CB

sábado, 23 de marzo de 2024

Ley de nietos

Recordáis? dice la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática en su disposición adicional octava sobre adquisición de la nacionalidad española:

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  1. Los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española, podrán optar a la nacionalidad española, a los efectos del artículo 20 del Código Civil. Igualmente, podrán adquirir la nacionalidad española las personas que se encuentren en los siguientes supuestos:
    a) Los hijos e hijas nacidos en el exterior de mujeres españolas que perdieron su nacionalidad por casarse con extranjeros antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978.
    b) Los hijos e hijas mayores de edad de aquellos españoles a quienes les fue reconocida su nacionalidad de origen en virtud del derecho de opción de acuerdo a lo dispuesto en la presente ley o en la disposición adicional séptima de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre. 
  2. En todos los supuestos, esta declaración deberá formalizarse en el plazo de dos años desde la entrada en vigor de la presente ley. Al terminar este plazo, el Consejo de Ministros podrá acordar su prórroga por un año. 
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Parece que es cierto, habrá prórroga por un año (finales del año 25).

Consulta también:

miércoles, 13 de marzo de 2024

El caso del fugado de Villa Cisneros

Recoge Carlos Hernández de Miguel en "Los campos de concentración de Franco: Sometimiento, torturas y muerte tras las alambradas" cómo se produjo una fuga masiva en el campo de concentración de Villa Cisneros: «En Villa Cisneros, en el Sáhara, el 13 de marzo de 1937 se escaparon los noventa y nueve hombres que permanecían allí confinados. Contaron con el apoyo de uno de los oficiales del campo y de varios soldados. Aprovechando que el grueso de la guarnición había abandonado el lugar para realizar una patrulla, se hicieron con armas y lograron someter a sus guardianes. Una vez conseguido ese primer objetivo, aún quedaba lo más difícil, abandonar esa remota colonia española. A bordo de una falúa abordaron el buque Viera y Clavijo, en el que encontraron la complicidad de buena parte de la tripulación. Tras un rocambolesco viaje en el que la prensa del Movimiento llegó a anunciar su hundimiento, el barco llegó hasta Dakar, desde donde los evadidos consiguieron viajar hasta la España republicana».

Grupo de soldados evadidos de Villa Cisneros
durante su estancia en Dakar.

Los huidos eran un total de 23 (veintitrés) fugados del campos de concentración y 93 (noventa y tres) clases y soldados del Regimiento Infantería Canarias nº. 39, entre ello el sargento jefe del complot; 34 (treinta y cuatro) tripulantes del Viera y Clavijo y 2 (dos) pasajeros del mismo, lo que hacían un total 152 personas.

Y, entre estos, se encontrará el canario Luis Rodríguez García. Nacido en 1914, tras hacer el bachillerato se incorporó al ejército, estando destacado en Guinea Ecuatorial, cuando comenzó la guerra. 

Cuenta Víctor Sanz en "El exilio español en Venezuela" que «su destacamento era fiel a la República, pero quedaron recluidos en Africa, hasta que llegó la oportunidad de ir a la península. Había cuarenta y nueve prisioneros políticos enviados por por Franco, entre ellos el escrtior José Antonio Rial, y se separaron para asaltar un barco que llegaba cada quince días, en el cual había gente que se había puesto de acuerdo. El 13 de marzo se fueron todos los que simpatizaban con la República a Dakar. La marina francesa les condujo a Francia, en 1937, y de allí a España, siendo recibidos en Port Bou por Indalecio Prieto. Tenía el grado de sargento y le asignaron al transporte en Valencia. Alcanzó el grado de teniente y estaba a las órdenes directas del gobierno. Destinado al 13 ° Batallón Disciplinario, en Murcia, encargado de prisioneros extranjeros, conoció algunos italianos, que encontró años después en Venezuela, le reconocieron y le explicaron que lo recordaban como quien les había salvado la vida, al proveerles de comida y ropas. Cuando Valencia quedó aislada, herido, fue a Barcelona y, al sanar, le asignaron al cuadro eventual del Ebro, hasta la retirada a Francia. Sólo estuvo pocas horas en Barcarès. Un amigo del ejército francés le ayudó a conseguir una plaza como agregado del 7º de Ingenieros de Ferrocarriles, pues había terminado la guerra como capitán. Dormía en el campo de Barcarès, pero tenía libertad para salir a la calle, a trabajar. Cuando los alemanes invadieron Francia se incorporó a la resistencia, pasando a la zona ocupada con el grupo Soleil, con el que realizó varias operaciones de sabotaje. Finalizada la guerra, se quedó en el ejército, hasta que, en 1948, le hizo venir un tío suyo que hacía tiempo vivía en Venezuela. Llegó en noviembre de ese año y trabajó con su tío en un negocio de abastos bastante grande, unos seis meses. En 1949 se fue a Maracay a trabajar en la Cervecería Aragua como agente de ventas, durante unos tres o cuatro años. Después vendió mercancía seca por el interior del país, para la Casa Peltre, por unos años y luego, fue agente de ventas de productos farmacéuticos. Siguió trabajando en la venta de productos, unas veces con unas compañías y otras por cuenta propia, hasta 1974. Se retiró y se dedicó a vender en una pequeña tienda de gorras deportivas en el centro de la ciudad, hasta 1985. Sigue fabricando, ocasionalmente, gorras deportivas. Nacionalizado venezolano».

Estando en Barcarès, había intentando infructuosamente lograr asilo en México, en donde se ofrecía como carpintero. Finalmente logró rehacer su vida en el exilio venezolano.
Otros de sus compañeros de fuga tuvieron menos suerte, ya que acabaron presos y condenados a penas de hasta 30 años de reclusión o con sentencias de muerte.

miércoles, 21 de febrero de 2024

La Guinea Mediterránea

¿Recordáis cuando se modificó el parte meteorológico del telediario para que los españoles (y no sólo los escolares) dejaran de pensar que las islas Canarias eran mediterráneas y se ubicaban al sur de las islas Baleares?...

Es una historia vieja, pero todavía en 2017, el Senado aprobó una moción para que los libros escolares coloquen a las islas en su ubicación real, y no en un recuadro bajo Baleares:  «...Es desolador -dirá la proponente- que aún hoy en día haya que estar explicando a la gente que Canarias no está debajo de Baleares ni tampoco junto a Ceuta y Melilla o Portugal, ni que hay una barrera marítima que nos separa del resto de mundo que se abre y se cierra cuando queremos que entre algún barco. Hasta estos extremos tan ridículos hemos llegado cuando se interpela a alguien sobre dónde está Canarias (...). De hecho, a esta misma hora, la web de Radiotelevisión Española que ilustra el tiempo continúa situando al archipiélago canario debajo del balear».
«Les contaré una anécdota -contarán en la réplica- de mi época de formación universitaria. Vine a estudiar un año a la península y al principio me chocaba bastante, incluso me reía -aunque es verdad que es un asunto muy serio-, cuando me decían que yo vivía relativamente cerca porque Canarias estaba al lado de Cádiz y que cómo hacíamos para atravesar el muro que separaba el archipiélago canario del resto (...)».

