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viernes, 29 de noviembre de 2019

El caso Acacio Mañé: ‘Negro limbo’, la historia olvidada del colonialismo español en África

Tamara García nos cuenta en el Diario de Cádiz sobre la realización de un nuevo documental de Lorenzo Benítez:
  • El realizador gaditano Lorenzo Benítez comenzará el próximo año el rodaje de un documental sobre la desaparición de un líder negro en la Guinea española bajo el régimen franquista
Un fotograma del documental ‘Negro limbo' del realizador gaditano Lorenzo Benítez.
Tres años de investigación, meses y meses de trabajo en nuevas fórmulas narrativas e incontables horas en las que volcar todo el talento y la pasión por el audiovisual han convertido a Negro limbo en una realidad que cada vez está más cerca. Y es que el proyecto documental del realizador y periodista gaditano Lorenzo Benítez, con el que sacará a la luz la cara más desconocida, la historia olvidada, del colonialismo español en África, comienza su rodaje el próximo año.

“Estamos en un momento muy especial porque ya tenemos armada la estructura narrativa del largometraje y contamos con apoyos económicos, especialmente el de Diputación de Cádiz, para poder pensar ya en rodar de cara a 2020”, explica el director de la cinta desde el Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam, uno de los más prestigiosos del sector, donde ha acudido con su equipo para completar la financiación de su proyecto y para reunirse con diferentes programadores de festivales interesados ya en Negro limbo.

Y es que el filme rescata uno de los episodios más desconocidos del colonialismo español en África durante el régimen franquista, “pues si todavía tenemos el capítulo abierto de la memoria histórica, de los muertos enterrados en cunetas en nuestro país, imagínate en qué situación de olvido se encuentra este tema en los territorios que fueron colonia como Guinea Ecuatorial”, reflexiona Benítez sobre el país en el que centra su película, actualmente, en fase de preproducción.

Así, la desaparición de un líder negro en la Guinea española durante la dictura franquista es el motor de una cinta donde se abordarán “los pactos de silencio” que se establecen “en las familias, las instituciones y la sociedad en general” para “esconder verdades incómodas”, adelanta.

De esta forma, Negro limbo situará al espectador en 1959, año en el que el continente africano hervía
“en procesos de independencia, más o menos violentos y, la mayoría, traumáticos”. África se convertía en el cruento escenario de la guerra fría, mientras que el régimen de Franco había logrado que España entrara en Naciones Unidas y procuraba ganar aliados en la diplomacia internacional para ir saliendo de la autarquía y el aislamiento internacional.

Con este telón de fondo nos encontramos con una Guinea española, actual Guinea Ecuatorial, como “granero de cacao, café y madera para la metrópoli” pero donde la mayoría de la población negra estaba tutelada como menor de edad, salvo una élite de hombres negros emancipados, finqueros y cazadores de elefantes, que empezaban a organizarse políticamente para reclamar la soberanía ante Naciones Unidas. Y en uno de esos hombres, un hombre cuya desaparición, sesenta años después, sigue sin resolverse, se fija Benítez en Negro limbo, “a partir de la investigación que inició entonces el Fiscal General de la colonia”, revela.

“Podríamos decir que en el documental se superponen dos capas, que lo recorren dos miradas, la de los nostálgicos de la época que tienen una visión idealizada de las colonias y otra visión más profunda y desconocida que se extrae de la propia investigación que se enmarcaría también en la memoria histórica de España”, valora su director.

Lorenzo Benítez, realizador del documental Madres invisibles (2016), es también productor de la cinta a través de Antonia Films –una casa productora de reciente creación en Cádiz orientada al cine documental creativo y que está impulsada por Benítez y la cineasta hispano-nicaragüense Mercedes Moncada– aunque también se cuenta con la producción de Izar Films (Guipúzcoa) y con la colaboración de 3boxmedia International Sales (Alemania) y la Diputación Provincial de Cádiz. Además, en el proceso de postproducción se sumará Elamedia Estudios (Madrid), gracias a un premio obtenido en el Mercado de Cine Documental de Tenerife Afrolatam 2019.

Además de este galardón, Negro limbo ha sido el único proyecto de documental creativo de los veinte seleccionados – entre más de 400– en el 17 Curso de Proyectos Cinematográficos Iberoamericanos organizado por Ibermedia, Fundación Carolina, Ministerio de Cultura, AECID, Fundación SGAE y EGEDA. Un curso, que finalizó la semana pasada y que tuvo como consultores de guión a Montxo Armendáriz y Michel Gaztambide, que ha dotado al realizador gaditano de “nuevas herramientas narrativas” provenientes del cine de ficción “con las que alimentar la estructura narrativa del documental”.

En el último año, el proyecto también ha participado en el laboratorio de proyectos de L’Alternativa Festival de Cine Independiente de Barcelona y en un taller de Sources2 Script Check de Europa Creativa Media Andalucía.

lunes, 18 de noviembre de 2019

El caso del farero

En la entrada Libre de toda sospecha exponíamos el ensañamiento con que se castigó la lealtad a la República o la tibieza en el apoyo a los golpistas dentro de la función pública.

En algunos casos, además de la inhabilitación perdieron bienes, fueron desterrados, estigmatizados socialmente o cumplieron prisión (o todas ellas combinadas). Y en otros, como el del Luis González Peña -el practicante de Fernando Poo-, la persecución acabó en fusilamiento.

Por su claridad, rescatamos el caso de Juan Viñolas Puig (* Sant Feliu de Guíxols, Girona 28/11/1906 - ✝ Málaga 13/2/2001), torrero en excedencia en su plaza en el faro de la isla de Aire (Menorca) desde junio de 1935 como "supernumerario activo por haber pasado al servicio de la Dirección General de Marruecos y Colonias" y al que tardaron décadas en reintegrarle en su puesto tras la salida de Guinea. 

Éste solicita en febrero de 1937 el reingreso en el cuerpo y el gobierno republicano le destina a la suplencia de Girona. Terminada la guerra es expedientado por los ganadores. No es hasta el 18 de noviembre de 1953 en que tras "depurar la conducta político-social del Técnico-mecánico de Señales Marítimas don Juan Viñolas Puig" es readmitido con sanción al cuerpo. Todavía en 1959 se documenta su solicitud de levantamiento de la sanción de postergación, quedando la misma sin efecto, colocándole en el Escalafón en el lugar que le correspondía.

Como parte de las sanciones, fue sometido a diferentes traslados forzosos (lo que en la práctica supone un destierro de Girona), pasando por los faros de Portman (Murcia), Vizcaya y Málaga, acabando jubilado el 28 de noviembre de 1976 en esta última suplencia.

domingo, 17 de noviembre de 2019

Alias Charlie

Hubo un tiempo en el que Arturo Pérez-Reverte, el enfant terrible de las letras ibéricas fue enviado especial del diario Pueblo. «Cuando estaba en el diario Pueblo me iba a África, pasaba allí dos meses y a la vuelta decía: “Mira, tengo esto”, y lo ponían en primera. Pero eso se acabó». De ese período quedan las crónicas "Guinea Ecuatorial: ahora o nunca" y un rosario de relatos propios y ajenos, que -tal vez- algún día se puedan leer en un único tomo...


Mientras, disfrutemos de La noche de Malabo:

Alguna vez les hablé de mi amigo el espía, que era de los que espiaban como Dios manda, jugándose fuera el pellejo en vez de estar aquí apalancado cual rata de alcantarilla, pinchando teléfonos y trapicheando con secretos de bragas y coronas, como hacen otros. Mi amigo -a estas alturas puedo nombrarlo sin que pase nadase llama Carlos Guerrero y ahora, retirado del oficio, viste el uniforme que durante veinte años se apolilló en un armario. Carlos, alias Charlie, tuvo diferentes coberturas a lo largo de su azarosa vida profesional. Una fue la de agregado cultural en Guinea Ecuatorial, donde nos encontramos varias veces. Y allí ocurrió el episodio que quiero contarles.

