CB

viernes, 14 de octubre de 2016

La batalla y los Mártires

No hay mucha literatura sobre el tema...
En un foro de intenet lo razona así uno de los participantes:
"Cuando los nacionales se sublevaron a favor de Franco, animados por el jefe local de la guardia civil (Luis Ayuso Sánchez-Molero), el subgobernador de Bata, Miguel Hernández Porcel, se negó a sumarse. En la orilla del río Ekuku, las tropas republicanas salieron al paso de la expedición rebelde que iba a tomar Bata. Se intercambiaron unos disparos y murieron dos soldados negros. Eso fue todo. Bata permaneció con la República. En realidad, la guerra civil en Guinea se ciñó, sobre todo, a la pelea radiotelegráfica por un barco, el Fernando Poo, que estaba en la zona. Ambas facciones, los sublevados desde Santa Isabel (actual Malabo); y los republicanos desde Bata, llamaban al barco afirmando que ellos eran los representantes de la legalidad, y ordenando al barco que se presentarse en su puerto. Finalmente, el Fernando Poo se fue a Bata, donde fue utilizado como prisión, sobre todo de sacerdotes y monjas. Algunas semanas después llegó a Bata el Ciudad de Mahón, barco de guerra enviado desde Canarias para apoyar la sublevación, el cual bombardeó el puerto y el Fernando Poo, hundiéndolo con los prisioneros dentro. El franquismo consideró a aquellos ahogados mártires de la Cruzada, aunque solía olvidar, habitualmente, que había sido él mismo el que los había enviado al fondo del mar."

Informaba el diario católico El Defensor de Córdoba "En las costas de Guinea ha encallado el buque pirata Fernando Poo. La Tripulación fue hecha prisionera".

El portal "La Compañía Trasmediterránea a través de sus buques" facilita la secuencia fotográfica del ataque:

El Fernando Poo momentos antes de ser bombardeado

Aproximación entre el Fernando Poo y el Ciudad de Mahón

El Ciudad de Mahón envía una comisión al Fernando Poo
El Ciudad de Mahón bombardea al Fernando Poo y envía tropas para abordarlo

El Ciudad de Mahón envía un bote con una ametralladora hacia el Fernando Poo

El Fernando Poo incendiado

Cuenta en Guinea Española el padre Boixadera, superviviente del naufragio, que:
Día 14 - Hacia las 8 de la mañana aparece un buque en el horizonte, entre 8 y 9, empieza a bombardear el Fernando Poo, por el Ciudad de Mahón, hacia las 11 había acabado el combate, con la victoria del Mahón, dejando dos misioneros cadáveres (padre Acacio Ferraz y el hermano Ángel Roig) en los camarotes de tercera del Fernando Poo junto con un empleado de la casa Abascal de Bata y otros cuatro misioneros con otro empleado de la misma casa, heridos. Por la tarde de este mismo día salen a tierra unos 200 tiradores de Ifni para tomar Bata que encuentran despoblada.
Hacía las 5,30 de la tarde se tumba de costado el Fernando Poo, pereciendo cinco voluntarios del Ciudad de Mahón, debido a lo repentino del accidente.

Día 15. Levanta anclas el Ciudad de Mahón con rumbo a Santa Isabel, llevando a bordo cuatro misioneros heridos. Donde al llegar a Santa Isabel se llevan al Hospital y se procede a la amputación de una pierna al hermano Isidoro Gil, que muere posteriormente.

Es un hecho, que en los incidentes de la jornada, tanto en el mar como en tierra firme hubo más heridos y fallecidos. Sin embargo, 8 décadas después, todavía se carece de datos públicos referente a los republicanos fallecidos en el hundimiento.
El Capitán Emilio Ley Arata, director de la Trasmediterránea, reconocía un muerto de su propia tripulación en la edición del 12 de noviembre de La Prensa: «Los oficiales del barco casi todos son rojos. El oficial que se exceptúa de haber estado de parte de los marxistas es el señor Devesa, casado con una joven de Las Palmas, de familia muy conocida. El Capitán del Fernando Póo, don Antonio Pasaje Respeto (sic), estaba también de parte de los rojos. Resultó muerto en el accidente del Fernando Poo el primer maquinista Eduardo Selma, marxista.»
El 21 de noviembre, La Gaceta de Tenerife señalaba  "... varios impactos dieron en la línea de flotación, empezando a hacer agua y a tumbarse. Rápidamente se hundió, pereciendo ahogados gran número de rojos, entre ellos el cabecilla de la subversión. El barco ha quedado acostado de banda y enseñando la quilla, se cree que podrá ponerse a flote. De los rojos que se salvaron, algunos lograron internarse en el campo, pero en su mayoría fueron detenidos".
El diario La Libertad precisa en su edición del 4 de febrero de 1937, que el Fernando Poo "fue hundido, pereciendo 17 personas".
Igualmente, Ángel Miguel Pozanco señala en "Guinea Mártir - Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte" que Caparrós, del comité de a bordo, fue asesinado por los facciosos cuando el Ciudad de Mahón se dirigía a Santa Isabel:
Nos contaron la manera inhumana con que llevaron a efecto este asesinato los fascistas. Un moro, al conjuro de las palabras "éste, incomunicado", le segó la cabeza de un golpe de alfanje, después de haberle martirizado horrorosamente (p. 165).
El 19 de octubre, Rodrigo Miralles desde Camerún remite al Diario de Almería una carta narrando la situación que han vivido y en la que se encuentran:
Así las cosas hasta el día 14 del presente mes, en que apareció en la bahía de Bata un barco de tipo comercial enarbolando la bandera francesa; después de una rapidísima maniobra, se colocó a cien metros de la motonave «Fernando Póo», anclada en nuestra bahía desde hacía varios días, y sin previo aviso, y con la francesa enarbolada, disparó dos cañonazos sobre dicha motonave, destruyendo el puente de mando de la misma y parte de la popa; seguidamente, y al mismo tiempo que arriaba la bandera francesa e izaba la monárquica española abrió un nutrido fuego de ametralladoras sobre los españoles que tripulaban la motonave y sobre los indígenas que trabajaban en la carga y descarga. Debido a la sorpresa y a que en la motonave no se contaba más que con seis fusiles, el pánico fue enorme y la desmoralización completa. Por relato de los tripulantes que pudieron escapar de la tragedia, sabemos que el barco que atacó fue el «Ciudad de Mahón», pintado de negro. Los habitantes de Bata, al darnos cuenta de la traición, nos reunimos en la playa, y con los pocos fusiles que contábamos rompimos fuego, protegiendo a los tripulantes que venían a nado y que eran ametrallados sin compasión por el «Ciudad de Mahón»; nada pudimos hacer para salvar el barco; al poco rato ardía por los cuatro costados. Se dio orden de que las mujeres y los niños salieran de Bata y se trasladaran lo más cerca posible de la frontera: contábamos con poquísimas armas, pero decidimos vengar salvajismo tan grande y los que teníamos fusiles nos parapetamos en la playa decididos a evitar todo intento de desembarco a pesar de que las ametralladoras del barco lanzaban una lluvia de balas sobre nosotros.
Después de bombardear el barco, el «Ciudad de Mahón» empezó a disparar sobre Bata, sin tener en cuenta que es una población indígena y que los negros están al margen de toda lucha entre nosotros. Poco podíamos hacer con nuestro medio centenar escaso de roñosos mosquetones contra los cañones y ametralladoras del «Ciudad de Mahón»....


