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jueves, 15 de agosto de 2019

Els catalans de Guinea

Recordáis nuestra entrada Los catalanes de Fernando Poo?

No podía faltar el programa Els catalans de Guinea de TV3:



Reportatge d'Antoni d'Armengol pel programa "30 minuts" de TV3, emès el 28/07/2014.

El "30 minuts" s'endinsa en l'última etapa colonial a través de la memòria dels catalans. Un equip de reporters recupera imatges inèdites de la vida colonial i de líders guineans. El gener de 1964, ara fa 50 anys, entrava en vigor a Espanya la primera i singular autonomia després de la Guerra Civil. El règim autònom atorgat per la dictadura del general Franco no era per a cap de les nacionalitats que ja l'havien tingut durant la Segona República i que ho havien estat reclamant històricament, sinó per a una de les últimes colònies espanyoles a l'Àfrica, la Guinea Espanyola. El "30 minuts" d'aquest diumenge recupera la veu d'alguns dels catalans que van viure a l'excolònia i moltes de les imatges que van enregistrar amb les càmeres de super-8 que es van començar a popularitzar a l'època. Algunes d'elles són documents històrics d'un valor excepcional, per l'escassetat de fonts documentals de tota mena d'aquell període. 

El documental se centra en el paper que van jugar els catalans en l'excolònia espanyola. De fet, aquesta vinculació comença a la segona meitat del segle XIX, quan uns quants aventurers van a un territori africà pràcticament oblidat per l'administració espanyola. A principis del segle XX, aquests "emprenedors" han establert els seus negocis de cafè, cacau i fusta aprofitant els avantatges del règim colonial i la pressió evangelitzadora dels missioners claretians de Vic, la majoria també catalans. Abans de la guerra espanyola, Barcelona és el principal port d'anada i tornada de mercaderies i passatge a la Guinea Espanyola i, en paraules de l'historiador Jordi Sant, es converteix en la metròpoli colonial. Aquesta vinculació farà que molts guineans vinguin a Barcelona a estudiar i a viure llargues temporades. 

És en aquesta època que empreses catalanes com Frapejo, Vila i Morante, Sumco, Blasco S. A. i moltes altres comencen a crear un imperi econòmic que s'allargarà pràcticament fins al 1969, any en què la dictadura de Francisco Macías expulsa tots els espanyols. 

El documental analitza el període final de la colònia, a través de la memòria de colons, guineans autòctons i alguns dels pocs protagonistes que queden d'aquella època, com el polític Adolfo Obiang Biko, un dels fundadors del Monalige, principal partit independentista guineà, o el comandant de la Guàrdia Civil Luis Báguena. També compta amb la col·laboració dels pocs investigadors que han estudiat l'època colonial, com l'historiador i antropòleg Gustau Nerín i la doctora en Ciències Polítiques de la Universitat Autònoma de Madrid Alicia Campos. Malauradament, ni el polític madrileny Miguel Herrero, un dels redactors de la Constitució guineana del 1968, ni el primer ambaixador espanyol Juan Durán Loriga, han volgut intervenir en el rodatge. 

Per a l'elaboració del programa s'ha fet un extensiu procés de recerca documental de les poques imatges que han arribat fins a l'actualitat. Per això són tan importants les filmacions familiars enregistrades amb les càmeres de super-8. Gràcies a la col·laboració dels antics residents a Guinea s'han pogut recuperar imatges inèdites, no només de la vida quotidiana a la colònia, sinó de mítings polítics, d'alguns dels principals líders guineans, inauguracions d'obra pública, desfilades militars i de la festa del dia de la independència, el 12 d'octubre de 1968.

jueves, 8 de agosto de 2019

... y ¿tomar fotografías?

Embajada de España en 1968,
en el inaccesible paseo
de Punta Fernanda.
Veíamos en Permiso de turismo las limitaciones para la movilidad en el país... Pero ¿y tomar fotografías?

Cuenta Juan Valbuena en Ojos que no ven, corazón que no siente que:

«Ser fotógrafo no ha sido nunca fácil en Guinea Ecuatorial. Controlar la toma y difusión de imágenes parecía  posible a finales del siglo XX. Bastaba con aumentar la vigilancia sobre los fotógrafos extranjeros y legislar cuidadosamente la actividad de los fotógrafos guineanos. El gobierno de Guinea Ecuatorial en su decreto del 20 de mayo de 1991, reguló el Ejercicio de la Fotografía y el Libre Acceso a todos los Lugares de Interés Turístico en el Territorio Nacional. En ese texto, con cinco artículos y tres disposiciones, se anticipaban las grandes cuestiones de nuestro tiempo sobre dónde fotografiar y para qué, también se intentaba discernir entre el turista, el fotógrafo ambulante , el de prensa o el profesional con estudio propio. Papel mojado. El poder de las imágenes da miedo al propio Poder y la arbitraria distinción entre tipos de fotógrafos y sus intenciones es una tarea compleja que propicia el abuso (...)»
En 1998 la revista El Patio,
ya recogía expresiones de malestar.

En un plano más personal, los relatos de turistas y viajeros coinciden con ese análisis.

Así, por ejemplo, Sonsoles Meana narra que «En Guinea Ecuatorial no puedes hacer fotos. Para alguien que quiere recorrer el país, plasmar, recoger con su cámara cada instante, momento, lugar, caras, gestos, miradas es una fustración. Al guineano no le gustan las fotos, si pides permiso, lo más seguro es que te diga que no. Si enfocas con la cámara, empezará a gritar, protestar y no podrás hacer ni una. Una gran parte de la población guineana es policía o ejercito, así que siempre habrá alguien a tu espalda, diciéndote que has fotografiado una institución o lugar público al que está terminantemente prohibido fotografiar. Te pedirá el permiso de turismo permitido o la licencia para hacer fotos o una autorización militar que seguramente no hayas sacado. Siempre te faltará algún documento. Como no he querido tener problemas en un país complicado, no he hecho fotos. Únicamente me he atrevido a fotografiar viejas casas coloniales y algún edificio cuando me he asegurado no tener ningún militar cerca».

Gustau Nerín en Blanco bueno busca negro pobre recoge el testimonio de un Embajador de España en Malabo: «En una ocasión me vi obligado a ir a verlo, con unos compañeros, porque el gobierno del país bloqueaba un proyecto de ayuda que había encargado, justamente, la agencia de cooperación española. Pensábamos que el embajador haría alguna gestión para tratar de desbloquear la situación, pero enseguida nos desanimó, alegando que él no podía hacer nada al respecto. Eso sí, trató de tranquilizarnos, mientras nos empujaba hacia la puerta: "No se preocupen. Éste es un país maravilloso. Vayan a la playa… Hay unas playas magníficas. Y no sufran. Yo responderé por ustedes… Ya haré una carta. Eso sí… por favor… no hagan fotos. La semana pasada expulsaron del país a dos españoles por hacer fotos. Pero paseen tranquilos y pásenlo bien". En ese tiempo yo era tan cándido y tan bobo que no le hice caso y traté de proseguir el proyecto de cooperación».

