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Tray es el tercero por la derecha. Fotografía tomada en la base aérea de Los Llanos, en Albacete, en el año 1947. |
El 24 de febrero de 1939 pasó a la situación de reemplazo por heridas en combate, y tras la convalecencia en las Palmas de Gran Canaria, volvió al servicio activo el 12 de julio de ese año, continuando en la carrera militar tras haber realizado los cursos de transformación.
Manuel García Cuenca relata en su novela Beatriz que: «La sobremesa de un domingo giró en torno a su único hermano, mayor que él [Francisco], por quien sentía un gran cariño. Se llamaba Juan Manuel y era militar. Residía en España desde hacía varios años y sólo una vez regresó a Guinea durante unas vacaciones. Estaba casado con una española y tenía tres hijos preciosos. Decía que no se veían, claro, pero era raro el mes que no recibía una extensa carta y fotografías. Cuando hablaba de su hermano se le iluminaba el semblante. Afirmaba que Juan Manuel era un gran tipo. Luchó en la Guerra Civil Española al lado de los ejércitos de Franco y en los campos de batalla ganó las estrellas de teniente de infantería. También resultó herido. Era mutilado de guerra.
Manuel García Cuenca relata en su novela Beatriz que: «La sobremesa de un domingo giró en torno a su único hermano, mayor que él [Francisco], por quien sentía un gran cariño. Se llamaba Juan Manuel y era militar. Residía en España desde hacía varios años y sólo una vez regresó a Guinea durante unas vacaciones. Estaba casado con una española y tenía tres hijos preciosos. Decía que no se veían, claro, pero era raro el mes que no recibía una extensa carta y fotografías. Cuando hablaba de su hermano se le iluminaba el semblante. Afirmaba que Juan Manuel era un gran tipo. Luchó en la Guerra Civil Española al lado de los ejércitos de Franco y en los campos de batalla ganó las estrellas de teniente de infantería. También resultó herido. Era mutilado de guerra.
Cuando acabó la contienda fue destinado a la ciudad de Albacete, donde era muy popular entre la población civil y el personal militar».
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En 1963 el diario Falange de Las Palmas de Gran Canaria informaba de su nuevo destino en Santa Isabel. |
En el momento de la Independencia de Guinea en octubre de 1968, Juan Manuel Tray era Comandante de Infantería, destinado como Ayudante de Campo del Comisario General de Guinea, Victor Suanzes del Río, aunque formalmente no pasó al Ejercito del nuevo Estado independiente hasta septiembre de 1969 (la Guardia Territorial se transformó en Guardia Nacional desde el 12 de octubre de 1968) fue nombrado jefe de la Casa Militar del Presidente Macias.
Juan Durán-Dóriga, el embajador de España en 1968, cuenta en sus memorias como éste le «había visitado en Santa Isabel para pedirme que gestionase su ascenso a coronel en el ejército español, que por cierto seguía pagando sus haberes».
En abril de 1969 se convirtió en Jefe de la Guardia Nacional con el empleo de Tte. Coronel de ese cuerpo, sustituyendo al último oficial español que la mandó (el Capitán Pizarro), aunque seguía siendo Comandante del Ejército de Tierra Español, donde figuraba como en situación de licencia reglamentaria (causó baja el 18 de septiembre de 1969).
No pudiendo satisfacer su ambición por ascender en su carrera profesional ni en el nuevo ejército ecuatoguineano ni en el español, acabó involucrado en decisiones imprudentes como la que dio lugar a la llamada guerra de las banderas en Bata (en palabras del Embajador de España: «En cuanto al detonante concreto de la crisis, lo sucedido en la mañana del 25 de febrero parece indicar que las apetencias del comandante Tray por la residencia del cónsul general jugaron un papel fundamental»), perdiendo al final la confianza tanto del presidente Macías como del Gobierno Español.
Tras una sucesión de desencuentros, acabó degradado por Macías al rango de sargento asignado al parque de automóviles, sometido a prisión domiciliaria y confinado en su aldea, sustituyéndole en su puesto anterior el Teniente Coronel Teodoro Obiang.
Acabó falleciendo exiliado en Valencia.
No pudiendo satisfacer su ambición por ascender en su carrera profesional ni en el nuevo ejército ecuatoguineano ni en el español, acabó involucrado en decisiones imprudentes como la que dio lugar a la llamada guerra de las banderas en Bata (en palabras del Embajador de España: «En cuanto al detonante concreto de la crisis, lo sucedido en la mañana del 25 de febrero parece indicar que las apetencias del comandante Tray por la residencia del cónsul general jugaron un papel fundamental»), perdiendo al final la confianza tanto del presidente Macías como del Gobierno Español.
Tras una sucesión de desencuentros, acabó degradado por Macías al rango de sargento asignado al parque de automóviles, sometido a prisión domiciliaria y confinado en su aldea, sustituyéndole en su puesto anterior el Teniente Coronel Teodoro Obiang.
Acabó falleciendo exiliado en Valencia.
- Si quieres saber más sobre cómo se involucró la población ecuatoguineana con la guerra civil, consulta la entrada Gran palabra tienen los blancos.