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sábado, 24 de junio de 2023

Movimientos vecinales

Recordábamos recientemente que entramos en periodo electoral...

Y hace unos días a Nieves Concostrina se le quebró la voz en pleno programa radiofónico al analizar compromiso social y política en su viejo barrio: «concluye rompiéndose en antena, sin ninguna vergüenza, por quienes han olvidado lo que significó esta victoria de un barrio obrero ante el auge actual de la ultraderecha en España: "Muchos vecinos de aquellos barrios miserables, de aquellas colonias de barro, descendientes de gentes analfabetas, obreras, solidarias y luchadoras han olvidado demasiado pronto quiénes les han traído hasta aquí y quiénes intentaron que no salieran de la miseria"».




Su reflexión viene del relato basado en la victoria gracias al coraje de un barrio obrero:

Se trata de la historia del barrio madrileño de Orcasitas. El 16 de junio de 1977, una sentencia del Supremo les concedía el acceso a una vivienda digna tras una gran lucha vecinal. Y es que el sur de Madrid se pobló entre los años 50 y 60 de gente muy pobre, que vivía en infraviviendas, sin luz, sin agua y en condiciones pésimas. Las conocidas como colonias de barro y que a Concostrina, le toca muy de cerca: "Conocí bien ese tercer mundo. Nací en una de esas colonias de barro".

Como cuenta, las condiciones de la vida de estos vecinos era tan miserable que el Ayuntamiento de Madrid elaboró en 1971 un Plan parcial para la remodelación de la zona. "En la memoria de este plan urbanístico se decía que, una vez terminadas las obras, los vecinos que habían tenido que irse provisionalmente a otros sitios, volverían a su barrio para habitar las casas dignas que se iban a construir". Pero el Ayuntamiento, dirigido por aquel entonces por miguel Ángel García-Lomas, no tenía previsto cumplir con su compromiso. De hecho, no se firmó nada, solo existía esa memoria de intención. Y ese fue el problema, que cuando se construyeron las casas y se mejoró la condición del barrio, nada obligaba legalmente al ayuntamiento a seguir con su promesa.

Pero aquí es donde se demuestra el poder que tienen los ciudadanos cuando se organizan para luchar por sus derechos. Y eso es lo que ha emocionado a Nieves Concostrina. "Fueron a manifestarse a las puertas del Ayuntamiento y del Ministerio, crearon la Asociación de Vecinos de Orcasitas, y tuvieron la fortuna de dar con un abogado que se partió la cara por aquella gente tan desamparada", se refiere a Eduardo García de Enterría, uno de los más prestigiosos juristas españoles y el primer juez español en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Este abogado luchó por estos vecinos y concluyó que toda memoria incluida en un plan urbanístico tiene efecto jurídico y es de obligado cumplimiento.

Así, los vecinos de Orcasitas volvieron a sus casa y construyeron su barrio, sus calles, su centro social "y vieron cómo se instalaba el primer retrete". Es por esto que una de sus plazas tiene el nombre de Plaza de la Memoria Vinculante, como se denominó a esta victoria. Además, la periodista cuenta que "a los vecinos de Orcasitas se les encastró en los genes la solidaridad vecinal y la participación ciudadana, y por eso, tiempo después, cuando se instaló la calefacción en las casas, entre todos decidieron que no hubiera llaves individuales para que no se cortara la calefacción a quien no pudiera pagar".


¿Y qué tendría eso que ver con este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel?

Se trata de una asociación de ideas: en Orcasitas, la memoria del proyecto de urbanización del barrio preveía el realojo en condiciones dignas y habitables a los antiguos pobladores. Sin embargo, éstos fueron paulatinamente sustituidos por vecinos vinculados a la administración y -por qué no decirlo- a la estructura partidaria. La reacción organizada de los habitantes del asentamiento original logró que se reconociera que la memoria del proyecto urbanístico tuviera carácter vinculante y así quedó en la jurisprudencia española. Lograron, de esta forma asegurar el acceso a una vivienda digna en su propio barrio...

Seguro conocéis cómo los poblados de colonización en el campo español y las barriadas urbanas que surgen de la migración a las ciudades en España alteraron a golpe de ladrillo la periferia de las capitales. En el territorio ecuatorial ocurrió también, aunque en menor medida, con un volumen menor de población y ausencia de grandes industrias.

Parte de esos proyectos perduran con el paso de las décadas y merecen su estudio, pero nos vamos a centrar en el barrio de Los Ángeles de Santa Isabel.

Montserrat Villaverde y Laida Memba Ikuga nos lo cuentan en MALABO ciudad y arquitectura: «Los Ángeles es un barrio singular, por su fisonomía urbana y por agrupar gran diversidad social, cohesionada en un mismo espacio urbano. Es uno de los 11 proyectos construidos en el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social para Guinea Ecuatorial (1964-1967). Unos años antes, en 1961, el primer alcalde ecuatoguineano del país, Wilwardo Jones Niger (Santa Isabel, 1899), había solicitado al Instituto Nacional de Vivienda la construcción de 1.000 residencias de renta limitada para responder a la necesidad de habitación en la ciudad e intervenir sobre el crecimiento espontáneo de la periferia de Santa Isabel. El impulso de construir el nuevo barrio se llevó a cabo, bajo la promoción del mismo Ayuntamiento y del Instituto Nacional de Vivienda, integrándose en el Plan de Desarrollo. Los Ángeles está construido en los terrenos que ocupaban los asentamientos informales el Campo Haussa y el Campo Yaunde, situados en el límite de la ciudad, entre la calle Arzobispo Claret (Rey Malabo) y el río Cónsul. Estos dos barrios se formaron por la agrupación de casas de autoconstrucción de madera, nipa, chapa y materiales reciclados. Muchos de los terrenos de estos dos asentamientos estaban controlados por los haussas y por nigerianos, a los que llamaban calabares».





El resumen del proyecto dirá "Destinatario: Población local (trabajadores emigrados)", al final este proyecto del Instituto Nacional de la Vivienda y del Ayuntamiento de Santa Isabel supuso el desplazamiento de los pobladores originales, muchos de ellos asentados desde la creación de los campamentos de refugiados alemanes de la primera guerra mundial, generando un nuevo asentamiento chabolista en la periferia de la ciudad al no ser realojados en el nuevo barrio. «(...) Para la construcción de Los Ángeles derribaron el Campo Haussa y el Campo Yaunde, provocando el desplazamiento de muchos de sus habitantes, originando la conformación progresiva de lo que conocemos popularmente, desde los años 70, como Niumbili, el barrio actual del Campo Yaunde».

Tal vez aquí faltó un ejercicio de "memoria vinculante" como el que tuvo Orcasitas.

Pasados los años, el nuevo asentamiento de los vecinos desplazados con el levantamiento del barrio de Los Ángeles sigue marcado por la precarización y la estigmatización social.

Moto Nsa, ‘New Ville, Alias Campo Yaounde’ lo recordaba en el Diario de la Guinea Ecuatorial (Santa Isabel, 5 December 1972): «¿Qué y cómo es el barrio de New Ville? ¿Qué pasa en New Ville? ¿Por que se halla ahora en entredicho oficialmente? (...) En la esquina suroeste de la ciudad de Santa Isabel, en el verde y poblado rectángulo situado entre la carretera general de circunvalación que con duce a San Carlos, la nueva autopista prolongación de la calle. Rey Malabo y el joven barrio de Los Angeles, se halla una larga franja de terreno, de cerca de un kilómetro de largo y poco menos de medio de ancho, que recibe el nombre de New Ville. (...) New Ville nacíó donde hoy se halla el bonito barrio de Los Angeles, cuyas múltiples viviendas aglutinadas de abundantes espacios verdes, y árboles de sombra ceñidos con múltiples calles asfaltadas desplazaron a los habitantes de New Ville y son hoy un hermoso preludio de este castizo barrio al que solo separa una larga calle serpenteante. New Ville es un barrio que tiene un extraño aspecto de ciudad vieja. Y su vejez viene del material con que se han construído sus inumebles viviendas de planta baja, estrechas, apretadas y bajas donde el visitante tiene necesariamente que agachar la cabeza al entrar. Estas viviendas donde las tablas arrancadas de viejos cajones, chapas de zing o de bidones viejos, cartones y papeles se dan la mano para preservar escasamente de la intemperie, no llegan tan siquiera a alcanzar la altura de una casa cocina de calabó y nipa de cualquier pueblecito del interior».

  • No te pierdas al profesor Pablo Rabasco Pozuelo (Historia de la Fotografía y Últimas Tendencias del Arte, Universidad de Córdoba) con la ponencia "Los poblados experimentales, 1962-68" en el V Seminario Internacional del Centro de Estudios Afrohispánicos de la UNED-CEAH por los 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial.

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