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domingo, 10 de mayo de 2020

Sombreros de copa en Fernando Póo

Susana Cuartero Escobés documenta en La masonería española en Filipinas un artículo aparecido en el Diario Mercantil (1896) sobre «los trabajos filibusteros» que conspiraban para la independencia tanto de Filipinas como de Cuba. Se trata de un eufemismo periodístico para aludir a la masonería, cuya labor en la emancipación de los territorios de ultramar era «… menos inofensiva que la moda de los sombreros de copa en Fernando Poo…».

¿Significa eso que no se usaban sombreros de copa en Fernando Poo? ¿Que no había anhelos de independencia entre la población local? ¿O que tal vez no hubo masonería en el territorio ecuatorial?

Por la propia idiosincrasia de la francmasonería -es discreta por naturaleza- y las décadas de represión a la que ha sido sometida, es difícil recabar información... pero definitivamente la hubo y en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel es posible recopilar indicios de la misma:
  • La historiografía franquista, cuando se refiere al pequeño colectivo de los frentepopulistas de Río Muni se referirá a ellos como «una docena de descontentos sin prestigio ni arraigo: un comerciante de Santa Isabel, don Jaime Gay Compte, hombre apasionado y violento; un contratista de Obras, José Serrano Roldán, aventurero procedente de Tánger, que había creado en la isla un logia llamada "Fernandina número 17", filial de otras de Valencia y Barcelona; un médico, Abelardo Lloret, y unos cuantos funcionarios de menor cuantía y colonos descalificados».
Es decir, no sólo hubo masonería, sino que también hubo una logia local... que fue perseguida por los ganadores de la guerra civil. Se trata de la Logia Fernandina (no confundir con las agrupaciones tradicionales de los criollos fernandinos) constituida en 1929. De hecho, los propios fernandinos eran según Julián Arija -colono y periodista- «protestantes y francmasones en gran mayoría, afiliados a logias inglesas», organizaciones locales en las que -según Gustau Nerín- «se hermanaban blancos y negros».

Bando publicado por La Guinea Española en noviembre de 1936.

Ese hermanamiento cesará con el triunfo del golpe de Estado el 19 de septiembre, ya que la masonería fue duramente reprimida. 

En el caso de los masones, el ensañamiento fue doble, ya que no sólo se aplicaban las consabidas sanciones por la vía administrativa, civil y/o militar a los detractores del golpe de Estado: los acusados de pertenecer a la masonería están expuestos tanto a las arbitrariedades del consabido Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas como a otro específico, el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, creado más tarde. No podría ser de otra forma, si incluso Franco -bajo el seudónimo de J. Boor- afirmaba en el artículo El gran secreto (1948), que «de origen masónico fueron todos los movimientos revolucionarios que en siglo y medio se suceden en nuestro territorio, y los de secesión de nuestros territorios de América, y masones los gobernantes y generales comprometidos en todas las traiciones que mutilaron nuestra Patria. Masón era Morayta y los que con él desde España alentaron la insurrección cubana, y masones los que en las Cortes, y a espaldas de aquel Ejército, los traicionaron para la renuncia y la rendición...».
Juan Fontán, en su discurso de toma de posesión como gobernador general y Jefe Provincial de Falange Española Tradicionalista y de la JONS, no deja lugar a dudas «el Generalísimo de nuestros ejércitos, siempre vencedores, el hombre providencial que Dios pu­so en el camino de España, para sal­varla de caer en la ruina en que que­rían sumirla sus enemigos declarados, los marxistas, y los enemigos ocul­tos, el judaísmo y la masonería».

Os contamos algunos casos recogidos en el blog.
Documento sobre Francisco Del Rosal
que habla de su vinculación a la Fernandina
  • José Serrano Roldán, «que había creado en la isla un logia llamada "Fernandina número 17", filial de otras de Valencia y Barcelona» fue sometido a la Causa 518/36 «por tenencia ilícita de arma, al acreditarse que una pistola encontrada en un bosque, con la numeración raspada, era de su propiedad». La fiscalía solicitó para él cadena perpetua siendo finalmente condenado a 10 años de prisión. A eso, habría que incluir el destierro e incautación de bienes acostumbrado por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel, que acabaría con una subasta pública de sus propiedades. Participó en la fuga más mítica del campo de concentración de Gando, pero esa es otra historia...
  • Jaime Gay Compte (o Conte en este caso), el "socio" de Serrano, cuenta a su vez con una ficha a nombre del sr. "Galiay" por delito de masonería en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.
  • Francisco Del Rosal, militar de carrera, perteneció a la Logia Cabo Espartel, situada en la zona de Alcazarquivir (Marruecos), con el nombre de "Galdos". En 1930 tramita una licencia por asuntos particulares y se traslada a la Guinea española en donde se vincula con la Logia Fernandina. Con la proclamación de la República regresa a la península y se reincorpora al ejército, manteniéndose leal al gobierno tras el golpe de Estado de 1936. Destacó como dirigente de la Columna Del Rosal integrada por milicianos de la CNT. Empujado al exilio, escribía a las autoridades mexicanas: «Soy de los que aun con amnistía (si la dieran) no podré nunca volver a España, porque aunque no robé ni asesiné, soy en cambio masón, que es mucho peor que nada para la España de hoy». Falleció en 1945 exiliado en Nicaragua.
  • En la dialéctica local, era tradicional que los claretianos señalaran como masones a los gobernadores con los que entraban en contradicción. Así, identificaban al gobernador José Barrasa Fernández de Castro como masón grado 33 (sic) por su empeño en crear la escuela pública en el territorio, «Barrasa se opuso a que las religiosas se estableciesen en Elobey y no permitió que hubiese más de tres en el colegio ya fundado de Corisco, añadiendo que, si de él dependiera, no habría ninguna. Para mayor sinceridad y lealtad a la masonería, sin permiso de la metrópoli, abrió una escuela laica…», al igual que lo hicieron también con José de la Puente Bassave, «rabiosamente sectario y con indudables pintas de masón», o incluso con Ángel Barrera y Luyando. En el caso del viejo Gobernador que murió descalzo recogemos la historia Miguel Núñez del Prado, realmente único gobernador de la Guinea española del que se tiene constancia que fuera integrante de la masonería. En la misma se denominaba "Lafayette", nombre con el que -todavía- se dirigió en 1933 a la Fernandina expresando los «sentimientos fraternales y ofreceros de manera especial nuestra [de la logia Unión núm. 88] entusiasta colaboración en la obra masónica». En el periodo republicano se afilió a la Unión Militar Republicana Antifascista-UMRA (la misma organización que salvó al crucero Méndez Núñez de pasarse a los golpistas). Cuando la sublevación militar de julio de 1936 se mantuvo leal al Gobierno hasta el punto de que accedió a ir a Zaragoza a intentar revertir la insurrección en la ciudad del general Cabanellas (también masón), siendo detenido al aterrizar y fusilado (tras robarle las botas).
  • En el cartero de Bata, esbozamos la historia de Isidro Álvarez, criado en Asturias pero nacido en Cuba: significado como uno de los apoyos de la administración pública al subgobernador, salió huyendo reintegrándose al cuerpo de correos en el territorio republicano. Con el avance de los golpistas, se suma a la retirada a Francia (en noviembre de 1937 el gobierno de Burgos decretó su suspensión del servicio). En el blog deportados de Asturias relatan su periplo por diversos campos tanto en Francia como en Alemania, hasta que «en mayo de 1943, fue llevado a una prisión de la capital alemana y desde allí enviado a la cárcel de Laufen, a orillas de Danubio». Es probable que como nacido en Cuba fuera confinado con menor rigor que otros republicanos, por lo que  «Tras año y medio de cautiverio Isidro y sus improbables compañeros de prisión se beneficiaron de un intercambio de prisioneros auspiciado por las Naciones Unidas. Como hombres libres, en febrero de 1945 llegaron al campo de refugiados de Philippeville, Argelia». Con el fin de la guerra mundial, solicita la repatriación: «Se abrió así un proceso en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, en el que la principal prueba documental en su contra era una simple comunicación de 1936 de la Logia Jovellanos de Gijón con la Logia Constancia de Ourense interesándose por los antecedentes de aquel funcionario de Correos que había manifestado su voluntad de entrar la masonería. En el verano de 1947 el tribunal dicto sentencia absolutoria, dejando así vía libre para su retorno a España». Esa carta y los únicos informes desfavorables remitidos desde Bata la impedirán reincorporarse a su puesto en correos. Hasta que «a comienzos de 1970, Isidro reclamó una vez más su reintegración en el cuerpo de Correos. A punto de cumplir los setenta años, era la última oportunidad que le quedaba de volver a formar parte de la Administración y obtener así una pensión por los veinte años de servicio. En esta ocasión no hubo ningún informe negativo, y todo indica que in extremis Isidro volvió a ser funcionario del Estado por unos meses».
  • El caso del médico narra el acoso al doctor José Villaverde de Beitia, médico separado del Servicio Sanitario Colonial el 31 de octubre de 1938 porque «por su conducta había de considerárselo contrario al Movimiento Nacional, como consecuencia de una información sobre actividades de la Masonería en la Colonia, practicada por un Juez Militar, que dio lugar a la resolución del Gobernador General de Guinea de 19 de octubre de 1938».
  • En El exilio de Joaquín Mallo e Incautaciones de bienes a Joaquín Mallo, se recoge el proceso de exilio, incautación de bines y fallecimiento del finquero, presidente del Consejo de Vecinos, diputado y presidente de la Cámara Agrícola. En el portal Villa de Chía, completan con un «vista su trayectoria, es muy posible que fuera miembro masónico vinculado a la Gran Logia Española (desde alguna de las muchas logias madrileñas de la época) y con contactos en la Asociación Masónica Internacional». De hecho, José Antonio Ferrer Benimeli  en su libro "Masonería, política y sociedad" le atribuye incluso el grado 33. 
  • El médico del penal documenta igualmente la detención del doctor Abelardo Lloret Peralt, detenido en Santa Isabel el 19 Septiembre 1936. Tras sucesivas privaciones de libertad, es condenado en mayo de 1944 «como autor de un delito consumado de Masonería, (...) a la pena de doce años y un día de reclusión menor, accesorias legales de inhabilitación absoluta perpetua». Dos años después, el Juzgado de Instrucción número 2 de Las Palmas de Gran Canaria hace saber que ha sido sobreseído el expediente de responsabilidades políticas y «ha recobrado la libre disposición de todos sus bienes».
Según La Guinea Española, hojas de inscripción de la Logia Fernandina

Ante la duda, -una vez más- La Guinea Española es esclarecedora. En abril de 1937 publica un artículo en el que -tras acusar a la masonería de fomentar el separatismo americano y filipino en el siglo XIX- se centra en el territorio ecuatorial: «no es una incógnita el que en Sta. Isabel, años pasados, bajo la obediencia de la Gran Logia Española, fundada en 1885 Calle Zurbano, 1º Barcelona y Alcalá 171 (Hotel) Madrid, funcionaba un Taller masónico establecido en la calle Castilla con el nombre “Fernandina” y cuyo Venerable fue el conocido abogado José Rumbao; poco antes y por poco tiempo debía estar el taller en la Calle Armengol Coll. (…) Poco hemos investigado sobre el tema en el Continente; pero allí no se quedaron atrás y mucho se significó en ese orden masónico Higinio Mazorra, masón de mucha consideración entre sus principales como lo evidencias los documentos que no tenía inconveniente en mostrar; de ahí procedían también los dirigentes de la revuelta del continente».

Fotografía que Gilda Mazorra envía en 1919 a su hermano Higinio, previendo su regreso de Estados Unidos al estallar la I Guerra Mundial. Al dorso de la tarjeta está manuscrito: ' Para que me conozcas,/ y cuando vengas no te/ equivoques al saludarme/ te envío este retrato/ tu hermana que te quiere/ mucho. Gilda 7=IIII=1919'.
Extraída de "Las fotografías de mujeres entre las fotografías de origen masónico del archivo general de la Guerra Civil española".
  • Sin más información sobre Higinio Mazorra Setién salvo su origen cántabro (de Villacarriedo), y que previo a su arraigo en el territorio ecuatorial había trabajado en Cuba y en Estados Unidos. Era afiliado del Frente popular, que estuvo entre los huidos a Camerún tras la caída de Bata. Celeste Muñoz le incluye en la relación de personas citadas por la Comisión de Incautación de los Territorios del Golfo de Guinea, y el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas le condenó en 1940 a «quince años de destierro de estos territorios y la pérdida total, de sus bienes en esta Colonia», exonerando de culpa a su hermano Jesús. Cuenta con sendos expedientes de indulto tanto de la Audiencia Provincial de las Palmas como del Juzgado de 1ª Instancia y Apelación de Santa Isabel, por lo que se entiende que fue igualmente juzgado en Las Palmas y cumplió pena de prisión. El archivo deja igualmente constancia de su pertenencia a las logias Perfección Martí de Palos (La Habana) e Hijos de Acacia de Alacranes (Huelva).
  • De José Rumbao y Conde no hay mucha información... nacido en 1900 en Allariz (Orense) y abogado de profesión, en su expediente del colegio de abogados de Madrid consta que fue procesado en 1929 en Guinea, revocándose el auto por la Audiencia de Las Palmas a petición conjunta del fiscal y su defensor. Años después, el gobierno de la República le instruyó en 1937 expediente por posible desafección al régimen; le acusan de confraternizar con supuestos quinta columnistas en Madrid, si bien se puede rastrear casos en los que -como abogado- intercedió para sacar de prisión a detenidos por las autoridades republicanas. Posteriormente los tribunales franquistas le acusaron de delito de masonería. Fue condenado a 12 años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua. Años después encontramos noticias del "abogado de Sigüenza" en la provincia de Guadalajara.
  • Es llamativo el caso de Otto Löbig, el relojero de Cartagena: marcado como antifascista, su negocio es destrozado y emigra con su familia a Fernando Póo en 1939, buscando el anonimato como comerciante. En uno de sus viajes, el buque "Escolano" es detenido por los franceses y se llevan a Löbig por ser alemán, iniciando un periplo por prisiones del norte de África. Con la caída de París, las autoridades colaboracionistas con la Alemania nazi, le entregarán, recayendo finalmente en el Campo de Concentración de Dachau. Sobre la masonería, hay constancia de que en 1931 la logia Lealtad nº6 no le aceptó. Pero Löbig, protestante de origen y rebautizado católico al contraer nupcias, no tendría problemas en adherirse a la masonería cartagenera, muy vinculada al protestantismo ibérico. De hecho, su nieto lo describe como "rosacruz, masón y superviviente de un campo de concentración". Exiliado, falleció de un ataque al corazón en Maiquetía, Venezuela, el viernes 28 de enero de 1977. 
Pero seguro que hay más casos de represaliados por su pertenencia al taller de Fernando Poo, como Segundo Sabio Dutoit, aunque él fue absuelto de los cargos, al contrario que Antonio Costa Roca, Secretario de la Cámara Agrícola, identificado como masón y condenado por el TRP a la pérdida total de sus bienes en la colonia y seis años de destierro.

Faltaría, por ejemplo, indagar más sobre la participación de la población local. En el imprescindible Guinea Ecuatorial (des)conocida: (Lo que sabemos, ignoramos, inventamos y deformamos acerca de su pasado y su presente), se recoge cómo la población local en la búsqueda por ascender socialmente se incorpora a la Logia Fernandina, junto a liberales y republicanos españoles. Igualmente se darán casos de pertenencias a talleres ingleses o franceses con presencia en otros países del continente. En PARES tiene ficha del Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, entre otros, Guillermo Barleycorn Beckley (archivada por ser súbdito inglés), Eduardo Barleycorn Atti, los hermanos Abilio y Manuel Balboa Arkins o Daniel Macati Kinson... «También eran masones varios portugueses [tal vez Arturo da Costa Leal y Joaquín Pedro Pedrosa] asentados en la colonia, el sirio David Nauffal, el cónsul de Liberia G. M. Johnson y el pastor metodista británico George Bell. En 1944, cuando el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo comenzó a citarles para su procesamiento, Carrero Blanco, a propuesta del gobernador Bonelli, ordenó a su presidente que excluyera de su jurisdicción a los indígenas guineanos, pues no habían sido plenamente conscientes del carácter maléfico de las logias, a las que habían entrado debido a su cultura británica y para imitar a los españoles, los verdaderos responsables».