Con décadas de distancia, Miguel  Valverde  Espín razona en Los  cruceros  auxiliares en la Armada nacional. 36-39 el encuentro entre los dos buques:
Personalmente  opino  que  este  drástico  final fue un disparate al carecer de otra información  más  detallada,  pues  se  trataba  de  una  moderna  y espléndida  motonave  recién  incorporada  al  servicio,  carente  de defensas  de  ningún  tipo,  excepto  su  mayor  velocidad,y  que  a  lo sumo  sólo  dispondría  su  dotación  de  algunas  armas  cortas.  Pienso que  se  debió  agotar  toda  clase  de  argumentos  y  argucias  para apoderarse  de  la  nave,  pero  seguramente  el  temor  a  que  pudiera escapar  decidió  que  se  disparase  nada  más  avistarlo.  Ensoñándome en el tema llego a pensar que el mando del Ciudad de Macao tal vez quiso  emular  al  célebre  utópico  D.  Quijote  de  la  Mancha  en  el episodio  de  su  descomunal  batalla  contra  un  colosal  y  demoníaco gigante  que  en  sueños  se  le  había  aparecido,  por  lo  que,  espada  en mano, había arremetido contra un montón de cueros de vino tinto almacenados  en  su  aposento.  Craso  error,  pues  España  perdió  el novísimo buque y la Armada nacional otro magnífico crucero auxiliar como su gemelo Dómine. Supongo que el Comandante del Ciudad de Mahón no recibiría ninguna felicitación por ello, ya que realizó lo más fácil.  Si  todos  los  buques  de  la  Armada  Nacional  hubieran  procedido igual, la Marina Mercante española habría desaparecido.

A través de "Pellagofio" nos llega una fotografía tomada por Tomás Pérez, soldado canario, que es la que usamos para  imagen de cabecera de este blog:


Durante años, la estructura languideció frente al puerto de Bata...


Todavía en 1946 Imperio: Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S.  recogía en su edición del 27 de septiembre: "Una empresa británica intentará sacar a flotelo buques hundidos en la costa de la Guinea española"


viernes, 7 de octubre de 2016

Causa contra el Frente Popular en Guinea

El blog "Memoria e Historia de Canarias" de Pedro Medina Sanabria recoge diferentes y variados documentos. Entre otros:

CAUSA CONTRA EL FRENTE POPULAR EN GUINEA

TERRITORIOS ESPAÑOLES DEL GOLFO DE GUINEA
PLAZA DE SANTA ISABEL
AÑO DE 1936
C A U S A  NUMERO 521
INSTRUIDA POR EL DELITO DE REBELIÓN CONTRA LOS PAISANOS  PROCESADOS
JAIME GAY COMPTEJOSE MENDOZA PARREÑO
JOSE ROBLES DIEZVICENTE GIL FILIBERTO
PEDRO MANTILLA HENRIQUEZANTONIO PLATAS CALVETE
LUIS BUELTAS SAURASANTIAGO ROJO TOME
GONZALO CARRILLO RIERAENRIQUE PELLIVER GARAY
SANTIAGO GIL FILIBERTOJOSE PALLARES RAY
CASIMIRO PERALTA GARCIAJOSE BORLET DE LA TORRE
JOSE GARCIA SOLVESSEGUNDO SABIO DUTROIT
FRANCISCO HINESTROSA MONTESGINES PEREZ BALLESTA
MANUEL LUQUE VAZQUEZJOSE SERRANO ROLDAN
FERMIN FERNANDEZ ORTEJOSE TRILLA TORRE-GUITAR
RAMON AGULLO MIRALLES
Ocurrió el hecho. el dia 19 de Septiembre de 1937.
Dieron principio las actuaciones el 7 de Octubre de 1936. 
Juez Instructor
Secretario
Capitan de la Guardia Colonial
Suboficial de la Guardia Colonial
Don Enrique Pueyo del  Vall
Don Vicencio García Blázquez
 Cfr.: 12987-147-7 Causa 521 de 1936 contra el F.P. de Guinea

sábado, 24 de septiembre de 2016

Se sublevan tropas en Cogo

El saqueo de Bata

miércoles, 21 de septiembre de 2016

martes, 20 de septiembre de 2016

Bando del 19 de septiembre

El 19 de septiembre, la autoridad impuesta por los golpistas en Santa Isabel publica un bando reinstaurando el estado de excepción (ya decretado desde el 5 de junio por el gobernador Luis Sánchez-Sierra), disponiendo -entre otras-, que "La actual Bandera tricolor, que será retirada con las formalidades debidas, es sustituida por la bandera nacional rojo y gualda, que ondeará, en todos los edificios oficiales" y que "Los funcionarios que falten a sus obligaciones habituales y particulares que desatiendan a las suyas o perturben los ajenas, serán consideradas como reos de rebelión y castigados consecuentemente" sometiendo las infracciones al Código de Justicia Militar.
Cerraba con un "Por España y por la República".


