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miércoles, 15 de diciembre de 2021

Dos más de los 150 del penal

En este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel, son recurrentes las citas a Juan Rodríguez Doreste sobre su vivencia de confinamiento en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando:
«Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora. (...) Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu. (...) Me cruzan igualmente por el recuerdo otras figuras de amigos que fueron asiduos concurrentes a nuestro cuarto, que ganaron nuestra estimación, que intimaron incluso con algunos de nosotros y que luego la vida ha esparcido por distintos cuadrantes: los guineos Francisco Luque, escéptico bromista de garra irónica, y Pedro Mantilla, buen dibujante y delineante, excelente persona a quien luego encontré muchas veces en el despacho donde trabajaba en Madrid».

No hay mucha información accesible sobre ambos, pero sí que a Manuel Luque Vázquez y a Pedro Mantilla Henríquez (Enrici dirá el BOE en su nombramiento como capataz forestal en el servicio correspondiente en los territorios españoles del Golfo de Guinea) les fueron conmutadas las penas en noviembre de 1941.

Posiblemente, la extraordinaria memoria del viejo alcalde fallara en esta ocasión y se tratara realmente del Manuel Luque para quien -al igual que para Pedro Mantilla- el fiscal solicitaba reclusión perpetua y finalmente fue condenado a 10 años de prisión, Ambos cuentan igualmente con su correspondiente expediente de indulto, tras cumplir parte de la pena.

Palo ubicado en el patio del campo de concentración del Lazareto de Gando en Gran Canaria, recurrente en los testimonios de maltrato. Fotografía cortesía de Fernando Caballero Guimerá, incluida en "Los campos de concentración de Franco" de Carlos Hernández de Miguel.

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