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sábado, 16 de noviembre de 2024

El mejor premio


Cuenta Tamara García en El Diario de Cádiz: El premio de 'Negro limbo' ya lo tenemos, la declaración de Acacio Mañe como víctima de la represión

El realizador gaditano Lorenzo Benítez compite con su último documental en la sección Panorama Andaluz del Festival de Cine Europeo de Sevilla.

La película revela hechos relacionados con el pasado colonial español en Guinea Ecuatorial

“Emocionado, satisfecho y con muchas ganas de disfrutarlo con el equipo, con los protagonistas y, por supuesto, con el público en un marco fantástico”. Así de exultante, y no en vano, se mostraba el realizador gaditano Lorenzo Benítez horas antes de la puesta de largo en el Festival de Cine Europeo de Sevilla de Negro limbo o, lo que es lo mismo, del fruto de casi ocho años de investigación sobre unos sucesos silenciados durante más de 60 años que tienen que ver con el pasado colonial de España en África.

La historia de la desaparición en la entonces Guinea española (actual Guinea Ecuatorial) del líder fang Acacio Mañe, y el exilio del fiscal que intentó esclarecer los hechos que se produjeron en torno a 1959, cuando el dictador Francisco Franco mandaba con mano férrea país y colonias, guían el ánimo y el instinto del periodista de Canal Sur que se embarcó en esta obra tras el éxito de su anterior película, Madres invisibles. 

De la historia de Acacio Mañe, sí, pero también la historia de cientos de líderes desaparecidos y exiliados de un país a punto de ser libre, de la vida de los colonos, de sus descendientes y de memoria va esta producción. De esa otra Memoria Democrática aún más enterrada, y ya es difícil, que la de las cunetas de la Piel de Toro. 

“No ha sido fácil, no”, cuenta apuntando la frase con un intento de sonrisa que encierra un erial de permisos de rodaje (“nada fáciles de conseguir en un país donde la libertad de información está muy restringida”), de “búsqueda de contactos locales”, hasta de “una pandemia” que “casi tumba el proyecto” y de silencios, muchos silencios por romper. “Muchos de los testimonios que aparecen todavía hoy se siguen ocultando, hay personas que han hablado y que han fallecido durante la elaboración del documental, otros que han intervenido no sin vencer muchas reticencias, como pueden ser miembros de la Armada cercanos al entonces gobernador general, Faustino Ruiz, y luego también hemos tenido dificultades a la hora de acceder a archivos oficiales en España. De hecho, algunos de los documentos más relevantes los hemos encontrado más fuera de los archivos oficiales que dentro, como en la Fundación Franco o el archivo personal del que fue ministro de Asuntos Exteriores de Franco en aquella época, Fernando Castiella”, relata el director y productor.

Una “larga y laberíntica investigación” tan fragmentada, en cierta manera, como el tiempo, como la memoria, las memorias, a la que Negro limbo hace referencia y que tiene su reflejo en la propia imagen del cartel de la película, un collage. “Me pareció muy buena idea la metáfora del collage porque es un símbolo de cómo ha sido la investigación, de la memoria española en este ámbito e, iría más allá, de cualquier tipo de relato de la memoria colectiva, pues cuando intentas acercarte a un hecho después de que hayan pasado décadas, al final no deja de ser algo fragmentario”, reflexiona Benítez que en su película abraza “una trama policial y política muy compleja” que podría tener “muchísimas ramificaciones” que ha tenido que ir descartando en favor “de la narrativa y la agilidad de la película”.

Una historia que ha querido contar en el fondo y en la forma “de la manera más honesta posible”. Esto es, eligiendo un punto de vista muy concreto. “Hablamos de la historia de un movimiento de liberación en Guinea, pero que está contada por españoles, nosotros y los narradores principales, Mon Fernández-Dans, el hijo del fiscal que intentó en su momento investigar este caso que hemos retomado después de 60 años, y David Morello, que es el investigador nuestro que bucea en toda la trama y que está muy próximo a la ceguera total, que ha sido también un proceso que hemos seguido en paralelo durante la película y que, bueno, de forma casual ha servido también de metáfora de lo que estábamos investigando”.

Cartel del documental 'Negro limbo'.

Con estos conductores, con la investigación hecha y con todas las piezas del puzzle ya sobre la mesa de estudio, Lorenzo Benítez pensó “mucho” en cómo abordar estructuralmente la obra para acabar resolviendo que “lo más honesto” era empezar el documental “por donde comenzó todo”, por la familia del fiscal que en su tiempo quiso investigar la desaparición de Acacio, “desde ahí pasar a los archivos oficiales, de ahí a los testigos que aún estaban vivos, tanto colonos como algunos de los miembros del antiguo movimiento de liberación de Guinea, y, finalmente, tras un proceso también muy largo de localización y de ponerse de acuerdo con ellos, dar voz a la familia de la víctima”, enumera.

Un camino que en la pantalla veremos “que empieza y termina en África” como una manera también “de equilibrar” la voz narrativa desde España (“somos nosotros haciendo una revisión de nuestro pasado colonial”) y el protagonismo del caso de Acacio Mañe. 

Una figura central que, además, ha trascendido cualquier tipo de expectativa que su director pudiera tener sobre Negro limbo, que compite en la sección Panorama Andaluz del Festival de Cine Europeo de Sevilla, pero que ya tiene su mayor recompensa: “El premio ya lo tenemos y es que el documental ha servido para avalar la declaración oficial por parte del Gobierno español de Acacio Mañe como víctima de la represión política y colonial franquista. No es una reparación ni mucho menos, pero sí es algo bastante inédito y es el reconocimiento de que con este hombre se hizo un acto criminal”, aduce. 

La película se estrenó el jueves 14 de noviembre en el Teatro Alameda de Sevilla y se puede ver este viernes 15 de noviembre en Odeon Multicines Plazas de Armas a las 17.00 horas. Además, cuenta Benítez, ya se está trabajando para que la película se pueda ver en Cádiz y, sobre todo, en San Fernando, una ciudad en la que la memoria del gobernador Faustino Ruiz está todavía muy viva.

La historia familiar de un amigo, el comienzo de todo

La memoria colonial de España tanto en África como en Latinoamérica, una parte de la historia de nuestro país apenas revisada, siempre ha interesado, “y mucho”, al periodista y cineasta Lorenzo Benítez. Quizás por ello cuando su amigo Mon le cuenta un día de forma casual que su familia “tuvo que salir de Guinea por motivos desconocidos y un tanto misteriosos y del que no se quería hablar mucho en la familia” al gaditano se le encendió una chispa.