El hombre del Chiringuito

"La noticia de la sublevación fue comentada frívolamente el mismo 18 de julio en el bar “Chiringuito”, de Santa Isabel, donde los españoles residentes en la colonia solían reunirse a charlar ante unos vasos de whisky con soda" en Crónica de la Guerra Española.
José Luis Vila-San Juan recoge en "El curioso alzamiento en Guinea" la narración de cómo la noche del 18 de septiembre de 1936 se detuvo a una veintena de vecinos identificados como leales a la República española:
—Se nos dio orden de detener, casa por casa, a los individuos del Frente Popular.
—¿Hubo mucha resistencia?
—No. Fue sencillísimo. ¿No ve que todos nos conocíamos? Llamábamos, entrábamos y le decíamos: «Oye, Fulano, quedas detenido; tienes que venir conmigo.» El hombre se vestía y me acompañaba.
—Así, ¿no se disparó ni un tiro?
—Si. Se disparó un tiro. Sólo uno. Se hirió en la pierna a uno de ellos. Era uno que tenia un bar en la Plaza España (el «Chiringuito»). Más bien creo que fue un accidente.
Juan Ramírez Dampierre, Vicecónsul portugués en Fernando Poo, lo cuenta de esta forma en sus comunicaciones:
Heraldo de Zamora, 14/12/1936.
Reteniendo con respeto al Gobernador General que continúa ocupando su casa particular en el Palacio, detenido e incomunicado, esa mañana desde las seis, fueron hechos presos cuantos constituían el Grupo Político Frente Popular y sus simpatizantes, siendo las prisiones hechas por milicias nacionalistas, acompañadas cada una de tres soldados de la Guardia Colonial indígena, todos debidamente armados y equipados. Todo Esto ocurrió con el mayor orden y serenidad, alterado tan sólo con el paso constante de camionetas con tropas armadas en los puntos estratégicos de la ciudad e iban a las casas de los individuos que iban a hacer prisioneros; sólo ha sido herido un extremista [el dueño de El Chiringuito] por haber disparado una pistola dos veces al intentar huir cuando en su casa le dieron la voz de alto [de un sargento], el cual se encuentra hospitalizado. (...) Los presos políticos en número de cuarenta, están bien guardados y vigilados por las milicias, como también bien tratados, pudiendo recibir de sus casas o pensión las comidas y todo lo que necesiten para su uso personal, pero sin comunicación con el exterior del enorme barracón de cemento, donde se encuentran muy bien instalados bajo rigurosa vigilancia. Entre ellos hay media docena de funcionarios de la Secretaría General del Gobierno, cuatro de la Administración de Hacienda, tres de la Administración de Correos, incluyendo el propio Administrador y varios particulares, algunos sin importancia, además de dos negros. También el capitán del Puerto se encuentra entre ellos, señalado como Gobernador Central comunista. (...) El número de presos políticos o sospechosos, continúa creciendo y algunos que habían sido puestos en libertad, poco después, por considerarlos inofensivos, fueron de nuevo capturados al hacerse nuevos registros en sus domicilios o por haber nuevas denuncias contra ellos.
Pero ¿el dueño del chiringuito? no es casualidad: dentro de la estratificación social entre los coloniales, éste era el espacio abierto y accesible, contrapuesto al casino, un club privado al que sólo tenían entrada los propietarios y apoderados, y en el se que planificó el golpe en la isla.

De hecho, éstas detenciones de la noche del 18 de septiembre, son las que dieron lugar al confinamiento de ciudadanos en el buque Fernando Poo en la republicana Bata, con la intención de intercambiarlos por los prisioneros republicanos de Santa Isabel.

Reapertura del chiringuito unas semanas después del golpe, con nuevo dueño:
Enrique Tirador, quien era también el adjudicatario del bar del casino.

La Guinea Española, en su texto conmemorativo del 2º aniversario del triunfo del golpe de Estado en la isla, recoge igualmente esa inquina por el chiringuito:“el que primero da, da dos veces. La noche del 18 de Septiembre al 19 fuimos a descansar con una terrible pesadilla: la atmósfera cada vez más pesada: los cambios de impresiones izquierdistas en chiringuita de la Plaza de España animados, esto no obstante la noche se echa encima y no se oyen más que los pasos de la Policía nocturna: ciudadanos hubo que presintiendo algo pasaron la noche en vela. Son las primeras horas de la mañana del día 19; se oyen ruidos de autos que vertiginosamente cruzan las calles y suben al Cuartel de la Guardia Colonial: los señalados acuden cautelosamente al lugar de la cita; éstos relativamente pocos son resueltos y llenos de decisión: sus casas se hallan cerradas y sus moradores en lo mejor de un sueño reparador: el reloj de la torre señala las tres de la madrugada, y esa hora es el momento de actuar que precisa no desperdiciar: el desarrollo del plan no podía realizarse en mejores condiciones. Se da la orden y aquí un puñado de patriotas tomó posiciones y cada uno guardó su puesto, las órdenes se cumplieron, se adueñaron de las bocacalles y en unas horas se apoderaron sin resistencia de la Radio y centros oficiales, así como eran detenidos en sus domicilios los corifeos del extremismo colonial y conducidos al Cuartel; no se produjo incidente alguno desagradable..."

