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miércoles, 22 de enero de 2025

El caso de José Si Esono

¿Recordáis El santoral ecuatoguineano? Un clásico en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel.

En él, os contábamos de mártires, beatos y postulantes para ser elevados a los altares...

Y os contábamos también el caso de José Si Esono, "el guardián del ara", del  que el seminario Catalunya Cristiana informaba el 28 de enero de 1993 que «Ja s'han començat a donar els primers passos per incoar la seva causa de beatificació».

Fallecido en 1941, sigue siendo a día de hoy un referente entre los animadores de las parroquias rurales de Guinea Ecuatorial.
Incluso Gustau Nerín, le dedica un par de párrafos, como  objeto de la furia del teniente Ayala: «José Si Esono, un catequista al que los guineanos consideran un auténtico santo, no pudo escapar a las vejaciones de Ayala. José Si Esono se negaba a trabajar en las obras públicas, ya que, argumentaba, no podía abandonar la predicación de la palabra de Dios para dedicarse a tareas mundanas. Ayala le citó en Mikomeseng y le exigió que le explicara por qué no podía trabajar como los demás. El catequista le respondió que estaba al servicio de Dios y de la humanidad. El teniente le contestó que, como se resistía a trabajar, él le enseñaría a servir a la humanidad. Le ordenó cargar con los blancos que viajaran de Mikomeseng a Akonangui, una distancia de unos cien kilómetros.Los europeos iban cómodamente sentados en una silla que se sostenía sobre dos palos y que un par de negros cargaban a sus espaldas. Aunque Si Esono era de constitución muy endeble, parece ser que llevaba a cabo tan ardua labor con mucha dignidad; él aseguraba que Dios le ayudaba y que, cuando rezaba, los blancos pesaban menos. Ayala, al ver que Si Esono, gracias a su fe, resistía el cumplimiento de la sanción, prolongó la duración del castigo».




Seguro os quedasteis con curiosidad de saber más...

Os lo cuenta el obispo de Ebibeyín, Miguel Ángel Nguema Bee, en ACN internacional:

Guinea Ecuatorial, ubicada en la costa occidental de África fue, después de independizarse de España en 1968, una dictadura marxista durante más de once años. La Iglesia católica fue perseguida y el culto prohibido. Los templos fueron convertidos en almacenes de cacao y café. Fueron los catequistas laicos los que llevaron a cabo la evangelización durante esta época.

(...) “Recuerdo que cuando era pequeño, en los años 70, mi abuela y mi madre nos llevaban a trabajar a una finca los domingos, nos hacía llevar nuestras herramientas, nos dirigíamos al bosque y un catequista allí nos esperaba y celebrábamos la Palabra de Dios. Hacíamos la comunión espiritual. Pasábamos dos horas compartiendo y luego volvíamos al pueblo como si hubiéramos trabajado”. Fueron once años de cruel dictadura donde gracias a los catequistas muchos cristianos pudieron mantenerse en el fuego de la fe.

La importancia del catequista para Guinea Ecuatorial se remonta incluso a los comienzos de la evangelización, como queda reflejado en la historia de José Si Esono, un joven catequista que nació en la aldea de Ebansok y que fue martirizado en los años 30.
 
José Si Esono nunca había oído hablar de Cristo. Sin embargo, un día fue a la ciudad costera de Bata para vender su café, como hacía a menudo. “En medio del bullicio del mercado, un misionero claretiano se acercó a hablar con él y le enseñó a rezar el rosario. José notó que, después de rezar esa oración con el sacerdote, todo lo que había ido a hacer a la ciudad no había resultado tan difícil como solía ser habitualmente”, cuenta Mons. Miguel Ángel. Al regresar a su pueblo, José decidió que iba a enseñar a todos a rezar el rosario. Los habitantes del poblado preguntaron: «¿Qué es eso de rezar?». Y querían saber más sobre esta oración, el rosario, algo tan nuevo para ellos.  Él respondió: «Hay un hombre blanco ahí en Bata que me lo ha enseñado y le voy a invitar para que venga aquí». Dicho y hecho. José volvió a Bata a vender café la siguiente vez, buscó al misionero y cuando lo encontró, le dijo: «Mi pueblo ya reza el rosario; ahora quiero que vengas a explicarnos quién es esta María a la que rezamos».
 
Así fue como los claretianos llegaron a Ebansok. “¡Ni siquiera había carreteras!”, cuenta el obispo. “Fue un peligroso viaje a pie de 125 kilómetros a través del bosque”, explica. Entre otras cosas era peligroso viajar hasta Bata, ya que, en aquellos años, había muchas tensiones entre diversas etnias locales y para llegar allí había que atravesar territorios con poblaciones enfrentadas.

“Este catequista logró que todo su pueblo abrazara el evangelio”, continúa Mons. Miguel Ángel, “además, logró que su pueblo aceptara a los blancos: el ‘blanco’ era considerado como alguien hostil, el colono que maltrataba y oprimía, pero él logró que el pueblo no atacara a los claretianos, al interceder por ellos. De este modo, se inició la primera misión de la diócesis de Ebibeyín. En 2024 se cumplen los cien años de la llegada del evangelio.”

A José Si Esono se le recuerda con una cruz de madera colgada al cuello, que parecía vaticinar su futuro martirio. Años después del inicio de la misión, Esono empezó a explicar que no podían rezar a amuletos y luego rezar a Jesús. Por este motivo, pidió que trajeran los amuletos que todavía usaban algunos en el pueblo para quemarlos. El jefe del poblado se indignó y se negó ante esta petición. Ya no lo veía como un catequista que les había enseñado a rezar sino como alguien que “quería exterminar lo que sus ancestros les habían dejado como creencia”, narra el obispo.  Lo acusaron de brujería y lo quemaron vivo.

Su martirio ha dejado un testimonio de fe inquebrantable. “Queremos abrir un proceso de beatificación para José Si Esono”, dice Monseñor Miguel Ángel, y concluye: “Se trata de un hombre ejemplar de mucha fe que logró que la evangelización penetrara en esos lugares”.

Y si os interesa el tema religioso, no os perdáis:

 

lunes, 13 de enero de 2025

Presea ecuatorial

Baleares: órgano de FET
y de las JONS, 13/01/1962.

«La Medalla de Oro de Fernando Póo al Caudillo», «placa de plata del Consejo de Vecinos de Santa Isabel al Gobernador Juan Fontán Lobé»,  «alcalde de Santa Isabel recibe al ministro subsecretario de la Presidencia, Carrero Blanco, y le hizo entrega de la llave de la ciudad», «...una cariñosa acogida. En la ciudad de San Carlos, el alcalde impuso al ministro la medalla de la ciudad», «colocó sobre su pecho la medalla de hijo adoptivo de la ciudad de Bata, título que le fue concedido con motivo de la anterior visita» o «...en sesión extraordinaria celebrada por la Diputación provincial de Río Muni y a propuesta del presidente, la Corporación acordó por unanimidad conceder la medalla de oro de la provincia al ministro»... 

¿Seguimos?

«En las actas [del ayuntamiento de Santa Isabel] se recogían acuerdos de honores a personas destacadas. De acuerdo con la Ley de Administración Local, no podían darse de la manera simple que se venían haciendo, ya que no era legal. Se acordó llevar a cabo un Reglamento de Honores y éste está aprobado por el Gobierno.

En su virtud y con motivo de la marcha de Don Faustino Ruiz se instruyó un expediente para nombrarle hijo adoptivo y Alcalde honorario. El expediente esta terminado y el Pergamino en nuestro poder y sólo a la espera de serle remitido.

La primera consecuencia del Reglamento fue la concesión al Caudillo, de la primera Medalla de Oro de la Ciudad. Está en la Caja de caudales en espera de que algún día pueda serle entregada con todo honor».

No es la primera vez que lo tratamos en este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel: los procesos de memoria histórica no son sensibles a las modificaciones de fronteras o a procesos globales como el colonialismo. 



Precisamente en "Memoria y frontera...", de Mª del Mar Fernández Pérez, se analiza:

«En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.

Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero».


Mención aparte nuestro callejero Juan Fontán, que además de contar con la placa de plata del Consejo de Vecinos de Santa Isabel (actual alcaldía de Malabo), mantiene una calle dedicada en Las Palmas que le puso su cuñado y alcalde, el camarada Franito, y cuenta con la Medalla del ex Combatiente Canario que le concedió en 1943 el Exmo. Cabildo Insular de Gran Canaria. Y eso que sólo combatió en algaradas callejeras en Las Palmas y contra la población civil en la Bahía de Bata, a la que bombardeó desde el Fernando Póo.

Pero ya lo hemos visto en:


En 1962, autoridades del ayuntamiento de Evinayong (Río Muni)
hace entrega de reconocimiento.


Definitivamente, la Ley de Memoria Democrática ha dejado por fuera diferentes supuestos.
Por ejemplo, y aunque la sección 2.ª de la ley se ocupa de la revocación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales, de condecoraciones y recompensas que hayan sido concedidos o supongan la exaltación de la Guerra y la Dictadura, no se han previsto procedimientos cuando los reconocimientos proceden de autoridades extranjeras. 

Con la anterior Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, ya se planteó la posibilidad (art. 15.1) de que «las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura. Entre estas medidas podrá incluirse la retirada de subvenciones o ayudas públicas». 

¿Debería condicionarse en las subvenciones de Estado y Ayuda Oficial al Desarrollo el respeto a estos principios?

Es poco probable, ya que la ley actual sólo prevé la privación de subvenciones (art. 39.1) previa sanción  administrativa firme por «atentar, alentar o tolerar prácticas en contra de la memoria democrática».


De todos modos... no todos los reconocimientos corresponden al periodo colonial; algunos fueron otorgados por las autoridades de una Guinea Ecuatorial independiente.

lunes, 22 de abril de 2024

¿Hace una ronda de saludos?

Cuenta Enrique Martino Martín en Corrupción y contrabando:funcionarios españoles y traficantes nigerianos en la economía de Fernando Poo (1936-1968), «Durante esos años, desde el balcón de su oficina, junto al palacio del gobernador y la catedral, el vicecónsul británico veía cómo los "obreros nigerianos" recién desembarcados y contratados marchaban hacia las fincas "obligándoles a hacer el saludo fascista"».

Resulta un dato sorprendente, pero no tanto. Al fin y al cabo, el DECRETO de 17 de julio de 1942 por el que se refunden las disposiciones vigentes en lo que respecta el Himno Nacional, Cantos Nacionales y Saludos, incluía en su artículo tercero que «se establece como Saludo Nacional el constituido por el brazo derecho extendido en dirección al frente, con la mano en prolongación del mismo, abierta, sus dedos unidos y algo más altos que la cabeza».

Es decir, en el nuevo Estado había himno y bandera oficial, pero también un saludo.

La fotografía histórica ha dejado un curioso rastro que vamos a seguir en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel:


«La población local realiza el Saluto Romano en un minuto de silencio»  ante el monumento a los caídos en la fachada de la catedra de Santa Isabel, documentaba el diplomático alemán Günter Wolff durante su viaje de investigación a la Guinea española (1939/1940).

Precisamente Ébano, en la edición conmemorativa del Día de la Victoria de 1940, recogía el discurso de Joaquín Robles, jefe provincial de propaganda, que concluía con un «quiero que hoy como todos los días desde hace un año oigáis con reverencia la Conmemoración de los Caídos, brazo en alto, como tantos cayeron Cara al Sol, por España y por Dios».

Ébano y La Guinea Española tienen recurrentes alusiones a pobladores, europeos y autóctonos, adultos y escolares recibiendo a las autoridades brazo en alto.



En esta otra imagen, podemos apreciar a niños cantando el Cara al Sol -brazo en alto- con el maestro antes de entrar en la escuela, conforme a «la ordenanza del 28 de septiembre que determinó que la enseñanza en la colonia debía responder “a las conveniencias nacionales”; los juegos infantiles, obligatorios, tenderían “a la exaltación del patriotismo sano y entusiasta de la España nueva”» recordaba Donato Ndongo Bidyogo en la ponencia "La proyección del fascismo en el Golfo de Guinea (1936-1945)" realizada dentro del III Seminario Internacional sobre Guinea Ecuatorial del Centro de Estudios Afro-hispánicos de la UNED.


Ésta ya es un clásico, con el saludo de rigor a la apertura del partido de futbol. «Manuel Hernández Sanjuán recuerda como en la Guinea Colonial de aquellos años cuarenta había una gran afición al futbol. Imagen de la presentación de los equipos en el partido que se celebró con motivo de la inauguración oficial del nuevo estadio de Santa Isabel», el Estadio Municipal La Paz.


Sorprende un poco más el registro de los ecuatoguineanos trabajadores del Pabellón de Guinea en la XX Feria Oficial e Internacional de Muestras de Valencia (1942), saludando brazo en alto a las autoridades de visita.


Y como detectaba el cónsul británico, los trabajadores de las fincas se plegaban a las costumbres españolas, como los de esta finca en Kogo, que reciben con el saludo fascista a la compañía Hermic Films, de Manuel Hernández Sanjuán. 

Todavía en diciembre de 1946, cuando la derrota alemana exigía mitigar las formas y las expresiones, La Guinea Española recogía la noticia de que: «La Colonia ha vivido días de intensa emoción: noticias patrióticas, de condena de la actitud de la ONU con respecto a España. (...) partía del Consejo de Vecinos una nutrida manifestación en la que figuraban no solamente los elementos Oficiales, sino lo más selecto de la ciudad en las múltiples manifestaciones culturales y económicas, presididos por el presidente del Consejo, Sr. Ibars. Los Oficiales y Marinos del Dato, robustecieron con su presencia las nutridas filas de coloniales. Rompía la marcha los alumnos de las Escuelas de los Misioneros, presididos por su Director R. P Boixadera y a los acordes de sus cornetas y tambores y con los gritos ¡FRANCO! ¡FRANCO! ¡FRANCO! ¡levaron el entusiasmo a otros muchos que se sumaron espontáneamente al grupo de manifestantes. Seguían las banderas de Falange Nacional y del Requeté y en pos de ella los europeos en apretado haz, con un gran cartel en el que se leía "Incondicionalmente, a las órdenes de nuestro Caudillo". (...) los manifestantes, brazo en alto, entonaron el Cara al Sol, desfilando marcialmente, recorriendo las calles hasta llegar de nuevo, ante el edificio del Consejo, desde cuyo balcón, leyó D. Manuel G. Maicas, con entusiasmo y fervor patriótico, el discurso del Caudillo».

jueves, 15 de junio de 2023

Hoy, te lo cuenta Monanga Bueneke

¿Te cansaste de nuestro tono resabidillo de ratón de biblioteca? Hoy, el paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel lo haremos de la mano de Monanga Bueneke.

Monanga Bueneke es youtuber, vlogger y creadora de contenidos sobre Guinea Ecuatorial. En su canal, encontramos vídeos sobre la cultura o las costumbres del país, así como sobre el español, o -en este caso- "Restos de la guerra civil en Guinea Ecuatorial ¿qué queda en Guinea Ecuatorial después de la colonización?". 

Pero mejor que lo cuente ella: «Hoy vamos a ver algunas de las "reliquias" que España dejó en Guinea Ecuatorial durante la colonización. Esos lugares podéis visitarlos...» 

Tan sólo la Cruz de los caídos no se puede visitar, ya que está dentro de la 'ciudad prohibida', el complejo cívico y militar adscrito a presidencia desde la época de Macías, tras lo que en los 70 se llamaba el 'muro de la vergüenza':


Malabo cuenta con un monumento a los caídos con el «José Antonio Primo de Rivera ¡PRESENTE!» de rigor en la vieja Punta Fernanda, actual Punta de la Unidad Africana. Generaciones de escolares participaron regularmente en la ofrenda floral en la cruz que recibía a los barcos en el puerto viejo.


En los XXV años de conmemoración de la victoria de los franquistas, una junta interministerial elaboró un programas de festejos, con actividades y publicaciones (sellos incluidos) o rebautizar al viejo estadio municipal de Santa Isabel como "La Paz".


El edificio fue construido por el padre de Raquel Ilombe y actualmente es uno de los edificios más antiguos de Bata. Durante el bombardeo de la ciudad hubo especial ensañamiento con el edificio por ser la sede de la subgobernación republicana. Más tarde, albergó a la papelería Dumbo y actualmente al popular restaurante Casa Marcial.

Previo al bombardeo de la ciudad de Bata y al desembarco de las tropas marroquíes, se cañoneó al vapor civil Fernando Póo por creer los milicianos franquistas que el barco protegía la bahía. Todavía hoy se pueden apreciar los restos del barco incluso con marea alta.


Pero también puedes ver el capítulo completo en el canal de Youtube de Monanga Bueneke. 

martes, 23 de mayo de 2023

La memoria histórica deslocalizada II

La memoria histórica en España se olvida que las fronteras evolucionan con el paso del tiempo como señala Mª del Mar Fernández Pérez en "Memoria y frontera...":

En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

Siendo así, ¿cómo reaccionar cuando la memoria histórica española es protagonista en otras tierras? Cuenta precisamente Juan Miguel Baquero en El país de la desmemoria: del genocidio franquista al silencio interminable cómo:

En otra parte del planeta existe un insólito reducto de simbología del régimen de Franco. Filipinas desafía a la memoria histórica con varias calles dedicadas a falangistas y militares sublevados. Mola St aparece en los letreros callejeros de Manila recordando al cerebro del fallido golpe de Estado de julio del 36 que provocó la Guerra Civil española. Del cruce de esta vía salen otras llamadas Aranda, Ponte, Mascardo -por Moscardó- y Dávila, en homenaje a veteranos de la campaña de Marruecos y luego rebeldes contra el gobierno republicano. Estas calles enlazan con Primo de Rivera, en el barrio de Singkamas, hasta llegar a La Paz en el distrito obrero de Pasong Tamo. El distrito del área de Makati es una ruta del fascismo español por el apoyo que la oligarquía manileña brindó a los golpistas. «De todos los países, Filipinas fue donde hubo más apoyo a Franco en la colonia española», explicaba a la agencia Efe el profesor especializado en Historia de Asia de la Universidad Complutense de Madrid Florentino Rodao, autor del libro Franquistas sin Franco: una historia alternativa de la Guerra Civil desde Filipinas. «Filipinas fue uno de los países que se pusieron del lado de Franco cuando la retirada de embajadores de la ONU», tras la resolución que sometía a España al aislamiento diplomático en 1946. Y la Iglesia católica local apoyó al golpista español, nombrándolo incluso Rector Magnificus de la Universidad de Santo Tomás. O celebrando misas en memoria de José Antonio Primo de Rivera, cuyo padre, el dictador Miguel Primo de Rivera, había participado en la guerra contra los independentistas del archipiélago a finales del siglo XIX. En el barrio de La Paz también hay un callejón dedicado al general sublevado Miguel Cabanellas. El franquismo lo retiró de la nomenclatura, pero Manila conservó su nombre. «Como Cabanellas era masón, pasó a ser ignorado por las autoridades rebeldes pero en Filipinas no se enteraron de la situación, por lo que conservó la calle», explicaba el historiador. Y ahí siguen las calles fascistas de Filipinas. La memoria histórica de Franco está construida en esta base material, palpable, pero los símbolos etéreos del relato de los vencedores también han penetrado en el ideario popular hasta crear una dura e impermeable coraza. El franquismo sociológico no conoce fronteras.




Si Filipinas, Marruecos, Guinea Ecuatorial o -por ejemplo- Guatemala mantuvieran simbología equívoca o monumentos desafortunados, ¿podrían verse privados de subvenciones (art. 39 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática), incluidas las correspondientes a la Ayuda Oficial al Desarrollo?


Aprovecha para pasear de nuevo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel:

lunes, 27 de febrero de 2023

Memoria colonial

¿Cómo conciliar la memoria histórica con un pasado colonial, si las sucesivas leyes españolas incluso obvian que las fronteras españolas han variado en las últimas décadas quedando por fuera de las mismas territorios y ciudadanos que sufrieron las arbitrariedades de la administración española?

Precisamente en "Memoria y frontera...", de María del Mar Fernández Pérez, se analiza:
En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial. 

Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

Nos cuenta el Dr Iñaki Tofiño en Memoria histórica y colonialismo - La España contemporánea no se entiende sin las colonias africanas, pero no parece que el legislador esté dispuesto a revisitar la historia colonial del régimen franquista:

Hay un edificio en Lisboa que suele pasar desapercibido a los turistas que, tras visitar la catedral, enfilan la rua Augusto Rosa, a pie o en tranvía, camino del mirador de Santa Lucía o del castillo de San Jorge. Subiendo, a mano izquierda, se encuentra un aljibe de la época musulmana (en su doble sentido de cisterna y cárcel subterránea), la Cadeia do Aljube, que siempre fue centro penitenciario, recibió presos del foro eclesiástico hasta 1820, mujeres acusadas de delitos comunes hasta finales de la década de 1920 y presos políticos del Estado Novo a partir de 1928 hasta su cierre en 1965. Desde el 25 de abril de 2015 es la sede del Museu do Aljube - Resistência e Liberdade, dedicado a la represión política y la lucha contra la dictadura de António Salazar. Los cuatro pisos del museo recuerdan a los hombres y mujeres que pasaron por allí detenidos por el régimen salazarista, camino de otras cárceles metropolitanas o de colonias penales como la del Tarrafal, en las islas de Cabo Verde, obligados a permanecer de pie sin moverse o a mantenerse despiertos durante días, recluidos en celdas minúsculas.

La memoria de la lucha contra el Estado Novo se mezcla con la memoria anticolonial y el museo dedica una de sus plantas a la lucha por las independencias africanas. Efectivamente, no se puede entender la Revolución del 25 de abril de 1974 sin el empecinamiento del Estado Novo portugués en mantener su imperio colonial, hecho que generó la lucha de los pueblos colonizados por su independencia y el malestar de una parte del pueblo portugués y de sus fuerzas armadas, hartos de la sangría que suponía dedicar gran parte del presupuesto del país a mantener las guerras coloniales y enviar a la población masculina joven a defender en las colonias la portuguesidad de unos territorios que muchos ya no consideraban como propios. Así, el museo conmemora la resistencia de africanos y portugueses contra el delirio colonial del Estado Novo.

Un lugar de memoria parecido podría ser la madrileña Real Casa de Correos de la Puerta del Sol, que hoy alberga la presidencia de la Comunidad de Madrid. Durante el franquismo fue la sede de la Dirección General de Seguridad y en sus sótanos subterráneos se detenía y torturaba a miembros de la oposición al régimen, aunque nunca dejó de mostrar una cara aparentemente amable cada 31 de diciembre al marcar su reloj las campanadas de fin de año. En Barcelona, otro edificio, la comisaría de la Policía Nacional de la Via Laietana, hoy sede de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña, albergó la Brigada Político-Social, la policía política secreta encargada de perseguir y reprimir a todos los movimientos de la oposición al franquismo. En sus sótanos, donde campaban a sus anchas los funestos comisarios Antonio y Vicente Creix, también fueron encarcelados y torturados opositores al régimen. Estos lugares de memoria mantienen hoy en día su cometido oficial y no parece que vayan a resignificarse y museizarse en un futuro próximo. De hecho, el panel informativo instalado junto a la comisaría en Barcelona, que informa del oscuro pasado del edificio, a menudo aparece vandalizado, cubierto de pintura.

No es esta la única diferencia entre la República de Portugal y el Reino de España en términos de memoria histórica. Más allá de la ruptura que supuso la Revolución de los claveles, nada que ver con la continuidad de una monarquía impuesta por la franquista Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947, es evidente que no se puede entender el Portugal contemporáneo sin tener en cuenta el papel de las colonias en la vida metropolitana. Sin embargo, ¿se puede entender la España contemporánea sin considerar a las colonias africanas españolas? Me parece que no. No se puede comprender el éxito del golpe de estado de 1936 sin entender la mentalidad africanista y colonial de los militares que lo protagonizaron y sin tener en cuenta el apoyo logístico y de tropas que recibieron los golpistas desde la Guinea española y desde Marruecos. La guerra de 1936-1939, en la que basaba su legitimidad el régimen franquista, fue, entre otras cosas, una guerra colonial, en la que los sublevados aplicaron a los defensores de la II República las tácticas de sometimiento y aniquilación que habían aprendido en su lucha contra la población africana. Más tarde, se podría considerar el franquismo como un régimen colonial, en el que una parte de la población se vio privada de sus derechos fundamentales y vivía al arbitrio de los colonizadores, los miembros del régimen. Si ese era el caso de la población metropolitana, la población colonial vivió sometida a una doble opresión, la del colonialismo stricto sensu y la de la dictadura franquista.

Por eso resulta tan ominoso el silencio de la recién aprobada Ley de Memoria Democrática sobre la cuestión colonial. ¿Acaso no existieron en Marruecos campos de concentración como el de Ben Karrich, a donde fueron llevados los caídos rifeños que se oponían al reclutamiento de sus jóvenes para luchar en las filas franquistas a partir de 1936? ¿Acaso no fueron víctimas del franquismo los nacionalistas guineanos que lucharon contra la dominación española y acabaron exiliados o muertos? ¿Acaso no sufrieron la dictadura franquista y no sufren sus consecuencias los habitantes del Sáhara Occidental, una región que fue provincia española hasta 1976? No se puede comprender el éxito del golpe de estado de 1936 sin entender la mentalidad africanista y colonial de los militares que lo protagonizaron

Si en España resulta casi imposible llegar a consensos sobre el pasado reciente, no parece que el legislador esté dispuesto a revisitar el pasado colonial y a ofrecer a las víctimas del colonialismo español reciente la verdad, justicia y reparación que muchas demandamos. Sin embargo, no por eso hay que dejar de exigirlas. 



Tan sólo cómo reflexión...: ¿no habría espacios en Guinea Ecuatorial susceptibles de integrar el Inventario Estatal de Lugares de Memoria Democrática (art. 51)? 

¿Tal vez el viejo presidio de Black Beach? ¿El campos de concentración para indígenas en Annobón? ¿El Seminario de Banapá que albergó las primeras huelgas nacionalistas? ¿El edificio del Patronato de Indígena o las sedes de los Tribunales de Raza? ¿El viejo barracón del puerto si es que hubiera sobrevivido a la remodelación del petróleo?:

Tras la toma de la ciudad la noche del 18 de septiembre, cuenta Juan Ramírez Dampierre -Vicecónsul portugues en Fernando Poo-, que: «Los presos políticos en número de cuarenta, están bien guardados y vigilados por las milicias, como también bien tratados, pudiendo recibir de sus casas o pensión las comidas y todo lo que necesiten para su uso personal, pero sin comunicación con el exterior del enorme barracón de cemento, donde se encuentran muy bien instalados bajo rigurosa vigilancia. Entre ellos hay media docena de funcionarios de la Secretaria General del Gobierno, cuatro de la Administración de Hacienda, tres de la Administración de Correos, incluyendo el propio Administrador y varios particulares, algunos sin importancia, además de dos negros. También el capitán del Puerto se encuentra entre ellos, señalado como Gobernador Central Comunista».

¿El Monumento a los Caídos de la Punta de la Unidad Africana con su "José Antonio Primo de Rivera ¡PRESENTE!" seguirá por décadas recibiendo a los barcos en el puerto de Malabo? 

¿Pueden viejos represores coloniales como los gobernadores Juan Fontán o Faustino Ruiz mantener calles y reconocimientos en España?

¿Los lugares de triste memoria generados durante la administración Macías, entrarían en (art. 53.6)?:

Se desarrollarán mecanismos institucionales para integrar los lugares de memoria democrática en los circuitos internacionales que respondan a situaciones de construcción de memoria democrática semejantes, vinculados con conflictos y violaciones de los derechos humanos, especialmente en el ámbito europeo e iberoamericano. Particularmente, se potenciará el conocimiento y protección de los campos de exterminio o trabajo forzoso en los que fueron confinados miles de exiliados o disidentes, en coordinación con los estados en los que se encuentren ubicados.

Si Marruecos, Guinea Ecuatorial o -por ejemplo- Guatemala mantuvieran simbología equívoca o monumentos desafortunados, ¿podrían verse privados de subvenciones (art. 39), incluidas las correspondientes a la Ayuda Oficial al Desarrollo?


¿Los mártires de la independencia ecuatoguineana como -ciudadanos españoles que eran- Acacio Mañé y Enrique Nvó podrían entrar en el Registro y Censo Estatal de Víctimas (art. 9)?

A partir del registro de víctimas regulado en el apartado anterior, el departamento competente en materia de memoria democrática elaborará un censo público de todas las víctimas de la Guerra y la Dictadura, así como de quienes murieron en combate durante la Guerra, con independencia de su nacionalidad.



Y una duda más...: los nietos de aquellos que nacieron en territorios que dejaron de ser españoles en épocas recientes como Ifini, Guinea Ecuatorial, Sahara o incluso ¿por qué no? Puerto Rico, Filipinas y Cuba ¿podrían optar a la recuperación de nacionalidad en las mismas condiciones que el resto de descendientes de españoles (Disposición adicional octava)?

Los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española, podrán optar a la nacionalidad española, a los efectos del artículo 20 del Código Civil (...).


martes, 18 de octubre de 2022

Requiem

Lo recogía el diario de Las Palmas Falange en su edición del 18 de octubre de 1939:

Misa de Réquiem por los Caídos de la Guinea Española

Por iniciativa del capellán y oficiales que pertenecieron al Batallón de Voluntarios Patriotas de Las Palmas, en la mañana del sábado último se rezó una misa en la parroquia de San Bernardo (San Telmo) en sufragio de los Caídos en la Guinea Española el 14 de octubre de 1936, día en que se incorporaron a la Nueva España aquellos territorios, por la columna expedicionaria canaria.

Ofició el citado capellán, don Manuel Rodríguez Falcón, y, entre los numerosos fieles que asistieron al piadoso acto, se encontraban la oficialidad que perteneció al Batallón de Voluntarios Patriotas de las Palmas, así como muchos compañeros y familiares de los Caídos.

El piadoso recuerdo, dentro de su sencillez, resultó muy emocionante.

La Patria les agradecía, remarcaba el periódico La Guinea española, por el sacrificio de sus vidas “que para siempre estarán al lado de los luceros eternos”.

Diario Falange de Las Palmas.
12 de octubre de 1938.





Voluntarios canarios
desfilando en el puerto de Santa Isabel

lunes, 8 de agosto de 2022

El último viaje del Fernando Póo

Fue un gran barco, si bien sus últimos meses fueron accidentados...

ABC, 24 de junio de 1936.
El mes previo al golpe de Estado, la tripulación se vio inmersa en una huelga, quedando bloqueados por días en el puerto de Barcelona, el 23 de junio de 1936, el diario Universal recogía la noticia de que «a última hora de la noche de ayer la Policía se personó a bordo del trasatlántico Fernando Poo cuya tripulación se declaró en huelga de brazos caídos, a consecuencia de unas diferencias con la Compañía. Los agentes practicaron la detención de los 80 tripulantes de la nave, que ingresaron detenidos en el Juzgado de guardia, donde de madrugada continúa el interrogatorio»

Todavía el 29 de junio, La Vanguardia recogía que «El correo de Fernando Póo sigue amarrado en el muelle de España sin tripulación a bordo y en espera de que la Compañía mande nueva tripulación, para substituir a la que llevaba. Después de la entrevista que los consignatarios y comerciantes de fruta de esta plaza celebraron con el delegado marítimo se procedió a la descarga de los huecales de plátanos y otras frutas que llevaba a bordo, terminando la descarga a las cuatro de la madrugada».

«Otro de los informadores le preguntó qué noticias tenía del vapor Fernando Poo, que, teniendo señalada la salida de este puerto, como vapor correo para la Guinea, el 17 de cada mes, aun no había salido.
El señor España explicó el proceso de este asunto diciendo que se trata de un conflicto que tiene dos partes: una, de la tripulación con la Compañía, y otra, de los obreros con el Estado. El primer aspecto, ya solucionado, puesto que interviene el delegado del Gobierno de Madrid, era que la tripulación quería cobrar viaje doble, por entender que hacia un viaje de los llamados intercóloniales, lo que da derecho a cotizar doble sueldo.
Mi intervención fue considerar viaje intercolonial el que hacía dicho buque alrededor de la isla de la Guinea, pero no viaje intercolonial el que hacía el buque desde la península a Fernando Poo y vuelta.
El segundo conflicto es que la tripulación cree que debe ser aumentada, y la Dirección General de Comunicaciones opina lo contrario. La Compañía, por estar subvencionada por el Estado, ha de someterse a lo que ordena la Dirección General de Comunicaciones.
Como el barco no salía y representaba una desobediencia, el delegado marítimo pidió fuerzas a la Delegación del Puerto y fueron conducidos al Juzgado los tripulantes de dicho buque, que ha quedado bajo la protección de las.fuerzas de la Armada.
Como ustedes ven, es un conflicto, en que no interviene el Gobierno de la Generalidad, sino el poder central, y está pendiente de solución. Tengo noticias -terminó diciendo- que el Juzgado ha libertado a los tripulantes que fueron puestos a su disposición».

Vaixell Fernando Poo, atracat al port de Barcelona.

Así que la Gobernación se vio obligada a intervenir... y tras muchas presiones se lanzaron nuevamente a la mar: el 30 se publicaba que «anoche, poco después de las diez, terminó la reunión celebrada en la consejería de Gobernación, bajo la presidencia del consejero don José María España, entre las representaciones designadas para encontrar una solución al conflicto planteado a bordo de varios buques surtos en nuestro puerto, al hacer causa común las tripulaciones de los mismos con la actitud adoptada por la de la motonave Fernando Póo. En virtud de los acuerdos tomados en dicha reunión, el conflicto dióse por terminado. A las once, o sea con dos horas de retraso de la señalada, salía de nuestro puerto el vapor correo Ciudad de Barcelona, para Palma de Mallorca, habiéndose reintegrado al trabajo sus tripulantes. Poco después se hacía a la mar el correo de Mahón, Ciudad de Tarragona. Se espera que sucesivamente, y a medida que se reintegran sus tripulantes, lo harán los demás vapores, cuya salida había sido imposibilitada por igual motivo, normalizándose totalmente las entradas y salidas en nuestro puerto».