“Me dio muchísima curiosidad, empezamos a tirar un poco del hilo y descubrimos que detrás de esa historia de la familia, su padre, José Antonio Fernández-Dans que fue el fiscal general de la colonia durante 14 años, había tratado de investigar el caso de la desaparición de un finquero, un hombre negro guineano que tenía cierta relevancia social en la colonia. Todo aquello mientras era gobernador de la colonia Faustino Ruiz, de San Fernando, donde hoy tiene todavía una calle y títulos de reconocimiento. Aquella investigación generó cierto ruido en su tiempo y acabó con la vuelta del padre de Mon. Todo aquello me hizo pensar que podía haber algo más detrás”, recuerda Benítez que junto al hijo de Fernández-Dans y otro amigo suyo, el investigador David Morello, emprendieron esta aventura.

Así, poco a poco, a lo largo de muchos años, sin prisas, pero con determinación apareció la historia de Negro limbo, una que no estaba en la cabeza de Benítez, pero que no soltó cuando la encontró. Porque el tiempo no es quien pone todo en su sitio, sino la voluntad de las personas.

Y no te pierdas:



lunes, 11 de noviembre de 2024

El loro exiliado

¿Recordáis El caso del loro? No fue el único. Alguno hasta sufrió exilio...

Cuenta Miguel A. Mellado en El Loro de los Villalbas, sobre el loro que se trajo Antonio Villalba de Guinea Ecuatorial, «y lo instalaron en la misma estación de tren de Almendricos. El loro había aprendido a imitar el pitido del silbato del jefe Villalba y a pesar de que ningún tren podía salir de la estación sin el pertinente silbido del Jefe, el loro en más de una ocasión hizo que saliera el tren sin el permiso de Villalba por lo que tuvieron que exiliarlo a Albox»:

(...) Juan Manuel Villalba fue un gran Jefe de Estación en Almendricos durante casi 15 años, nos comentaban la gente de allí que le cedía agua de los depósitos de Renfe al pueblo para su abastecimiento en contra del criterio de la dirección de RENFE por lo que fue reprendido y amonestado en más de una ocasión por la dirección regional de RENFE, pero fiel a su carácter altruista y viendo las necesidades y escasez siguió dándole agua y años después, ya fallecido su padre, el pleno del Ayto de Lorca nombró a la plaza junto a la estación y a la fuente del pueblo con el siguiente nombre: “EN RECUERDO DE UN HOMBRE BUENO. JEFE VILLALBA” rindiéndole tributo a su abnegada aportación y su servicio al pueblo de Almendricos. 

Otra cosa que me pareció curiosa y que contaron en Almendricos, era que en la estación había un loro que había traído [Antonio, Jefe de la Policía Municipal, e] hijo del Jefe Villalba desde Guinea Ecuatorial en los primeros años de los 60 y que fue todo un atractivo exótico para los trabajadores de la estación, para vecinos de Almendricos y para los pasajeros, que cuando paraba el tren un par de minutos en la estación, se bajaba todo el mundo a ver al loro.

Aquel pájaro fue todo un personaje durante muchos años en esas tierras, al igual que el mono que había junto a la carretera en Arboleas a principios de los años 90, el loro era un poco sinvergüenza, hablaba perfectamente todo lo aprendido e imitaba magistralmente el silbato del Jefe de Estación, por lo que en más de una ocasión el loro con su pitido dio salida a más de un tren que allí estaba estacionado. 

Al Jefe Villalba y a los trabajadores el ferrocarril los llevaba fritos, en cuanto pasaban por delante les voceaba: BORRACHO!!! BORRACHO!!! Y para las mujeres también tenía el loro, cuando veía a alguna se lanzaba a grito pelao: GORDA!!! GORDA!!!. En cierta ocasión iba un hombre en el correo hasta Barcelona y al parar en la estación se quedó mirando al loro y el loro le espetó: BORRACHO!!! BORRACHO!!! Por lo que este señor se bajó del tren y enganchó del cuello al loro con la clara intención de estrangularlo, los que había allí presentes lo detuvieron y le dijeron que si estaba loco para hacerle eso al pajarico, el hombre respondió de malas maneras que: A MÍ NO ME LLAMA NADIE BORRACHO!!!

La situación del loro se hizo insostenible en la estación de Almendricos y llegaron a la conclusión que el loro se tenía que ir y punto, que el que lo había traído, que se lo llevara y así es como Antonio Villalba lo recogió y acompañó al loro al exilio albojense.

Después de inaugurar Antonio Villalba la gasolinera en 1970 trasladó al loro, que se convirtió en una atracción para todos sus clientes y las familias que viajaban en coche, el loro muy “sinvergüenza” llamaba la atención de todo aquél que pasaba cerca de la gasolinera gritando improperios como ¡¡¡“sinvergüenza, sinvergüenza, sinvergüenza!!!, “hijo de p…”, repetía al ver pasar a alguien a algunos metros de distancia con una sorprendente voz de tenor y despertaba las risas de los empleados del surtidor y de los clientes que ya lo conocían, pero también despertaba el asombro y las malas caras en los hombres que pasaban ajenos por la carretera andando o con su motillo y que no entendían ni acertaban a adivinar quién los insultaba.

El loro fue el ídolo de muchos niños, de muchos camioneros de toda la comarca y brindó una época en la que las risas y buenos momentos formaban parte de aquel seco paisaje de las afueras de Albox. Inolvidable era también como silbaba el loro la canción de la película de “El Puente sobre el río Kwai” como si estuviéramos en el cine, sonaba a más de 200 metros de radio la melodía. Este fue el final del loro pues era tal su destreza que todo el mundo se acercaba a saludarlo y obtenía su respuesta: “hola, ¿cómo te llamas?” y claro, para camelárselo, casi todo el mundo le obsequiaba con pipas saladas y otras golosinas, que le produjeron finalmente la muerte ante la gran tristeza de todos los albojenses y visitantes de la comarca. Antonio Villalba que lo había traído de Guinea Ecuatorial también sufrió su pérdida y hasta el último momento hizo todo lo que pudo llevándolo a un célebre veterinario de Huércal Overa intentado curar su salud y evitar su muerte. Al morir el loro, se valoró por parte de Antonio su disecado, pero al final se quiso evitar la tristeza que produciría contemplarlo sin voz ni silbido.

Antonio Villalba (1963) durante su servicio
como guardia civil en La Guinea Ecuatorial.


jueves, 31 de octubre de 2024

II año triunfal

Como cada año, se suceden los actos en memoria de los muertos en la toma de Bata el 14 de octubre de 1936.

