Es conocido que el explorador alavés Manuel Iradier creía ver en la lengua benga algo comparable al euskera. Así, en la publicación de sus diarios de viaje tras incluir el diccionario básico reproduce un supuesto diálogo entre «un vascongado natural de Arechavaleta (Guipúzcoa) y el autor».
El gipuzkoano afirmará:
He leído con gusto las pruebas de la gramática y vocabulario de la lengua venga que acaba V . de imprimir y encuentro entre esa lengua y nuestra euskara, una relación tan grande, un parecido tan extraordinario especialmente en las terminaciones, que me suena al oído como si este idioma africano fuera una derivación, con muy pocas alteraciones, del idioma euskaro. Aun cuando en muchas palabras, el sentido de la frase no sea el mismo, en la mayoría de ellas, en casi su totalidad se encuentra un significado vasco. No desciendo al mecanismo de la lengua porque no la conozco, pero sospecho haya también en él una gran analogía.
A lo que el propio Iradier completará con:
Un venga que conoce el español, lo habla dándole el mismo sentido, la misma pronunciación é idéntica construcción que un vascongado.
Y procederá a realizar una comparativa entre palabras y expresiones en benga y el euskera, de forma que ibayagane (sic) 'cualquier liquido que sesobra' le recordaba el vasco ibaigañes (sic), y un pueblo africano a la orilla de un rio lo pone Iradier en el mapa con el nombre de Ibai (!).
Tal vez un siglo después Iradier hubiera reforzado el vínculo del benga ibayagane con algo tan vasco como el Palacio de Ibaigane, sede del Athletic Club de Bilbao... Pero por si no fuera suficiente que las cuatro décimas partes de la población blanca de Guinea fueran de origen vasco, y para que no hubiera dudas, el barakaldés Olaechea bautizó como San Mamés al estadio municipal de Ebebiyín, población en zona fang (fuera del territorio tradicional benga) y cuya iglesia-catedral está
dedicada a Nuestra Señora de
Begoña.
Bromas aparte, en El Taiwán Ibérico hemos recogido en varias ocasiones el interés del PNV por el territorio ecuatorial.
Otro día os contaremos sobre curiosidades como la mítica campana de Elgorriaga, que en realidad no es un cencerro vacuno sino una elëbbó, la tradicional campana usada por los baölëólë bubis. O del frontón que construyeron los hermanos Lauzirika en el solar de Artieda en Sevilla de Niefang. Incluso de las aventuras (y desventuras) de Pedro Arriola Bengoa, conocido entre las tribus del Utamboni como Nsoc-Ntang (Elefante blanco); vasco y último gran explorador, contribuyó a afianzar el dominio español sobre el territorio, por lo que contó en su día con una calle dedicada en Santa Isabel y un monumento funerario en el cementerio de San Fernando «erigido por suscripción popular al héroe, 1971-1916» tras su suicidio.
Pero volviendo al tema, Santiago de Pablo lo razona en ¡Grita Libertad! El nacionalismo vasco y la
lucha por la independencia de las naciones
africanas:
Tras su derrota en la Guerra Civil, el PNV y el Gobierno vasco, establecido en
1936, centraron su actividad en el exilio. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, ambos trataron de ayudar a los aliados, pensando que la derrota nazi llevaría consigo la caída del franquismo. En este plan, la situación africana, clave
desde el punto de vista geoestratégico, fue objeto de atención por el PNV. Si
Franco entraba en la guerra, apoyando al Eje, el control de los territorios españoles en África (el protectorado de Marruecos, Ifni, el Sahara occidental y la Guinea española) podía ser crucial. Existía, además, el precedente francés, pues
la Francia Libre del general
De Gaulle había arrebatado al régimen de Vichy varias posesiones galas en África. En junio de 1941, el líder del PNV Manuel
Irujo propuso al Ministerio de Asuntos Exteriores británico la ocupación de las
colonias españolas en África, incluyendo Canarias.
