simpático y sin enemigos posibles» y que habría sido asesinado a la puerta de su casa tras recibir a los marineros con un «¡Hola, chiquets! ¿Qué tal? Entren, que tomarán alguna cosa».
    Pese a esa acusación, tres años después el periódico rectifica publicando que el capellán estaba vivo.

    Con todo, Guillermo Portilla recoge en El derecho penal bajo la dictadura franquista: Bases ideológicas y protagonistas cómo años después (1942) «El Consejo Supremo de Justicia Militar condenó a muerte por un delito de adhesión a un sujeto que formó parte del Comité revolucionario a bordo del “Fernando Póo” e intentó entregar al capellán, sigue la sentencia, a las autoridades rojas de Málaga, lo que finalmente no consiguió (Sentencia de 18/11/1942 RJA. 1394).»

    El resto... forma parte de la entrada La batalla y los Mártires.

    1 comentario:

    1. En el Fernando Poo estaba un hermano de mi madre y fue hecho prisionero y encerrado en la prisión de Gando en Gran Canaria. Fue condenado a ser fusilado dos veces de las cuales se salvo por indulto. Se caso con su madrina de guerra. Una canariona y finalmente murió de cáncer quince años después siendo tripulante del Plus Ultra

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