Así, en el II año triunfal, desde San Carlos (actual Luba) se suman al homenaje: 

«Cinco fueron los Voluntarios que al atardecer el día 14 de Octubre del 36, hallaron la muerte en el vapor Fernando Poo, al inundarse de agua sus bodegas y hundirse. Quiso la Providencia evitar un día de luto al Cuerpo Expedicionario y a sus familias. De no haberse notado a tiempo el balanceo del barco, precursor del peligro inminente de hundimiento que aquel anunciaba, hubieran perecido ahogados, algunos centenares de jóvenes, clases y Oficiales. Pasada lista en la cubierta del Mahón, de los Voluntarios que habían ido a prestar vigilancia y custodia del Fernando Póo, sólo se notaron a faltar cinco Voluntarios, por el eterno descanso de sus almas y de los que en lo restante del año fallecieron en Sta. Isabel, la segunda sección de la primera Compañía, residente en ésta, encargó la celebración de una Misa de Réquiem y solemne funeral. Al mismo se unieron los Oficiales y sección de Voluntarios, las Autoridades del Distrito, las de Consejo de Vecinos y muchas señoras y particulares del elemento europeo. Nosotros que como víctimas liberadas presenciamos los sucesos tristes que en Bata se desarrollaron aquel día, al recordar tan triste aniversario, nos asociamos también al dolor de las familias de los extintos y muy de corazón imploramos por ellos las misericordias del Altísimo. La patria les agradece el sacrificio de sus vidas y los que aun quedamos, la generosidad de sus almas jóvenes, que para siempre estarán al lado de los luceros eternos, presenciando el resurgir de esta su España y nuestra, madre de almas grandes, de héroes, de mártires»


lunes, 21 de octubre de 2024

Declarar y morir

Los hermanos Juan y Pedro Medina Sanabria son fuente de inspiración e información para este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel. Y el Blog de Pedro Medina Sanabria | Memoria e Historia de Canarias hace un trabajo constante de difusión, por lo que merece la pena bucear un rato por sus páginas. Hoy, recuperamos la vieja entrada: 

U.4,917,598

48

DON JUAN FONTAN LOBE, CAPITAN DE ARTILLERÍA Y JUEZ NOMBRADO PARA EL ESCLARECIMIENTO DE LOS HECHOS OCURRIDOS EN EL VAPOR «FERNANDO POO» EL 14 DE OCTUBRE DE 1936.

C E R T I F I C O: Que a mi presencia y actuando como Secretario Alfonso Manrique de Lara Fierro, Sargento del Batallón de Voluntarios de Las Palmas, se presenta el Marinero Manuel Pérez y Teira, de la tripulación del “Fernando Poo”, que manifiesta lo siguiente:

Que vio a proa al Contramaestre que iba a virar el ancla; asegura que había cuatro grilletes de cadena. – –

Vió a Antonio Tarí con un fusil que tiró al agua. – –

Cree que Vivó prestó servicio en los Padres pero no está seguro. – –

Ha oído decir que Manuel Tarí estuvo en las milicias. – –

Cita como del Comité a Antonio Tarí, Domingo López, Seguí, Francisco Pérez y Juan Calvo. – –

Considera que el más extremista es el Barbero. – –

Dice que Manuel Diaz Diaz tenía el fusil de los marineros.- –

Y en prueba de conformidad firma el presente con S.S. y yo el Secretario que doy fé, en Santa Isabel a 20 de Octubre de 1936.

[Firmas rubricadas de MANUEL PÉREZ TEIRA, JUAN FONTÁN LOBÉ, y firma abreviada de ALFONSO MANRIQUE DE LARA FIERRO].

Cfr.: Archivo del Tribunal Militar Territorial 5.- 9342-297-21.- Causa 24 de 1937.- Folio 48.

Pérez Teira, tripulante (timonel según el 2º oficial Francisco Seguí Darder) del "Fernando Poo", no llegaría a ver los muros del campo de concentración de Gando. A Pérez Teira apenas le dio tiempo de declarar el 20 de octubre ante Juan Fontán, y casi un mes después será hospitalizado y falleciendo a la semana de su ingreso.

Dale un repasada a:

jueves, 17 de octubre de 2024

‘Negro limbo’, la historia olvidada

Es recurrente en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel, acordarnos del gobernador Faustino Ruiz y su calle dedicada en San Fernando (pese a su más que probable participación en el bombardeo a la desbandá de Málaga desde el crucero Canarias o la desaparición de Acacio Mañé, entre otros).

Curiosamente, nos acordamos del verdugo... y no de la víctima.

En el 2019, os contábamos de El caso Acacio Mañé: ‘Negro limbo’, la historia olvidada del colonialismo español en África:

El filme rescata uno de los episodios más desconocidos del colonialismo español en África durante el régimen franquista, “pues si todavía tenemos el capítulo abierto de la memoria histórica, de los muertos enterrados en cunetas en nuestro país, imagínate en qué situación de olvido se encuentra este tema en los territorios que fueron colonia como Guinea Ecuatorial”, reflexiona Benítez sobre el país en el que centra su película, actualmente, en fase de preproducción.

Así, la desaparición de un líder negro en la Guinea española durante la dictadura franquista es el motor de una cinta donde se abordarán “los pactos de silencio” que se establecen “en las familias, las instituciones y la sociedad en general” para “esconder verdades incómodas”, adelanta.

Y ayer, la XXI edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, que se celebrará entre el 8 y el 16 de noviembre, informaba que acogerá 22 estrenos nacionales, de los que diez serán estrenos internacionales, la mayor parte de ellos en la sección Panorama Andaluz, ya que el festival pretende destacar la industria cinematográfica andaluza en esta edición. 
Y entre esos 22 estrenos se incluye ‘Negro limbo’, el segundo largometraje documental de Lorenzo Benítez, que ahonda en los secretos de Estado y la impunidad en la antigua Guinea española.


«Tres amigos investigan un crimen cometido en la Guinea española en 1959. Uno es hijo del fiscal general de la colonia africana. Otro es casi ciego y el tercero el cineasta que los filma. La víctima es Acacio Mañé, primer negro (fang) que intentó reclamar la soberanía ante la ONU. (...) Los secretos y la impunidad de la dictadura franquista en la antigua Guinea española continúan presentes en democracia. El franquismo consiguió ocultar sus crímenes y torturas contra el Movimiento Nacional de Liberación de Guinea Ecuatorial a finales de los años 50. Uno de sus líderes, Acacio Mañe, fue detenido y hecho desaparecer. Ahora su familia reclama justicia y reparación desde África. Solo nos ha llegado el relato idílico de los viejos colonos. »

martes, 15 de octubre de 2024

Lectura contra la amnesia de la colonización

En Novelas contra la amnesia de la colonización, Lucía Hellín Nistal recomienda 3 (ó cuatro) lecturas imprescindibles contra la desmemoria colonial. Te compartimos el fragmento más vinculado a Guinea Ecuatorial, pero no dejes de leer el artículo completo con las «historias que recorren tres novelas y un ensayo que, desde distintos ángulos, inciden en las raíces colonialistas imperialistas españolas, tan borradas desde un presente con amnesia selectiva que sirve para justificar el expolio y la violencia del imperialismo actual. Cuatro textos y cuatro autores que merece la pena recorrer, especialmente en estos días que rodean la celebración patria del 12 de octubre que con himnos y banderas tapa ese origen sangriento y exige silencio mientras la Unión Europea -y el gobierno del Estado español- se arma hasta los dientes, protege e incentiva a sus empresas extractivistas por el mundo, militariza las fronteras y mantiene los pactos con el estado genocida de Israel»:

Los poderes de la tempestad

Donato Ndongo es uno de los escritores ecuatoguineanos más conocidos internacionalmente, impulsor del africanismo en España, periodista, historiador, antiguo director del Colegio Mayor África de Madrid o el Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Murcia. Desde cada uno de estos ámbitos el centro de su trabajo ha estado en la denuncia del colonialismo español sobre Guinea Ecuatorial, y la relación de ese pasado con el difícil presente del país tras su independencia, precisamente un 12 de octubre, en 1968. Es este impulso el que dio vida a la novela Los poderes de la tempestad (Sequitur, 2022), publicada originalmente en 1997, reeditada en 2014 y de nuevo hace un par de años, con intacta vitalidad.