Fue hace unos diez años. España iba de capa caída en Guinea, como siempre y en todas partes, y Francia se aprovechaba de los trenes baratos para acrecentar su in fluencia. Apenas derrocado Macías, el presidente Teodoro Obiang había pedido al gobierno de UCD una compañía de la Legión para garantizar la estabilidad de la ex colonia. Pero la timoratez y el miedo a lo políticamente incorrecto no son patrimonio exclusivo del Pepe ni del Pesoe, de modo que los de don Adolfo se acojonaron por el qué dirán y respondieron no, disculpe, oiga, no queremos ser tachados de neo-colonialismo. Por supuesto, la Frans, que sí lo tiene claro en África -donde mantiene tropas sin el menor complejo-, se apresuró a hacerse cargo del asunto; y por fin apadrinó un despliegue de soldados marroquíes, corriendo París con los gastos. De ese modo, controlando los gabachos la seguridad de Obiang, empezó el declive de la influencia española en Guinea y la reconversión de ésta al área franchute.

Aunque lo suyo era espiar -incluso tenía como alumno de castellano al embajador norteamericano en Malabo- Charlie no descuidaba las tareas de su cobertura diplomática. Y la creciente presencia francesa le repateaba mucho el hígado. Libraba sus dos batallas, la clandestina de agente secreto español y la pública de agregado cultural de la embajada, completamente en solitario, sabiendo que Madrid pasaba mucho del tema y que la suya era una causa perdida. Pero no se rendía, y una noche se le ocurrió un gesto simbólico que, como me dijo, no iba a cambiar nada pero le aliviaría, al menos, la mala leche. Así que, tras planificar casi militarmente la operación, nos vestimos de oscuro y salimos a la calle con un cargamento de pegatinas que la embajada tenía arrinconadas -Madrid había prohibido distribuirlas, por no herir, cielos, susceptibilidades francesas- que rezaban: Aquí hablamos español.

Fue una de esas noches que uno vive para recordarlas después. Nos acompañaba en la incursión una bellísima mujer llamada Gabrielle: una princesa africana auténtica, junto a la que Naomi Campbell no parecería más que una marmota y una ordinaria. Gabrielle era amiga nuestra, odiaba a los franceses porque habían fusilado a su padre en Camerún, y no había perdido el sentido del humor. Así que salimos los tres a recorrer las calles de Malabo, esquivando patrullas, y llenamos de pegatinas la ciudad, incluidas la puerta de la embajada francesa, la casa y el coche de su agregado cultural, la embajada norteamericana y los muros de la Ciudad Prohibida, donde los centinelas, por cierto, estuvieron a punto de trincarnos junto al palacio presidencial. Excuso decirles que, miedo aparte, nos reímos hasta saltársenos las lágrimas. Y uno de los recuerdos magníficos que conservo de aquella noche consiste en que Gabrielle llevaba unos téjanos muy ceñidos -tenía un tipazo soberbio-, y en uno de los bolsillos traseros se había puesto una pegatina. Y cuando estábamos tirados en el suelo, en la penumbra de una esquina, mientras esperábamos que se alejara una patrulla, yo tenía a un palmo de los ojos ese Aquí hablamos español, pegado en aquellos téjanos que moldeaban un culo estupendo.

En fin. Son recuerdos de cada cual. Pero me han venido hoy a la memoria después de enterarme de que Teodoro Obiang ha decidido convertir el francés en idioma oficial de Guinea, y de que España está a pique de perder el mísero hilo de influencia cultural que aún la ligaba a su ex colonia. Esa Guinea que los pichafrías de la UCD empezaron a perder, el PSOE -tan europeo y atlántico él- dejó pudrirse sin remedio, y ahora el PP no sabe cómo liquidar, porque de África, fuera del negrito de las huchas del Domund, no tiene ni puta idea.

sábado, 16 de noviembre de 2019

El farmacéutico de Bata

Vivienda familiar y Farmacia Lcdo Matamala en Bata.
Fotografía de noviembre de 1935
publicada en el twitter de D Matamala.
En este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel ha surgido en varias ocasiones el nombre de Rafaél Matamala Baeza, el farmacéutico de Bata:

Podría haber surgido en más testimonios, ya que fue farmacéutico del Hospital de Santa Isabel, así como en el de San Carlos y en el de Elobey, precediendo en estos últimos puestos al poeta León Felipe. Siendo administrador y farmacéutico, asumió también funciones de gobierno, como la supervisión de la obra de comunicación terrestre de San Carlos a Santa Isabel, o la dirección del centro de salud, y -eventualmente- tareas de subgobernación del islote de Elobey.

A inicios de los años 30, prestando en ese momento servicio en la farmacia del Hospital de Santa Isabel la revista La Farmacia Moderna recoge su empeño por lograr el arraigo de la quina en la región como remedio contra el paludismo. Se trata de una encomienda del Comité Nacional del Quino, que se recibe con alegría «¡ya tenemos quinos nacidos en España!»: la malaria no se erradicó oficialmente en España hasta 1964, y la germinación de la semilla francesa y su cultivo eran fundamentales en el tratamiento, estando Matamala entre los pioneros tanto en el cultivo en estufa como en la identificación para aprovechamiento médico de posibles variantes locales.

Más avanzada la década, acabó teniendo su propia licencia farmacéutica en Bata.

En el artículo La casa del padre de Raquel Ilombe sobre el bombardeo de Bata por el Ciudad de Mahón, se recoge la narración de su hijo Gonzalo «...una vez en la bahía de Bata arriaron esta bandera [francesa] e izaron la bandera de los rebeldes (la actual) y sin previo aviso comenzaron a bombardear la ciudad y en especial muchos de los cañonazos fueron dirigidos hacía nuestra casa...», la huida y posterior repatriación a la España peninsular pasando por un breve exilio en Camerún. Precisamente en La huida, se incluye la relación de exiliados que desde Camerún remite Rodrigo Miralles 19 de octubre al Diario de Almería, en la que se encuentran:
Emilio Fontanet, Ángel García Villalba, Eugenio Domingo, Rafael Maciello, su señora y dos hijos; Antonio López y su señora; Toribio Villalobos, Juan Antonio Ortiz, Luis del Caso, Juan Notario Notario y su señora; Rafael Matamala, señora y dos hijos,...
Meses después, según Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte de Pozanco -al que citamos reiteradamente- se anota que «con fecha 11 de enero y en el vapor Asia, vía Burdeos, marcharon, rumbo a la península».

En abril de 1936, La Guinea Española informaba del asentamiento de una nueva factoria «TriSeGal, formada por los Sres Trigo, Sevilla y Gala. Está situada en el edificio propiedad de D. Bernardo López y en el mismo lugar, que ocupó la farmacia del Sr. Matamala».

Por último, en la publicación del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas - 3 de abril de 1940 (I) recogíamos su condena a «dos años de destierro de estos Territorios y la multa de dos mil pesetas». Realmente 2.000 pesetas eran una gran cantidad para la época, pero -sobre todo- la sentencia marca políticamente al farmacéutico y permitía la expropiación de sus bienes para cubrir la multa... a pesar de haber fallecido tres años y medio antes (el 17 de diciembre de 1936) en acción de guerra en Teruel, como recoge su hijo Gonzalo en Recuerdos de mi primera infancia.
En 1957, tras años de ensañamiento, la maquinaria franquista le genera un expediente de indulto, más de dos décadas después su muerte.

Pero para conocer más sobre su vivencia, os recomendamos este hilo redactado recientemente por uno de sus nietos:

viernes, 8 de noviembre de 2019

El caso del cartero de Bata

Contaba Juan Rodríguez Doreste en su vivencia de confinamiento en el campo de concentración del viejo Lazarero de Gando que «Llevábamos algunos meses en Gando cuando llegaron los detenidos en la Guinea española, que procedían de la isla de Fernando Poo y del territorio del Río Muni, a los cuales se habían incorporado los tripulantes capturados del vapor de la Compañía Trasmediterránea, llamado precisamente el Fernando Poo, hundido en las aguas del puerto de Bata. Eran aproximadamente unos ciento cincuenta en total, entre tripulantes y coloniales. De los primeros salieron las bajas más importantes que causó la expedición conquistadora. (...) Y así un día aparecieron por Gando, derrotados, pálidos, con evidentes señales del estrago corporal que les había causado una reclusión que lindaba en infrahumana. Constituían un buen contingente, muy heterogéneo de composición, pero muy homogéneo en la solidaridad, en el buen espíritu. Venían funcionarios caracterizados: el tesorero de Hacienda, el jefe de Correos, el jefe de la Policía gubernativa, el comisario López García, pintoresco personaje, realmente detenido por error, pues no era ni chicha ni limonada, dependientes de la Curaduría, algunos profesionales, cultivadores y finqueros, escritores, un excelente poeta, etc. y la totalidad de la tripulación del Fernando Poo».