Experiencias, que cuentan con el respaldo del intrépido Arturo Pérez Reverte en El paraguas de Malabo:

«Ocurrió en Malabo, en 1981. Yo estaba haciendo un reportaje sobre Guinea Ecuatorial. Aparqué mi Land Rover en la Cuesta de las Fiebres, bajé al puerto e hice unas fotos, sabiendo que estaba prohibidísimo. Pero ése era mi oficio. Al regreso, mala suerte, me pararon dos soldados de un puesto de control. Uno era un sargento con muy mala leche, y cuando en África un militar tiene mala leche, y además lleva el casco al revés, tiene amarillo el blanco de los ojos y huele a cerveza, la cosa puede ponerse jodida. Ahorrando detalles, al rato pude largarme con veinte dólares menos y sin los carretes fotográficos. Debía pasar por la embajada para otro asunto, así que allí, charlando con el secretario, referí el incidente. Sin darle mayor importancia, pues que te quitaran el carrete de fotos y no te dieran una paliza, en Guinea, era salir bien librado. Rutina laboral».

O como recalcaba en Guinea Ecuatorial: ahora o nunca, «durante mi estancia en Guinea Ecuatorial he sido víctima de dos incidentes originados precisamente por militares guineanos que no veían el hecho de que fuese español con excesiva benevolencia. Ambos se saldaron con la sustracción de mis carretes fotográficos, con películas que serían “enviadas al mando para que las vea antes de devolvérselas” y que, por supuesto, nunca más volví a ver, aunque el propio Sáenz de Santamaría le pidiera personalmente su devolución al teniente coronel Mba Oñana, inspector general de las Fuerzas Armadas de Guinea, y un joven diplomático de la Embajada de España se jugara el tipo para encontrar a los responsables. Y puedo considerarme afortunado, ya que, según gráfica expresión de un cooperante compatriota, “suerte tuviste de que encima no te majaran a palos”».

Así, aunque el Decreto pareciera dar plena libertad, «(art. 1º) En sus visitas a los distintos lugares de la Geografía Nacional, los turistas podrán libremente sacar fotografías de interés turístico y cultural, con limitación en los lugares estratégicos del Estado: instalaciones militares y de Seguridad Nacional. (art. 3º) Serán de libre acceso todos los lugares de interés turístico de Ámbito Nacional, sin más limitaciones que las comprendidas en el Artículo Primero. (art. 5º) Las personas que cumplan con los requisitos establecidos en el presente Decreto, no podrán ser intervenidas, ni incautado su material fotográfico», en la práctica el uso y costumbre se impone con el respaldo de normas españolas elaboradas durante el franquismo y que se han mantenido subsidiariamente en vigor desde la independencia.






domingo, 4 de agosto de 2019

Permiso de turismo

Todo un mundo lleno de turistas está disfrutando de las vacaciones de verano, y Guinea Ecuatorial es el destino ideal para potenciales viajeros.

Cuenta la Embajada de España en Malabo, que «en la Isla de Bioko es necesario obtener permiso de estas autoridades para visitar algunas zonas de interés turístico, como el Valle de Moka, Ureka y el Pico Basilé.
En cuanto a la Región Continental, se suele exigir una autorización para viajar por zonas turísticas del interior expedida por la Delegación Regional de turismo o, en su caso, por la policía regional de Bata. Esta autorización es necesaria, en todo caso, para viajar a las islas de Corisco y Annobón. Si se viaja a Corisco en algún tipo de embarcación desde Kogo, debe presentarse la autorización ante las autoridades policiales de esta localidad antes de embarcar».

El Gobierno guineoecuatoriano dice lo mismo: «El Ministerio de Cultura, Turismo y Promoción Artesanal, mediante su Dirección General de Ordenamiento Turístico y Estadística, tiene a bien poner al alcance de toda la población interesada en realizar visitas turísticas a las zonas protegidas y demás zonas en general, el formulario oficial para presentar las solicitudes de visita ante el Ministerio».

La picaresca ibérica inicia desde el momento en que hay que tramitar el visado, o se va a cruzar la aduana. En Guinea de Fernando Gamboa, la protagonista -Blanca Idoia- relata su vivencia:

«—¿Motivo de su visita? —preguntó al fin, sin mirarme y sin disimular su desagrado.
—Turismo —contesté con la voz algo temblorosa.
—Nadie viene por turismo a Guinea Ecuatorial —replicó, alzando la vista con suspicacia.
—Entonces, seré la primera.
—¿Y qué más viene a hacer a Guinea Ecuatorial? —insistió.
—Turismo —repetí sin perder la sonrisa, sacando la cámara de fotos del bolso—. Solo turismo.
(...) No contestó y siguió observando páginas en blanco. Sin duda, el tipo debía aburrirse terriblemente el resto del día y le traía sin cuidado la larguísima cola que había aún a mi espalda. Al llegar a mi foto se recreó en la misma, levantó la vista un par de veces para compararme y concluyó: —La mujer de la foto no es usted.
—¿Perdón?
—Digo —repitió, poniéndome el pasaporte a la altura de los ojos— que esta no es usted.
—¡Claro que soy yo! —repliqué desconcertada—. Esa foto no tiene ni una semana.
—La mujer del pasaporte —afirmó sin sombra de duda— tiene el pelo recogido y viste otra ropa. No podía creer lo que estaba oyendo.
—¿Lo dice en serio?
—No puede entrar en el país con este documento —sentenció, haciendo el amago de devolvérmelo. —Un momento, un momento… —mascullé, tratando de darle sentido a aquel absurdo—. La mujer de la foto soy yo, pero el día que me la tomé llevaba el pelo recogido y un abrigo para el frío.
El policía volvió a hojear todo el pasaporte por tercera vez y entonces caí en la cuenta de lo que estaba pasando.
—¿Me permite el pasaporte un momento, por favor?
El aduanero me lo devolvió. Me levanté un poco la blusa, saqué de la riñonera interior que llevaba pegada al cuerpo un billete de veinte euros, lo doblé, lo metí entre las páginas del pasaporte y se lo devolví al policía. Este lo abrió por la página adecuada, se guardó el billete en el bolsillo de la camisa sin ningún disimulo y me estampó el sello de entrada a Guinea Ecuatorial».