Se trata del segundo libro de una trilogía hasta que comenzó en 1987 con la conocidísima novela Las tinieblas de tu memoria negra (Sequitur, 2022). En Los poderes de la tempestad se relata el regreso a Guinea Ecuatorial de un joven tras pasar varios años formándose como abogado en España. El viaje, que realiza junto a su mujer española y su hija, se convierte pronto en una pesadilla expuesta a través de descripciones que no eluden la podredumbre más absoluta: “entre patas de mono sanguinolentas, bananas podridas y antílopes rebozados en un enjambre de moscas”; a la vez fotografía y metáfora de la decadencia y el dolor de los fusilamientos, la tortura y la cárcel que van apareciendo a lo largo de las páginas de la novela.

El propósito del protagonista era contribuir a la mejora de la situación del país, tomado por la dictadura de Macías tras un dudoso proceso de independencia de la España franquista. Pero el abogado se enfrenta nada más llegar a una distancia con una tierra de la que comenzó a ser alejado aún antes de abandonarla mediante una educación colonial católica, acrecentada durante sus años en Madrid, que ahora explota ante un país destrozado y extraño:

“Dios mío, ayúdame a sobrevivir en este mundo que es el mío pero que ya se me escapa como si no fuera el mío, tengo tanta confusión en mi alma como si me despertara de repente en una tierra ajena, mi mentalidad ha cambiado tanto que ya no me reconozco como negro, como bantú, como africano, como guineano nacido en la misma tribu, en el mismo clan, en el mismo poblado, entre la misma gente que el primo Mbo”.

La primera persona de la narración expresa esta distancia y también la sorpresa ante el cierre informativo: “¿No llegan a España noticias de Guinea? ¿No sabéis allí que esto se ha convertido en un infierno?”. Se mezcla, sin embargo, con el relato en segunda persona que parece dirigirse directamente al protagonista, o tal vez al lector, haciendo su sufrimiento nuestro y nuestra su obsesión por dar a conocer la historia de su tierra.

Y siguen sin llegar noticias, por eso tal vez no habrás leído que ahora mismo el presidente Obiang, en el cargo desde 1979, está dirigiendo una gran represión contra la provincia de Annobón, una pequeña isla donde se levantan contra la destrucción de sus tierras por parte de empresas y multinacionales con las que el dictador mantiene acuerdos.

sábado, 12 de octubre de 2024

En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides...

Hoy se cumplen los 56 años de la joven república de Guinea Ecuatorial. Unos meses antes de la independencia, en pleno aniversario de golpe de Estado de 1936, Franco dirige un mensaje a los Guineanos, a través de Manuel Fraga Iribarne: "En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides de nuestro Movimiento en la vida española (...) Vosotros, mejor que nadie, sabéis hasta qué punto España ha procurado, en todo momento, desde que la paz volvió a nuestra Patria, atender a vuestras necesidades presentes y prever vuestro futuro. De las provincias guineanas España ha sabido hacer un territorio ejemplar, que se compara favorablemente, en el orbe africano en que se halla inscrito, por el nivel de vida, por el estado sanitario, por el número de alfabetizados, por tantos datos que acreditan su progreso. Pero, sobre todos esos bienes, el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz. En un continente convulsionado por las luchas raciales, tribales y sociales, en el que determinados pueblos han caído en ciertos momentos en niveles próximos a la anarquía, las provincias de Guinea han vivido en paz, en trabajo y en orden, en una línea constante de progreso y de confianza, sin los que todo intento de mejoramiento hubiese sido imposible". 

Unos días antes, Castiella afirmaba en las Cortes que "en Guinea empieza a amanecer" [grandes aplausos], seguido de una intervención de Pilar Primo de Rivera para dar las gracias a los procuradores guineanos por la colaboración que habían prestado a las Cortes.

Pero ¿el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz?
Entonces, ¿no hubo guerra civil en territorio ecuatoguineano? Lo cierto es que sí: el territorio y sus pobladores no fueron ajenos ni al conflicto y ni a sus consecuencias.

Un 18 septiembre, la Guinea Española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.

En este blog, te facilitamos algunas piezas para que puedas armar tu propio puzzle.
Acompáñanos en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.


Franco recibiendo las credenciales del embajador de Guinea Ecuatorial, Esteban Nsue. Gregorio López Bravo, ministro de asuntos exteriores, con Franco, en el palacio de oriente, junto al balcón de la sala de la Reina Cristina.


Por cierto... si tienes un rato, no te pierdas:

martes, 1 de octubre de 2024

La memoria, no tan histórica

Fue ayer. Y a veces lo olvidamos.

La memoria histórica no siempre es cosa de los abuelos; ya lo decíamos en Memoria colonial.

Pero ¿si también afecta al periodo que supuestamente supera la prueba del algodón?

Danilo Albin nos recordaba hace unos años que en España nunca ha revisado las condecoraciones a dictadores entregadas por Juan Carlos I

Un movimiento de opositores guineanos reclama formalmente al Congreso que revoque la distinción entregada por el ahora rey emérito a Teodoro Obiang en 1979. Por entonces también hubo medallas a otros miembros de regímenes totalitarios.

Son el símbolo del terror. De la tortura y de la desaparición. De regímenes que aplastaron a la población civil y tiraron gente viva al mar. Son los ya muertos Jorge Rafael Videla y Gregorio Álvarez en Argentina y Uruguay o el aún dictador Teodoro Obiang en Guinea. Unos y otros, jefes militares todos, tenían y tienen una medalla en común: Juan Carlos I les condecoró con una de las más altas distinciones que ofrece España. La tenían y la tienen porque en España no ha habido intención de anular esas distinciones. Ahora hay una oportunidad.