Un 18 septiembre, la Guinea española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.
Sobre las 8 de la mañana del mismo día 19, fue izada la bandera nacional antigua en medio de gran solemnidad y concurrencia del pueblo que la aclamaba, con la guardia de honor hecha por el regimiento local de la Guardia Colonial, cuya banda tocó el himno de Riego, izándose la bandera primeramente en el edificio del Consejo de Vecinos (Ayuntamiento) y después con la misma solemnidad en el Palacio del Gobierno General de la Colonia, seguido de grandes aplausos de la multitud. Entretanto, había asumido el Gobierno General de la Colonia, el Jefe de la Guardia Colonial, que ya era Comandante Militar de la ciudad, y hacía tiempo estaba en estado de sitio, fijándose enseguida, el bando cuyo ejemplar se adjunta. 
Bando del 19 de septiembre, estableciendo que "La actual Bandera tricolor, que será retirada con las formalidades debidas, es sustituida por la bandera nacional rojo y gualda, que ondeará, en todos los edificios oficiales" así como que "Los funcionarios que falten a sus obligaciones habituales y particulares que desatiendan a las suyas o perturben los ajenas, serán consideradas como reos de rebelión y castigados consecuentemente" sometiendo las infracciones al Código de Justicia Militar. Cerraba con un "Por España y por la República"

jueves, 15 de septiembre de 2016

Control de armas en Bata

Tras la partida del crucero Méndez Núñez, y las revueltas en la zona continental, los republicanos de Río Muni, solicitan al subgobernador que tome medidas de control de armas y revisión de jerarquías en función a la lealtad al gobierno de República.
Solicitan igualmente la conformación de una milicia nacional, firmando la solicitud ciudadanos que posteriormente se verán forzados al exilio y sancionados por su posicionamiento.
El temor se confirma: unos días después, caerá Santa Isabel, y se sublevará Cogo.

jueves, 1 de septiembre de 2016

El saludo de la tripulación del Méndez Núñez

En el archivo fotográfico del ABC, conservan esta espectacular fotografía:

Los tripulantes del crucero Mendez Núñez saludando con el puño, después de llegar de Fernando Poo, para ponerse a las órdenes del bando republicano.
Fecha: 1937Ref.: 4400217
Palabras clave: Zona RepublicanaMarinaCartagena,CrucerosMurciaMéndez Núñez
Autor: Hermanos Izquierdo
Tipo: FOTOGRAFÍAS NEGRO


Los Tripulantes del Méndez Núñez, Saludando al Pueblo, A su Llegada a la península Ibérica. Dicho crucero se Encontraba lejos de las costas españolas al comienzo de la Guerra Civil, y al Regresar, se unió a la causa Republicana.
Al igual que esta otra, cuyo pie de foto original (el actual de la fototeca del periódico difiere un poco) decía «El crucero Méndez Núñez, otro de los barcos ganados para la República por el heroísmo de la marinería que desembarcó en Fernando Poo a los jefes y oficiales sublevados».


miércoles, 31 de agosto de 2016

La pugna por el Méndez Núñez contada por el Vicecónsul portugues en Fernando Poo

Manuel Burgos Madronero, recoge en "Crónicas Portuguesas de La Guerra Civil de Espana. Los Informes Del Vicecónsul Portugués En Fernando Poo (14 de Agosto-31 de Octubre de 1936).” diferentes documentos que describen los días de conflictos en la Guinea Española. Advierte, eso sí, que «no he podido averiguar las circunstancias personales de Juan Ramírez Dampierre, Vicecónsul portugues en Fernando Poo. Por supuesto que nunca escribe en portugués; sus escritos muestran descaradamente simpatía por el bando sublevado; debió ser un industrial o comerciante con influencia y poder allí en Fernando Poo, como delata de alguna manera su "sonoro" apellido»:

Proceso 28/1. 
Informe número dos de los políticos y sociales y Fernando Poo 31 Agosto de 1936. Arquivo do Ministeri dos Negocios Estrangeiros. Lisboa Mago A8M2. 