Una vez pasada la aduana, la movilidad interior no está exenta de sobresaltos, y en ese sentido comparte Pablo Rabasco su impresión en La garra del bosque. Guinea Ecuatorial, el último intento: «Vamos tarde hacia el poblado. No suele ser buena idea viajar de noche por Guinea Ecuatorial. En la carretera, muchos controles policiales que de día son simples escenografías de poder, pobres caricaturas, de noche adquieren un carácter intenso. El alcohol, la desesperación y la necesidad de reafirmarse hacen que estos militares, policías, o lo que sean, al llegar la noche encuentren un espacio que conjuga juego y fatalismo, un momento en el que por fin son protagonistas. Esta extraña selva se convierte en espectadora. Selva callada, que supura agua oscura y calor. Permanecemos atentos, sumisos y sometidos a una desconfianza latente. Tres controles policiales muy pesados, y otro en el que pasé miedo. Al final llegamos al poblado. Es tarde y hay que localizar al alcalde, al jefe de policía, al jefe de la tribu. Hay que encontrarlos y respetar el orden, la jerarquía, intuir los recelos preexistentes y dejarse llevar por estructuras de poder que, aunque nos resulten ajenas, no dejan de ser reconocibles. Hablamos con el jefe de la tribu, nos da permiso y entramos al pueblo…»

Javier Nart encontró la solución para el problema «Pero Dios, que aprieta pero no ahoga, iluminó mi  mente: cuando el tipo de la pistola, evidentemente el oficial al mando, se encontraba a unos cinco metros de mí, saqué de mi bolso de costado una botella de coñac que traía desde Barcelona. Rápidamente avancé hacia él, lo que le hizo detenerse. Y llegando le extendí la mano con la botella. Él la tomó, yo puse la mano sobre la suya, le impulsé hacia mí y le abracé hipócritamente mientras le decía: "Estoy muy feliz de haber llegado a Guinea Ecuatorial, compañero".
Había aceptado mi regalo, y tras mi abrazo le debió de parecer impropio dar pasaporte a quien se proclamó amigo y, además, invitaba».

Tras su experiencia en el territorio, Manuel Gutiérrez Aragón escribió igualmente sobre este tema y la picaresca hispánica: «La autopista es de fácil circulación, entre otras cosas porque apenas hay automóviles, pero de vez en cuando aparece una improvisada barrera de latas y troncos con un trapo colgando. Son los abundantes controles policiales, en los que normalmente un uniformado harapiento pide papeles y salvoconductos. No contento con esto, termina diciendo: "¿Y qué hay para mí?". Este tipo de controles -sobre todo en la parte continental del país- puede revestir un carácter conminatorio y amenazador. Así se recuerda a la población que solo se mueve por un favor especial de la autoridad».

¿De dónde vendrá esa necesidad de controlar el desplazamiento hacia y por el territorio nacional?

Gustau Nerín recuerda que para realizar el trabajo de campo de Un guardia civil en la selva, tuvo que «superar más de un centenar de controles policiales en las cenagosas carreteras de la selva guineana». En su relato histórico queda igualmente recogida esa situación ya que durante la administración española, «los guardias africanos, por su parte, no tardaron en aprender de sus superiores: solían cometer bastantes robos, sobre todo de cabras y gallinas. Los áscaris (los soldados "indígenas") instalaban barreras en los caminos y asaltaban a quienquiera». Y concluye más adelante que «en la Administración guineana actual no hay ninguna corruptela que no hubiese sido ya inventada por los colonizadores».

Una costumbre que viene de lejos...

Así, con todo, es probable que ese hábito por los controles responda a varios orígenes y uno de ellos lo recoge el semanario Ébano del 12 de octubre de 1940:

«está sujeto a la imperativa obligación, bajo penas y sanciones determinadas en cada caso por los Jefes inmediatos superiores, de dar cuenta a dichos Jefes de los viajes que se hagan y residencias que se fijen, así como de presentarse en esas residencias, ya sean fijas ya accidentales, a los Jefes Locales de la Falange, justificando la estancia y especificando los motivos -oficiales o particulares- del viaje». Firmaba la circular el gobernador general en funciones (en ausencia de Juan Fontán), Víctor Suances Díaz, y -por tanto- en su condición accidental de Jefe Provincial de FET y de las JONS.


Sobre si se puede o no tomar fotografías en espacios públicos... te lo contamos otro día.

viernes, 2 de agosto de 2019

El ABC de Sevilla


En una España rota, en la que el conflicto se generaliza se dan paradojas tan curiosas como que hasta el  28 de marzo de 1939 prensa decana como ABC contaba con una edición (Sevilla) en zona bajo el control de los golpistas y otra republicana en Madrid.








Esta situación de desdoblamiento genera noticias divergentes entre una y otra edición.

Así, por ejemplo la edición del 2 de agosto de 1938 tiene una nota acompañada de fotografías referente a «18 de julio en Fernando Póo: Para celebrar el aniversario del Glorioso Alzamiento Nacional, han sido donadas unas banderas a los cadetes, flechas y pelayos de Santa Isabel, que desfilaron brillantemente después del solemne acto de entrega».


Un mes después, el ABC (Sevilla), sacará una nueva nota en la edición del 29 de septiembre con "Fernando Póo: Los flechas morenos  y el glorioso movimiento español. Grupo de flechas morenos, afecto a Falange Española Tradicionalista y de las JONS, constituidos en Fernando Póo bajo la organización del capitán de corbeta español don Ricardo Cañavate, que ha sabido inculcar a las masas juveniles de raza negra el amor por España y por sus instituciones juveniles".

Pero esa historia te la contamos en el artículo de Falangistas morenos




martes, 30 de julio de 2019

España partida en dos

En 1987, Pascual Cervera dirige la serie documental "España en Guerra" para RTVE.

El capítulo 6., titulado "España partida en dos" incluye una breve descripción sobre el conflicto en la Guinea Española:



  • Guinea: período de indecisiones
  • Sublevación del jefe Guardia Colonial en Septiembre
  • En Bata el subgobernador sigue fiel a la República
  • Octubre: tropas de Canarias hunden "Fernando Poo", se ocupa Bata y territorio de Guinea
  • Recursos económicos (madera y cacao) incorporados a los rebeldes
  • Los partidarios del Gobierno huyen a Camerún y Gabón

Contaba El País, cuando se estrenó "España en Guerra", que se trataba de:
Una serie sobre la guerra civil española en 30 capítulos de una hora. El programa, España en guerra: 1936-1939, ha sido dirigido por Pascual Cervera, con guiones y asesoría de un equipo de 11 historiadores."Partimos de un texto, escrito y consensuado por el equipo de historiadores, sobre el que organizamos y montamos las imágenes, en vez de utilizar el procedimiento inverso, más habitual en la televisión", afirma Pascual Cervera. La producción fue emprendida hace unos años por Ricardo Blasco, como continuación de la serie Memoria de España: medio siglo de crisis, emitida entre abril y noviembre de 1983 Entre el material de archivo se incluyen imágenes de filmaciones compradas expresamente por TVE -alrededor de 80.000 metros de película- en fondos alemanes, británicos, franceses, soviéticos y norteamericanos. Se trata de unas valiosas fuentes que, según los responsables del programa, "conforman hoy en TVE lo que podríamos considerar como la concentración documental filmada más importante del mundo sobre la guerra civil española".