El paso lo ha dado el Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial Tercera República, conformado por opositores a la dictadura de Obiang. En una iniciativa presentada por escrito a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, y a los grupos parlamentarios, los responsables de esta organización guineana con sede en Madrid reclaman que la Cámara anule formalmente la concesión del Collar de la Orden de Isabel la Católica a ese dictador.

La distinción fue otorgada por el rey Juan Carlos mediante un real decreto publicado el 12 de diciembre de 1979, cuatro meses después del golpe de estado en Guinea Ecuatorial. Por entonces también fueron condecorados otros miembros de la cúpula golpista con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil.



El Movimiento para la Liberación de Guinea Ecuatorial Tercera República califica como "vergonzoso" que Obiang, "el dictador más longevo del mundo", continúe ostentando esa medalla. Recuerda en tal sentido que el jefe del régimen "ha mostrado nulo respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas" y ha ordenado "torturas, detenciones ilegales, secuestros y asesinatos", a la vez que "ha mostrado su desprecio al Estado español acusándolo públicamente de todo".

"Por lo tanto, es una vergüenza para la democracia española que Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su camarilla sigan hoy ostentando tan altas distinciones", señala en la misiva remitida a Batet y a los portavoces de los grupos políticos en el Congreso, a los que piden "adoptar las iniciativas que correspondan o en su caso instar al Gobierno a invalidar y revocar de manera efectiva las mencionadas condecoraciones".

Del mismo modo, plantean la imposición de sanciones "a personas involucradas en abusos de derechos humanos, corrupción, degradación del Estado de Derecho y represión de la democracia en el régimen dictatorial de Teodoro Obiang". En concreto, solicitan la prohibición de entrada a la Unión Europea, el congelamiento de cuentas, confiscación de bienes y revocación de permisos de residencia en España "si los tuvieran" a una serie de miembros del régimen.

Videla y Mobutu

Lo cierto es que en el listado de dictadores condecorados por España no solo figura Obiang. Ese mismo año, el rey Juan Carlos también entregó el Collar de la Orden de Isabel la Católica al militar argentino Jorge Rafael Videla y a su homólogo peruano, Francisco Morales Bermúdez.

En el caso del jefe del régimen argentino, las relaciones se vieron fortalecidas con el viaje que el monarca había realizado a aquel país en noviembre de 1978. De nada valieron entonces las peticiones de distintas organizaciones de derechos humanos para que no realizara esa visita oficial a la dictadura de Videla, responsable para entonces de miles de desapariciones y torturas.

Dos años después, el monarca español distinguió con ese mismo collar a dictadores de otros lares: el indonesio Suharto, considerado por Transparencia Internacional como el líder más corrupto de la historia moderna, el jeque emiratí Zayed bin Sultán o el emir de Baréin Isa bin Salman Al Jalifa recibieron esa condecoración española.

En 1983 hubo distinciones para el dictador uruguayo Gregorio Álvarez y para el brasileño João Baptista Figueiredo, así como para otro rostro de la represión: el temido Mobutu Sese Seko, dictador de la República de Zaire, también figura entre los condecorados ese año por el rey Juan Carlos I.
"Comportamientos extraordinarios"

Según destaca el ministerio de Asuntos Exteriores en su página web, la Orden de Isabel la Católica "fue instituida por el Rey Fernando VII el 14 de marzo de 1815, con la denominación de Real Orden Americana de Isabel la Católica". Su objetivo es "premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la Nación o que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de la Nación Española con el resto de la Comunidad Internacional". "Su Majestad el Rey es el Gran Maestre de la Orden de Isabel la Católica, por lo que todas las condecoraciones de esta Orden son conferidas en su nombre", destaca Exteriores.

La normativa establece que en caso de fallecimiento de la personalidad distinguida con el collar, "los herederos" de las personas distinguidas con el collar deben entregarlo a las autoridades diplomáticas españolas.

Pregunta sin respuesta

"¿Ha previsto el Gobierno revocar las condecoraciones y reconocimientos oficiales, teniendo en cuenta que dichos militares y diplomáticos fueron represores y criminales de una feroz dictadura?", preguntó en 2014 el entonces diputado de La Izquierda Plural Joan Josep Nuet tras la publicación de distintas informaciones sobre este asunto en Público. El Gobierno de Mariano Rajoy nunca le respondió.

El Ejecutivo del PP también recibió una pregunta del entonces diputado de IU Gaspar Llamazares, a quien sí respondió: en febrero de 2015, el Gobierno alegó que "las relaciones bilaterales entre España y Argentina en la época de la dictadura del general Videla, se mantuvieron conforme con el principio de la universalidad de relaciones diplomáticas entre Estados y similares a las mantenidas con el resto de países del continente iberoamericano".

"La relación bilateral en esa época fue además consecuente con el hecho de que Argentina es una de las naciones con las que España tiene lazos históricos y culturales más intensos, que van más allá de la permanencia en el poder de un tipo u otro de Gobierno, al asentarse las relaciones diplomáticas no entre éstos sino entre Estados", defendió entonces el Ejecutivo del PP.

No olvides repasar:

jueves, 19 de septiembre de 2024

El relojero de Cartagena


Según Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonización de Guinea Ecuatorial (1968-1969), el territorio servía no solo como castigo (como señalábamos en Desterrado... en Guinea), sino también como «refugio más o menos solapado...» de disidentes, pero también de aquellos que necesitaban distanciarse de conflictos.

No se libraron ni los brigadistas internacionales (no todos iban a ser alemanes de la Abwehr). 

La historiadora Blanca Calvo ha rescatado el caso de Otto Bruno Löbig, el relojero de Cartagena:

Hace unos meses, mirando el listado de "murcianos deportados" de Archivo General de la Región de Murcia me encontré un nombre alemán y como otra cosa no, pero soy rato cotilla, empecé a investigar.

Otto, viviendo en Cartagena, mi lógica me hizo pensar que era minero.
Pero no. Otto Bruno Loebig nació en enero de 1901 en Alemania, en las cercanías de Berlín . De sus primeros años se sabe poco. 
En 1915 fue aprendiz de relojero en Berlín. Tras la 1GM y la crisis, se fue a Holanda y luego a Francia donde empieza la militancia antifascista en la Legión Extranjera. Aquí pasó 5 años antes de irse a Madrid en 1925. 
Un año después se casa con Inocencia Naranjo Martínez y se instala en Cartagena donde abre una relojería.

 


Los años de la Guerra Civil son confusos. Mientras que la solicitud de asilo enviada en 1948 mantiene que durante la guerra fue relojero entre Galicia y Zamora, la documentación de archivo da otra versión: En el CDMH se conserva un documento de brigadistas internacionales heridos y hospitalizados entre los que figura Otto Bruno, comandante de la XI Brigada.

Durante la Guerra, su mujer Inocencia y el primogénito de la pareja, Emilio Juan de tan solo 5 años, buscaron refugio en Alemania con la madre y la hermana de Otto. En Godesberg nacerá, en 1936, Ingrid Sylvia Inocencia Lobig Naranjo. 