¿El pero..., el jefe de Correos condenado a prisión?

La historiografía franquista narrará que «el jefe de Correos, Isidro Álvarez Martínez, inició una suscripción para las “fuerzas leales que luchan en los frentes”. Porcel la encabezó con quinientas pesetas y llegaron a recaudarse unas diez mil, que se entregaron al comité del control del barco para que las pusiese en manos del Jefe de Gobierno. También empezaron a cargarse en el correo frutos del país donados para los milicianos por los agricultores coaccionados por el Subgobernador». O en palabras de uno de los Voluntarios Canarios, «como dato muy del estilo rojo, diremos que el administrador de Correos se dedicaba a saquear los envíos de dinero y a retirar las cartas enviadas a las personas de derechas, que jamás pudieron recibirlas».
Aunque, tal vez, su principal pecado sería haber tomado parte de la reunión urgente en la subdelegación del Gobierno en Bata, tras la caída de Santa Isabel: «Por la noche se celebra una reunión confidencial y secreta de elementos del Frente Popular, que presiden Porcel y Pozanco, y a la que asisten Alejandro Torres, Rafael Iranzo, el jefe de Correos, Isidro Álvarez y el brigada e instructor de la Guardia colonial Emilio Fontanet. En esta reunión se adoptaron graves acuerdos: proclamar el estado de guerra; destituir y arrestar al capitán y a los oficiales de la Guardia colonial y nombrar comandante militar de la colonia a Fontanet. Y, por último, sustituir a todos los administradores territoriales que no inspirasen confianza».


Así con todo, el 1 de octubre -a instancias de la tripulación del vapor Fernando Poo- se habría elegido asambleariamente un Comité Central del Frente Popular en Río Muni (el de Fernando Poo -que era anterior- lo había disuelto el gobernador cesado), siendo Isidro Álvarez integrante de ese nuevo comité.

En cualquier caso, si la función pública se convirtió en un nuevo y cruel campo de batalla en la retaguardia, el cuerpo de carteros no quedaría al margen. Así lo cuenta Juan Ramírez Dampierre, Vicecónsul portugués en Fernando Poo, lo cuenta de esta forma en sus comunicaciones:
Los presos políticos en número de cuarenta, están bien guardados y vigilados por las milicias, (...). Entre ellos hay media docena de funcionarios de la Secretaría General del Gobierno, cuatro de la Administración de Hacienda, tres de la Administración de Correos, incluyendo el propio Administrador y varios particulares, algunos sin importancia, además de dos negros. También el capitán del Puerto se encuentra entre ellos, señalado como Gobernador Central comunista. (...) El número de presos políticos o sospechosos, continúa creciendo y algunos que habían sido puestos en libertad, poco después, por considerarlos inofensivos, fueron de nuevo capturados al hacerse nuevos registros en sus domicilios o por haber nuevas denuncias contra ellos.

Imagen tomada del

Así, Álvarez, significado como uno de los apoyos de la administración pública al subgobernador, salió huyendo reintegrándose al cuerpo de correos en el territorio republicano. Con el avance de los golpistas, se suma a la retirada a Francia (en noviembre de 1937 el gobierno de Burgos decretó su suspensión delservicio). En el blog deportados de Asturias relatan que «hacia finales de 1942 Isidro Álvarez Martínez fue detenido por los ocupantes alemanes e internado en el campo de tránsito de Compiègne. Desde allí fue deportado el 24 de enero de 1943 a Sachsenhausen en el primer gran transporte  desde Francia a este campo de concentración situado al norte de Berlin. En el convoy iban más de cincuenta republicanos españoles, en su inmensa mayoría resistentes. A ellos se le sumarían en el año siguiente otros 150 compatriotas, entre ellos Francisco Largo Caballero, quien llegó al campo en el verano de 1943. Isidro Álvarez (prisionero nº 59282) no llegaría a coincidir con el antiguo jefe de gobierno español. En mayo de 1943, fue llevado a una prisión de la capital alemana y desde allí enviado a la cárcel de Laufen, a orillas de Danubio». Es probable que como nacido en Cuba fuera confinado con menor rigor que otros republicanos, por lo que  «Tras año y medio de cautiverio Isidro y sus improbables compañeros de prisión se beneficiaron de un intercambio de prisioneros auspiciado por las Naciones Unidas. Como hombres libres, en febrero de 1945 llegaron al campo de refugiados de Philippeville, Argelia». Con el fin de la guerra mundial, solicita la repatriación: «Se abrió así un proceso en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, en el que la principal prueba documental en su contra era una simple comunicación de 1936 de la Logia Jovellanos de Gijón con la Logia Constancia de Ourense interesándose por los antecedentes de aquel funcionario de Correos que había manifestado su voluntad de entrar la masonería. En el verano de 1947 el tribunal dicto sentencia absolutoria, dejando así vía libre para su retorno a España». Esa carta, enviada durante su servicio en Viana do Bolo (Ourense), el antecedente de haber sido fundador de la Agrupación Socialista de Viana, y los únicos informes desfavorables remitidos desde Bata la impedirán reincorporarse a su puesto en correos. Hasta que «a comienzos de 1970, Isidro reclamó una vez más su reintegración en el cuerpo de Correos. A punto de cumplir los setenta años, era la última oportunidad que le quedaba de volver a formar parte de la Administración y obtener así una pensión por los veinte años de servicio. En esta ocasión no hubo ningún informe negativo, y todo indica que in extremis Isidro volvió a ser funcionario del estado por unos meses». 

Oficina de Correos de Santa Isabel, antes de 1929
(fondo claretiano).

En el caso de Luis Buelta Saura, su colega adscrito a la oficina de Correos en Santa Isabel, para el que el fiscal pedía cadena perpetua, pesó mucho su compromiso con el semanario El Defensor de Guinea. Como La Guinea Española relataba en su edición del 21 de mayo de 1939, «llegó afortunadamente en 19 de septiembre de 1936 el alzamiento nacional en esta isla, y los Sres. Buelta, Gay, Robles y demás comparsa del Frente Popular fueron retirados de la circulación; y por tanto, muerto y sepultado EL DEFENSOR DE GUINEA, y la imprenta del Sr. Robles incautada por el nuevo Estado...», por lo que finalmente fue condenado a 10 años de prisión.

Es la experiencia, igualmente, de José Lizcano Barco, Oficial tercero de correos en en los territorios españoles del Golfo de Guinea.

No hay mucha información accesible sobre él, aunque fue un prolífico escritor cuyos artículos descriptivos de rutas y viajes abundan en revistas y periódicos.

Opositó en 1927, incorporándose en los servicios centrales del cuerpo de correos en 1930, y un año después -tras cumplir con los requisitos del servicio militar- fue destinado en Alcázar de San Juan (su pueblo natal), en donde se le recuerda como uno de los tres míticos promotores de la vuelta ciclista local en 1933.

En 1934, ya está ocupando plaza en Guinea, siendo uno de los funcionarios leales a la República depurados tras la caída de Bata. En el primer semestre de 1936 se afilia directamente al Partido Socialista, al carecer de una agrupación local. Y poco después, según la historiografía franquista, fue Lizcano el que frustró el golpe de Estado en la zona continental al reportar al Subgobernador las comunicaciones de Oliveda a los oficiales de Bata para que secundaran su declaración de estado de guerra en Kogo y Río Benito.
Consta igualmente que integró tanto el Comité Provisional del Frente Popular en Río Muni (al igual que Isidro Álvarez), como el Comité Central elegido posteriormente.