El 14 de Agosto fondeó de nuevo en este puerto de Santa Isabel el crucero español "Méndez Núñez, habiendo desistido de su viaje a España, llegando hasta Dakar. Se sabe que su regreso fue motivado por el Comandante y oficiales superiores del mismo barco de guerra, que eran partidarios del Movimiento del General Franco y el Gobierno de Madrid no tener confianza por la actitud del barco, ordenó su regreso para aquí. Con la permanencia aquí de dicho navío, se reanimaron los ánimos de los núcleos del Frente Popular (de Fernando Poo) que comenzaron después a inquietarse. A su regreso del continente (Río Muni o Guinea) e Isla de Anno Bon, se dirigió una carta al Gobernador General que la consideró inconveniente e irreverente, castigando al presidente del Grupo del Frente Popular, su autor, con una multa disciplinaria de quinientas pesetas. Como las condiciones financieras de éste fuesen precarias, se le embargaron algunos de sus bienes, retirados de su establecimiento, cuya venta de subasta judicial financiada para el 25 del mes corriente. Como no tuvo compradores se anunció una segunda subasta. Entretanto se soliviantaba el citado grupo político, animado con la presencia del barco de guerra, cuyos marineros y oficiales subalternos estaban de acuerdo con ellos; en tierra, por todas partes de la ciudad, en los bares, en las calles, con la tolerancia del Gobernador General en cuanto el pueblo se alarmaba de posibles graves acontecimientos; no obstante la tripulación, alegan que no les importaba los asuntos de la colonia, pero sí los de España, para donde insistían enérgicamente en ir, en cuanto el comandante estaba gravemente enfermo, durante varios días, a bordo del barco. De Madrid, no cesaban nuevas instrucciones para que el navío siguiese inmediatamente a la Península, hasta que en virtud de los diferentes sentimientos políticos de su tripulación, el Sr. Gobernador General, que sabe ejercer su cargo con imparcialidad política, dirigióse la noche del jueves 27 y después de hablar con la oficialidad, mandó formar toda la tripulación, a la que habló, sugiriendo a todos la idea de ir a la Península por la Patria amenazada y que si por ventura existían a bordo elementos contrarios a la política del gobierno Central, convenía que éstos se declararan para que fuesen desembarcados y destituidos de sus cargos. Este discurso que produjo excelente efecto en todos, calmó el ánimo de los marineros, resultando del mismo que en la mañana del día siguiente fueron desembarcados diez y siete oficiales superiores, incluyendo al Comandante, que acto seguido fueron transportados para la villa de San Carlos, que dista de esta capital unos cincuenta kilómetros por carretera, donde fueron acogidos y hospedados en una casa particular. Pero entre los que quedaban a bordo, no había nadie para tomar cuenta del barco y conducirlo a la Península, lo que obligó a nuevas intervenciones del Gobernador General para que un Teniente de marina, señalado por los marineros quedara a bordo, sacrificándose por la patria, por los compañeros y por la Colonia, amenazada de ser bombardeada.
Editorial de Jaime Gay Compte en
El Defensor de Guinea,
según La Guinea Española.
Este brioso militar bastante contrariado, después de reflexionar, dijo estar dispuesto a sacrificar su vida quedando con ellos, haciendo muestra una vez más de su patriotismo. En la media noche del sábado, abrumado por el paso dado y arrepintiéndose, se dice que intentó suicidarse, a lo que se opusieron los marineros, garantizándole que nada malo le pasaría; después de varias diligencias del Gobernador General, que recelaba por la presencia del navío por causa de los movimientos y combinaciones de los grupos políticos en tierra que contaban con la marinería, fue señalada la salida del puerto, del crucero para el domingo 39 (Agosto) a las dos de la tarde. Además, el sábado pensaron los marineros, que su intención inmediata ir a bombardear las Palmas, que entre los oficiales que se quedaban o fueran desembarcados, estaba el mejor artillero del barco, cuyo servicios consideraban imprescindibles. En ese sentido hicieron nuevas tentativas junto al Gobernador General, el cual telefoneó al Delegado del Gobierno en la villa de San Carlos, en el sentido de que el oficial indicado embarcase en una lancha inmediatamente para Santa Isabel y se incorporara al barco, siguiendo con ellos el viaje a España, el domingo por la tarde. De San Carlos, informaban después que la lancha en que el referido oficial había embarcado para Santa Isabel, había dejado el puerto en la madrugada del domingo. Y eran casi las cuatro de la tarde, cuando aún no había llegado aquí, haciéndose esta travesía normalmente en cuatro horas. Fue mandada una lancha de un ciudadano portugués, Antunes, a buscarlo por todos los puntos del camino hasta llegar a San Carlos y habiendo cumplido la misión encomendada, hasta el punto de dirigirse a la casa donde estaban los restantes oficiales, con lo cual les dijo, que había hablado; sin recibir noticia alguna de la lancha que buscaban y tampoco del oficial de referencia, que realmente había salido en la madrugada de ese día en la lancha; entre tanto estaban cortados los servicios telefónicos entre San Carlos y Santa Isabel. 
A las cuatro de la tarde, salía del puerto el crucero Méndez Núñez, en medio de una ansiedad pública, esperando encontrarse por el camino, cuya dirección era la de su ruta, el imprescindible oficial para sus hazañas en las Palmas. Después de la salida del barco, divulgóse por la ciudad que los individuos del grupo "Frente Popular" y sus afiliados, contando con la presencia del barco y del apoyo de la marinería, pretendían asesinar a algunos individuos, entre ellos al Obispo y al Secretario General, quemar la magnífica Iglesia Catedral, la Misión Católica, el edificio del Tribunal de Justicia y el Registro de la Propiedad, etc, etc.. a lo que enérgicamente se opuso el Gobernador General, en conferencia con los cabecillas del referido grupo y del marinero Sierra, Jefe de los comunistas a bordo del crucero. Santa Isabel de Fernando Póo. 31 agosto de 1936. El Vicecónsul interino. Por el bien de la Nación. Fdo. Juan Ramírez de Dampierre. 

En el archivo fotográfico del ABC, conservan esta espectacular fotografía:

Los tripulantes del crucero "Méndez Núñez" saludando con el puño,
después de llegar de Fernando Poo, para ponerse a las órdenes del bando republicano.

Fecha: 1937Ref.: 4400217
Palabras clave: Zona RepublicanaMarinaCartagena,CrucerosMurciaMéndez Núñez
Autor: Hermanos Izquierdo
Tipo: FOTOGRAFÍAS NEGRO



El crucero Méndez Núñez se encontraba lejos de las Costas Españolas al comienzo de la Guerra Civil, la marinería hizo desembarcar a los oficiales en Fernando Poo, y se puso a las órdenes del gobierno de la República. 
Los Tripulantes de dicho crucero, saludando al Pueblo a su llegada a la península Ibérica.

Si bien su pie de foto original (el actual de la fototeca del periódico difiere un poco) decía «El crucero Méndez Núñez, otro de los barcos ganados para la República por el heroísmo de la marinería que desembarcó en Fernando Poo a los jefes y oficiales sublevados» (ABC 10/09/1936).

martes, 30 de agosto de 2016

En el crucero “Méndez Núñez“

El Sol, 13 de septiembre de 1936.
Los números 74 y 75 del Semanario La Armada, del 23 y 30 julio de 1938 recogen la narración en
primera persona de los sucesos del Méndez Núñez:

Visita a nuestros barcos: en el crucero Méndez Núñez

En Junio, el buque se encontraba en Cádiz, para limpiar fondos, de donde salió, como cabeza de la flotilla de destructores, hacia Tánger, en cuya población se iba a regalar una bandera al “Tofiño”.