Tras la guerra, la familia regresa a Cartagena donde su papel como brigadista le supuso el ostracismo social y que su negocio sufriera diversos ataques.
Otto intentará sacar adelante su relojería, que encontró destrozada en 1939 . 
Fue detenido y permaneció en la prisión de San Antón Abad. Por su condición de ciudadano alemán solicitó ayuda al cónsul germano en Cartagena, Enrique C. Frike. 
Spoiler, un cónsul alemán en Cartagena no podía ser otra cosa que nazi por lo que no estaba muy por la labor de ayudar a un brigadista antifascista.
La respuesta literal que recibió Inocencia fue: "Él sabría que había hecho para acabar detenido".   
Por lo que en 1939, ante la imposibilidad de rehacer su vida en Cartagena por el acoso y la represión, la familia se traslada [en agosto con el vapor Plus Ultra] a Santa Isabel, Fernando Poo, donde Otto trabajará brevemente como comerciante. 
De su etapa en Guinea sólo se sabe que, de regreso a España en el barco Escolano, [éste fue interceptado por un submarino francés y obligado a entregar a un pasajero alemán que viajaba a bordo del vapor español. Así, Löbig] fue detenido por su condición de ciudadano alemán el 22 de noviembre de 1939 y enviado a la prisión de Casablanca. [Todavía el 9 de abril de 1940 el Embajador de España en París remitía una nota verbal al Ministro francés de Exteriores.]
En territorio francés [Löbig] pasó por distintas prisiones hasta ser deportado los campo de trabajos forzados Tiouine y Sussoni. De estos campos no se conserva casi información, pero se sabe, por su testimonio, que Otto tuvo problemas con los nazis internados por su posición antifascista 
En 1940, [con la derrota francesa por el ejército alemán, las autoridades colaboradoras de Vichy], le trasladan a Alemania donde sería encarcelado en Stuttgart y deportado en 1940 al campo de Welzheim como prisionero político por haber "realizado propaganda antinazi". 
Un año después acabaría en Dachau. ¿Su número? El 25.523

 

 

Otto lograría trabajo como relojero y mecánico de máquinas de escribir. Se puede intuir que, dentro del horror, tuvo una posición algo privilegiada ya que en 1942 le permiten recuperar de entre sus enseres una faja que necesita “para el dolor de riñones” . 
El 29 de abril de 1945. Sus únicas posesiones eran un sombrero, un par de zapatos, un abrigo, un blusón, unos pantalones, una camisa y unos calzoncillos. 
Tras pasar por Austria y Francia, logrará regresar, gracias a la Misión francesa de repatriación, a Cartagena el 9 de agosto de 1946.
En un documento de este año escribe en la casilla de nacionalidad: “alemán viviendo en el extranjero”; como dirección particular: “Barrio de la Concepción, calle Casado 46, Cartagena” y como ocupación: “relojero y comerciante".
Y siempre antifascista, denunció “maltrato por parte de las SS y guardias, palizas, sufrimiento mental y problemas de estómago”. 
También figura por primera vez sus discrepancias con el Cónsul alemán de Cartagena y con la mujer de este; el matrimonio le condenó al ostracismo social tras la Guerra Civil y le acusaron de ser judío. 
Disclaimer. El único artículo "periodístico" que hay sobre él describen a Otto como un acérrimo nazi. Dicho artículo solo presenta como fuentes "lo que me dijo mi suegra". 
Para volver a Cartagena facilita tres contactos que avalarán su regreso a España: Don Augusto Siljeström, cónsul sueco en Cartagena; el joyero Don Cayetano Naranjo y el propietario del Bar Chiki, el señor Ortuño. 

Otto fue un antifascista en francia de entreguerras, brigadista internacional, deportado a campos argelinos, a Dachau. Pasó por la cárcel de Cartagena. Y durante años su figura ha estado en el olvido.
Otto regresó a Cartagena el 9 de agosto de 1946 gracias a la ayuda de la Misión de reparación francesa. El 23 de agosto de 1946, 14 días después de su regreso, escribe una misiva a la Comisión Interaliada de la Embajada Alemana en Madrid con el fin de exigir una indemnización por el tiempo deportado como prisionero político y por la pérdida económica que dicha deportación provocó en su negocio de joyero. 
En total solicita una indemnización por los 2.500 días pasados en campos de concentración nazis, aliados y enfermedades contraídas, a razón de 100 dólares por día. 
Justifica esta petición explicando que “esta cantidad no es mucho por el sufrimiento moral y physico (sic) durante tantísimos años y la importancia de mi negocio y que es de justicia esta indemnización”. No recibió respuesta.
 
Podemos intuir que su regreso a España fue complicado pues, pese a ser liberado de Dachau, fue investigado por el gobierno alemán siguiendo el protocolo que evitaba la fuga de antiguos nazis. 
La burocracia fue lenta y Otto tuvo que esperar hasta el 4 de noviembre de 1946 para que gobierno civil de Múnich confirmase su presencia como deportado en el campo de concentración de Dachau, había pasado más de un año desde la liberación de dicho campo. 
El regreso a España, una España franquista, opuesta a los ideales por los que había luchado toda su vida, no fue sencillo. Acosado por vecinos, vigilado por la Político-Social (“abren y censuran mi correo”) y se le prohibió trabajar con joyas. 
En la misiva de agosto de 1948 se señalará como principal culpable de este hostigamiento a la viuda del cónsul alemán en Cartagena .
 
