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lunes, 30 de noviembre de 2020

La discreta tierra ecuatorial II

¿Recordáis la entrada sobre el Refugio ecuatorial? y la de ¿La discreta tierra ecuatorial?

Según Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonización de Guinea Ecuatorial (1968-1969), el territorio servía no solo como castigo (como señalábamos en Desterrado... en Guinea), sino también como «refugio más o menos solapado...» de disidentes, pero también de aquellos que necesitaban distanciarse de conflictos.

Pero también sirvió como tierra de asilo durante 2 guerras mundiales, así contábamos recientemente en El recital español, que 

Conocemos de los refugiados alemanes de Camerún, que durante la I Guerra Mundial pidieron asilo en el territorio neutral de la Guinea Española. Incluso, en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel hemos mostrado cómo los territorios limítrofes de Camerún y Gabón permitieron al inicio de la guerra civil "acogerse a sagrado" a los golpistas fallidos del Río Muni, y posteriormente a los frentepopulistas españoles tras el bombardeo y caída de Bata.

Y -en menor medida- esta situación se reproducirá con los franceses leales a Vichy, que desertaron y huyeron a Río Muni tras ser derrotados en la batalla de Gabón en noviembre de 1940.

Hoy, en "Arguineguín hace 104 años" nos recuerdan desde El Mundo que  precisamente que «Los primeros campamentos españoles para refugiados africanos fueron en Fernando Poo».

«Febrero de 1916. Antigua colonia Española de Guinea. Los combates en la vecina Camerún, hasta ese momento dominada por los alemanes, casi han cesado después de que las tropas del káiser Guillermo haya sido vencidas por los aliados franceses y británicos y la colonia germana se bate en retirada. Son 850 civiles, militares, funcionarios y comerciantes, pero con ellos emprenden la marcha los 6.000 soldados nativos que los alemanes habían adiestrado y que eran absolutamente leales a la bandera imperial y varias decenas de miles de cameruneses les acompañan. Las fuentes históricas que ha ido consultando Font Gavira —cuya investigación está plasmando en una tesis doctoral que verá la luz en breve bajo el título Los refugiados alemanes del Camerún. Impacto en la neutralidad de España durante la Primera Guerra Mundial— no se ponen de acuerdo acerca de la cifra de civiles cameruneses, pero rondarían los 50.000, algunos hablan de hasta 60.000 personas. En el paso fronterizo de Río Campo, los guardias coloniales españoles se limitan a dar la alerta al gobernador, instalado en la capital, Santa Isabel, en la isla de Fernando Poo, de la magnitud del éxodo que está cruzando a suelo español. Poco más pueden hacer, son tres, cuatro a lo sumo, guardias sin apenas equipamiento que asumen un papel poco más que de testigos de la riada humana que pasa antes sus ojos y que va a arribando a la ciudad de Bata. (...) 

Mujeres, niños, ancianos... Llegan en oleadas sin apenas pausa y cruzan la línea invisible de la frontera huyendo del hambre y de la guerra. Se cuentan por miles y no tienen más patrimonio que lo que llevan
encima.
En pocos días, en apenas unas semanas, son tantos ya que las autoridades se confiesan desbordadas.
No hay dónde alojarlos ni comida para alimentarlos y la crisis humanitaria estalla en toda su crudeza. Se hacinan junto al Atlántico, en asentamientos improvisados y sobreviven como pueden, de la caridad de los lugareños y de lo que se procuran por sus propios medios, que no son muchos. La situación es dramática y en las primeras semanas mueren más de mil de inanición y de enfermedades. El Gobierno español repatría a la mitad de ellos de forma expeditiva y con la promesa de que, al menos, no iban a ser objeto de represalias por su huida de su lugar de origen. Pero queda la otra mitad y la crisis no está resuelta, así que se opta por construir un enorme campo de refugiados en el que puedan esperar, ellos también, a ser devueltos a sus países...».





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