Se pasó, luego, a Ceuta, en la cual se hizo víveres para seis meses, corriendo el rumor entre la dotación de que se partía seguidamente rumbo a Fernando Póo, donde al parecer existía cierto desorden. En efecto, enseguida partió hacia allá el viejo crucero, haciendo su primera escala en Puerto de la Luz (Islas Canarias), siguiendo a Dakar, a donde se llegó el día 11, visitándose a nuestro cónsul, reponiendo víveres, adquiriendo salacots y demás cosas propias del viaje que se hacía. E1 14 de dicho mes, se entró a carbonear en Freetown, lo que también se hizo posteriormente en Lagos, el día 21, continuando marcha a Santa Isabel, donde se arribó el 25.

Nada anormal se notó a la llegada. Al contrario. Fernando Póo era presa de la mayor quietud. Tanto las autoridades como el resto de la población isleña, hicieron objeto a las marinos de las mejores atenciones, invitándoseles constantemente a bailes y diversiones mil. Por consiguiente, la estancia transcurría agradablemente, en lo que cabe, lejos de la Península y de las familias.


Así las cosas, el día 19 de julio, Radio Basilé -la emisora de la isla- anunció a los cuatro vientos el estallido del movimiento sedicioso en Marruecos y parte de España, siendo de notar que los oficiales de a bordo apenas se separaban un momento de la radio del buque, escuchando atentamente las incidencias y pormenores de la sublevación.

Bueno será indicar que, desde el triunfo electoral del 16 de febrero, existía a bordo una relación estrecha entre un pequeño grupo de gente de izquierda, siendo elementos significados de dicho grupo democrático los Auxiliares D. Juan Bautista Morales y D. Ramón Prados, todos los cuales tenían algunas reuniones en el pañol bajo de contramaestres, lejos de la vigilancia de los oficiales, en su gran mayoría derechistas. Este grupo, inmediatamente de ser conocida la sedición militar, estableció contacto con el Frente Popular de la isla, al que dieron cuenta de la situación de abordo. Producto de ese contacto, fue que se lograse comunicar con el Gobierno, sin conocimiento del mando del crucero, del cual se dudaba, lo que se hacía durante la madrugada, a través de la emisora de la isla, horas a las que no había peligro alguno fuese captada la comunicación por la estación receptora del buque, controlada desde el primer instante, como decimos, por la oficialidad.

En este interregno, tuvo lugar algo que puso en guardia a la dotación. Fue la orden en virtud de la cual, con la excusa del pintado de varios sollados, se mandó dormir a tierra a dos brigadas del barco. Entonces nació en todos la natural sospecha de que lo que se pretendía con tal medida era, de acuerdo con el personal desafecto al régimen republicano, apoderarse el mando y oficiales del crucero, para secundar el movimiento.

El día 24 de Julio, el mando dispuso salir a la mar, cumpliendo órdenes del Gobierno, lo que se hizo a la mayor rapidez, no sin que el grupo leal se preparase a afrontar cualquier intento de traición por parte de los superiores.

Se inicia el regreso a la Península, haciendo escalas en Lagos y Freetonwn, para carbonear y víveres frescos. A Dakar se llegó dos días después de lo debido, lo que motivó un incidente (que nadie de a bordo ha sabido explicarse todavía) entre la oficialidad y el comandante, al manifestarle aquélla su extrañeza por semejante tardanza, contestando desabridamente el Jefe, diciendo que, como se le volviera a hacer objeto de otra advertencia semejante, ordenaría poner proa hacia alta mar hasta que se agotase el último resto de combustible.

El día 7 de Agosto, recibióse, en Dakar, una orden del Gobierno, para que se regresase a Fernando Póo. Por cierto que, al arribar a este puerto francés, sus autoridades andaban envueltas en un mar de confusiones ante la presencia nuestra, ya que, según pudimos enterarnos después, la actitud del buque respecto al movimiento sedicioso estallado,.no aparecía muy clara a sus ojos ni ante los de la opinión pública. Luego de muchas consultas y forcejeos, se nos permitió fondear en la dársena, fuera del puerto, prohibiendo saltar a tierra a la dotación y al mando, permitiendo solo la visita a bordo del cónsul nuestro, que observó una conducta muy dudosa, ciertamente, pues unicamente hizo su presencia sobre cubierta al cabo de pedírselo varias veces, y cuando el Comandante, cansado de que no se nos facilitase combustible ni víveres, dijo que, si persistía en tal actitud por parte de las autoridades francesas y por todos los demás, se vería obligado a lanzar el S.O.S.

Después de la entrevista del cónsul con el comandante, hubo víveres y agua, y también, a los dos días de estancia en el lugar, combustible.

Entretanto, el núcleo izquierdista del barco trabajaba. Fruto de esta labor, fue que los Auxiliares, en su gran mayoría, firmasen un documento de adhesión al Gobierno, de cuyo contenido se dió conocimiento a los cabos de rancho, para su traslado a la marinería, trayendo éstos la conformidad de la misma al documento suscrito. Inmediatamente se nombró una comisión para que visitase al comandante y recabase su autorización para cursar el repetido documento, la cual subió a cumplímentar el encargo, siendo recibida por el segundo comandante, quien manifestó que el Jefe se hallaba ya acostado (eran las once de la noche), pidiéndoles aguardasen hasta el día siguiente, aunque advirtiendo a los comisionados que el propio comandante, adelantándose al propósito, había ya enviado al Gobierno la adhesión de todos, cosa que luego se comprobó inexacta.

Al otro día, el Jefe llamó, en vez de a la comisión de referencia, a todos los Auxiliares de Cargo, excepto al de Electricidad, don Juan Bautista, a los que previno contra las reuniones y actividades políticas que se notaban a bordo. Y, para ganarse la confianza de todos, exclamó: “¡Soy el Comandante del crucero “Méndez Núñez”, y juro mi lealtad al Gobierno de Frente Popular ! ”. Luego de tales palabras, la opinión de los interlocutores se dividió, resaltando entonces la firmeza del Auxiliar Prados.