Desde Burgos, el gobierno de Franco
cesaba a los funcionarios de correos en 1937.
En enero de 1937, el gobierno de la República readmite en puesto y derechos a varios funcionarios coloniales, incluyendo en la declaración a «D. José Lizcano Barco, Oficial de Correos afecto a la Administración de Bata (Guinea Continental española)», así como a «D. José Monedero Carrillo, Oficial segundo del Cuerpo de Correos, Interventor de la Administración Principal de Correos de Santa Isabel de Fernando Póo. D. Rafael Masiello Guerrero, Administrador territorial de Guinea Continental. D. Eduardo Sánchez Hernández, Administrador del Servicio Radiotelegráfico de Río Benito, en los territorios españoles del Golfo le Guinea, y D. Emilio Fortanet Monfort, Instructor de primera de la Guardia Colonial».

En Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte. Colección Actualidad, 1937, Pozanco deja constancia de su exilio temporal y posterior repatriación con su familia: «En el vapor Brassa, zarparon con rumbo a Dakar y de allí a España, lo siguientes: José Lizcano Barco, Emilio Fontanet Monfort, Rafael Masiello Guerrero y familia y Luis Martínez y familia».

En  noviembre de 1937, los carteros de Fernando Poo y Rio Muni son cesados de puesto por el gobierno de Burgos. Una decisión que será reiterada dos años después.

Concluida la guerra,... estará cumpliendo pena de prisión en Canarias..

A estas sanciones previas, se le sumará en junio de 1941 una sentencia por unanimidad del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas con sede en Santa Isabel:

«Visto por el Tribunal que al margen se expresa el expediente de responsabilidad política seguido contra José Lizcano Barco, de treinta y tres años de edad, hijo de José y de Dionisia, soltero, oficial de Correos, natural de Alcázar de San Juan, provincia de Ciudad Real, y en la actualidad en ignorado paradero. Fallamos: Que debemos declarar y declaramos responsable políticamente al encartado José Lizcano Barco de hechos graves, y que procede imponer e imponemos la pena de doce años de destierro de estos territorios y la pérdida total de sus bienes que posee el mismo en la Colonia».

Unos años después, la ORDEN de 26 de julio de 1943 por la que se concede la libertad condicional, sin la liberación del destierro, a doscientos ochenta penados, establece su salida provisional de la Prisión Provincial de Las Palmas de Gran Canaria, sin la liberación del destierro.

Privado de su carrera profesional, apartado de la función pública, sin bienes y desterrado del territorio ecuatorial, rehace su vida en Alcázar de San Juan reciclándose como docente de primaria en el Colegio-academia Cervantes.

Años después, Antonio Moreno evoca con cariño su recuerdo de José Lizcano como maestro en El Semanal de La Mancha:

«Tengo recuerdos muy gozosos del día a día en la Academia (...). El aula de D. José Lizcano, la de Primaria, estaba inmediata a la entrada, a la izquierda junto al despacho de dirección, donde solía estar perenne D. José. Aprendí a leer en las cartillas de Trillo Torija; el resto de la Primaria, estudiando en las enciclopedias de Dalmau Carles, de los grados Elemental, Medio y Superior. De D. José Lizcano recuerdo su bondad, paciencia y desesperación, a veces, cuando la clase se “removía” y trataba de poner orden a base de palmetazos en la mesa. De vez en cuando se le escapaba algún pescozón para los que tenía cierta soltura. Era una clase unitaria, con todos los grados, y no menos de 80 alumnos entre 5 y 17 años. Un auténtico reto pedagógico que ahora haría temblar a más de uno. El hacinamiento, el frío o el calor según las épocas, y las incontinencias gástricas, incluso el ostentoso ventoseo, producían un olor casi masticable que mezclado con la humareda de los cigarros que fumaba el maestro, “caldo gallina” gordo y liado en papel Bambú, creaban un ambiente espeso y neblinoso que nos ha hecho resistentes a muchas adversidades tenidas ahora como nocivas e insoportables. A media mañana, el maestro Lizcano sacaba de su taquilla un paquete de galletas María y una botella de anís del Mono con agua. De pie, frente a todos, desperezándose, se comía las galletas y echaba tragos, a morro, acompañados de un sonante y rítmico glu, glu, glu; de postre, un suculento pito».

Y pese a todo, seguirá cultivando su afición por la escritura.
En la Memoria del curso 1948-49 de la Academia Cervantes podéis encontrar uno de sus artículos africanos.

Antes de emigrar a la Guinea Española, los hermanos Rafael y José Lizcano habían promovido la  vuelta ciclista a Alcázar de San Juan (1933), por lo que con el tiempo... José retomará esa vieja pasión:

José Lizcano en el acto de entrega del trofeo
de la VCA de 1958 a Antonio Mena.

lunes, 4 de noviembre de 2019

El respeto que mereces

Lo cuenta Pablo Muñoz Rojo en El Salto:

No son pocas las personas que desconocen en España, y en general en los países hispanohablantes en América, que existe un país en el continente africano donde se habla español. Tampoco podemos decir que es su culpa. El borrado de la historia, pese a ser una historia tan reciente, de los contenidos curriculares de los colegios e incluso de muchas universidades sobre la relación histórica colonial y esclavista con África sirve en parte para explicar esta realidad, así como el desinterés general por todo lo que se produce en los diferentes países del continente, marcado por relatos que han venido a infantilizar y sustraer de agencia y capacidad de construcción intelectual y epistémica, como cultural o científica, a las personas negro africanas. En definitiva, todo un racismo que construye nuestra memoria colectiva y que condiciona nuestros intereses, así como los sujetos a los que damos valor y reconocimiento como parte de nuestros vínculos históricos y contemporáneos. En todo ello, sin duda, los medios de comunicación tienen un papel clave.


Guinea Ecuatorial, el país al que estamos haciendo alusiones, es ese pequeño espacio geográfico dentro del basto continente que tiene como idioma oficial el español (más complejo sería entrar en porqué los otros dos idiomas oficiales son el francés y el portugués o porqué no lo es ninguna de las lenguas locales, ni siquiera la mayoritaria fang). Desde este país llegaron a España en su momento un gran número de niños y jóvenes en los años 60 y 70 a diferentes escuelas religiosas donde pasarían su proceso educativo básico. Muchos decidieron o se vieron obligados a quedarse en España para continuar ese proceso debido a la usencia de universidades en Guinea Ecuatorial y por la propia situación política y económica en la ya Guinea independiente, primero bajo el mandato dictatorial de Francisco Macías y después de Teodoro Obiang.


El legado de Donato, no viene a ser un elemento de “el arte por el arte” como él reivindica, sino una convicción política de plasmar una narrativa africana en la literatura y como alternativa a los relatos exógenos al continente

Uno de esos jóvenes que llegó a España en 1965 con 14 años fue Donato Ndongo. Tras sus estudios como periodista terminó dirigiendo el Centro Cultural-Hispano Guineano de Malabo entre 1985 y 1992 para posteriormente continuar con su profesión como periodista a la vez que hacía parte de la academia en diferentes universidades tanto de España como en Estados Unidos con la Universidad de Missouri-Columbia. Entre tanto, desarrolló toda una carrera como escritor prolífico de novelas, poesías y ensayos que le llevaron a ser el escritor guineano ecuatoriano más importante y reconocido.


Su aporte a la literatura guineano ecuatoriana, y en lengua española en general, no ha pasado únicamente por lo que él ha escrito sino por la proyección, el apoyo y acompañamiento a muchos otros que vinieron después sobre todo desde el Centro Cultural de Malabo publicando el trabajo de otros autores. El legado de Donato, no viene a ser un elemento de “el arte por el arte” como él reivindica, sino una convicción política de plasmar una narrativa africana en la literatura y como alternativa a los relatos exógenos al continente.


En estos últimos días desde Colombia hemos tenido la suerte de contar con su visita siendo cabeza de cartel de diferentes eventos en Bogotá, Cartagena o Cali. En Cartagena fue presentado por la Alianza Francesa en un encuentro íntimo de la mano de la filóloga afrocolombiana Nadia Morales con el autor de obras como “Las tinieblas de tu memoria negra”, “Los poderes de la tempestad” o “El metro”. Su primera vez en la ciudad marcada por la historia del racismo y la esclavitud le llevó a dar paseos por las coloniales, preciosas y gentrificadas calles de la ciudad amurallada. Tanto le gustó que deseó ser joven de nuevo para mudarse a esta ciudad tan amada por los que vienen a visitarla y que genera tantos dolores de cabeza para quienes viven en ella.