Así, tras revisar la oficialidad republicana en el exilio, se elige a Servando Marenco Reja, «republicano, muy político y honrado», amigo de Fermín Galán y responsable de la sublevación en Lérida simultánea a la de Jaca de 1930. Marenco, como capitán de corbeta tenía el grado de teniente coronel del Ejército Republicano, por lo que le fue asignada la jefatura del 3er. Batallón de Fusileros Marinos, que se crearía con voluntarios republicanos y latinoamericanos (fueran o no vascos) en territorio británico y siempre como una unidad de las Fuerzas Francesas Libres. Desde Londres, Marenco escribía: «Se proyecta un Estado Mayor y servicios especiales, uno de ellos con destino a Guinea, organizado mediante una misión militar que se propone enviar seguidamente a África Ecuatorial Francesa y que ha comenzado a prepararse (…) Me he propuesto para el cargo de Jefe de la Unidad para dirigir la Comisión de Guinea, cuya excepcional importancia no necesito resaltar. (…) Dentro de poco entraremos en España y hemos de hacerlo por derecho propio y por la puerta grande».
Con este fin, el PNV preparó un informe sobre las “condiciones estratégicas de la Guinea española”, con vistas a una posible acción militar. En este documento anónimo, un militante nacionalista facilitaba datos sobre la situación geográfica y política de Guinea, naturaleza del terreno, comunicaciones con la
metrópoli, población, economía, posibilidades de desembarco en puertos y ríos,
acuartelamientos de tropas españolas, estaciones de radio, etc. Se destacaba que
la Guinea española era fronteriza con Camerún y Gabón, territorios controlados por la Francia Libre del general De Gaulle, y se facilitaba un listado de españoles residentes en Guinea, especificando si eran favorables o contrarios a
Franco.
El texto hacía hincapié en la colonia vasca y sobre todo en quienes, por sus ideas nacionalistas, podían ser cabeza de puente para un movimiento antifranquista y pro-aliado en Guinea. Éste era el caso de los representantes de la empresa bilbaína Eixaguirre (“todos nacionalistas vascos”), de Alejandro Iruregui, o de Jesús Azcune, un comerciante que, por conocer “perfectamente la costa y gran parte del interior”, podría ser útil en una invasión. Sin embargo, estos preparativos no sirvieron de nada, pues la idea de ayudar a los aliados, no sólo con información sino militarmente, no fue más allá, debido a la neutralidad franquista.
«(...) La compañía Eizaguirre, Manukanela de Bilbao. Sus componentes y empleados son de formación nacionalista vasca. Director en Guinea - Sr Urrutia.
González Gorbeña - Director (Ajon) monárquico vascófilo.
El principal taller de reparaciones de tractores y lanchas se el de Larrañaga mecánico guipuzcoano, apolítico, que que fué a Guinea, seleccionado en una huelga de Eibar.
(...) José Espeleta - Nacionalista vasco concomitancia con los fascistas.
(...) Jesús Azkune - Remolcajes y practicajes y consignaciones. Nacionalista vasco de izquierdas. Hombre aprovechable el que mejor conoce la costa. Se desplaza amenudo a Libreville. Se puede entrar en relaciones con él.
(...) Malancha. Cía Vasco-Africana. Gerente Alejandro Iruregi. Nacionalistas vasco exiliado en octubre 1934 por auxilio a la revolución de aquel tiempo. (...)»
Al final, ese 3º Batallón de Fusileros Marinos de las Fuerzas Navales Francesas Libres creado desde el Consejo Nacional de Euzkadi y la Francia Libre fue efímero, y pese a dar los primeros pasos asignando oficiales para información y operaciones en África (orientándose a Guinea Ecuatorial), logrando un único resultado práctico con la participación de Servando Marenco, y su hijo del mismo nombre, en la operación Postmaster en la noche del 14 al 15 de enero de 1942, apenas unos meses antes de disolverse el 3er. BFM.