Cumpliendo la citada orden del Gobierno, a las diez de la noche del día 9 de Agosto, el crucero volvía a hacerse a la mar rumbo a Fernando Póo. Durante la travesía, llamó mucho la atención de la gente lo poco que se dejó ver el comandante. El arribo a la isla, causó la mayor sorpresa, pues ya se daba el barco como pirata. Entonces nos contaron allí que nuestra marcha de días antes, al no haber obedecido a orden alguna del Gobierno - como en esos momentos se aclaró - se suponía lo fuera de la Junta de Burgos, cosa, por otra parte, no desprovista de lógica. La población y las autoridades, volvieron a obsequiarnos con sus mejores atenciones. Nuestra nueva estancia transcurría apaciblemente. El grupo democrático de la dotación, vio fortalecer sus posiciones.

El 30 de agosto, recibióse un radio del Gobierno, indicando que eligiésemos, entre nosotros mismos, nuevo mando del buque y se destituyese a todo aquél que no fuese fiel a la República. Sánchez Guerra, el Gobernador General de la isla, nos dio cuenta de tal despacho ministerial, Previamente, se había reunido con la oficialidad, quienes, según nos comunicó aquel, le habían prometido fidelidad a la República y al Gobierno.

Sánchez Guerra nos informó sobre el carácter de la guerra iniciada, así como de su transformación en lucha de independencia nacional, terminando diciéndonos que se imponía regresar inmediatamente a la Península, apenas se nombrase por todos nuevo comandante, sugiriéndonos recayese el nombramiento en un oficial de confianza.

Se designó al Teniente de Navío don Ángel Bona, eligiéndose Oficial de Derrota a don Manuel Guasch (Alférez de Navío). Eran los que menos desconfianza inspiraban. Fueron desembarcados, el Comandante, el Segundo y demás Oficiales, menos el Médico y el Contador. Quedaron a disposición del Gobernador, en San Carlos.

La Epopeya del Méndez Núñez

El día 31 de Agosto, emprendimos el viaje de retorno a España. Nuevamente, en Lagos, donde nos enteramos de la fuga de los quedados en San Carlos, mediante la complicidad de cierta autoridad. Los ingleses, nos dieron facilidades para todo, advirtiendo que ningún puerto extranjero del trayecto podría ya favorecernos respecto a combustible y víveres.

Tocamos, de nuevo, en Freetown. Y en Dakar, el 9 de Septiembre, permaneciendo allí dos días, al segundo de los cuales hicimos combustible. Entonces, nos enteramos de la constitución del Comité de No Intervención, por los obstáculos que nos pusieron al suministro, vencidos gracias a que se tuvo en cuenta nuestra condición de barco en ruta con anterioridad a la entrada en vigor el pacto no intervencionista.

Cuando íbamos a hacernos a la mar, a las ocho de la mañana del día 11, notamos la falta del nuevo Comandante y del Oficial de Derrota. Se fugaron ambos a tierra. Se ofrece entonces para conducir el barco hasta España el Contramaestre de Víveres D. Juan Montiel, muy conocedor de aquellas costas en que estábamos, cuyos servicios se aceptan. Pero, no obstante, se gestiona el embarque de un piloto de un buque griego surto en el puerto. Más el amor propio de españoles se sobrepone a todo, y, a las doce de la noche de dicho día, proseguimos nuestro viaje portando la numeral del buque griego en cuestión, cedida al efecto.

A los dos días de navegación, a la altura de Cabo Blanco, se cruzó con nosotros un avión, que llevaba rumbo a Canarias, sin más incidencia. La madrugada del 21 de septiembre, con las luces de situación cual si fuéramos barco mercante, atravesábamos el Estrecho, siendo descubiertos por el proyector de Gibraltar, desde donde se nos pidió la numeral, dándole la griega, lo que causó en los ingleses la natural extrañeza, pues los primeros claros del día permitían ya ver la clase de nuestro barco, por lo que insistieron en la petición. Nosotros continuamos la marcha, sin responderlos, quedando pronto atrás el Peñón.

Málaga se nos ofreció a las pocas horas. A las nueve y media de la mañana, estábamos en su puerto, donde toda la Flota Republicana, allí concentrada ese día, nos hizo objeto del más apoteósico recibimiento, al que vino a sumarse la población.

Del crucero “Libertad” (buque insignia), se requirió nuestra presencia, marchando al mismo una comisión, que fue recibida por el Jefe de la Flota, D. Miguel Buiza, acompañado por el Comité Central de la misma, recogiendo los comisionados las instrucciones pertinentes. Aquel mismo día, a las cuatro de la tarde, salimos para Cartagena, donde se nos tributó idéntico recibimiento que en Málaga. En este trayecto, se precedió a nombrar el Comité de a bordo.

En el archivo fotográfico del ABC, conservan estas espectaculares fotografías:
El crucero Méndez Núñez. Durante la Guerra Civil la marinería hizo desembarcar a los oficiales en Fernando Poo, y se puso a las órdenes del gobierno de la República.
El pie de foto original (ABC 10/09/1936) decía: "El crucero Méndez Núñez, otro de los barcos ganados para la República por el heroísmo de la marinería, desembarcó en Fernando Poo a los jefes y oficiales sublevados."

Fecha: 1936
Ref.: 1202281199
Palabras clave: Guerra civil española 1936-1939Cruceros (Barcos)Autor: Fustero

Acciones navales del "Méndez Núñez" durante la Guerra de España, periodo 1936-1938.

En honor a la verdad, forzoso es decir que el viejo crucero cuenta en su haber una lucida campaña a lo largo de estos dos años de guerra. Y podríamos indicar que ninguna de las acciones sobresalientes de la lucha ha escapado a su intervención.

Con el grueso de la Flota, participó en la acción sobre la costa de Motril, cosechando blancos tan magníficos como la destrucción de un importantísimo puente y una fábrica de azúcar.