En 1948 volvió a mandar una carta pidiendo ayuda económica, en esta ocasión el destinatario fue la American Joint y en ella solicitará, por su condición de desplazado, un préstamo retornable en 5 años para poder migrar a Caracas y establecer allí su negocio de joyero. 
En este documento, fechado el 15 de abril, explica como tras su regreso no hizo más que encontrase “por parte de las autoridades todas las imaginarias dificultades” y como tras “no haber recibido las autorizaciones necesarias para poder desarrollar su negocio” decidió “emigrar” 
tras pasar 23 años en España. En 1948 escribió en perfecto castellano que su deseo no era otro que empezar en un país democrático y libre con sus hijos. Finalizó la misiva con un “ruego al ETERNO para que les conceda una vida larga en bien de la humanidad y la democracia”. 
Como preparación a este exilio la familia se instaló en Santa Cruz de Tenerife donde en 1947 nacerá la tercera hija del matrimonio Canary Alicia. Su nombre figura en una petición de exilio enviada en 1948 a PCIRO (Comisión internacional de ayuda a los refugiados). 
La America Joint reenviará la misiva a la Comisión Internacional de Ayuda para los Refugiados . En la documentación que presenta apenas aporta información sobre su actividad en la Guerra Civil, solo da una vaga descripción de su presencia en Zamora; en cambio, detalla con precisión su estancia por distintas prisiones y campos de concentración nazis: “Entre 1940 y 1945 prisionero y deportado en Dachau. En 1945 estancia en Brego, entre 1945 y 1946 en París y Sete, antes de regresar a Cartagena.” 
En Julio de ese año la Comisión Internacional de ayuda a los Refugiados solicita a Otto información concreta sobre su actividad entre 1920 y 1948. En agosto la American Joint considera que en su testimonio hay lagunas, que su currículo es confuso en cuanto a su condición de judío: señalado como tal por María Luisa Oliva Gutiérrez, esposa del cónsul alemán en Cartagena. Durante su estancia en los campos de concentración en Marruecos y Argelia temió que la pronunciación francesa de su apellido, Levi en vez de Loebig, le acarrease problemas con otros alemanes internados en Argelia. Los americanos proponen su repatriación, es decir, el regreso a Alemania en vez del pasaje a Caracas. 
La noticia se le comunica en septiembre de 1948, no se conserva la respuesta de Otto.
Paralelamente, Otto había logrado el 2 de abril los certificados necesarios para migrar a Venezuela 
Decidió esperar a julio para que sus hijos acabaran el bachillerato y pudieran seguir sin problemas sus estudios en el nuevo país. Mientras tanto Otto planeaba vender todos sus bienes y lograr un préstamo que le permitiera sufragar el gasto del viaje e instalarse en Venezuela . 
En este momento se pierde la pista de Otto y su familia. Una familia que en 1948 se encontraba en Santa Cruz buscando desesperadamente ayuda económica para los pasajes de barco y el inicio de una nueva vida en Caracas. 
Una nueva vida que le permitiera criar a sus tres hijos: Emilio, Ingrid y Canary Alicia en un país democrático. 
En abril apareció la mágica que suele acompañar a estas investigaciones. Logré localizar al nieto de Otto y aunque en principio estaba reacio por miedo a otro artículo difamatorio.
La familia llegó a Caracas y se estableció con cierto éxito. 
Otto es descrito por su nieto como "rosacruz, masón y superviviente de un campo de concentración".
Otto falleció de un ataque al corazón en Maiquetía, Venezuela, el viernes 28 de enero de 1977. 
Volvía de un viaje a Egipto donde solía ir a comprar material para su comercio de joyería. Fue enterrado el 30 de enero en el cementerio del Este de Caracas. Tenía 76 años. Carlos Andrés Pérez, en aquel momento presidente socialista de la República de Venezuela, envió una corona de flores y una nota de pésame. Este gesto le aleja, de nuevo, de la visión dada por un periodista en 2016, la de un ciudadano alemán simpatizante del nazismo.

El comerciante Otto B. Löbig y su paso por Dachau, se suma al del fernandino estudiante de medicina Carlos Grey Molay y al maderero Fernando Fernández Lavín (ambos en Mauthausen), al corisqueño electricista José Epita Mbomo (Neuengamme), al cartero de Bata Isidro Álvarez (Laufen) y a Manuel Cuenca Vázquez (Buchenwald), Jefe del Servicio Agronómico de Fernando Poo.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Día de las Personas Cooperantes

El año pasado tuvimos un emotivo recuerdo por los cooperantes fallecidos.

Pero en esta ocasión, os compartimos la perspectiva del enfant terrible de Ramón Esono.
¿Intentamos descifrar esta viñeta de "La pesadilla de Obi"?



[NOTA: El vehículo de UNICEF y la ubicación de los cooperante en el "Bistró", la terraza del Instituto Cultural de Expresión Francesa-ICEF, no es inocua... . Tal vez por eso, en la versión impresa de "La pesadilla...", éstos ya no están en esa terraza.]

Por cierto, hablando de cooperantes: ¿alguien sabe dónde está el escritor Francisco Ballovera Estrada, empleado de la Cooperación Española?

domingo, 1 de septiembre de 2024

Viaje

¿Recordáis las dificultades de llegar al territorio ecuatorial o de movilidad interna que detallábamos en Permiso de turismo o incluso de arbitrariedad en la estadía como recogíamos en Artículo 5?

El 7 de septiembre de 1936, el piloto Josep Civit Jové y su pareja Carme Álvarez Carreras obtuvieron autorización de circulación del Comitè Central de les Milícies Antifeixistes de Catalunya, para trasladarse a la Guinea Española con el pasaporte 200/49.


Es un documento histórico curioso... especialmente porque pocos días después -un 18 de septiembre- la Guinea Española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.

Ese mismo día, en la tarde, zarpó del puerto de Barcelona el Fernando Póo, en el que sería su último viaje.

En La Guinea Española hay registrados varios viajes de Civit, incluyendo uno en 1934 en el buque Escolano, pero el nombre de los 50 pasajeros del 7 de septiembre de 1936 no queda recogido en el periódico, ya que tras un pulso por radio entre el puesto de Santa Isabel y el de Bata, el barco fue a Río Muni y la edición del periódico quedó en la isla (territorio leal a Burgos tras el golpe de estado del sábado 19), no publicando los movimientos de viajeros de la zona continental.

El último viaje registrado de Civit es de 1940. Pasados los años, ya en 1948, éste refundó el Aeroclub de Lleida, desaparecido durante la Guerra Civil, y adquirió algunos de sus aviones más representativos. Hasta 1957, año en que cedió el campo de aviación a los padres salesianos para que lo incorporaran a su finca colindante, ya que el aeroclub sólo usaba la pista del aeródromo de Alfés. Pero esa es otra historia.

domingo, 25 de agosto de 2024

La caballerosidad que te roba las botas... y la calle

En agosto de 1936 fue asesinado Miguel Núñez de Prado, antiguo gobernador del territorio ecuatorial.

Su caso es peculiar, ya que era compañero y amigo de los principales líderes golpistas, pero probablemente por eso a ojos de Mola era imperdonable su lealtad republicana... o tal vez fuera su pertenencia a la masonería.

Contábamos en La caballerosidad que te roba las botas, que tras su detención en Zaragoza las fuerzas sublevadas hicieron valer su condición de director general de Aeronáutica, para amenazar con su fusilamiento en caso de producirse nuevos bombardeos sobre Cádiz. Seguirá un intercambio de mutuas amenazas a las que se sumará la Marina, y Franco responderá con un lacónico "Esperamos que la caballerosidad con que se ha portado siempre la Marina evite derramamiento de sangre."

Al final, como recogíamos en El caso del viejo Gobernador que murió descalzo, fue fusilado en el cruce a Murugarren de la carretera Bearin a Abarzuza (Navarra): "..Se metieron en la pieza, aquí, de estas flores, ocho metros para arriba, en este orillo y... a ver, quitaros los zapatos, las botas. Se quitaron las botas..¡daros media vuelta! Pun, pun, al agujero..se cayó y todo. Aquí mismo, yo estaba aquí. Ahí había una pared..."

