Se trata del primo del president de la Generalitat de Catalunya, Lluís Companys, y uno de los decididos defensores de Bata junto a Ángel Miguel Pozanco.
El posicionamiento leal a la República de Ángel Miguel Pozanco, Alejandro Torres García y José Sierra Companys sería decisivo para retrasar el triunfo de los golpistas en la Guinea Española. Éste último era primo del presidente de la Generalidad de Cataluña, Lluís Companys.— Calle 19 de Septiembre (@CalleSeptiembre) 19 de octubre de 2018
Tempranamente, para evitar tal especulación, el Gobernador General dispuso la creación de una Junta de Subsistencias, por medio de una ordenanza de 15 de agosto de 1936. Se trataba de un órgano cuyas funciones principales, según rezaba la misma disposición, eran: racionar los braceros disponibles entre los finqueros coloniales; controlar y regular los precios de los productos; y proponer cualesquier otras medidas que consideren «procedentes» para el mantenimiento de la estabilidad de la actividad económica colonial durante el curso de la guerra. Y en la Guinea continental, las funciones de la Junta de Subsistencia las desempeñaba un Comité compuesto por los señores: Toribio Villalobos (presidente), Serra Companys, Rafael Iranzo y Jose Lozano Alonso.
Posteriormente, el 1 de octubre -a instancias de la tripulación del vapor Fernando Poo- se habría elegido asambleariamente un Comité Central del Frente Popular en Río Muni (el de Fernando Poo, que era previo lo había disuelto el gobernador cesado), Serra el secretario de ese nuevo comité.
Tras el bombardeo y caída de Bata, se dio una huida general de los pobladores de la ciudad. Cundió la «desmoralización entre la mayoría y desde aquel momento la carretera de Bata a la frontera fué un desfile de camiones y coches cargados de gente. Fuimos muy pocos, no llegábamos a veinte, los que nos quedamos allí decididos a no permitir la entrada de los facciosos en Bata, pero al fin tuvimos que rendirnos y retroceder ante la mayoría de fuerzas y armas de los contrarios».
Entre los que se quedaron estuvo José Serra, por lo que fue arrestado tras el desembarco de las tropas franquistas y sometido posteriormente a diversos procedimientos judiciales.
Así, acabaría en prisión, siendo el último jefe de campo del viejo lazareto de Gando, precedido por Francisco Martínez Perdiguero, el propio Juan Rodríguez Doreste y Arístides Ferrer.
Explica Rodríguez Doreste que «el jefe de campo asumió la representación colectiva de la penitenciaria frente a nuestros guardianes. Se encargaba de recoger y distribuir la correspondencia, de vigilar la limpieza de patios y cuartos, de intermediar entre los reclusos y la dirección canalizando cualquier indispensable requerimiento relativo a la salud, a la higiene, a la alimentación, incluso a la disciplina interior de los detenidos. (...) La penitenciaría se organizó, pues, a la manera de un gran batallón lo que ahorraba trabajo a los oficiales y evitaba a los presos su presencia continua y atosigante».
El último jefe [de campo] que recuerdo fue el catalán Serra, preso de la Guinea, compañero en el cuarto de la pintura en la última etapa de nuestra prisión. Buen muchacho, muy catalán de acento y de esencia, cordial y abierto, yo solía decirle bromeando que tenía espíritu de tenedor de libros. Llevó su cargo con desembarazo, con el rigor de un buen contable, sin colisiones de ningún género. Bien es verdad que cogió el mejor periodo de nuestro encierro, cuando los militares habían sido parcialmente sustituidos y la Penitenciaría pasaba a la administración civil, con aquel bondadoso don Florencio, con aquel santo laico de don Guillermo, que hicieron muchísimo por aliviar la dureza y el quebranto de nuestra prisión, que ya duraba demasiado. (...)
Imagen del campo de concentración del Lazareto de Gando en Gran Canaria (Cortesía de Fernando Caballero Guimerá). En "Los campos de concentración de Franco" de Carlos Hernández de Miguel. |
Conforme a la historiografía franquista, «el procurador Sierra Companys, primo del Presidente de la Generalidad, de Cataluña; el maestro nacional José Lozano; el agricultor Francisco Padrón y el industrial Enrique Brutinel» conformaron el Frente Popular en el territorio continental, con la anuencia del subgobernador Hernández Porcel y desoyendo el bando del 5 de junio de 1936.
Incluido en la Causa 537/36, Juan Medina Sanabria resume en Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración:
«Juez Instructor Comandante Infantería Diego Figueroa Manrara, por el presunto delito de rebelión, contra los componentes de la Guardia Colonial, Brigada Sebastián Nacarino Romero, Sargento Joaquín Irles Pérez y Guardia indígena Simón N'Ganye Camerún y los paisanos José Serra Company, Jaime Andrés Sánchez, Martín Illeras Silbano y Ernesto Gómez García. El consejo de guerra se celebra el 4 Junio 1938, en el salón de actos del RIC-39 en La Isleta, y se efectúa para fallar dicha causa, sobre las actuaciones de dichos encausados en la Guinea Continental, donde actuaron como componentes del Frente Popular, haciendo servicios con armas dentro del territorio, destituciones con violencia y detenciones, administrar locales, etc. La sentencia es aprobada por la Autoridad Judicial con fecha 22 Junio 1938, destacando la absolución del Sargento Irles por falta de pruebas y el guardia Simón N'Ganye, por la circunstancia eximente de "obediencia debida" (le ordenaron desarmar a un Oficial que hizo ademán de defenderse antes de su detención, poniéndole el fusil en el pecho)».
Conforme a la ORDEN de 11 de julio de 1941 por la que se concede libertad condicional provisional a quinientos penados, José Serra Companys se encuentra entre los reclusos beneficiados de esa medida.
Estaría igualmente entre aquellos con penas ordinarias que habían sido sentenciados y condenados en la provincia de Las Palmas de Gran Canaria hasta el día 1 de marzo de 1940, y cuyas penas fueron conmutadas.
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