Entre esas calles del centro de Cartagena nos encontramos con el Centro de Formación de la Cooperación Española. Reminiscencias y marca simbólica, pero también política, de la relación histórica colonial y esclavista entre ambas geografías. El Centro de Formación, que hace parte de la AECID, pudo, y posiblemente debió, ser quien acogiera y trajera a Donato Ndongo a la ciudad. Así se dejó caer el mensaje en el evento en la Alianza. “Pero ellos sabrán” sugirió el autor así como otras voces de quienes estaban escuchándole. Sin entrar a valorar si las funciones y el espacio del Centro de Formación son las que podían, en función para lo que está configurado ese centro, traer a Donato Ndongo a la ciudad, es inconcebible que un autor nominado al premio Príncipe de Asturias y que es el primer autor africano en entrar en “la cámara de la memoria” del Instituto Cervantes con la vinculación tan fuerte que tiene con España venga a Colombia al margen de las instituciones españolas que operan en el país. Sobre todo, cuando el Ministerio de Cultura español era conocedor de su viaje.


Donato es una persona apátrida de dos tierras que no reconocieron sus derechos condicionados por el colonialismo, por las dictaduras de las élites africanas sustentadas en los intereses occidentales y por la ley de extranjería española

España tiene una deuda histórica y política con Guinea Ecuatorial y su gente, quienes tuvieron en su momento DNI español. Los intereses económicos de España en la dictadura de Obiang son parte de las columnas que sostienen la situación que vive el país africano desde hace décadas. Y Donato lo tiene claro, en tanto que exiliado es una persona víctima de todo ese proceso, que no olvida y que no perdona. Una persona apátrida de dos tierras que no reconocieron sus derechos condicionados por el colonialismo, por las dictaduras de las élites africanas sustentadas en los intereses occidentales y por la ley de extranjería española.


Lo que le ha costado a España reconocer el trabajo y legado de Donato, debe ser señalado y no puede pasarse por alto. Vivimos un momento de esplendor de la literatura creada por personas de origen guineano ecuatoriano. Autores y autoras, más mayores o más jóvenes, tales como Juan Riochí Safá, Juan Tomás Ávila, Justo Bolekia, Edjanga Jones, Lucía Mbomio, Melibea Obono son algunos de los nombres que hacen parte de la cada vez mayor lista de creadores de origen del pequeño país hispano parlante. Debiera ser parte del proceso de reparación situar a cada uno de ellos en el lugar que se merecen y hacer un ejercicio de poner las letras guineano-ecuatorianas en un plano internacional dentro de los países hispanohablantes.


Y eso implica apoyo, inversión y difusión de sus obras. Por el contrario, aun son muchos de estos escritores quienes dependen de pequeñas editoriales que han venido haciendo un trabajo trascendental para impulsar y ser plataforma de sus trabajos. Algunas como la Editorial Diwan vienen trabajando por dar oportunidad a tantos escritores y escritoras negros de Guinea Ecuatorial que encuentran barreras para publicar en un país donde el racismo lleva a que el acceso a la publicación de lo que escriben las personas negras se vea limitado y condicionado con relación a las personas blancas. De ahí que sean tan importantes espacios literarios que pongan el centro todos estos trabajos pese a partir de proyectos muchas veces precarizados y que tienen que luchar día a día por mantenerse como la ya inexistente La Panafricana o United Minds.

miércoles, 30 de octubre de 2019

El último gobernador republicano

Hay datos que pasan desapercibidos en el anecdotario de la guerra civil...:

Así, no se recuerda que -tras la caída de los territorios del norte de África, Canarias, Fernando Poo y Río Muni- el último territorio africano fiel al Gobierno de la República será la isla de Annobón.

Igualmente tampoco se guarda memoria del nombre del último gobernador republicano en África. Se trata del abogado Rafael Masiello Guerrero, vinculado familiarmente a la Unión Patriótica, que sería -según la retórica de La Guinea Española- el administrador territorial "accidental" de Ebibeyin:

Cuenta la crónica franquista, que tras la caída de Bata se dio una estampida entre los pobladores de origen europeo, se da incluso «la fuga de Furundarena, administrador territorial de Ebibeyin, que abandona su puesto y se refugia en el territorio francés del Camerón (..). La calma queda rota y el Subgobernador y sus auxiliares empiezan a perder la tranquilidad. Al administrador fugitivo le sustituye un hombre incondicional: Rafael Masiello». Así, cuando se da el repliegue de los republicanos, «en Ebibeyin sale a recibirlos el administrador territorial, Rafael Masiello, nombrado por el Comité del Frente Popular para sustituir a Furundarena: consigo tiene los destacamentos de la Guardia colonial del poblado de Alén y de Mongomo. Está dispuesto a la resistencia».
El subgobernador Porcel resuelve cruzar la frontera en dirección a Yaundé, mientras el último grupo de republicanos se organiza al mando de Fontanet para defenderse en el área y -en asamblea- reconoce al administrador Masiello como último y máximo representante del gobierno, asumiendo éste de modo efímero las funciones de Gobernador General del territorio.

Al final, como sabemos, la posición resultaría indefendible y -tras sufrir bajas- se verán obligados a cruzar la frontera.

En Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte, Pozanco deja constancia de su exilio temporal y posterior repatriación con su familia: «En el vapor Brassa, zarparon con rumbo a Dakar y de allí a España, lo siguientes: José Lizcano Barco, Emilio Fontanet Monfort, Rafael Masiello Guerrero y familia y Luis Martínez y familia».

En enero de 1937, el gobierno de la República readmite en puesto y derechos a varios funcionarios coloniales, incluyendo en la declaración a «D. Rafael Masiello Guerrero, Administrador territorial de Guinea Continental». El 2 de abril, se reiterará en La Gaceta su condición de «afecto al Gobierno legítimo de la República».

A partir de ahí, resulta complicado seguir la pista del último Gobernador republicano. Si bien hay constancia de un Rafael Masiello Guerrero, que igualmente era abogado y nacido en Madrid. Éste, había sido nombrado el 7 de abril de 1937 -por el gobierno republicano en Valencia- presidente del Jurado de Urgencia de Cuenca, para lo que previamente se le había nombrado Juez de Primera Instancia e  Instrucción interino. 

Mientras el Gobierno republicano le rehabilita, por su parte el Gobierno de Burgos le incluirá en la requisitoria del 12 de diciembre de 1937 (II Año Triunfal) en la que se informa de la acusación de «delito de rebelión» y «se ruega y encarga a todas las Autoridades y Agentes de la Policía Judicial de la Nación, procedan á la busca y captura de dicho procesado, el que de ser habido será puesto a la disposición de este Juzgado». Y el 23 de marzo de 1939 -casi tres años después del triunfo del golpe de Estado en el territorio ecuatoguineano-, formará parte de la Causa 630 de 1936 de Fernando Poo.

Probablemente, por los orígenes de Masiello en la Unión Patriótica, tras la caída de Bata clamaba La Guinea Española contra «Los anfibios, acomodaticios (...) como aquellos que en tiempos de la Dictadura se hicieron de la Unión Patriótica y al cabo de unos meses, los vimos en las filas del socialismo. (...) ¡ojo! nada de contemplaciones, que de esa cantera han salido los traidores. Los dudosos no deben ocupar puesto alguno en la administración, de la que se debe separar todo lo que sea podrido».

Finalmente, el 25 de abril de 1940 será condenado a «tres años y un día de destierro y la multa de dos mil quinientas pesetas» por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel. Y «requerimiento de pago en forma a dicho encartado, cuyo actual paradero se ignora» en junio de 1941.


Todavía en 1947 en La Guinea Española se referían a él como «el Abogado Sr. Masiello, [administrador territorial de Ebibeyin] durante el mes de revolución».

Con respecto al Masiello destinado en Cuenca, tras la victoria golpista en la provincia, será denunciado por la Falange y condenado a muerte por el procedimiento sumarísimo de urgencia en Consejo de Guerra el día 31 de marzo de 1939, por un delito de adhesión a la rebelión.
Fue fusilado en Cuenca el 2 de abril de 1939, y sus bienes expropiados.
En septiembre de 1940, por resolución del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Albacete, será condenado a una multa 1.000 pesetas que deberían pagar sus herederos cuyo paradero se desconocía:
Orden Señor Juez Especial de Sentencias de la Auditoría de Guerra de la 5ª Región Militar. Heridas por arma de fuego (5:30 horas) Sus dos hijos y su mujer, Joaquina Quintero Ramos Izquierdo, emigraron a Venezuela en los años 50 por las dificultades que entrañaba su vida en España.
Al poco común apellido traído de Calabria a España por su abuelo Pascual Masiello, se suma una razonable coincidencia de fechas (rehabilitación e incorporación a la función pública en la zona republicana), profesión y la edad. De ser la misma persona (y todo apunta que así es), tendríamos un nuevo republicano de la Guinea Española fusilado tras Luis González Peña (†1937), a los que se podrían sumar los de Fulgencio Rosique Maya (†1936) y Restituto Castilla González (†1940).
Así, junto con Miguel Núñez del Prado (†1936), serían dos los antiguos gobernadores fusilados.

Y en su caso -algo inusual entre los coloniales, ya que la mayoría la obtuvo después cumplir condena o incluso haber fallecido- no pareciera tampoco haber un expediente de indulto (lo hay de 1957 a nombre de Rafael Manzielle Guerrero), aunque sí tiene ficha en el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo.

Su nombre está incluido en la lápida de homenaje en el Cementerio Municipal de Cuenca dedicada a los 500 represaliados.



miércoles, 23 de octubre de 2019

El libro como artículo de lujo


No es sólo porque lo diga Juan Tomás Ávila Laurel, el libro ha sido siempre un artículo de lujo en la tierra ecuatorial.

Escribía Miguel de Unamuno (Salamanca 1920) en el prólogo a El país de los bubis de José Más que:
«nos cuenta casos y cosas de países salvajes, un largo pasaje sobre la primera caja de libros que llegó, para la venta, a Fernando Poo, pasaje que más de una vez tendremos que recordar. Los anteriores colonos de la isla tropical africana no tenían libros; "nos aburre la lectura", le decían a José Más, pero éste, a quien fué la lectura la que le lanzó a los doce años a su vida aventurera, deseaba libros para alimentar su fuente de acción. Porque él vivía y los otros se dejaban vivir, él era un emigrado, los otros emigran- tes. Escribió a su casa pidiendo libros y le enviaron unas cuantas novelas de Julio Verne y del capitán Mayne Reid.
"¡Oh, cómo gocé -exclama- con aquellos cuadernos de portada azul; con aquellas hojas agarbanzadas, a dos columnas, de letra menuda; con aquellos ingenuos grabados en madera, donde adquirían vida real los personajes y las descripciones!"
Recordamos nuestra edad de los doce años, cuando, Quijotes casi infantiles, eran esas mismas novelas de Julio Verne y Mayne Reid nuestros libros de caballerías. Y aquel amigo que trastornado por su lectura estudió náutica y se embarcó de piloto para experimentar un naufragio. Y por cierto lo experimentó y no quiso volver a embarcarse. Lo que nos sugirió el primer pareado de unas aleluyas que escribimos por entonces, y que decía : "Le gusta naufragar, y se hace una vez al mar"».
«No, no olvidaré nunca aquel momento -escribió José Más-. Excuso decir que entre Pedro Gay y mi insignificante persona quedaron repartidos casi todos los libros. Sólo se pusieron a la venta los que venían repetidos. La compra de libros me costó el sueldo de un mes. Pero ¿qué importaba? ¡Si yo hubiera dado por ellos toda mi fortuna!».

Así, esa caja sería el origen de la primera venta de libros en el país:

Diario La Libertad, 7 de mayo de 1935.
«Más nos cuenta cuál fué la primera carga de libros que llegó para la venta a Fernando Poo, casi todos novelas extranjeras en traducciones de la Casa Maucci -era la casa misma, en efecto, la que traducía, y son traducciones industríales-, y cómo el primer volumen que se vendió fué el que incluye El jugador y Las noches blancas, de Dostoyeuski, y lo compró un oficial de infantería de marina. ¡Leer Las noches blancas en una noche negra de Fernándo Poo, no lejos del Ecuador! O en una de aquellas noches de las que Más nos dice que "la luna era un sudario que se extiende sobre las olas muertas" y "es todo como una inmensa tumba donde hubieran sepultado al mar, al cielo y a la tierra"».
Un hito, lo suficientemente inusual como para que años después, en la Feria del Libro de 1935 en Madrid, José Más diera una conferencia sobre «cómo se vendió el primer libro en Fernando Poo».

Propuesta de 1871 para la creación de
bibliotecas populares en Puerto Rico y Fernando Poo.
Otra cosa sería el endeble sistema bibliotecario en el territorio... Por años el monopolio del saber estuvo en las órdenes religiosas, que custodiaban los escasos libros de la isla, como pudo constatar un bibliófilo empedernido como el gobernador Fontán. De hecho, la primera biblioteca popular se inauguró en julio de 1914, en la planta baja de la Misión Católica.

Ya en una etapa temprana (1871), desde la gobernación se había solicitado infructuosamente la incorporación del África ecuatorial al modelo de bibliotecas populares desarrollado en las provincias peninsulares.

Pero no es hasta 1939, en que siguiendo el modelo de "Lecturas para el Soldado" se desarrolla el servicio de "Lecturas para el marino", disponiendo bibliotecas de a bordo instaladas en los buques en armarios portátiles y de bibliotecas depósito situadas en los puertos españoles y «cuya misión es ir canjeando los fondos de aquellas, a la llegada de los barcos». Seguro que la instruida tripulación de la Trasmediterránea disfrutó de amena lectura con el paternal apoyo de la empresa.

Sin embargo, es en 1942, cuando para conmemorar la Fiesta del Libro, el Ministerio de Educación Nacional crea la biblioteca municipal de Santa Isabel en el edificio del Instituto Cardenal Cisneros: «Es la Biblioteca un depósito de energías vitales, una cantera de renovación de los conocimientos y un hogar donde el lector encuentra los medios adecuados para la formación y perfeccionamiento de su cultura. Son estos medios los libros, que llevan con­sigo la memoria de los siglos, contie­nen y encierran las emociones y la ciencia de la humanidad y abarcan hasta limites que parecían inverosími­les el saber de los hombres.
Con su actividad, la Biblioteca in­fluye poderosamente en el desarrollo y transformación de la individualidad religiosa, política, social, literaria, ar­tística, científica o profesional de su público; y fomentar su difusión es una de las más trascendentales misiones que competen a este Ministerio».

Fue inaugurada en 1944 con una sucursal en Bata y dos bibliotecas circulantes en Annobón y San Carlos. En 1951 se proyecta extender el servicio bibliotecario a nuevos territorios, en Santa Isabel: la Biblioteca del Patronato de Indígenas, dedicada a éstos exclusivamente, y la Biblioteca del Hospital General. Y en Guinea continental: en Niefang Ebebiyin, Mikomeseng, Río y Kogo.

Reglamento de la biblioteca pública de 1944.
Pero eso... ya es historia vieja: realmente la primera biblioteca pública de Santa Isabel tuvo una vida efímera, y décadas después el panorama no es mucho mejor.

jueves, 17 de octubre de 2019

Tripulantes simpatizantes del fascio en el Fernando Poo

El blog "Memoria e Historia de Canarias" de Pedro Medina Sanabria recoge diferentes y variados
documentos. Merece la pena bucear un rato entre sus páginas.

Destaca, entre otros:

TRIPULANTES SIMPATIZANTES DEL FASCIO


U.4,917,993
3 3

Don Juan Fontán Lobé, Capitan de Artillería y Juez nombrado para el esclarecimiento de los hechos ocurridos en el vapor “Fernando Poo” el 14 de octubre de 1936.

CERTIFICO: Que a mi presencia y actuando como Secretario Alfonso Manrique de Lara Fierro, Sargento del Batallón de Voluntarios de Las Palmas, se presenta

Don Bartolomé Garcia Carrasco, Jefe del Campamento Nacionalista de Santa Isabel, que manifiesta lo siguiente:

Que en un viaje que realizó de España a Santa Isabel, en el buque “Fernando Poo”, comprobó que los tripulantes del mismo que pueden considerarse como simpatizantes del fascio son, el Electricista León Mercader Navarro, el Médico Antonio Fuertes Villavicencio, el 1º Oficial Rafael Muñoz García y el Capitán Antonio Pasajes Repeto.

Y en prueba de conformidad firma el presente con S.S. y yo el Secretario que doy fé, en Santa Isabel a 17 de Octubre de 1936.

[Firmas rubricadas de JUAN FONTÁN LOBÉ, BARTOLOMÉ GARCIA CARRASCO, y firma abreviada de ALFONSO MANRIQUE DE LARA FIERRO].

Cfr.: Archivo del Tribunal Militar Territorial 5.- 9342-297-21.- Causa 24 de 1937.- Folio 3.

lunes, 14 de octubre de 2019

Voluntarios del Ciudad de Mahón

Bandera del Batallón de Patriotas
Voluntarios de las Palmas (1936-1939).
Cuenta M. Lantigua en la edición del 8 de noviembre de 1936 del diario Acción:
En medio de un inmenso gentío que desde las primeras horas de la noche invadió el muelle de Santa Catalina, subimos a bordo del Ciudad de Mahón las compañías primera y tercera del Batallón de Voluntarios de la provincia de Las Palmas. Todo eran vivas, cantos patrióticos, entusiasmo delirante. Próximamente a las doce de la noche, suena la voz de mando de arrancada del barco con rumbo a Guinea española. Besos y abrazos, lágrimas que corren por las mejillas, adioses, abanar de pañuelos, vivas a España y todo en un confuso rumor, mientras  el barco va abandonando el suelo de nuestra ciudad. En la oscuridad de la noche. allá en la lejanía, las luces de la ciudad, semejaban una inmensa cinta rectilínea, que se extendía desde el faro de la Isleta hasta el barrio de San Cristóbal. Las luces de las barriadas de San José, San Juan, San Nicolás y más tarde las de Tafira, Telde, todas ellas y las de toda la islas que cada vez se alejaba más de nosotros, que parecían como luces de un gigantesco altar, en cuya cúspide se hallaba la Patrona de Canarias, la Santísima Virgen del Pino. En tanto, acá. en nuestro barco, en íntima camaradería, soldados, voluntarios y moros lo mismo que en las cruzadas de la Edad Media, íbamos unos y otros, envueltos en sueños de ilusiones y dispuestos a arrostrar todos los peligros. incluso el de la muerte. Ni fallaba tampoco quien lo expresara, cantando la estrofa: Juventud de la España florida a luchar por la España inmortal y a ofrendar si es preciso la vida en las aras de nuestro ideal. Un par de horas más en el mar y cuando al asomarnos por la borda del barco para otear en el horizonte la tierra lejana, esta se había esfumado ya ante nuestra vis ta. Aquí nos viene bien aquella estrofa, que reza: Del mar en la ancha vega, agua y cielo no más vé el navegante: la onda murmurante espumosa a la vista se despliega. Y así vamos este puñado de hombres con la fé en el alma y el valor en el corazón, arrostrando lodos los contratiempos de ’ a embarcación, sufriendo cuantas incomodidades se presentan, y con las miras puestas en el Fernando Póo, en la región del misterioso Muni, para reconquistarlo de nuevo para así ir formando el imperio de la España nueva, lo mismo que los caballeros de la España de Fernando e Isabel, se lanzaron en unas míseras caravelas a la conquista del nuevo mundo. Bien por este puñado de canarios valientes, que a tan alto nivel de patriotismo están poniendo a nuestras Islas ante la madre España y ante el mundo entero. ¡Viva el Batallón de Voluntarios! ¡Viva España! 
El portal TodoColeccion.net no sólo tiene la placa de agradecimiento de la ciudad de Bata al Ciudad de Mahón: también permite acceder a registros fotográficos de coleccionistas, incluyendo la tripulación y soldados del Ciudad de Mahón en octubre de 1936:




sábado, 12 de octubre de 2019

En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides ...

Sello conmemorativo
de los XXV Años de Paz
Hoy se cumplen los 51 años de la joven república de Guinea Ecuatorial. Unos meses antes de la independencia, en pleno aniversario de golpe de Estado de 1936, Franco dirige un mensaje a los Guineanos, a través de Manuel Fraga Iribarne: "En estos días en que se cumple un aniversario más de la gloriosa efemérides de nuestro Movimiento en la vida española (...) Vosotros, mejor que nadie, sabéis hasta qué punto España ha procurado, en todo momento, desde que la paz volvió a nuestra Patria, atender a vuestras necesidades presentes y prever vuestro futuro. De las provincias guineanas España ha sabido hacer un territorio ejemplar, que se compara favorablemente, en el orbe africano en que se halla inscrito, por el nivel de vida, por el estado sanitario, por el número de alfabetizados, por tantos datos que acreditan su progreso. Pero, sobre todos esos bienes, el Gobierno español os ha traído el más deseable de todos: el bien de la paz. En un continente convulsionado por las luchas raciales, tribales y sociales, en el que determinados pueblos han caído en ciertos momentos en niveles próximos a la anarquía, las provincias de Guinea han vivido en paz, en trabajo y en orden, en una línea constante de progreso y de confianza, sin los que todo intento de mejoramiento hubiese sido imposible".

¿Paz?

Entonces, ¿no hubo guerra civil en territorio ecuatoguineano?
Lo cierto es que sí: el territorio y sus pobladores no fueron ajenos ni al conflicto y ni a sus consecuencias.

Un 18 septiembre, la Guinea Española se acostó republicana.... y a la mañana siguiente, nada volvió a ser igual.

En este blog, te facilitamos algunas piezas para que puedas armar tu propio puzzle.

Acompáñanos en este paseo por la Calle 19 de Septiembre de la vieja Santa Isabel.

Franco, preparando su "mensaje para Guinea".

domingo, 6 de octubre de 2019

El primo africano de Winnie the Pooh

martes, 1 de octubre de 2019

Cómo regresó a España el Méndez Núñez

En plena guerra civil, Mundo Obrero publicó la siguiente Información:

El «Méndez Núñez» acaba de incorporarse a la Escuadra de la República. Durante varios días, la gente se preguntaba con inquietud por el destino de este barco, surto en Fernando Póo al estallar la sublevación, y fiel digno compañero de la gloriosa marinería leal al pueblo, al régimen y al Gobierno desde la primera coyuntura. Se la sabía navegante de mares distantes. Quizá los aviones de- Italia, que ametrallan la carne española, lo perseguían. Seguramente, un azar dramático detenía su marcha y su llegada. Pero el «Méndez Núñez» ya está aquí. Ya está, impaciente por probar su fuerza en las costas donde la facción mantiene el crimen. ¿Qué fue del «Méndez Núñez» en veinte y dos días de navegación? El camarada Sierra, del Comité que comanda el buque, nos ha contado escuetamente la aventura del navío guerrero. Las noticias de la traición militar llegó al gabinete de radiotelegrafía del «Méndez Núñez» en partes contradictorios. Los de las plazas robadas por el fascismo y las noticias del extranjero. Porque por el receptor de radio, estaciones diversas daban noticias de la rebelión. Fue la U.R.S.S., insensible a las maquinaciones de los facciosos, atenta a la información oficial, quien. dio a los marinos del «Méndez Núñez» la primera sensación verídica: una partida de militares, a sueldo de lo más soez y podrido da la reacción — el fascismo —, hablan declarado la guerra sangrienta al pueblo español. . Conviene aclarar una cosa: en el «Méndez Núñez» no estalló violentamente la sublevación de los oficiales. Pero no estalló porque aquellos Jefes dejasen de estar complicados — la documentación gubernamental tiene la palabra — o no tuvieran su simpatía y su apoyo moral por los facciosos, sino porque en el «Méndez Núñez los marineros eran de antiguo, no los autómatas de una voluntad y de un mando traidores, sino los servidores de un régimen con el asenso popular, los soldados de una Armada que tiene sus armas y su fuerza para defender al pueblo y a la Patria, no para entregarlos al botín y a la opresión del extranjero. Los marinos del «Méndez Núñez» tenían constituido su Comité de barco. Este Comité de barco era el pensamiento común antifascista de toda la dotación. La oficialidad del «Méndez Núñez» se sabía vigilada en sus intenciones ilícitas. Desde las primeras horas en que los rumores del golpe militar inquietaron la normalidad del buque, la marinería se constituyó en la guardia de los españoles. Las armas no saldrían fácilmente de allí. El Comité de barco dirigió varios radios al Gobierno. No era fácil comunicar. Por fin, la Dirección de Seguridad giró las órdenes de regresar a España, y entregar a las autoridades de Santa Isabel (el puerto donde se hallaba el «Méndez Núñez») a la oficialidad y su comandante. La confesión de su complicidad en la sublevación la dieron dos oficiales, que, presas del miedo, se arrojaron sin apelación al mar. El Comité de barco es el mando supremo de la dotación. El «Méndez Núñez» ha de volver a España, porque- sabe que sus cañones poderosos, que sus hombres arrojados, que sus máquinas, son necesarios a la República. Un entusiasmo creciente, un deseo titánico empuja la voluntad de los marinos. Aún no se sabe si el resto de la Escuadra permanece leal. Conocen que Cartagena, está en poder del Gobierno, que el «Jaime I» machaca a cañonazos las ciudades costeras de los traidores, que los marinos del «Sánchez Barcáiztegui» han tomado el mando del buque... Las radios facciosas pretenden sembrar la inquietud en los marineros del «Méndez Núñez»: «Málaga está en poder de las tropas «nacionalistas». El «Jaime I» ha sido hundido por nuestra — la de ellos y la de Hitler y Mussolini — aviación.» Y hay que avanzar. Hay que navegar por mares, de noche y dé acecho, avizoradas las baterías antiaéreas, porque los hidros del enemigo buscan el casco del «Méndez Núñez». Un día. en Lagos, necesitaban carbón. Trescientas toneladas de carbón. Las máquinas, sin sudor y sin sangre, no podían alentar. Era preciso fabricar carbón. Se toma una decisión rápida:

-Camaradas: Es imposible movemos de aquí si no disponemos de carbón. El carbón está en
nuestras manos si nos lo proponemos. Vamos a hacer carbón.

Clases, marineros, la dotación en pleno, empezaron la extracción laboriosa del mineral.
Horas y horas de trabajo incesante, doloroso, terrible, de plomo en los riñones y en las piernas.
El «Méndez Núñez» llenó sus calderas de carbón. Con un vítor de tributo reemprendió el
camino hacia las costes de España.
Durante veintitantos días, la preocupación de los puertos del, enemigo y de su aviación ha
sido el «Méndez Núñez». Sabían que se acercaban a España, sabían que esta puñado de marineros heroicos llegaban a Jugarse la fuerza y la vida por la independencia y la felicidad de su pueblo. El odio bajuno de la casta feudal sublevada se sume en los abismos más sórdidos cuando enjuicia la gesta da la Marina española.
Había, que pasar por Canarias. Las islas, donde el fascismo ha mejorado las marcas más horrendas de las barbaries -nos duele el asesinato vil de nuestro camarada el diputado comunista Suárez Morales-, constituían un ineludible peligro para el «Méndez Núñez». Las autoridades, sin
autoridad, de Canarias, dejaron sin luces el puerto, para que el «Méndez Núñez» se estrellara.
Un avión le buscaba en la noche. Las ametralladoras le tenían a raya y lo alejaron.
Orientaron la nave entre el riesgo y la oscuridad.
A tientas, si la frase pueda ser empleada, salvaron las islas, sin que ni un rasguño sufriera
el hierro qué la sirve al «Méndez Núñez» de piel.

—¿Conocíais exactamente la situación, el carácter de la lucha?
Sierra ha contestado negativamente;
—Exactamente, no. Sabíamos que los militares se habían sublevado, que el pueblo luchaba con
las armas en la mano; pero ignorábamos las verdaderas proporciones da la lucha. Hasta no
estábamos seguros de si el puerto donde nosotros fondeamos era leal o de los facciosos.
Nuestra entrada en él nos impresionó hondamente. Yo no he sentido nunca una emoción
igual. Las sirenas de los demás barcos silbaban la bienvenida. Un pueblo en masa, una muchedumbre incalculable, nos daba vítores estruendosos, apretaban el paño en alto; había caras y sonrisas de fiesta. Eramos ovacionados .incansablemente.
Ovacionados con delirio. Entonces, en aquellos momentos, tuvimos la sensación imborrable
de estar ante un pueblo aprestado a todas las luchas y a todos los heroísmos.



Es lógico este recibimiento, dispensado a los marinos del «Méndez Núñez». Ellos y todos los
demás que están luchando en la vanguardia de todas las vanguardias, que fueron los primeros
héroes de la epopeya significan lo que hay de mejor y más bravo entre lo bueno y lo valiente
del pueblo en armas y sus soldados leales.

domingo, 22 de septiembre de 2019

jueves, 19 de septiembre de 2019

Un relato más

Afirma José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea: «Muy poco, casi nada, se ha escrito sobre lo ocurrido en Guinea en aquellas fechas de julio de 1936 que conmovieron a toda España. Y Guinea, aunque distante y en África, también era España».

Relatan en un viejo foro de internet:

El 19 de Septiembre de 1936, el Teniente Coronel Serrano, Comandante de la Guardia Colonial, proclama el estado de guerra en Santa Isabel.
La Guardia colonial estaba organizada en 6 compañías, 5 de ellas territoriales y una móvil. La Plana mayor,banda de música y la 1 compañía en Santa Isabel, las otras 4 en el continente, con cabeceras en Bata, Kogo, Ebinayon y Mikomeseng. La compañía móvil en Río Benito.

La Guardia Colonial tenia una plantilla de:
1 Teniente Coronel
1 Comandante
4 capitanes
14 tenientes y alféreces
1 teniente de intendencia
1 oficial músico
2 brigadas
7 sargentos europeos
56 cabos y guardias europeos
1 maestro armero
1 maestro de banda indígena
4 sargentos indígenas
32 músicos y educandos de música indígenas
18 cornetas y educandos de banda indígenas
24 cabos indígenas
612 guardias indígenas

El Gobernador General de Guinea, Sánchez Guerra, había dimitido días atrás. El gobierno de la República nombro interinamente al Jefe del Servicio de Sanidad colonial, Comandante Medico de la Armada José del Val Cordon como Gobernador General.

En la zona continental el principal activista del Alzamiento era el Capitán Morales Fernández, jefe de la compañía de Bata.Al proclamarse el estado de guerra en Santa Isabel, fue detenido, asi como los demás oficiales, se hizo cargo de la Guardia colonial de Bata el brigada Emilio Fontanet.

En Kogo y Rio Benito se sublevaron los mandos,avanzando sobre Bata una columna. En Bolondo se enfrentaron a las fuerzas del brigada Fontanet, teniendo 2 muertos los sublevados.Ante la amenaza de fusilar a Morales Fernández y demás oficiales, los sublevados, después de parlamentar con Fontanet,deciden huir hacia la frontera, dejando toda la Guinea continental en manos republicanas.
La llegada a Bata el 14 de octubre del Ciudad de Mahon cambia por completo la situación, al no poder resistir el fuego de cañón del buque,las fuerzas republicanas abandonan Bata, que es ocupada por las fuerzas del comandante Gómez Abad, y emprenden la huida hacia la frontera con Camerún, a 230 km. de distancia.

El brigada Fontanet decide resistir en Ebebiyin, ultimo puesto antes de Camerún, produciéndose un enfrentamiento con la columna nacional,teniendo varias bajas los republicanos en los bosques de Kangañe. Fontanet decidió cruzar la frontera junto a los demás europeos, la tropa indígena no tuvo mayores problemas, siguiendo en la Guardia colonial.

En Bata quedo una guarnición de 200 hombres de la expedición llegada en el Ciudad de Mahón y se creo una milicia de voluntarios falangistas.

Una vez pacificada la colonia, el gobierno de Burgos nombro Gobernador al Capitán de Navío Manuel Mendivil.

Comentar también que en el hundimiento del Fernando Poo, resultaron muertos 3 misioneros del Corazón de María y 3 mas heridos, así como un civil. Habían sido encerrados en el buque el día 12, con la intención de intercambiarlos por los prisioneros republicanos de Santa Isabel.