Podemos seguir con otras confluencias, como el origen de Mercadona, la canción del Cola Cao, la campana bubi de Elgorriaga, la inspiración de James Bond (si tienes curiosidad, investiga la operación postmaster en Fernando Poo durante la II Guerra Mundial) y muchas más.
Pese a la materia reservada y la amnesia colectiva, esta solapada omnipresencia es el ejemplo claro de que la teoría de los 6 grados de separación de Frigyes Karinthy es errónea:
Por lo menos en lo que a las relaciones entre Guinea Ecuatorial y España se refiere, la separación se reduce a 2 ó 3 grados. Así, si se rasca un poco la superficie la historia aflora.
Incluso cuando tomes un vino, Guinea puede estar presente.
Te explicamos: ya hemos visto, que la represión franquista desarrolló diferentes mecanismos para ensañarse con la disidencia, pudiendo proceder contra ellos por la vía civil, militar, administrativa... y en no pocas ocasiones acumulándose sanciones de varios tipos. Y de hecho, desde los Tribunales de Responsabilidades Políticas no son inusuales las sentencias con pena de destierro al territorio ecuatorial, sabiendo que la imposibilidad de cumplir con esa sentencia, forzaba en muchos casos a exiliarse al condenado, neutralizándole de esta forma y permitiendo así arropar jurídicamente la expropiación de bienes y patrimonio.
En su exilio, Forner invirtió en un pequeño viñedo en la zona de Corbieres, y esa iniciativa familiar fue el inicio de otros emprendimientos que no nos resultan desconocidos, como es el caso de las Bodegas Marqués de Cáceres, un pilar de la Denominación de Origen de productos riojanos.
Así que, cuando tomes una copa, no dejes de brindar a la salud de los republicanos condenados al destierro ecuatoguineano.
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