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martes, 9 de enero de 2018

El fallido intento de liberación de la Guinea Española

Es una historia vieja, que genera extrañeza. Tanto, como para que la hayan novelado.

El 9 de enero de 1961, un grupo de catalanes, gallegos y portugueses secuestró un barco portugués, con pasajeros y tripulación incluida, para dirigirlo al golfo de Guinea. Allí, contando con incentivar con su acción un levantamiento popular, expandir un movimiento liberador... hasta la España de Franco o el Portugal de Salazar.

El diario Público inicia su artículo "Operación Dulcinea: instrucciones para secuestrar un transatlántico e instaurar la Tercera República" con:

Cubierta del transatlántico Santa María,
rebautizado como Santa Liberdade tras su secuestro por un comando del DRIL.
Su silueta espigada, rayana en los huesos, se desplaza por la cubierta como una figura de Giacometti. Entre el pasaje cunde el nerviosismo, que se atenúa cuando se sirve el desayuno, como si nada hubiese sucedido durante la madrugada. Sin embargo, los pasajeros han escuchado un tiroteo, en el que un oficial portugués ha caído muerto y otros dos miembros de la tripulación han resultado heridos. Afeitado su pintoresco bigote para la ocasión, aquel locuaz esqueleto se dirige a los presentes: el Santa María, a partir de ese momento, pasa a llamarse Santa Liberdade. En tierra nadie sabe que Pepe Velo, un maestro republicano de Celanova, ha secuestrado un transatlántico con más de seiscientos pasajeros y 350 tripulantes a bordo. Las transmisiones por radio han sido cortadas, pues el objetivo de los guerrilleros es dirigirse hacia las colonias africanas de España y Portugal para provocar una sublevación y, después, trasladar la revolución a las metrópolis.
Pepe Velo, ideólogo del secuestro del transatlántico Santa María, durante uno de sus entusiastas discursos.
El secuestro del trasatlántico “Santa María” por un comando del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación DRIL para instaurar la III República fracasó tras días de incertidumbre, y quedó como una anécdota bizarra.

Según Miguel Urbano Rodrigues, un periodista del Estadao y futuro eurodiputado comunista llegado desde Pernambuco para unirse a los secuestradores. “La madrugada nos encontró hablando. De quimeras. Quería llegar a África, sublevar la Guinea Española y salir de allí para Angola. A bordo había veinticuatro comandos portugueses y españoles, una tripulación rencorosa y ochocientos pasajeros en la frontera de la desesperación. Sin embargo, a José Velo todo le parecía posible. Su fuego interior me contagió”.


El artículo "El secuestro del Santa María por el DRIL" lo recoge así:
La prensa portuguesa y española calificó el secuestro como un acto de piratería, a pesar de que la intención fuera meramente propagandística. En España, una prensa totalmente amordazada, obvió aludir a la presencia de españoles entre los secuestradores y presentó la operación como un problema de Portugal y los independentistas de sus colonias africanas.
Los pasajeros fueron desembarcados, junto a la tripulación, bajo la protección de la infantería de marina brasilera. No obstante, el destino de la nave y sus secuestradores no estaba definido pues Galvão aún esperaba marchar a África, ya sin el obstáculo que representaba el pasaje.
Los revolucionarios no querían renunciar a su ambicioso plan de estimular en África una auténtica revuelta contra Oliveira Salazar. No obstante, se enfrentaban a varios problemas para su plan: necesitaban una tripulación para operar el paquebote, así como combustible, agua y alimentos para poder cruzar el Atlántico, pero no iba a ser fácil ni enrolar una tripulación ni conseguir los fondos necesarios.
El objetivo principal del DRIL resultaba impracticable, aunque se había conseguido una gran cobertura del suceso en la prensa internacional y llamar la atención de la opinión pública sobre las dos dictaduras fascistas.
El trasatlántico se convirtió en una carga pesada e inútil para el DRIL, que no podía usar la nave para sus fines. Ante la situación, el día 3 de febrero a las 18:30, Galvão y sus hombres depusieron las armas y entregaron el barco al almirante brasileño Fernándes Días, aceptando el asilo político ofrecido por Brasil.
Y concluye:
Coincidiendo con el fin del secuestro del “Santa María”, el 4 de febrero hubo algunos serios incidentes en Luanda y como consecuencia directa, en marzo, comenzó la guerra de liberación en el norte de Angola.
En 2004 se estrenó el documental cinematográfico “Santa Liberdade”, dirigido y escrito por Margarita Ledo Andión, que narra el secuestro del Santa María. El documental cuenta con la participación de Camilo Mortágua (que tenía 27 años entonces y era la mano derecha de Galvão), Federico Fernández (hijo de José Fernández) y Victor Velo (hijo de José Velo).


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