Un año antes, nuestra entrada El presidente africano (sobre Juan Negrín, que fue presidente del Gobierno), generó furibundas réplicas sobre la condición europea y mucho europea tanto del presidente como de las islas Canarias.

Pero eso no es nada..., ¡apiadaos de la generación que aprendió que Fernando Poo y Río Muni estaban a escasas millas al sur del archipiélago balear!

Instituto Geográfico y Catastral, Madrid, [ca. 1960]



jueves, 8 de febrero de 2024

Preparando el viaje del Ciudad de Mahón

Cuenta Gemma Mañá Delgado en La voz de los náufragos: la narrativa republicana entre 1936 y 1939 que «Casualmente existían lazos familiares entre el nuevo alcalde de Tenerife y algunos sublevados de Santa Isabel, por lo que el movimiento insurreccional no descuidó la situación en Guinea».

Pero, ¿quién era ese alcalde y de qué familiares se trataba?

Una vez más, el blog de Pedro Medina Sanabria será esclarecedor:

El 18 de julio de 1936, el Alcalde Republicano de Santa Cruz de Tenerife. José Carlos Schwartz Hernández es detenido en su casa, trasladado al edificio de Capitanía General (entonces Comandancia Militar), y luego conducido preso al Castillo de Paso Alto, de donde sería desaparecido el 2 de octubre de 1936.

Faltando a su honor, incumpliendo su firmada promesa de servicio y fidelidad a la República, desobedeciendo sus leyes, atacándola, en vez de defenderla con las armas, el Coronel Juan Vara Terán ocupa el Ayuntamiento, y al día siguiente, usurpando el puesto de Alcalde, se constituye en Presidente de la Comisión Gestora constituida

Precisamente, Juan Vara había sido anteriormente subgobernador en el territorio ecuatorial, como descubrimos a través de Aquel 18 de julio de 1936 en Santa Cruz de Tenerife, que yo viví y recuerdo de Baltasar Pérez Bés:

En el año 1934 asciende a Coronel  y pasa a la Guinea Española con el cargo de subgobernador de dichos territorios. A primeros de julio de 1936 llega a Santa Cruz, donde tenía fijada su residencia, tras recibir una licencia de dos meses  por enfermedad y aprovecha su estancia en la isla, para participar en los inicios de la sublevación de los militares del día 18, en que le nombran Alcalde de Santa Cruz de Tenerife.

Es decir, se encontraba convenientemente en Canarias para sumarse a -dirá Gustau Nerín en "La guerra que vino de África"- la revuelta «a cargo de Franco, con el apoyo de su primo Pacón, del general Orgaz y del también africanista Juan Fontán (que durante la guerra ocuparía el Gobierno General de Guinea). Pacón dirigió la represión contra los izquierdistas que se resistían al golpe. Posteriormente Franco viajó a Marruecos en compañía de su primo para asumir el mando del ejército del protectorado. Orgaz se quedó controlando Canarias», y Juan Fontán -que según el historiador Ricardo de la Cierva también estaba emparentado con Franco-... zarpó con los voluntarios canarios al golfo de Biafra.

Juan Vara se mantendrá muy ocupado con la depuración de los empleados públicos municipales, y -como militar- participará igualmente en diferentes consejos de guerra.

Así, con todo, todavía tendrá tiempo de contribuir a los preparativos de la toma del territorio ecuatorial. A inicios del año siguiente, se resolverá su pase a situación de reserva por haber cumplido la edad reglamentaria para ello. Y al igual que a Juan Fontán, se le reconocerán los servicios prestados con una calle a su nombre, en su caso en el distrito 6, dentro de la urbanización conocida como Villa Benítez, a quien se le asignó esa calle en Santa Cruz de Tenerife por acuerdo municipal de fecha 18 de mayo de 1973. 


Esa calle le ha hecho merecedor de un prolijo anexo del "Catálogo de Símbolos, Calles, Monumentos y menciones franquistas existentes en el ámbito territorial de Canarias", en el que se desarrolla su participación en el golpe de Estado y en la maquinaria de acoso y represión a los republicanos. 

Serían por tanto tres, junto a Juan Fontán y Faustino Ruiz los gobernadores españoles del territorio ecuatorial con presencia en el callejero español y vinculación con el franquismo. Habrá más, seguro. También la tuvo por unos años en Montilla (Córdoba) su hijo predilecto Miguel Núñez del Prado. Pero al igual que en Santa Isabel, en donde la calle "Libertad" fue anulada por un "19 de Septiembre",  en Montilla la franquista Comisión Gestora Municipal hizo desaparecer la calle "General Núñez de Prado", antigua "Fuente Álamo", con un "General Franco". 

¿Seguimos? Para conocer a esos familiares en Guinea aludidos por Gemma Mañá, bastará con leer nuevamente a Baltasar Pérez Bés:

La mañana transcurrió tranquila, y por la tarde mi hermana y yo fuimos a la casa del Coronel de la Guardia Civil, D. Juan Vara Terán que vivía en la calle Campos, a visitar a su nieta Carmencita de nuestra edad, hija del Capitán de la Guardia Civil D. Enrique Pueyo del Val y una hija de D. Juan, recién llegada de la Guinea Española donde su padre había sido jefe de la Guardia Colonial.

Ese yerno, Enrique Pueyo del Val, ha salido un par de veces en este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel: como Capitán de la Guardia Colonial participó junto a Juan Fontán como juez instructor en las causas abiertas tras la caída de Bata; entre otras, en la Causa 630 de 1936 de Fernando Poo o en la 521 contra el Frente Popular en Guinea.

Relación documentada por Pedro Medina Sanabria de posibles defensores de los encausados tras la caída de Bata, en la que se excluye -entre otros- a Enrique Pueyo del Val por su condición de juez instructor.

El historiador L.E. Tagores (que no destaca por sus simpatía a la II República), considerará al teniente coronel Serrano, jefe de la Guardia Colonial, y a su subordinado, capitán de la Guardia Civil, Pueyo, autores materiales del Alzamiento en Santa Isabel. De hecho, tras la toma del poder en Santa Isabel, ambos integrarán la Junta de Defensa Colonial Nacionalista (equivalente a la peninsular Junta de Defensa Nacional) junto a Carlos Vázquez (Secretario General), Luis Ayuso Sánchez (Administrador Territorial de Santa Isabel, Delegado del orden público y Jefe de la Movilización Civil) y Joaquín Gamir (Jefe de la Agrupación Nacionalista).

Por eso, y sin que tuviera consecuencias para Pueyo, desde Valencia el Consejo de Ministros decretó su cese el 21 de junio de 1937, firmando el mismo Manuel Azaña.

