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sábado, 1 de julio de 2017

La Sección Femenina

Aunque en los "27 Puntos Doctrinales" de Falange Española de las JONS no había referencia al africanismo, la Falange tenía presencia en el territorio de la Guinea Española.
Meses antes del 18 de Julio existían milicias de Falange en Santa Isabel, organizadas por Luis Ayuso Sánchez-Molero, capitán de la Guardia Civil, las cuales apenas declarado el
estado de guerra se presentaron correctamente uniformadas y equipadas en la forma que puede apreciarse en la figura.

Pero ¿y las mujeres?, Es cierto; también llegó la Sección Femenina al golfo de Guinea...

Como "Falange Femenina", tuvo presencia a la par de la milicia integrada por varones: «En Santa Isabel y en Bata funciona ya -de modo admirable- la Falange Femenina, que tiene allí una tarea dura y de prueba, que cumple con gran espíritu de sacrificio y abnegación», dirá el gobernador Juan Fontán en 1937, pero la Sección Femenina se hizo esperar.

No será hasta 1954 que lo grupos de coros y danzas de la Sección Femenina incluirán el territorio ecuatorial en sus giras. Y una década después generarán una estructura estable.

Portada de ABC (24 de julio de 1957): BAILES ANDALUCES EN FERNANDO POO Las muchachas de los Coros y Danzas de la Sección Femenina de Cádiz, durante uno de sus actuaciones en el patio del colegio de las Madres Concepcionistas de Bavilé [Basilé], en Santa Isabel de Fernando Póo.
La propia Pilar Primo de Rivera le dedica un par de páginas a la implantación africana de la Sección Femenina en sus memorias “Recuerdos de una vida”:
También acudimos, porque se nos necesitaba, al África Ecuatorial. Todo lo que fuera incrementar allí la influencia de España y ayudar a la mujer a ocupar su puesto y a hacer valer sus derechos, nos parecía una de nuestras primeras obligaciones; por esto, cuando recibí, a través del Ministerio, una petición para que se enviase profesorado de la Sección Femenina a los Institutos creados por el Gobierno en la región ecuatorial de Fernando Poo y Río Muni, empezamos a pensar en la gran obra que se podía hacer; en el 63, las autoridades nativas vinieron personalmente a pedirme que enviara profesoras. Recuerdo que vino Federico Ngomo (después atrozmente asesinado por Macías en el momento de la independencia) con el comisario general de Río Muni, general Díaz de Villegas. (…)
Accediendo a los deseos expresados por las autoridades nativas, se organizó en Río Muni una escuela de hogar permanente. Después se establecieron dos colegios menores, uno en Santa Isabel y otro en Río Muni. Todos los gastos estaban pagados por las autoridades nativas, es decir, por el presidente de la Diputación de cada una de estas provincias. En Río Muni, en la escuela, además de las enseñanzas de hogar, se daban clases de bachillerato, y había una escuela de Magisterio. Todo ello, reconocido oficialmente por el Ministerio. Se organizó también un colegio menor y equipos de cátedras ambulantes, para internarse en los poblados de las provincias, y se preparó a monjitas nativas para que hicieran la labor en la selva. Se llevaron a la Península alumnas de nuestros centros a un albergue primero, y luego a un recorrido por España. Más adelante varias vinieron aquí para estudiar en colegios menores, y algunas siguieron carreras. En la Almudena se formaron varias ATS. Dos de ellas fueron más tarde directoras de un hospital en su país. Para que las alumnas pudiesen seguir el bachillerato se habían enviado allí algunas maestras.
Curso de divulgadoras sanitarias en Castellón de la Plana.

Amalia Morales Villena y Soledad Vieitez Cerdeño lo documentan en "La Sección Femenina en la «llamada de África»: Saharauis y guineanas en el declive del colonialismo español":
La Sección Femenina de la Falange Española y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS) recibió el encargo («misión», como ellas lo entendían) del gobierno de Franco de establecerse en un nuevo territorio al que expandir la experiencia de nuestro país en la gestión de las políticas sobre y para con las mujeres españolas. Varias generaciones de españolas recibieron sus enseñanzas y doctrinas en el intento de moldear las mentes y los cuerpos de las futuras madres de la Patria. Desde finales de la década de los años cincuenta en adelante, el régimen se plantea ampliar el ámbito de acción de Sección Femenina a las colonias saharauis y guineanas, como reconocimiento de su identidad nacional española y como estrategia para mostrar las bondades del régimen en cuanto a las colonias. Desde sus servicios y programas lograrían inculcar en estas mujeres la política de género del régimen en su etapa final, una política que constataba su fracaso para con las mujeres de la metrópoli, aún así contribuyendo a la españolización de las colonias. Durante catorce años hasta la disolución del Movimiento Nacional y, con él, la organización falangista de Sección Femenina fue estableciendo delegaciones e implantando servicios en las denominadas provincias españolas en África. La primera intervención de la Sección Femenina se llevó a cabo en el Sahara y un año después, a tenor del «éxito alcanzado» en la Guinea ecuatorial colonial, donde permanecieron hasta su independencia y, consecuentemente, hasta la salida de todas las instituciones franquistas de los territorios coloniales por entonces.
La Sección Femenina en Guinea
El proyecto africano significaba para Sección Femenina la gestión de un nuevo ámbito de servicios que les garantizaba a sí mismas (y, de paso, al resto de las mujeres) un espacio pequeño (aunque exclusivo) de poder que, contando con el beneplácito del régimen, legitimaba su labor; contentas así mismo de que el régimen siguiera contando con ellas hasta el punto de que le sobrevivieron en el tiempo. Más allá de estas razones coyunturales, sin embargo, los mandos de Sección Femenina argumentaron esa entrada en escena, basándose en una explícita (aunque aparentemente cándida) preocupación, «al conocer la situación de la mujer nativa […] [y] considerando que, al ser provincias de España, también ella era española». Ampliaban así el marco de actuación muy considerablemente, aún siendo conscientes de que se trataría de mujeres «difíciles» y problemáticas, con una mentalidad totalmente diferente a la de las mujeres nacionales. Con todo, el reiterado uso del genérico y singular «mujer» en el discurso de la organización rezuma un esencialismo que niega, como ya lo hiciera con las mujeres españolas, esa diversidad cultural, religiosa, étnica, etaria, generacional y/o de clase de las mujeres saharauis y guineanas, ubicadas por otro lado en regiones tan dispares del ya considerablemente diverso y complejo continente africano.
Noticia de ABC referente a la inauguración
de E'Waiso Ipola en enero de 1967

Sección Femenina en Guinea Ecuatorial 
La intervención de Sección Femenina en Guinea se hizo poco después que en el Sahara, en este caso a demanda del Procurador a Cortes y Presidente de la Diputación Provincial de Río Muni, Federico Ngomo. Se establecieron dos delegaciones de la organización femenina, una en Río Muni y otra en la isla de Fernando Poo (hoy Bioko), siempre atendiendo al «contenido étnico diferente» y la «idiosincrasia» de las comunidades «tribales» de las dos provincias y, en especial, de sus mujeres.

La primera Delegada Provincial de Río Muni fue Pilar Santalices y, al poco tiempo, Carmen Obón, quien permaneció allí hasta la independencia, acontecida cinco años después del Referéndum celebrado el 15 de diciembre de 1963. En la isla de Fernando Poo, Concha Tentor ejerció como Delegada Provincial de Sección Femenina. Según sus propios informes y testimonios, la mujer guineana (a diferencia de la saharaui) presentaba mayor interés por formarse, «aunque su carácter era difícil en todos los sentidos: apático, mentiroso, etc. ». Sin embargo, las niñas guineanas acudieron con celeridad a las escuelas de hogar que comenzaban a funcionar en las ciudades de Bata y de Santa Isabel (esta última hoy denominada Malabo, capital del país).
La labor de las Cátedras Ambulantes en Guinea [Las Cátedras Ambulantes se llevaron a cabo en las ciudades guineanas de Sevilla del Niefang (hoy simplemente Niefang) y de Valladolid de los Bimbeles (Añisok, hoy día).] arrancó con mayor intensidad que en el Sahara, debido a que las dificultades geográficas y la dispersión dificultaban el desempeño de Sección Femenina en el caso saharaui. Se constituyeron cinco equipos que instruían a las jóvenes y a las madres cuidadoras, organizadoras del hogar, así como a las familias en técnicas de administración del hogar, industrias rurales, higiene, además de clases de educación física y formación familiar y cívica; labores que se llevaron a cabo sin tener en consideración los intereses de estas mujeres y niñas africanas. Ya en 1965 funcionaban los Círculos de Juventudes y un Colegio Menor en Bata, habiéndose incorporado profesoras de Sección Femenina en los institutos de las dos capitales de provincia, Bata y Santa Isabel, para impartir las enseñanzas de hogar, educación física y formación política.
Segundo turno albergue de Benicasim.
 En el contexto guineano es preciso destacar la colaboración de Sección Femenina con algunas organizaciones religiosas, en especial las Hermanas de la Misión Católica de Nkué y las Oblatas, conformadas en su mayor parte por mujeres guineanas que trabajaron para el progreso de sus comunidades. La Sección Femenina se encargó de ampliar la formación de estas religiosas, capacitándolas como maestras, lo que contribuyó a fortalecer estos vínculos sin duda alguna. A diferencia de lo que ocurría en Sahara, la Sección Femenina encontró en los representantes políticos guineanos locales mayor apoyo y reconocimiento a su desempeño, algo que también se tradujo en el diverso despliegue de facilidades y recursos. Por otro lado, la religión y el idioma les parecieron más accesibles en este caso y, por lo tanto, las condiciones para expandir la política y los servicios de Sección Femenina fueron percibidas como más favorables, aún cuando la inversión en infraestructuras y servicios fue realmente mínima. La prensa española de la época también recogía la opinión pública estadounidense, respecto a la importancia de generar una sociedad euro-africana en Río Muni [Titular «España está forjando una sociedad euro-africana en Río Muni. Allí prevalecen la paz y la amistad, dice el New York Times» (ABC Domingo, 16 de abril de 1961, pg. 36].

"Enseñanza de trabajos de cestería. Apréciese la presencia de una joven guineana de las muchas que siguieron estudios en escuelas de la Sección Femenina", señala Pilar Primo de Rivera en sus memorias.
No podemos obviar el carácter de «provincia española» [El 14 de noviembre de 1963 las Cortes franquistas otorgaron a Guinea el estatuto de provincia española lo que implicaba contar con representación en dichas Cortes], otorgado por el régimen a Guinea Ecuatorial en 1959. Ello explica en buena medida que la formación y la capacitación de afiliadas «nativas» con el fin de desempeñar cargos profesionales o políticos se iniciara con prontitud, entre otras cuestiones, por el creciente trabajo que se realizaba en las dos provincias y para capacitarlas de cara al relevo, una vez llegada la independencia del país. Un importante número de jóvenes guineanas, un total de 44 alumnas, se formaron en los centros de Las Navas, La Mota, Onésimo Redondo, La Almudena… obteniendo titulación un importante número de ellas [Obtuvieron las siguientes titulaciones: 7 ayudante técnico sanitario (ATS), 4 matronas, 2 profesoras de Hogar, 1 de Educación Física, 2 elementales de Educación Física, 4 Instructoras rurales, 2 maestras, 8 profesoras de Corte y Confección, 2 de peluquería y cosmética, 2 divulgadoras sanitario-sociales]. Desde 1967, se incorporaron a la labor de las instituciones falangistas, hecho que el régimen se encargó de proyectar para mostrar su preocupación, así como el interés por la integración de las colonias. Como era de esperar por la construcción imperante de las relaciones y los roles género, las especialidades fueron adecuadas a las mujeres: puericultoras, enfermeras, matronas o modistas y también en cada una de las especialidades propias de la Sección Femenina (educadoras físicas, divulgadoras, instructoras rurales…).
Mientras la Falange centralizaba su sede y la imprenta del Semanario Ébano en el viejo edificio de la familia Jones, la Sección Femenina se dotó de un nuevo edificio. Conocido como E'Waiso Ipola, expresión bubi que significa “¡oye, mujer, levántate!”, fue posteriormente usado para dar cobijo a la guardia cubana de Macías. Tras su derrocamiento, el edificio fue dedicado definitivamente a funciones docentes y actualmente alberga a un colegio de salesianas.
En la fotografía de La Guinea Española (edición de enero/febrero de 1967) se recoge la llegada de Pilar Primo de Rivera y María Nieves Sunyer al aeropuerto de Santa Isabel para inaugurar la sede de la Sección Femenina y Colegio Menor de E'Waiso Ipola. La Escuela-Hogar de Bata en el complejo de la sede de la Diputación Provincial de Río Muni había sido inaugurada con anterioridad, recibiendo ésta la visita de Manuel Fraga Iribarne en enero de 1966.
Cercano el momento de la independencia de Guinea Ecuatorial, la Sección Femenina estuvo convencida de su posible continuidad en el país, al menos hasta dar el relevo a esa minoría de mujeres preparadas, aún en formación. Para argumentar tanto su labor como su potencial de futuro, la Delegada Nacional, Pilar Primo de Rivera, presentó diversos informes en los que ponía de manifiesto la firme convicción de que el desempeño de Sección Femenina no había consistido exclusivamente en una mera replica de los servicios existentes en España, sino en la creación de formulas particulares que además atendían a la diferencia cultural del país. Así lo recogen las póstumas Crónicas oficiales de la organización: «procuramos en todo momento respetar la idiosincrasia y tradiciones de la mujer guineana, no pretendiendo trasplantar simplemente instituciones que funcionaban en España, sino crear formas nuevas». Al igual que ocurriera en España, el colectivo de Sección Femenina creyó firmemente que podía ser una institución útil después de la independencia y, tras la muerte de Franco, a tenor de lo que había hecho hasta entonces y junto con las camaradas «nativas», formadas para tal fin. Ello requería ampliar el plan de formación para constituir una minoría o elite de mujeres preparadas, plan que se frustró con la llegada al poder de Francisco Macías Nguema, Presidente de la nueva República, quien «con colaboraciones marxistas eficientes, trató de devolver a la selva en el plazo más breve posible» al país.
Llegada la independencia, el 12 de octubre de 1968, el mismo día en que Manuel Fraga Iribarne -rigurosamente vestido con la guerrera blanca del uniforme de jerarca de Falange- firmaba en la vieja Santa Isabel el acta por el que nacía una república, se firmaron varios acuerdos. Y un año después, el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial, el cual en su artículo 10º establecía que "el Gobierno español prestará al Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial toda la ayuda posible para la enseñanza y la práctica de la educación física y deportiva, a través de la Organización Juvenil, la Sección Femenina, la Delegación de Deportes u otras organizaciones similares".

Sección Femenina y OJE, en el acto de despedida ante la Diputación Provincial de Fernando Poo, previo a salir de viaje hacia España.

Meses después de la independencia de Guinea Ecuatorial, Rafael de Mendizábal describía en "Misión en África: La descolonización en Guinea Ecuatorial (1968-1969)":
En los días frenéticos inmediatamente posteriores al «golpe de Estado» [del 5 de marzo de 1969] con las «juventudes» desbocadas por las calles de Bata asesinando a los suyos, saqueando tiendas y violando mujeres, las Jefas de la Sección Femenina de Falange se portaron ejemplarmente, con sencillez y coraje, tanto en Bata como en Santa Isabel, permaneciendo con sus pequeñas alumnas negras en los Colegios que regentaban, sin acceder a refugiarse en los campamentos de la Guardia Móvil como todos les aconsejaban.
Concluye Pilar Primo de Rivera: “Evidentemente, retiramos de allí las camaradas, aunque Macías nos instó varias veces a que las dejáramos, asegurando que él las protegería y ayudaría. Así terminó todo, y muchas de nuestras antiguas alumnas murieron asesinadas.”
La organización se mantuvo en Guinea Ecuatorial hasta finales de 1969 y el gobierno español sostuvo -en aplicación el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial- prácticamente hasta su disolución en España el financiamiento a la asignatura de “labores del hogar” en los colegios ecuatoguineanos (el 1 de abril de 1977 el Real Decreto Ley 23/1977 suprimió la Sección Femenina), con mandos locales como Marina Alene Mbá, generando así una suerte de Falange Exterior:
Con todo -completamos citando a Amalia Morales Villena-, tras la salida de Sección Femenina, quedaron unas débiles estructuras, herederas de su labor y estilo organizativo. Tal fue el caso de las líderes guineanas de la Sección Femenina, reconvertidas en el ala femenina del Partido Unificado Nacional de Trabajadores, sección que como indica el investigador Gustau Nerín «a partir de la dictadura de Macías siguió haciendo lo mismo que había hecho la organización falangista. Esto sí, cada vez se actuaba con menos recursos y de forma más precaria». La formación recibida por estas mujeres, no obstante, las situó en una posición privilegiada ante el nuevo contexto político, lo que les permitió ocupar puestos de responsabilidad educativa, social e incluso política...
Joanna Allan trata igualmente este tema en "Mujeres políticas silenciosas. Formas de resistencia de las mujeres ecuatoguineanas frente al colonialismo" dentro del V Seminario Internacional del CEAH: 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial:

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2 comentarios:

  1. ¿Sobre el PUNT y la Juventud con Macías no tenéis información?, por mucho que rastree no encontré gran cosa.
    Un saludo.

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    1. No contamos con esa información: nos especializamos en la Guerra Civil del 36 y sus consecuencias en el territorio ecuatoguineano. Éxitos en tu investigación!

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