El equipo de asesores, que se reúne en Madrid al menos durante dos jornadas completas al mes, está integrado por las siguiente personas: Josep Benet, Antonio María Calero, Gabriel Cardona, Alfons Cucó, José Manuel Cuenca Toribio, Fernando Fernández Bastarreche, Fernando García de Cortázar, Gregori Mir, Alberto Reig Tapia, Manuel Tuñón de Lara y Ángel Viñas.
"Me he encontrado con el problema de que los textos estaban escritos como si se tratara de libros, y hemos tenido que ir adaptando el material a un lenguaje más directo. Hemos procurado que el resultado final sea ecuánime, sin apasionamientos. Las discusiones entre los miembros del equipo van más por el lado historiográfico que por el ideológico", comenta el director.
De hecho, los 11 asesores han escrito igualmente un texto de presentación en el que afirman que las posturas individuales" han sido limadas" precisamente porque el texto de la serie "no responde a factores emotivos individuales, sino a una rigurosa depuración de datos, hechos y métodos. El resultado, creemos, se atiene estrictamente a criterios profesionales".
La serie excluye otro de los recursos habituales -y cómodos para el realizador- en este tipo de programas, la recogida de opiniones de testigos. Cervera ha optado por dar paso a los historiadores cuando no existan imágenes de los hechos que se cuentan, y en algunos casos se ha efectuado una reconstrucción mínima de las circunstancias en que se produjeron.

jueves, 25 de julio de 2019

La República truncada

La voz de los náufragos: la narrativa republicana entre 1936 y 1939, recoge las reflexiones de Ángel Miguel Pozanco, secretario del subgobernador de Bata:

«La República intentó mejorar la situación de Guinea en 1935. Esta colonia daba beneficios con los que atender gastos existentes en Marruecos y Río de Oro. Se quería acabar con la improvisación existente hasta entonces, mejorar la producción de los cafetales y poner en marcha un plan de ayuda a los nativos.

Con estos objetivos se nombró gobernador general a Luis Sánchez Guerra -hermano del secretario general del presidente Alcalá Zamora-, secretario general del Gobierno a Carlos Vázquez y subgobernador del territorio continental a Miguel Hernández Porcel, los cuales llegaron a guinea a finales de 1935. A. M. Pozanco fue nombrado secretario del Subgobierno de Bata. Entonces también hubo un gran cambio de funcionarios coloniales.

Sánchez Guerra comenzó a realizar rápidamente una amplia política de saneamiento que puso en peligro intereses creados. Por ese motivo comenzó la intriga política y el vació social de los afectados contra Sánchez Guerra, al querer aprobar el Estatuto para los funcionarios de loa administración colonial.

El Tesoro recibía gran beneficio de la exploración de los bosques de madera de “okume”; pero muchos madereros explotaban impunemente bosques del Estado sin pagar cánones. Esta sonrojante práctica fue prohibida y se multó a quienes no respetaron la prohibición. Se puso coto a la recluta de nativos realizada hasta entonces, siendo sustituida por bolsas de trabajo bien reglamentadas, para garantizar sus derechos. Sánchez Guerra quiso poner en marcha un plan efectivo de colonización. También limitó la actividad de los frailes, que no respetaban la teórica libertad de conciencia de los nativos. Se prohibieron misiones, tal como se ejercían hasta entonces: se puso coto a la actividad de los catequistas, y se demolieron iglesias levantas impunemente en terrenos del Estado. Pero los frailes no perdonaron esas decisiones.

También se creó una Caja Agrícola de Socorro y Asistencia para estimular la creación de fincas propias por los indígenas; se crearon nuevos poblados y escuelas de ensayos de cultivos. Asimismo, en 1936, en las obras públicas, se trabajaba en la carretera Bata-Río Benito, y ya había créditos concedidos para otras obras».

Igualmente, Francesc Tur en España en Guinea Ecuatorial: ¿Una colonización ‘Light’? nos recuerda que «La actuación de la Segunda República responde perfectamente, según Manuel Burgos Madroñero, al esquema de colonización francesa, proponiéndose decididamente hacer rentable esas posiciones además de racionalizar y dignificar la ocupación española; entre los años 1932- 1935, España importa de Guinea más de 40.000 millones de pesetas-oro, mientras exporta a Guinea tan sólo unos 4.000 millones».

En cualquier caso, esas propuestas reformistas se vieron interrumpidas por la llegada de la involución un 19 de Septiembre...


El 25 de julio de 1936, a los pocos días del golpe de Estado, el Gobierno de la República seguía administrando el país pese a la sorprendente prolongación del conflicto.
Ese día, el Boletín Oficial del Estado publicaba la Ley aprobando, a los efectos de su ratificación por España, el Convenio relativo a la conservación de la fauna y flora en estado natural, que se firmó en Londres el 8 de Noviembre de 1933.

El Decreto, ratificado por las Cortes había sido firmado por Manuel Azaña como Presidente de la República, era parte de los compromisos derivados de la Conferencia para la Protección de la fauna y de la flora en África de 1933.

Su aplicación afectaba explícitamente a los territorio españoles del Golfo de Guinea y preveía el establecimiento de un régimen especial para la conservación de la fauna y de la flora, "considerando que la fauna y la flora natural de ciertas partes del mundo, y en particular de África, están en peligro, en las condiciones actuales, de extinción o de perjuicio permanente".

Una gran iniciativa, que hubiera beneficiado, por ejemplo a Monte Alén.

Lamentablemente, la aplicación de esta norma precursora de la protección de la naturaleza en África se vio frustrada por la derrota del gobierno republicano.


lunes, 22 de julio de 2019

En el XXV aniversario


El ABC del 22 de julio de 1961 recoge la adhesión inquebrantable de las autoridades de la Guinea
española al golpe de Estado de 1936.

Los días siguientes serán un goteo de noticias sobre inauguraciones de diversas infraestructuras y aprobaciones de otras para el futuro.

lunes, 15 de julio de 2019

El Taiwán ibérico...

¿Recordáis el El fallido intento de liberación de la Guinea Española de 1961?