Al contrario que a su suegro, a Enrique Pueyo no se le puso el nombre en una calle (que sepamos), pero sí obtuvo la rehabilitación del título de Conde del Val en 1955, a cuyo nombre sí hay una calle en Madrid.

viernes, 26 de enero de 2024

Memoria borrada

 Contaba Donato Ndongo en Memoria Histórica II de la Revista Consejeros:

Como España borró Guinea Ecuatorial de su conciencia tras la independencia, pocos encuentran nexos entre la colonia y determinados cambios decisivos en su Historia. Sesudos eruditos omiten un motivo esencial en la abdicación del rey Amadeo y proclamación de la República: el amago de abolición de la esclavitud en Puerto Rico y Cuba; ignoran la denuncia del saqueo de fondos coloniales, motivo de la convocatoria electoral de abril de1936, cuyas consecuencias perduran hoy; olvidan realidades recientes: la transición hacia la democracia se inicia tras ser aventada la inmoral connivencia entre el tirano Francisco Macías y Antonio García-Trevijano, activo principal en la rupturista Junta Democrática.

No siendo razonable ocultar tales hechos, es oportuno reseñarlos cuando arrecian autocomplacientes irredentismos autárquicos, reacios a reconocer el concurso de otros humanos en la conformación de su mundo; pudiendo eludirlo, se implicaron por idealismo y solidaridad. ¿Sería hoy voluntario en las huestes franquistas el aspirante a perito industrial Juan Manuel Tray Mueri, si supiese que la Patria que regó su sangre no honra su memoria y hostiga a sus descendientes? Teniente y ‘Caballero Mutilado Permanente’ finalizada la Guerra Civil, condecorado y ascendido a comandante, el negro de mayor rango en el Ejército español acabó sus días sin gloria alguna, tras secundar el tramposo señuelo de la campaña ‘vuelta al redil’.

Enfrente, José Carlos Grey-Molay, ‘rareza’ que desconcertó a jerarcas nazis, Himmler incluido, ante su vasta cultura y atlética complexión. Estudiante de Medicina en Barcelona en 1936, combatiente republicano, su peripecia le condujo a Mauthausen en 1941, donde limpió retretes, según el documental de Enric Ribes y otras pesquisas. Liberado en 1945, fue bailarín y electricista en París. No es el único. José Epita Mbomo tenía 16 años al pisar España en 1927. Mecánico de aviación, huyó a Francia con los republicanos derrotados, en cuya Resistencia se aplicó al sabotaje de la Wehrmacht. Capturado y deportado a Neuengamme, este superviviente militó cuando el comunismo fue religión, abjurando cuando tanques soviéticos ocuparon Praga. Héroes y víctimas en una España desmemoriada: escatima a sus nietos los réditos del sacrificio. Los muertos son anónimos.

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Donato Ndongo-Bidyogo nació en Niefang, Guinea Ecuatorial, en 1950. Escritor, periodista y exiliado político. Fue corresponsal y delegado de la agencia española EFE en África central (1987-1995). Director del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Murcia (2000-2004). Profesor visitante en la Universidad de Missouri-Columbia (Estados Unidos, 2005-2008). Profesor titular de universidades americanas, africanas y europeas. Es autor de los ensayos "Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial" (1977), "Antología de la literatura guineana" (1984) y coautor de "España en Guinea" (1998), así como de tres novelas traducidas a varias idiomas. Ndongo es colaborador habitual de medios españoles como El País, ABC, Mundo Negro, The Corner y la revista impresa Consejeros, entre otros.

Y está maravillosa ilustración de César Sebastián Díaz, que ilustra la entrada, nos la hemos tomado prestada del imprescindible congreso 'Memorias Periféricas de la Guerra Civil y el Franquismo. Literaturas, Culturas, Ideologías' realizado en 2022 en la Universidad de Valencia.

miércoles, 3 de enero de 2024

El Taiwán ibérico (VI) o la Guinea Vasca

Es conocido que el explorador alavés Manuel Iradier creía ver en la lengua benga algo compara­ble al euskera. Así, en la publicación de sus diarios de viaje tras incluir el diccionario básico reproduce un supuesto diálogo entre «un vascongado natural de Arechavaleta (Guipúzcoa) y el autor».

El gipuzkoano afirmará:

He leído con gusto las pruebas de la gramática y vocabulario de la lengua venga que acaba V . de imprimir y encuentro entre esa lengua y nuestra euskara, una relación tan grande, un parecido tan extraordinario especialmente en las terminaciones, que me suena al oído como si este idioma africano fuera una derivación, con muy pocas alteraciones, del idioma euskaro. Aun cuando en muchas palabras, el sentido de la frase no sea el mismo, en la mayoría de ellas, en casi su totalidad se encuentra un significado vasco. No desciendo al mecanismo de la lengua porque no la conozco, pero sospecho haya también en él una gran analogía.

A lo que el propio Iradier completará con:

Un venga que conoce el español, lo habla dándole el mismo sentido, la misma pronunciación é idéntica construcción que un vascongado.

Y procederá a realizar una comparativa entre palabras y expresiones en benga y el euskera, de forma que ibayagane (sic) 'cualquier liquido que sesobra' le recordaba el vasco ibaigañes (sic), y un pueblo africano a la orilla de un rio lo pone Iradier en el mapa con el nombre de Ibai (!).

Tal vez un siglo después Iradier hubiera reforzado el vínculo del benga ibayagane con algo tan vasco como el Palacio de Ibaigane, sede del Athletic Club de Bilbao... Pero por si no fuera suficiente que las cuatro décimas partes de la población blanca de Guinea fueran de origen vasco, y para que no hubiera dudas, el barakaldés Olaechea bautizó como San Mamés al estadio municipal de Ebebiyín, población en zona fang (fuera del territorio tradicional benga) y cuya iglesia-catedral está dedicada a Nuestra Señora de Begoña.


Bromas aparte, en El Taiwán Ibérico hemos recogido en varias ocasiones el interés del PNV por el territorio ecuatorial

Otro día os contaremos sobre curiosidades como la mítica campana de Elgorriaga, que en realidad no es un cencerro vacuno sino una elëbbó, la tradicional campana usada por los baölëólë bubis. O del frontón que construyeron los hermanos Lauzirika en el solar de Artieda en Sevilla de Niefang. Incluso de las aventuras (y desventuras) de Pedro Arriola Bengoa, conocido entre las tribus del Utamboni como Nsoc-Ntang (Elefante blanco); vasco y último gran explorador, contribuyó a afianzar el dominio español sobre el territorio, por lo que contó en su día con una calle dedicada en Santa Isabel y un monumento funerario en el cementerio de San Fernando «erigido por suscripción popular al héroe, 1971-1916» tras su suicidio.

Pero volviendo al tema, Santiago de Pablo lo razona en ¡Grita Libertad! El nacionalismo vasco y la lucha por la independencia de las naciones africanas:

Tras su derrota en la Guerra Civil, el PNV y el Gobierno vasco, establecido en 1936, centraron su actividad en el exilio. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, ambos trataron de ayudar a los aliados, pensando que la derrota nazi llevaría consigo la caída del franquismo. En este plan, la situación africana, clave desde el punto de vista geoestratégico, fue objeto de atención por el PNV. Si Franco entraba en la guerra, apoyando al Eje, el control de los territorios españoles en África (el protectorado de Marruecos, Ifni, el Sahara occidental y la Guinea española) podía ser crucial. Existía, además, el precedente francés, pues la Francia Libre del general De Gaulle había arrebatado al régimen de Vichy varias posesiones galas en África. En junio de 1941, el líder del PNV Manuel Irujo propuso al Ministerio de Asuntos Exteriores británico la ocupación de las colonias españolas en África, incluyendo Canarias.