Sorprendidos en pleno viaje por el golpe de 18 de julio, se posicionan. Conforme documenta Francisco Font Betanzos en La corta vida marinera del buque Fernando Poo de la Compañía Trasmediterránea, cuando se inicia el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, el Fernando Poo navegaba en aguas de Guinea. La tripulación remite un telegrama de aliento y adhesión al presidente de la República:
En aguas Guinea tripulación buque Fernando Poo compuesta afiliados C.N.T. y U.G.T. protestan enérgicamente cobarde criminal levantamiento horda fascista, lamentando no estar Península para luchar unidos hermanos proletarios aplastar imperialismo. Doloridos por victimas reacción, nos ofrecemos Gobierno Frente Popular defender República.
Y, a su vuelta de la Guinea Española, recogía El Diluvio: diario político de avisos, noticias y decretos en su edición del 30 agosto 1936 que:
— Procedente de la Guinea ha llegado el buque «Fernando Póo», con importante cargamento. El Gobierno le había ordenado, mediante un radiotelegrama, que no hiciese escala en ningún puerto hasta llegar a Málaga. Captado de radio por los rebeldes, éstos ordenaron al buque que hiciera escala en Ceuta, amenazándole, si no lo hacia así, con que sería bombardeado por los aviones. El capitán, atendiendo a las órdenes del Gobierno legitimo, no hizo caso y ha hecho el viaje costeando y expuesto a encallar en cualquier playa, antes de someterse a los facciosos. Se encontraron con un destructor leal, que ha venido protegiéndolo durante el resto del viaje. El barco no descarga en este puerto, ya que tiene orden del Gobierno de llevar su carga a Valencia, de donde saldrá cuando lo disponga la superioridad.
El 6 de septiembre, los periódicos informarán que «el Comité de incautación de la Compañía Trasmediterránea comunica al comercio y al público en general que mañana, a las siete de la tarde, saldrá de este puerto [Barcelona] la motonave Fernando Póo, para Femando Póo y demás puertos de la Guinea, para los cuales admitirá carga y pasaje hasta las once de la mañana del mismo día de la salida...».

El desafortunado final de ese viaje, ya es historia: el 14 de octubre de 1936, faltando tres días para que el Fernando Poo cumpliera su primer año de vida es hundido en la bahía de Bata.


Como contábamos en La batalla y los Mártires y en La huida, se estiman en 17 los muertos anónimos en el hundimiento del Fernando Poo.
Están documentados sin muchos detalles tanto por la prensa republicana, como por la prensa del movimiento, ya que la propia Gaceta de Tenerife: diario católico de información, en su edición del 21 de noviembre de 1936, recoge el relato y fotografías del tercer comandante del Ciudad de Mahón: Ángel García Uzariaga cuenta que el Fernando Poo «rápidamente se hundió, pereciendo ahogados gran número de rojos, entre ellos el cabecilla de la subversión».

Cuenta Porcel en Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte que «El 4 de noviembre y a bordo del Banfora, fueron embarcados para la península, vía Francia, los siguientes refugiados: Ramón Hernández; Antonio Gil; Juan Marti; Santiago Bosie; Francisco Córdoba; Juan Sil; Vicente Zaragoza; Félix Gutiérrez; Tomás Vil; Ricardo Follona; Juan Vázquez; Francisco Ruiz; José Teuler; Francisco Picó; Pedro Gutiérrez; Jesús Vázquez; Benito Pérez; Pedro Llabres; Antonio Villanueva; Joaquín Martín; Vicente Mancho; Tomás Contell; Eliseo Maciá; Manuel Fernández; Juan Calvo; Francico Carrasco; Emilio Ramos; Andrés Paz; Faustino Pereira; Juan Sanmartín; José Rodríguez; Antonio Vadell; Antonio Tari Quiles; Luis Rey Pereira. Estos treinta y cuatro repatriados pertenecían a la dotación del buque Fernando Poo y pudieron salvarse del hundimiento del mismo, a nado».

En cualquier caso, la compañía se desquitará con sus empleados -una vez hundido el barco- por los sucesos de reivindicaciones y huelga de junio. El Capitán Emilio Ley Arata, director de la Trasmediterránea, será muy explícito en sus declaraciones a La Prensa: «Los oficiales del barco casi todos son rojos. El oficial que se exceptúa de haber estado de parte de los marxistas es el señor Devesa, casado con una joven de Las Palmas, de familia muy conocida. El Capitán del Fernando Póo, don Antonio Pasaje Respeto (sic), estaba también de parte de los rojos. Resultó muerto en el accidente del Fernando Poo el primer maquinista Eduardo Selma, marxista».
Los supervivientes acabarán confinados en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando, tal y como recoge Juan Rodríguez Doreste en sus memorias: «Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora».

viernes, 29 de octubre de 2021

Los caídos

¿Recordáis cómo el calendario local del territorio ecuatorial se adaptó a las festividades peninsulares, incluyendo Día del Alzamiento Nacional y el de los Caídos, con su correspondiente ofrenda floral en la Cruz de Punta Fernanda
Se incluyeron igualmente dos festividades locales de aplicación a jornada completa: el día de Santa Isabel de Hungría, patrona de la ciudad, y el consabido 19 de Septiembre, en conmemoración de la derrota del gobierno de la República en la isla de Fernando Poo.

Precisamente el Día de los Caídos se conmemoró desde los primeros días, y este par de fotografías (coloreadas) tomadas a finales de 1939 por Günter Wolff, un diplomático de la Alemania nazi,  atestiguan esa presencia.

"José Antonio Primo de Rivera ¡¡PRESENTE!!",
dirá durante años una de las torres de la Catedral de Santa Isabel.


La población local realiza el Saluto Romano
en un minuto de silencio.




Así, las escuelas participarán del homenaje: «fue nota muy simpática y educativa la que dieron los niños y niñas de todas las escuelas al desfilar ante la Cruz de los Caídos depositando al pie de ellas sus ramos de flores», recogía La Guinea Española en noviembre de 1939.
la Falange establecerá igualmente turnos de guardias de honor entre sus militantes, hasta la inauguración del monumento a los caídos en Punta Fernanda

Nos lo relata Valeria -la protagonista de El corazón de los pájaros de Elsa López-, en sus bucólicos recuerdos de infancia en Santa Isabel: «la ermita adornada con banderas esperando las fiestas de septiembre».

lunes, 5 de abril de 2021

Al paso alegre de la paz

Hoy, os contamos el origen del nombre "La Paz" del estadio municipal de Malabo. 

Y como no podía ser menos en este blog, es una vieja historia: El 18 de julio de 1968, Franco recordaba a los guineanos que «...sobre todos esos bienes, el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz».

«Al paso alegre de la paz de España, marcha la Guinea Ecuatorial hacia nuevos horizontes» decía la revista África del CSIC en 1964.

«La paz de Franco rechaza toda discriminación racial» subtitulará la revista en el mismo número.

Ese concepto será un lema del franquismo, especialmente de 1964, año en que se conmemoró el vigésimo quinto aniversario del final de la Guerra Civil lo que marcó una importante variación: con Manuel Fraga en el Ministerio de Información y Turismo, se buscó en el lema reconciliador de la Paz, en vez de insistir tanto como hasta entonces en la Victoria, expresión que recordaba la división y el enfrentamiento (como explícita Fernando Fernán Gómez en Las bicicletas son para el verano: No ha llegado la Paz, ha llegado la Victoria). Se construyeron con ese nombre hospitales (el de la Paz, en el norte de Madrid, aún en funcionamiento y con la misma denominación) y carreteras (la circunvalación de Madrid, denominada Avenida de la Paz, hoy M-30). También hubo una masiva emisión de sellos con ese lema y distintos motivos visuales por los «XXV Años de Paz Española».

Y para que no hubiera confusión, lo firmaba Luis Carrero Blanco: «Los 25 años de Paz española se inician para los habitantes de nuestras provincias españolas, con la clara y terminante consigna del Caudillo...» en esta nota «para nuestros hermanos africanos». 





Así, la Guinea Española hizo lo mismo: ediciones monográficas de los periódicos Ébano y Potopoto (la de Ébano fue premiada), sellos conmemorativos, inauguraciones de obras públicas, un tomo provincial de la colección "España en Paz"... y se bautizó al viejo estadio municipal de Santa Isabel de como "La Paz".

Un estadio que albergaba actos deportivos, cívicos y religiosos, incluyendo coros y danzas de la Sección Femenina de Falange o incluso en 1961 un amistoso (0-10) de la selección de Santa Isabel contra el Real Club Deportivo Español de Barcelona, los partidos de la Copa de S. E. el Gobernador General, o los festejos por la independencia el 12 de octubre de 1968.


En 1964,"España en Paz" lo describía cómo «Santa Isabel cuenta con un bonito y moderno estadio, capaz para unas veinte mil personas, con modernas instalaciones y alumbrado eléctrico de gran potencia para espectáculos nocturnos. Posee terreno para fútbol, pista de ceniza para atletismo y pistas para baloncesto, balonmano y balonvolea. Es también marco apropiado para concentraciones deportivas, gimnásticas, folklóricas, etc., y, desde luego, campo obligado para los encuentros de fútbol internacionales, en los que compiten con la selección de Fernando Poo equipos representativos nigerianos, cameruneses, gaboneses o bien de las islas portuguesas de Santo Tomé y Príncipe».

Como veíamos anteriormente en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel... algunos vestigios como la Cruz de los Caídos, la plaza (y el barrio) E'Waiso Ipola de la Sección Femenina permanecen en el callejero y en los espacios públicos del actual Malabo.

martes, 26 de enero de 2021

La desconocida calle

¿Recordáis la entrada de El callejero y la memoria histórica?

El pasado 24 de enero, Adzubenam Villullas nos contaba en La Provincia – Diario de Las Palmas:



MEMORIA HISTÓRICA | LOS RESQUICIOS DE LA DICTADURA EN EL CALLEJERO

La capital [canaria] conserva una vía dedicada a Juan Fontán, quien fuera gobernador de la excolonia española de 1937 a 1942 | Participó en el bombardeo de la ciudad de Bata

El 4 de octubre de 1936 el buque Ciudad de Mahón partió del Puerto de La Luz y de Las Palmas con destino a Guinea Ecuatorial, a bordo iba un contingente de tropas que formaban parte del bando sublevado de la Guerra Civil. Diez días más tarde, la embarcación arribó frente a las costas de la excolonia española y tras un intenso bombardeo logró hundir el Fernando Poo, el cual defendía en aquellos territorios el gobierno de la República. El capitán de artillería Juan Fontán y Lobé (Palma de Mallorca, 1894-1944) fue uno de los militares que comandó el ataque. Con un destacado papel en la Guerra Civil y en los primeros años de la dictadura -entre otros cargos, fue gobernador de la Guinea colonial (1937-1942) y diputado en las primeras cortes del franquismo-, este mallorquín conserva una calle a su nombre en el barrio de Schamann de Las Palmas de Gran Canaria, un hecho que ha pasado desapercibido para las distintas corporaciones que han pasado por el Ayuntamiento capitalino.

“Al documentarnos para una de las entradas de nuestro blog empezaron a aparecer resultados en el buscador; una visita con Google Street View nos permitió confirmar que no era ningún error, en Las Palmas de Gran Canaria había una calle con el nombre de Juan Fontán”, señalan sorprendidos a este periódico los miembros del Colectivo Biafra, una asociación de Guinea Ecuatorial que se dedica a mantener viva la memoria histórica de la Guerra Civil española y la posterior dictadura franquista en el país africano -cuya independencia se produjo en 1968 tras siglos de colonización-.

Los del Colectivo Biafra siguieron investigando y descubrieron que el nombre de Juan Fontán seguía sin aparecer en la última revisión del callejero de la capital para borrar los últimos resquicios del franquismo. Maximiliano Paiser, uno de los miembros del Consejo Asesor de Memoria Histórica de Las Palmas de Gran Canaria que elaboró la lista de rótulos a modificar, ha reconocido a este periódico que desconocían “por completo” quién fue este militar mallorquín; “de haber sabido quien era lo habríamos incluido”, aclara.

El historiador Sergio Millares, concejal de Participación Ciudadana de la capital en la pasada legislatura, señala que “desconocía” la existencia de tal calle en la ciudad, pero en este caso sí conoce la figura del militar franquista. “Fue un criminal, vinculado a la represión de la guerra y la dictadura”, explica, “pero su nombre ha pasado desapercibido”, puntualiza. En opinión de Millares el rótulo de Juan Fontán debería incluirse en el listado de calles a ser modificadas. “Se trata de un ejercicio de oxigenación democrática, aquellos que tuvieron un papel directo en el aparato del franquismo, especialmente en su primera etapa, no tienen cabida en el callejero”, sentenció.

Bajo su mandato en la pasada legislatura (2015-2019) el Consejo de Cultura aprobó cambiar los rótulos de las calles Juan Saraza Ortiz -delegado del sindicato vertical en Las Palmas durante buena parte de la dictadura-, del Doctor García Castrillo, y del falangista Mario César; además de Sargento Provisional, Alférez Provisional, Calvo Sotelo y la plaza del General García Escámez. Esta última está situada muy cerca de la citada Juan Fontán, en Schamann. En cambio, aquellas que hacen alusión a batallas como la de Teruel, del Ebro o de Brunete decidieron mantenerlas, “pues allí lucharon y murieron personas de ambos bandos”, matiza Millares. 