El 9 de enero de 1961, un grupo de catalanes, gallegos y portugueses secuestró un barco portugués, con pasajeros y tripulación incluida, para dirigirlo al golfo de Guinea. Allí, contando con incentivar con su acción un levantamiento popular, declarar la III República y expandir un movimiento liberador... hasta la España de Franco o el Portugal de Salazar.

El diario Público tituló su artículo como "Operación Dulcinea: instrucciones para secuestrar un transatlántico e instaurar la Tercera República".

No sería la única ocasión. 

Javier Villán en Madrid canalla, nos recuerda otro intento por organizar una expedición marítima a Fernando Poo a fin de proclamar allí la Tercera República y provocar la intervención de las Naciones Unidas, fruto de la imaginación ardiente del entonces vicecónsul de España en París, Rafael Lorente, «militar de carrera y diplomático, hoy excedente, conocido en tiempos como el cónsul rojo por sus conspiraciones a lo carbonario y militancia en el PCE, Rafael Lorente se reconoce, en la actualidad, como escritor-poeta, viajero impenitente y apasionado gozador de la Naturaleza».

De haber prosperado su plan, Fernando Poo -la isla Formosa-, tal vez hubiera acabado como una suerte de Taiwan ibérico, coincidiendo ambas islas en algo más que en un viejo nombre.
Y aunque no pasó de una elucubración de tertulianos, os lo incluimos en nuestro paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel:

«En el Café [Gijón], extramuros de los demás poetas, los únicos que conspiraban de verdad para la revolución eran Rafael Llorente y Cristina Maristany, condesa de Lavern; qué revolución fuera, no lo sé, de verdad; era una revolución en abstracto que el carisma de Rafael convertía en Revolución Universal con raíces de Trotsky, Pablo Iglesias, Rosa Luxemburgo, la poesía social y el intelectual orgánico de Gramsci. 
Rafael llegó a pensar que con el PSOE las cosas se arreglarían y llegaría un cambio: llegó, claro aunque muy distinto de lo que esperaban los ilusos. Era más de [Raúl] Morodo y de [Enrique] Tierno [Galván], la víbora con gafas, apodo ideado por Felipe [González] y Alfonso Guerra, gentileza a la que Tierno respondió apodándolos Rinconete y Cortadillo, los golfos cervantinos. Rafael perteneció a la carrera diplomática de la que había sido expulsado, siendo cónsul en París, por proponer un Gobierno republicano de concentración en Fernando Poo. Lo cuenta Juan Goytisolo en alguno de sus libros. Aquello no gustó nada en el Ministerio de Asuntos Exteriores y a Franco menos y aunque no pasó nada grave, lo destituyeron automáticamente», con la intención de destinarle en Haití...

Se trata de En los reinos de Taifa, «En uno de los despachos del consulado del bulevar de Malesherbes, Llovet me había presentado a uno de sus colegas, el vicecónsul Rafael Lorente. Extrovertido, generoso, impulsivo, dotado a veces de esa simpática e irresponsable extravagancia juvenil que tanto abunda en España, Rafael manifestó gran interés en conocerme. Durante aquel otoño apareció varias veces por la Rue Poissonnière a exponerme sus cuitas personales e inquietudes políticas: a diferencia de mis amigos españoles estaba convencido de que el comunismo no sobreviviría a Budapest y pretendía organizar con gente como yo un partido nuevo, al que jocosamente bautizaríamos "de los señoritos sociales". Una noche vino a casa a pedirme un favor: quería que le presentase a Pasionaria, discutir y tomar unas copas con ella. Aunque le dije que no la conocía e ignoraba del todo si residía secretamente en Francia o la Unión Soviética, vi que no me creía sino a medias. Luego, algo excitado con el coñac o calvados que yo le servía me expuso su plan de desembarcar con un puñado de amigos en Fernando Poo y proclamar la República: si resistíamos unos días al asedio de la armada franquista, podríamos reunir allí al gobierno y diputados en el exilio y obtener el reconocimiento diplomático de los países del campo socialista. Si bien no volvimos a hablar del tema ni de su encuentro con Pasionaria, seguí frecuentándolo varios meses hasta que, al recibir otro destino, resolvió abandonar la carrera y, contagiado de mi entusiasmo por Almería, se instaló en el pueblecillo costero de Aguas Amargas y se dedicó a la promoción de sus tierras. Pero Rafael Lorente era una curiosa y amena excepción en el núcleo de españoles que me rodeaban, imbuidos como yo de un marxismo elemental y tosco, casi siempre a través de las simplificaciones doctrinales de Politzer, y una concepción lineal de la historia fundada en supuestas leyes científicas».


En estos versos se autodescribe Rafael Llorente:

Cada uno es como es
y mi vida es rebeldía
frente a todos a la vez.
Rafael Lorente y Cristina Maristany 
paseando por Cala Enmedio 
de Aguarmarga (Níjar, Almería).

viernes, 12 de julio de 2019

Anulación de la condena al Rey Baltasar

Amadeo Ansa (1947),
 el negro que sueña ser
 -una noche al año- el Rey Baltasar. 
La Generalitat de Catalunya ha hecho un gran esfuerzo por dignificar a las víctimas sacándolas del olvido.

El pasado 7 de julio, en aplicación de la Ley 11/2017, del 4 de julio, de reparación jurídica de víctimas del franquismo, publicada en el DOGC núm. 7406, de 6 de julio de 2017 (corrección de erratas en el DOGC núm. 7406, de 17.7.2017) el Arxiu Nacional de Catalunya publicó en formato PDF la lista de reparación jurídica de víctimas del franquismo (1938-1978).
Los argumentos en el sentido de no reabrir viejas heridas del pasado son inconcebibles en un contexto democrático, ya que el restablecimiento de la dignidad de las víctimas no busca la venganza sino la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición.
Tras cuarenta y dos años de la muerte del dictador Franco ninguna ley ha declarado expresamente la nulidad de los juicios del franquismo.
Por este motivo, la presente ley, de conformidad con el ordenamiento jurídico, declara la ilegalidad de los tribunales y de los procedimientos y consejos de guerra instruidos en Cataluña desde el 5 de abril de 1938 hasta diciembre de 1978 por la Auditoría de Guerra del Ejército de Ocupación, denominada posteriormente Auditoría de Guerra de la IV Región Militar.
Son 66.629 expedientes hasta la fecha. De entre éstos, se puede identificar sin lugar a dudas a Amadeo Ansa Ancole, nacido en Santa Isabel y residente en Barcelona.

No hay mucha información sobre él. De hecho, hay discrepancias sobre su lugar de nacimiento, aunque sí se sabe que llegó a Barcelona en 1902.

