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viernes, 19 de marzo de 2021

El relato de Fernando "El Africano"

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Fernando García Gimeno, El Africano, nos cuenta en su blog el HUNDIMIENTO DEL FERNANDO POO EN BATA (1936):

Atravesando Río Benito
En Santa Isabel el levantamiento de una parte de España contra la República, el llamado Alzamiento Nacional de julio de 1936, hizo que viendo su consolidación el 18 de septiembre de ese mismo año, destituyen al Gobernador y se proclaman del bando Nacional, no así en Bata donde se constituye Un Comité a lo Frente Popular de España, lo primero que hicieron fue reducir a obediencia y adueñarse de la Guardia Colonial y del armamento de la misma depositado y declarar un bando en estado de guerra en la población. Ese comité presionaba al jefe de las fuerzas militares señor Fontanet para detener entre otros a todos los misioneros.
Organizaron levas para proteger y vigilar las playas de Utonde y del Ekuku, por sin desembarcaban tropas procedentes de Santa Isabel. Bien provistos se lanzaron a mano armada a la caza de cuantos no comulgaban con sus ideas, entre ellos los administradores del interior como los capitanes Roncaño, Aguilar y don Antonio del Valle y Furundarena.
En eso llegó a Bata la motonave Fernando Poo. El día 1 de octubre llegó a la Misión el practicante del hospital y destacado comunista, señor Paco Diez, y dado que era amigo desde la infancia del padre Bruno, les dijo con toda reserva , que si querían salvarse¡ debían salir y esconderse inmediatamente, fuera donde fuese, ya que aquella noche los vendrían a buscar los del Comité del Fernando Poo, para llevarlos a las bodegas del barco.
El padre Superior convocó a la Comunidad y les notificó la gravedad de su situación. Oír lo que decía el padre Larraya y marchar todos a sus cuartos para dejar las sotanas y cambiarlas por chaquetas y americanas que a buen recaudo cada uno guardaba en su maleta. Todos salieron de la Misión salvo el hermano Isidoro Gil que se quedó como guardián de la casa.
Al final todos cayeron en manos de los milicianos y trasladados a las dependencias de la Alena, donde permanecieron encerrados, salvo los de Kogo que huyeron a Libreville y dos de Nkue que se fueron al Camerún el día 13 de octubre a las cinco de la mañana, fueron trasladados a las bodegas del Fernando Poo, con ánimo de desentenderse de todos ellos hasta el día que se les antojara.
Los primeros de la Comunidad de Bata en caer en manos de sus perseguidores fueron los padres Egusquiza y Boixadera, iban nuestros padres camino de Movó, por detrás del cementerio de la Misión, cuando al llegar encima de la loma les avistaron algunos indígenas, los cuales al verlos con indumentaria peregrina y con sendos bultos en la mano, creyendo que eran unos señores que escapaban de los milicianos con armas sustraídas a los mismos, dieron parte. Las armas eran los paraguas que llevaban en las manos. Así fueron cayendo uno a uno.
Serían, en efecto, sobe las ocho y media de la mañana del día siguiente que nuestros hermanos llegaron al Fernando Poo, cuando en la lejanía y entre brumas empezó a perfilarse la silueta de una motonave que a todo meter intentaba colarse en el puerto de Bata (en la ensenada, no había puerto en Bata entonces)Sorprendida con semejante aparición la oficialidad del Fernando Poo, enfilaron todos sus prismáticos hacia la misma por ver si lograban distinguir la nación y matrícula que se correspondía a aquel navío.
Mientras tanto, la motonave, asegurada de que se hallaba ya cerca del puerto a cuyas aguas se dirigía, adelantaba cada vez más, cuando al cabo de media hora escasa, retumbaron en el espacio, con horrísono estruendo, dos cañonazos, disparados con tan certera puntería, que ambos dieron al Fernando Poo, inutilizándolo por completo para navegar. Tras estos dos disparos vinieron otros contra la población y caserío de Bata, con lo que ya nadie dudó que la motonave que con tanta certera puntería así disparaba, no podía ser otra que algún navío que hubieran artillado para el caso las fuerzas nacionalistas de Franco, enviándolo a Bata para libertarla del yugo comunista que tan villanamente la oprimía.

Así era en efecto: la motonave era el vapor Ciudad de Mahón, salido de Canarias hacia unos diez días con unos ochocientos voluntarios y uno o dos tabores de Ifni y la conveniente oficialidad. La partida se había liquidado, quedando la victoria para las tropas de nuestra España nacional.
Las bajas: dos misioneros muertos por el disparo de popa, el padre Acacio Ferraz y el hermano Angel Roig, más un paisano de la casa Abascal y cuatro heridos más, todos hermanos nuestros, alguno de ellos con tanta gravedad, como el hermano Isidoro Gil, que a los pocos días fallecía en el Hospital de Santa Isabel.
La oficialidad del Fernando Poo y los milicianos, al grito de sálvese quien pueda, a nado algunos y otros con botes, corrieron como locos a escapar de la llegada del Mahón. Llegados a tierra buscaron vehículos para huir al Camerún, tanto es así que los voluntarios canarios, en una batida que organizaron por las poblaciones cercanas a Bata, no capturaron a ninguno.
El barco a todo esto empezó a escorarse, por lo que todo el mundo lo abandonó, salvo algunos que no se dieron cuenta a tiempo y fallecieron al hundirse parte del barco.
NOTA MÍA [de Fernando]: En ese Fernando Poo viajaba mi abuela Polonia y unos primos míos, según me contaron.

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