Junto con los destructores “Sánchez Barcáiztegui” y “Gravina”, tomó parte en la operación de Pollensa, en las Islas Baleares. Más tarde, le cupo el honor de figurar en 1os magnos combates de Cherchel y Cabo de Palos. Todo ello, amén de los innumerables servicios de convoyes realizados.

Regreso del Méndez Núñez


En el archivo fotográfico del ABC, conservan esta espectacular fotografía:

Los tripulantes del crucero "Mendez Núñez" saludando con el puño, después de llegar de Fernando Poo, para ponerse a las órdenes del bando republicano.

Fecha: 1937Ref.: 4400217
Palabras clave: Zona RepublicanaMarinaCartagena,CrucerosMurciaMéndez Núñez
Autor: Hermanos Izquierdo
Tipo: FOTOGRAFÍAS NEGRO

viernes, 5 de agosto de 2016

El fusilamiento de Fulgencio Rosique Maya

Tan sólo, un ejemplo de aquellos que -vinculados a Guinea Ecuatorial- fueron víctimas de la represión:

Como es habitual entre los represaliados por el franquismo, no hay mucha información de Fulgencio Rosique Maya.

Fulgencio nació en el territorio insular español del golfo de Guinea e ingresó en la guardia civil en 1934. Leal al gobierno, le sorprendió el golpe de Estado en Granada, por lo que el 5 de agosto de 1936, a las dos semanas del mismo, fue sentenciado a muerte en Consejo de Guerra.

José Ignacio Barrera Maturana recoge en Grafitos y memoria histórica: la tapia del cementerio de Granada:

«Desde el primer momento de la sublevación, ante el cerco que sufría la ciudad y para evitar posibles focos de insurgentes, se instauró un régimen represor de terror, con la idea de someter a la población no adepta al movimiento golpista. Se trataba de “la eliminación del adversario bien por el silencio, bien por la eliminación física, mediante el asesinato”. A las primeras detenciones selectivas de las autoridades republicanas (Alcalde, Concejales, Gobernador Civil, líderes de los partidos marxistas y organizaciones sindicales socialistas y anarquistas), siguieron masivas detenciones de simples militantes, obreros y profesionales (abogados, maestros, catedráticos, médicos…) que se habían opuesto de una forma u otra al golpe militar, o manifestaron en algún momento su lealtad o simpatía por la República (...).

En un principio, a los presos más relevantes se les sometió a consejos de guerra y a juicios sumarísimos, carentes de garantías jurídicas. Después, los juicios ya no se llevaron acabo, y miles de presos serian ejecutados directamente. Cada noche en la cárcel, se leían públicamente las listas de los presos que habían sido condenados a muerte. Luego, unas horas antes del amanecer, eran llevados en camiones hasta las tapias del cementerio donde serían fusilados. Merece la pena relatar algunos de los testimonios que nos han llegado de estos terribles hechos. El primero procede del diario de Robert Neville, cronista del New York Herald Tribune, publicado íntegramente en ese periódico. Neville, llegó a Granada el 18 de julio de 1936 y permaneció en la ciudad hasta el 12 de agosto:
“Ya hemos desentrañado la significación de la ráfaga de disparos que oímos cada mañana al amanecer y cada tarde al anochecer. También hemos podido relacionarlo con los camiones de soldados que suben por el Washington Irving unos pocos minutos antes de que se oigan los disparos y que bajan otros minutos después. Hoy cuatro de nosotros jugábamos al bridge en una habitación de la segunda planta del hotel cuando pasaron dos camiones. Desde abajo habría parecido que todos los hombres en aquellos enormes camiones fuesen soldados, pero hoy los vimos desde arriba y observamos que en el centro de cada camión había un grupo de paisanos. El camino que pasa por el Washington Irving va al cementerio. No va a otro sitio. Hoy los camiones subieron con aquellos paisanos. En cinco minutos oímos los disparos. A los cinco minutos bajaron los camiones, y esta vez no había paisanos. Aquellos soldados eran el pelotón y aquellos paisanos iban a ser fusilados”
La segunda noticia la ofrece la escritora norteamericana Helen Nicholson, en su libro Death in the Morning, publicado en Londres en 1937. En julio de 1936, veraneaba en una casa situada en el Camino del cementerio:
“Desde hacía bastante tiempo las ejecuciones habían ido aumentando a un ritmo que alarmaba y asqueaba a toda la gente ponderada. El guardián del cementerio, que tenía una pequeña y modesta familia de 23 hijos, nada menos, le rogó a mi yerno que le encontrara algún sitio donde su esposa, y sus 12 hijos más pequeños, que todavía vivían con ellos, pudiesen recogerse. Su casa en la portería –situada en la misma entrada del cementerio- les resultaba ya intolerable. No podían evitar el oír los tiros y a veces otros sonidos –los lamentos y los quejidos de los agonizantes – que hacían de su vida una pesadilla, y temía el efecto que pudiesen producir en sus niños más pequeños”. 
Pero los asesinados no eran sólo los presos mandados desde la cárcel de Granada, que maniatados y transportados en los “camiones de la muerte” cruzaban la ciudad por la Gran Vía y subían por la Cuesta de Gomérez para enlazar con el Camino del cementerio, sino también, aquellas personas que la “Escuadra Negra” (facciosos adeptos al golpe militar) secuestraba directamente, los llamados “paseos”, y eran conducidos en coches ligeros hasta las tapias del cementerio.».

Así, Fulgencio Rosique Maya fue fusilado a los 21 años de edad y enterrado en el cementerio de Granada.

El nombre de Fulgencio Rosique Maya se encuentra entre
los 4.000 del muro de la memoria en el cementerio de Granada.
Datos del Registro del Cementerio de Granada publicados por E. MOLINA FAJARDO: Los últimos días de García Lorca (Plaza & Janés, 1983). R. Gil Bracero y Mª Isabel Brenes "Jaque a la República (Granada 1936-1939)" Ediciones Osuna.2009.
Recopilados por la iniciativa Todos los nombres.