A la edad de 47 años fue sometido a un juicio sumarísimo por un Consejo de Guerra que le condenó en 1939 a 12 meses y un día de prisión mayor. En 1943, estando recluido en la Prisión Celular de Barcelona, obtuvo la libertad condicional.

Unos años después, en 1947, Amadeo Ansa es entrevistado: «empleado durante todo el año en unos almacenes comerciales, la víspera de Reyes tiene un sueño singular: Sueña ser nada menos que Baltasar, el Rey de color, y que, en calidad de tal, y formando parte de la cabalgata de los Magos, se pasea por las calles barcelonesas, aclamada por los niños. Amadeo Ansa, el negro del sueño, habla el catalán como tú y yo. lector (...)
"Soy el Rey negro oficial, el del Ayuntamiento", puntualiza el señor Ansa. (...) En fecha ya lejana, se casó con una catalana, con la que tiene un pimpollo de hija, también en otras ocasiones, aparte la festividad de Reyes, le ha sacado partido a su obscura tez. En los tiempos de la rúa carnavalesca personificaba, por ejemplo, una marca de perfume, montado en una carroza que obtuvo varios primeros premios. Nuestro Rey Baltasar jamás se descuida de hacer constar estos honores ».
Cierra la entrevista con un «"Pueden ustedes afirmar -repite- que yo soy el Rey negro oficial, el del Ayuntamiento".

En 2017, la Generalitat de Catalunya decreta la nulidad de ese juicio sumarísimo y “restablece el honor, la dignidad y la memoria” de una víctima “injustamente procesada por los tribunales franquistas”.


El Archivo realiza un trabajo ejemplar, si bien la tarea sigue en proceso: se dan ausencias notorias como la del barcelonés Carlos Grey Molay, el republicano negro del campo de concentración de Mauthausen, o la de Josep Serra Companys, primo del president Lluís Companys, que por su lealtad y defensa de la ciudad de Bata (Río Muni), acabó en el campo de concentración del viejo lazareto de Gando.

jueves, 11 de julio de 2019

Difusión de Calle 19 de Septiembre

«Calle 19 de septiembre. Elementos para conocer la guerra civil española en los antiguos territorios españoles del golfo de Guinea. Actual Guinea Ecuatorial. (...) Este cuaderno virtual está dedicado al estudio y la difusión de la Guerra Civil española y el exilio en los territorios de la actual Guinea Ecuatorial, antigua colonia española. Ofrece materiales textuales y visuales originales muy desconocidos…»

El proyecto Historia y Memoria Histórica on line. Retos y oportunidades para el conocimiento del pasado en Internet ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) con referencia HAR-2015-63582-P MINECO/FEDER para el periodo 2016-2018. La base de datos del proyecto está incluida en el portal Hispana y en el mapa interactivo Mapping Historical Dialogue del Institute for the Study of Human Rights de la Columbia University.

lunes, 8 de julio de 2019

Congosa y el Chiringuito

La historiografía franquista lo cuenta así:

«¡Tarde histórica ésta del 18 de julio! En el bar “Chiringuito” se bebe “whisky and soda”, el refresco preferido en estas tierras de fiebre. Plantadores negros que desentonan con sus trajes de un blanco nítidos; europeos de atezados rostros; funcionarios del Gobierno, dependientes de las Casas que explotan las riquezas de los bosques…, derrumbados en sillones y mecedoras de junco y paja, hablan en tono indolente, porque hasta las palabras se resienten de la pereza. Y eso que el tema que se debate es de tal calidad, que en un clima europeo encresparía las pasiones y lanzaría a los contertulios unos contra otros.



-El Gobernador lo sabe por las radios -se oye una voz opaca-. Se han sublevado algunos militares…
-¿En Marruecos?-insinúa alguien.
-En Marruecos y también en Canarias…
-Otro 10 de agosto…
-No se sabe bien. Pero me inclino a creer que así sea. Siempre gana el que manda en Madrid. Puede mucho la Puerta del Sol…

La conversación toma otro sesgo. Las cosas de España interesan menos que las cotizaciones del cacao o la deficiencia de los servicios marítimos. Se habla de la próxima llegada del Ciudad de Ibiza, que debe recoger un cargamento de maderas en Río Benito; del Fernando Poo, que en aquellos momentos deja la colonia en viaje para Barcelona…

Encerrado en su despacho del Gobierno, don Luis Sánchez Guerra enjuicia el Alzamiento, de que acaba de tener noticias, con el mismo criterio que los desocupados del bar. Tampoco para él tiene dudas que es una intentona descabellada que se liquidará en unos cuantos días.

Recuerda que todos los intentos militares que hubo en España a partir de la Restauración fracasaron estrepitosamente. La lista es larga: sublevación de Villacampa,en Madrid; de los dragones, en Santo Domingo de la Calzada y Santa Coloma de Farnés; de la guarnición de Badajoz; complot de la noche de San Juan y alzamiento de los artilleros, en el que su padre tuvo una activa parte; episodio dramático de Jaca; intentona de Cuatro Vientos; el 10 de agosto, con Sanjurjo al frente. Fracasos rotundos. El mismo final le aguarda al de ahora.

Así se lo dice al comandante del Méndez Núñez, capitán de fragata don Trinidad Matres, amigo particular suyo, que ha ido a visitarle y que le pide su opinión:

-Créalo, amigo Matres. No pasará más que lo que ya ha pasado. Para usted es una suerte encontrarse aquí, porque así se libra de todo compromiso (…)».

miércoles, 3 de julio de 2019

Estamos en racha!

Es un momento interesante para nuestra propuesta de difusión y debate, ya que después de servir como respaldo documental al artículo del Agente Provocador (gracias, desconocido enmascarado!):

Y recientemente al de Jaime Noguera (gracias, Jaime!):
... llega el mítico portal de "actualidad informativa de Guinea Ecuatorial" promovido por la Asociación para la solidaridad democrática con Guinea Ecuatorial - ASODEGUE, con un fragmento de uno de nuestros artículos:

El Monumento a los Caídos en Guinea Ecuatorial.
“Cuenta La Guinea Española, con la retórica de la época, que a finales de 1938 en Kogo, «este Consejo de Vecinos ha mandado construir una cruz que está ya en su poder, mientras les llega otra pedida a España con su inscripción, para levantarla en esta localidad perpetua memoria de los que saliendo por los intereses de Dios y de la Patria, en esta lucha sin igual dieron por ellos generosamente su sangre y su vida».
Pero la vieja Santa Isabel no podía ser menos: el 4 de abril de 1940, el Ébano – Semanario de la Guinea Española, Órgano de la Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., informaba de la realización de una ofrenda floral: «…representación de la Colonia alemana se trasladó hoy a la Cruz de los Caídos, en unión de la juventud Hitleriana de la Colonia…». Pero no sólo la juventud Hitleriana, ya que «fue nota muy simpática y educativa la que dieron los niños y niñas de todas las escuelas al desfilar ante la Cruz de los Caídos depositando al pie de ellas sus ramos de flores», recogía La Guinea Española en noviembre de 1939…”

Se trata de una entrada originada en el blog "Memòria Repressió Franquista" de Jordi Grau i Gatell (gràcies, Jordi!).