Así que caballerosamente le robaron las botas, le fusilaron,... y le quitaron la calle.

¿La Calle? Correcto; como Hijo Predilecto de la ciudad de Montilla (Córdoba), igualmente contaba con una calle dedicada (inicialmente al "Coronel Núñez de Prado y Susbielas" y posteriormente al "General Núñez de Prado y Susbielas") en el barrio Sotollón, desde que 1925 la que anteriormente se conocía como calle "Fuente Álamo" cambió de nombre por decisión de la Comisión Municipal Permanente. Con la llegada de la República, las nuevas autoridades optaron el 13 de junio de 1931 por un cambio más; dedicando la calle a los "Generales Núñez de Prado", rindiendo así homenaje a padre e hijo (Miguel y Miguelito Núñez, como decían sus convecinos), ambos ilustres montillanos y generales de Caballería.


Calle Fuente Álamo en 1915.

Pero al igual que en Santa Isabel, en donde la calle "Libertad" fue anulada -literalmente- con un "19 de Septiembre", en Montilla la franquista Comisión Gestora Municipal hizo desaparecer la calle "Generales Núñez de Prado" con un rotundo "General Franco". 

Fueron ágiles en quitarle la calle: el 12 de septiembre de 1936 (no había pasado ni un mes de la desaparición del viejo gobernador) y -con las botas todavía calientes- ya se había formalizado el cambio. 

Y así se mantuvo hasta la muerte de Franco, volviendo el 24 de agosto de 1979 al nombre histórico de "Fuente Álamo".

Más suerte tienen Juan VaraJuan Fontán o Faustino Ruiz gobernadores coloniales del territorio ecuatorial con presencia en el callejero español y que pese a su innegable vinculación con la maquinaria represora del franquismo, cuentan décadas después de forma inamovible con sus respectivas calles en diferentes municipios españoles.



viernes, 16 de agosto de 2024

Ministerio de la Guerra Sucia

No siempre sale Guinea Ecuatorial en una película... y pocas veces sale tan mal. Entre otras cosas, porque el "Ministerio de la Guerra Sucia" está basado en una historia real, que prácticamente no se reconoce: la noche del 14 al 15 de enero de 1942, un comando británico, apoyado por republicanos españoles y el servicio de inteligencia del Consejo Vasco en el exilio, dieron un golpe de mano en el puerto de Santa Isabel, dejando claro que la supuesta neutralidad del puerto español no podía servir para que italianos y alemanes tuvieran un campamento base con el que operar en la zona.

Lo hemos tratado en varias ocasiones en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel.

Es especialmente interesante la perspectiva del Partido Nacionalista Vasco, que esperaba que evidenciando la complicidad de la España franquista con el eje italo-alemán, podría provocar que los aliados arremetieran contra Franco. En algún momento, el PNV hasta soñó con liberar Río Muni e imponer a "Dios y la Ley Vieja" en el territorio con el Lehendakari como administrador temporal.

Te lo contábamos en varias entradas:

Al final, quedó todo en una rabieta diplomática, los alemanes e italianos culpando a los españoles de la perdida... los escasos tripulantes italianos (y un annabones) presos durante el resto de guerra confinados en una remota granja africana, y aunque en Fernando Póo se cortaron un poquito, los puertos españoles del mediterráneo y Canarias siguieron siendo tan receptivos para los nazis como siempre.

Y a Ian Fleming, oficial a cargo del operativo desde Londres, le sirvió como inspiración para crear el personaje ficticio de James Bond unos años después..



Y como daño colateral, la publicación de la noticia supuso la destitución del director del diario Arriba, Xavier de Echarri. La crónica le acarreó igualmente al articulista una multa de suspensión de empleo y sueldo por espacio de una semana -sanción que se extendía al director del periódico-, así como la prohibición de publicar artículos con su firma a lo largo de un mes. A los censores que habían revisado el texto se les impuso dos días.

«Punto final a la impunidad», titulaba Arriba, el 17-I-1942. El texto denunciaba la acción filibustera cometida en el puerto de Santa Isabel, de Fernando Poo, por un comando británico, «con la alevosía más repugnante», en la noche del 14 al 15 de enero de 1942. La unidad se había hecho con el control de tres buques del Eje (dos alemanes y uno italiano) refugiados en ese momento en la Guinea española. El comando logró sacar los barcos capturados del puerto, aprovechando que las exiguas fuerzas navales españolas se hallaban en territorio continental (Río Muni). La Operación Postmaster fue concebida por el Almirantazgo para evitar que estas naves fueran utilizadas para abastecer a los sumergibles alemanes y supuso, a fin de cuentas, la violación de la soberanía de un no beligerante que permitía al editorialista -Herráiz- invocar el Convenio de La Haya para que le fueran restituidos al neutral buques y tripulaciones. Puesta la posición española en tela de juicio por el Eje, el editorial concluía con una severa advertencia: «La repugnante tropelía de Fernando Poo ha puesto punto final a las injerencias y a las tolerancias corteses. España se compromete solemnemente ante el mundo a impedir hasta la última gota de su sangre a que semejantes agresiones puedan ser realizadas de una manera impune. Decimos, simplemente, que ante un nuevo intento contra la no beligerancia española nuestras armas harán fuego en defensa de sus indeclinables obligaciones».

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Definitivamente, la película no es fiel al relato original: en el operativo real, se necesitó un trabajo previo prolongado, orquestado desde el consulado británico, con republicanos españoles de necesarios colaboradores, y personal del Consejo Vasco en el exilio participando en el golpe de mano. Fue una operación limpia, sin muertos. Igual, no tiene desperdicio: convertir Turquía en el África ecuatorial requiere mucha imaginación, y las escuálidas palmeras mediterráneas no dan el pego. Si añadimos soldados del Afrikakorps patrullando la ciudad, un puerto ajeno a la particular orografía volcánica de la isla, las instalaciones del oficial de la Gestapo y comerciante Heinrich Lühr, reubicadas en el puerto. Fernandinos y yorubas (en vez de igbos nigerianos), mano a mano, superando las divisiones sociales. Arquitectura inusual para la ciudad. El Casino sale de punta Cristina y se reubica en una suerte de fuerte colonial en las afueras, y -sorprendentemente- dejando de ser exclusivo para blancos. Los depósitos de combustible de Carboneras reubicados en pleno puerto, mapas históricos de fantasía... 
Lo dejamos así; realmente no hay que tomarse el film como un ejercicio documental.

Kriegsmarine en el puerto de Santa Isabel

Bandera alemana al costado de la capitanía del puerto. Al fondo, soldado del Afrikakorps.

Barracón Lühr/Sede de la Gestapo

Casa Lühr

Fiesta cervecera para marinería y tropa

Fiesta en el casino

Explosión en la central eléctrica de Santa Isabel

Explosión en depósitos de combustible