Así, tras revisar la oficialidad republicana en el exilio, se elige a Servando Marenco Reja, «republicano, muy político y honrado», amigo de Fermín Galán y responsable de la sublevación en Lérida simultánea a la de Jaca de 1930. Marenco, como capitán de corbeta tenía el grado de teniente coronel del Ejército Republicano, por lo que le fue asignada la jefatura del 3er. Batallón de Fusileros Marinos, que se crearía con voluntarios republicanos y latinoamericanos (fueran o no vascos) en territorio británico y siempre como una unidad de las Fuerzas Francesas Libres. Desde Londres, Marenco escribía: «Se proyecta un Estado Mayor y servicios especiales, uno de ellos con destino a Guinea, organizado mediante una misión militar que se propone enviar seguidamente a África Ecuatorial Francesa y que ha comenzado a prepararse (…) Me he propuesto para el cargo de Jefe de la Unidad para dirigir la Comisión de Guinea, cuya excepcional importancia no necesito resaltar. (…) Dentro de poco entraremos en España y hemos de hacerlo por derecho propio y por la puerta grande».

Con este fin, el PNV preparó un informe sobre las “condiciones estratégicas de la Guinea española”, con vistas a una posible acción militar. En este documento anónimo, un militante nacionalista facilitaba datos sobre la situación geográfica y política de Guinea, naturaleza del terreno, comunicaciones con la metrópoli, población, economía, posibilidades de desembarco en puertos y ríos, acuartelamientos de tropas españolas, estaciones de radio, etc. Se destacaba que la Guinea española era fronteriza con Camerún y Gabón, territorios controlados por la Francia Libre del general De Gaulle, y se facilitaba un listado de españoles residentes en Guinea, especificando si eran favorables o contrarios a Franco. 
El texto hacía hincapié en la colonia vasca y sobre todo en quienes, por sus ideas nacionalistas, podían ser cabeza de puente para un movimiento antifranquista y pro-aliado en Guinea. Éste era el caso de los representantes de la empresa bilbaína Eixaguirre (“todos nacionalistas vascos”), de Alejandro Iruregui, o de Jesús Azcune, un comerciante que, por conocer “perfectamente la costa y gran parte del interior”, podría ser útil en una invasión. 
Sin embargo, estos preparativos no sirvieron de nada, pues la idea de ayudar a los aliados, no sólo con información sino militarmente, no fue más allá, debido a la neutralidad franquista.

 






«(...) La compañía Eizaguirre, Manukanela de Bilbao. Sus componentes y empleados son de formación nacionalista vasca. Director en Guinea - Sr Urrutia.

González Gorbeña -  Director (Ajon) monárquico vascófilo.

El principal taller de reparaciones de tractores y lanchas se el de Larrañaga mecánico guipuzcoano, apolítico, que que fué a Guinea, seleccionado en una huelga de Eibar.

(...) José Espeleta - Nacionalista vasco concomitancia con los fascistas.

(...) Jesús Azkune -  Remolcajes y practicajes y consignaciones. Nacionalista vasco de izquierdas. Hombre aprovechable el que mejor conoce la costa. Se desplaza amenudo a Libreville. Se puede entrar en relaciones con él.

(...) Malancha. Cía Vasco-Africana. Gerente Alejandro Iruregi. Nacionalistas vasco exiliado en octubre 1934 por auxilio a la revolución de aquel tiempo. (...)»

Al final, ese 3º Batallón de Fusileros Marinos de las Fuerzas Navales Francesas Libres creado desde el Consejo Nacional de Euzkadi y la Francia Libre fue efímero, y pese a dar los primeros pasos asignando oficiales para información y operaciones en África (orientándose a Guinea Ecuatorial), logrando un único resultado práctico con la participación de Servando Marenco, y su hijo del mismo nombre, en la operación Postmaster en la noche del 14 al 15 de enero de 1942, apenas unos meses antes de disolverse el 3er. BFM. 


Pese a la confusión inicial, el servicio exterior de Franco reclamará con dureza la inaceptable injerencia e irrespeto a la soberanía nacional de un puerto neutral.

Poco después de la operación Postmaster -en febrero de 1942-, previo a su incorporación a su puesto en el África Ecuatorial Francesa, Servando desarrollaba un plan de invasión en el que proponía a Julián Hickman Urrutia como integrante de la unidad, ya que éste tenía el valor añadido de conocer personalmente al subgobernador -Ignacio Gorbeña- en Río Muni, por haber trabajado como técnico a sus órdenes en Altos Hornos de Bilbao. Se incluía a Ángel Aguirreche, con relaciones personales y políticas entre los vascos «acogidos en la colonia para alejarse de los peligros inherentes a su vida en España» y a Cándido Echeverría del Servicio Vasco de Información.


Fusileros de la 1ª compañía del 3er. BFM
con un guion con la cruz de San Andrés.

El borrador incluía que «En el desarrollo de este plan habrían de ser aplicadas las normas que siguen: (…) B) Si fuera preciso ocupar los territorios, serían puestos bajo la autoridad del Gobierno de Euzkadi que preside Don José Antonio de Aguirre, con destino a la Confederación Peninsular u Occidental Europea si llegara a constituirse» Este párrafo tachado en la redacción en castellano, no aparecerá en la redacción final en inglés.



La Delegación de Servando Marenco e hijo, portaba un manifiesto -fechado en Bata- para usarse en caso de que el plan de invasión fuera activado. En éste se informaba a sus habitantes de la toma de posesión de Río Muni por el Gobierno de Euzkadi presidido por Aguirre, la vigencia de la legislación republicana y el establecimiento de un orden basado en el espíritu cristiano y en el respeto de los derechos de la persona humana. Se subrayaba -y aquí puede verse de nuevo una de las obsesiones políticas de Irujo en aquellos momentos- que el Gobierno Vasco mantendría «su autoridad hasta que se constituya la Confederación integrada, al menos, por todos los pueblos que formaron parte de la República Española».

La propuesta, que puede parecer bizarra, guarda relación con que el territorio equatorial estaba, desde la caída de Libreville en noviembre de 1940, completamente rodeada en su zona continental por la Francia Libre del general De Gaulle y la insular a escasos kilómetros de costas bajo el dominio británico y francés. Y que existiera el precedente de que en la batalla de Gabón hubieran participado exiliados republicanos alentaba esa percepción.

Finalmente, el 23 de mayo es disuelto abruptamente el 3er. BFM a raíz de una queja formal del Duque de Alba, Embajador de la españa franquista en Londres. Pero no es de extrañar que la disolución ocurriera poco después del airado reclamo del Embajador por la "inaceptable injerencia" de la Operación Postmaster: La decisión fue acordada por el Comité Nacional Francés ante «la posición adoptada por el Gobierno británico que ve inconvenientes para permitir la constitución en su territorio, bajo etiqueta francesa, de una importante fuerza compuesta de hombres de nacionalidad no francesa e invoca, contra el principio mismo del reclutamiento en curso, los acuerdos Churchill-De Gaulle». 

Con la disolución del 3er. BFM, y una vez terminada la Guerra Mundial, el interés del PNV por Guinea Ecuatorial se acabará diluyendo:

... la independencia de Guinea no fue especialmente destacada por la prensa del PNV. Este hecho resulta sorprendente, si se tiene en cuenta que su idea era enfatizar el ansia de libertad de los países africanos y subrayar cualquier cuestión que supusiera un problema para Franco. Sin duda ello fue debido en parte a que, en el fondo, el PNV reconocía que el caso vasco era diferente del guineano. De hecho, el PNV, que mantenía en el exilio relaciones con partidos de diversos países, no estableció contactos con el movimiento independentista de Guinea Ecuatorial. 

Si te interesa el tema, revisa El Taiwán ibérico (III) y El primer vuelo. Tal vez, incluso El recital español.

sábado, 16 de diciembre de 2023

Prometido viaje...


Recoge La Vanguardia en Los tres únicos viajes de Franco «Franco tuvo que hacer un largo recorrido para ponerse al frente del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, pero quedó curado contra los viajes largos, sobre todo al extranjero, y particularmente en avión. Aunque esta apreciación no está bien documentada, no consta que haya vuelto a volar después del periplo del Dragon Rapide entre Las Palmas, Casablanca y Tetuán. Alguien escribió que prefería moverse bajo palio a subirse a un avión (…). Cuando acumuló poder, se lo pensó mucho más. Únicamente pisó tierra extranjera otras tres veces, y sin distanciarse mucho de las fronteras españolas. Su fobia al avión nunca fue reconocida por sus defensores, pero resultaba evidente. Los más próximos opinan que las muertes de sus compañeros José Sanjurjo y Emilio Mola en accidentes aéreos habían propiciado su rechazo a volar». 

Canarias, los territorios del norte de África, Hendaya, Lisboa (con escapada al santuario de Fátima) y Bordighera, una población de la Riviera italiana, con parada en el Montpellier de Vichy.

No hay constancia de otros viajes. Pero… ¿y al territorio ecuatorial? ¡Casí! 

Y es que, mientras Carrero Blanco acumuló millas por mar y aire a Guinea, Franco nunca llegó a Santa Isabel pese a que así se lo habría prometido a su primo Juan Fontán y Lobé (el mismo al que el alcalde -su cuñado- le puso una calle en Las Palmas de Gran Canaria) cuando le nombró Gobernador General y Jefe Provincial de FET y de las JONS:

«Diles a todos los que trabajan en Guinea, que, es tanto lo que me interesan sus problemas, que en cuanto termine la guerra, y las circunstancias me permitan salir de España, mi primer viaje será para ir a la Colonia». 

Te lo cuenta en portada "Frente Nacional - Semanario Colonial de la España Nueva", cabecera que acabará siendo el periódico Ébano, y que se imprimía en la maquinaria del "Defensor de Guinea", expropiado tras el 19 de septiembre de 1936 por su sintonía con el Frente Popular de Santa Isabel.



«Cuando me despedí en Burgos del Generalísimo antes de venir a tomar el Gobierno de esta Colonia, cuando tantas ilusiones, cuando tantos proyectos afluían a nuestros labios, oí de los suyos unas palabras que yo quiero que todos los coloniales conserven grabadas en su corazón. (…) Y esto -explicará Fontán en La Guinea Española- que es un honor incalculable para todos, es también una obligación que contraemos, pues tenemos desde este momento que empezar a trabajar para que, cuando ese día llegue, le podamos presentar una colonia digna del forjador de la España Imperial, digna del Salvador de España, del vencedor de Badajoz, de Málaga, de Toledo, de Bilbao, de Santander, de Oviedo, de ese hombre providencial que Dios ha dado a España para salvar la civilización cristiana. Que todos nos demos cuenta de la trascendencia del momento actual, que todos nos agrupemos sin divisiones ridículas en un apretado haz de flechas que sean nuestras voluntades para que, reunidas por el yugo de! trabajo, nos lleven a una realidad esplendorosa para la Colonia, base del futuro Imperio de la España Una, Grande y Libre. ¡Arriba España! ¡Viva España! ¡Franco, Franco, Franco! ¡Viva la Guinea Española!»


Todavía en octubre de 1950, Leoncio Fernández Galilea, el Obispo titular de Ariaso y Vicario Apostólico de Fernando Póo, ira al encuentro de Franco en el puerto de La Luz de Las Palmas de Gran Canaria reiterando infructuosamente la invitación.

jueves, 7 de diciembre de 2023

El caso Cuenca

Victor Sanz, en "El exilio español en Venezuela", recoge un interesante relato:

Manuel Cuenca

Zaragoza 1885-Caracas 1958

Padre de los anteriores. Ingeniero químico industrial. Ocupó el cargo de jefe de las azucareras de Zaragoza y del Servicio Agronómico de Fernando Poo [y por lo tanto, parte de las autoridades que integran estatutariamente el Patronato Indígenas], en la Guinea Española, donde se encontraba al inicio de la sublevación. Pidió permiso para salir de vacaciones y cuando el barco en que viajaba pasó por Lisboa, se quedó y fue a España, poniéndose a las órdenes del gobierno republicano. Fue designado jefe de laboratorios del Servicio de Inteligencia. Con el fin de la guerra en Cataluña salió para Francia, durante la ocupación alemana fue detenido por los nazis y le enviaron al campo de concentración de Buchenwald hasta el fin de la guerra. Regresó a París y de allí vino a Venezuela , estando gobernando la Junta Cívico-Militar, con Betancourt de presidente. Al exiliarse a Venezuela, logró un puesto de profesor en un liceo de Boconó, Estado de Trujillo. 

Siguió trabajando un tiempo más, pero por razones de salud se vio obligado a retirarse. O.R.V. , Informante, Fernando Cuenca (hijo).

De ser así, tendríamos el 6º confinado en un campo de concentración nazi (Buchenwald), vinculado al territorio ecuatorial, que se sumaría a Isidro Álvarez (Laufen), José Epita Mbomo (Neuengamme), Fernando Fernández Lavín (Mauthausen), Otto B. Löbig (Dachau) y Carlos Grey Molay (Mauthausen).

Hay poca información accesible sobre el periodo africano de Manuel Cuenca, si bien es cierto, que "La Guinea Española" recoge un viaje (1935) del capataz Manuel Cuenca en el vapor Legazpi. 

Tiene también la imperdonable falta de ser uno de los públicos contribuyentes a la donación de las 10.353,65 pesetas para la República, conforme a la Gaceta de Madrid del 5 Noviembre 1936.

Las crónicas dicen que el ingeniero químico Manuel Cuenca Vázquez era natural de Ferrol, nacido el 3 de octubre de 1882, e hijo de un general de la Guardia Civil. Titulado en Bélgica, es un alma errante: a lo largo de su vida profesional, habría trabajado en Zaragoza, Paraguay, Cuba, Fernando Póo y finalmente exiliado en Venezuela, pasando por Francia y Alemania. 
Iniciado el conflicto armado, tras el triunfo del golpe de Estado en Santa Isabel, escapa de Fernando Póo con la excusa de disfrutar de sus vacaciones reglamentarias, incorporándose a la España republicana como Director del Laboratorio del Departamento de Información del Estado, y más tarde en el Laboratorio Químico del Ministerio de Defensa Nacional. Caído el frente catalán, participa en la retirada al territorio francés, sufriendo sucesivos internamientos en los campos de Argelès-sur-Mer, Bram, Montolieu, Septfonds y Montauban. Pedirá infructuosamente refugio en México, hasta que con la invasión alemana de Francia será confinado por los nazis en el Campo de Concentración de Buchenwald. Tras su liberación, se exiliará a Venezuela, en donde paulatinamente se irán reagrupando sus hijos: Fernando, Juan, y María Teresa Cuenca. 

Faltaría tan sólo Luis [Victoriano] Cuenca Estevas. No les acompaña tampoco la madre de éstos, Soledad Estevas Fernández en el exilio venezolano, ya que se habrían divorciado en 1938.

Los 4 hermanos cuentan con mucha historia, os lo contamos en gallego (para variar):
  • Femando Cuenca. Vigo 1918. Capitán republicano. Presenciou as negociacións de rendición notificandoas ás forzas na estrada de Estremadura. Agachado en Madrid fuxe a México e en 1947 chega a Venezuela. 
  • Juan Cuenca Estevas. Ourense 1914. Milita nas Juventudes Socialistas. Realiza traballos de intelixencia. Condenado a morte. Fuxe e chega a Venezuela en 1952. Abre a libraria "Europa". 
  • Maria Teresa Cuenca de Tejero. Vigo 1913. Secretária de Indalecio Prieto e do ministro do Aire Hidalgo de Cisneros. Reclamada radialmente polo réxime de Franco fuxe a Franza en 1940 e posteriormente chega a Venezuela. A desaparición por parte da policia do seu fillo fixo dela unha figura pública. Traballaba no IVSS coma secretária e moraba na urbanización Los Caobos. O su fillo, Alejandro, nado en 1940, chega a Venezuela en 1957. Militante da Juventud Comunista, en 1967 é detido nunha rúa céntrica polo Servizo de Intelixéncia das Forzas Armadas. É desaparecido e presumibelmente morto por mor das torturas. 
Luis, que habría fallecido en Somosierra pocos días después de dar inicio la guerra civil, es conocido por formar parte del grupo que asesinó a Calvo Sotelo.

José María Zavala lo recoge en "Los expedientes secretos de la Guerra Civil", a través de la declaración de su hermano Juan:

Hace un año me nacionalicé venezolano, sin perder la nacionalidad española. He venido ahora a España, con mi familia, por asuntos particulares. Resido accidentalmente en Madrid, en la calle del General Álvarez de Castro número 1.
Mi hermano es Luis Cuenca Estevas, que en el libro de la Causa General aparece con el nombre de “Victoriano”. Mi hermano nació en La Coruña, en 1910 o 1911, hijo de nuestros padres Manuel y Soledad. Nuestro padre era ingeniero industrial. Éramos una familia de clase media; mi hermano cursó el Bachiller y se presentó más tarde a unas oposiciones, que no ganó, al Cuerpo de Aduanas.
Reveses de fortuna obligaron a mi padre y a mi hermano Luis a marcharse a Cuba en 1928, donde tuve noticias de que Luis anduvo envuelto en los jaleos de los estudiantes que ocurrieron en La Habana en aquella época, aunque ignoro si fue durante la Presidencia de Machado o con posterioridad a la misma.
Mi padre y hermano regresaron a España en 1932, pero muy poco después mi padre volvió a marcharse de España al Gran Chaco, entre Bolivia y Paraguay. Mi hermano Luis se afilió a las Juventudes Socialistas con marcada inclinación a la figura de Indalecio Prieto, a quien acompañaba en todos los mítines en que éste intervenía, asistiendo también a los que iban Fernando de los Ríos y Besteiro.
Mi hermano Luis vivía con entera independencia de mí, quizá influido por disgustos familiares –y no por causa mía–, que no vienen ahora al caso mencionar, y por eso no tenía noticia muy exacta de la vida que llevaba. Ignoro cuáles fueron sus medios de vida en aquel entonces, aunque tuve noticia de que tenía unas representaciones y después que estuvo trabajando en un sindicato.
Sí sabía la estrecha amistad que unía a mi hermano Luis con el teniente Castillo y la que tenía, aunque más superficial, con el capitán de la Guardia Civil Fernando Condés, afines a sus ideas. (...)

 




lunes, 4 de diciembre de 2023

Investigación sobre la colección de Miguel Núñez de Prado

Contábamos en El caso del viejo Gobernador que murió descalzo cómo tras su desaparición, su viuda y primera esposa se encontró en un kafkiano laberinto para certificar su defunción (pese a que la lógica de la Navaja de Ockham era perfectamente aplicable a este caso) y cobrar una eventual pensión de viudedad. Según la Real Academia de Historia: «Finalizada la guerra, su viuda Aurora Bermejo inició un auténtico peregrinaje tratando de determinar el estado legal de su esposo para, confirmada su desaparición o muerte, poder solicitar la pensión de viudedad, pero no lo consiguió. El Ejército, que siempre ha atendido a sus viudas de manera ejemplar, no cumplió con ésta, a la que entretuvo mareándola con respuestas e interminables trámites incoherentes y carentes de interés». 

Su segunda esposa Maria Luisa Baux, que con la anulación de la ley de divorcio carecía de respaldo legal para una hipotética pensión, el octubre del 1936 -antes de emprender el viaje al exilio- vendió el patrimonio familiar a la Generalitat de Cataluña para su inclusión en la sección etnológica del Museo de Arqueología de Cataluña. Posteriormente, el conjunto fue trasladado al Museo Etnológico y Colonial, creado al final del 1948 y precedente del actual Museu Etnològic i de Cultures del Món.


Tras el fusilamiento del viejo Gobernador, a su viuda le negaron durante años (hasta 1944) la pensión por carecer de certificado de defunción. «Su mujer, que se encontraba en Barcelona, ​​vendió la colección de objetos de Núñez de Prado en el Ayuntamiento de Barcelona, ​​y fueron incorporados a la Sección de Etnografía del Museo de Arqueología, bajo el nombre de 'colección de Arte Negro, armas y vasijas de los indígenas de Fernando Poo'. Ésta fue una de las colecciones que constituyeron los fondos del Museo Etnológico de Barcelona, ​​1948».

El pasado noviembre, el Museu Etnològic i de Cultures del Món, nos propone releer los antiguos fondos e investigar sobre la colección de Miguel Núñez de Prado.


Miguel Núñez de Prado en una finca de Sampaka (Bioko),
primera hilera, segundo por la izquierda.


Tal como informaba el diario La Humanidad del domingo 14 de julio de 1936 durante el día anterior el general Miguel Núñez de Prado había visitado en compañía de Lluís Companys y otras figuras principales del mundo político y militar el entonces todavía aeródromo del Prat del Llobregat. Nadie de los presentes debía de imaginar que poco más de un mes después, el general desaparecería entre los engranajes de la máquina represiva de los militares golpistas. Este final abrupto marca el inicio del periplo de uno de los conjuntos patrimoniales más interesantes que conserva lo MuEC.

Miguel Núñez de Prado y Susbielas había nacido a Montilla (Córdoba) en 1882 dentro de una familia de larga tradición militar y con ciertas aspiraciones nobiliarias. Integrado al ejército desde muy joven llegó a ocupar el grado de general de división y además, entre 1926 y 1931 el cargo de gobernador general de la entonces colonia de Guinea Española. Esta nueva denominación agrupaba la isla de Fernando Poo (actualmente Bioko), Annobon y Corisco con el territorio continental de Rio Muni, finalmente “pacificado” y efectivamente ocupado por los españoles en estas fechas. A lo largo de su mandato fue acumulando una amplia gama de objetos africanos y particularmente del pueblo fang.

Al poco de su asesinato, y a través de un itinerario que todavía hoy no se sabe con certeza, las piezas acabaron en manos de la Generalitat de Cataluña. Perdemos la pista de este conjunto de piezas guineanas hasta la fundación a final de 1948 del Museo Etnológico y Colonial. En este momento y con la intención de dotar de fondo museístico la nueva institución se realizaron una serie de depósitos provenientes de las colecciones africanas, filipinas y extraeuropeas en general que los museos barceloneses iban acumulando desde los fines del siglo anterior.
El MuEC inicia este proyecto de investigación sobre una parte de su colección como primer paso de un proceso de necesaria reflexión crítica sobre el origen y las formas de adquisición de las piezas que conservamos, así como de profundización en el conocimiento del contexto en que fueron fabricadas, utilizadas y finalmente extraídas. 

Releer este conjunto patrimonial nos obliga a repensar también el marco colonial de donde provienen. Al mismo tiempo, nos tenemos que interrogar sobre el papel de estos objetos en la trayectoria histórica del museo: si fueron obras exhibidas o si permanecieron cerradas en los almacenes o qué grado de protagonismo y reconocimiento lograron. La misma materialidad y forma de los objetos no puede de ser ninguneada. La demanda europea de toda dirige piezas “tribales” y obras “de arte negro” espoleó desde bien pronto una producción artística destinada a los extranjeros que en algunos casos, como el escultor ioruba Olowe de Ise y su escuela presente en la colección de Núñez de Prado, llegó a un alto grado de apreciación. Esta circunstancia deriva al cuestionar la autenticidad de las obras de nuestro fondo y también nuestra misma idea de autenticidad.
De toda esta reflexión esperamos poder ofrecer una lectura diversa y crítica de nuestra colección que contribuya a superar las permanencias coloniales de nuestra sociedad.

Y como curiosidad, el 4 de diciembre se informa que:

Posiblemente, los visitantes del museo habrán notado en los últimos días la ausencia de algunas piezas en la sala dedicada en el pueblo fang. Unos carteles en el interior de la vitrina suplen momentáneamente la presencia de tres eyema byeri. Durante este pequeño descanso, los objetos han sido trasladados a las dependencias del Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña (CRBMC) dónde serán objeto de una serie de estudios analíticos que nos ayuden a entender mejor su fabricación y sobre todo su trayectoria desde la elaboración hasta nuestros días.

Uno de los elementos del arte tradicional africano a que los expertos han prestado una mayor atención ha sido la pátina exterior de los objetos. Las características de la superficie exterior de los objetos, evidencia de su uso, a menudo se ha considerado la principal prueba en la hora de juzgar la autenticidad de una obra. Por esta razón, ya desde el inicio de la colonización europea se produjo una creciente demanda y apropiación de objetos tradicionales africanos por parte de los misioneros, militares y administradores blancos. A veces, la respuesta de los diversos pueblos africanos fue fabricar piezas que mediante la mezcla de tradición y novedad satisficieran el gusto europeo por el exotismo y pretendido primitivismo africano.

Los especialistas del CRBMC realizarán el fotografiado con luz rasante de las piezas y bajo luz ultravioleta, para identificar las posibles refacciones, repintados y restauraciones. También se harán radiografías así como la identificación de la madera utilizada y la composición química de las capas de las superficies.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Los azules de Bioko

Recuerda Ignacio Ruiz-Quintano en su artículo de ABC Los azules

«A la muerte del general, Rosón, admirador de Lina Morgan, gran ‘vedette’ de ‘Celeste… no es un color’ en La Latina, dio salida al ‘stock’ de camisas falangistas sin estrenar enviándolas, en concepto de ayuda, a Guinea Ecuatorial, que ya disfrutaba de una Carta Otorgada (obra de Herrero de Miñón, compañero de Rosón, asesorado por Condomines)...».

Es un llamativo comentario... pero no es improbable, si -como veíamos en La Sección Femenina- «llegada la independencia, el 12 de octubre de 1968, el mismo día en que Manuel Fraga Iribarne -rigurosamente vestido con la guerrera blanca del uniforme de jerarca de Falange- firmaba en la vieja Santa Isabel el acta por el que nacía una república, se firmaron varios acuerdos. Y un año después, el Convenio cultural entre el Reino de España y la República de Guinea Ecuatorial, el cual en su artículo 10º establecía que "el Gobierno español prestará al Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial toda la ayuda posible para la enseñanza y la práctica de la educación física y deportiva, a través de la Organización Juvenil, la Sección Femenina, la Delegación de Deportes u otras organizaciones similares"».

En el caso de la Sección Femenina, ésta se mantuvo en Guinea Ecuatorial hasta finales de 1969 y el gobierno español sostuvo -en aplicación de dicho convenio cultural- prácticamente hasta su disolución en España el financiamiento a la asignatura de “labores del hogar” en los colegios ecuatoguineanos (el 1 de abril de 1977 el Real Decreto Ley 23/1977 suprimió la Sección Femenina), con mandos locales como Marina Alene Mbá, generando así una suerte de Falange Exterior.

O como recoge Gustau Nerín en "Francisco Macías: Nuevo Estado, Nuevo Ritual":  «Las estructuras dictatoriales del franquismo fueron aprovechadas por Macías. La ultraderechista asignatura Formación del Espíritu Nacional fue mantenida en vigor en las escuelas de la Guinea independiente hasta 1975, cuando fue sustituida por una imitación, la Formación Política de Guinea Ecuatorial. Las estructuras guineanas de la Sección Femenina de la Falange española fueron usadas para el enaltecimiento del dictador. Y se creó un nuevo organismo juvenil masculino, las “Juventudes Azules”, cuyo color, no por casualidad, coincidía con el empleado por la Falange Española. Sus cantos favoritos eran reelaboraciones de himnos falangistas, como “Prietas las filas” o “Isabel y Fernando” (transformado en “De Macías Nguema / el espíritu impera / moriremos besando / la sagrada bandera”». Sin olvidar la ya clásica adaptación de “Montañas Nevadas” en “Selvas Tropicales”, que sobrevivió a la independencia como la canción preferida de la organización "Juventudes en marcha por Macías".

sábado, 18 de noviembre de 2023

El capellán del Fernando Póo

En Inicio de causas contra los tripulantes del vapor "Fernando Poo" contábamos cómo un confuso incidente con el capellán del barco acabó siendo parte de las indagatorias realizadas por Juan Fontán y Lobe, juez nombrado para el esclarecimiento de los hechos  tras la caída de Bata.

Retomamos el relato:

Sobre el padre Tomás Ribé, que al igual que Eduardo Selma, había sido superviviente del naufragio en 1932 del vapor Teide en aguas del golfo de Guinea, corría el rumor de que habría sido asesinado por la tripulación del correo Fernando Póo, reforzándose esa creencia al no aparecer entre los supervivientes del 14 de octubre de 1936, ni encontrarse su cuerpo en aguas de la bahía de Bata.

Y esa convicción fue incluida en la indagatoria, por lo que en las transcripciones de Pedro Medina Sanabria es posible recopilar varias declaraciones sobre este tema por parte los encausados durante los interrogatorios del 1936 y 1937.

Salta la alarma cuando, iniciadas las indagatorias el 9 de noviembre -poco después de la caída de Bata-, el tercer maquinista Manuel de Dios y del Águila declara que «presentó la dimisión de su cargo del Comité de abordo, a la llegada a Bata y, que en Valencia la presentó irrevocablemente, por tener disgustos con los demás, con motivo de su oposición a entregar el [ilegible] de a bordo a los rojos». 

En diciembre de 1936, La Guinea Española publicará un artículo lamentado cómo la tripulación del capitán Antonio Pasajes Repeto había asesinado a «aquel cura bajito, regordete, colorado, calvo, de andar y hablar pausado, simpático y sin enemigos posibles».
A modo de folletín, dramatizaba el asesinato a tiros en la escalera, a la puerta de su casa, tras recibir el padre Tomás Ribé Comas a los marineros con un «¡Hola, chiquets! ¿Qué tal? Entren, que tomarán alguna cosa».

Iniciado 1937, los interrogatorios del 12 de enero seguirán registrando esa inquietud. Tanto el segundo radiotelegrafista Francisco Pérez Rodríguez como el panadero Juan Munar Lladoz serán preguntados sobre el supuesto asesinato:

  • «PREGUNTADO quienes eran los más peligrosos del vapor dijo: entre los peligrosos que considera el declarante son Manuel Tarí y Antonio Dieste; y Dieste fue uno de los que decía que había que tirar al Cura al agua.
    PREGUNTADO respecto al comentario habido en el barco acerca del Padre Ribé dijo que no sabe nada», responderá el radiotelegrafista.
  • «PREGUNTADO respecto a la muerte del Capellán del Fernando Póo Padre Ribé dijo; que oyó el comentario de que se lo habían llevado del barco donde estaba él y que no asegura donde lo oyó si fue en el muelle de Barcelona o en el mismo vapor», declarará el panadero.

En las siguientes declaraciones se irá aclarando el tema, ya que el 27 de enero, el mismo radiotelegrafista aclarará que «respecto a que el llamado Dieste, dijo que había que tirar al Cura al agua, no se refiere al Padre Ribé, sino al Padre José Ausejo en el viaje anterior al de estas actuaciones».

A su vez, el tercer maquinista Manuel de Dios y del Águila matizará su declaración inicial de noviembre sobre las consecuencias personales de su resistencia a entregar al padre, por lo que «en Málaga en el anterior viaje llevaron a la presencia del Comité de Tierra al procesado [Manuel de Dios], con objeto de recriminarle por haber influido en dejar al Padre en Dakar, siendo llamada la atención al primer oficial y al procesado». 

Ese primer oficial al que también se llamó la atención por defender al capellán era Rafael Muñoz García, y sobre él manifestará Bartolomé Garcia Carrasco, Jefe del Campamento Nacionalista de Santa Isabel, que en un viaje que realizó de España a Santa Isabel, en el buque Fernando Poo, comprobó que era (junto con el electricista León Mercader Navarro, el médico Antonio Fuertes Villavicencio y el capitán Antonio Pasajes Repeto) uno de los tripulantes que se puede considerar como simpatizante del fascio.

Precisamente el capitán Antonio Pasajes Repeto respaldaría la afirmación de Manuel de Dios y del Águila, aclarando que él «entregó al Capellán en Dakar por mediación del Cónsul y que en esto influyó Manuel de Dios el cual pertenecía al comité».

No se trataría, por tanto del Padre Tomás Ribé Comas, sino del Padre José Ausejo Castillo (párroco de Igueste de San Andrés en Santa Cruz de Tenerife y capellán de la Trasmediterránea desde abril de 1931) el cual habría sido dejado en Dakar durante el viaje anterior, para frustración de los más radicales de la tripulación, generándose reclamos mutuos y comentarios al respecto.

Finalmente, el auto de procesamiento a la tripulación del Fernando Póo no incluirá alusión al padre Ribé ni a Ausejo, ni parece haberse tenido en cuenta en la Sentencia del Consejo de Guerra contra el personal del Fernando Poo.

Así, pese a estas acusaciones reflejadas en la indagatoria, tres años después de publicar la dramática narración de diciembre de 1936, La Guinea Española rectificará la noticia publicando que el capellán realmente estaba vivo:


Queda, por tanto, excluido del santoral y martirologio ecuatoguineano.

Con todo, Guillermo Portilla recoge en El derecho penal bajo la dictadura franquista: Bases ideológicas y protagonistas cómo años después de esa rectificación, en noviembre de 1942 «El Consejo Supremo de Justicia Militar condenó a muerte por un delito de adhesión a un sujeto que formó parte del Comité revolucionario a bordo del Fernando Póo e intentó entregar al capellán, sigue la sentencia, a las autoridades rojas de Málaga, lo que finalmente no consiguió (Sentencia de 18/11/1942 RJA. 1394)».

Nos falta averiguar quién sería ese "sujeto" condenado a muerte...:

Como sabemos, el auto de procesamiento a la tripulación del Fernando Póo detallará que el “Comité Rojo” estaba «formado por el 2º radiotelegrafista Francisco Pérez Rodríguez, como Presidente; Secretario, el 4º Maquinista Vicente Filló Places; Vocales, Francisco Seguí Darder, Segundo Oficial; Domingo López Santos, engrasador; Antonio Tarí Quiles, Ayudante gambucero y Juan Calvo, marinero (estos dos últimos huidos durante la operación), así como también del 3er Maquinista Manuel de Dios y del Águila».

De estos dos "desaparecidos", ambos están entre los retornados a España a bordo del Banfora a través del territorio francés, si bien en 1947 sale Antonio Quiles en libertad condicional (y liberación del destierro) de la Prisión Central de San Miguel de los Reyes, mientras que de Juan Calvo hay un oportuno requerimiento en fechas previas a esta sentencia...