El texto y los documentos incluidos en esta información puede leerse en:
http://calle19septiembre.blogspot.com/2018/04/el-monumento-los-caidos-en-guinea.html

Así, que ¡comparte que algo queda!

domingo, 30 de junio de 2019

Los "Baena Tocón" del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel.

A raíz de la ocultación de la responsabilidad de Antonio Luis Baena Tocón en las purgas a escritores y periodistas como secretario del Juzgado Especial de Prensa de Madrid, surge de modo espontáneo en las redes sociales información sobre el alférez y su papel en el juicio que sentenció a muerte al poeta Miguel Hernández.
Pero ¿y en el territorio ecuatorial?

Igual.

Son diferentes las vías de ensañamiento con la población del territorio Ecuatorial; éstas se prolongan en el tiempo y son acumulables entre si. Os presentamos las más conocidas y accesibles:

En la noche del 18 de septiembre de 1936 se busca casa por casa a los sospechosos de ser frentepopulistas en la vieja Santa Isabel.

Con la caída de Bata, se incrementará la persecución, se instruirán expedientes y se depurará la función pública de desleales o tibios con los golpistas.
E igualmente, al amparo de la "La Ley de Responsabilidades Políticas"el 12 de febrero de 1940 se constituirá el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea.

Se sucederán varios nombres, predominando Pedro Baena Martínez (Capitán de la Guardia Colonial) como presidente del Tribunal (y Carlos Roca y Antonio del Valle como suplentes), acompañándole como vocales Francisco  Martos Ávila y a José María Marxuach Doncos (por la FET y de las JONS). Así como al fiscal Fernando González Lavín (con Luis Rivas Barrios de suplente) y Manuel Comesaña Fonseca en calidad de Secretario y Francisco Eguillor Muniozguren como suplente de éste.

Igualmente, a la mayor parte de los perseguidos se les derivará a Canarias, en donde se les someterá a Consejo de Guerra.

En el caso de los 150 del campo de concentración del viejo lazareto de Gando, que pasaron por un Consejo de Guerra, inicialmente se pidió una sentencia de muerte y 11 perpetuas, siendo presidido el Tribunal por el coronel José de Rozas Fernández y actuó de vocal ponente el capitán del Cuerpo Jurídico, Ángel Doll Manera. La Ley Marcial estuvo representada por el alférez del citado Cuerpo, Ildefonso Salazar y del Hoyo.

Tan sólo a modo de ilustración, ya que no representa al Tribunal de Responsabilidades Políticas de los Territorios Españoles del Golfo de Guinea, una imagen del Tribunal de raza. Se trata de un fotograma de "Al pié de las banderas" de Manuel Hernández San Juan, documentado en "Epígono de la Hispanidad - La españolización de la colonia de Guinea durante el primer franquismo" de Gonzalo Álvarez Chillida.

Quedan por recopilar los juicios de los ciudadanos que se reincorporaron a la zona republicana tras un exilio temporal huyendo del bombardeo de Bata, y que fueron juzgados allí donde fueron apresados, o la población nativa que estaba sometida al Patronato Indígena.

viernes, 21 de junio de 2019

La casa del padre de Raquel Ilombe

Pocos días después de la caída de Bata, La Guinea Española narraba que «la toma de Bata fue una jornada feliz; se abordó al [buque de pasaje y carga] "Fernando Poo", que al resistir fue echado a pique pereciendo el Comité Comunista y bastante tripulación; se bombardeó el centro de Bata, la Casa del Sr. Del Pozo de donde partían agresiones y fue maltrecha: después de cuatro horas, Bata estaba en paz. (...) Hermosa jornada de ese día que libró a nuestro Continente de la tiranía de unos cuantos malvados coloniales y de la fiereza de unos soviéticos que se anidaban en el Fernando Poo».

La "casa del Sr. Del Pozo" antes del bombardeo.
Fotografía de 1940, en segundo plano la casa del "Sr. Del Pozo", y en el mar -a su derecha- se distinguen los restos del buque Fernando Poo.

Es una descripción escueta, al igual que la que remite Rodrigo Miralles al Diario de Almería desde su exilio en Camerún: «Después de bombardear el barco, el "Ciudad de Mahón" empezó a disparar sobre Bata, sin tener en cuenta que es una población indígena y que los negros están al margen de toda lucha entre nosotros. Poco podíamos hacer con nuestro medio centenar escaso de roñosos mosquetones contra los cañones y ametralladoras del "Ciudad de Mahón"...». 
Juan Cuesta, nieto de Juan Cuesta Milvain, capitán de la Trasmediterrénea abordo del Ciudad de Mahón concreta que «como no se rindieron, dieron un cañonazo de aviso a la chimenea que pasó por alto abriendo un boquete en un edificio, respondieron con fusiles, bajaron el tiro y el segundo cañonazo dió en la linea de flotación hundiendolo...».

Y así, como daño colateral de un disparo de advertencia al  buque "Fernando Poo",  inició el bombardeo a Bata.

Lo cuenta también Gonzalo Matamala, el hijo del farmacéutico de Bata, en la entrada "Recuerdos de mi primera infancia" de su blog Memorias: «una vez en la bahía de Bata arriaron esta bandera [francesa] e izaron la bandera de los rebeldes (la actual) y sin previo aviso comenzaron a bombardear la ciudad y en especial muchos de los cañonazos fueron dirigidos hacía nuestra casa, ya que al parecer la confundieron con un centro oficial como la sede del Subgobierno, esta confusión se debió a que en días anteriores se había celebrado en nuestra casa un recepción para celebrar el aniversario de la instauración de la república, y por ello habían puesto frente a la misma banderas y gallardetes; al parecer el hecho de que este evento se celebrase en nuestra casa era el haber sido elegida por ser uno de los pocos edificios edificados de ladrillos al igual que las casas de Europa, también por ser la única que en aquel tiempo tenía un salón lo suficiente amplio (el hall de la farmacia) con aforo suficiente para la celebración de estos eventos, puesto que la sede del subgobierno carecía de un local que reuniera las condiciones para ello.

Ese día sobre las seis de la mañana comenzaron a bombardear como antes he expuesto por lo que salimos de casa con apenas lo puesto y siguiendo los consejos de mi padre nos reunimos una cantidad de personas y salimos en coche camino del Camerún con el fin de no caer en manos de aquellos que querían adueñarse de la ciudad y que según mi madre no habrían dudado en matar a todos aquellos que no fueran adictos al gobierno dictatorial fascista por lo que huimos a la mencionada colonia francesa después de toda una noche por la selva y caminos prácticamente meras sendas llegamos a Duala y de allí fuimos a Yaundé,...». Gustau Nerín documenta la huida de los republicanos ante el bombardeo y desembarco en Bata, los cuales «se iban a pie, en condiciones extremas, porque habían abandonado sus hogares lo más rápido posible. Según algunos guineanos, testigos de la huida, había incluso niños blancos desnudos».

El vice-consul británico en Santa Isabel, reportó que el Ciudad de Mahón «pasó a bombear dos edificios en el pueblo donde se estaba haciendo resistencia. Estos edificios fueron de las oficinas de la "compañia Trasmediterranea" y las oficinas del "Banco Exterior de España". Se reporta que ambos edificios están muy dañados». Si bien en otra nota añadirá días después que «el daño sufrido por el edificio del Banco en Bata no ha sido tan grande como se reportó anteriormente». Rodrigo Miralles desde Camerún remitirá al Diario de Almería una carta narrando la situación que han vivido, señalando que «cinco fueron los cañonazos que dispararon sobre el Banco Exterior de España, próximo a la playa, en el momento que estábamos sacando el dinero el cajero del Banco y yo».

Ángel Miguel Pozanco, secretario del Subgobierno de Bata, concluye que «con dos cañonazos destruyó el Fernando Poo y atacó la sede del Subgobierno. En el ataque al Fernando Poo también murieron varios tripulantes y otros fueron hechos prisioneros. Soldados marroquíes bien armados, que fueron desembarcados en Bata, no respetaron nada ni a nadie». 


La "casa del Sr. Del Pozo" tras sufrir varios impactos.
Imágenes gentileza de Crónicas de la Guinea Ecuatorial

«...los cañoncitos del siete y medio que artillaban al Ciudad de Mahón también iniciaron un diálogo con la ciudad aún roja. El edificio del Banco Exterior de España, edificio éste el de mayores dimensiones de Bata, apuntó el blanco. En su mismo centro, un pepinazo abrió una gran boca negra. Un erupto de humo y polvo prologó el silencio de aquella casa, donde hasta hacía unos segundos, asomaban fusiles por las ventanas».

En la consiguiente desbandada, Pozanco describirá cómo «…Preparase asimismo el salvamento de la documentación oficial del Sub-gobierno. En una camioneta que iba a corta distancia del coche oficial, con el Subgobernador y familiares y una señora y un niño que aquel recogió. Al pasar por la playa, frente al edificio del Banco Exterior de España, una bomba destruyó la camioneta y su contenido…».


Pero... ¿quién era el Sr. Del Pozo del que el redactor de La Guinea Española hace mención expresa?

Por los prólogos de Benita Sampedro y Baltasar Fra a la edición póstuma de Ceiba II de Raquel Ilombe, sabemos que se trata de Raimundo del Pozo Ariznavarreta, riojano llegado a los territorios españoles del Golfo de Guinea el 2 de marzo de 1918, a bordo del vapor San Carlos: «adquirió tierras y bienes inmuebles en Guinea, y en especial una casa que resultaría emblemática, hasta que la Guerra Civil española lo sorprendió en la ciudad de Bata. Sus simpatías republicanas hicieron que tuviera que huir hacia Camerún, cruzando la frontera desde su finca en el distrito de Nkimi (Río Muni). Sancionado por responsabilidades políticas tras la guerra civil con expulsión de la colonia, obtuvo permiso para una última estancia de cuatro meses en Guinea, entre junio y octubre de 1944, tras lo cual, enfermo de filariosis, se instaló definitivamente en Madrid, (…) hasta su muerte en 1945».

En la primera estrofa del poema El triángulo de Raquel Ilombe su ausencia queda recogida con un:
Padre, te fuiste
como se marcha el río,
ruido de remolinos
fueron tus últimos suspiros.

Raquel Ilombe comparte igualmente en su poema a su hermano Víctor el impacto que le produce ver el estado de la casa cuando, décadas después, regresa a Guinea Ecuatorial y recupera las propiedades familiares:

Cómo he llorado,
hermano mío.
Cuánto daño me ha hecho
ver deshecho
el interior de mi casa.
La fachada está sucia y despintada,
las ventanas arrancadas,
los cristales que quedan
asemejan cuchillos y espadas
recordando la tragedia
de estos años pasados.


Raimundo del Pozo Ariznavarreta al lado del río que rodea su finca, situada en el distrito de Nkimi, Río Muni.

Vista desde el mar en la década de los 70, de la casa construida en 1929 por Raimundo del Pozo Ariznavarreta.

En Los mundos de Papá Luis, Almudena González-Vigil nos aporta más información a través de la biografía del pintor Luis Royo del Pozo, Papá Luis, quien «pinta en un marco incomparable: un amplio y luminoso estudio con un enorme balcón, siempre abierto, que se despliega al Atlántico, con vistas hasta Río Campo (la frontera guineo-camerunesa). Entre estos muros, cargados de pinturas, no sólo se respira arte, sino también historia. Su señorial casa, de planta baja y tres pisos -hasta hace poco la más alta de la ciudad de Bata- perteneció a su abuelo materno, Raimundo del Pozo Ariznavarreta, un conocido republicano español de cuya relación con una mujer de Corisco, Esperanza Epita Bianbuja, nació la poeta Ilombe, madre de Luis.

"Imagenes de mi terraza sobre el paseo marítimo de Bata"
(apunte del natural) de Papá Luis.

Al comienzo de la Guerra Civil española, en 1936, la casa albergaba el Subgobierno colonial de Río Muni, por lo que recibió algunos cañonazos del buque artillado Ciudad de Mahón, enviado por el General Franco para conquistar la ciudad.

Desfile de Falange un 18 de julio de los años 50,
frente a la subdelegación del Gobierno en Bata.

Más tarde, la planta del edificio fue ocupada por la Factoría Dumbo, donde muchos guineanos recuerdan haber comprado sus primeros libros y sus primeros discos».

Construida en 1929, con vistas al mar, la "casa del Sr Del Pozo" es actualmente uno de los escasos edificios centenarios que se conservan en Bata; está integrado en el paseo marítimo (antigua Avenida Calvo Sotelo), alberga el popular restaurante Casa Marcial y tiene a la par el Centro Cultural de la Embajada de España.