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lunes, 19 de abril de 2021

El Cejas en Bata

Documenta Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea que «los españoles que fuimos a Guinea -me dice uno de mis comunicantes- podíamos ser cualquier cosa, menos políticos (...) Nosotros habíamos ido allí a trabajar y a luchar por ganar dinero. La Península, Madrid y el Congreso, quedaban muy lejos. La política empezó al final del periodo inmediatamente anterior al 17 de julio».

Sin embargo, meses antes del golpe de Estado ya existían milicias de Falange en Santa Isabel, las cuales apenas declarado el estado de guerra se presentaron correctamente uniformadas y equipadas.

De hecho, en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel recogemos esa temprana presencia de la milicia falangista, acompañada incluso por una 'Falange Femenina', preludio a la posterior creación de la Sección Femenina: «En Santa Isabel y en Bata funciona ya -de modo admirable- la Falange Femenina, que tiene allí una tarea dura y de prueba, que cumple con gran espíritu de sacrificio y abnegación», dirá el gobernador Juan Fontán en 1937. 

Desfile en Campo Yaundé de milicias de Falange ante las autoridades
el domingo 27 de septiembre de 1936.


En ese contexto apolítico, en el que no se realizaban elecciones, ni si quiera para constituir el Consejo de Vecinos, ¿cómo se llegó a articular una estructura tan organizada?

Tiene mucho que ver con la impronta y personalidad de algunos de los europeos llegados al territorio. Os compartimos la historia de uno de ellos:

Conocido por sus camaradas como 'El Cejas' o 'El Barón', se trataba de Alberto Ruíz Gallardón (su sobrino homónimo fue alcalde de Madrid y ministro de Justicia..., pero eso no sale en la infalible wikipedia).

Alberto fue camisa vieja de los primeros, ya que se afilió con 18 años a la Falange el mismo día en que se constituyó públicamente en el Teatro de la Comedia de Madrid, e igualmente fue fundador del SEU de Bachillerato.

Sin llegar al año de militancia, un incidente conmociona Madrid: En junio de 1934, en una espiral de dialéctica callejera de puños y pistolas, es asesinada en Madrid la verdulera y militante de las Juventudes Socialistas Juanita Rico.


Y -siendo Alberto un destacado activista de los grupos callejeros de la 'Primera Línea' de la Falange- se le señala como inductor o incluso actor del crimen, por lo que se ve obligado a alejarse de Madrid, para evitar provocaciones y agresiones.

Su propio padre, el periodista Víctor Ruiz Albéniz conocido como 'El Tebib Arrumi', lo contaba así: «Para librar a mi hijo de que le cazasen cobardemente al volver una esquina, yo ideé enviarle a Guinea, lugar propicio a su temperamento varonil, aventurero y poco afecto a molicies ciudadanas y rutinas de vida de cafés, cines y paseos. José Antonio aprobó, estimuló, más bien, mi determinación paternal, y en el salón de conferencias del Congreso me abordó una tarde, preguntándome:
- ¿Qué hay de lo de Alberto?
- Que ayer embarcó, ¡por fin!, para Guinea. 
- Me alegro mucho, mucho; por que si no... ¡cualquier día me lo hubieran matado! 
José Antonio era así con sus "cadetes". A un padre cien por cien, como era yo, le decía claramente, hablándole de su hijo: "Me lo hubieran matado"... Y es que él se creía, y con ello se honraba y me honraba, tan padre de mi hijo como yo mismo».

La "Hoja Oficial del lunes" de la Asociación de la Prensa, que presidía su padre, le recordaba años después: «desde el primer momento se asoció en sentida devoción a la figura de nuestro llorado José Antonio, y fué defensor constante de su persona en los sitios de mayor combatividad, donde siempre supo poner al descubierto su gran ánimo y temple. Pero era tal el número de peligros que su exaltada juventud arrastraba, que en difíciles momentos, personas por él muy queridas, le aconsejaron el abandono de Madrid durante una larga temporada para evitar indiscutibles riesgos y persecuciones. Solamente por imposición familiar transigió con esta prudente medida y las vírgenes tierras africanas, tan prometedoras para la nueva España, acogieron su risa franca, su juventud y trabajo».

Según La Guinea Española, llegó a Guinea a inicios de noviembre de 1934 en el vapor Legazpi, en donde se desempeñó como cajero de la recientemente creada delegación del Banco Exterior de España en Bata, ubicada en los bajos de la vivienda de Raimundo del Pozo.


A la dcha. sucursal de Banco Exterior en Bata.




18 meses después, con motivo una enfermedad tropical retorna 'El Cejas' a Europa. Haciendo escala en Tenerife, le recibe Franco en la Capitanía General con un:
«Ten calma, hombre. Sé que eres un valiente y pronto tendrás ocasión de demostrarlo sirviendo a España. Pero no malogres tu vida y tu ayuda con imprudencias innecesarias. Ayer me han venido a decir que estabas recorriendo las calles de Santa Cruz con una docena de guardias marinas, saludando a todo el mundo con el brazo en alto y dando gritos y vivas que ahora dicen que son delitos. No lo hagas más. Nos va a quedar mucho tiempo ¡mucho! para gritar viva España, y para hacer que viva, en efecto, como una nación digna. No lo olvides: dilo a tus amigos». 
Y a su padre le añadió:
«Por ahora, sólo puedo darte una consigna para tí y para todos: Que todos los buenos españoles se presenten e inscriban en la Comandancia o puestos de la Guardia civil mas próximos a sus domicilios y que, llegada la hora, se presenten de nuevo dispuestos a calarse el tricornio, tomar el fusil y cubrir bajas en las filas de los guardias».

Apenas un mes después, sería el golpe de Estado, su padre sería nombrado corresponsal de guerra del Estado Mayor agregado al cuartel de Franco, y Alberto Ruiz Gallardón -ya de vuelta en Madrid- sería víctima de milicianos que veían en él a un quintacolumnista.

Como curiosidad, su hermano Victor era médico de la Trasmediterranea, y estaba asignado al Fernando Póo cuando fue hundido en la bahía de Bata.

En cualquier caso, la presencia en el territorio ecuatorial de militantes como 'El Cejas' alentó la creación de una estructura que acabó imponiéndose el 19 de septiembre de 1936.

Desfile de Falange un 18 de julio de los años 50,
frente a la subdelegación del Gobierno en Bata.


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