Pese a la confusión inicial, el servicio exterior de Franco reclamará con dureza la inaceptable injerencia e irrespeto a la soberanía nacional de un puerto neutral.
Poco después de la operación Postmaster -en febrero de 1942-, previo a su incorporación a su puesto en el África Ecuatorial Francesa, Servando desarrollaba un plan de invasión en el que proponía a Julián Hickman Urrutia como integrante de la unidad, ya que éste tenía el valor añadido de conocer personalmente al subgobernador -Ignacio Gorbeña- en Río Muni, por haber trabajado como técnico a sus órdenes en Altos Hornos de Bilbao. Se incluía a Ángel Aguirreche, con relaciones personales y políticas entre los vascos «acogidos en la colonia para alejarse de los peligros inherentes a su vida en España» y a Cándido Echeverría del Servicio Vasco de Información.
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Fusileros de la 1ª compañía del 3er. BFM con un guion con la cruz de San Andrés. |
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El borrador incluía que «En el desarrollo de este plan habrían de ser aplicadas las normas que siguen: (…) B) Si fuera preciso ocupar los territorios, serían puestos bajo la autoridad del Gobierno de Euzkadi que preside Don José Antonio de Aguirre, con destino a la Confederación Peninsular u Occidental Europea si llegara a constituirse» Este párrafo tachado en la redacción en castellano, no aparecerá en la redacción final en inglés.
La Delegación de Servando Marenco e hijo, portaba un manifiesto -fechado en Bata- para usarse en caso de que el plan de invasión fuera activado. En éste se informaba a sus habitantes de la toma de posesión de Río Muni por el Gobierno de Euzkadi presidido por Aguirre, la vigencia de la legislación republicana y el establecimiento de un orden basado en el espíritu cristiano y en el respeto de los derechos de la persona humana. Se subrayaba -y aquí puede verse de nuevo una de las obsesiones políticas de Irujo en aquellos momentos- que el Gobierno Vasco mantendría «su autoridad hasta que se constituya la Confederación integrada, al menos, por todos los pueblos que formaron parte de la República Española».
La propuesta, que puede parecer bizarra, guarda relación con que el territorio equatorial estaba, desde la caída de Libreville en noviembre de 1940, completamente rodeada en su zona continental por la Francia Libre del general De Gaulle y la insular a escasos kilómetros de costas bajo el dominio británico y francés. Y que existiera el precedente de que en la batalla de Gabón hubieran participado exiliados republicanos alentaba esa percepción.
Finalmente, el 23 de mayo es disuelto abruptamente el 3er. BFM a raíz de una queja formal del Duque de Alba, Embajador de la españa franquista en Londres. Pero no es de extrañar que la disolución ocurriera poco después del airado reclamo del Embajador por la "inaceptable injerencia" de la Operación Postmaster: La decisión fue acordada por el Comité Nacional Francés ante «la posición adoptada por el Gobierno británico que ve inconvenientes para permitir la constitución en su territorio, bajo etiqueta francesa, de una importante fuerza compuesta de hombres de nacionalidad no francesa e invoca, contra el principio mismo del reclutamiento en curso, los acuerdos Churchill-De Gaulle».
Con la disolución del 3er. BFM, y una vez terminada la Guerra Mundial, el interés del PNV por Guinea Ecuatorial se acabará diluyendo:
... la independencia de Guinea no fue especialmente
destacada por la prensa del PNV. Este hecho resulta sorprendente, si se tiene
en cuenta que su idea era enfatizar el ansia de libertad de los países africanos y
subrayar cualquier cuestión que supusiera un problema para Franco. Sin duda
ello fue debido en parte a que, en el fondo, el PNV reconocía que el caso vasco era diferente del guineano. De hecho, el PNV, que mantenía en el exilio relaciones con partidos de diversos países, no estableció contactos con el movimiento independentista de Guinea Ecuatorial.
Si te interesa el tema, revisa El Taiwán ibérico (III) y El primer vuelo. Tal vez, incluso El recital español.