Especialmente revelador será este testimonio de «Edward Barleykorn, un marchito y sabio anciano que me habló de su larga vida como cultivador de cacao. (Como de pasada, mencionó que, al final de la guerra civil española, le habían embarcado rumbo a España junto con otros masones. Los masones blancos habían sido ejecutados por los franquistas; él, que pertenecía a una logia de Sierra Leona, quedó libre)».

En el Centro Documental de la Memoria Histórica se puede acceder igualmente a esta imagen:



Fotografía en formato cabinet en plano medio de Blas Barrera Ferrán, miembro de la Logia Fernandina. Pende de su cuello joya del grado 33.



La fotografía está pegada a portafotos de cartón, en cuyo dorso, manuscrito en tinta, se puede leer: 'A los qq:.hh:.de la Resp:.Log/ 'Fernandina'/ su h:./ B:.B:. Garibaldi.g:.33:./ Blas Barrera Ferrán/ Barcelona-calle/ Tresllits 6'. Al dorso además sello de tinta del fotógrafo: ' RAFAEL DELMONTE/ FOTOGRAFO/PUERTO-PRINCIPE'. 

Perdido en la historia queda el caso del cura Galeote, sacerdote castrense en Fernando Poo. Éste cometió un magnicidio en 1886, décadas antes que Restituto Castilla, al asesinar al diputado y primer obispo de la diócesis de Madrid-Alcalá. Asesino confeso, se le acusó de ser «masón del grado 9°». Si bien según el escritor canario Benito Pérez Galdós, «la prensa ultramontana ha dicho que Galeote era masón, y aún indica la logia a que pertenecía, y el nombre o número que usaba en aquella misteriosa asociación. Pero al sostener esto, los ultramontanos no han añadido ninguna prueba. Debemos ponerlo en duda, y creer que tal especie no tiene más objeto que echar la culpa del crimen a las ideas liberales que con más o menos fundamento, se asocian por algunos al instituto masónico. También se dijo que el cura Merino, que dio la puñalada a la Reina Isabel, era masón; mas no resultó cierto. El baldón que sobre el clero arroja la mano aleve de Galeote es demasiado grande para que los defensores del Estado eclesiástico no quieran arrojarlo sobre otra cabeza».

O incluso se suele desconocer la condición de masón de Sir Richard Burton, cónsul británico en Santa Isabel en la década de los 60 del siglo XIX, cuando España apenas daba pasos titubeantes por retomar la administración del territorio insular. En el caso de Burton, está documentado que durante su servicio en el ejército de la Compañía de las Indias Orientales se inicio en la Logia Esperanza (Hope Lodge #337) de rito escocés, con sede en Karachi (Kurrachee en esa época), actual Pakistán, a la que se incorporó precisamente durante los primeros años de su creación.



Esta acumulación de referencias personales son un indicio evidente de que la masonería sí tuvo presencia en el territorio. No podía ser de otra forma, si ya el 30 de noviembre de 1922, José Freixa Martí, Julián Rodríguez Ballester y Juan Vich Company, comisionados por las logias canarias Añaza, Abora y Andamana, y con Amado Zurita Colet (grado 33 de Añaza) como presidente acordaron la tramitación de un nuevo Taller denominado Gran Logia Regional de Canarias, «cuya jurisdicción comprenda el Archipiélago Canario, costa occidental de África y posesiones españolas del Golfo de Guinea». Éste taller tuvo un complejo proceso de creación, que fue truncado con la represión que sufrió la masonería en Canarias tras el triunfo del golpe de Estado.

En cualquier caso, resulta paradójico el ensañamiento con la masonería en el territorio, si precisamente la consolidación del mismo se debió a las exploraciones del alavés Manuel Iradier y Bulfy, que fue francmasón y secretario de la logia Victoria nº 134 de Vitoria con el nombre simbólico de Lurrac Villazen (Lurrak Billatzen -en la grafía actual del euskera-) que significa 'Buscando tierras'.

O incluso el detalle de que la masa principal de colonos tras la retirada de la administración británica procedía de las deportaciones forzosas por razón política, entre la que había masones además de liberales, republicanos y carlistas peninsulares... pero también cubanos, portorriqueños y filipinos (¿alguien se acuerda de la presencia filipina o portorriqueña en el territorio? Eso da para otra entrada...), siendo algunos de ellos sin lugar a dudas integrantes de diferentes talleres. Al fin y al cabo, en esos territorios insulares ser masón suponía un delito doble por «el crimen a las ideas liberales que con más o menos fundamento, se asocian por algunos al instinto masónico», como decía Benito Pérez Galdos, y por imputarles la connivencia con los procesos independentistas, como recordaba La Guinea Española. De hecho, el cubano y deportado Francisco Javier Balmaseda, en Los Confinados a Fernando Poo dejaría constancia de que «los españoles, con pocas excepciones, tienen indecible horror á la masonería, cuya humanitaria y grandiosa institución no comprenden».


Cerramos esta entrada con un documento muy especial: la fotografía anónima de un deportado cubano al que el fotógrafo Otto Schkölziger identifica como "masón de la isla de Cuba. Fue exiliado a la isla Fernando-Po", con fecha estimada entre 1891-1906.

Placa conmemorativa de las deportaciones de cubanos. Ubicada en la actual avenida de la Independencia de la ciudad de Malabo.



miércoles, 6 de mayo de 2020

75 años de la liberación de Carlitos

Ayer publicaba El Diario: Las pruebas de la responsabilidad franquista en la deportación de españoles a campos nazis, a 75 años de su liberación:
El 5 de mayo de 1945 una unidad del Ejército estadounidense liberó el campo de concentración nazi de Mauthausen, llamado "el campo de los españoles" debido al gran número de compatriotas que sufrieron y/o perecieron tras sus alambradas. La liberación no fue un acto premeditado y tuvo poco de épico. Un pelotón de 23 hombres, liderado por el sargento Kosiek, se topó por casualidad con el recinto mientras realizaba una misión rutinaria de reconocimiento. Los SS habían huido y dejado la custodia de decenas de miles de famélicos prisioneros a un asustado grupo de policías de Viena que no tardaron ni un segundo en rendirse.

Los libertadores apenas estuvieron cuatro horas en el recinto porque recibieron la orden de regresar a su base con los cuatro únicos prisioneros estadounidenses y británicos que había en el campo. El resto de los "liberados", un ejército de hombres y mujeres enfermos, desesperados y hambrientos, quedaron abandonados entre un océano de cadáveres. Afortunadamente, la organización clandestina internacional, creada por los propios prisioneros españoles durante su cautiverio, se hizo con un arsenal de armas y mantuvo un cierto orden hasta que, casi 24 horas después, llegó el grueso de las tropas estadounidenses. La pesadilla había terminado.

Mauthausen fue el último campo de concentración nazi en ser liberado. Su importancia histórica para nuestro país no fue reconocida hasta el pasado año. Desde 2019, el 5 de mayo es considerado oficialmente el Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración y a todas las víctimas españolas del nazismo. Más de 9.300 de nuestros compatriotas, de los cuales al menos 300 eran mujeres, sufrieron años de cautiverio en los campos de la muerte de Hitler.

5.500 de ellos perecieron en ellos de la misma forma que los judíos, los gitanos, los soviéticos, los testigos de Jehová o los homosexuales: en la cámara de gas, ahorcados, apaleados, en macabros experimentos médicos, devorados por los perros, de hambre, de todo tipo de enfermedades… Mauthausen y su letal subcampo de Gusen son el símbolo de la deportación española porque por ellos pasó el 80% del total: más de 7.500 hombres y mujeres. El resto se repartió por Dachau (756), Buchenwald (636), Ravensbrück, Bergen Belsen, Auschwitz, Flossenbürg, Natzweiler, Neuengamme, Sttuthof, Sachsenhausen…
Deportados por Franco, Hitler y Pètain

Investigadores y asociaciones de Memoria Histórica coinciden en denunciar que el olvido que han sufrido estas víctimas españolas del nazismo por parte de nuestra democracia obedece a una única razón: también son víctimas del franquismo. La documentación que se conserva en los archivos demuestra que estos hombres y mujeres acabaron en los campos nazis por obra y gracia de un triángulo político formado por Francisco Franco, Adolf Hitler y Philippe Pétain, el líder de la Francia colaboracionista. Sin embargo, en la graduación de responsabilidades el dictador español aparece destacado en primer lugar. (...)

Pese a que no se le haya dado la relevancia de otros campos de concentración, no debe ser olvidado.
Y en lo que a este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel se refiere, tampoco debemos olvidar que el 5 de mayo supuso la liberación de Carlos Greyekey, Carlitos, nacido en la isla de Bioko y emigrado muy joven a Barcelona. Ahí hizo su vida e inició estudios de medicina. Iniciada la guerra se sumó a la defensa del Gobierno, siendo expulsado al exilio con la caía de la República. Al igual que los demás exiliados republicanos sufrió el maltrado por parte de las autoridades fancesa, hasta que iniciada la invasión alemana se sumaron a la defensa de las libertades del país. Con la derrota de la República francesa, fue confinado en Mauthausen, en donde inicialmente fue tratado con menor rigor que al resto de sus compañeros por el color inusual de su piel, hasta caer en desgracia. Así con todo, logró sobrevivir hasta la liberación del campo de concentración, iniciando su exilio como apátrida: con un gobierno español que le desconocía y una república de Guinea Ecuatorial inexistente. Falleció en los 80, nacionalizado francés.

Si quieres saber más sobre Carlos Greykey, accede a 


Lucía Mbomío publicaba hace un tiempo: "En el día del homenaje en Mauthausen, quiero aprovechar para recordar a José Carlos Grey Molay (1913-1982), q estaba en Barcelona estudiando, cuando le sorprendió el inicio de la Guerra Civil. Había llegado a España 9 años antes, procedente de Guinea Ecuatorial"



martes, 5 de mayo de 2020

Operación Gibraltar

Es probable que en 1968 las expectativas sobre Gibraltar condicionaran el proceso de Guinea Ecuatorial, pero lo que sí es seguro, es que en los años 40 el territorio ecuatorial fue una codiciada moneda de cambio.

Así lo pronosticaba Ángel Miguel Pozanco Barranco en El granero en la retaguardia o incluso ficciona Manuel Hurtado en el dialogo entre Eugenio Montes y el inglés en "La librería del callejón":
-Unfortunately, allí estará Serrano Suñer, el más proclive al acuerdo para que España entre en guerra, el hombre que oculta intencionadamente a su cuñado la información sobre las victorias aliadas y amplifica, tanto como puede, los triunfos nazis.
Marvin podía tener razón. Franco acababa de cambiar el estatus de neutralidad por el de no beligerancia tras la invasión de Francia por los alemanes, lo que se interpretaba como un acercamiento evidente a las posiciones nazis.
-Nuestros servicios secretos han averiguado que Hitler tiene intención de pedir a Franco la cesión de una de las islas Canarias, de una base naval en Mogador o Agadir y de la isla de Fernando Poo, y que el general, además de nuestra colonia de Gibraltar, quiere que el Führer le prometa la cesión de Orán, Marruecos y la Guinea del imperio colonial francés. Esos arrogantes esquizofrénicos pretenden repartirse el mundo como si fuesen sus amos.

Peter Harris en Operación Félix sostiene la misma narrativa:

Franco los recibió con una sonrisa impostada. La reunión con el Führer lo había dejado preocupado. Una de las veladas amenazas lanzadas por Hitler, caso de mantener la neutralidad, podría suponer que la Wehrmacht cruzara los Pirineos de forma hostil. El Führer no lo había dicho, pero podía deducirse de sus palabras.
-¿Qué tal han ido las cosas, mi general?
-Bien. Hitler no se ha llevado lo que venía buscando. -La voz de Franco sonaba aflautada-. No hay fecha para que entremos en la guerra.
-¿Quiere decir que la posibilidad de entrar en conflicto se mantiene?
-No he querido cerrar esa puerta. -Utilizó un tono que daba a entender que era él quien había controlado la situación-. Pero les aseguro, caballeros, que no ha sido una reunión fácil. Planteé al Führer nuestras propuestas, explicándoselas punto por punto, y me respondió con una serie de exigencias que incluían la entrega de la isla de Fernando Poo y una de las Canarias.
-¿Fernando Poo y una de las Canarias? -preguntó sorprendido uno de los generales.
-Quiere establecer bases militares desde las que controlar las rutas del Atlántico, dando por descontado el cierre del Mediterráneo a los ingleses.
-¿Se ha hablado de Gibraltar?
-La operación que han diseñado se llama Félix y la tienen ultimada hasta en sus menores detalles. Me ha dicho que las tropas de dicha operación están listas al otro lado de la frontera.
-¿Qué le ha respondido usted?
-Le he dado la única respuesta digna que cabía. -Franco paseó la mirada por quienes habían sido sus compañeros de armas y palpó la expectación con que esperaban sus palabras-. Gibraltar es asunto nuestro y seremos nosotros quienes nos las veamos, llegado el caso, con los ingleses.
-¡Bravo, mi general!
-¡Eso es lo que yo llamo poner los cojones encima de la mesa! -El general se atusó las guías de su mostacho.
Hubo quien aplaudió, y Franco le dedicó una sonrisa cortés.

Pero para que no haya dudas, un repaso a la documentación de Stohrer, el embajador alemán en España nos sacará de dudas:



Como condiciones previas para la entrada en la Guerra, España cita las siguientes:
1. Obtención de cierto número de ganancias territoriales : Gibraltar, el Marruecos francés, la parte de Argelia colonizada y poblada por un número prominente de españoles (Orán) y, además, el ensanchamiento de Río de Oro y de las colonias del Golfo de Guinea (...).
Peligros de la operación para España: [Inglaterra] podría además ocupar las Islas Canarias, Tánger y las colonias españolas, lo que seguro ocurrirá cuando empiece la campaña (...). 


viernes, 1 de mayo de 2020

Valor incalculable

¿Repasamos la entrada Patrimonio en llamas de este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel?

Cartel de la guerra civil.
Y puesto que es el año 1936 y la noche del 18 al 19 de septiembre de ese año el detonante para este blog, os compartimos una fotografía de la catedral en ese año:




lunes, 27 de abril de 2020

Capitanía General de Canarias

Los hermanos Juan y Pedro Medina Sanabria son fuente de inspiración e información para este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.

El Blog de Pedro Medina Sanabria | Memoria e Historia de Canarias hace un trabajo constante de difusión, por lo que merece la pena bucear un rato por sus páginas.

Juan Medina Sanabria, a su vez, es autor de varias publicaciones. Destaca el trabajo Isleta, Puerto de la Luz: campos de concentración. En él, le dedica todo un capítulo a los 150 del campo de concentración del viejo lazareto de Gando, y presenta una relación de penados y sentencias. Os compartimos un extracto del mismo:
Declarado el Estado de Guerra en Canarias en el inicio del Alzamiento Militar, todos los detenidos por los incidentes acaecidos en la Guinea Española, ya sean de tipo político durante la etapa republicana como los habidos para que no se integraran estos territorios al Gobierno de Burgos, por razón de su jurisdicción, dependían de la Capitanía General de Canarias con sede en la isla de Tenerife, que a través del Gobierno Militar de Las Palmas de Gran Canaria, procede a la designación de los Jueces militares correspondientes. Para llevar a cabo lo previsto en el Código de Justicia Militar y celebrar los consejos de guerras, se hace preciso el traslado de todos los detenidos a Gran Canaria, hecho que se realiza de dos veces.
La primera mayor expedición de prisioneros llega a través del buque de la CIA. Trasmediterránea "Ciudad de Ibiza", transformado en crucero auxiliar, que llega al puerto de La Luz el Sábado 27 Febrero 1937 con 104 detenidos. Todos son ingresados el mismo día en el Campo de Concentración deGando, excepto las mujeres que pasan a la Prisión Provincial.
La situación de estos detenidos era la siguiente:
45 individuos estaban procesados por distintos Jueces, 20 tripulantes del buque "Fernando Poó" procesados. 34 tripulantes del buque "Fernando Poó" en libertad provisional (todos son liberados en la primera semana de Marzo 1937). 3 individuos a disposición del Auditor de Guerra de Canarias 2 individuos expulsados de la Guinea.
La segunda expedición sale de la Guinea Española a primeros de Junio 1937, siendo ingresados en el Lazareto de Gando, once detenidos el día 14 Junio 1937, a disposición de los Juzgados Militares de la Plaza de Las Palmas. 
En relación con los hechos acaecidos en estos Territorios, se ha logrado acceder a certificados de las sentencias de las causas militares que a continuación se indican: 
- Causa 338/36 y 568/36.- Se instruye por Rebelión contra Esteban Sánchez Navarro.
- Causa 393/36.- Por el presunto delito de excitación a la rebelión, contra el paisano, Valentín Redondo Abad. La instruye el Teniente de Infantería José Ramírez Bethencourt por haber prestado el citado individuo servicio con armas como miliciano y haber realizado manifestaciones tendenciosas a la llegada del "Ciudad de Mahón" a Bata. Se efectúa el consejo de guerra el 17 Marzo 1937, en el salón de actos del RIC-39 y se le condena por el delito de auxilio a la rebelión a 16 años de reclusión temporal [y destierro]. La sentencia es aprobada por la Autoridad Judicial el 24 Marzo 1937, siendo puesto en libertad el 15 Septiembre 1940.
- Causa 514/36. Contra el paisano Carlos Márquez Aceituno, por tenencia ilícita de  armas. Tenía una pistola "Lusitania 7,65" en el bolsillo, sin licencia para su uso.
- Causa 515/36. Contra el paisano Abelardo González Alonso, por tenencia ilícita de armas.
- Causa 516/36. Contra el paisano Ginés Pérez Ballesta, por tenencia ilícita de armas.
- Causa 518/36 Contra el paisano José Serrano Roldán, por tenencia ilícita de arma, al acreditarse que una pistola encontrada en un bosque, con la numeración raspada, era de su propiedad.
- Causa 519/36. Juez Instructor Alférez de Artillería Pedro González Rodríguez, por el presunto delito de ofensa a centinela, contra el paisano Andrés López Varona. Se trata en esta causa al citado individuo, dado que estando en prisión en Santa Isabel de Fernando Poó, estaba de centinela el miliciano nacionalista Luis Arzuaga Gimón y le falta de palabra a su madre. Tiene lugar el consejo de guerra el día 16 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial el 24 Marzo 1937.
- Causa 521 /36 Juez Instructor Capitán Infantería Fortunato López Chávez, por el presunto delito de rebelión, contra el paisano Jaime Gay Compte y veintidós individuos más. Se enjuicia a todo el Comité del Frente Popular en Fernando Poó, por reuniones clandestinas tendenciosas desde el 18 Julio/19 Septiembre siguiente (estaba ya el F.P. suspendido en la isla), por los contactos con el Gobierno de Madrid y Bata y sus actuaciones con los subalternos y marinería del crucero "Méndez Núñez", implicándoseles en la destitución de la oficialidad del buque, etc. Tiene lugar el consejo de guerra el 27 Septiembre 1937 en el hogar del soldado del Cuartel del Grupo Autónomo Mixto de Ingenieros nº. 4, sito en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial el 16 Octubre 1937.
- Causa 537/36. Juez Instructor Comandante Infantería Diego Figueroa Manrara, por el presunto delito de rebelión, contra los componentes de la Guardia Colonial, Brigada Sebastián Nacarino Romero, Sargento Joaquín Irles Pérez y Guardia indígena Simón N'Ganye Camerún y los paisanos José Serra Company, Jaime Andrés Sánchez, Martín Illeras Silbano y Ernesto Gómez García. El consejo de guerra se celebra el 4 Junio 1938, en el salón de actos del RIC-39 en La Isleta, y se efectúa para fallar dicha causa, sobre las actuaciones de dichos encausados en la Guinea Continental, donde actuaron como componentes del Frente Popular, haciendo servicios con armas dentro del territorio, destituciones con violencia y detenciones, administrar locales, etc. La sentencia es aprobada por la Autoridad Judicial con fecha 22 Junio 1938, destacando la absolución del Sargento Irles por falta de pruebas y el guardia Simón N'Ganye, por la circunstancia eximente de "obediencia debida" (le ordenaron desarmar a un Oficial que hizo ademán de defenderse antes de su detención, poniéndole el fusil en el pecho).
- Causas nº.537/36 y 538/36 (pieza separada de estas causas). Juez Instructor Comandante de Artillería Antonio Lucena Gómez, por el delito de auxilio a la rebelión, contra el Brigada de la Guardia Civil Eugenio Domingo Espinar y paisanos Vicente Moreno Cancho, Gabriel Martorell Mezquida, Juan-R. Bernal Estrada, Esteban Sánchez Navarro, José Cazorrán Gracia, Gregorio Álvarez Alonso, Generoso Rey Gracia, Ricardo Sáez García y Francisco Diez Arcelus. Se instruye para enjuiciar a los anteriormente citados, Directivos del Movimiento rebelde rojo F.P.y ejecutores de actos de violencia en la Guinea Continental, realizadores de incautación del armamento y municiones a los europeos, asaltos a mano armada, apoderándose de vehículos privados, detención de los Misioneros y Religiosas, disparando en la playa contra el buque "Ciudad de Mahón" y las lanchas de expedicionarios que intentaban desembarcar en Bata, etc. El consejo de guerra se celebra el 3 Noviembre 1938, en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, donde se condena a muerte a cuatro de los implicados, así como otras penas menores a los restantes, siendo aprobada esta sentencia por el Capitán General Vicente Valderrama, con fecha 23 Noviembre 1938. Dada cuenta la sentencia al Cuartel General del Jefe del Estado, con fecha 3 Octubre 1939, la misma es conmutada por la inferior en grado, pasando las penas de muerte a la de reclusión perpetúa.
- Causa nº. 589/36 Juez Instructor Alférez Pedro González Rodríguez, por el delito de rebelión Militar, contra el Sargento de la Guardia Civil retirado, Onofre Mañas Cortés. Según el atestado efectuado en Bata, unido a esta causa, el inculpado perteneció a la milicia de manera voluntaria, efectuando diversos servicios con armas. Al llegar el "Ciudad de Mahón" y oir los cañonazos bajó a la playa; se refugia en el edificio de Aduanas, donde ese visto disparando un fusil, contra las lanchas. El consejo de guerra se celebra el 7 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial del Archipiélago, el 24 Marzo 1937.
- Causa nº.24/37 Instruida por el Teniente José Ramírez Bethencourt por el presunto delito de rebelión, contra el paisano, Capitán de la Marina Mercante Antonio Pasajes Respeto y diecinueve individuos más. Se enjuicia el viaje y las actuaciones extremistas del "comité rojo" en el buque "Fernando Poó" desde Barcelona y en Bata, donde es hecho prisionero por la m/n."Ciudad de Mahón", al que trató de embestirle dado su mayor tonelaje, poniendo en marcha acelerada las máquinas interviniendo en este atentado además algunos tripulantes del buque ya fallecidos y otros en situación de rebeldía. El consejo de guerra se celebra en la salón de actos del Grupo Mixto Autónomo de Zapadores y Telégrafos nº. 4, sito en La Isleta, el 28 Septiembre 1937, siendo aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial del Archipiélago Capitán General de Canarias Vicente Valderrama el 18 Octubre 1937.
- Causa nº .26/37 Juez Instructor Capitán de Infantería Bartolomé Martín Ortega por el presunto delito de auxilio a la rebelión, contra el paisano, Enrique Brutinel Ridaura. Se encausa un delito de auxilio a la rebelión, dado que el implicado es uno de los firmantes de un escrito dirigido al Subgobernador del Territorio en solicitud de crear las Milicias Coloniales donde presta servicios como miliciano armado, llevando a cabo diversas detenciones hasta la llegada del "Ciudad de Mahón". Se celebra el consejo de guerra el 20 Marzo 1937 en el salón de actos del RIC-39, en La Isleta, y la sentencia aprobada por la Autoridad Judicial del Archipiélago el 27 Marzo 1937.
- Causa nº.57/37 Juez Instructor Comandante Julio Crespo Colomer, por el presunto delito de excitación a la rebelión, contra el paisano Miguel RiestraMon. Se instruye para enjuiciar la actitud de este funcionario de la Administración de Santa Isabel, que en cierta ocasión después de haberse ocupado la colonia, había manifestado que "si ganaban los nacionales no habría paz en España, y que ponía en duda la Justicia del Movimiento". Se celebra el consejo de guerra el 17 Junio 1937, siendo calificados los hechos como "injurias al Ejército". Es aprobada la sentencia por la Autoridad Judicial con fecha 26 Junio 1937.
- Causa nº.299/37 Juez Instructor Alférez Manuel Palenzuela Curbelo por el presunto delito de injurias al Ejército (incitación a la rebelión), contra los paisanos, Francisco Longueira Seijo y Ginés José Sáez.Se trata de manifestaciones verbales e intento de recogida de firmas para patentizar la legitimidad del Gobierno de la República sobre los alzados en armas. El juicio se celebra en el Cuartel de San Francisco, el 17 Noviembre 1937 y la sentencia aprobada por el Comandante General de Canarias Vicente Valderrama con fecha 2 Diciembre 1937.
Los dos individuos expulsados del territorio fueron:
1.-Antonio Costa Roca (único dato obtenido), [Secretario de la Cámara Agrícola, masón y condenado por el TRP a la pérdida total de sus bienes en la colonia y seis años de destierro].
2.-Abelardo Lloret Peralt, de profesión Médico, Director de Sanidad en la Guinea. Se ha obtenido sobre su persona la siguiente información: Fue detenido en Santa Isabel el 19 Septiembre 1936 (fecha del Alzamiento Militar en esta zona), quedando a disposición del Auditor de Guerra de Canarias, que ordena su libertad el 4 Marzo 1937. El 26 Abril 1937 reingresa a disposición del Gobernador Militar de Las Palmas, siendo liberado definitivamente el 2 Julio 1937, de orden del Comandante General de Canarias, por nuevo examen de los antecedentes enviados por el Gobernador General de la Guinea Española. Después de ser puesto en libertad, desempeña durante muchos años su profesión en el municipio de Valleseco de Gran Canaria.

Imagen del campo de concentración del Lazareto de Gando en Gran Canaria
(Cortesía de Fernando Caballero Guimerá).
En "Los campos de concentración de Franco" de Carlos Hernández de Miguel.

Quedan por recopilar los juicios de los ciudadanos que se reincorporaron a la zona republicana tras un exilio temporal huyendo del bombardeo de Bata, y que fueron juzgados allí donde fueron apresados, o la población nativa que estaba sometida al Patronato Indígena.

Caso aparte son los desaparecidos que fueron represaliados sin ni siquiera molestarse en armar un atrezo jurídico-administrativo. O los que no pasaron por tribunales y fueron inhabilitados directamente para el ejercicio de la función pública, así como los que sufrieron el rigor arbitrario de los tribunales de responsabilidades políticas (predomina el de Santa Isabel, pero no es extraño que se le sumaran sanciones desde el tribunal de su provincia de orígen). En cualquier caso, todas estas vía punitivas eran acumulables entre sí, incluso respondiendo en ocasiones a lógicas contradictorias.

miércoles, 22 de abril de 2020

La Navaja de Ockham ecuatorial

Razonaba Patricio Nbe en su viejo blog que «nunca se ha hablado entre los colonos de las ejecuciones de blancos peninsulares y españoles por parte de sus homónimos que parece ser que hubo en los primeros días de la guerra, ni siquiera de las batallas de la guerra civil en Guinea».

Surgen así dudas de qué fue -por ejemplo- del cabo Núñez, del hombre del chiringuito, el exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós...
Son cuentas aisladas de un rosario sin nombres, y -por diferentes motivos- resulta difícil documentar su desaparición. No abundan los registros, y éstos no siempre son completos o accesibles, pero -en principio- éstos y otros muchos no constan entre la relación de huidos, ni entre los procesados. Tampoco se encuentran entre los depurados por los golpistas ni entre los que se incorporaron al ejército republicano....

Para el académico Max Liniger-Goumaz en su Diccionario Histórico de Guinea Ecuatorial,
 no habría duda: sí hubo ejecuciones tras el triunfo de los golpistas.

En el discutido diccionario biográfico de la Real Academia de Historia, Cecilio Yusta Viñas reflexiona sobre la "desaparición" del exgobernador Núñez de Prado:
El viernes día 24 de julio de 1936, el Heraldo de Aragón publicó en primera página la noticia del ingreso del general Núñez de Prado en la prisión de Pamplona y decía luego (pág. 4): «Pamplona, 22 (por teléfono). El general Núñez de Prado ingresa en la prisión de San Cristóbal de Pamplona. A las siete y media de la tarde ha llegado a esta ciudad en automóvil, procedente de Zaragoza, el General Núñez de Prado, acompañado por cuatro oficiales que le escoltaban. En calidad de prisionero ha ingresado en la ciudadela a disposición del general militar».
La mera publicación, en aquellos momentos y en una prensa sometida a la férrea censura militar, de que un jefe del Ejército se encontraba encarcelado en Pamplona, que era la sede del cerebro de la sublevación —el general Mola— que había difundido unas contundentes instrucciones de eliminar sin miramientos a los tibios que no estuvieran dispuestos a apoyar la sublevación, equivalía a una sentencia de muerte. Sin embargo, al ser la noticia periodística la última información que existe sobre el general Núñez de Prado y no haber aflorado prueba documental alguna que permita verificar su paradero vivo o su defunción, éste sólo puede ser declarado oficialmente en estado de desaparecido. Pero, si el general no fue objeto de abducción ni sometido a un proceso de sublimación y desaparición espontánea.
Supuesto que en el viaje por carretera de Zaragoza a Pamplona no sufrió daño irreparable y fue depositado en San Cristóbal, cabría esperar que fuera sometido a juicio sumarísimo y fusilado, procedimiento que, por su naturaleza, siempre deja algún rastro documental, como son las actas de la sentencia y fusilamiento. Pero esta vía de investigación está cegada porque, como se ha comprobado, no se localiza en los archivos militares indicio alguno de ello, aunque no se puede descartar que el juicio se celebrara y se ocultara o se hiciera desaparecer la documentación relativa a la causa, una maniobra que tampoco sorprendería a nadie.
Es difícil imaginar, tanto que le dejaran escapar como que el general consiguiera evadirse y que, a salvo en algún lugar seguro, no hubiera dado señales de vida. Es también posible que enfermara y muriese, o que se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal y tampoco se puede descartar que se suicidara, pero su fallecimiento en estas circunstancias seguramente no hubiera sido silenciado. Analizadas todas las posibilidades, sólo quedan dos: que entregado a alguna cuadrilla de no tan incontrolados asesinos fuera “paseado”, o que fuera sometido a un suicidio asistido en la cárcel, ambos actos, por supuesto, discretamente realizados y oportunamente silenciados.
El principio de la navaja de Ockham establece que «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable», por lo que conforme a la reflexión de Yusta, si en ausencia de una instrucción o sentencia que explique la desaparición del sargento Núñez, del hombre del chiringuito, del exgobernador Núñez de Prado o del barbero Caparrós -entre otros-, y si resulta improbable que ésta se explique porque alguno de ellos «se resbalara en la ducha y recibiera un golpe mortal», lo más probable es que fueran represaliados sin ni siquiera molestarse en armar un atrezo jurídico-administrativo.

viernes, 17 de abril de 2020

Patrimonio en cuarentena

¿Recordáis el artículo Patrimonio en llamas? La restauración de la Catedral, al igual que otras urgencias, han quedado eclipsadas por la pandemia del COVID-19.

¿Y si unimos ambas inquietudes?

«El mejor templo levantado a la gloria de Dios en la costa occidental de África» había sido inaugurado en 1916, completándose las torres mellizas conocidas como Alfonsa y Claudia, así como la fachada en los años posteriores.

Si bien la construcción del tempo y palacio episcopal fue sufragado colectivamente, el gran financiador de la adaptación de la fachada había sido el marqués de Comillas.

En 1919, sin haber completado estas últimas obras, fallecieron enfermos de gripe varios familiares del marqués. Es probable, que fueran víctimas tardías de la conocida como gripe española.

Sabiéndose de los fallecimientos en la isla, se organizó un solemne funeral como solidario agradecimiento a uno de los principales mecenas de la construcción de la Catedral, así como vínculo personal con el arquitecto Antonio Gaudí cuya revisión de planos viabilizó la propuesta empírica del Padre Sagarra.

Por cierto, si en la entrada El #YoMeQuedoEnCasa de 1921 esbozábamos la repercusión de la gripe española en Fernando Póo, os completamos la información con la anécdota de que «el paño de lágrimas y consuelo de todos durante esta epidemia, lo ha sido el Rdº O. Superior, P. Luis Sagarra, el cual, a pesar de estar también él contagiado, ha tenido que visitar a los del pueblo [Batete] y a los de las fincas, saliendo a veces por la noche y teniendo que caminar por senderos ásperos y tortuosos…».

En cualquier caso, no olvidéis que estamos en pleno periodo de #YoMeQuedoEnCasa

Si te interesa este tema, le hemos dedicado alguna entrada más en este paseo por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel:

martes, 14 de abril de 2020

Una isla en cuarentena

En enero de 1959, La Guinea Española recogía la epidemia de gripe entre la población annobonesa, habiendo enfermado 300 de los dos mil habitantes de isla de "gripe asiática", llegada en esta ocasión al territorio continental a través de la frontera terrestre con Gabón.
Tan sólo unos meses antes casi el 50% de los pobladores había sufrido también la enfermedad. 

«Como todos los males, según creencia de estos naturales, vienen a la Isla con los barcos…» concluía el artículo.

Recuerda, en este periodo marcado por el COVID-19 #YoMeQuedoEnCasa
No lo dudes, en tiempos de pandemia, #EsteVirusLoParamosUnidos




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jueves, 9 de abril de 2020

La memoria histórica deslocalizada


Ésta es una situación curiosa:

La "Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura", conocida como Ley de Memoria Histórica, obvia que hay territorios en los que imperó el franquismo y sus normas durante décadas… y que hoy en día quedan por fuera de las fronteras españolas.

Precisamente en "Memoria y frontera...", de María del Mar Fernández Pérez, se analiza:
En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

Si te interesa este tema, puedes consultar por ejemplo:


Por cierto:

lunes, 6 de abril de 2020

El #YoMeQuedoEnCasa de 1921

El verano de 1921 la gripe asoló la isla, anulándose ese año los festejos patronales dedicados a Santiago en Baney. Fue general en casi todos los pueblos, y -todavía en 1949- en Bakake recordaban cómo los vecinos «se desparramaron por sus fincas, dejando abandonado el pueblo y la capilla. Al interrogar al jefe Boriesía por los fallecidos, puso ante mis ojos una cuerda con 38 nudos. Después de mucho bregar se volvieron a unir en un lugar cercano donde se hizo nueva capilla». El nuevo Bakake de 1922 y el abandonado en 1921 son lo que actualmente se conoce como los dos Bakake, Grande (Uake-ote) situado junto al río Soka y Pequeño (Uake-ekonno) junto al río Botoó.

Esa situación de pánico y necesidad de buscar la distancia social ante la expansión de la enfermedad, no sólo desarticuló asentamientos organizados: también fue el origen de otros nuevos como el caso de Bososo. «De entre los bubis de Bososo murió el catequista, Vicente Biepa con todos los sacramentos y muchos infieles cuyo número hacía subir a 150 el jefe Ekobo» (...) Además de fallecer Biepa, el maestro-catequista, del que «corrió la voz que alguno de los hechiceros le habían puesto enfermo», falleció también de gripe en esas fechas Pilar Miria, natural de Basinóka, que se encargaba de enseñar a las niñas. «El pánico fue tan general que una vieja, al verse sola con su nietecita, se arrojó al mar. Otros fueron buscando desde Barépara un lugar más ventilado y sano. La situación entonces no agradó a todos los bubis, pero con el tiempo se fueron convenciendo que aquel paraje, por estar relativamente cercano al río y ofrecer buena ventilación y vista, era muy apto para establecerse definitivamente y así quedó constituido Bososo», asentándose los habitantes de la antigua Barépara y Basinoca en un pequeño repecho que hoy ha quedado entre la carreta del Esta de la isla y el mar.

La gripe española, había llegado con retraso a la isla: «Con el trote de una verdadera invasión hemos sentido llegarse a ésta, aunque en formas benignas, la famosa afección gripal, que tantos estragos hizo en días no lejanos en todo el mundo: nosotros hasta ahora éramos una excepción y no sabemos por dónde se nos ha colado de tal manera el atrevido huésped que apenas si hay casa en la población que no cuente con varios atacados; ha sido cuestión de días, por no decir horas, su toma de posesión. (…) Al aparecer una manifestación gripal debe aislarse al enfermo y ponerlo a cuidadosa cura (…). La Directiva de la Cámara ha pasado una Circular solicitando la cooperación de todos para hacer una limpieza estraordinaria en la Población». Pese a todos los cuidados, hubo numerosos fallecidos, tanto entre los europeos como entre los africanos (población autóctona y braceros inmigrantes). «Si bien es cierto que la gripe no ha revestido los caracteres de gravedad que hicieron histórica la enfermedad en Europa. Con todo no ha sido tan inofensiva entre nosotros, registrándose numerosas defunciones entre los elementos de color sobre todo», concluirá La Guinea Española.

Años después, el mismo diario recordará que visitando la zona continental «don Ángel Barrera y al Sr Loygorri, al adentrarse muchos kilómetros al interior cuando, al a travesar ellos cierta zona, se hallaban todavía los cadáveres insepultos de tantos como la gripe y la viruela habían consumido».

En cualquier caso, tampoco el periódico quedó ajeno a la epidemia: a inicios de agosto, La Guinea Española publicaba un editorial disculpándose por la ausencia de la edición anterior, la cual «obedeció a una verdadera necesidad. Al declararse la gripe no creíamos en un principio fuera tan extensa y teníamos los originales en la imprenta; pero es el caso que desde los primeros principios invadió de tal manera nuestros talleres que fue necesario suspender todo trabajo de imprenta y cerrar más tarde todas las Oficinas de Banapá, pues era imposible continuar los trabajos a causa de la invasión gripal, afección que gracias a Dios no ha revestido gravedad, pero que ha sido lo suficientemente para introducir este desbarajuste…»


Así que los claretianos en 1921 ya lo tenían claro: #YoMeQuedoEnCasa
No lo dudes, en tiempos del COVID-19, #EsteVirusLoParamosUnidos

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domingo, 5 de abril de 2020

El catarro de Fernando Póo

En este inusual periodo de confinamiento con el #YoMeQuedoEnCasa es muy sugerente hurgar en los fondos digitalizados de la Biblioteca Nacional de España. Surge así esta curiosidad en la Colección de coplas escritas y cantadas por el actor a cuyo cargo estaba encomendado el desempeño del papel de Tiburón en la zarzuela bufa en tres actos Robinson, durante la temporada cómica de 1872 en el Teatro de Lope de Rueda en Sevilla:

«Tengo un catarro que no me deja ni hablar, y no lo vendo que lo voy á regalar; En el tren mixto que salga para Madrid, á un ministro se lo voy á remitir. Porque es seguro como lo vea el señor, con la cartera se embarca á Fernando Póo; Si en el camino se le vuelve pulmonar, se dará el caso de un ministro reventar.
Zonzin, zonzin - debéis venir,- y otros caribes veréis allí».

Fin de la copla

Y no lo dudes, en tiempos del COVID-19, #EsteVirusLoParamosUnidos

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miércoles, 1 de abril de 2020

Un relato más...

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha
escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

En la edición de diciembre de 2005 de la Revista de Historia Militar, Luis de Sequera Martínez publica el artículo "La guarnición del Ejército de Tierra en los territorios españoles de Guinea".

Reproducimos el fragmento de interés para este paso por la calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel:
La Guerra Civil Española. La Guardia Colonial de los Territorios Españoles de Guinea. Fuerzas del Tabor de Tiradores de Ifni; Grupo Mixto de Canarias; Regimiento de Infantería Las Palmas y Voluntarios canarios (Batallón de Patriotas) (1936-1939)
Por entonces la situación en el Territorio era tensa, encontrándose los europeos divididos por sus ideas. Estaba de Gobernador Luis Sánchez Guerra, un republicano moderado, débil de carácter, que se deja llevar de los consejos de su secretario Vázquez, decidido republicano de izquierdas. Pronto favorece ciertas ideas revolucionarias, y autoriza la constitución de un «Comité del Frente Popular». También cierra las capillas existentes en los poblados del Continente, declara el estado de excepción el 5 de junio, y solicita del Gobierno de Madrid el envío de un barco de guerra que garantice el poder gubernamental, para el que se designa al crucero Méndez Núñez. Con el Alzamiento del 18 de julio de 1936 y el ordenamiento fundamental del Nuevo Régimen, se pretendía sentar nuevas bases y dar una nueva visión del Territorio, sobre el que continuaba teniendo amplios poderes el Gobernador General. Las noticias de la Sublevación, si llegan, lo son con retraso, o en su caso, deformadas, en especial en los destacamentos de la Guardia del interior del Continente, en los que predomina el sentimiento de permanecer fieles al Gobierno de la Nación, aceptando el triunfo del Frente Popular. La situación en la Isla es similar, encontrándose la población, al decir de las izquierdas, dividida en laicos y clericales, es decir, los pertenecientes al Frente Popular y los «terratenientes del Casino». Las primeras alteraciones se producen en la Isla, donde la Guardia Colonial dispone de 90 guardias, de ellos 40 en la capital, siendo detenidos los oficiales del crucero Méndez Núñez, que logran huir al vecino puerto de Victoria. Pocos días después, la mañana del 19 de septiembre, los mandos de la Guardia de Santa Isabel, dirigidos por su Jefe, el teniente coronel de Ingenieros Luis Serrano Maranges, declaran el estado de guerra e izan la bandera bicolor. 
Buenaventura Durruti
y algunos de sus compañeros
de deportación africana.
La ciudad ha quedado en manos de los alzados. La adhesión al Alzamiento Nacional se extiende al Continente con parte de la Guardia Colonial de Bata, al mando del capitán de Artillería Román Morales Fernández, y del interior del País, sin que tengan tanto éxito, iniciándose la detención del personal no leal, y proclamándose el estado de guerra en Bata. Ante esta actitud quedan la Isla y la mayor parte del Continente separados ideológicamente. El bando republicano refuerza su situación, pues, aparte de ya estar la ciudad en su manos, el día 30 reciben el apoyo moral y material de la tripulación de la motonave Fernando Póo, que, había sido desviada a Bata. Mientras, los destacamentos de la Guardia de Río Benito y Cogo, solidarios con el levantamiento de la Isla, organizan una marcha hacia Bata con ánimo de liberarla, produciéndose el choque entre guardias coloniales de ambos bandos. Como anécdota citar que este año había sido deportado a Guinea, Buenaventura Durruti Dumange un famoso dirigente anarquista fundador de grupos terroristas, y acusado de promover la insurrección, que más tarde con el triunfo del Frente Popular quedaría en libertad. También fueron deportados a Bata, en el vapor Buenos Aires, cientoventiun sindicalistas barceloneses.
Desde las islas Canarias se habían enviado fuerzas para reforzar y liberar, o someter y ocupar, según opinión de cada bando, el incierto territorio de Guinea, compuestas por un tabor de Tiradores de Ifni, al mando del capitán Claudio Arpón; una batería del Grupo Mixto de Canarias, mandada por el teniente José González García; media sección de ametralladoras del regimiento de Infantería Las Palmas, con el teniente Pedro Baena Martínez; y dos compañías de voluntarios canarios, del batallón de Patriotas, mandadas por los capitanes Juan Fontán Lobé y Edmundo Hernández, que se trasladan a la Isla, y luego a Bata. Llegan en la motonave Ciudad de Mahón, que viene armada con dos piezas de artillería, y transporta una columna de desembarco de 700 hombres, con el comandante de Infantería Gonzalo Gómez Abad, de los que deja 200 en el Continente. Antes de fondear sostiene un cañoneo con el Fernando Póo al que primeramente incendia, y luego asalta. Desembarcada una compañía de tropas moras, mandada por el capitán Francisco Pérez Barrueco, se inicia la reconquista del territorio continental, obligando a las fuerzas republicanas, a pasar las fronteras más próximas, internándose en los países vecinos de Gabón y el Camerún, quedando abandonada, sin dirección, ni cometido la tropa indígena, que pasa a unirse a las tropas victoriosas. Con ello quedaban finalizadas las operaciones en el Territorio, y la situación normalizada a finales de octubre con el triunfo del bando nacional.
Es un relato que obvia muertos, heridos, Consejos de Guerra y otras consecuencias pero que nos permite conocer a grandes rasgos el desarrollo de esos meses cruciales.

lunes, 23 de marzo de 2020

No es necesario ir a los bosques del Muni para vivir aventuras

Contaba Juan Rodríguez Doreste en su vivencia de confinamiento en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando que «Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora. (...) Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu. Venían funcionarios caracterizados: el tesorero de Hacienda, el jefe de Correos, el jefe de la Policía gubernativa, el comisario López García, pintoresco personaje, realmente detenido por error, pues no era ni chicha ni limonada, dependientes de la Curaduría, algunos profesionales, cultivadores y finqueros, escritores, un excelente poeta, etc. y la totalidad de la tripulación del Fernando Poo».

Entre sus vivencias, incluye la visita de un despistado geólogo británico que llegó paseando a la prisión y fue maltratado por los sorprendidos custodios.

La historia concluyó con un rescate consular y un relato de viaje en el que la víctima recomendaba frecuentar al penal para vivir experiencias extremas sin necesidad de recorrer más mundo:

«Deducimos en seguida que el autor era el zurrado ingeniero. Lo que allí se refería, con verdadera y fina sorna humorística, sin pizca de indignación, puede resumirse grosso modo de esta manera:

Si quieren ustedes, amigos, gozar emociones fuertes, sentir auténticos escalofríos, recibir un genuino “shock” espiritual y traumático, no vayan a cazar tigres a la India, ni leones a las sabanas del Sudán, ni cocodrilos al río Zambeze, ni tiburones al Mar Caribe, y seguía enumerando otras proezas cinegéticas arriesgadas; yo he descubierto recientemente un lugar privilegiado para los que aman la aventura, el peligro, la exposición, las sorpresas, las conmociones, los lances azarosos, los dramáticos zarandeos. Facilitaba después la receta mágica para alcanzar el lugar de las maravillas:

Tome usted en Londres un barco de la Union Castle de los que van a Capetown. Desciendan ustedes en una estación del camino que se llama el puerto de Las Palmas, y una vez en tierra adéntrese en la isla siguiendo la ruta de unos cercanos volcanes costeros. Como por ensalmo se encontrará de pronto en un vasto campo de concentración de presos políticos donde le saldrán al paso unos seres con aspecto de cuadrumanos. Fortalezca el corazón y déjese hacer... La realidad quedará muy por encima de vuestra expectativa.

Describía luego en términos cómicos lo que le aconteciera y apostillaba finalmente: No les miento a ustedes si les digo que, entre otras cosas, se les caerá el pelo. Todavía a mí no me ha acabado de salir y presumo que ya nunca lo tendré completo».