Fuentes municipales de la concejalía de Cultura, que encabeza Encarna Galván, han asegurado a este periódico que la Mesa Técnica de Memoria y Patrimonio deberá “consensuar” la propuesta de retirada del nombre de Juan Fontán del callejero de la capital para después pasar al Consejo de Cultura, del que depende su aprobación definitiva. Este organismo municipal no se ha podido reunir en el último año por motivos de seguridad sanitaria por la pandemia; de hecho, todavía tienen pendiente ratificar la sustitución de Juan Saraza Ortíz, Doctor García Castrillo y Mario César por los nombres de la pintora Pilar de Lugo, la nadadora Pastora Martín-Fernández y la escritora Olivia Stone, respectivamente.

La pregunta para la mayoría de los capitalinos sería: ¿Quién fue realmente Juan Fontán? La ligazón de este mallorquín con Las Palmas de Gran Canaria comienza tras la Guerra del Rif (1911-1926), contienda en la que participó como teniente de artillería. Durante la II República fue presidente en la provincia de Las Palmas del partido Acción Popular, miembro integrante de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Fue propietario del periódico Acción, cuyo primer número salió a la calle en abril de 1935. Este rotativo se editaba desde la imprenta del Obispado de Canarias y tenía como “postulados fundamentales” la religión y la patria, según detalla el Archivo de Prensa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).

Fontán participó activamente de la política local durante la República, incluso, llegó a crear una milicia callejera para “oponerse a los desmanes de los que se llamaban republicanos”, según detalla el obituario que le dedicó el diario Falange a su muerte. Un artículo en el que destacaron de él su fidelidad al dictador. “Cuando se inició el Alzamiento nacional [golpe de Estado del 18 de julio] se incorporó inmediatamente”, precisa el texto. A los pocos meses de comenzar la guerra el mallorquín sería designado como capitán para dirigir la expedición a Fernando Poo (isla que forma parte de Guinea Ecuatorial), “con el objeto de que en aquellas posesiones no mandaran los rojos”, puntualiza el periódico falangista.

La travesía para atacar los territorios que conforman la actual Guinea Ecuatorial -por ese entonces única colonia española en el África subsahariana- partió el 4 de octubre de 1936. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre cuántas personas iban a bordo del buque Ciudad de Mahón; según los diferentes cálculos recogidos por el historiador de la Universidad de Huelva José Luis Bibang Ondo Eyang fueron entre 500 y 800 hombres.

“Los sublevados procuraron disfrazar la identificación del buque”, señala el doctorando Bibang Ondo Eyang en su artículo La Guerra Civil en la Guinea Española: un episodio quizá insignificante. Para ello le cambiaron el color y el nombre, pasando a llamarse Ciudad de Macao. Diez días más tarde de zarpar de Gran Canaria, el 14 de octubre, logró acercarse a la bahía de Bata, la capital de la Guinea española continental, todavía en manos republicanas. Su objetivo era el Fernando Poo, otro buque de Trasmediterránea convertido en cárcel para religiosos “y demás simpatizantes de los rebeldes”, indica el experto.

Debido al camuflaje, los republicanos creyeron que el barco estaba allí por otros motivos. “Tan pronto como se acercó el Ciudad de Mahón al Fernando Poo, disparó dos cañonazos contra este último”, señala el historiador. Estos causarían importantes daños en el casco del buque republicano, por lo que terminó por encallar y hundirse. Según los expertos que cita Bibang Ondo Eyang, el 90% de la población blanca de Bata huyó al Camerún francés al estar desarmados, por lo que los sublevados ocuparon así la ciudad.

Los restos del buque semihundido pudieron verse durante años en la bahía de Bata. En aquel ataque murieron nueve personas del bando sublevado y siete del republicano, según el historiador. Tras la toma de la zona, el Ciudad de Mahón zarpó para Santa Isabel -la actual Malabo, capital de Guinea Ecuatorial- con 50 prisioneros, destaca Bibang Ondo Eyang. Muchos de estos acabarían en el campo de concentración que los franquistas habían creado en el lazareto de Gando, junto al aeródromo de Gran Canaria.

Fontán permaneció en el país africano hasta mayo de 1937, momento en el que se incorporó al Cuartel del General Franco en la metrópolis colonial, donde prestó servicios hasta ser designado gobernador de la Guinea Ecuatorial, según subraya el obituario de Falange. Un cargo que ostentó hasta 1942. Pasa a ser nominado entonces Director General de Marruecos y Colonias y, por designación directa del dictador, procurador en las primeras Cortes franquistas. Finalmente, el militar falleció ejerciendo dicho cargo el 14 de julio de 1944. Durante su trayectoria llegó a escribir 13 obras sobre el continente africano y sus gentes, custodiadas ahora por la Biblioteca Nacional.

El Colectivo Biafra señala que “su temprana incursión a Guinea Ecuatorial y su fallecimiento a mediados de los 40 hace que se le haya olvidado”. Sin embargo, la asociación destaca que les resulta “extraño” que el Ayuntamiento de la capital grancanaria “haya mantenido la calle a un golpista que llegó a conformar una milicia en la ciudad durante la II República”.

“Nos faltó tiempo para seguir conformando el listado de calles a modificar”, subraya al respecto Maximiliano Paiser, miembro de la comisión que elaboró el último informe municipal. “Seguramente si analizamos en profundidad todo el callejero saldrán los nombres de este capitán y los de otros que no habíamos tenido en cuenta”, aclara.

Lo cierto es que en uno de los extremos de la calle Juan Fontán se encuentra el colegio Timplista José Antonio Ramos, centro que hasta 2013 se llamaba García Escámez, en recuerdo del general franquista jefe del Mando Económico de Canarias entre 1943 y 1946 y cuyas alusiones públicas están siendo borradas de la ciudad; de hecho, el Ayuntamiento ha anunciado que retirará el busto que hay en su memoria en la plaza homónima en Schamann.

El callejero de Las Palmas de Gran Canaria ha sido revisado en varias ocasiones. Con la llegada de la democracia, durante los primeros mandatos se cambiaron los nombres de las principales calles de la ciudad que hacían alusión a la Guerra Civil y la posterior dictadura. De esta manera, la calle General Franco pasó a ser la avenida Primero de Mayo, la plaza de la Victoria se convirtió en plaza de España, General Mola se rotuló como Mendizabal o la calle 18 de julio -fecha que conmemoraba el golpe de Estado- pasó a ser Quince de Noviembre; entre otras. Además, en 2017 bajo el mandato del socialista Augusto Hidalgo, la ciudad rindió homenaje a dos represaliados por el franquismo durante la contienda, el médico Manuel Monasterio Mendoza y el diputado Eduardo Suárez Morales, al rotular sendas plazas con sus nombres. Ambas están situadas en el Distrito Isleta Puerto Guanarteme. El Ayuntamiento también ha aprobado el cambio inminente de Juan Saraza Ortiz, Mario César y Doctor García Castrillo; en una segunda fase se modificarán otras como puede ser la plaza general García Escámez -cuyo busto situado allí también será retirado pronto-, para poder cumplir así con la vigente Ley de Memoria Histórica. | A. V.

Si te interesa este tema, puedes consultar por ejemplo: