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jueves, 3 de agosto de 2023

Sobre ciudadanía y memoria democrática

Más allá de que la memoria histórica en España se olvida que las fronteras evolucionan con el paso del tiempo como señala Mª del Mar Fernández Pérez en "Memoria y frontera...":

En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

O como recordábamos en La memoria histórica deslocalizada II, la memoria y reparación no pueden limitarse sólo al territorio o al periodo afectado por la guerra civil, ya que se olvida de la memoria colonial, por ejemplo.

Así, con todo, la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática establece, en su disposición adicional octava, la posibilidad de adquirir la nacionalidad española para:

a) los nacidos fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, que originariamente hubieran sido españoles, y que, como consecuencia de haber sufrido exilio por razones políticas, ideológicas o de creencia o de orientación e identidad sexual, hubieran perdido o renunciado a la nacionalidad española;
b) los hijos e hijas nacidos en el exterior de mujeres españolas que perdieron su nacionalidad por casarse con extranjeros antes de la entrada en vigor de la Constitución de 1978;
c) los hijos e hijas mayores de edad de aquellos españoles a quienes les fue reconocida su nacionalidad de origen en virtud del derecho de opción de acuerdo a lo dispuesto en la presente ley o en la disposición adicional séptima de la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura (Ley de Memoria Histórica).

Pero surgen algunas contradicciones. 

Con la anterior Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, ya se planteó la posibilidad de que los ecuatoguineanos, saharauis e ifneños (o incluso cubanos, portorriqueños y filipinos) pudieran acogerse a esa opción, y entonces la jurisprudencia maniobró consolidando la interpretación de que los pobladores de los antiguos territorios coloniales nunca fueron españoles, ya que -alguien resolvió- éstos nunca fueron ciudadanos sino súbditos. Así, no es posible apelar a una nacionalidad que realmente nunca se ostentó. O en términos de la constitución de 1978, se trata de "la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles", por lo que la patria no se rompe si quien se emancipa no es español, sino mero habitante de un territorio administrado.






Es un argumento difícil de entender, pero hagamos un ejercicio de sofismo: suponiendo que el principio de súbdito frente al de ciudadano fuera real... ¿todos los ecuatoguineanos fueron "súbditos"? La historiografía colonial dice que en 1843, el Capitán de fragata Juan José de Lerena firmó el Acta de Incorporación a la corona de España de la isla de Corisco y otorgó Carta de nacionalidad española para los habitantes. Y el artículo 3 de la Constitución de la monarquía española de 1837 (al igual que la de Cádiz de 1812) es claro: son españoles “los extranjeros que hayan adquirido carta de naturaleza”, por lo que con las fuentes normativas de la época (la Constitución de 1837 fue fruto de la crisis del Estatuto Real, y sobrevivió dificultosamente hasta su derogación definitiva por la Constitución de 1845), los habitantes de los territorios regidos por Bonkoro I serían españoles por carta de naturaleza y -se entiende que- ciudadanos. Y el resto de los ecuatoguineanos (y sus descendientes) que no estuvieran sometidos a ese acto serían meros súbditos. O tal vez no, al fin y al cabo este texto es sólo un juego de argumentos. 

Ahora, que de los que fueron "emancipados" por el Patronato de Indígenas, ya ni hablamos...


Si tienes curiosidad, busca la ORDEN de 13 de agosto de 1962 por la que se declara en vigor en las Provincias de Fernando Póo y Río Muni el Decreto número 357/1962, sobre obligatoriedad del Documento Nacional de Identidad.


¿Seguimos con las dudas? 

Por otra parte,

El artículo 33. también establece la concesión de la nacionalidad española a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales y a sus descendientes que acrediten una labor continuada de difusión de la memoria de sus ascendientes y la defensa de la democracia en España.

Ésto es un paso más que el anterior Real Decreto 1792/2008, de 3 de noviembre, sobre concesión de la nacionalidad española a los voluntarios integrantes de las Brigadas Internacionales. Pero nos surge una duda... ¿los ecuatoguineanos (y sus descendientes) que lucharon por la República y que en 1968 perdieron su condición de súbditos españoles, podrían acogerse a ese beneficio? No son muchos... pero tampoco son pocos.

¿Los descendientes de ecuatoguineanos como José Carlos Grey Molay o José Epita Mbomo, que hicieron la guerra en las filas del ejército republicano, y que acabaron en el exilio (o incluso en campos de concentración nazis por ser españoles y republicanos), podrían acogerse a este beneficio o a los anteriores?




viernes, 28 de julio de 2023

El proceso de exfoliación

En Las tinieblas de tu memoria negra, el profesor Donato Ndongo-Bidyogo nos cuenta:

«Pero, por encima de todo eso, en el primer banco delante a la derecha te sentías más cerca de la Verdad: con sólo levantar la vista un poco por encima de la bien peinada cabeza de don Ramón se topabas con la rectilínea mirada del General Más Joven de Europa, el Invicto Caudillo de España por la Gracia de Dios, a cuyo conjuro os permitían romper filas al entrar y al salir de la escuela. Sí. El Generalísimo me miraba directamente a los ojos, nunca olvidaré esa mirada severa pero llena de una bondad infinita, que no me dejaba otro remedio sino el de ser obediente y aplicado, la responsabilidad del primer banco delante a la derecha me obligaba a ser agradecido hacia Ese Hombre que nos habla traído la Verdadera Libertad que los sindiós nos quisieron arrebatar esclavizándonos con engaños y asechanzas materialistas, esos sindiós que formaban una raza especial de hombres malvados pintados de rojo y cuyo lenguaje sembraba la confusión de los ismos: el único ismo redentor es el catolicismo que predica la Única y Verdadera Religión y la igualdad entre los hombres ante la presencia del Señor el día del Juicio Final, y cuando me sentía con el valor suficiente para soslayar durante unos brevísimos segundos la escrutadora mirada del Caudillo Salvador de España, mis ojos se encontraban con los del Mártir Vilmente Asesinado, Joven Esperanza Truncada por las Balas Asesinas de los Enemigos de la Patria, como siempre decía don Ramón cuando se emocionaba demasiado contándonos su historia. Pero el Fundador no miraba directamente a mis ojos. Tenía una expresión tristona de contagiosa melancolía idealista, la cabeza ligeramente ladeada para que apreciáramos, y yo lo apreciaba, las bellísimas entradas que adoraban su bellísimo rostro, la camisa de amplias solapas abiertas que dejaban entrever el Impoluto pecho henchido de Generosidad.

Y entre ambos retratos destacaba un enorme crucifijo, y el bronce realzaba nítidamente la viril musculatura de los amplios brazos del Redentor, la cabeza reclinada sobre el pecho, las rodillas arqueadas, el desmesurado agujero del pecho del que colgaban gotas también de bronce reluciente, que don Ramón decía eran sangre…»

Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonización de Guinea Ecuatorial (1968-1969) relata como «en las primeras semanas, y algo más, hubo una tensión soterrada entre la nueva Administración y los funcionarios españoles, que simbólicamente se resistían a descolgar el retrato de Francisco Franco en sus despachos y sustituirlo por el de Francisco Macías. Era una actitud, psicológicamente comprensible. No se hacían a la idea de encontrarse en otro país, en un país extranjero y de la noche a la mañana dejar de ser, como habían sido hasta entonces los señores en una colonia disfrazada de provincia. En mi despacho había colgado la primera fotografía enmarcada del presidente hecha por Manolo López Padilla y cuando hablaba con alguno de mis compatriotas no me cansaba de recomendarles que hicieran lo mismo. Muchos de ellos nada tenían de franquistas y más de uno había llegado allí de rebote por no serlo pero reaccionaban como carpetovetónicos. De repente su corazón rebosaba adhesión inquebrantable al Caudillo...».

Resulta sugerente hacer un seguimiento al baile de fotografías en el territorio ecuatorial.

Cuenta Albert Sánchez Piñol en Payasos y monstruos, que «De lo que no cabe ninguna duda es de que el ego de Macías estaba sobredimensionado. En sus crecientes delirios de grandeza exigió su divinización. Obligó a colgar su retrato en todas las iglesias y en los servicios religiosos de todas las confesiones se tenían que utilizar las fórmulas: "Dios creó Guinea Ecuatorial gracias a Macías, sin Macías no hay Guinea" y "Nunca sin Macías, todo por Macías, abajo el colonialismo y todos los ambiciosos". En las escuelas los niños rezaban "en el nombre de Mesié, Nguema, Biyogo y Ñegue Ndong"».

En las siguientes fotografías, funcionarios coloniales sustituyen en 1968 la fotografía del que Francisco Macías Nguema llamaba su "colega" Franco, por la del propio Macías. 
Y en la segunda, un residente de Malabo destruye un cartel, el 13 de agosto de 1979, que mostraba a Macías.
Se trata del proceso habitual de exfoliación de símbolos en los relevos políticos.



Este baile de fotografías no es muy diferente del acostumbrado renombramiento del callejero, como por ejemplo la calle «19 de septiembre» en la vieja Santa Isabel. Antes se había llamado «O’Donnell» y «Libertad» sucesivamente, según el régimen político imperante en la península. Últimamente se la conoce como calle del «12 de Octubre» (por el día de la Independencia) y es un callejón absorbido casi en su totalidad por la explanada del Palacio del Pueblo.



martes, 18 de julio de 2023

El caso del radiotelegrafista de Río Benito

Hace tiempo nos cayó una consulta: «He estado buscando información relacionada con la construcción de la primera central eléctrica en Bata y su fundador durante los años aproximados 1932 y 1936 y no he encontrado nada. La cuestión es que el fundador de esta central también llego a ser gobernador provisional, pero no tengo documentación oficial y es que en España mucha información de la Guerra civil se "ha perdido" sobre todo cuando se trata de un republicano. (…) perteneció a la marina republicana española enviada a Guinea, luego dejó la marina para construir la central eléctrica. Me gustaría, que -si hay alguien que sabe de esto- me lo explicara o me diera bibliografía, ya que se trata de mi bisabuelo: Luis Martínez Moreno»

Lo intentamos en su día con el caso de Ramón López Nieto… ¿lo intentamos de nuevo con Luis Martínez Moreno?

Natural de Fuensanta, Albacete, de profesión radiotelegrafista (civil) 1ª clase y montador mecánico-electricista. Desde 1922 era igualmente piloto de aviación militar, sirviendo en el Dédalo, el primer buque portaaeronaves de la Armada Española, siendo merecedor de la medalla militar de Marruecos con los pasadores "Melilla" y "Tetuán".

De 1923 a 1936 trabajó en la compañía Marconi como radiotelegrafista y montador de radio. En 1928 montó en Río Benito (Guinea Española), por cuenta de la Dirección de Marruecos y Colonias, una estación de radio de la que fue jefe hasta el 14 de octubre de 1936, ya que con la caída de Bata se sumó a la huida republicana a los países limítrofes.

Esa ruptura es una vivencia que ya hemos relatado anteriormente: tras el hundimiento del barco "Fernando Póo" por el "Ciudad de Mahón" y el posterior bombardeo de la ciudad de Bata, se produce una estampida de europeos y población local que huye ante el desembarco de las tropas marroquíes y voluntarios canarios al mando de Juan Fontán. Se internarán en las zonas boscosas buscando las fronteras francesas de Camerún y Gabón: «se iban a pie -documenta Gustau Nerín-, en condiciones extremas, porque habían abandonado sus hogares lo más rápido posible. Según algunos guineanos, testigos de la huida, había incluso niños blancos desnudos».

¿Seguimos con el relato de Luis Martínez? Previamente, en 1935, había instalado una central eléctrica para suministro de alumbrado en Bata, así como otras instalaciones eléctricas de menor importancia efectuadas por cuenta de entidades privadas. Su familia recordará incluso que participó en la creación de un cine en la capital del Río Muni.

Llegado el golpe de Estado, mientras en Fernando Póo triunfan los golpistas el 19 de septiembre de 1936, en Río Muni cundía la incertidumbre al no tener claro qué pasaba en la isla. Mientras tanto, «una barcaza procedente de la isla de Santa Isabel y tripulada por unas diez personas desembarcó en Bolondo, ocupó la estación de radio e hizo prisioneros a todas las personas que allí nos encontrábamos -recuerda Ramón Martínez Monés- (...) El Jefe de la estación costera, Luís Martínez, así como el operador Vicente Gómez y sus familias, fueron considerados como rehenes y trasladados a Rio Benito (...). Al quedar incomunicada la Estación Costera con la capital, las fuerzas cívicas y militares de Bata, sospecharon lo peor. Cuando horas más tarde lograron comunicarse con las personas que habían ocupado la Estación, conocieron sus intenciones y que no eran otras de las de ocupar Bata (...), la reacción de las fuerzas vivas de Bata fue inmediata: detener a todas las personas adictas o sospechosas de simpatizar con el llamado Movimiento Nacional (...)».

Como sabemos, la situación se saldó con el emisario del subgobierno de Bata (Raimundo del Pozo, el finquero y padre de Raquel Ilombe) huido en el bosque, y dos muertos resultados del primer
enfrentamiento armado en el territorio. «Ante esta postura, los ocupantes de la Estación de Radio propusieron un canje de prisioneros y abandonar el intento de ocupación. El canje tuvo lugar (...), a las doce de la noche y se llevó a cabo en cayucos entre Rio Benito y Bolondo, cruzando la desembocadura del Rio Benito, de más de una milla de ancha, y con tiburones».

Quedando así libres Luis Martínez Moreno y familia; aunque como recogía Pozanco «nos hallábamos incomunicados de la península, porque la estación de radio de Rio Benito -Bolondo- había sido inutilizada por los radiotelegrafistas leales, al ocuparla los sediciosos».

Es asombroso contar con el privilegiado relato de primera mano de Ramón, uno de los hijos de Luis Martínez para armar las piezas de este puzzle.

La crónica franquista lo recoge de forma muy similar:

Emisarios del Frente Popular salen en automóviles requisados a recorrer las distintas demarcaciones y proceder al relevo de los administradores territoriales y jefes de puesto que inspiran sospechas. Se les sustituye por sargentos y cabos de la Guardia colonial.
En Akurean y en Niefang, adonde se dirige Alejandro Torres; en Ebinayon, que se ha confiado al sargento Cautó, y en Msork, que recibe la visita de Manuel Alaiz: no ocurre nada de importancia. La transmisión de mandos se efectúa pacíficamente. Los hechos graves se producen en Kogo y Rio Benito, adonde se había enviado a Raimundo del Pozo para que procediese a la sustitución del administrador Oliveda. Precisamente, en aquellos momentos llegaba a Kogo, en el vaporcito pesquero "Gergavic", un significado elemento de la colonia, el marqués de Elduayen, que era portador de una carta del teniente coronel Serrano para el jefe de la Guardia colonial del continente, capitán Morales, y para el Administrador territorial, Oliveda, dándoles instrucciones a fin de que secundasen el Alzamiento. Oliveda no espera más y declaró el estado de guerra en Rio Benito y Kogo, procediendo a la detención de los agitadores más peligrosos, que eran Esteban Cruz, Carlos Padrón y Laureano Rodríguez. Después, en compañía del jefe de los Servicios Forestales, Pedro Fuster, se dirigió a Bolondo y ocupó sin resistencia la estación de radio, poniendo presos a su encargado Vicente Gómez y a Luis Martínez, que habían llegado allí para tratar de comunicar con Madrid por la vía de Duala. Desde la estación llamó Oliveda a la de Bata, pidiendo que se pusiera al habla el capitán Morales o, en su defecto, Sáez Pichel. El radiotelegrafista José Lizcano, que recibió la comunicación, fué a dar cuenta al Subgobernador de aquel mensaje.
-¡No es posible!, comentó Porcel.
-A estas horas Oliveda debía de estar destituido y preso. ¿Qué ha hecho entonces Raimundo del Pozo?
Lo que había hecho, sencillamente, era escapar con grandes apuros de caer en manos de Oliveda. Porque a su llegada a Kogo, el alzamiento se había llevado ya a cabo, y para no quedar en su poder tuvo que abandonar el automóvil y ocultarse en el bosque. Por otros conductos se supo en Bata, al cabo de algún tiempo, lo que en Kogo y Rio Benito había sucedido, y la alarma cundió entre los frentepopulistas del continente.
Fontanet, en su condición de comandante militar, decretó la movilización de todos los elementos útiles y los proveyó de las armas de fuego de que disponía. A su frente puso a otro instructor de la Guardia colonial, el brigada Antonio Bande. Cuando se supo que los desembarcados en Kogo avanzaban sobre Bata, Bande formó su tropilla y salió a su encuentro.
Por primera vez en la historia de la colonia iban a enfrentarse españoles contra españoles, ante los ojos asombrados de los negros. Y lo que es aún peor, se iba a obligar a éstos a acometerse unos a otros, en nombre de intereses y de ideales que no comprendían (...).
Bande y Oliveda, al frente cada uno de su grupo, se encontraron en las orillas del río Ekuko, a tres kilómetros de Bolondo. En ambos bandos figuraban guardias coloniales negros. A las voces de ¡alto! que se dieron al reconocerse, y a los vivas a la República y al Frente Popular, y a la España y al Ejército, que las siguieron, sucedió el crepitar de los primeros tiros (...).
Se habla vertido la primera sangre. Las víctimas fueron dos negros de la Guardia colonial que habían seguido, por obediencia, a sus instructores.
El tiroteo no duró mucho. Al verterse la primera sangre se parlamentó. Bande hizo saber a Oliveda que tenía en su poder gran número de rehenes y que los fusilaría si no abandonaba el continente. Los elementos patriotas se rindieron ante la amenaza. Hubo un canje de prisioneros y los revolucionarios prometieron que dejarían salir del territorio a toda persona que lo deseara. Oliveda, con los que quisieron seguirle, buscó refugio en las colonias extranjeras del Camerón y Gabón, desde donde regresó, al cabo de algún tiempo, a Santa Isabel.
Los rehenes derechistas que fueron canjeados a consecuencia de este convenio ascendían a veintitrés, figurando entre ellos el capitán Morales y el teniente Sáez Pichel, (...).

Así con todo, una semana después -a instancias de la tripulación del vapor Fernando Poo- se habría elegido asambleariamente un nuevo Comité Central del Frente Popular en Río Muni (el de Santa Isabel lo había disuelto un mes antes el gobernador cesado), siendo Luis Martínez integrante de ese nuevo comité, al igual que lo había sido semanas antes del comité provisional presidido por Alejandro Torres García.

En las indagatorias posteriores que inicia Juan Fontán, se recoge la declaración de Francisco Pérez Rodriguez (2º radiotelegrafista del vapor Fernando Póo y presidente del "comité rojo" -sic- de abordo) con «manifiesta el procesado que uno de los domingos en ocasión de ir a dar un paseo por Bata en compañía de Enrique López Astudillo primer radiotelegrafista al pasar junto a la Guardia Colonial decidieron entrar en casa del Suboficial Fontanet para que los invitara a un wisky, no haciéndolo por encontrarse Fontanet ausente. Después se encontraron con un tal Martínez fugado, Radiotelegrafista de Bolondo, el cual les dijo que habían acordado enviar a bordo a los Padres Misioneros, he de hacer la aclaración que su acompañante López Astudillo se retiró, aun cuando insistió el procesado en que se acercara para oir la conversación, no haciéndolo. El declarante manifestó al llamado Martínez que le parecía muy mal el acuerdo tomado, pues temían que hicieran alguna faena a los Padres Misioneros, dada la calaña del personal que había a bordo».

14 días después de ser elegido Luis Martínez miembro de Comité Central, se producirá el hundimiento del Fernando Póo y el bombardeo de la ciudad de Bata, produciéndose la retirada al interior del continente y el posterior cruce de frontera.

En la huida, Luis Martínez participa en Ebibeyin de los consejos (integrados por 40 republicanos y comunistas, dirá la crónica franquista) en los que Porcel da por perdido el territorio, quedando electo Rafael Masiello Guerrero como último gobernador por quienes deciden hacer frente a las tropas marroquíes. Finalmente, la defensa será insostenible, viéndose empujados a cruzar la frontera con la cobertura -hasta el último cartucho- de Alejandro Torres.

En Guinea mártir: Narraciones, notas y comentarios de un condenado a muerte, Pozanco deja constancia de su exilio temporal y posterior repatriación con su familia: «En el vapor "Brassa", zarparon con rumbo a Dakar y de allí a España, los siguientes: José Lizcano Barco, Emilio Fontanet Monfort, Rafael Masiello Guerrero y familia y Luis Martínez y familia». 

Así, el 1 de diciembre de 1937, después de haber estado refugiado en Yaundé (Camerún), logró volver a España. En donde se presentará voluntario al Gobierno republicano, como clamaba Pozanco: «¡La conducta de estos compatriotas, marchando a España, contrasta con la de algunos que han preferido el exilio y sus consecuencias, a incorporarse a la defensa de su país!». Y a finales de 1937, Indalecio Prieto «al objeto de atender las necesidades que implica la creación de Transmisiones en el Arma de Aviación, (…) he resuelto cause alta en la misma, para mientras persistan las actuales circunstancias», movilizando a Luis Martínez Moreno como teniente. Posteriormente, es destinado al Arma de Aviación como jefe de varias estaciones de radio adscritas a los Servicios Secretos de la Defensa Aérea, entre ellas las del aeropuerto de Barcelona (Sabadell y Montjuich), hasta el día 6 de febrero de 1939, cuando obedeciendo órdenes superiores, atravesó la frontera francesa por Port-Pou.

Tras el inevitable paso por los campos de internamiento franceses, solicitará infructuosamente asilo en México, incluyendo en su solicitud que «durante los últimos meses de la guerra de España estudió y llevó a término un sistema de aparato radio-eléctrico aplicable a la guerra moderna, el cual por razones particulares construirá en América y lo ofrecerá previas ciertas condiciones, para la defensa de las democracias». 

Finalmente retornará a España con su esposa Dolores y sus tres hijos... pero esa ya es otra historia. Te la cuenta su familia en La vida al Prat, i la familia...

En cualquier caso, no se lo pusieron fácil: como afiliado de la UGT, integrante del Frente Popular del Río Muni y hermano de la francmasonería, los golpistas procederán contra él. Tenía, además, la falta imperdonable de ser uno de los públicos contribuyentes a la donación de las 10.353,65 pesetas para la República promovida por el jefe de Correos, Isidro Álvarez Martínez.

Así, en marzo de 1940, el Tribunal de Responsabilidades Políticas de Santa Isabel le condena -en ausencia- por unanimidad a 12 años de destierro del territorio ecuatorial y pérdida total de bienes, lo que incluirá los aportes a la central eléctrica de Bata o al cine que creó en esta ciudad.

Cuenta con sendos expedientes de indulto de 1947 y 1959 tanto del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas de Bata como de Prat de Llobregat, Barcelona, por lo que casi con seguridad previamente había acumulado varias sentencias condenatorias en ausencia.

viernes, 7 de julio de 2023

Puerto del Rosario, el nuevo reto municipal

Contaba Eloy Vera hace un par de semanas en Acabar con la huella del franquismo en Puerto del Rosario, el nuevo reto municipal de El diario de Fuerteventura:

Puerto del Rosario continúa sin cumplir con la memoria histórica. El borrador del Catálogo de símbolos, calles, monumentos y menciones franquistas en Canarias, realizado por la Universidad de La Laguna a instancias del Gobierno de Canarias, recoge 200 símbolos franquistas en las ocho capitales canarias, y once de ellos se encuentran en Puerto del Rosario, donde aún se sigue exaltando a militares golpistas en calles y plazas.

El nuevo gobierno municipal deberá decidir si los borra del callejero o continúa perpetuando la huella franquista. El documento, al que ha tenido acceso Diario de Fuerteventura, señala que las distintas corporaciones municipales de Puerto del Rosario han mantenido una “resistencia continuada” frente a las obligaciones de los sucesivos textos normativos sobre memoria histórica hasta la actual Ley 20/2022.

(...) El catálogo de vestigios franquistas documenta once fichas que corresponden a nueve calles: Comandante Ramón Franco, Comandante Díaz Trayter, Caserío Colonia Rural García Escámez, calle García Escámez, Almirante Lallemand, Almirante Fontán Lobé, Ruiz de Alda, Calvo Sotelo y Gobernador García Hernández, además de dos distinciones, las de Francisco García-Escámez e Iniesta como Alcalde Honorario y al gobernador José García Hernández como Hijo Adoptivo e Hijo Predilecto. 

El artículo sigue desgranando las vicisitudes por las que han pasado las sucesivas leyes de memoria histórica en el municipio, y se detiene en un nombre que nos resulta familiar en este paseo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel...:

Jesús Fontán. Hermano del militar Juan Fontán, en su juventud formó parte del entorno de Franco. Pasó a zona sublevada y participó en bombardeos a Gijón y en operaciones de bloqueo en el Mediterráneo. Fue ayudante de Órdenes de Franco, entre 1939 y 1946, y jefe de la Sección de Cinematografía del Consejo de la Hispanidad, vinculado a las tareas de Información antimasónica. En 1962 fue nombrado segundo jefe de la casa militar de Franco.

También fue director de la Delegación Nacional de los Servicios Documentales (1964- 1967), posteriormente llamada Sección de los Servicios Documentales de la Presidencia del Gobierno (1967-1977) y consejero nacional del Movimiento. Simultaneó estas ocupaciones con la presidencia del Instituto Social de la Marina (1967-1976). Algunos lo sitúan como jefe de las redes secretas de la información personal de Franco.

 Lo contábamos precisamente en El callejero y la memoria histórica:

Tanto Juan Fontán como su hermano Jesús pertenecieron a la casa militar de Franco, eran insaciables bibliófilos y fueron procuradores en Cortes, pero el Almirante Jesús Fontán Lobé cuenta con una escuela, calle o casa del mar en gran parte de las ciudades portuarias de España. Al fin y al cabo, además de jefe de los servicios secretos de Franco, fue presidente del Instituto Social de la Marina logrando el aprecio de los marineros durante su administración. Pese a que «los historiadores Xavier Casinos y Josep Brunet señalan que el almirante Fontán utilizaba el Banco Pesquero como tapadera de los servicios secretos especiales de los que era su jefe». Estrecho colaborador de Carrero, a él se debe la concepción en plena guerra civil de la metodología de recopilación de información, elaboración de expedientes y difusión de oficio de los mismos con el fin de que se instruyeran las causas de responsabilidades políticas.

Realmente, a ambos hermanos correspondería la organización de la Oficina de Información y Propaganda Anticomunista (OIPA) en sus primeros pasos, «La OIPA, dirigida por el arquitecto canario Laureano de Armas Gourié desde Salamanca, tuvo su bautismo en Vizcaya bajo la batuta de Manuel Maestro Maestro y Eduardo Galán Ruiz. Esta seguirá la metodología de incautación diseñada por el capitán de la Armada adscrito al Cuartel General de Salamanca, Juan Fontán Lobé, que en sus aspectos fundamentales, apenas varió durante el conflicto. Su esencia consistía en señalar dónde y cuándo se habían encontrado todos los documentos de interés, y conservar un número máximo de folletos, revistas o libros, destruyéndose el resto. A continuación deberían separarse los documentos relativos al personal, como eran las listas de afiliados que servían para elaborar fichas directamente, de aquellos otros que necesitaban un análisis más detenido, como la correspondencia o los libros de actas. De todos ellos, se elaborarían tres fichas de referencias por cada persona encontrada en la documentación y, por último, se comunicaría de oficio a los departamentos del Cuartel General cualquier datos de interés que apareciese en el material incautado» recordaba La Provincia-Diario de Las Palmas. Juan Fontán, como compulsivo bibliófilo y escrutador de archivos habría puesto sus conocimientos al servicio de la OIAP, hasta su nombramiento como gobernador, siguiendo su hermano Jesús esa tarea durante décadas en las diferentes evoluciones del servicio, director de la Delegación Nacional de los Servicios Documentales (1964-1967) y de la Sección de los Servicios Documentales de la Presidencia del Gobierno (1967-1977).

De todos modos, en el Centro Documental de la Memoria Histórica, que se crea a partir de la documentación que pasó por ese baile de siglas que iniciaron ambos hermanos a inicios de la guerra civil con la creación de la Oficina de Información y Propaganda Anticomunista (OIPA), lo tienen claro:


 Y no te pierdas:

lunes, 3 de julio de 2023

El sufragio femenino

Seguimos a vueltas con el periodo electoral...

Recientemente recogía Jordi Pascual Mollá las declaraciones de Trifonia Melibea Obono sobre que “Las mujeres podemos votar en Guinea Ecuatorial porque Clara Campoamor lo luchó en España” (Catalunya Plural):

La escritora, politóloga, investigadora y docente especializada en género y mujeres en África quiere dar a conocer su lucha: “En Guinea Ecuatorial tenemos una ley de orden público que penaliza la homosexualidad. Buscan sanciones, sobornos… Si no pagas, te llevan a una cárcel mayor. También mantenemos la ley de vagos y maleantes de 1954, que castiga a entre 12 y 24 meses de prisión a las personas homosexuales”.




(...) La igualdad entre hombres y mujeres a nivel político a priori está recogida legalmente en Guinea Ecuatorial, pero en la práctica es inexistente. ¿Cuáles son los pasos a seguir para hacerla efectiva?

Hay que reconocer a las mujeres como personas con derechos humanos. En la época de Franco, las mujeres no podían tener cargos. En Guinea Ecuatorial, como debía dar una apariencia de democracia y de derechos, se creó un mecanismo por el cual las mujeres ocupan escaños, pero no tienen poder… Cuando intentan incidir, se las cambia. Pero esto no debe ser sólo un compromiso sobre el papel, porque en estos momentos no hay ningún tratado sobre los derechos de las mujeres que Guinea Ecuatorial no haya ratificado. Son tratados que se quedan en Ginebra, sin cumplir requisitos y avances en Guinea.

Aunque Guinea Ecuatorial fue una colonia española, reconocida como provincia, en España se conoce poco su realidad. ¿Qué te encuentras cuando la explicas aquí?

Gente que me dice: “Ay, qué pena lo que ocurre en tu país. ¿En qué parte de África está?” [Ríe] Bien, también me encuentro la solidaridad de muchas mujeres feministas que saben qué pasa en Guinea. Cuando voy a las aulas me gusta preguntar si conocen el nombre de alguna feminista española, y generalmente no saben decirme ninguna. Creen que, dado que otras mujeres ya lucharon, ahora ya lo tenemos asegurado. Si preguntas qué españolas lucharon por el derecho a voto de las mujeres, terminan diciéndote que fueron las sufragistas inglesas. ¡Si no lo saben de España, ¿cómo lo van a saber de Guinea?! 

Esto responde también a la mirada paternalista de las antiguas fuerzas imperiales sobre sus ex colonias.

Sí, pero es una mirada que también se vive en Guinea Ecuatorial a la inversa, en contra de los blancos. Por ejemplo, la primera constitución guineana se aprobó en Madrid, porque al franquismo ya no le convenía la imagen de país con colonias y por eso quería deshacerse de Guinea. Era una condición de la Comunidad Económica Europea para la paulatina incorporación de España. España no quería dejar una herencia desastrosa en Guinea Ecuatorial por eso mismo. Las conquistas de las feministas de la Segunda República se reprodujeron en esa primera constitución guineana hecha por el franquismo: el derecho a la educación, al voto… Son los únicos derechos que hemos tenido las mujeres. Las conquistas de las feministas españolas llegan de rebote a Guinea. Si las mujeres podemos votar en Guinea Ecuatorial es porque Clara Campoamor lo luchó en España.

¡Lo más curioso es que os lo dio Franco!

¡Claro! [Ríe] ¡De hecho, el régimen autonómico empezó en Guinea Ecuatorial y siguió en España porque éramos una provincia! Todo porque debían dejar una ex colonia en forma de país democrático con una constitución propia. Ahora bien, dile a una chica negra de Guinea, con racismo hacia los blancos, que ella tiene derecho a voto gracias a que una blanca luchó por conseguirlo. (...)

Y no te pierdas:

sábado, 24 de junio de 2023

Movimientos vecinales

Recordábamos recientemente que entramos en periodo electoral...

Y hace unos días a Nieves Concostrina se le quebró la voz en pleno programa radiofónico al analizar compromiso social y política en su viejo barrio: «concluye rompiéndose en antena, sin ninguna vergüenza, por quienes han olvidado lo que significó esta victoria de un barrio obrero ante el auge actual de la ultraderecha en España: "Muchos vecinos de aquellos barrios miserables, de aquellas colonias de barro, descendientes de gentes analfabetas, obreras, solidarias y luchadoras han olvidado demasiado pronto quiénes les han traído hasta aquí y quiénes intentaron que no salieran de la miseria"».




Su reflexión viene del relato basado en la victoria gracias al coraje de un barrio obrero:

Se trata de la historia del barrio madrileño de Orcasitas. El 16 de junio de 1977, una sentencia del Supremo les concedía el acceso a una vivienda digna tras una gran lucha vecinal. Y es que el sur de Madrid se pobló entre los años 50 y 60 de gente muy pobre, que vivía en infraviviendas, sin luz, sin agua y en condiciones pésimas. Las conocidas como colonias de barro y que a Concostrina, le toca muy de cerca: "Conocí bien ese tercer mundo. Nací en una de esas colonias de barro".

Como cuenta, las condiciones de la vida de estos vecinos era tan miserable que el Ayuntamiento de Madrid elaboró en 1971 un Plan parcial para la remodelación de la zona. "En la memoria de este plan urbanístico se decía que, una vez terminadas las obras, los vecinos que habían tenido que irse provisionalmente a otros sitios, volverían a su barrio para habitar las casas dignas que se iban a construir". Pero el Ayuntamiento, dirigido por aquel entonces por miguel Ángel García-Lomas, no tenía previsto cumplir con su compromiso. De hecho, no se firmó nada, solo existía esa memoria de intención. Y ese fue el problema, que cuando se construyeron las casas y se mejoró la condición del barrio, nada obligaba legalmente al ayuntamiento a seguir con su promesa.

Pero aquí es donde se demuestra el poder que tienen los ciudadanos cuando se organizan para luchar por sus derechos. Y eso es lo que ha emocionado a Nieves Concostrina. "Fueron a manifestarse a las puertas del Ayuntamiento y del Ministerio, crearon la Asociación de Vecinos de Orcasitas, y tuvieron la fortuna de dar con un abogado que se partió la cara por aquella gente tan desamparada", se refiere a Eduardo García de Enterría, uno de los más prestigiosos juristas españoles y el primer juez español en el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Este abogado luchó por estos vecinos y concluyó que toda memoria incluida en un plan urbanístico tiene efecto jurídico y es de obligado cumplimiento.

Así, los vecinos de Orcasitas volvieron a sus casa y construyeron su barrio, sus calles, su centro social "y vieron cómo se instalaba el primer retrete". Es por esto que una de sus plazas tiene el nombre de Plaza de la Memoria Vinculante, como se denominó a esta victoria. Además, la periodista cuenta que "a los vecinos de Orcasitas se les encastró en los genes la solidaridad vecinal y la participación ciudadana, y por eso, tiempo después, cuando se instaló la calefacción en las casas, entre todos decidieron que no hubiera llaves individuales para que no se cortara la calefacción a quien no pudiera pagar".


¿Y qué tendría eso que ver con este paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel?

Se trata de una asociación de ideas: en Orcasitas, la memoria del proyecto de urbanización del barrio preveía el realojo en condiciones dignas y habitables a los antiguos pobladores. Sin embargo, éstos fueron paulatinamente sustituidos por vecinos vinculados a la administración y -por qué no decirlo- a la estructura partidaria. La reacción organizada de los habitantes del asentamiento original logró que se reconociera que la memoria del proyecto urbanístico tuviera carácter vinculante y así quedó en la jurisprudencia española. Lograron, de esta forma asegurar el acceso a una vivienda digna en su propio barrio...

Seguro conocéis cómo los poblados de colonización en el campo español y las barriadas urbanas que surgen de la migración a las ciudades en España alteraron a golpe de ladrillo la periferia de las capitales. En el territorio ecuatorial ocurrió también, aunque en menor medida, con un volumen menor de población y ausencia de grandes industrias.

Parte de esos proyectos perduran con el paso de las décadas y merecen su estudio, pero nos vamos a centrar en el barrio de Los Ángeles de Santa Isabel.

Montserrat Villaverde y Laida Memba Ikuga nos lo cuentan en MALABO ciudad y arquitectura: «Los Ángeles es un barrio singular, por su fisonomía urbana y por agrupar gran diversidad social, cohesionada en un mismo espacio urbano. Es uno de los 11 proyectos construidos en el marco del Plan de Desarrollo Económico y Social para Guinea Ecuatorial (1964-1967). Unos años antes, en 1961, el primer alcalde ecuatoguineano del país, Wilwardo Jones Niger (Santa Isabel, 1899), había solicitado al Instituto Nacional de Vivienda la construcción de 1.000 residencias de renta limitada para responder a la necesidad de habitación en la ciudad e intervenir sobre el crecimiento espontáneo de la periferia de Santa Isabel. El impulso de construir el nuevo barrio se llevó a cabo, bajo la promoción del mismo Ayuntamiento y del Instituto Nacional de Vivienda, integrándose en el Plan de Desarrollo. Los Ángeles está construido en los terrenos que ocupaban los asentamientos informales el Campo Haussa y el Campo Yaunde, situados en el límite de la ciudad, entre la calle Arzobispo Claret (Rey Malabo) y el río Cónsul. Estos dos barrios se formaron por la agrupación de casas de autoconstrucción de madera, nipa, chapa y materiales reciclados. Muchos de los terrenos de estos dos asentamientos estaban controlados por los haussas y por nigerianos, a los que llamaban calabares».





El resumen del proyecto dirá "Destinatario: Población local (trabajadores emigrados)", al final este proyecto del Instituto Nacional de la Vivienda y del Ayuntamiento de Santa Isabel supuso el desplazamiento de los pobladores originales, muchos de ellos asentados desde la creación de los campamentos de refugiados alemanes de la primera guerra mundial, generando un nuevo asentamiento chabolista en la periferia de la ciudad al no ser realojados en el nuevo barrio. «(...) Para la construcción de Los Ángeles derribaron el Campo Haussa y el Campo Yaunde, provocando el desplazamiento de muchos de sus habitantes, originando la conformación progresiva de lo que conocemos popularmente, desde los años 70, como Niumbili, el barrio actual del Campo Yaunde».

Tal vez aquí faltó un ejercicio de "memoria vinculante" como el que tuvo Orcasitas.

Pasados los años, el nuevo asentamiento de los vecinos desplazados con el levantamiento del barrio de Los Ángeles sigue marcado por la precarización y la estigmatización social.

Moto Nsa, ‘New Ville, Alias Campo Yaounde’ lo recordaba en el Diario de la Guinea Ecuatorial (Santa Isabel, 5 December 1972): «¿Qué y cómo es el barrio de New Ville? ¿Qué pasa en New Ville? ¿Por que se halla ahora en entredicho oficialmente? (...) En la esquina suroeste de la ciudad de Santa Isabel, en el verde y poblado rectángulo situado entre la carretera general de circunvalación que con duce a San Carlos, la nueva autopista prolongación de la calle. Rey Malabo y el joven barrio de Los Angeles, se halla una larga franja de terreno, de cerca de un kilómetro de largo y poco menos de medio de ancho, que recibe el nombre de New Ville. (...) New Ville nacíó donde hoy se halla el bonito barrio de Los Angeles, cuyas múltiples viviendas aglutinadas de abundantes espacios verdes, y árboles de sombra ceñidos con múltiples calles asfaltadas desplazaron a los habitantes de New Ville y son hoy un hermoso preludio de este castizo barrio al que solo separa una larga calle serpenteante. New Ville es un barrio que tiene un extraño aspecto de ciudad vieja. Y su vejez viene del material con que se han construído sus inumebles viviendas de planta baja, estrechas, apretadas y bajas donde el visitante tiene necesariamente que agachar la cabeza al entrar. Estas viviendas donde las tablas arrancadas de viejos cajones, chapas de zing o de bidones viejos, cartones y papeles se dan la mano para preservar escasamente de la intemperie, no llegan tan siquiera a alcanzar la altura de una casa cocina de calabó y nipa de cualquier pueblecito del interior».

  • No te pierdas al profesor Pablo Rabasco Pozuelo (Historia de la Fotografía y Últimas Tendencias del Arte, Universidad de Córdoba) con la ponencia "Los poblados experimentales, 1962-68" en el V Seminario Internacional del Centro de Estudios Afrohispánicos de la UNED-CEAH por los 50 años de independencia de Guinea Ecuatorial.

lunes, 19 de junio de 2023

Vuelven las elecciones...

Decía José Luis Vila-San Juan en El curioso alzamiento en Guinea:

-Los españoles que fuimos a Guinea -me dice uno de mis comunicantes- podíamos ser cualquier cosa, menos políticos... Yo llegue el 33. Aquellos españoles habían ido allí, sencillamente, por ambición. Por un correctísimo deseo de lucro: buenos sueldos (aunque dificilisimas condiciones de trabajo, habitabilidad, clima y salubridad), largos permisos o vacaciones retribuidas, posibilidades de ascensos y de independizarse, etc.
Lógicamente, como en todo este tipo de emigración, se barajaban muy distintos caracteres: el trabajador formal, el vago, el aventurero, el que tiene suerte y el que no la tiene.
-En los años 34 y 35, el Gobierno seguía preocupándose mucho y muy bien por la población de Guinea. Tanto por los nativos como por nosotros. Especialmente, en cuestiones de Sanidad colonial: uno de los grandes triunfos fue la batalla contra la mosca tse-tse, transmisora de la enfermedad del sueno que, al revés de lo que la gente cree, no produce sueño, sino que lo impide...
-Hablemos más de política.
-Esto era política.
-Si claro, pero, había lucha entre los partidos políticos?
-No. No es que hubiese o no lucha, es que no había partidos políticos.
-Pero Vds. bien tendrían ideologías distintas...
-Nosotros habíamos ido allí a trabajar y a luchar por ganar dinero. La Península, Madrid y el Congreso, quedaban muy lejos.

La política empezó al final del periodo inmediatamente anterior al 17 de julio.

La potencialidad económica de Guinea, en aquellos tiempos, era baja. Existían sólo cuatro o cinco Compañías fuertes. No podían dar buen trabajo a cuantos habían llegado allí en busca de un Eldorado. Quien no servía, quien no resistía, quien no se superaba en esfuerzo y en tesón, quedaba marginado. Entonces se empezó a hablar del Frente Popular. Se adherían los fracasados, los descontentos con su situación, que no habían sabido elevar.

-En las elecciones de febrero de 1936, ¿qué resultados hubo?
-No hubo elecciones.
-¿No votaron Vds. o no se efectuaron allí elecciones?
-No se efectuaron.

Se trata de una evidente idealización, cuando finqueros como Joaquín Mallo ocupaban un curul en el congreso de los diputados y significados políticos como Alberto Ruíz Gallardón (tío), que fue fundador de La Falange en el Teatro de la Comedia de Madrid, líderes del tradicionalismo como Teodomiro Avendaño, anarquistas deportados (Durruti y Ascaso incluidos), o Rafael Rodríguez Delgado y Guillermo Cabanellas, ambos republicanos de primera hora y participantes en la fallida sublevación de Jaca, se asentaban en el territorio. Cuando no procedentes de familias con fuertes vinculaciones políticas como Rafael Masiello o el mismo gobernador Luis Sánchez Guerra.

Tan ausente no estaría la política del territorio ecuatorial, si la administración colonial hizo caer a un gobierno de la II República.

Pero, como fuera, estamos en pleno siglo XXI y ¡vuelven las elecciones!

Ejerce tu derecho:

  • Solicitud de certificado para el voto por correo de electores temporalmente en el extranjero (ERTA) hasta el 29 de junio.
  • Electores residentes en el extranjero (CERA) que se encuentren temporalmente en España durante el proceso electoral, puedes solicitar (al igual que los residentes en España) el voto por correo desde el 30 de mayo hasta el 13 de julio y enviar el mismo no más tarde del 20 de julio.
  • Remisión del voto por correo de los electores residentes en el extranjero (CERA) al Consulado o centro de votación habilitado hasta el 18 de julio.
  • Depósito del voto en urna en el Consulado o centro de votación habilitado de los electores residentes en el extranjero entre el 15 y el 20 de julio ambos inclusive, con horario de 09:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:00.
  • Si no han recibido las papeletas o los certificados electorales, tanto en la Embajada como en el Consulado les proveerán de éstas, previa acreditación de identidad.
  • Si prefieren, pueden descargar las papeletas.

¡Ah! Y no te pierdas:

jueves, 15 de junio de 2023

Hoy, te lo cuenta Monanga Bueneke

¿Te cansaste de nuestro tono resabidillo de ratón de biblioteca? Hoy, el paseo por la calle 19 de septiembre de la vieja Santa Isabel lo haremos de la mano de Monanga Bueneke.

Monanga Bueneke es youtuber, vlogger y creadora de contenidos sobre Guinea Ecuatorial. En su canal, encontramos vídeos sobre la cultura o las costumbres del país, así como sobre el español, o -en este caso- "Restos de la guerra civil en Guinea Ecuatorial ¿qué queda en Guinea Ecuatorial después de la colonización?". 

Pero mejor que lo cuente ella: «Hoy vamos a ver algunas de las "reliquias" que España dejó en Guinea Ecuatorial durante la colonización. Esos lugares podéis visitarlos...» 

Tan sólo la Cruz de los caídos no se puede visitar, ya que está dentro de la 'ciudad prohibida', el complejo cívico y militar adscrito a presidencia desde la época de Macías, tras lo que en los 70 se llamaba el 'muro de la vergüenza':


Malabo cuenta con un monumento a los caídos con el «José Antonio Primo de Rivera ¡PRESENTE!» de rigor en la vieja Punta Fernanda, actual Punta de la Unidad Africana. Generaciones de escolares participaron regularmente en la ofrenda floral en la cruz que recibía a los barcos en el puerto viejo.


En los XXV años de conmemoración de la victoria de los franquistas, una junta interministerial elaboró un programas de festejos, con actividades y publicaciones (sellos incluidos) o rebautizar al viejo estadio municipal de Santa Isabel como "La Paz".


El edificio fue construido por el padre de Raquel Ilombe y actualmente es uno de los edificios más antiguos de Bata. Durante el bombardeo de la ciudad hubo especial ensañamiento con el edificio por ser la sede de la subgobernación republicana. Más tarde, albergó a la papelería Dumbo y actualmente al popular restaurante Casa Marcial.

Previo al bombardeo de la ciudad de Bata y al desembarco de las tropas marroquíes, se cañoneó al vapor civil Fernando Póo por creer los milicianos franquistas que el barco protegía la bahía. Todavía hoy se pueden apreciar los restos del barco incluso con marea alta.


Pero también puedes ver el capítulo completo en el canal de Youtube de Monanga Bueneke. 

sábado, 3 de junio de 2023

Un poco más de Grey Molay

Pero ¿quién fue José Carlos Grey Molay?

Max Liniger-Goumaz afirma que era «Fernandino, nacido en Santa Isabel el 4 de julio de 1913; Medio hermano de Grange Molay. Estudios primarios en Santa Isabel. Estudios secundarios en Barcelona desde 1928. Inició estudios de medicina en la Universidad de Barcelona en 1933». Su historia conocida seguirá con la interrupción de los estudios a los 23 años por el estallido de la guerra civil, seguido de la  huida/expulsión a Francia con los restos del ejército republicano, maltrato por las autoridades francesas, hasta la incorporación a la 29 Compañía de Trabajadores Extranjeros destinado en el Caserne Toulouse y Niederhaslach, participando en la resistencia francesa a la invasión alemana. Finalmente es detenido e internado en el campo de tránsito de prisioneros de guerra Frontstalag 140 ubicado en el castillo de Belfort (Francia) y deportado al campo de concentración de Mauthausen.

Liberado en 1945, nunca podrá regresar ni a Barcelona ni a Guinea Ecuatorial, por estar ambos territorios bajo control franquista. 

Consolidado su exilio en Francia, nunca terminó su formación en medicina, especializándose como electricista. Murió en 1982, tras 46 años de exilio.

En su última década, tras la independencia de Guinea Ecuatorial y viendo la deriva del gobierno de Macías, particiàrá en la  Alianza Nacional de Restauración Democrática, representando a la organización en varias conferencias internacionales. Los problemas de los refugiados pesaron mucho en su accionar, presidiendo en Ginebra (1978) una conferencia organizada en el Consejo Mundial de Iglesias sobre ese tema.

Igualmente, la convicción de conciliar el desarrollo de África con las aspiraciones de su pueblo  fue una inquietud en sus últimos días.

Gustau Nerín, lo resume en un tweet: «afrocatalà deportat a Mauthausen, lluitador contra el feixisme i contra la dictadura de Macías».

¿Pero sabemos algo más de él? Contextualicemos: Los Fernandinos gozaron de cierto poderío social y económico en la guinea colonial, tanto como para poder cursar estudios en España (especialmente Barcelona), pero nunca fueron una población numerosa. De hecho, sus apellidos son recurrentes... y Grey o Molay no son de las más conocidos.

Así que no es de extrañar que Liniger afirme con convicción que Agustín Daniel Grange Molay era su medio hermano. Grange podría haber pasado a la historia como próspero finquero, concejal del Ayuntamiento de Santa Isabel y propietario de la funeraria local, pero en los años previos a la independencia destacó por integrar en representación de la Unión Democrática Fernandina UNDEMO la comisión ecuatoguineana de la Conferencia Constitucional de Madrid para la Independencia de Guinea Ecuatorial. Las crónicas de ésta se refieren a él indistintamente como "Grey Molay" o "Grange Molay" y fue de los defensores de una independencia sin división territorial. Con el nacimiento de la república, fue ministro de agricultura ya como integrante de MONALIGE y único fernandino en el primer gobierno de Macías. Tras pasar por varias etapas de arresto domiciliario, en 1972 fue nombrado ministro de educación, si bien al año fue cesado por usar la palabra "intelectual" en un consejo de ministros. Rafael de Mendizábal Allende en Misión en África. La descolonización de Guinea Ecuatorial (1968-1969), se referirá a él como «fernandino, feligrés de la Iglesia Evangelista, de labio leporino, parco en palabras, inepto, petulante e hispanófobo».

Pero esa es otra historia...

Y puestos a ficcionar sobre apellidos poco comunes y por buscar el contexto familiar: ¿recuerdan a la madre de Ignacio Garriga, doña Cloti Vaz de Concicao Molay, nacida en Barcelona, oriunda de Santa Isabel? Tiren de ese hilo y tal vez se lleven una sorpresa...

martes, 23 de mayo de 2023

La memoria histórica deslocalizada II

La memoria histórica en España se olvida que las fronteras evolucionan con el paso del tiempo como señala Mª del Mar Fernández Pérez en "Memoria y frontera...":

En este periodo las fronteras del Estado eran diferentes, aunque en muchas ocasiones no se sea consciente de esto: no sólo territorios en Marruecos y el actual Sáhara ocupado eran posesiones españolas, también lo era Guinea Ecuatorial.
Resulta llamativa esta falta de referencias a las colonias si tenemos en cuenta que el imaginario colectivo de la Guerra Civil está plagado de referencias al norte de África: allí se produjo el golpe de estado en un primer momento, de allí venía el ejército africano y la famosa y temida guardia mora. Esta guerra, tan importante para la historia europea, empezó en África, y allí se produjeron los primeros asesinatos de quienes permanecieron fieles a la legalidad republicana. Es muy difícil hablar de este periodo sin hacer referencia al protectorado y situados en el momento actual, habrá que afrontar el desarrollo de la Ley de Memoria Histórica en territorio extranjero.

Siendo así, ¿cómo reaccionar cuando la memoria histórica española es protagonista en otras tierras? Cuenta precisamente Juan Miguel Baquero en El país de la desmemoria: del genocidio franquista al silencio interminable cómo:

En otra parte del planeta existe un insólito reducto de simbología del régimen de Franco. Filipinas desafía a la memoria histórica con varias calles dedicadas a falangistas y militares sublevados. Mola St aparece en los letreros callejeros de Manila recordando al cerebro del fallido golpe de Estado de julio del 36 que provocó la Guerra Civil española. Del cruce de esta vía salen otras llamadas Aranda, Ponte, Mascardo -por Moscardó- y Dávila, en homenaje a veteranos de la campaña de Marruecos y luego rebeldes contra el gobierno republicano. Estas calles enlazan con Primo de Rivera, en el barrio de Singkamas, hasta llegar a La Paz en el distrito obrero de Pasong Tamo. El distrito del área de Makati es una ruta del fascismo español por el apoyo que la oligarquía manileña brindó a los golpistas. «De todos los países, Filipinas fue donde hubo más apoyo a Franco en la colonia española», explicaba a la agencia Efe el profesor especializado en Historia de Asia de la Universidad Complutense de Madrid Florentino Rodao, autor del libro Franquistas sin Franco: una historia alternativa de la Guerra Civil desde Filipinas. «Filipinas fue uno de los países que se pusieron del lado de Franco cuando la retirada de embajadores de la ONU», tras la resolución que sometía a España al aislamiento diplomático en 1946. Y la Iglesia católica local apoyó al golpista español, nombrándolo incluso Rector Magnificus de la Universidad de Santo Tomás. O celebrando misas en memoria de José Antonio Primo de Rivera, cuyo padre, el dictador Miguel Primo de Rivera, había participado en la guerra contra los independentistas del archipiélago a finales del siglo XIX. En el barrio de La Paz también hay un callejón dedicado al general sublevado Miguel Cabanellas. El franquismo lo retiró de la nomenclatura, pero Manila conservó su nombre. «Como Cabanellas era masón, pasó a ser ignorado por las autoridades rebeldes pero en Filipinas no se enteraron de la situación, por lo que conservó la calle», explicaba el historiador. Y ahí siguen las calles fascistas de Filipinas. La memoria histórica de Franco está construida en esta base material, palpable, pero los símbolos etéreos del relato de los vencedores también han penetrado en el ideario popular hasta crear una dura e impermeable coraza. El franquismo sociológico no conoce fronteras.




Si Filipinas, Marruecos, Guinea Ecuatorial o -por ejemplo- Guatemala mantuvieran simbología equívoca o monumentos desafortunados, ¿podrían verse privados de subvenciones (art. 39 de la Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática), incluidas las correspondientes a la Ayuda Oficial al Desarrollo?


Aprovecha para pasear de nuevo por la vieja calle 19 de septiembre de Santa Isabel: